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Revista del Instituto Nacional de Higiene Rafael Rangel

versión impresa ISSN 0798-0477

INHRR v.39 n.2 Caracas dic. 2008

 

Potabilidad del agua de uso doméstico en el estado Nueva Esparta, Venezuela.

Domestic water potability in Nueva Esparta state, Venezuela.

María M Iriarte R1 y Ana Gómez V2

1 Fundación La Salle de Ciencias Naturales, Campus de Margarita, Lab. de Microbiología, Dpto. de Control de Calidad - EDIMAR. Apdo. Postal 144, Porlamar, Edo. Nva. Esparta, 6301, Venezuela. Tel. - Fax (58-295) 2398051. miriarte2000@yahoo.es 

2 CORPOSALUD, Dirección Regional de Salud, Ingeniería Sanitaria, Porlamar, Edo. Nueva Esparta, 6301, Venezuela. Tel. (58-295) 261.1620. ana.carmen@cantv.net.

RESUMEN

Este trabajo evalúa la potabilidad del agua para uso doméstico en las islas de Margarita y Coche, de muestras captadas entre los años 1999 a 2006. Se analizaron 757 muestras que están registradas en los Libros de Certificado de Ensayo del Laboratorio de Microbiología (Fundación La Salle de Ciencias Naturales). Se hicieron análisis de coliformes totales, coliformes fecales, Escherichia coli, estreptococos fecales y Pseudomonas aeruginosa (NMP/100 ml), y recuentos de organismos heterótrofos aerobios (UFC/ml) según Normas COVENIN y APHA. También se midió pH, tem peratura y cloro residual libre. En el agua recién llegada del continente los porcentajes de incumplimiento fueron inferiores (cloro residual libre 64%; coliformes totales 27% y organismos heterótrofos aerobios 17%) a los promedios encontrados una vez ingresada a la red de distribución estadal (cloro residual libre 84%; coliformes totales 60% y organismos heterótrofos aerobios 40%). Se hallaron relaciones negativas significativas entre los valores de cloro residual y coliformes totales, coliformes fecales, P. aeruginosa y organismos heterótrofos aerobios (r = -0,27; -0,19; - 0,41 y –0,38 respectivamente; p < 0,0001), resaltando la importancia de la cloración para mantener la potabilidad del agua. Por el contrario, relaciones positivas significativas (p < 0,0001) se constatan entre los valores de cada uno de los grupos estudiados, lo que indicaría que tienen un origen común, principalmente de origen fecal. Se concluye que un porcentaje elevado de las muestras de agua evaluadas incumplieron las normas de potabilidad, lo que implica riesgos potenciales a la salud.

Palabras clave: Agua potable, Monitoreo del agua, Calidad del agua, Abastecimiento del agua.

ABSTRACT

This work evaluates the compliance with drinking water norms in 757 samples collected in Margarita and Coche Islands, Venezuela. Samples were analyzed between 1999 and 2006 and the results are registered in the Microbiology Laboratory Certification Books (Fundación La Salle de Ciencias Naturales). Analysis of total coliforms, fecal coliforms, E. coli, faecal streptococci and P. aeruginosa (MPN/100 ml) and heterotrophic plate counts (FCU/ml) were made according to COVENIN and APHA norms. The pH, temperature and free chlorine levels were measured. In the water coming directly from the continent the percentage of data not conforming with norms was lower (free chlorine level 64%; total coliforms 27% and heterotrophic plate count 17%) when compared to the average from the internal distribution net (free chlorine level 84%; total coliforms 60% and heterotrophic plate count 40%). A negative significative relation between free chlorine levels and total coliforms, fecal coliforms, P. aeruginosa and heterotrophic plate count (r = -0.27; -0.19; -0.41 and –0.38 respectively; p < 0.0001), showing chlorine´s importance to maintain microbial safety of drinking water. Equally, a positive significative relation (p < 0.0001) was found between the numbers of evaluated groups, pointing a common source of bacteria. It was concluded that a high percentage of the evaluated samples of water did not fulfill the drinking water norms and it involved potential risks to public health.

Key words: Drinking water, Water´s analysis, Water´s standard, Water supply.

Recibido: 30 de julio de 2007 / Aceptado: 29 de noviembre de 2007

INTRODUCCIÓN

El agua con fines de uso doméstico debe ser potable, para lo cual debe poseer cualidades físico-químicas, organolépticas y microbiológicas que reduzcan la probabilidad de ocasionar enfermedades. Entre las afecciones asociadas al consumo de agua están, entre otras, aquellas originadas por bacterias Escherichia coli, Shigella y Campylobacter; por protozoarios, como la giardiasis, y por virus, como el de la hepatitis A (1). E. co li es el indicador clásico de la presencia de patógenos entéricos en el agua, por la relación directa entre esta bacteria y la contaminación fecal (2).

Las lluvias torrenciales o inundaciones causan contaminación a las aguas tratadas de embalses o pozos. La presencia de virus y bacterias en el agua se ve favorecida cuando se añaden dosis insuficientes de desinfectante durante su tratamiento, cuando se dan fallas en la presión dentro de las tuberías de distribución o porque se encontraban en el agua niveles altos de estos microorganismos antes de ser tratada (3).

El propósito de tratar el agua para su potabilización es suministrar a los consumidores un líquido libre de patógenos (4). La cloración se aplica desde el siglo XIX con el fin de detener la diseminación de microorganismos patógenos (5), reduciendo con ello la mortalidad por enfermedades como la fiebre tifoidea. Sin embargo, la desinfección del agua no reemplaza de ningún modo la etapa de filtración.

Concluido el tratamiento de potabilización, el agua se envía a la población a través de redes de distribución. En éstas, las deficiencias se deben a fallas en la desinfección del agua o por no tener el nivel requerido de cloro residual libre (6); o por la corrosión de las tuberías y por presencia de aguas de alcantarillado en las proximidades. Mantener el nivel de cloro en el agua es difícil, por ello no puede predecirse su concentración en las tuberías (7).

La Norma Venezolana (8) recomienda 0,5 mg l-1 de cloro residual libre para el agua de consumo suministrada por la red, con el fin de garantizar bajos niveles de bacterias. Esto no previene el desarrollo de biofilms microbianos en las tuberías (9), que generan mayor demanda de desinfectante, favorecen la multiplicación de coliformes, corroen las tuberías y producen olores y sabores desagradables (10).

En Venezuela, la Ley Orgánica para la prestación de los servicios de agua potable y de saneamiento (11) regula la producción de agua (captación a partir de cursos superficiales, embalses, lagos o acuíferos), su subsiguiente potabilización y su conducción hasta las redes de distribución, incluyendo su entrega a los usuarios, que la reciben potable, pero existen fuentes de contaminación por mal manejo del producto (usuarios, recipientes de depósito) tales como el contacto del agua con manos o envases cuando se capta para su uso (12), condiciones ambientales domésticas, hábitos culturales y grado de pobreza de las personas involucradas (13).

Cada región cuenta con unas condiciones que se toman en cuenta para garantizar un suministro de agua adecuado en cantidad y calidad. Una zona que presenta características peculiares es el estado Nueva Esparta, conformado por las islas de Margarita, Coche y Cubagua. Por no contar con un sistema de abastecimiento a través de aguas subterráneas y/o superficiales, el Instituto Nacional de Obras Sanitarias (INOS) se vio obligado a solucionar el problema del agua por otros medios (14) y el escogido fue traerla desde tierra firme.

El recurso hídrico de la isla de Margarita proviene de dos embalses ubicados en el estado Sucre, el de Clavellinos, que aporta unos 200-250 l/seg y el de Turimiquire, con unos 1.650 l/seg. En la Isla, ambos se interconectan y conforman el sistema de distribución principal. La isla de Coche recibe unos 20 l/seg del agua que se envía desde el embalse de Clavellinos, aunque requiere doble volumen del líquido.

Varias investigaciones se han realizado en la región sobre el agua de uso doméstico. En ellas se ha determinado que el agua depositada en tanques presenta mayor número de bacterias que el líquido suministrado por HidroCaribe, C.A. (15, 16, 17). También se ha estudiado el tipo de depósitos utilizados para almacenar agua (18) y el agua de pozos subterráneos (19).

Entre la población neoespartana existe la matriz de opinión generalizada de que el agua recibida en sus hogares no reúne las características requeridas de potabilidad, por tal motivo el presente trabajo tuvo como objetivo evaluar los resultados obtenidos de los ensayos correspondientes a las 757 muestras de agua para el consumo de las islas de Margarita y Coche, que se analizaron durante los años 1999 a 2006, comparándolos con los requisitos establecidos por organismos de salud pública.

MATERIALES Y MÉTODOS

El lugar, fecha y cantidad de muestras fue pre-establecido por el Departamento de Ingeniería Sanitaria (CORPOSALUD), de acuerdo con la programación anual de control y vigilancia del agua, y para dar respuesta a so licitudes de la autoridad municipal. Las muestras fueron captadas por inspectores adscritos a esa dependencia y se analizaron en el Laboratorio de Microbiología de Alimentos y Aguas del Departamento de Control de Calidad (EDIMAR), de la Fundación La Salle de Ciencias Naturales.

A pie de grifo y con un equipo de campo de lectura digital marca HeachTm, modelo Sension, se midió el pH y la temperatura. La comprobación del cloro residual libre se hizo por la técnica de comparador visual, marca Hach, modelo CN-66 (0 – 3,5 mg/l). Las muestras, una vez recolectadas, se identificaron (20, 21) y se colocaron en una cava para su traslado al laboratorio.

Para medir la apariencia del líquido se utilizaron criterios subjetivos referidos a la transparencia o presencia de turbiedad, ausencia o presencia de color y olor, comparándolos con un volumen similar de agua destilada.

Los análisis de las muestras se efectuaron dentro de las seis horas después de su captación. Se hicieron re cuentos de organismos heterótrofos aerobios a 35 °C (UFC/ml) y de coliformes fecales y Escherichia coli (NMP/100 ml) (21), así como de coliformes totales, Pseu domonas aeruginosa (22, 23) y estreptococos fecales (24).

Los resultados de los análisis fueron extraídos de los Libros de Certificado de Ensayo correspondientes a los años 1999 a 2006. En dichos documentos están registrados los lugares de las tomas de muestras. Las 757 muestras se agruparon en tres bloques: 1°: aguas recibidas desde tierra firme (202 muestras); 2°: aguas del subsuelo insular (52 muestras); y 3°: aguas de la red de distribución a nivel municipal (503 muestras).

Los resultados de los análisis se compararon con las normas establecidas (8, 25), para verificar o no el cumplimiento de la condición de potabilidad.

Con la data determinada de incumplimiento de las normas de agua potable se hizo un análisis de carácter descriptivo, presentado tanto en valores absolutos como en porcentaje. Para el estudio estadístico, los valores superior o inferior al rango de sensibilidad de las pruebas, se usó 2,1 cuando el resultado era  £  2,2 (NMP/100 ml) y 17, cuando el resultado fue ³ 16 (NMP/100 ml). Pos teriormente se transformaron en logaritmos base 10 para llevar a cabo análisis de coeficiente de correlación de Pearson (r de Pearson) y la prueba no paramétrica de Ji Cuadrado (X2) (26).

RESULTADOS Y DISCUSIÓN

Los resultados del Bloque 1 (aguas que arriban des de tierra firme) se detallan en la Tabla 1. En las de estaciones de bombeo (primer segmento) se halló P. aeruginosa en 44 muestras (67%). En la normativa venezolana no existe requisito al respecto, pero se tomó en cuenta esta bacteria ya que algunas compañías de turismo extranjeras exigen que no esté presente en aguas de los complejos hoteleros. Por otra parte, en 42 muestras (64%) no se detectó la concentración requerida de cloro residual libre y en 18 muestras (27%) se hallaron coliformes totales. Cifras inferiores de incumplimiento presentan los demás parámetros (Tabla 1).

La presencia de coliformes estaría relacionada con la insuficiente permanencia del agua en los embalses y por ello no se dan los procesos de sedimentación y de acción letal de los rayos solares sobre los microorganismos superficiales (12). También influyen las lluvias que llevan a las cuencas contaminantes antropogénicos o de animales, diluyendo nutrientes e incrementando el carbono orgánico (9). También, si los valores de cloro en cualquier punto de la red no están entre 0,3 a 0,5 mg/l (8), existe el peligro potencial de que se desarrollen coliformes, al igual que otras bacterias.

Distribución absoluta y porcentual (%) del número de muestras de agua de estaciones de bombeo, sitios de llenadero, camiones cisterna y tanques de almacenamiento (administrados por HidroCaribe y municipios) (años 1999 a 2006), que incumplen los requisitos de potabilidad referidos al nivel de cloro residual libre (mg/l), determinación (NMP/100 ml) de coliformes totales, coliformes fecales, E. coli, estreptococos fecales y P. aeruginosa, recuento (UFC/ml) de organismos heterótrofos aerobios, apariencia y valor de pH.

En 23 muestras (52%) de aguas captadas en sitios de llenadero (Parales) de camiones cisterna (segundo segmento del Bloque 1) no se halló el nivel requerido de cloro residual libre. Se encontraron 19 muestras (43%) con P. aeruginosa y en nueve muestras (21%), coliformes totales. Menores cifras de incumplimiento presentaron los otros parámetros (Tabla 1). Los valores de incumplimiento de estas aguas fueron menores que los del segmento anterior, debido a que el agua es re-clorada en las estaciones de bombeo de Los Algodones y de Macho Muerto.

El tercer segmento del Bloque 1 corresponde a las aguas transportadas en camiones cisterna, conocidos localmente como “bombas” (Tabla 1). Para el año 2006 es taban registrados 167 camiones. Estas muestras presentan mayor porcentaje de incumplimiento que las de sitios de llenadero. En 35 muestras (78%) no había un nivel adecuado de cloro residual libre; en 37 (82%) se halló P. aeruginosa y en 15 (33%), coliformes totales. En tre otras causas, esto pudiera ser por la falta de mantenimiento de las cisternas, pues la corrosión interna aporta hierro y promueve la multiplicación de coliformes (27).

En el último segmento del Bloque 1 (aguas depositadas en tanques de almacenamiento administrados por HidroCaribe, C.A. y entes municipales), se constata que 43 muestras (92%) no tenían el nivel de cloro residual recomendado, en 39 (83%) había P. aeruginosa y en 26 (55%), coliformes totales. En los demás parámetros las cifras de incumplimiento fueron inferiores (Tabla 1). En los tanques de almacenamiento suele darse eventualmente un estancamiento del agua y si ésta no cuenta con el nivel de cloro residual libre recomendado se incrementan los niveles bacterianos (28), en particular si la temperatura del agua supera los 15 °C y los niveles de cloro son inferiores a 0,2 mg/l (9). La temperatura promedio de las muestras analizadas fue de 29,6 °C.

En la Tabla 2 se clasifican en categorías las muestras del Bloque 1 según el número de requisitos cumplidos. Sin considerar a P. aeruginosa, 24 muestras (36%) de las estaciones de bombeo acataron los criterios de potabilidad, 18 (41%) de los sitios de llenadero, 9 (20%) de los camiones cisterna y sólo 3 (6%) de los tanques de almacenamiento. Por otra parte, ninguna muestra de estaciones de bombeo incumplió los requisitos, pero sí una (2%) de sitios de llenadero, otra (2%) de camiones cisterna y 3 (6%) de los tanques de almacenamiento, por lo que se deduce que el agua paulatinamente va des mejorando su calidad una vez que empieza a repartirse desde las estaciones de bombeo a las poblaciones de las islas de Margarita y Coche.

En el Bloque 2 se examina la calidad del agua del subsuelo insular (Tabla 3). Estas muestras de agua no se relacionan con las examinadas en el Bloque 1 (aguas venidas de tierra firme). En el primer segmento (aguas de montaña y manantiales), 22 muestras (85%) no presentaron trazas del desinfectante. P. aeruginosa se halló en 25 muestras (96%) y coliformes totales en 22 (85%).

Valores de incumplimiento menores a éstos, pero superiores a los hallados en las muestras del Bloque 1, se consiguieron en los demás parámetros.

Los indicadores clásicos de contaminación suelen estar acompañados por patógenos. Cuando no se detectan estos indicadores, el riesgo para la salud humana es bajo pero no sin importancia (29). Este no es el caso de las aguas provenientes de manantiales, pues en la mitad de las muestras se encontró E. coli, por lo que el riesgo para la salud de las personas que las ingirieron ha sido alto, ya que existen cepas de E. coli enterotoxigénicas, enteropatogénicas, enterohemorrágicas, enteroinvasivas, enteroagretativas y adherentes (30).

En aguas de pozo no se detectó el desinfectante en 12 muestras (92%), P. aeruginosa se halló en 9 muestras (69%) y coliformes totales en 8 (62%) (Tabla 3). En una investigación sobre los aspectos microbiológicos y físicoquímicos de 47 pozos ubicados en la isla de Margarita (19), se encontró que en el agua de 31 de ellos (66%) había coliformes totales y en 13 (28%) coliformes fecales. Por tanto, para consumir agua de esa procedencia era necesario previamente desinfectarla.

El agua del dique de La Asunción (municipio Aris mendi) recoge aguas de ríos, lluvia y de HidroCaribe (embalse de Turimiquire), y a pesar de que es clorada antes de enviarla a la comunidad (Tabla 3), sobresalen los incumplimientos concernientes a la carencia de cloro residual libre y la presencia de coliformes totales en seis muestras (60%). Por otra parte, en 4 (40%) se encontraron coliformes fecales y en 3 (30%), tanto E. coli como P. aeruginosa. Esta condición se explica al considerar que la calidad del agua, superficial y del subsuelo, decrece por factores naturales y provocados por el hombre, al igual que por descargas de aguas servidas de origen animal (31).

En el último segmento del Bloque 2 (Tabla 3), se contempla la planta desalinizadora que surte de agua a la Península de Macanao. Se captaron tres muestras y ninguna tenía la concentración requerida de cloro residual libre; en todas se encontró P. aeruginosa y sólo en una, coliformes totales, posiblemente debido a la falta de cloro residual en el tanque donde se almacena. No se detectaron coliformes fecales, E. coli, ni estreptococos fecales y la apariencia de las tres muestras fue la característica del agua para consumo (transparente, incolora y olor ausente).

La Tabla 4 reporta la clasificación de las muestras de agua del Bloque 2 según el número de requisitos cumplidos. Sólo dos muestras (8%) de las aguas de montaña y manantiales acataron la normativa (sin considerar a P. aeruginosa). Una de las muestras (8%) de agua de pozo, 4 (40%) del dique de La Asunción y ninguna de las tres tomadas en la Planta Desalinizadora de Macanao. En el agua de montaña y manantiales nueve muestras (35%) incumplieron todos los requisitos.

Por último, en el Bloque 3 se reportan las aguas de la red de distribución (a nivel de usuario) en los once mu nicipios autónomos del estado Nueva Esparta. Estas muestras exhiben los porcentajes de incumplimiento más altos de los tres bloques (Tabla 5), pues 423 muestras (84%) no contaban con los niveles de cloro residual libre exigidos. Las mayores cifras de incumplimiento se dieron en los municipios Arismendi, Gómez y Maneiro, con 37 (97%), 32 (97%) y 38 muestras (97%) respectivamente, pudiendo ser el origen de esta problemática las variaciones de temperatura que afectan la estabilidad del desinfectante y la distancia desde los puntos de cloración (32).

En 419 muestras (83%) se encontró P. aeruginosa, destacándose las de los municipios García y Maneiro. Se determinaron coliformes totales en 303 muestras (60%), distinguiéndose el municipio Macanao, con 16 muestras (80%). En cuanto a organismos heterótrofos ae robios, el promedio de incumplimiento fue 40%. En menor cantidad, pero con cifras más altas que en el agua de los Bloques 1 y 2, están los valores de incumpli miento de coliformes fecales, E. coli, estreptococos fecales, organismos heterótrofos aerobios, apariencia y pH.

La calidad del agua en los sistemas de distribución se deteriora si no se eliminan los contaminantes antes de suministrarla; por recrecimiento de bacterias, o por la posible intrusión de microorganismos dentro de la red a través de conexiones cruzadas (33). Suele utilizarse Pseudomonas como un indicador de multiplicación bacteriana en las redes de distribución (34). También influyen la turbiedad que es común en época de lluvia y la distancia del punto inicial del tratamiento (35). Por otra parte, cuando la velocidad del agua disminuye, los sedimentos se precipitan creando hábitat para el crecimiento bacteriano (28).

Otra circunstancia que interviene a nivel de usuario es la intermitencia del servicio por racionamiento, y por ello, la mayoría de los hogares necesita almacenar el agua, favoreciendo el detrimento de su calidad (36), inclusive en períodos cortos de 72 horas (37). Por otra parte, cuando se dan fallas en la presión del agua (bajas o negativas), las grietas presentes en las tuberías permiten la entrada de contaminantes que se encuentran en terrenos y cuerpos de agua adyacentes a la red (38). Controlar la calidad del agua bajo estas circunstancias es difícil, particularmente en épocas de lluvia (39).

Se observa en la Tabla 6 que la red de distribución presenta un mayor número de muestras con incumplimiento (particularmente las de los municipios Antolín del Campo, Arismendi, García, Gómez, Maneiro y Villalba). Por los resultados analíticos de estas aguas se deduce que pudieron haber generado enfermedades hídricas (40). Sin embargo, establecer qué porcentaje de las mismas pudiera atribuirse exclusivamente a su consumo es difícil, pues los sistemas de información no funcionan y ade más, quienes padecen de malestares de origen gastrointestinal en las islas de Margarita y Coche no los denuncian.

También, en la región se dan otras situaciones que atentan contra la salud (41). No obstante, en Venezuela las enfermedades diarreicas representan una de las principales causas de morbilidad, siendo el agua uno de los factores que las causan (42).

La relación existente entre cada una de las características estudiadas se evaluó por medio de una prueba de correlación de Pearson (Tabla 7). Se hallaron relaciones negativas estadísticamente significativas entre los va lores de cloro residual y coliformes totales, coliformes fecales, P. aeruginosa y organismos heterótrofos aerobios (r = -0,27; -0,19; -0,41 y –0,38 respectivamente; p < 0,0001), lo que resalta la importancia de la cloración para mantener la potabilidad del agua. Por el contrario, relaciones positivas, estadísticamente significativas, se encontraron entre los valores de coliformes totales con coliformes fecales, E. coli, estreptococos fecales y organismos heterótrofos aerobios (r = 0,71; 0,46; 0,53; 0,45 respectivamente, p < 0,0001). El grupo de coliformes fecales también está vinculado significativamente con E. coli y con los enterococos (r = 0,67; p < 0,0001 para ambos) y los valores de E. coli se relacionaron con los de estreptococos fecales (r = 0,59; p < 0,0001). Estas relaciones indicarían que los grupos bacterianos determinados tienen un origen común, principalmente fecal.

Finalmente, las cifras de P. aeruginosa se relacionaron con las de los recuentos de organismos heterótrofos aerobios (r = 0,49; p < 0,0001), lo que tiene sentido, por cuanto entre las bacterias descritas como patógenos oportunistas que se aíslan de los recuentos de organismos heterótrofos aerobios, se encuentra la especie de P. aeruginosa (43).

Exceptuando los valores de cumplimiento de apariencia y pH, en los que no se determinaron diferencias significativas (p > 0,05) entre los resultados hallados en las distintas procedencias de las muestras, en las demás variables estudiadas las pruebas de Ji Cuadrado (X2) señalan que los resultados de acatamiento de los requisitos dependieron significativamente (p < 0,001) del lugar de donde provenían (X2 = 103,63 para P. aeruginosa, siendo el más discriminatorio, y X2 de 72,80 para los recuentos de organismos heterótrofos aerobios). Resalta el valor de Ji Cuadrado obtenido para E. coli (X2 = 95,68), cuya dependencia radica particularmente en los resultados obtenidos en las aguas provenientes de montañas y manantiales, pues en la mitad de las mismas se aisló esta bacteria.

CONCLUSIONES

Los resultados de esta investigación reflejan las con diciones en el momento y lugar en que fueron captadas las muestras de agua. A juzgar por la data obtenida, la calidad del agua va declinando desde el lugar de recepción hasta el usuario. Esto pudiera deberse a la ausencia de cloro residual libre, pues no se impediría la multiplicación de bacterias dentro de la red. La intermitencia del servicio obliga a disponer de tanques de almacenamiento a veces sin buen estado de mantenimiento y además, la manipulación del agua, desde su recepción hasta su uso, no suele ser adecuada, en especial cuando se introducen vasijas en los tanques o bidones para extraerla. Igualmente incide negativamente que muchas viviendas no cuentan con tuberías que dis tribuyan internamente el agua recibida y que las man gueras utilizadas para ello están expuestas a contaminación ambiental. También es posible que por roturas en las tuberías entren a la red microorganismos provenientes de charcos de aguas servidas cercanos.

Se concluye que un porcentaje elevado de las muestras evaluadas incumplió las normas de potabilidad, lo que implica riesgos potenciales a la salud de las personas que las ingirieron.

Se recomienda que la comunidad, en particular las mujeres margariteñas y cochenses, reciba información en sus hogares o centros de trabajo acerca de la problemática relacionada con el suministro y almacenamiento del agua, de la forma conveniente de cloración, de cómo captar el líquido almacenado para no aumentar su contaminación y de cómo llevar a cabo la limpieza periódica de los tanques.

Por otra parte, en cada nodo de distribución se debería ubicar una estación de re-cloración del agua, para evitar la multiplicación de bacterias en el líquido que allí se distribuye y, también, es urgente implementar la cloración del agua tomada de la montaña y manantiales antes de repartirla a la comunidad.

AGRADECIMIENTO

Al personal del Laboratorio de Microbiología Ninoska Figueroa, Yajaira Rodríguez y María Torres (EDIMARFLASA) por su colaboración en las labores propias de los análisis. También a los choferes de CORPOSALUD y mención especial al Dr. J. Buitrago por la corrección del trabajo y apoyo en la aplicación de los análisis estadísticos. Nota: Esta es la Contribución 353 de la Estación de Investigaciones Marinas de Margarita de Fundación La Salle de Ciencias Naturales y fue parcialmente subvencionada por Conoco Phillips Latinoamericana.

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