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Boletín de Malariología y Salud Ambiental

versión impresa ISSN 1690-4648

Bol Mal Salud Amb v.52 n.1 Maracay  2012

 

Presencia de Meccus longipennis y Triatoma recurva en el estado de Durango, México

Presence of Meccus longipennis and Triatoma recurva in the state of Durango, Mexico

José Alejandro Martínez-Ibarra1*, Benjamín Nogueda-Torres2 Oziel Dante Montañez-Valdez3, Gonzalo Rocha-Chávez3, José María Tapia-González3

1 Área de Entomología Médica,

2 Becario de COFAA, Departamento de Parasitología, Escuela Nacional de Ciencias Biológicas, Instituto Politécnico Nacional, México, D.F.

3 Departamento de Desarrollo Regional, Centro Universitario del Sur, Universidad de Guadalajara, Ciudad Guzmán, Jalisco, México.

*Autor de correspondencia: aibarra@cusur.udg.mx

RESUMEN

Se reporta por primera vez la recolecta de ejemplares de Meccus longipennis (Usinger) y de Triatoma recurva (Stål) en el estado de Durango. La búsqueda de triatominos se realizó durante 12 meses (septiembre 2010-agosto 2011) en cuatro comunidades de dos municipios (Pueblo Nuevo y Mezquital) del estado de Durango. Se recolectaron 71 ejemplares de M. longipennis y seis de T. recurva provenientes mayoritariamente del interior de las viviendas humanas (recámaras). La presencia de M. longipennis en el área abre la posibilidad de un riesgo potencial de transmisión de Trypanosoma cruzi Chagas a las poblaciones humanas del área estudiada.

Palabras clave: Triatominos, Meccus longipennis, Triatoma recurva, Durango, México.

SUMMARY

The collection of Meccus longipennis (Usinger) and of Triatoma recurva (Stål) in the state of Durango is reported for the first time. Both species were collected during twelve months (from September 2010 to August 2011) in four localities of two municipalities (Pueblo Nuevo y Mezquital) in the state of Durango. Seventy one specimens of M. longipennis and six of T. recurva were collected mostly from indoors of human dwellings (bedrooms). Presence of M. longipennis means a potential risk of transmission of Trypanosoma cruzi Chagas to human populations in the study area.

Key words: Triatomines, Meccus longipennis, Triatoma recurva, Durango, México.

Recibido el 22/01/2012 Aceptado el 30/03/2012

En México se considera que al menos 1.5 millones de habitantes están infectados con Trypanosoma cruzi (Chagas, 1909) y que este número se incrementa en casi 70.000 casos por año. Se estima que 70 millones de personas viven en áreas endémicas de la enfermedad de Chagas y que aproximadamente 20 millones están en riesgo por visitar esporádicamente dichas áreas (Ramsey et al., 2003. Actualidades sobre la epidemiología de la enfermedad de Chagas en México. En: Iniciativa para la vigilancia y el control de la enfermedad de Chagas en la República Mexicana. Eds. Ramsey et al.: 85-103. Instituto Nacional de Salud Pública, Cuernavaca, México). La principal ruta de infección por T. cruzi en humanos (96%) es por contacto con las heces de hemípteros de la subfamilia Triatominae, de los que se han reportado un mínimo de 30 especies en México (Cruz-Reyes & Pickering-López, 2006. Mem. Inst. Oswaldo Cruz 101: 345-354). Entre dichas especies, las siete del complejo Phyllosoma [Triatoma mexicana (Herrich-Schaeffer), 1848, Meccus pallidipennis (Stål), 1872, M. picturatus (Usinger), 1939, M. mazzottii (Usinger), 1941, M. bassolsae (Alejandre-Aguilar, Nogueda-Torres, Cortés-Jiménez, Jurberg, Galvão & Carcavallo), 1999, M. phyllosomus (Burmeister), 1835 y M. longipennis (Usinger), 1939], son consideradas responsables de 74% de la transmisión vectorial de T. cruzi a los humanos en México (Ibarra-Cerdeña et al., 2009. Acta Trop. 110: 178-186). De las especies del complejo Phyllosoma, M. longipennis es considerada como un vector de importancia epidemiológica en su área de distribución, por su potencial capacidad de transmitir T. cruzi a los hospederos (Martínez-Ibarra et al., 2003. Mem. Inst. Oswaldo Cruz 98: 899-903), así como por su distribución, grado de domiciliación y altos indicadores entomológicos (Salazar-Schettino et al., 2010. J. Selva Andina Res. Soc. 1: 57-80). Dicha especie de triatomino tiene una distribución continua en ocho estados del país, por la costa pacífica, desde el área limítrofe del estado de Michoacán con el estado de Jalisco, hasta el centro del estado de Sinaloa, (incluyendo los estados de Colima y Nayarit) y desde el suroeste del estado de Chihuahua (limítrofe con el centro de Sinaloa) hasta el poniente del estado de Guanajuato (incluyendo los estados de Aguascalientes y Zacatecas), limítrofe con el estado de Jalisco (Fig. 1) (Breniere et al., 2010. Am J. Trop. Med. Hyg. 83: 382-387; Licón-Trillo et al., 2010. Bol. Malar. Salud Ambient. 50: 311-313; Salazar-Schettino et al., 2010. Op. cit.; Martínez-Ibarra et al., 2011. Mem. Inst. Oswaldo Cruz 106: 445450). Esta continuidad en la distribución de la especie se ve interrumpida por la carencia de datos sobre el estado de Durango, donde no existen investigaciones recientes sobre presencia de triatominos. Por otra parte, T. recurva (Stål, 1868), es considerada como una especie de importancia epidemiológica secundaria en el occidente de México (Breniere et al., 2010. Op. cit.), pero con importancia en los estados de Sonora y Chihuahua (Paredes et al., 2001. Rev. Latinoam. Microbiol. 43: 119-122; Licón-Trillo et al., 2010. Op. cit.), ubicados en el noroeste y norte del país, respectivamente. Su área de distribución es igualmente continua e incluye los estados de Nayarit, Sinaloa, sur de Sonora y de Chihuahua, en simpatría con M. longipennis en Nayarit y Chihuahua (Cruz-Reyes & Pickering-López, 2006. Op. cit.; Breniere et al., 2010. Op. cit.; Licón-Trillo et al., 2010. Op. cit.). Al igual que en el caso de M. longipennis, la carencia de datos recientes sobre la presencia triatominos en el estado de Durango rompe la continuidad y genera una interrogante sobre su presencia en dicha área. En consecuencia, como parte de una serie de estudios sobre la biología y ecología de los triatominos mexicanos se realizó un estudio con la finalidad de averiguar sobre la presencia de especies de triatominos en dos áreas del estado de Durango.

Se realizaron muestreos en cuatro localidades de dos municipios del estado de Durango (Fig. 1), seleccionadas por estar ubicadas en las cercanías de localidades en los estados limítrofes con Durango donde recientemente se había reportado la presencia de triatominos (Martínez-Ibarra, datos no publicados.). Las localidades muestreadas fueron: El Jocuixtle (23º 25’N, 105º 34’W), El Carrizo (23º 24’ N, 105º 22’W) y El Naranjito (23º 23’N, 105º 23’W), en el municipio de Pueblo Nuevo y Huazamota ( 22º 52’ N, 104º 49’ W), en el municipio del Mezquital.

Las áreas de estudio de cada municipio presentaron diferentes condiciones ambientales. Las tres localidades del municipio de Pueblo Nuevo se ubican entre 940 msnm (El Jocuixtle) y 1035 msnm (El Naranjito). Presentan clima cálido subhúmedo, con temperaturas en primavera y verano "épocas de más abundancia de triatominos" (Martínez-Ibarra et al., 2010. Biomedica 30: 140-145), oscilantes entre los 18º y 22oC y una precipitación pluvial anual de 1374,2 mm. Esta área se caracteriza por la presencia de huizache [Acacia farnesiana (L.) Willd, 1806], roble (Quercus cressifolia Humb & Bonpl, 1809), mezquite [Prosopis laevigata (Humb & Bonpl ex Willd) M. C. Johnst, 1962], palo azul (Cyclolepis genistoides Don, 1832), guásima (Guazuma ulmifolia Lam, 1789) y guayaba (Psidium guajava L, 1753). En el caso de Huazamota (ubicada a 552 msnm), el clima es templado, con temperaturas de 20º a 24oC en primavera y verano y precipitación pluvial anual de 800 a 1.000 mm. En dicha localidad, la vegetación más abundante se integra por capomo (Brosimum alicastrum Sw, 1788), amate [Ficus glaucescens (Liebm), 1891], huanacaxtle [Enterolobium cyclocarpum (Jacq) Griseb, 1860], higuera (Ficus carica L, 1753), álamo (Populus alba L, 1753) y guásima [SEGOB (Secretaría de Gobernación) (2010). Enciclopedia de los Municipios de México. Documento en Línea. Disponible en http://www.elocal.gob.mx/wb2/ELOCAL/ELOC_Enciclopedia (consultado: 2011, Junio 24)].

A cada zona se realizaron doce viajes de recolecta, de dos días cada uno, durante los meses de septiembre de 2010 a agosto de 2011. Para la recolecta de los triatominos se utilizó el método de la participación comunitaria, ya que éste ha probado ser altamente efectivo (Feliciangeli et al., 2007. Bol. Mal. Salud Amb. 47: 103–117; Abad-Franch et al., 2011. PLoS Neglect. Trop. Dis. 5: 1-15). Este método consistió en mostrar a la gente ejemplares de triatominos vivos o montados con alfileres de las especies reportadas en las áreas de estudio, e igualmente entregar trípticos con imágenes de dichos triatominos e indicaciones para su captura y almacenamiento, así como con información general sobre la enfermedad de Chagas. En las visitas a las comunidades se solicitó a los habitantes la entrega de los triatominos recolectados por ellos, se trasladaron a recipientes de plástico, adicionados con un acordeón de papel, se tomaron los datos de recolecta y se trasladaron los ejemplares al laboratorio para su identificación y posterior análisis en búsqueda de infección por T. cruzi.

Los triatominos recolectados fueron identificados siguiendo las claves de uso más común (Lent & Wygodzinsky, 1979. Bull. Am. Mus. Nat. Hist. 163: 123-520), tomando en cuenta la revalidación del género Meccus (Carcavallo et al., 2000. Entomol. Vect. 7: 79-82.). Para la realización del análisis en busca de T. cruzi a los triatominos se les alimentó sobre ratas Wistar (Rattus norvegicus Berkenhout, 1769), posteriormente fueron trasladados individualmente a cajas Petri, para esperar su defecación. Cuando ocurrió ésta, se tomó una gota de heces, se le puso en un portaobjetos, se le adicionó una gota de solución salina y se observó al microscopio, en búsqueda de epimastigotos y/o tripomastigotos metacíclicos.

Se recolectaron sólo ejemplares adultos de dos especies de triatominos, M. longipennis y T. recurva. En la zona del municipio de Pueblo Nuevo sólo se recolectaron ejemplares de M. longipennis (27). Estos se encontraron en cinco (12,2 %, n = 41) casas de El Jocuixtle y la totalidad de casas en El Carrizo (n = 2) y el Naranjito (n = 3). Se encontraron principalmente en las recámaras (55,6%, n = 27) y los refugios peridomésticos de animales (37%), como gallineros y sitios de reposo de perros. Cinco (18,5 %) de los ejemplares capturados resultaron positivos a presencia de T. cruzi.

En Huazamota se recolectaron ejemplares tanto de M. longipennis (34) como de T. recurva (6). Los ejemplares de M. longipennis fueron capturados en 22 (14,6%, n = 151) de las casas de la comunidad, en tanto que los de T. recurva lo fueron en dos (1,3%) casas.

Los ejemplares de M. longipennis mostraron un color naranja rojizo intenso en el conexivo, diferente del naranja amarillento típico de la especie. Los ejemplares de cada especie se localizaron primordialmente (67,7% y 83%, M. longipennis y T. recurva, respectivamente) en las recámaras, seguidos de refugios peridomésticos de animales (26,5%) en M. longipennis y por fuera de las paredes de las casas (16,7%) en el caso de T. recurva. Los porcentajes de infección por T. cruzi fueron de 20,6% para M. longipennis y de 33% para T. recurva.

En este estudio se reporta por vez primera la presencia de M. longipennis e igualmente la de T. recurva en el estado de Durango. Si bien no existen reportes previos de cada una de estas especies en Durango, no es de sorprender su presencia, pues ambas han sido reportadas en los vecinos estados de Nayarit, Chihuahua y Sinaloa, en condiciones ambientales similares a las reportadas en Durango (Breniere et al., 2010. Op. cit.; Licón-Trillo et al., 2010. Op. cit.).

Los porcentajes de casas infestadas por M. longipennis fueron similares en El Jocuixtle y en Huazamota, probablemente porque las condiciones de vivienda eran similares (abiertas, con aleros) y no impedían el desplazamiento de los triatominos desde el exterior de las casas hacia éstas. Estos porcentajes fueron superiores a los reportados para esta especie en Michoacán (7%) y Chihuahua (8,3%), estados donde M. longipennis es una especie secundaria, pero inferiores a lo reportado en Jalisco y Nayarit (19,767,3%), donde esta especie es considerada el vector principal de T. cruzi a las poblaciones humanas (Martínez-Ibarra et al. 2008. J. Med. Entomol. 45: 476-482). En el caso de T. recurva, el porcentaje de casas infestadas fue similar al reportado para Nayarit (2%) y Chihuahua (3%) (Breniere et al., 2010. Op. cit. Licón-Trillo et al., 2010. Op. cit.), lo que corrobora que se trata de una especie esencialmente silvestre (Zeledón et al., 1983. Interciencia 8: 384395), que invade ocasionalmente las viviendas humanas, posiblemente atraída por las luces de las viviendas, como se ha registrado para otras especies esencialmente silvestres, como T. brailovskyi Martínez, Carcavallo & Peláez, 1984 y T. bolivari Carcavallo, Martínez & Peláez, 1987 (Martínez-Ibarra et al., 2010. J. Vector Ecol. 35: 432-434).

La mayoría de los ejemplares de las dos especies recolectadas se encontraron dentro de las recámaras, lo que indica mayor grado de riesgo de infección por T. cruzi para las poblaciones humanas, por el incremento en las posibilidades de contacto vector-hombre.

Los porcentajes de infección por T. cruzi en M. longipennis fueron cercanos a 20%, los cuales se enmarcan dentro de los porcentajes comunes para esta especie triatomina en diferentes áreas de México (Salazar-Schettino et al., 2010. Op. cit.). Ello confirma la importancia de esta especie como vector de T. cruzi a las poblaciones humanas en su área de distribución.

Un tercio de los ejemplares de T. recurva examinados fueron positivos a la infección por T. cruzi, porcentaje muy superior al 5,2% obtenido para esta especie en Chihuahua pero casi la mitad del obtenido (65%) en ejemplares de Caborca, Sonora. La diferencia respecto a los resultados de Chihuahua es que en ese estado se trataba de ejemplares recolectados en cuevas, con poca probabilidad de tener contacto con reservorios infectados, en tanto que la diferencia con los ejemplares de Sonora parece radicar en la potencial existencia en la zona de estudio de personas y reservorios animales infectados (Paredes et al., 2001. Op. cit.).

La recolecta de ejemplares atípicos de M. longipennis da pié al planteamiento de que los reportes en algunas compilaciones (Martínez-Campos, 2003. Conocimiento actual sobre la distribución de los triatominos en México. En: Iniciativa para la vigilancia y el control de la enfermedad de Chagas en la República Mexicana. Eds. Ramsey et al.: 105-123. Instituto Nacional de Salud Pública, Cuernavaca, México; Cruz-Reyes & Pickering-López, 2006. Op. cit.; Salazar-Schettino et al., 2010. Op. cit.) sobre la presencia de M. mazzottii en Durango, hayan sido de identificaciones erróneas de ejemplares atípicamente de coloración intensa de M. longipennis, como probablemente ocurrió en Michoacán con estas mismas dos especies (Martínez-Ibarra et al., 2011. Op. cit.). Reforzado el planteamiento por el hecho de que M. mazzotti tiene su área de distribución en los estados sureños de Oaxaca y Guerrero (Ramsey et al., 2000. Med. Vet. Entomol. 14: 19-30; Rodriguez-Bataz et al., 2011. Rev. Biomed. 22: 31-40).

Al parecer, la distribución de M. longipennis en Durango parece estar focalizada en zonas pequeñas cercanas a localidades positivas a presencia de esta especie en los estados de Sinaloa y Nayarit, aisladas por las condiciones físicas y ambientales de localidades adyacentes en Durango donde la supervivencia de los triatominos estaría restringida. Sin embargo, se requiere de vigilancia entomológica en las zonas positivas a presencia de triatominos, para evitar su potencial dispersión, por medios activos o pasivos, como probablemente ocurrió con T. dimidiata [(Latreille), 1811] en Michoacán (Martínez-Ibarra et al., 2011. Op. cit.).