Revista de la Sociedad Venezolana de Microbiología
versión impresa ISSN 1315-2556
Rev. Soc. Ven. Microbiol. v.23 n.1 Caracas ene. 2003
Conferencia de Apertura del VII Congreso Latinoamericano de Microbiología e Higiene de los Alimentos. Santiago de Chile, 11 de Noviembre de 2002.
Historia de la Microbiología de los Alimentos y su desarrollo en Latinoamérica.
The history of Microbiology in Foods and its development in Latin America.
Silvia Mendoza Galindo
Quisiera empezar recordando algo muy obvio, y es que nada, excepto el oxígeno que respiramos, es más importante en la vida que los alimentos; de ahí, entonces que este tema sea de tanto interés para los seres humanos y esté relacionado con la producción, el procesamiento, la preservación, distribución e inocuidad de los alimentos. Todas estas opciones, sin duda, involucran un fuerte componente microbiológico.
Mucho antes de que se conocieran los microorganismos, ya se hacían alimentos como el pan con levadura, las leches fermentadas y las bebidas, como el vino y la cerveza. Los fabricantes entonces no sabían ni entendían el proceso, y su trabajo era por acierto y error.
En el s. XIX, gracias a la pionera labor del padre de la Microbiología, Louis Pasteur, se logra demostrar la directa asociación entre los microorganismos y la producción y deterioro de los alimentos, y entre los microorganismos y las enfermedades que sufría el hombre. Entre los 70 ó más años siguientes, los científicos logran determinar que una gran cantidad de microorganismos producían enfermedades alimentarias. Ese sería el comienzo de la Microbiología de los Alimentos, y el progreso de ella sería posible por la contribución aportada por el Instituto Pasteur de Lille (Francia), por el CDC de Atlanta (EUA), el Centro de Investigación Científico Industrial, en Australia, el Instituto de Investigaciones de Alimentos y Carnes, de Gran Bretaña, y centenares de departamentos de Microbiología en Universidades de todo el mundo.
Sin embargo, y hasta unos 50 años atrás, a pesar de tener conocimiento del importante papel que tenían los alimentos en la difusión de ciertas enfermedades, la Microbiología de Alimentos era considerada como parte de la Microbiología General, y así la Microbiología de productos fermentados se enseñaba en las facultades de Agronomía, los patógenos que causaban las enfermedades eran estudiados en las escuelas de Medicina y Farmacia, y los análisis e investigaciones se realizaban en laboratorios e instituciones gubernamentales.
No se puede definir con exactitud, la fecha en que comienza la Microbiología de Alimentos a ser reconocida como una disciplina independiente, ya que la ciencia avanza a diferentes velocidades en los distintos países; pero se podría decir que dos (2) son los hechos principales responsables de esta definición de independencia:
1. Los estudios de reportes de enfermedades causadas por alimentos, ya mejor estudiados y mejor difundidos en los países desarrollados, demostraron que la ocurrencia de estas enfermedades, en términos de casos producidos y pérdidas económicas, eran superiores a los causados por otros agentes. De ahí nace la necesidad de incentivar la investigación en esta área y en los procedimientos para controlar su entrada y subsecuente desarrollo de los microorganismos en los alimentos.
2. El segundo hecho fue el gran incremento del comercio internacional de alimentos, los cuales eran producidos en distintos continentes en grandes cantidades o lotes, provenientes, a veces, de áreas endémicas de enfermedades entéricas, hecho que ponía en peligro la salud de la población así como grandes pérdidas económicas.
Nace entonces, la urgente necesidad de poner estricta atención en la producción de alimentos y en sus buenas prácticas de fabricación y manipulación, y en un completo conocimiento de los factores envueltos en la contaminación microbiana y la determinación de las enfermedades.
La apreciación de esta situación a nivel internacional llevó a la formación de la Sección de Microbiología e Higiene de los Alimentos en la Asociación Internacional de Sociedades de Microbiología (IAMS), bajo la presidencia del Dr. Maurice Ingram, de Inglaterra. Esta sección de la IAMS, determinó que era necesario proporcionar una guía a los procesadores de alimentos y a las agencias de control, principalmente enfocada en dos problemas:
a) Conocimiento de la significancia de los microorganismos cuando éstos se encuentran en los alimentos (especialmente algunas especies), y
b) Establecer criterios microbiológicos (especificaciones y estándares), así como de métodos efectivos para detectarlos y enumerarlos, ya que hasta ese entonces las diferentes agencias oficiales utilizaban metodologías diversas que no hacía comparable los resultados de un país a otro.
Para cumplir con esta tarea, se creó una comisión científica independiente, que se tendría que abocar prioritariamente a proponer métodos adecuados y límites aceptables, particularmente para aquellos alimentos que se mueven en el comercio internacional. Esto sucede en 1962, fecha de la creación de la Comisión Internacional de Especificaciones Microbiológicas de los Alimentos (ICMSF), la cual todos ustedes conocen, y que está formada por expertos microbiólogos de diversos países, cuya labor es ad honorem y que provienen de la industria de alimentos, de las Universidades o de las agencias de control; pero que no representan ni a sus países ni a sus instituciones.
La primera reunión de la ICMSF se realiza en Montreal, Canadá, bajo la presidencia del Dr. Thatcher, de Canadá, y el Dr. David Clark, quien fuera después Secretario-Tesorero de esta Comisión por algo más de 18 años. En 1964, el Dr. Fernando Quevedo, de Latinoamérica, es incorporado como miembro titular de la ICMSF.
Esta comisión, a los pocos años de trabajo, considera pertinente crear subcomisiones en las cuales estuviesen también representados los países en desarrollo, y así se crean 5 subcomisiones, siendo una de ellas el LAS, o Subcomité Latinoamericano, bajo la presidencia del Dr. Fernando Quevedo, de Perú, y la Dra. Josefina Gómez Ruiz, de Venezuela, como secretaria, en 1967. Son incorporados enseguida como miembros del LAS el Dr. Sebastião Timo Iaria, de Brasil, la Dra. Nenúfar de Caruso, del Uruguay, y Silvia Mendoza, de Chile.
Esta subcomisión, en su inicio, estuvo constituida por profesores y ex - alumnos del CLEIBA, al cual me referiré más adelante.
Quienes tuvimos la gran oportunidad de conocer muy de cerca el espléndido y fructífero trabajo de la ICMSF, ya que asistimos más de una vez a las reuniones anuales que se realizaban en distintos lugares del mundo, pudimos traer a Latinoamérica la información de primera fuente, y así cada uno de los miembros del LAS comenzamos a difundir en los respectivos países, a través de clases, seminarios, congresos e inclusive asesorías, a las industrias nacionales, los valiosos conocimientos aprendidos de la ICMSF.
Tal vez fue esta estrecha relación de los miembros del LAS y con la ICMSF lo que con el correr de los años hace reconocer a sus ejecutivos que el LAS ha sido la subcomisión más exitosa de las formadas, hace ya más de tres décadas.
Es muy difícil comenzar a hablar de Microbiología de los Alimentos, sin mencionar la gran influencia de la ICMSF y de sus subcomisiones a nivel mundial y regional. Ninguna otra organización o agencia internacional ha hecho más para el desarrollo de la Microbiología de los Alimentos, especialmente en lo referente a las prácticas de muestreo y análisis microbiológicos. Sólo para dar un ejemplo: los planes de 2 y 3 clases, desarrollados solo por esta comisión han sido adoptados y aceptados por agencias reguladoras nacionales e internacionales como el Codex Alimentario y la Federación Internacional de la Leche (FIL). Otro de sus grandes logros, son sus libros publicados; ellos han sido la guía o pilar fundamental para la enseñanza en nuestras universidades y también para la industria y las agencias reguladoras de control.
Contribución hecha en Latinoamérica por el CLEIBA y el LAS.
Los primeros miembros del LAS fueron profesores y ex alumnos del CLEIBA, que es el Centro Latinoamericano de Enseñanza e Investigación de la Bacteriología Alimentaria y tiene su sede en Lima, Perú.
El CLEIBA fue fundado el 27 de septiembre de 1963, sobre las bases de las cátedras de Microbiología e Higiene de los Alimentos en la Universidad Mayor de San Marcos, Lima, Perú.
En sus 39 años de vida institucional ha efectuado actividades de gran trascendencia. Entre ellas se deben señalar:
a) La organización de 15 cursos intensivos internacionales, tres de ellos fuera del Perú; uno de ellos en Medellín, Colombia (1964); otro en Quito, Ecuador (1965) y otro en Caracas, Venezuela (1967).
b) Organización de numerosos cursos y talleres internacionales en universidades del interior del país.
c) Publicación de libros, monografías y artículos en revistas nacionales y extranjeras, y la dirección de más de 100 tesis de grado para optar al título de Químico-Farmacéutico, Biólogo o Ingeniero Pesquero.
d) El CLEIBA ha organizado también, desde 1969, campañas nacionales e internacionales sobre la Higiene y Protección de los Alimentos.
e) Varios ex alumnos del centro han sido docentes universitarios, miembros del LAS por muchos años; otros son líderes del control de alimentos en sus países de origen o directores técnicos de industrias nacionales o extranjeras.
En los cursos internacionales han participado, además de su director y docentes peruanos, distinguidos especialistas de renombre internacional, tales como los profesores D. Mossel; R. Buttiaux Beehrens, Ingram y otros, ya que el CLEIBA ha tenido auspicio y patrocinio de países como Francia, Países Bajos, Reino Unido y también de la OPS/OMS y algunas industrias de alimentos del Perú.
El director fundador del CLEIBA es el Dr. Fernando Quevedo, quien se desempeña en su primer período de director desde 1963 hasta 1969, año en que es seleccionado para dirigir el Laboratorio Panamericano de Microbiología de Alimentos, como parte de un proyecto de PNUD (OPS/OMS) con sede en Buenos Aires, Argentina.
Allí permanece un período de 17 años, durante el cual continúa la enseñanza e investigación en esta área, formando en Argentina una excelente generación de relevo de microbiólogos alimentarios, que se destacarán más tarde en las Universidades, industrias de alimentos, laboratorios de control y otros
Durante los 27 años de ausencia del Dr. Quevedo del Perú, quien asume el cargo de directora del CLEIBA desde 1975 hasta 1997 es la Dra. María Alina Ratto (actual presidenta del LAS), quién continuó con la tarea de impulsar y difundir la Microbiología de Alimentos en todo el Perú.
Cuando el Dr. Quevedo regresa al Perú, asume nuevamente la dirección del CLEIBA hasta la presente fecha.
Vayan mis felicitaciones y agradecimientos, como ex alumna del CLEIBA, para sus esforzados directores y demás profesionales de ese prestigioso centro latinoamericano, que desde hace ya casi cuatro décadas ha cumplido una reconocida tarea pionera en la formación de Microbiólogos de Alimentos en América Latina.
Subcomisión Latinoamericana LAS - Filial de la ICMSF.
En su inicio, esta subcomisión estuvo constituida por profesores y ex alumnos del CLEIBA, hecho que fue muy positivo, ya que se tenía interés en la formación común adquirida en los cursos internacionales, de manera tal que se podían plantear objetivos similares en nuestros países para obtener con el mismo tiempo, logros muy parecidos. Entre ellos pondré énfasis en lo que fue el comienzo de la enseñanza de la Microbiología de los Alimentos en Latinoamérica.
La enseñanza de esta disciplina como tal comienza en Venezuela y Perú en la década de los 60´s. En 1961, la Dra. Josefina Gómez Ruiz (QEPD) crea esta cátedra en la facultad de Química y Farmacia de la Universidad Central de Venezuela, y en 1963 el Dr. Fernando Quevedo hace lo propio en la Universidad Nacional Mayor de San Marcos en Lima. Ambos profesores eran ex alumnos del Instituto Pasteur de Lille (Francia), y ambos tuvieron el objetivo de impulsar y desarrollar esta enseñanza en América Latina.
Así, en la Argentina, en la década de los 70´s, desde el Centro Panamericano de Zoonosis (CEPANZO) el Dr. Quevedo fortalece el dictado de cursos nacionales e internacionales en esta materia; lo mismo sucede en algunas universidades nacionales.
En Brasil, por ese tiempo, se crea esta disciplina en el Instituto de Ciencias Biomédicas en São Paulo, y su profesor es el Dr. Sebastião Timo Iaria, miembro del LAS y ex alumno del CLEIBA, quien a partir de 1977 se encargaría también de impartir cursos de esta especialidad en diversas Universidades brasileñas.
Lo mismo sucede en Chile donde la enseñanza comienza en la Facultad de Química y Farmacia de la Universidad de Chile y, a partir de 1972, en la carrera de Ingeniería de los alimentos. Fue profesora la Dra. Silvia Mendoza, también miembro del LAS y ex alumna del CLEIBA, quien al trasladarse a Venezuela continúa enseñando Microbiología de los Alimentos en la Universidad Simón Bolívar de Caracas, quedando a cargo de la Microbiología de los Alimentos en Chile el Profesor Luis López, hasta la presente fecha.
En Colombia, a pesar que el Dr. Hernán Puerta fue miembro del LAS por algunos años, también ex alumno del CLEIBA, la Microbiología de los Alimentos tarda algunos años más, y se inicia en los años 90´s en la Universidad de Pamplona. Posteriormente, otros programas profesionales y tecnológicos contemplan dentro de sus carreras el estudio de la Microbiología de los Alimentos.
En Uruguay, en la misma década, el dictado de la Microbiología de los Alimentos se inicia en cursos optativos en las facultades de Química y Farmacia, Veterinaria, Agronomía y Medicina, y a partir de los 80´s, en la carrera de Ingeniería de los Alimentos.
La Dra. Nenúfar de Caruso, miembro del LAS y ex alumna del CLEIBA, es la profesora de esta materia en la facultad de Medicina Veterina
Relato lo concerniente a estos países por tener información de los miembros del LAS.
Probablemente en aquellos países que no han sido nombrados, su desarrollo ha sido algo más lento, pero de hecho, ya en los congresos latinoamericanos se ha visto la activa participación de microbiólogos de alimentos de Paraguay y Centroamérica.
En la década de los 70´s, específicamente en 1974, se celebra en Caracas, Venezuela, el VI Congreso Latinoamericano de Microbiología, en el cual el LAS presenta una recomendación al Congreso para la creación de una sección de Microbiología de los Alimentos dentro de la Asociación Latinoamericana de Microbiología, como así mismo, la creación de las secciones o capítulos de la especialidad en las respectivas sociedades nacionales de Microbiología.
Años más tarde, en 1979, esto se cumple en la Asociación Latinoamericana de Microbiología, pero en las sociedades nacionales esto tarda un poco más, ya que para ese entonces el grupo de microbiólogos de alimentos de nuestros países era reducido.
En la actualidad, Argentina, Brasil, Colombia, Uruguay, Venezuela y probablemente otros países, tienen en sus respectivas asociaciones un capítulo para la Microbiología de los Alimentos. En el caso de Chile, desde hace dos años funciona paralelamente una Sociedad Chilena de Microbiología e Higiene de los Alimentos, gracias a la iniciativa de la Dra. Eliana Marambio, miembro del LAS y presidenta de este congreso.
Podemos decir que es a comienzos de la década de los 80´s que la Microbiología de Alimentos empieza su mejor desarrollo y sus primeros pasos de independencia en nuestro continente, para lograr la mayoría de edad en noviembre de 1987 en Buenos Aires, Argentina; cuando nuestros colegas argentinos, con una valentía y esfuerzo encomiables, dan el gran paso al organizar independientemente el I Congreso de Microbiología e Higiene de los Alimentos; como diría el Dr. Quevedo en su inauguración: "escribiendo una de las más preciadas páginas del progreso y modernización de la Microbiología Alimentaria en Latinoamérica".
Desde entonces se ha seguido exitosamente con esta comunicación y difusión de conocimientos en la región latinoamericana, al organizar cada dos (2) años estos eventos. Así se ha cumplido, al celebrarse en Caracas, Venezuela, en 1989, el II Congreso, bajo la presidencia de nuestra querida colega, amiga y profesora, la Dra. Josefina Gómez Ruiz (QEPD) y con la asistencia como invitada de honor de la prestigiosa microbióloga de la ICMSF, la Dra. Betty Hobbs, que ha fallecido recientemente y a quien rindo mi homenaje y admiración. Luego, el III Congreso se realiza en Montevideo, Uruguay, en 1992, bajo la presidencia de la Dra. Nenúfar de Caruso, también miembro del LAS.
Cuatro años más tarde, en 1996, se celebra el IV Congreso en Lima, Perú, bajo la responsabilidad de la Dra. Alina Ratto y del Dr. Fernando Quevedo. El V Congreso se realiza en Aguas de Lindoia, Brasil, liderado por otro antiguo miembro del LAS, el Dr. Sebastião Timo Iaria, para llegar nuevamente a Buenos Aires, Argentina, en el Año 2000, bajo la organización del actual secretario del LAS, Lic. Ricardo Sobol, para celebrar el VI Congreso. Hoy, en este nuevo milenio, nos encontramos reunidos aquí en Santiago de Chile para celebrar el VII Congreso de esta Microbiología de los Alimentos que día a día crece y avanza, entusiasmando cada vez más a los microbiólogos jóvenes, que son la generación de relevo y la esperanza de nuestro futuro. A la Dra. Eliana Marambio, miembro del LAS, y al Comité Organizador, vayan todos nuestros agradecimientos, en esta oportunidad.
En la organización de todos los eventos siempre ha estado presente un miembro del LAS del país sede, y hemos contado con la participación de miembros de la ICMSF en el dictado de cursos y/o conferencias, lo que le ha dado un mayor brillo y realce a nuestras reuniones científicas.
En relación al desarrollo que ha tenido la Microbiología de Alimentos en Latinoamérica, me referiré solamente a algunos aspectos:
1. Enseñanza. Si las décadas de los 70´s y 80´s marcan la creación de las cátedras independientes de Microbiología de los Alimentos en algunas facultades de algunos países, al cabo de casi 30 años hemos crecido de manera apreciable, ya que la enseñanza de esta disciplina se ha extendido a los institutos tecnológicos que gradúan técnicos superiores en alimentos, a la Universidades en sus distintas carreras de pregrado y también de postgrado. Profesiones que han incorporado esta materia en los estudios curriculares, ya sea en cursos obligatorios o electivos, son muchas, pudiendo nombrar entre otras:
a. Biólogos, farmacéuticos, veterinarios, bioquímicos, ingenieros de alimentos, ingenieros pesqueros, ingenieros químicos, ingenieros agroindustriales, agrónomos, microbiólogos, licenciados en Bromatología, en Química, en Nutrición y Tecnología de Alimentos, además de los postgrados de Tecnología y Ciencias de los Alimentos.
b. En la revisión de la bibliografía recomendada figuran, además de otros, todos los libros de la ICMSF.
c. En el Congreso Microal 2000, en Buenos Aires, se expuso un excelente trabajo sobre la enseñanza de la microbiología alimentaria.
2. Normalización de los alimentos. Si bien es cierto que existen en los distintos países organismos o institutos encargados de la normalización, en el año 90 se realizó una revisión de las normas de los países latinoamericanos y centroamericanos, y se pudo apreciar que en ese entonces la conformación y expresión de las normas se hacía en forma irregular y poco uniforme, lo que dificultaba la comparación entre los países. En los últimos años se han venido revisando y actualizando tanto los reglamentos sanitarios de alimentos (Perú, 1997, Chile 2000) como la normalización, y en estas tareas han participado decididamente los microbiólogos alimentarios. En el presente, la mayoría de los países tienen sus normas tomando como base el libro N° 2 de la ICMSF, y así, para ningún microbiólogo de alimentos que hoy trabaje en las Universidades, en agencias oficiales, en las industrias procesadoras de Alimentos o en laboratorios de control les será desconocido el porqué se han aplicado los planes de 2 y 3 clases y saber el significado de: n, de c, de m y M al leer e interpretar una de las normas microbiológicas de alimentos de cualquier país.
Otro desempeño importante de los especialistas, también en el año 91 y posteriores, está relacionado con le epidemia de cólera que empezó en Perú en el año 91 y dónde, gracias a la participación de estos profesionales, entre ellos la Dra. Ratto y el Dr. Quevedo, junto al equipo de salud, tuvieron a su cargo responsablemente, no sólo los análisis de los alimentos contaminados, sino también la labor de explicar a través de los medios de comunicación qué era Vibrio cholerae, sus características, su viabilidad y cómo se podía prevenir una mayor expansión de la epidemia. Este episodio, que comenzó en Perú, encendió la luz de alarma en todos los países del continente, y enseguida los microbiólogos, junto a los equipos multidisciplinarios de profesionales de la salud, empezaron las debidas campañas de vigilancia epidemiológica y la enseñanza masiva a la población, a través de los medios de comunicación y visitas a las distintas regiones, para dar a conocer las medidas que ayudaría a prevenir su expansión.
Fue ésta acción mancomunada y rápida de los profesionales del equipo de salud, lo que evitó que se produjeran más casos de los reportados en cada país.
3. Participación en las actividades del Codex Alimentarius y otros. En los comités nacionales y en sus comisiones técnicas, los microbiólogos han estado participando e incorporándose a estas reuniones en las distintas regiones. Ha sido, también, evidente la incorporación de estos profesionales en los grupos ILSI (International Life Sciences Institute), que funcionan en nuestro continente. Ellos son el ILSI-Argentina, ILSI-Brasil, ILSI-Surandino (integrado por Chile y Perú) y el ILSI-Norandino (integrado por Ecuador, Colombia y Venezuela), que se incorporó en el año 2000 y ya en marzo del año 2001 se realizaba en Caracas el I Seminario Nacional de Inocuidad de Alimentos y HACCP, donde participaron microbiólogos de Colombia, Venezuela y EUA.
Análisis de Peligros y Control de Puntos Críticos.- HACCP
Respecto a este sistema para gerenciar la inocuidad alimentaria, se emplea obligatoriamente en todos los países latinoamericanos que tienen industrias pesqueras con productos de exportación, a requerimiento de los países importadores. Algo similar ocurre en la industria de la carne y otras especies, y así en la Argentina hace ya más de tres (3) años que es obligatorio contar con el HACCP para exportar los productos a Estados Unidos; y en Uruguay, la Comunidad Europea lo exigirá como obligatorio a partir del año 2003.
Las industrias procesadoras de alimentos transnacionales han aplicado el HACCP hace ya tiempo, y las nacionales están motivadas, para lo cual han tenido que solicitar talleres y asesorías a microbiólogos de alimentos de cada país.
En algunos países ya se tiene la Norma Genérica, y en Perú se está trabajando para la norma de auditoría del HACCP.
En Colombia existe un grupo bien consolidado en la aplicación y difusión del HACCP, liderado por el Prof. Jairo Romero, quien ha publicado y difundido sus libros, escritos en español, en la mayoría de los países latinoamericanos.
Y en relación a la inocuidad de los alimentos, debo citar la creación de la Red Interamericana de Laboratorios de Análisis de Alimentos (RILAA), cuyo objetivo es el de uniformar las técnicas y criterios en el análisis de los alimentos y donde la participación de los microbiólogos de Centroamérica y Latinoamérica ha sido muy activa, asistiendo a los cursos dictados por especialistas del FDA en Puerto Rico, en el presente año. Esto para cumplir con la norma ISO #17.025.
Para finalizar, quisiera dirigir unas palabras, especialmente para los jóvenes microbiólogos presentes, si puedo presumir que mi edad y experiencia me permitan hacerlo.
La Microbiología de los Alimentos es y será siempre una de las más nobles e interesantes disciplinas a estudiar para muchos y variados profesionales, y siempre habrá la necesidad de que gente joven trabaje en este campo, para que a través de su experiencia, puedan velar por la calidad e inocuidad de los alimentos que consumen nuestros países y la humanidad entera. En la época en que vivimos ha habido muchos cambios en los métodos de preservación, y todo ello repercute en la Microbiología de los Alimentos. También ha habido cambios en la metodología microbiológica, ya que, además de los métodos convencionales o clásicos que usábamos hace años, hoy también existen métodos rápidos, ya sean bioquímicos, inmunológicos o moleculares, para la detección de patógenos, por ejemplo; pero esta investigación debe continuar, para lograr que estos métodos rápidos, precisos y fáciles de realizar, puedan ser más económicos y estén al alcance de todos nuestros países.
Habrá investigación interesante para microbiólogos, genetistas y biotecnólogos, para controlar, por ejemplo, el desarrollo de patógenos y sus toxinas en alimentos, y estoy pensando en la manipulación genética, que ya ha logrado reducir los pesticidas como peligros químicos en alimentos por una disminución de su empleo en la agricultura, o también, como se ha incrementado el contenido de hierro en el arroz, para una mejor nutrición de la población.
Y esta biotecnología la tenemos ya en nuestro continente, en la celebración de congresos, en los proyectos de ley para promover esta investigación en nuestras universidades, y ya se han abierto laboratorios de análisis para la evaluación de la inocuidad de los alimentos genéticamente modificados (alimentos transgénicos). Sin duda, entre los productos más importantes de la biotecnología se encuentran los alimentos, los insumos agropecuarios y los fármacos.
El mundo de la tecnología está cambiando tan aceleradamente que no nos alcanzamos a dar cuenta de las profundas transformaciones que están sucediendo, y mucho menos de las que vendrán en el futuro. Como ustedes ven, hay un amplio e interesante escenario en el cual ustedes pueden y deben participar. Lo importante es tener en mente que no todo está hecho, que se ha recorrido bastante y se han obtenido grandes logros, pero que es un camino al cual no se le ve fin.
Hace ya más de 50 años Einstein advertía que «los imperios del futuro se construirían sobre "el conocimiento" y que sólo serían exitosos los pueblos que entendieran cómo generarlos, cómo protegerlos y cómo atraer y retener a los jóvenes capaces de desarrollarlos».
Mantengan entonces sus mentes muy abiertas y den rienda suelta a su imaginación, y no olviden aquellos versos que dicen: "Caminante, no hay camino, se hace camino al andar".
Sean todos muy bienvenidos y aprovechen al máximo este congreso, que cuenta con la presencia de un selecto grupo de especialistas de renombre internacional.
Muchas gracias.