Saber
versión On-line ISSN 2343-6468
Saber vol.28 no.1 Cumaná abr. 2016
COINFECCIÓN Enterobius vermicularis Y Dientamoeba fragilis EN CUATRO NIÑOS DE CIUDAD BOLÍVAR, ESTADO BOLÍVAR, VENEZUELA: ¿ES D. fragilis VEHICULIZADO POR LOS OXIUROS?
YTALIA BLANCO, RODOLFO DEVERA, IVÁN AMAYA, HECMARI LÓPEZ, EUKARIS LUIGI
Universidad de Oriente, Núcleo de Bolívar, Escuela de Ciencias de la Salud, Departamento de Parasitología y Microbiología, Grupo de Parasitosis Intestinales, Ciudad Bolívar, Venezuela E-mail: rodolfodevera@hotmail.com
RESUMEN
Se presenta el resultado de un estudio piloto en el cual, de seis niños con técnica de Graham positiva para Enterobius vermicularis, cuatro tenían Dientamoeba fragilis en las heces (coloración tricrómica positiva). Se discute sobre el posible papel del helminto en la trasmisión del protozoario.
PALABRAS CLAVE: Mecanismo de transmisión, parásitos intestinales, diagnóstico.
Enterobius vermicularis AND Dientamoeba fragilis COINFECTION IN FOUR CHILDREN FROM CIUDAD BOLÍVAR, STATE BOLÍVAR, VENEZUELA: IS D. fragilis TRANSMITTED BY PINWORMS?
ABSTRACT
We present the result of a pilot study in which, from a group of six children with positive Graham technique for Enterobius vermicularis, four had Dientamoeba fragilis in stool (positive trichromic staining). The possible role of the helminth in the transmission of the protozoan is discussed.
KEY WORDS: Transmission mechanism, intestinal parasites, diagnosis.
Recibido: junio 2015. Aprobado: septiembre 2015 Versión final: febrero 2016
Sr. Editor
Enterobius vermicularis (Nematoda: Oxyuridae) causante de la enterobiosis, es el helminto más frecuente a nivel mundial, fundamentalmente en la población infantil, con cifras de prevalencia media global de alrededor de 20%, que se eleva a 50% o más en niños con carencias socioculturales y ambientales (Maniscalchi et al. 2010, Botero y Restrepo 2012, Cazorla-Perfetti 2014). En Venezuela, como en la mayoría de los países de América Latina, la enfermedad se encuentra sub-registrada, pues los centros y las personas encargadas del diagnóstico no utilizan habitualmente la técnica de Graham. En el país, la prevalencia en niños oscila entre 17% y 57% (Greatty et al. 1994, Devera et al. 1998, Acosta et al. 2002, Requena-Certad et al. 2002, Cazorla et al. 2006, Requena-Certad et al. 2007, Cervantes et al. 2012, Maniscalchi et al. 2010, Humbría-Heyliger et al. 2012).
Por otro lado, la dientamebosis o dientamoebiasis es otra parasitosis intestinal pero causada por el protozoario flagelado Dientamoeba fragilis (Parabasalia: Tritrichomonadea). Se trata de un microorganismo del cual persisten muchas incógnitas, pero se considera que presenta una prevalencia nada despreciable, especialmente en niños (entre 0,4% y 42%), donde pudiera causar manifestaciones clínicas importantes (diarrea, dolor abdominal, flatulencias, anorexia y fatiga, entre otras) (Johnson et al. 2004, Guzmán de Rondón et al. 2008, Stark et al. 2010). Los pocos estudios en Venezuela donde se ha informado su presencia, muestran cifras de prevalencias bajas, generalmente menores al 5% (Chacín-Bonilla et al. 2008, Guzmán de Rondón et al. 2008, Devera et al. 2010).
En la presente comunicación, se muestran los resultados de un estudio piloto que tiene por objetivo determinar la presencia de coinfección E. vermicularis/D. fragilis en niños de Ciudad Bolívar (08º07’45” LN; 63º32’27” LO), estado Bolívar, en la Guayana Venezolana. Esta evaluación piloto se realizó entre mayo y junio de 2013, en el Centro de Educación Inicial Simoncito “Elsa Montes de Rivas”, e incluyó a 6 niños (2-5 años, 1 femenino y 5 masculinos) con técnica de Graham positiva para E. vermicularis. Posteriormente, se les solicitó una muestra de heces para determinar la presencia de D. fragilis mediante coloración tricrómica (Botero y Restrepo 2012).
De los seis casos de enterobiosis, en cuatro se verificó la presencia de D. fragilis (Fig. 1), es decir, casos de coinfección. Este hallazgo pareciera aportar evidencias que apoyan las sugerencias previas de otros autores: en la transmisión de D. fragilis, los huevos de E. vermicularis pudieran desempeñar algún papel (Dobell 1940, Burrows y Swerdlow 1956, Chang 1973). Con el pasar de los años prácticamente dos teorías son las más aceptadas para explicar la transmisión de D. fragilis: 1) a través de una fase quística como ocurre en otros protozoarios intestinales; 2) el helminto E. vermicularis es un vehiculizador del parásito en los huevos (Clark et al. 2014).
Figura 1. Dientamoeba fragilis en coloración tricrómica. Superior: Trofozoitos binucleados (superior: flechas). 400X. Inferior: Trofozoito uninucleado (flecha). 1000X.
Posiblemente ambas teorías sean ciertas (Barratt et al. 2011, Clark et al. 2014). La primera tenía el gran inconveniente de que no se había demostrado la presencia de la fase quística en este parásito; sin embargo, recientemente se ha verificado su existencia tanto en muestras de animales (Munasinghe et al. 2013) como de humanos (Stark et al. 2014). Por otro lado, también hay evidencia reciente que apoya la
segunda teoría, pues los estudios de Menghi et al. (2005), Ögren et al. (2013) y Röser et al. (2013) demostraron la presencia de ADN de D. fragilis en la superficie de huevos de E. vermicularis.
Por todo lo anterior, en la actualidad hay un debate mundial al respecto y se debe esperar por la realización de otros estudios para llegar a conclusiones definitivas sobre cuál mecanismo es el principal, y si ello tiene alguna implicación clínicopatológica (Barratt et al. 2011, Munasinghe et al. 2013, Röser et al. 2013, Clark et al. 2014, Stark et al. 2014).
Estos resultados, aunque preliminares y limitados, vienen a apoyar la segunda propuesta de transmisión de D. fragilis. Próximamente, se ampliará el estudio utilizando una muestra mayor de individuos. Sin embargo, desde ya hay que ir pensando que en todo paciente que se le diagnostique D. fragilis, es necesario aplicarle la técnica de la cinta adhesiva para buscar E. vermicularis y viceversa. Por otro lado, esta asociación tiene importantes connotaciones diagnósticas pues en el caso del helminto, requiere de una técnica diagnóstica especial que si no se solicita no suele realizarse de rutina en los laboratorios clínicos del país. Mientras que en el caso de D. fragilis, aunque puede observarse con técnicas más comunes o rutinarias no es fácil hacerlo. Además, se debe pensar en este parásito o tener el conocimiento sobre el mismo para diagnosticarlo. En nuestro medio, ante la limitación o ausencia de uso del cultivo y de técnicas moleculares, la coloración tricrómica sería la opción para evidenciar al protozoario; sin embargo, esta técnica tampoco se hace de rutina, debido a que los reactivos son difíciles de conseguir, costosos y, además, su ejecución es laboriosa. Esto implica que es necesario hacer cambios en los laboratorios clínicos del país, si es que se quiere diagnosticar de forma adecuada y correcta a estas dos especies de parásitos intestinales.
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