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Revista de Ciencias Sociales
versión impresa ISSN 1315-9518
Revista de Ciencias Sociales v.11 n.3 Marcaibo sep. 2005
América Latina: La región más desigual de todas
Kliksberg, Bernardo*
* Asesor especial de la ONU, BID, UNESCO, UNICEF y otros. Profesor Honorario y Emérito de diversas universidades del Continente. Designado Doctor Honoris Causa por la Universidad del Zulia, la Universidad Rafael Maria Baralt, la Universidad de Carabobo, la Universidad Centrooccidental y otras Universidades del Continente. Autor de numerosas obras. Las últimas los best sellers: Hacia una economía con rostro humano (12va edición 2004, LUZ, OPSU, FCE) y Más ética, más desarrollo (4ta edición, Editorial Temas, Buenos Aires). E-mail: bernardok@iadb.org
Resumen
América Latina aparece como un ejemplo nítido de una región donde los enfoques convencionales utilizados para explicar el desarrollo y los medios empleados para medirlo han sido refutados por la realidad. Esta reflexión se centra en identificar algunas dimensiones que dan cuenta de uno de los problemas más graves vividos en los países que integran esta región: la desigualdad. Ella se encuentra presente en todas las facetas de la vida cotidiana de sus habitantes. Se requiere con urgencia que los problemas relacionados con la desigualdad sean colocados en el centro de la discusión de la agenda pública, porque mientras ello no ocurra la desigualdad se constituirá en un obstáculo para lograr un crecimiento sostenido y parámetros adecuados de gobernabilidad democrática.
Palabras clave: Desigualdad, brecha del ingreso, pobreza, agenda pública.
Latin America: The Most Unequal Region of All
Abstract
Latin America seems to be a clear example of a region where the convencional approaches used to explain development and the means employed to reach the same have been rejected by reality. This paper centres on identifying certain dimensions which indicate one of the most serious problems found in the countries of this region: inequality. This element is found in all facets of the daily life experience of its inhabitants. It is urgently necessary to place inequality at the center of the discussion in the public agenda, because until it is discussed, inequality will constitute an obstacle to sustained growth and the attainment of adequate parameters for democratic governability.
Key words: Inequality, income gap, poverty, public agenda.
Recibido: 05-07-29 Aceptado: 05-10-03
Introducción ¿Una Latinoamérica en cambio?
En el nuevo escenario mundial están emergiendo cambios fundamentales en la visión de cómo saber si las sociedades realmente progresan, y como medir el desarrollo. Tienen que ver con las profundas frustraciones experimentadas en las últimas décadas en muchas sociedades, entre ellas varias de las latinoamericanas, que medidas utilizando los criterios convencionales más usuales de tasas de crecimiento anual, producto bruto per cápita, reducidos niveles de inflación, parecían tener todos los signos del progreso, y donde sin embargo, había profundos procesos de deterioro en las bases de su economía y crecientes grupos de la población estaban siendo excluidos.
América Latina aparece en el pensamiento emergente como ejemplo claro de una región donde como afirma el Premio Nóbel de Economía Stiglitz (2002) los modos convencionales de enfocar el desarrollo y medirlo han sido desmentidos por la realidad. Reflexiona teniendo como referente los países de la región de la manera siguiente:Yo argumentaría que debemos reexaminar, rehacer, y ampliar los conocimientos acerca de la economía de desarrollo que se toman como verdad mientras planificamos la próxima serie de reformas.
La nueva visión que comienza a tener fuerza creciente amplia totalmente las dimensiones que deberían tenerse en cuenta para saber si una sociedad progresa. Al respecto se deben incluir junto a indicadores económicos usuales, aspectos que tienen que ver con el desarrollo social, el desarrollo medio ambiental, el acceso a la cultura, las libertades, y la construcción de ciudadanía. Sabemos si hay progreso si en definitiva crece lo que Amartya Sen ha llamado los grados de libertad las opciones efectivas para que cada ser humano pueda desenvolver su potencial.
Ello obliga a plantearse una pregunta absolutamente estratégica. ¿Qué implica para esos grados de libertad el hecho de que Latinoamérica sea considerada unánimemente como la más desigual de todas las regiones del mundo?; que a su vez conlleva a reflexionar sobre algunos de los siguientes problemas: están en curso en la región cambios de envergadura en cuanto a la percepción de los caminos para el desarrollo y los contenidos del mismo, que abren un nuevo entorno a la lucha contra la pobreza y por la inclusión. Hay un crecimiento democrático de gran significación. Las sociedades civiles participan cada vez más activamente, y exigen pasar de una democracia pasiva a una democracia activa. Crecen las presiones publicas por un Estado más transparente, descentralizado, abierto. Comienza a haber una movilización en ascenso del capital social de la sociedad. Hay una nueva expectativa sobre el rol mismo de las políticas públicas. Las visiones marginadoras de las mismas, perdieron credibilidad por sus pobres resultados, y se espera una nueva rearticulación entre políticas públicas activas, fuerzas productivas, y sociedad civil.
El desarrollo de cada uno de estos puntos básicos debe ser incluido en la agenda para lograr atacar los actuales niveles de desigualdad. Organizaciones como el Banco Mundial señalan en un informe reciente (2004) sobre el tema que: el alto nivel de desigualdad es rechazado en forma generalizada en casi todos los países, entre el 80 y el 90% de los ciudadanos considera que las tasas de inequidad imperantes son injustas o muy injustas.
Se están gestando nuevas configuraciones de fuerzas en los espacios democráticos de América Latina con una clara visión renovadora del modelo de desarrollo y una vigorosa actitud anti-inequidad. En ellas se están llevando a programas de cambio de gran envergadura. El mismo Banco Mundial (2004) advierte sobre estos procesos cuando señala que hay un cambio en marcha en especial a nivel subnacional, conforme al cual las nuevas alianzas entre la elite progresista, los funcionarios públicos, la clase media y los pobres actualmente están impulsando la creación de instituciones más inclusivas y eficientes. Sin embargo, hay que reconocer también que nos encontramos en un contexto cargado de cambios de magnitud, en donde aparecen grandes riesgos y desafíos.
Este trabajo tiene por finalidad aportar algunas ideas que contribuyan a dar respuesta a la pregunta planteada anteriormente: ¿cuáles son algunas de las implicancias de estar inmerso en la región más desigual del planeta?.De las numerosas consecuencias macroeconómicas, microeconómicas, y de diversa índole que surgen de ello. La reflexión se concentra en el problema de la pobreza. Para cumplir estos fines el trabajo se propone cubrir varios momentos de análisis sucesivos. En primer lugar presentar un cuadro de las tendencias más recientes en materia de desigualdad en los ingresos en la región. Luego analiza las múltiples desigualdades que están operando interrelacionadamente. Finalmente, se ponen en foco algunos costos de estos altísimos niveles de inequidad.
1. La brecha del ingreso
Un informe conjunto de la CEPAL, IPEA del Brasil, y el PNUD (2004) sobre el estado de la región en relación a las metas del milenio destaca que en todos los países de América Latina sin excepción los coeficientes Gini (que miden la desigualdad en la distribución de los ingresos) superan los promedios internacionales y de la OCDE. El Banco Mundial (2004) en su informe sobre desigualdad plantea que: América Latina sufre de una enorme desigualdad....Se trata además de un fenómeno invasor que caracteriza a cada aspecto de la vida como el acceso, a la educación, la salud y los servicios públicos; el acceso a la tierra y a otros activos; el financiamiento de los mercados de crédito y laborales formales y la participación e influencia política.
Las cifras comparadas no dejan lugar a dudas sobre la certeza de estas afirmaciones. Véase la Tabla 1 donde se compara los coeficientes Gini y las brechas de ingresos entre países de América Latina, Estados Unidos e Italia:
Como se advierte las brechas latinoamericanas son muy superiores a las de Estados Unidos e Italia. Hay una concentración aguda de los ingresos. En Brasil el 10% más rico tiene el 47% de los ingresos, mientras que en Italia solo alcanza al 27%. A su vez el 20% más pobre mas que duplica en Italia la participación en los ingresos que tiene en Brasil. Como consecuencia, mientras que en Brasil la distancia entre el 10% más pobre y el 10% más rico es de 54 veces, en Italia es de 14 veces. Es aún considerablemente menor en otros países como Corea, y Hong Kong donde es menor a diez veces, y en Noruega donde el 10 más rico tiene actualmente sólo 1.5 más que el 50% de menores ingresos.
Los Gini latinoamericanos que miden la distribución de los ingresos resultan los peores del mundo en términos internacionales y, por otra parte, muestran desde los años 70 una tendencia creciente al deterioro. Así lo registra la Tabla 2.
En la década de los 90 el Gini de América Latina superaba en 19 puntos al de Europa Oriental, en 18 al de los países desarrollados de la OCDE y en más de 10 al de Asia. La tabla también, podría ser analizada bajo otra perspectiva si la tendencia fuera positiva. Pero el análisis en el tiempo muestra que ha tendido a empeorar. El Gini latinoamericano creció entre la década del 70 y la del 90. Por otra parte, su distancia con los Gini de Asia y la OECD es superior en la década de los 90 a la que existía en la década de los 70. El Gini latinoamericano era superior incluso en los 90 a los de una de las regiones más pobres del planeta como África Subhsahariana que era de 0.47.
Tabla 1. Indicadores de desigualdad para algunos de los países
de América Latina, Estados Unidos e Italia
Coeficiente | Porcentaje del 10% | Porcentaje del 10% | Relación entre los | |
Brasil (2001) | 59,0 | 47,2% | 2,6% | 54,4 |
Guatemala (2000) | 58,3 | 46,8% | 2,4% | 63,3 |
Colombia (1999) | 57,6 | 46,5% | 2,7% | 57,8 |
Chile (2000) | 57,1 | 47,0% | 3,4% | 40,6 |
México (2000) | 54,6 | 43,1% | 3,1% | 45,0 |
Argentina (2000) | 52,2 | 38,9% | 3,1% | 39,1 |
Jamaica (1999) | 52,0 | 40,1% | 3,4% | 36,5 |
República Dominicana (1997) | | | | |
Costa Rica (2000) | 46,5 | 34,8% | 4,2% | 25,1 |
Uruguay (2000) | 44,6 | 33,5% | 4,8% | 18,9 |
Estados Unidos (1997) | 40,8 | 30,5% | 5,2% | 16,9 |
Italia (1998) | 36,0 | 27,4% | 6,0% | 14,4 |
Fuente: Banco Mundial (2004). Desigualdad en América Latina y el Caribe. ¿Ruptura con la historia? Washington
Tabla 2. Coeficientes Gini de la distribución de ingreso per capita por hogar: promedio simple por década por región
Región | 1970s | 1980s | 1990s | Promedio General |
Niveles |
| |||
América Latina y el Caribe | 48.4 | 50.8 | 52.2 | 50.5 |
Asia | 40.2 | 40.4 | 41.2 | 40.6 |
OCDE | 32.3 | 32.5 | 34.2 | 33.0 |
Europa del Este | 28.3 | 29.3 | 32.8 | 30.1 |
Cambios |
| 70s-80s | 70s-90s | 70s-90s |
América Latina y el Caribe |
| 2.4 | 1.3 | 3.7 |
Asia |
| 0.2 | 0.8 | 1.1 |
OCDE |
| 0.2 | 1.7 | 1.9 |
Europa del Este |
| 1.0 | 3.5 | 4.5 |
Diferencias en puntos Gini: LAC vs. | ||||
Asia | 8.3 | 10.4 | 10.9 | 9.9 |
OCDE | 16.1 | 18.3 | 18.0 | 17.5 |
Europa del Este | 20.2 | 21.6 | 19.4 | 20.4 |
Fuente: Cálculos propios en WIDER 2000, Smeeding y Grodner 2000, Székely, y aproximaciones para América Latina. Banco Mundial (2004).
2. Las desigualdades múltiples
La dimensión más difundida de la desigualdad latinoamericana es la que se da en la distribución de los ingresos, pero no es la única, ni la más grave. La desigualdad se halla presente en todas las dimensiones centrales de la vida cotidiana de los habitantes.
En este sentido se registro que otra de sus expresiones es la extrema concentración de un activo productivo fundamental como la tierra, que excluye del acceso a la misma a vastos sectores de la población rural.
Los Gini comparados de distribución de la tierra son los siguientes según los cálculos de Deninger y Olinto (2002), y del PNUD (1993): ver Tabla 3.
Como puede observarse la concentración de esta dimensión es aun mucho peor que en los ingresos. El Gini de tierra de América Latina, es asimismo mucho peor que el de todas las regiones del mundo.
Una dimensión clave de las desigualdades lo representa en el campo de la educación los años de escolaridad. Ha habido progresos significativos en la región en áreas como alfabetización, y matriculación en escuela primaria. La gran mayoría de los niños ingresan a la escuela, pero son muy altas las tasas de deserción y repetición. Ello genera bajos índices de escolaridad como puede apreciarse en la Tabla 4.
El índice de escolaridad promedio de la región se calculaba en el 2000 en 5.9 años. Era inferior a diversas otras regiones del globo. Al interior de esta baja escolaridad, hay una aguda estratificación social. Los desertores y los repetidores son masivamente los niños de los sectores más desfavorecidos. Tras su bajo rendimiento se hallan causas muy concretas, como la existencia de 22 millones de niños menores de 14 años que trabajan, la desnutrición, y la proveniencia de familias desarticuladas por el impacto de la pobreza. En países como Bolivia, Ecuador, y Perú trabaja el 20% de los niños de 10 a 14 años.
La distribución de la escolaridad por quintales de ingresos en la región se muestra en la Tabla 5.
Las distancias de escolaridad son de gran relevancia. En Brasil el 20 más rico tenía en el 2001, 10 años de escolaridad, y el 20 más pobre sólo 3. En México la proporción era similar 11.6 para el quintil superior frente a 3.6 para el inferior.
Tabla 3. Coeficientes Gini de distribución de la propiedad de la tierra
Región | D&O (i) | UNDP (ii) |
América Latina | 0.81 | 0.74 |
Medio Oriente y | 0.67 | 0.56 |
Norteamérica | 0.64 | |
África Sub-Sahara | 0.61 | 0.51 |
Europa Occidental | 0.57 | |
Asia del Sur y del Este | 0.56 | 0.52 |
Nota: Columna (i) muestra los promedios del periodo 1950-1994; Columna (ii) muestra los valores alrededor del 1981.
Fuentes: Deininger and Olinto (2002) and UNDP (1993). Mencionados por Banco Mundial. Desigualdad en América Latina y el Caribe. Op. Cit.
Tabla 4. Escolaridad en América Latina. 1999
País | Promedio de años |
Argentina | 9.4 |
Bolivia | 5.6 |
Brasil | 6.0 |
Chile | 9.8 |
Colombia | 5.6 |
Costa Rica | 7.5 |
Republica Dominicana | 6.9 |
Ecuador | 6.4 |
El Salvador | 6.2 |
Guatemala | 4.1 |
Honduras | 5.3 |
México | 5.9 |
Nicaragua | 5.9 |
Panamá | 5.3 |
Paraguay | 7.6 |
Perú | 7.6 |
Uruguay | 9.3 |
Venezuela | 7.1 |
Fuente: CEPAL, IPEA y PNUD (2003). Hacia el objetivo del milenio. Hacia el objetivo del milenio de reducir la pobreza en América Latina y el Caribe.
A las desigualdades anteriores se suman las provenientes de las condiciones imperantes en el campo de la salud. La experiencia latinoamericana indica que pueden lograrse mejoras importantes en los indicadores promedio de salud, y al mismo tiempo estar ahondándose las distancias al interior de los países con fuertes efectos sobre amplios sectores. Es imprescindible como lo plantea Mirta Roses (2003) alejarse de la tiranía de los promedios.
Como sugiere la autora antes mencionada, puede ser preferible en cuanto a esperanza de vida y otros parámetros nacer en un país de menor ingreso per cápita, pero mejor equidad, que en otro de mayor per cápita pero mayores brechas de ingresos. Como indican diversos trabajos de investigación el coeficiente Gini puede ser muy útil para entender las reales problemáticas de salud de una población. Así Erick Messias (2003) estima revisando las diferencias entre los diversos estados del Brasil, uno de los países con mayores niveles de desigualdad en este campo, que cada aumento de 0.01 en el Gini, significa una caída de la esperanza de vida de 0.6 años.
Otra desigualdad es la operante en el área del acceso a crédito. Así siendo las pequeñas y medianas empresas un factor decisivo en la creación de empleo en la región, las estimaciones indican que los 60 millones de pequeñas y medianas empresas existentes sólo reciben el 5% del crédito otorgado por las entidades financieras. Hay allí otra fuerte concentración.
Una nueva desigualdad es la del acceso a las tecnologías avanzadas. El número de accesantes a Internet está fuertemente concentrado en los estratos superiores. Sólo el 3% de los latinoamericanos está conectado a Internet frente al 20% en España y el 40% en EEUU. Cuando se discrimina por ingresos en la Argentina por ejemplo están en Internet 8 de 10 personas de los sectores altos y sólo uno de cada 10 de los menos pudientes (Clarín, 2004). Se ha advertido permanentemente en la región sobre la silenciosa instalación de una amplia brecha digital, y la generación de un amplio sector de analfabetos cibernéticos.
Las desigualdades tienen en América Latina expresiones pico en términos étnicos y de color. Se estima así que más del 80% de los 40 millones de indígenas de la región están en pobreza extrema. También son muy contrastantes las disparidades entre los indicadores básicos de la población blanca y la población afroamericana. A todo ello se suma con avances la subsistencia de significativas discriminaciones de género en el mercado de trabajo, y otros campos.
3. Los costos de las desigualdades
Todas las desigualdades mencionadas, y otras interactúan a diario, reforzándose las unas a las otras. Trazan destinos marcados. Si se nace en una familia desarticulada por la pobreza, las posibilidades de buena salud, y rendimiento educativo son limitadas. La escolaridad será baja; el acceso a un empleo estable, muy difícil, los ingresos esporádicos y muy reducidos; la posibilidad de conformar una familia con similares problemas. Se acentúa pues el reforzar los factores que favorecen las prevalencias de las desigualdades Efectivamente, aún en algunas de las sociedades más avanzadas socialmente de la región, como el Uruguay los estudios indican que las tasas de escolaridad de los hijos de familias pobres, tienden a no superar las reducidas tasas de sus padres. Se crea un círculo de hierro por la falta de oportunidades.
Pocos años atrás había en el establishment de economistas quienes defendían a capa y espada las funcionalidadesde las desigualdades. Acostumbraban a señalar que contribuyen a acumular capitales en ciertos grupos, que luego los reinvertirán y aceleraran el crecimiento, o que son una etapa obligada del progreso. Hoy frente a sus evidentes disfuncionalidades el consenso esta girando fuertemente hacia otra dirección. El Banco Mundial que fue escenario frecuente de controversias dice recientemente (2004): la mayoría de los economistas (y otros cientistas sociales) considera ahora la desigualdad como un posible freno para el desarrollo.
Efectivamente numerosas investigaciones dan cuenta de cuanto le están costando a la región estos niveles de desigualdad, y que impacto profundo tienen en obstaculizar la posibilidad de un crecimiento sostenido. Entre otros aspectos perversos se encuentran que estrechan los mercados internos, reducen la formación de ahorro nacional, impactan el sistema educativo, atentan contra la gobernabilidad democrática, erosionan la cohesión social generando agudas tensiones.
Al analizar América Latina se menciona con frecuencia que hay pobreza y que hay desigualdad. En realidad las investigaciones evidencian una situación diferente. Hay pobreza, entre las razones centrales, porque hay desigualdad. Ella es uno de los factores claves para entender porque un Continente con una dotación de recursos naturales privilegiada, y amplias posibilidades en todos los campos tiene tan importantes porcentajes de pobreza.
Según los análisis de CEPAL la pobreza actual es superior a la de 1980 tanto en términos absolutos como relativos. En 1980 era pobre el 40% de la población, la cifra es actualmente del 43%. Se estima que entre 1997, y el 2002 la población pobre creció en 20 millones. El porcentaje de pobreza extrema subió del 2000 al 2002 del 17.8 al 20%. En este sentido, Birdsall y Londono (1997) trataron de determinar econométricamente el impacto de la desigualdad sobre la pobreza. Construyeron la simulación que se presenta en el Gráfico 1.
La primera curva del gráfico muestra la tendencia de la pobreza en la región que como se observa asciende continuamente desde inicios de los 80 con pequeñas variaciones. La segunda simula cual hubiera sido la pobreza si la desigualdad hubiera quedado en los niveles de inicios de los 70 (antes de las dictaduras militares y de las políticas ortodoxas) y no hubiera seguido creciendo. Era considerable, pero aumento mas en las ultimas dos décadas. Según sus estimados la pobreza seria hoy la mitad de lo que efectivamente ha sido. Ha habido un exceso de pobrezacausado por el aumento de la desigualdad que duplicó la pobreza. En la misma dirección si se hiciera la comprobación interregionalmente se observaría que si América Latina tuviera el patrón de desigualdad del Sudeste Asiático la pobreza sería mucho menor (Birdsall, y Kliksberg, 1999).
Albert Berry (1997) llega a similar conclusión en sus trabajos, identificando la existencia en América Latina de un amplio margen de pobreza innecesariacomo la llama causada por la tan reducida participación en el ingreso de los dos quintales más bajos de la población. Por ello, tanto Berry como Altimir y otros investigadores ven el aumento de la desigualdad estrechamente ligado a las políticas aplicadas en las dos últimas décadas que generan efectos de ese orden. Stiglitz (2003) considera que el caso argentino ejemplifica claramente las desventajas de dichas políticas. Efectivamente su aplicación rígidamente ortodoxa en la década del 90 llevó a una brutal polarización social. Siete millones de personas, el 20% de la población dejaron de ser clase media en dicha década para transformarse en pobres, y el coeficiente Gini paso de 1992 a 1997 de 0.42 a 0.47.
Chris Patten (2004), el anterior Comisario de la Unión Europea, dice que si el ingreso en América Latina se encontrase distribuido de la misma manera que en Asia del Este la pobreza en la región sería apenas un quinto de lo que es hoy en día. Destaca que Esto resulta importante no solo desde el punto de vista humanitario sino también desde una perspectiva practica políticamente interesada. Si se redujera la pobreza a la mitad se duplicaría el tamaño del mercado. Adicionalmente en esta misma dirección, Nancy Birdsall (1998), Directora de uno de los principales centros de estudios económicos de los Estados Unidos, ve en la desigualdad la gran traba para el crecimiento económico de la región. Resalta Puede afirmarse que es posible que las tasas de crecimiento en América Latina no puedan ser de mas del 3 o el 4% a distancia de las necesarias, en tanto no se cuente con la participación y el aporte de la mitad de la población que esta comprendida en los percentiles más bajos de ingresos.
4. Conclusión
Procurando indagar por qué América Latina está tan distante de poder cumplir con las metas del milenio en términos de reducir la pobreza, Tal como fue propuesto CEPAL, IPEA y PNUD se requiere estar de acuerdo con lo formulado aquí en términos de identificar a la desigualdad como una razón de gran peso. A través de detalladas simulaciones econométricas concluyen que el impacto sobre la pobreza de reducir la desigualad es mucho mayor que el del crecimiento. Se requiere desde ya crecimiento pero en las condiciones actuales de inequidad este difícilmente llegara a los pobres. Estiman que si Brasil no modifica su desigualdad, suponiendo que crezca al ritmo de los 90 tardaría 48 años en lograr reducir en dos puntos la pobreza. México tardaría en las mismas hipótesis, 44 años en lograr reducir la pobreza en 3.2 puntos. Destacan especialmente como resultado de sus proyecciones que: En la mayoría de los países examinados bastaría que el coeficiente de Gini bajara uno o dos puntos para que la incidencia de la pobreza se redujera en igual medida que en varios anos de crecimiento económico positivo. Los resultados de los esfuerzos por reducir la pobreza en América Latina y el Caribe han sido desalentadores en gran medida porque no ha sido posible controlar los elevados niveles de desigualdad de la región.
Este escenario de desigualdades agudas, persistentes, y de enorme incidencia en el aumento de la pobreza, en las dificultades para un crecimiento sostenido, y de gran influencia en las carencias que afligen la vida diaria de la mayor parte de la población es el que genera sufrimiento social en gran escala y dificultades importantes para la gobernabilidad democrática. Por lo que es hora de poner a la inequidad en el centro de la agenda pública y trabajar a fondo colectivamente sobre como dejar de ser la región más desigual de todas.
Bibliografía Citada
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