INTRODUCCIÓN
La identidad profesional y la vocación docente son dos variables de suma importancia estudiar, pues son parte fundamental del desempeño ontológico pedagógico, en cuanto fundamentan o equilibran la personalidad del profesional de la docencia en su quehacer dentro y fuera del aula de las clases, siendo un reflejo a la sociedad, pues expresa la conducta en un accionar interactivo con los estudiantes, el cual podría ser favorable o no, en función del desempeño y rendimiento.
En complemento, (Gee, 2000) menciona que el docente se configura en su autoestima profesional desde el reconocer la identidad profesional como un valor esencial para participar en la construcción de una comunidad generadora de cambios sustanciales para el crecimiento integral de la misma; mientras esta interactividad refuerza las prácticas profesionales como una praxis para ser reconocidos por otros como docentes (Gysling,1992), para alcanzar lo planteado anteriormente, se hace necesario trabajar desde una concepción compleja con la intención de comprender el accionar humano desde lo social - educativo como referencial para la desempeño del docente (Albadan-Varga, 2020).
Prosiguiendo con lo planteado, es importante tener en cuenta la postura de (Vanegas-Ortega & Fuentealba-Jara, 2019), al indicar la importancia de contar con docentes bajo una identidad basada en desempeñar el rol de guía, tutor, pero sobre todo, la de considerarse profesor en constante formación, aristas posibilitadoras de coadyuvar en una identidad profesional, en conformidad con los retos de la educación actual, basada en el aprendizaje centrado en el estudiante, con énfasis en el uso de las TIC como herramienta pedagógica acorde a la era tecnológica. Visión ampliada por (Vilaseca-Suárez et al. 2019), quienes indican que la identidad del docente debe ser transferida al estudiante para lograr en éste su propia perfilación profesional desde el aporte educativo.
Como puede apreciarse, la identidad profesional docente, se refiere a un conjunto de acciones sociológicas, entre las cuales se puede hacer mención de la economía, respaldo social mediante un salario adecuado en conformidad de vivir dignamente, adquirir las necesidades básicas como una vivienda, transporte, alimentación, vestido, brindar a la familia un favorable crecimiento integral, previsión de la salud, vacaciones, formación permanente, entre otros factores, contribuyen a fortalecer la razón del porqué se seleccionó la profesión de la docencia.
En consideración, la vocación docente, es la llamada auto percibida por la persona en una edad determinada y que lo lleva a identificarse con querer ser docente, esto implica tomar la decisión de ir a la universidad con la finalidad de desarrollar los estudios pertinentes para obtener el licenciamiento necesario, a fin de desempeñarse profesionalmente, por consiguiente, ha sido definida como una “inclinación natural para dedicarse a la actividad profesional de enseñar con entusiasmo, compromiso y confianza en el poder de la educación, dedicación especial y de servicio hacia los demás” (Larrosa, 2010, p. 49).
Desde lo planteado anteriormente, se puede focalizar en cuanto a la identidad profesional se refiere motivación extrínseca, mientras la vocación tiene relación al interior o motivación intrínseca, ambas interactúan y se complementan para ayudar al fortalecimiento de una y otra, pero la identidad profesional, podría tener influencia sobre la vocación, dado que Jodi & Stacy (2022):
Sugieren que ingresar a la profesión docente provoca muchas tensiones para los nuevos docentes; si bien estas tensiones pueden fomentar el aprendizaje, las tensiones no resueltas pueden incitar a los docentes a abandonar la profesión.
Se evidencia la posibilidad de que las condiciones socio económicas externas, pueden problematizar la identidad profesional y vocación docente, siendo necesario contar con el apoyo institucional, del estado, y de la propia resiliencia del docente para trascender tales adversidades y generar una aptitud de renovación de la vocación, lo cual podría ayudar a fortalecer la identidad profesional. En este sentido, es necesario tener en cuenta las premisas de Segovia-Quesada, et al. (2020), en donde discurren que:
No cabe duda alguna que aprender a manejar los aspectos emocionales, en especial, en situaciones de rigor o crisis es requerido, fundamentalmente, en el campo educacional, ya que ello va a repercutir en los comportamientos de sus diversos actores en su interaccionar.
En la educación actual, los estados emocionales del personal docente y de los grupos de estudiantes nunca es tomada en cuenta, se quedan en el interior de la persona; sin embargo, ello se refleja en el rendimiento profesional y escolar, ya que el estado anímico de la persona influye en su conducta, y en el desarrollo de los procesos cognitivos, así como lo muestra esta investigación.
En estos momentos de cambios científicos y tecnológicos, donde la vida transcurre rápidamente, las situaciones experimentadas están generando unos niveles de estrés al punto que puede llegar a convertirse en estados de frustración importantes. La actitud del personal docente de aula es un factor esencial para el desarrollo de la resiliencia, ya que llega a movilizar la voluntad y actitud de estudiantes a su cargo, quienes serán resilientes ante cualquier adversidad, y no se dejarán vencer por las circunstancias.
El autoconocimiento ayuda a elevar o disminuir la autoestima, la cual es la valoración que tiene cada persona de sí misma y posibilita la formación de la personalidad para potenciar o limitar las reacciones o usar los recursos con los que cuenta para poder afrontar las circunstancias positivas o negativas por las que atraviese. En cuanto a las experiencias de fracaso o éxito, la sociedad evaluará y ratificará que la autoestima esté o no en un nivel considerado para tener reacciones constructivas y aminorar los efectos de las adversidades; sin embargo, si la autoestima del personal docente es baja, conduce a una actuación negativa ante cualquier situación, por más que esta sea fácil de resolver. Desarrollar la autoestima favorece el enfrentamiento a la adversidad, le ayudará a tener confianza en todos los aspectos de la vida para llegar a la transformación constructiva día tras día.
En el trabajo diario, observamos situaciones de amenaza que vienen del exterior, de otra persona, de la sociedad que provoca frustración momentánea o duradera según el grado de vulnerabilidad. Si el personal docente es resiliente, inmediatamente busca una solución, sin llegar a estresarse, encuentra la satisfacción constante. El riesgo se presenta en todo momento, depende de la fortaleza y decisión para que no provoque ninguna crisis emocional. El desarrollo adecuado de la resiliencia permite estar siempre preparados para una constante reflexión.
Puede observarse que la identidad profesional y vocación docente, pueden verse influenciados por factores intervinientes, haciendo de ese modo, un proceso complejo el cual debe ser evaluado desde diversas ópticas, con la finalidad de contar con información pertinente y generar un estudio favorable en la articulación de políticas educativas, estrategias, para incentivar la labor docente de manera idónea, por cuanto la docencia es fundamental en el sistema educativo, auto percibiéndose apoyado, motivado, para articular una efectiva praxis pedagógica (Gallegos-Ruiz-Conejo et al. 2021).
En función de lo planteado, la investigación tiene por objetivo determinar la relación entre Identidad profesional y vocación docente en el nivel primaria de la I.E. 3036 José Andrés Razuri.
MÉTODO
El trabajo investigativo desde una connotación metodológica se fundamentó en el enfoque cuantitativo, en un tipo de investigación descriptiva, con apoyo correlacional, bajo un diseño no experimental.
Se empleó el cálculo del coeficiente de correlación de Rho Spearman, el cual es definido por Restrepo & González (2007), como una técnica no paramétrica, libre de distribución probabilística que mide el grado de relación o asociación existente, generalmente, entre dos variables aleatorias, estudia la manifestación de una relación causa-efecto, a través de la comprensión de la relación natural que existe entre las variables, lo que no debe manifestarse sólo por la existencia de una fuerte correlación. Esto hace posible obtener resultados que permitan determinar la relación antes mencionada, sin desestimar que pudieran existir datos en rango disperso.
La población está conformada por 17 docentes del nivel primaria de la I.E. 3036 Jose Andres Razuri, al ser finita y accesible al equipo de investigación, se trabajó con la totalidad de esta, por lo que no se calculó la muestra, trabajándose con la totalidad de la población.
RESULTADOS
Se describen los resultados de la investigación:
N | Mínimo | Máximo | Media | Desv. Desviación | |
---|---|---|---|---|---|
NSE | 17 | 1 | 6 | 4,4706 | 1,50489 |
SA | 17 | 1 | 6 | 4,1176 | 1,409 |
PA | 17 | 3 | 6 | 4,7059 | 0,84887 |
GI | 17 | 3 | 6 | 4,6471 | 0,93148 |
GFD | 17 | 3 | 6 | 4,7059 | 0,98518 |
Nota: NSE = nivel socio económico. SA = Servicio de apoyo. PA = Procesos académicos. GI = Gestión institucional. GFD = Calidad de la formación docente.
El cálculo de la variable identidad profesional por dimensiones, arroja como mayor puntaje 4,7 para GFD = Calidad de la formación docente y SA = Servicio de apoyo. Mientras que la desviación estándar que muestran mayor dispersión de los datos se focaliza en NSE = nivel socio económico. SA = Servicio de apoyo, mientras que PA = Procesos académicos representa la que mejor agrupa los datos con 0,8.
Estos resultados ubican en rango de media cercana a 5, catalogándose que los docentes encuestados poseen una opinión favorable para la variable identidad profesional, sin embargo, se requiere seguir mejorándola hasta alcanzar niveles cercanos a 6 como media máxima, lo cual permitiría hablar en ese momento de una identidad profesional perfecta.
N | Mínimo | Máximo | Media | Desv. Desviación | |
---|---|---|---|---|---|
SCD | 17 | 3,00 | 5,00 | 4,4706 | 0,62426 |
CV | 17 | 3,00 | 5,00 | 4,0588 | 0,82694 |
CD | 17 | 3,00 | 5,00 | 4,1176 | 0,85749 |
Nota: SCD = Satisfacción con la docencia; CV = Consciencia vocacional; CD = Compromiso con la educación.
A partir de los resultados se refleja una media de 4,4 para SCD = Satisfacción con la docencia y una desviación estándar se 0,6 lo cual hace referencia que los docentes encuestados se encuentran en un estado bueno, similar situación se encuentran CV = Consciencia vocacional; CD = Compromiso con la educación, con lo que se puede catalogar que los involucrados en la investigación poseen buena vocación docente.
Se evidencia un coeficiente de 0,568 catalogándose una correlación positiva moderada entre las variables de estudio.
95% de confianza | ||||||
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t | gl | Sig. (bilateral) | Diferencia de medias | Inferior | Superior | |
IP | -3,801 | 16 | 0,000 | -0,64706 | -1,0079 | -0,2862 |
VD | -4,566 | 16 | 0,000 | -1,35294 | -1,9811 | -0,7248 |
Prueba para una muestra
Valor de prueba = 5
La significancia bilateral para identidad profesional es de 0,000 siendo menor a 0.05 por lo tanto, se acepta la hipótesis afirmativa y se rechaza la nula.
Prueba de hipótesis
H0 = la Identidad profesional no tiene relación sobre la vocación docente en el nivel primaria de la I.E. 3036 José Andrés Razuri.
H1 = la Identidad profesional tiene relación sobre la vocación docente en el nivel primaria de la I.E. 3036 José Andrés Razuri.
En resumen, la identidad profesional se relaciona y además influye sobre la vocación docente, siendo considerable que los docentes encuestados potencien su identidad con la finalidad de mantener o incrementar su vocación con mayor pertinencia a prestar un servicio educativo con la calidad del servicio esperado por la sociedad peruana como contribución a su crecimiento integral.
DISCUSIÓN
A partir de los resultados, se confirma que la identidad profesional al estar conformada por factores sociológicos, estos influyen sobre la vocación docente, en este sentido, Mujica-Johnson & Orellana-Arduiz (2018), expresan que:
La vocación ha estimulado a los docentes a desarrollar el compromiso social durante su labor educativa, siendo vivenciada en forma subjetiva por cada participante, por lo tanto, con un significado especial para cada uno de ellos, por lo que este constructo es muy complejo de estandarizar o reducir conceptualmente, ya que representa los sentidos más profundos del ser humano.
Esto implica la trascendencia del quehacer pedagógico hacia un compromiso social trasformador de la realidad, permitiendo que la educación cumpla efectivamente con su función transformadora de la persona, por ende, de la sociedad, comprendiéndose la vocación como un acto esperanzador en un contexto frágil, donde el docente se convierte en un agente de cambio, percibido como un líder en capacidad de aportar felicidad a su entorno (Romero-Ramírez, 2020), teniendo para tal fin, lo que plantea Larrosa-Martínez (2010), quien expone:
Si antes la vocación necesitaba de la profesionalidad, ahora la profesionalidad precisa vocación. La idea general es que para la enseñanza se requiere una cierta vocación, pero reconvertida y actualizada a los parámetros que corresponde a un ambiente de pluralismo ético y moral (p. 8).
Estos elementos planteados, destacan la fusión del bienestar social que debe tener el docente para expresar y desarrollar su vocación con eficacia, en sintonía con la profesionalización permanente para lograr el perfil de docencia requerido para afrontar los grandes cambios, sociales, tecnológicos, del mundo de hoy, donde se necesita un profesional con principios éticos para trabajar no solo en el conocimiento, sino, en la generación de un ciudadano critico prevenido para asumir el liderazgo y trabajar en un cambio de sí mismo y de su hábitat.
En complemento, (Romero-Sánchez et al. 2020), plantean que es necesario “seguir trabajando aspectos como la responsabilidad; la ilusión y la motivación para reforzar el componente vocacional del maestro”, siendo esto importante pues la tendencia es promover competencias profesionales en demasía, corriéndose el riesgo de perder la identidad profesional del docente, sin vocación fundamentada en el servicio educativo, por consiguiente, es necesario promover con frecuencia el crecimiento humano, pues el docente no puede perder su componente humano en las relaciones con sus compañeros de trabajo, pero sobre todo con los estudiantes.
Siendo destacable tener en consideración el punto de vista de Ventura-Montes (2020), donde se plantea que “el personal docente tiene un desinterés y una desmotivación para la investigación científica debido a tres factores: el tiempo, el económico y el académico”, se trae este trabajo a colación para evidenciar la necesidad de promover adecuadamente los factores contribuyentes al desarrollo de la identidad profesional, mismos que pueden repercutir en la vocación docente (Romero-Sánchez et al. 2020).
CONCLUSIÓN
La identidad profesional se encuentra estrechamente vinculada a la vocación docente, y es de suma importancia que los docentes encuestados fortalezcan su identidad con el propósito de mantener o incrementar su vocación, brindando así un servicio educativo de calidad que responda a las expectativas de la sociedad peruana y contribuya a su desarrollo integral. La vocación, en un contexto frágil, se convierte en un acto esperanzador, donde el docente se transforma en un agente de cambio y se percibe como un líder capaz de aportar felicidad a su entorno. Por lo tanto, se requiere de profesionales con sólidos principios éticos que trabajen, no solo en el ámbito del conocimiento, sino también en la formación de ciudadanos críticos, capaces de asumir el liderazgo y generar un cambio positivo tanto en sí mismos como en su entorno.