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Argos

versión impresa ISSN 0254-1637

Argos v.25 n.49 Caracas dic. 2008

 

RESEÑA BIBLIOGRÁFICA

Adrián Gorelik Das vanguardas a Brasilia: cultura urbana e arquitetura na América Latina*

 Anahi Ballent

Universidad Nacional de Quilmes Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas, Argentina, aballent@unq.edu.ar 

*Traducción Maria Antonieta Pereira. Belo Horizonte: Editora UFMG Universidade Federale de Minas Gerais, 2005, 190 pp. ISBN: 85-7041-412-9.        [ Links ]

En esta obra, que consiste en la reorganización de textos escritos inicialmente en la década de 1990, Adrián Gorelik aborda distintos aspectos de las relaciones entre vanguardias, modernismos arquitectónicos y ciudad en América Latina en el ciclo que despliega su desarrollo, entre su emergencia en 1920 y su conclusión en 1960. A través de tres episodios nacionales que analizan sus diferentes articulaciones y momentos en los casos de tres ciudades (“Buenos Aires. La vanguardia del orden, 1920 y 1930”), México (“México. Los viajes de la vanguardia, 1930-1940”) y Brasil (“Brasilia. El museo de la vanguardia, 1950 y 1960”), el autor retoma temas de relevancia ya reconocida por la historiografía, aunque los conceptúa y vincula entre sí de una manera altamente original, tal como propone en la presentación del capítulo inicial (“Nostalgia y Plan. El Estado como vanguardia”), construyendo a partir de ellos una nueva problemática. 

Brasilia opera así como un punto de llegada que potencia un tema que recorre tal historia y que no siempre ha sido registrado por la historiografía en toda su magnitud: “la entente entre vanguardia y Estado en la arquitectura latinoamericana, el rol decisivo de la voluntad estatal por producir modernidades nacionales y el modo en que la vanguardia encuentra su forma clásica acoplándose a esa voluntad” (Gorelik, 2005, p. 10).1 En efecto, el vínculo de la vanguardia con el Estado intervencionista posterior a la crisis de 1930 y con el desarrollista de los años 1950, consolida la arquitectura moderna en los países del continente; en tal momento, vanguardia y Estado confluyen en la necesidad de construir “una cultura, una sociedad y una economía nacionales” (p. 16).2 El rescate del pasado y la construcción del futuro, la articulación de “Nostalgia” y “Plan”, serán entonces los contradictorios faros que intente vincular la arquitectura moderna en América Latina. 

Para desarrollar sus hipótesis, Gorelik cuenta con un sólido conocimiento de la historia disciplinar y de la historia urbana de los casos que trabaja, unido a una precisa apelación a historias políticas y estatales nacionales. Pero es la perspectiva del análisis cultural el instrumento que le permite componer un ensayo de ideas capaz de reflexionar sobre estos problemas de manera compleja y productiva, vinculando los episodios entre sí y ubicándolos dentro de un campo de indagación más amplia, donde el análisis de la arquitectura entra en diálogo con la historia del arte y de la literatura. En tal sentido, resulta particularmente relevante la discusión que propone sobre la definición de la categoría de “vanguardia”, constatando que las vanguardias latinoamericanas desarrollaron características que las distancian de sus definiciones clásicas (por ejemplo, la desarrollada por Peter Bürguer), basadas en la negatividad, la lucha contra la tradición o el internacionalismo.

 Consciente de la complejidad que el análisis culturalista registra en los intercambios culturales, alejado de la búsqueda de vínculos unilaterales entre centro y periferia y de toda suspensión del juicio a la manera posmoderna, Gorelik se propone contribuir a la renovación conceptual e historiográfica del problema global. Rechazando la consideración de las diferencias presentadas por las vanguardias latinoamericanas en términos de anomalías de episodios periféricos frente a la homogeneidad de los centrales, la obra aporta una visión plural de todos los episodios vanguardistas, señalando al mismo tiempo las tensiones y límites que anidan en sus intentos de conceptuación, ya sean presentes o pasados. De esta manera, “la experiencia de la vanguardia latinoamericana debe incorporarse en el armado de la fotografía de familia de las vanguardias históricas, que recién completa va a poder resignificarse” (p. 24).3 Dicho de otro modo, en la propuesta de Gorelik los episodios latinoamericanos no sólo informan sobre procesos regionales, sino que iluminan a sus modelos de referencia. Confrontados a demandas o experiencias latinoamericanas, los protagonistas surgidos de tales experiencias - Le Corbusier, Hannes Meyer, Max Bill, Gregori Warchavchik o Wladimiro Acosta - mostrarán la densa trama de intercambios culturales del período y las múltiples direcciones en que ellos se producen, pero también las valencias que en las vanguardias centrales revelan su propia pluralidad y ambigüedad. En el mismo sentido, Brasilia, episodio culminante de los procesos analizados, es presentada como la realización de la ciudad mítica, carácter que se evidencia tanto en su condición de representación cultural de la modernidad latinoamericana, como en su compleja relación con la modernidad pensada en tanto aspiración universal. 

De la misma forma en que la obra complejiza la idea de “vanguardia”, aunque no prescinde de ella, el análisis resiste el forzamiento a la unidad implícito en la calificación de “latinoamericano/a”, aplicada a sociedades complejas y diferentes entre sí. Sin embargo, no descarta la empresa de identificar y explicar la forma que asumieron en cada caso procesos que en la modernidad trascienden las fronteras nacionales. Para lograr tal objetivo, entonces, abandona todo intento de construir una historia unitaria, eligiendo tres casos nacionales que se desarrollan por separado, aunque centrados en ciertos tópicos comunes. De esta manera, cada uno de los casos puede presentarse con holgura, considerando sus particularidades y su bibliografía específica, ya que Gorelik se propone utilizar en términos significativos todo lo que los casos comparten, pero también todo aquello que los distingue, intentando que la conjunción produzca “iluminaciones cruzadas”, fórmula que elude de manera fructífera las simplificaciones u omisiones que suelen presentarse como consecuencias inevitables de los análisis comparativos. 

Retomando sugerencias de la “crítica a la ideología” protagonizada centralmente por Manfredo Tafuri y el grupo de historiadores de Venecia en los años 1960 y 1970, aunque reformulando sus planteos precisos - en vinculación con un trabajo histórico y crítico colectivo desarrollado desde 1980, dentro del cual se destaca la referencia intelectual de Jorge F. Liernur - Gorelik ha producido una obra tan compleja como precisa, referencia imprescindible para el trazado de una problemática contemporánea en el estudios de la modernidad en América Latina, con todas las implicancias registradas por la obra en la formulación de tal noción en términos universales. 

Notas 

1 Agrego citas, tal como aparecen en la publicación: “a entente entre vanguarda e Estado na arquitetura latinoamericana, o papel decisivo da vontade estatal de producir modernidades nacionais e o modo como a vanguarda encontra sua forma clássica, acoplnado-se a essa voluntade.” 

2 “Assim, por meio da arquitetura, vanguarda e Estado confluem na necessidade de construir uma cultura, uma sociedade e uma economia nacionais.” 

3 “a experiência da vanguarda latino-americana debe ser incorporada na composiçào da fotografia de família das vanguardas históricas que, quando completada, poderá ser ressignificada.”