SciELO - Scientific Electronic Library Online

 
vol.28 número4En pacientes con vulvovaginitis de comunidades rurales del municipio caripe, Estado Monagas, Venezuela, 2014Prevalencia del edema macular cistoideo en pacientes adultos intervenidos de catarata por la técnica de facoemulsificación índice de autoresíndice de materiabúsqueda de artículos
Home Pagelista alfabética de revistas  

Servicios Personalizados

Revista

Articulo

Indicadores

Links relacionados

Compartir


Saber

versión impresa ISSN 1315-0162

Saber vol.28 no.4 Cumaná dic. 2016

 

ASPECTOS CLÍNICOS DEL SÍNDROME DE RETT EN PACIENTES VENEZOLANOS
 
FERNANDA RODRÍGUEZ RAMOS1,2, WILMER DELGADO LUENGO2, SANDRA GONZÁLEZ FERRER2
 
1 Universidad del Zulia, Facultad de Medicina, Instituto de Investigaciones Genéticas, Maracaibo, Venezuela,

2 Universidad de Oriente, Núcleo de Anzoátegui, Escuela de Ciencias de la Salud, Departamento de Medicina Interna, Sección de Genética Médica, Barcelona, Venezuela. E-mail: fernandarodriguezramos@gmail.com
 
RESUMEN
 
El síndrome de Rett (SR) es un trastorno del neurodesarrollo que a fecta a todos los grupos étnicos. Se caracteriza por  regresión psicomotora,  comportamiento  autista,  desaceleración  del  crecimiento  de  la  cabeza  (microcefalia postnatal),  convulsiones,  pérdida  de  las  funciones  propositivas  manuales  y  movimientos  repetitivos estereotipados de las manos. La prevalencia mundial es de 1:10.000 a 1:15.000 para el sexo femenino y 1:100.000 para varones. Es causado, en 90 a 95 % de los casos, por mutaciones en el gen MECP2. En Venezuela solo se ha reportado el caso de una paciente de 5 años de edad con los criterios diagnósticos de Baden de 2001. El objetivo de esta investigación fue clasificar según el fenotipo clínico a los pacientes con diagnóstico de SR referidos al Instituto de Investigaciones Genéticas de la Universidad del Zulia. Se elaboró para cada paciente la historia clínica genética, la aplicación de los criterios diagnósticos propuestos por Neul et al. (2010) y la escala de severidad de Kerr.  El  48%  de  los  24  pacientes  evaluados  presentaron  SR  atípico,  resultado  que  concuerda  con  estudios realizados  en  Israel  y  Malasia.  Los  pacientes  con  SR  atípico  presentaron  mayor  severidad  clínica  global  en comparación con pacientes con SR típico (p < 0,05). También se evidenció diferencia significativa en el trastorno del humor, siendo más severo en los pacientes con SR atípico. La severidad clínica incrementa en el grupo etario de 7-12 años en comparación con el grupo menor de 7 años.
 
PALABRAS CLAVE: Fenotipo clínico, escala de severidad de Kerr, criterios diagnósticos.

CLINICAL ASPECTS RETT SYNDROME IN VENEZUELAN PATIENTS
 ABSTRACT
 
Rett  syndrome  (RS)  is  a  neurodevelopmental  disorder  that  affects  all  ethnic  groups.  It  is  characterized  by psychomotor regression, autistic behavior, slowing growth of the head (postnatal microcephaly), seizures, loss of manual  propositional  functions  and  stereotyped  repetitive  hand  movements.  The  worldwide  prevalence  is  1: 10,000 to 1: 15,000 for females and 1: 100,000 for males. It is caused, in 90 to 95% of cases, by mutations in the MECP2 gene. In Venezuela, just one case of classic RS has been reported in a 5 year-old girl who was diagnoses by Baden 2001 criteria. The objective of this study was to classify, according to the clinical phenotype, the patients diagnosed  with  RS  who  were  referred  to  the  Genetics  Investigations  Institute  at  the  University  of  Zulia.  The genetic medical history, diagnostic criteria proposed by Neul et al. (2010) and Kerr severity scale were recorded from each patient. A total of 24 patients were evaluated and 48% of them had atypical SR, a finding consistent with studies in Israel and Malaysia. Patients with atypical SR had higher overall clinical severity compared with patients with typical SR (p < 0.05). A significant difference was also evident in the mood disorder, being more severe in patients with atypical SR. The clinical severity increases in the age group of 7-12 years compared to the less than 7 years group.
 
KEY WORDS: Clinical phenotype, Kerr severity scale, diagnostic criteria.

Recibido: enero 2016. Aprobado: julio 2016. Versión final: septiembre 2016.
 
INTRODUCCIÓN
 
El síndrome de Rett (SR) es  una enfermedad caracterizada por regresión psicomotora, comportamiento  autista,  desaceleración  del crecimiento de la cabeza (microcefalia postnatal), convulsiones, pérdida de las funciones propositivas manuales y movimientos repetitivos estereotipados de las manos (Hagberg et al. 1983). Afecta a todos los grupos étnicos y es la segunda causa  más  común  de  retardo  mental  en  el  sexo femenino, después del síndrome de Down (Petazzi et  al.  2013). El  SR pertenecía  al  grupo de  los Trastornos Generalizados del Desarrollo (TGD) o trastornos  del  espectro  autista,  sin  embargo,  se excluye  de  esta  categoría  en  el  DSM  V (Diagnostic  and  Statistical  Manual  of  Mental Disorders).
 
La prevalencia mundial del SR es de 1:10.000 a 1:15.000 para el sexo femenino y 1:100.000 para el  masculino  (Archer  et  al.  2006),  aunque  esta prevalencia  puede  variar  según  la  población estudiada  y la edad de los pacientes. En Estados Unidos: 0,51/10.000 entre 0 y 18 años; en Japón 0,22 - 0,50/10.000 en población femenina entre 6 a 14 años; en Noruega, 2,17/10.000 entre 3 a 19 años; en Australia 0,88/10.000 entre 5 a 18 años y 0,96/10.000 a los 12 años; en Toscana (Italia), de 2,1/1.000 entre 6 a 18 años. En  Latinoamérica  y en Venezuela en apariencia no hay reportes de la prevalencia del SR (Suzuki et al. 1989, Burd et al.1991, Terai et al. 1995, Pini et al. 1996, Leonard et  al.  1997,  Skjeldal  et  al.  1997,  Laurvick  et  al. 2006).
 
El  99%  de  los  casos  son  esporádicos  con recurrencia de 1% y, es causado, entre 90 a 95 %, por  mutaciones  en  el  gen  que  codifica  para  la proteína  2  de  unión  a  islas  CpG  metiladas (MeCP2),  localizado  en  el  locus  Xq28.  Más  de 1.000 mutaciones diferentes han sido verificadas en el gen MECP2 y se encuentran registradas en bases  de  datos  (The  Human  Gene  Mutation  y RettBASE). Estas mutaciones están presentes en el 95 a 97% de los pacientes con SR típico y en el 50 a  70%  de  los  atípicos  (Sampieri  et  al.  2007, OMIM 2011, Zahorakova et al. 2016). Dentro de las mutaciones registradas, las más frecuentes son R106W,  R133C,  T158M,  R168X,  R255X, R270X, R294X, V288X y se manifiestan en 65% de los pacientes con SR. Las deleciones extensas que involucran uno o más exones, se presentan en 37,8% de los pacientes con SR típico  y 7,5% de los atípicos; especialmente en aquellos pacientes en  quienes  previamente  no  se  habían  detectado mutaciones  luego  de  secuenciación  de  los  4 exones del gen MECP2 (Archer et al. 2006, Calfa et al. 2011).
 
El modo de herencia del SR varía debido a la heterogeneidad genética, siendo dominante ligada al X cuando hay afectación del gen MECP2 o del CDKL5, mientras que los casos con mutaciones en el gen FOXG1 son esporádicos (Roche-Martínez et  al.  2011,  Christianto  et  al.  2016).  Otro  gen probablemente involucrado en la etiología del SR es el Netrin G, aunque algunos autores difieren de su relevancia clínica (Borg et al. 2005, Nectoux et al. 2007).
 
La mayoría de los autores están de acuerdo en considerar  que  el  diagnóstico  del  SR  es  clínico, debido a su heterogeneidad fenotípica; por lo cual en  el  año  1988  se  establecieron  los  criterios diagnósticos  de  consenso (RSDCWG  1988). Posteriormente, considerando  que  existía  un amplio patrón de presentaciones clínicas asociadas  a  mutaciones  en  el  MECP2, fueron revisados  los  criterios,  en  el  año  2001,  en  el Congreso  de  la  Asociación  Europea  de Neurología  Pediátrica  realizado  en  Baden, Alemania  (Hagberg  et  al.  2002)  y,  más recientemente,  en  el  año  2010,  el  consorcio  de investigadores clínicos en SR (Rett Search), revisa y  amplia  nuevamente  los  criterios  y  sugieren  la nomenclatura  que  debe  utilizarse  (Neul  et  al. 2010). Neul et al. (2010) clasifican el SR en típico y atípico, este último puede presentarse con algunas de  sus  variantes  congénitas,  convulsiones tempranas  o  preservación  del  habla.  Concluyen que  para  el  diagnóstico  de  SR  típico  deben cumplirse: a. Un período de regresión, seguido de la  recuperación  o  estabilización  y  b.  Todos  los criterios  principales  (1.  Pérdida  parcial  completa de habilidades manuales intencionales adquiridas, 2.  Pérdida  parcial  o  total  del  lenguaje  oral adquirido, 3. Alteraciones de la marcha: ausencia de  la  capacidad  para  la  marcha  o  deterioro (dispraxia), 4. Movimientos estereotipados de las manos  como  torsión  de  la  mano,  exprimido, palmoteo,  aplausos,  lavado,  frotado)  y  todos  los criterios de exclusión).
 
Dentro de los criterios de exclusión para el SR típico  se  destaca  que  no  debe  coexistir  ninguna otra  causa  de  disfunción  neurológica  que justifique  los  síntomas  como  daño  cerebral secundario  a  trauma  perinatal  o  postnatal, enfermedad  neurometabólica,  infección,  retardo del  crecimiento  intrauterino,  organomegalias, enfermedades de depósito, microcefalia prenatal, atrofia  óptica  o  retinopatía,  evidencia  de  daño cerebral  adquirido  perinatalmente,  evidencia  de error  neurometabólico,  trastornos  neurológicos adquiridos  por  infecciones  o  trauma  craneal, cualquier otra causa de disfunción neurológica. En caso de estar presente otra causa neurológica debe catalogarse  como  SR  atípico;  esto  basado  en  el hecho que hay reportes de pacientes con todos los criterios diagnósticos para SR típico y mutaciones en MECP2 que coexisten con síndrome de Down. El otro criterio de exclusión  para la forma típica que  exponen  Neul  et  al.  (2010),  se  refiere  al desarrollo psicomotor francamente anormal en los primeros  seis  meses,  haciendo  la  salvedad  que dicho criterio no aplica a la forma atípica “variante congénita”.
 
El diagnóstico de SR atípico, según Neul et al. (2010), debe cumplir: a. Un período de regresión, seguido de la recuperación o estabilización, b. Al menos  dos  de  los  cuatro  criterios  principales  y cinco de los 11 criterios de soporte (trastornos de la  respiración,  bruxismo  durante  la  vigilia, alteración del patrón de sueño, alteración del tono muscular,  alteraciones  vasomotoras  periféricas, escoliosis  o  cifosis,  retardo  del  crecimiento, manos y pies pequeños y fríos, lenguaje, gritos o risas inapropiadas, disminución de la respuesta al dolor y contacto visual intenso).
 
Asimismo,  hay  investigaciones  que  intentan demostrar  la  relación  entre  las  mutaciones  y  la mayor  o  menor  severidad  del  síndrome,  la presencia  de  signos  específicos  y  los  problemas clínicos asociados (Kerr et al. 2001, Monrós et al. 2001,  Archer  et  al.  2006,  Scala  et  al.  2007, Stachon et al. 2007, Bao et al. 2008, Neul et al. 2008,  De  Lima  et  al.  2009).  Además  se  reporta  que la tasa de detección de mutaciones MECP2 es mucho mayor (20% vs 72%) cuando los pacientes se  diagnostican,  siguiendo  estrictamente  los criterios establecidos (Gauthier et al. 2005).
 
En Venezuela, Rojas  et al. (2002) reportaron una  paciente  de  5  años  de  edad  quien  a  los  18 meses  de  edad  fue  valorada  en  el  Servicio  de Neuropediatría  del  Instituto  Autónomo  Hospital de Los Andes (Mérida) por iniciar a los 8 meses de  vida  hipotonía  muscular,  pérdida  de  la capacidad de voltearse y de sentarse, posteriormente  el  habla  y,  además,  interrupción (desde los 11 meses de vida) del crecimiento del perímetro  cefálico  y  retraso  psicomotor.  Al examen  físico  a  los  4  años  de  edad  presentó microcefalia,  atenta,  mirada  expresiva,  seguía objetos con la mirada y los agarra, con estereotipia bucomanual  y  movimientos  lavatorios  de  manos pocos frecuentes, se sienta sola, con tendencia a la cifosis,  hipotonía  axial,  extremidades  miembros superiores  con  discreto  aumento  del  tono muscular  grado  I  según  escala  de  Aswhort,  y  en miembros inferiores espasticidad grado II, reflejos osteotendinosos  exaltados  Babinsky  (+)  no clonus. Se para con ayuda, con aumento de la base de sustentación y ligera flexión de rodillas, camina con ayuda, mantiene la posición de pie con ayuda. Se reportó hipoacusia periférica leve en medición bilateral. Potenciales evocados visuales normales. Electroencefalograma  y  mapeo,  focal  irritativo fronto-centro  temporal  hemicerebral  izquierda con propagación parietal contralateral. Tomografía  axial  normal.  Resonancia  magnética normal. El diagnóstico de SR se realizó aplicando los criterios de consenso aprobados en la reunión de  Baden  del  2001  a  los  5  años  de  edad,  sin embargo,  no  reportaron  estudio  molecular  de  la paciente.
 
La  aplicación  de  criterios  diagnósticos, permite  clasificar  los  tipos  clínicos  de  SR, establecer  la  relación  entre  el  fenotipo  y  el genotipo  orientando  qué  genes  deben  ser estudiados, aumentando así la tasa de detección de mutaciones,  orienta  al  genetista  y  a  la  familia, hacia la evolución clínica de los pacientes. En tal sentido, el SR típico y la variante preservación del habla  se  ha  asociado  a  mutaciones  en  el  gen MECP2, la variante congénita a mutaciones en el gen FOXG1 y la variante convulsiones tempranas a mutaciones en el gen CDKL5 (Neul et al. 2010, Pantaleón  y  Juvier  2015).  Actualmente  existen numerosas publicaciones que proponen estrategias  terapéuticas  a  nivel  génico  y farmacológico  para  mejorar  la  expresión  de  la proteína MeCP2 o las complicaciones asociadas al SR,  de  las  cuales  podrían  beneficiarse  los pacientes  en  quienes  se  haya  demostrado  la mutación en este gen. Sin embargo, la mayoría de estas  herramientas  terapéuticas  solo  han  sido probadas  en  modelos  animales,  por  lo  que  la disponibilidad  inmediata  de  las  mismas  para  ser aplicadas en pacientes con SR no es una realidad sino un desafío (Gadalla et al. 2011).
 
El objetivo de este estudio fue clasificar, según el fenotipo clínico, a los pacientes con diagnóstico de  SR  referidos  al  Instituto  de  Investigaciones Genéticas (IIG-LUZ) de la Facultad de Medicina de la Universidad del Zulia.
 
MATERIALES Y MÉTODOS
 
Se  incluyeron  en  el  estudio  a  todos  los pacientes referidos con diagnóstico presuntivo de SR  al  IIG-LUZ,  entre  enero  de  2008  y  junio  de 2012.  En  cada  paciente  se  elaboró  la  historia clínica genética y se aplicó la escala de severidad de Kerr (Kerr et al. 2001) y criterios diagnósticos publicados por Neul et al. (2010), de acuerdo con estos,  se  clasificaron  en  SR  típico,  SR  atípico (variantes preservación del lenguaje, convulsiones tempranas o congénita) o sus variantes.
 
La  escala  evalúa  20  parámetros  clínicos: circunferencia  cefálica  durante  el  primer  año  de vida,  progreso  en  el  desarrollo  temprano, circunferencia  cefálica  actual,  peso,  talla,  tono muscular,  postura  de  la  columna,  contracturas articulares,  función  motora  gruesa,  estereotipias manuales,  otros  movimientos  involuntarios,  uso voluntario  de  las  manos,  dificultad  oro-motora, discapacidad  intelectual,  lenguaje,  epilepsia, alteración  del  ritmo  de  la  respiración  en  vigilia, circulación  periférica  de  las  extremidades, trastornos en el humor y trastornos del sueño. La puntuación para cada parámetro de la escala según el grado de afectación puede ser de 2 puntos (alta), 1 punto (media) o 0 puntos (baja), por lo que lzos
pacientes podrían obtener puntuación total entre 0 y 40 puntos.
 
Para  el  análisis  estadístico  se  utilizó  el software SPSS  versión 20.0. La puntuación total de severidad clínica entre pacientes con SR típico y  atípico  se  comparó  utilizando  la  prueba  no paramétrica  para  muestras  independientes  de Mann Whitney U, la comparación de cada uno de los  parámetros  de  la  escala  de  severidad  entre pacientes SR típico y atípico se realizó mediante la  prueba  T  pareada.  Finalmente  se  aplicó ANOVA  a  la  severidad  clínica  de  acuerdo  al grupo etario. Para todos los métodos se consideró significancia estadística p < 0,05.
 
RESULTADOS Y DISCUSIÓN
 
Se  refirieron  al  IIG-LUZ  un  total  de  30 pacientes  de  género  femenino  con  diagnóstico presuntivo de SR de los cuales solo 24 cumplieron los  criterios  diagnósticos  publicados  por  Neul  et al. (2010). Posterior a la aplicación de los criterios diagnósticos  se  pudo  establecer  que  11  (42%) presentaban SR típico mientras que los 13 (48%) restantes  cursaban  con  SR  atípico.  Se  excluye  a una  paciente  con  SR  típico  del  análisis  clínico (relacionado  con  la  edad  y  severidad)  por  no aportar  información  completa  para  la  escala  de Kerr  (circunferencia  cefálica  durante  el  primer año de vida y progreso en el desarrollo temprano). La  media  de  las  edades  de  las  23  pacientes incluidas por el análisis clínico fue de 8,29 años (desviación  típica  5,36  años).  La  edad  promedio de  las  pacientes  con  SR  típico  fue  8,67  ±  6,45 años, mientras que en el SR atípico fue de 7,99 ± 4,6 años. 
 
En la Tabla 1, todas las pacientes con SR típico cumplieron  con  los  cuatro  criterios  principales mientras  que  en  los  atípicos  cuatro  pacientes (31%)  cumplieron  el  criterio  de  pérdida  del  uso voluntario de las manos acompañado de deterioro de la comunicación: La totalidad pacientes con SR atípico  (n  =  13;  100%)  presentaron  ausencia  del desarrollo de lenguaje o lenguaje muy rudimentario, 11 (85%) presentaron estereotipias manuales y 12 (92%) alteración de la marcha o no adquisición de la misma. Este resultado contrasta con  un  estudio  en  población  británica  donde    la pérdida  del  uso  de  las  manos  estuvo  presente  en casi  el  100%  de  las  pacientes  con  SR  evaluadas (Cianfaglione et al. 2015). Así también, Downs et
al. (2010), en pacientes australianas, concluyeron que  aproximadamente  un  tercio  de  las  pacientes no presentó  uso intencional de las  manos. Dicha habilidad está relacionada con el tipo de mutación y la edad de las pacientes, estando más deteriorada a  mayor  edad  y  en  presencia  de  la  mutación p.R168X  o  aquellas  que  generen  una  proteína MeCP2  truncada  tempranamente.  En  el  presente estudio  el  uso  voluntario  de  las  manos  estuvo comprometido  en  más  de  dos  tercios  de  las pacientes,  lo  que  conlleva  a  inferir  que  las pacientes venezolanas probablemente sean portadoras de mutaciones más severas.
 
Tabla 1. Criterios principales y secundarios que cumplieron los pacientes con SR típico y atípico estudiados

 
Con relación a los criterios secundarios (Tabla 1), los criterios observados con mayor frecuencia, tanto en pacientes con SR típico (82%) y atípico (92%),  fueron  bruxismo  al  estar  despierto  y lenguaje, risas o gritos inapropiados. Los criterios menos  frecuentes  en  pacientes  con  SR  típico (27%) fueron las alteraciones del patrón del sueño, escoliosis/cifosis  y  retardo  del  crecimiento, mientras que los trastornos de la respiración fue el criterio secundario menos frecuente en el grupo de SR atípico (38%). 
 
Los resultados de puntuación total y por ítem de  cada  paciente  evaluado  con  la  escala  de severidad clínica de Kerr et al. (2001) se reflejan en las figuras 1 y 2. Los pacientes con SR atípico presentaron  una  puntuación  global  de  severidad superior al de los pacientes con  SR típico con un promedio  de  19  (±  5,66)  y  15,8  (±  5,83) respectivamente.  El  resultado  de  la  prueba  de Mann Whitney U de los promedios de la severidad total fue significativamente mayor en el grupo con SR  atípico  (0,95)  que  en  el  grupo  con  SR  típico (0,79) con p = 0,012 (p < 0,05). Con relación a las puntuaciones por cada parámetro de pacientes los pacientes  con  SR  típico  y  atípico  no  se evidenciaron  diferencias  significativas  entre ambos  grupos,  excepto  para  el  parámetro  de trastornos  del  humor  el  cual  presentó  mayor severidad  en  pacientes  con  SR  atípico.  Este hallazgo  coincide  con  el  estudio  publicado  por Cianfaglione et al. (2015) en el cual los trastornos del humor fue un problema frecuente presente en 77  de  las  91  pacientes  británicas  evaluadas  con SR.
  
Figura 1. Puntuación total en la escala de Kerr obtenida por los pacientes con SR típico y atípico (se excluye a una paciente con SR típico por no aportar la información necesaria para completar los datos).

  
Figura 2. Superior: puntuaciones bajas, medias y altas de los parámetros 1 al 10 en la escala de severidad de Kerr de pacientes con SR típico y atípico. Inferior: puntuaciones bajas, medias y altas de los parámetros 11 al 20 en la escala de severidad de Kerr de pacientes con SR típico y atípico. Se excluye a una paciente con SR típico por no aportar la información necesaria para completar los datos.


La Epilepsia estuvo presente en el 50% de los pacientes estudiados, sin diferencias significativas entre  pacientes  típicos  y  atípicos.  Cardoza  et  al. (2011) empleando la encuesta de Rett de las Islas Británicas  (British  Isles  Rett  Syndrome  Survey) reportaron prevalencia de epilepsia de 67% en las pacientes  británicas  con  SR,  sin  diferencias significativas  entre  el  tipo  de  convulsión  y  el genotipo asociado.
 
En  este  trabajo,  el  48%  de  las  pacientes evaluadas tenían edades inferiores a 7 años, 22% entre 7 y 12 años, 22% entre 13 y 17 años y solo dos  pacientes  (8%)  con  edad  superior  a  17  años (Tabla 2).
 
Tabla 2. Rango de edades y severidad clínica total en pacientes con Síndrome de Rett típico y atípico estudiados.


De los 24 pacientes incluidos en el estudio, 11 se consideraron con SR típico y 13 con SR atípico, por  lo  que  existe  una  mayor  incidencia  de  SR atípicos  en  comparación  con  SR  típico,  lo  cual concuerda  con  estudios  realizados  en  Israel  y Malasia  (Yaron  et  al.  2002,  Fong  et  al.  2009). Pero  contrasta  con  la  tendencia  mundial  a  un predominio de los casos típicos sobre los atípicos descritos en los estudios de Monrós et al. (2001) en población española, Charman et al. (2005) en el  Reino  Unido,  Bao  et  al.  (2008)  en  China  y Santander  et  al.  (2010)  en  Chile.  El  estudio realizado  en  Israel  consistió  en  el  análisis molecular  del  gen  MECP2  en  37  pacientes  con sospecha  de  SR,  de  ellos  solo  17  fueron clasificados  como  SR  clásico  (cabe  destacar que este  estudio  se  publicó  en  el  2002  previo  a  la propuesta de los criterios diagnósticos por Neul et al.  (2010)  empleados  en  esta  investigación).  Así también,  el  estudio  de  mutaciones  en  el  gen MECP2 realizado en Malasia en 20 pacientes con SR, clasifican a 13 de ellos como variantes del SR.
 
En  23  pacientes  no  se  evidenciaron antecedentes  de  otros  familiares  con  SR,  esto concuerda con la literatura que describe que el 90-95% de los casos son esporádicos (OMIM 2011). En  Israel  de  37  pacientes  estudiados,  solo  uno presentó antecedente familiar de un hermano con encefalopatía  neonatal  severa.  Los  autores concluyeron  que  la  causa  era  el  mosaicismo gonadal en vista que los hermanos eran portadores de  la  misma  mutación  pero  ésta  se  encontraba ausente en la madre con un fenotipo normal. Otras causas de recurrencia que se consideraron fueron la  inactivación  preferencial  del  cromosoma  X materno  mutado  o  una  mutación  con  cambio  de sentido  o  que  genere  proteína  truncada tardíamente la cual se manifiesta con un fenotipo severo en el sexo masculino pero no en pacientes femenino  con  inactivación  balanceada  del cromosoma X (Yaron  et al. 2002).
 
En nuestro estudio, la paciente #39 presentó un hermano  con  diagnóstico  de  síndrome  de  West [epilepsia,  espasmos  infantiles,  trazado  eléctrico hipsarritmico y retraso o detención del desarrollo psicomotor  (Arce  et  al.  2011)],  fenotipo  que pudiese  confundirse  con  la  clínica  exhibida  por pacientes  masculinos con SR, en el cual pudiese sospecharse  de  recurrencia  de  mutaciones  del MECP2 heredada de uno de los progenitores. En este  caso  se  trataría  de  una  madre  portadora obligada  con  una  inactivación  preferencial  del cromosoma  X  mutado  y  fenotipo  normal,  pero capaz de heredar a su descendencia el cromosoma X mutado, tal y como se ha descrito en casos de recurrencia  (Ravn  et  al.  2011),  también  pudiese tratarse de mosaicismo germinal en alguno de los padres. Otra hipótesis podría ser una mutación en el Gen FOXG1, con herencia autosómica recesiva, que  se  ha  asociado  tanto  a  epilepsia  como  a  SR (Ariani et al. 2008, Dominique et al. 2009, Roche-Martínez et al. 2011, Pontrelli et al. 2014).
 
Así también, Saitsu et al. (2014) reportaron el caso  de  una  niña  de  5  años  de  edad  con características  similares  al  SR  cuyo  desarrollo inicial fue normal hasta que se desarrolló una serie de  espasmos  a  los  5  meses  de  edad.  El electroencefalograma  a  los  7  meses  mostró  un patrón  de  hipsarritmico,  lo  que  llevó  a  un diagnóstico  de  síndrome  de  West,  movimientos estereotipados de las manos desde los 8 meses de edad y posteriormente (a los 4 años y 9 meses de edad) se observaron rasgos autistas (como déficit en  la  comunicación,  la  hiperactividad  y  la excitabilidad).  La  secuenciación  del  exoma  del paciente y sus padres reveló una mutación de novo en  el  gen  TBL1XR ;  por  lo  anterior  ¿p odría  la paciente  #39  del  presente  estudio  y  su  hermano,
presentar una mutación en el gen TBL1XR?.
 
Con relación a la severidad clínica global, por grupo  etario,  se  evidenció  incremento  en  la severidad  clínica  global  (escala  de  Kerr)  en  los grupos  7  a  12  años  y  de  13  a  17  años  en comparación con las pacientes en el rango de edad inferior a los 7 años. Este hallazgo coincide con lo publicado por Colvin et al. (2003) en la población australiana.  También  se  ha  descrito  mayor incidencia  de  epilepsia  entre  los  7  y  12  años  y menos  edad  (Cardoza  et  al.  2011),  esta observación también pudo hacerse en este trabajo; sin embargo, la diferencia en  severidad entre los distintos grupos etarios no fue significativa. 
 
CONCLUSIONES
 
Existe una mayor incidencia de pacientes con SR atípicos en comparación con SR típico, lo cual concuerda  con  estudios  realizados  en  Israel  y Malasia, pero contrasta con la tendencia mundial a  un  predominio  de  los  casos  típicos  sobre  los atípicos.  Ninguno  de  los  pacientes  con  SR presentaron antecedentes de otros miembros de la familia  afectados  clínicamente  por  SR.  Los criterios  diagnóstico  más  característicos  de  los pacientes  con  SR  estudiados  fueron  la  ausencia del desarrollo del lenguaje/lenguaje muy rudimentario,  bruxismo  y  lenguaje/gritos/risas inapropiadas.  Los  pacientes  con  SR  atípico presentaron  mayor  severidad  clínica  global  que los pacientes con SR típico siendo esta diferencia significativa.  Dentro  de  los  parámteros  que conforman  la  escala  de  Kerr  se  evidenció diferencia significativa en el trastorno del humor, siendo más severo en los pacientes con SR atípico. Existe  incremento  en  la  severidad  clínica  en  el grupo etario de 7 a 12 años y de 13 a17 años en comparación con el grupo de menores de 7 años de edad.
 
AGRADECIMIENTOS
 
Al Dr. Joaquín Peña, MgSc. Luis E. Miranda, Lic. Doris Acosta, Dr. José A. Chacín, Dr. Marcos Gudiño, Dra. Maribel Alfonzo y Dr. Ángel Brito por  su  valiosa  colaboración  en  la  realización  de este trabajo de investigación.
 
REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS
 
1.ARCE E, RUFO M, MUÑOZ B, BLANCO B, MADRUGA M, RUIZ L, CANDAU M.  2011. West  syndrome:  aetiology,  therapeutic options,  clinical  course  and  prognostic factors. Rev. Neurol. 52(2):81-89.
          [ Links ]
2.ARCHER HL, WHATLEY SD, EVANS JC, RAVINE D, HUPPKE P, KERR A, BUNYAN D, KERR B, SWEENEY E, DAVIES SJ, REARDON W, HORN J, MACDERMOT KD, SMITH
RA, MAGEE A, DONALDSON A, CROW Y, HERMON G, MIEDZYBRODZKA Z, COOPER DN, LAZAROU L, BUTLER R, SAMPSON J, PILZ DT, LACCONE F, CLARKE AJ. 2006.  Gross rearrangements  of  the  MECP2  gene  are found  in  both  classical  and  atypical  Rett syndrome patients. J. Med. Genet. 43(5):451-456.         [ Links ]
 
3.ARIANI F, HAYEK G, RONDINELLA D, ARTUSO R, MENCARELLI MA, SPANHOL A, POLLAZZON M, BUONI S, SPIGA O, RICCIARDI S, MELONI I, LONGO I, MARI F,
 
4.BROCCOLI V, ZAPPELLA M, RENIERI A. 2008. FOXG1 is responsible for the congenital variant of Rett syndrome. Am. J. Hum. Genet. 83(1):89-93.
 
5.BAO X, JIANG S, SONG F, PAN H, LI M, WU XR. 2008.  X  chromosome  inactivation  in  Rett Syndrome and its correlations with MECP2 mutations and phenotype. J. Child. Neurol. 23(1):22-25.
 
6.BORG I, FREUDE K, KÜBART S, HOFFMANN K, MENZEL C, LACCONE F, FIRTH H, FERGUSON-SMITH MA, TOMMERUP N, ROPERS HH, SARGAN D, KALSCHEUER VM.
2005. Disruption of Netrin G1 by a balanced chromosome translocation in a girl with Rett syndrome.Eur. J. Hum. Genet. 13(8):921-7. 

7.BURD L, VESLEY B, MARTSOLF JT, KERBESHIAN J. 1991. Prevalence study of Rett syndrome in  North  Dakota  children.  Am.  J.  Med. Genet. 38(4):565-568.
 
8.CALFA G, PERCY AK, POZZO L.  2011. Experimental  models  of  Rett  syndrome based  on  MECP2  dysfunction.  Exp.  Biol. Med. (Maywood). 236(1):3-19.
 
9.CARDOZA B, CLARKE A, WILCOX J, GIBBON F, SMITH PE, ARCHER H, HRYNIEWIECKA A, KERR M. 2011. Epilepsy in Rett syndrome: association between phenotype and genotype,  and  implications  for  practice. Seizure. 20(8):646-649.
 
10.CHARMAN T, NEILSON TC, MASH V, ARCHER H, GARDINER MT, KNUDSEN GP, MCDONNELL A, PERRY J, WHATLEY SD, BUNYAN DJ, RAVN K, MOUNT RH, HASTINGS RP, HULTEN M, ORSTAVIK KH, REILLY S, CASS H, CLARKE  A, KERR AM, BAILEY ME. 2005. Dimensional  phenotypic  analysis  and functional  categorisation  of  mutations reveal novel genotype-phenotype associations in Rett syndrome. Eur. J. Hum. Genet. 13(10):1121-1130.
 
11.CHRISTIANTO A, KATAYAMA S, KAMESHITA I, INAZU T. 2016. A novel CDKL5 mutation in a  Japanese  patient  with  atypical  Rett syndrome.  Clin.  Chim.  Acta.  459(2):132-136. 
 
12.CIANFAGLIONE R, CLARKE A, KERR M, HASTINGS R, OLIVER C, MOSS J, HEALD M, FELCE D. 2015.  A  national  survey  of  Rett  syndrome: behavioural  characteristics.  J.  Neurodev. Disord. 7(1):11.
 
13.COLVIN L, FYFE S, LEONARD S, SCHIAVELLO T, ELLAWAY C, DE KLERK N, CHRISTODOULOU J, MSALL M, LEONARD H. 2003.  Describing  the  phenotype  in  Rett syndrome  using  a  population  database. Arch. Dis. Child. 88(1):38-43.
 
14.DE LIMA FT, BRUNONI D, SCHWARTZMAN JS, POZZI MC, KOK F, JULIANO Y, PEREIRA V. 2009.  Genotype-phenotype  correlation  in Brazillian  Rett  Syndrome  Patients.  Arq. Neuropsiquiatr. 67(3-A):577-584 
 
15.DOMINIQUE F, RAMASEAMY V, ANDERSEN J. 2009.  Atypical  Rett  Syndrome  with selective  FOXG1  deletion  detected  by comparative  genomic  hibridadation:  case report and review of literature. Eur. J. Hum. Gentet. 17(12):1577-1581.
 
16.DOWNS J, BEBBINGTON A, JACOBY P, WILLIAMS AM, GHOSH S, KAUFMANN WE, LEONARD H. 2010. Level of purposeful hand function as  a  marker  of  clinical  severity  in  Rett syndrome.  Dev.  Med.  Child.  Neurol. 52(9):817-823.
 
17.FONG C, THONG M, SAM K, MOHAMED N, ARIFFIN R. 2009.  MECP2  mutations  in Malasyan Rett syndrome patients. Singapore Med. J. 50(5):529-533.
 
18.GADALLA KK, BAILEY ME, COBB SR.  2011. MeCP2 and Rett syndrome: reversibility and potential  avenues  for  therapy.  Biochem  J. 439(1):1-14.
 
19.GAUTHIER J, DE AMORIM G, MNATZAKANIAN GN, SAUNDERS C, VINCENT JB, TOUPIN S, KAUFFMAN D, ST-ONGE J, LAURENT S, MACLEOD PM, MINASSIAN BA, 
ROULEAU GA.  2005.  Clinical  Stringency  Greatly Improves  Mutation  Detection  in  Rett Syndrome.  Can.  J.  Neurol.  Sci.  32(3):321-326.

20.HAGBERG B, AICARDI J, DIAS K, RAMOS O. 1983. A progressive syndrome of autism, dementia,  ataxia,  and  loss  of  purposeful hand use in girls: Rett's syndrome: report of 35 cases. Ann. Neurol. 14(4):471-479.
 
21.HAGBERG B, HANEFELD F, PERCY A, SKJELDAL O. 2002.  An  update  on  clinically  applicable diagnostic  criteria  in  Rett  syndrome. Comments  to  Rett  Syndrome  Clinical Criteria  Consensus  European  Journal  of Human  Genetics  Satellite  to  European Paediatric  Neurology  Society  Meeting, Baden  Baden,  Germany,  11  September 2001. Eur. J. Paediatr. Neurol. 6(5):293-297.
 
22.KERR AM, NOMURA Y, ARMSTRONG D, ANVRET M, BELICHENKO PV, BUDDEN S, CASS H, CHRISTODOULOU J, CLARKE A, ELLAWAY C, D´ESPOSITO M, FRANCKE
U, HULTEN M, JULU P, LEONARD H, NAIDU S, SCHANEN C, WEBB T, ENGERSTROM IW, YAMASHITA Y, SEGAWA M. 2001. Guidelines for reporting clinical  features  in  cases  with  MECP2 mutations. Brain Dev. 23(4):208-211.  

23.LAURVICK CL,  DEKLERK N, BOWER C, CHRISTODOULOU J, RAVINE D, ELLAWAY C, WILLIAMSON S, LEONARD H.  2006.  Rett syndrome  in  Australia:  a  review  of  the epidemiology. J. Pediatr. 148(3):347-352.
 
24.LEONARD H, BOWER C, ENGLISH D.  1997.The prevalence and incidence of Rett syndrome in Australia. Eur. Child Adolesc. Psychiatry. 6(Suppl 1):8-10.
 
25.MONRÓS E, ARMSTRONG J, AIBAR E, POO P, CANÓS I, PINEDA M. 2001. Rett syndrome in Spain:  mutation  analysis  and  clinical correlations. Brain Dev. 23(Suppl 1):S251-253.
 
26.NECTOUX J, GIRARD B, BAHI N, PRIEUR F, AFENJAR A, ROSAS H, CHELLY J, BIENVENU T.  2007.  Netrin  G1  mutations  are  an uncommon cause of atypical Rett syndrome with  or  without  epilepsy.  Pediatr.  Neurol. 37(4):270-274.
 
27.NEUL JL, FANG P, BARRISH J, LANE J, CAEG EB, SMITH EO, ZOGHBI H, PERCY A, GLAZED G.2008.  Specific  mutations  in  Methyl-CpG-Binding  Protein  2  confer  different  severity in Rett syndrome. Neurology. 70(16):1313-1321.
 
28.NEUL JL, KAUFMANN WE, GLAZE DG, CHRISTODOULOU J, CLARKE AJ, BAHI -BUISSON N, LEONARD H, BAILEY ME,SCHANEN NC, ZAPPELLA M, RENIERI A,HUPPKE
P, PERCY AK; RETTSEARCH CONSORTIUM. 2010. Rett syndrome: revised diagnostic  criteria  and  nomenclature.  Ann. Neurol. 68(6):944-950.
 
29.PANTALEÓN G, JUVIER T.  2015.  Molecular  basis of Rett syndrome: A current look. Rev. Chil. Pediatr. 86(3):142-151.
 
30.PETAZZI P, SANDOVAL J, SZCZESNA K, JORGE OC, ROA L, SAYOLS S, GOMEZ A, HUERTAS D, ESTELLER M.  2013.  Dysregulation  of  the  long  non-coding  RNA  transcriptome  in  a Rett  syndrome  mouse  model.  RNA  Biol. 10(7):1197-1203.
 
31.PINI G, MILAN M, ZAPPELLA M.  1996.  Rett syndrome  in  northern  Tuscany  (Italy): family tree studies. Clin. Genet. 50(6):486-490. 
 
32.PONTRELLI G, CAPPELLETTI S, CLAPS D, SIRLETO P, CIOCCA L, PETROCCHI S, TERRACCIANO A, SERINO D, FUSCO L, VIGEVANO F, SPECCHIO N. 2014. Epilepsy in patients with duplications  of  chromosome  14  harboring FOXG1. Pediatr. Neurol. 50(5):530-535.
 
33.OMIM  (ONLINE MENDELIAN INHERITANCE  IN MAN). 2011. Johns  Hopkins  University, Baltimore,  MD.  MIM  Number:  {300005}: {2011}: World Wide Web URL: http://omim.org/  

34.RAVN K, ROENDE G, DUNO M, FUGLSANG K, EIKLID KL, TÜMER Z, NIELSEN JB, SKJELDAL OH. 2011.  Two  new  Rett syndrome  families  and  review  ofthe literature:  expanding  the  knowledge  of MECP2  frameshift  mutations.  Orphanet  J. Rare Dis. 30(6):58.
 
35.ROCHE-MARTÍNEZ A, GEROTINA E, ARMSTRONG-MORON J, SANS-CAPDEVILA O, PINEDA M. 2011.  FOXG1,  a  new  gene  responsible  for the congenital form of Rett syndrome. Rev. Neurol. 52(10):597-602.
 
36.ROJAS D, OMAÑA A, SALINAS P. 2002. Un caso de síndrome de Rett. Médula. 9(1-4):37-40.
 
37.SAITSU H, TOHYAMA J, WALSH T, KATO M, KOBAYASHI Y, LEE M, TSURUSAKI Y, MIYAKE N, GOTO Y, NISHINO I, OHTAKE A, KING MC, MATSUMOTO N. 2014. A girl with West  syndrome  and  autistic  features harboring a de novo  TBL1XR1 mutation. J. Hum. Genet. 59(10):581-583.

38.SAMPIERI K, MELONI I, SCALA E, ARIANI F, CASELLI R, PESCUCCI C, LONGO I, ARTUSO R, BRUTTINI M, MENCARELLI MA, SPECIALE C, CAUSARANO V, HAYEK
G,ZAPPELLA M, RENIERI A, MARI F.  2007. Italian  Rett  database  and  biobank.  Hum. Mutat. 28(24):328.
 
39.SANTANDER P, TRONCOSO M, BARRIOS A, TRONCOSO A, PARRA P, SIEBER A.  2010. Síndrome  de  Rett.  Variabilidad  fenotípica asociada  a  mutaciones  en  el  gen  MECP2. [Internet] Actas del XIV Congreso Latinoamericano de Genética (ALAG). VIII Congreso de la Asociación Latinoamericana de Mutagénesis, Carcinogénesis y Teratogénesis  Ambiental  (ALAMCTA) XLIII Congreso de la Sociedad de Genética
de  Chile  (SOCHIGEN);  XXXIX  Congreso de  la  Sociedad  Argentina  de  Genética (SAG);  2010  Oct  01-05;  Chile,  Viña  del Mar. Disponible en línea en: http://www.sag.org.ar/resumenesalag2010chile.pdf. (Acceso 09.04.2011).
 
40.SCALA E, LONGO I, OTTIMO F, SPECIALE C, SAMPIERI K, KATZAKI E, ARTUSO R, MENCARELLI MA, D'AMBROGIO T,VONELLA G, ZAPPELLA M, HAYEK G, BATTAGLIA A, MARI F, RENIERI A, ARIANI F.  2007.  MECP2  deletions  and  genotype-phenotype  correlation  in  Rett  syndrome. Am. J. Med. Genet A. 143A(23):2775-2784.
 
41.SKJELDAL OH,  VON TETZCHNER S, ASPELUND F, HERDER GA, LOFTERŁD B.  1997.  Rett syndrome: geographic variation in prevalence in Norway. Brain Dev. 19(4):258-261.
 
42.SUZUKI H, HIRAYAMA Y, ARIMA M.  1989. Prevalence of Rett syndrome in Tokyo. No To Hattatsu. 21(5):430-433.
 
43.STACHON A, ASSUMPÇÃO F, RASKIN S. 2007. Rett syndrome: clinical and molecular characterization  of  two  Brazilian  patients. Arq. Neuro-Psiquiatr. 65(1):36-40.
 
44.TERAI K, MUNESUE T, HIRATANI M, JIANG ZY, JIBIKI I, YAMAGUCHI N. 1995.  The prevalence  of  Rett  syndrome  in  Fukui prefecture. Brain Dev. 17(2):153-154.
 
45.RSDCWG  (RETT SYNDROME DIAGNOSTIC CRITERIA WORK GROUP). 1988. Diagnostic criteria  for  Rett  syndrome.  Ann.  Neurol. 23(4):425-428.

46.YARON Y, BEN ZEEV B, SHOMRAT R, BERCOVICH D, NAIMAN T, ORR A.  2002.  MECP2 mutations  in  Israel:  implications  for molecular analysis, genetic counseling, and prenatal  diagnosis  in  Rett  syndrome.  Hum. Mutat. 20(4):323-324.
 
47.ZAHORAKOVA D, LELKOVA P, GREGOR V, MAGNER M, ZEMAN J, MARTASEK P. 2016. MECP2  mutations  in  Czech  patients  with Rett  syndrome  and  Rett  like  phenotypes: novel mutations, genotype-phenotype correlations  and  validation  of  high-resolution  melting  analysis  for  mutation scanning. J. Hum. Genet. doi:10.1038/jhg.2016.19.