INTRODUCCIÓN
Las enfermedades de transmisión vectorial pueden ser bacteriales, virales o parasitarias, su característica común es que afectan a la especie humana (27), pero por lo general no se contagian directamente entre personas, sino que son transmitidas entre estas por un vector (1). Tal es el caso de las arbovirosis como el dengue, zika, Chikungunya y fiebre amarilla, transmitidas por el Aedes Aegypti y las parasitosis como la malaria (28) contagiada por el Anophelesspp; otras parasitosis son transmitidas por chinches triatominos como el Chagas o la picadura de flebótomos como los tábanos, moscas y otros dípteros que portan la enfermedad de leishmaniasis (2) (3).
Las enfermedades de transmisión vectorial son un problema de salud pública global, representan el 17% de la carga de enfermedades infecciosas. La OMS manifiesta que más de 700.000 muertes son registradas cada año a nivel mundial por causa de estas, siendo la población pobre la más afectada (4). Miembros de la OMS, emplearon un programa de respuesta mundial a los vectores 2017-2030 para disminuir la mortalidad en un 75%, reducir la incidencia de casos en un 60% para el año 2030 y poder así prevenir epidemias (1).
Este enfoque también se refleja en el Programa de Inmunización 2030 de la OMS (5). A pesar de los constantes esfuerzos a nivel mundial y para erradicar las prenombradas enfermedades. Se ha observado que los intentos para controlar los altos índices de enfermedades siguen siendo fallidos, ya que estos índices continúan en aumento en países donde se encontraban previamente controladas, y, además, se están brotando en otros países donde antes no existían (6).
Por lo tanto, se plantea como objetivo analizar el comportamiento de enfermedades vectoriales en una población manabita.
MATERIALES Y MÉTODOS
El estudio es de tipo básico, nivel descriptivo, enfoque cuantitativo y corte transversal. La población estuvo conformada por los habitantes entre 21 y 39 años del sector San José, Parroquia Tarqui, cantón Manta - Manabí en el periodo octubre del 2021 a marzo del 2022.
No existen censos actuales de la población con este rango etario; sin embargo, de acuerdo con información brindada por el líder comunitario, suman un aproximado de 1.500 habitantes en ese rango etario. La muestra fue determinada a conveniencia en 200 habitantes y se aplicó muestreo probabilístico simple por tener toda la población la posibilidad de ser seleccionados para la muestra. Se consideraron a los residentes de al menos 6 meses en el sector y se excluyeron a mujeres embarazadas y quienes en el momento de la recolección tuvieran Covid-19.
Fue aplicada la encuesta a través de un cuestionario diseñado para el estudio y evaluado por dos docentes Master en el área de epidemiologia de la Universidad Técnica de Manabí, una docente Master en Enfermedades Infecciosas de la Universidad Técnica de Manabí y cinco médicos generales que dictaminaron su aplicabilidad; además, se evaluó su confiabilidad a través de una prueba piloto aplicada a 40 habitantes del sector obteniendo un Alfa de Cronbach que denota alta confiabilidad (ɑ=0,934).
Constó de 21 ítems que evaluaron el comportamiento de las enfermedades vectoriales desde la dimensión biológica (contagios y enfermedades más frecuentes), sintomática (síntomas y tratamientos de las enfermedades), geográfica (ubicación de la vivienda, servicios sanitarios, agua potable y alcantarillado en la zona) y socioeconómica (tipos de vivienda). El análisis se realizó a través de la estadística descriptiva utilizando el software SPSS v.24 para la creación de la base de datos y el procesamiento de estos.
RESULTADOS
Se presentan los resultados de la investigación:
Frecuencia | Porcentaje | ||
---|---|---|---|
Género | Masculino | 40 | 20% |
Femenino | 160 | 80% | |
Total | 200 | 100% | |
Grupo etario | 21-29 años | 60 | 30% |
30-39 años | 140 | 70% | |
Total | 200 | 100% |
En la zona analizada hay mayor presencia de mujeres (80%) y de personas con edades entre 30 a 39 años (70%).
Frecuencia | Porcentaje | Porcentaje del total de contagiados | ||
---|---|---|---|---|
Enfermedad vectorial padecida en los últimos 6 meses | Dengue | 32 | 16% | 66.66% |
Chikungunya | 12 | 6% | 25% | |
Zika | - | - | - | |
Fiebre amarilla | - | - | - | |
Malaria | 4 | 2% | 8.33% | |
Chagas | - | - | - | |
Leishmaniasis | - | - | - | |
Total | 48 | 24% |
El 24% (n=48) manifestó haber contraído alguna enfermedad de transmisión vectorial en la zona analizada. De las personas que han contraído alguna enfermedad vectorial, la más prevalente es el dengue con un 66.66% seguida de Chikungunya 25% y malaria 8.33%. El 26% manifestó tener algún familiar o conocido que haya padecido alguna enfermedad de transmisión vectorial, prevaleciendo el dengue con un 77.35% seguido del Chikungunya en el 22.65% de los familiares o conocidos.
Frecuencia | Porcentaje | ||
---|---|---|---|
Tratamiento | Médico | 31 | 65% |
Auto medicado | 17 | 35% | |
Total | 48 | 100% | |
Duración de síntomas | 1 a 3 días | 30 | 62.5% |
4 a 6 días | 12 | 25% | |
< 7 días | 6 | 12.5% | |
Total | 48 | 100% | |
Secuelas de la enfermedad | Sí | 8 | 17% |
No | 40 | 83% | |
Total | 48 | 100% |
De los encuestados que padecieron alguna de las enfermedades vectoriales, el 65% acudió a recibir tratamiento médico. En la mayoría de los casos los síntomas duraron menos de 3 días (62,5%) y solamente el 17% quedó padeciendo secuelas de la enfermedad.
Frecuencia | Porcentaje | ||
---|---|---|---|
Tipo de vivienda | Madera | - | - |
Adobe | - | - | |
Ladrillo | 50 | 25% | |
Cemento | 128 | 64% | |
Mixta | 22 | 11% | |
Otra | - | - | |
Acabado de la vivienda | Sellados entre techos, paredes y piso | 124 | 62% |
Con orificios entre las paredes y el techo y el piso | 76 | 38% | |
Servicio de aguas negras | Sí | 184 | 92% |
No | 6 | 8% | |
Servicio de agua potable | Sí | 200 | 100% |
No | - | - | |
Tanques u objetos descubiertos que contengan agua permanentemente en el hogar | Sí | 43 | 21.5% |
No | 157 | 78.5% | |
Alcantarillado en la zona | Sí | 176 | 88% |
No | 24 | 12% | |
Lugares públicos con agua estancada | Sí | 200 | 100% |
No | - | - |
La mayoría de las casas son de cemento (64%), pero se observa que en 38% de los casos tienen orificios entre los techos y las paredes o los pisos. El 92% cuenta con servicio de aguas negras, el 100% tiene agua potable y el 88% indica que el alcantarillado funciona, sin embargo, el 100% afirma que existen aguas estancadas en espacios públicos.
DISCUSIÓN
En los países donde las enfermedades de transmisión vectorial son endémicas, estos vectores se encuentran en zonas específicas y no homogenizados dentro de grandes territorios (7). El aumento de estas enfermedades obedece a factores ambientales, ecológicos y socioeconómicos (8),(9) . Prevalecen en los climas tropicales y subtropicales, en situaciones ambientales, socioeconómicas y con servicios sanitarios deficientes (4) (10). Estudios similares en México (11), en Colombia (12) y España (13), concluyen que las ETV son comunes en los países subdesarrollados o en vías de desarrollo, principalmente en los poblados de los climas tropicales y subtropicales más vulnerables, que no cuentan con servicios salud pública y coinciden al señalar que son enfermedades desatendidas por el sector público.
Dichas conclusiones coinciden con las indicadas en un estudio en Ecuador, donde se afirma que son enfermedades tropicales desatendidas (14). En el país, el clima, la movilidad humana y la ubicación geográfica favorecen la proliferación de vectores en las zonas costeras, fenómenos que deben ser estudiados para aportar soluciones que superen las tradicionalmente empleadas (15). Ecuador es un país tropical, se observan cambios constantes de temperatura con un clima andino y vientos fríos marinos que favorece la proliferación de vectores (4).
La subsecretaria nacional de salud pública del Ecuador señala que las constantes precipitaciones, la deficiente infraestructura en cuanto a servicios sanitarios, la falta de agua potable, alcantarillado y las inundaciones hacen de Manabí una zona endémica para enfermedades vectoriales; las cifras lo corroboran, ya que en 2019 se registraron 5.045 casos de dengue, 1.400 casos de fiebre amarilla, 1.400 casos de malaria y 671 casos de la enfermedad de leishmania, 53 casos de chagas y 5 con fiebre de mayaro en dicha zona (16).
A pesar de existir información sobre la forma de evitar la transmisión de las enfermedades vectoriales y contar con los organismos en materia de salud pública (17), estas siguen siendo un problema que amerita ser abordado para lograr soluciones estructurales que sobrepasen la concientización de los individuos en la sociedad y lleven una intervención estadal orientada a problemas de infraestructura.
Por lo que se deben realizar análisis de zonas específicas para enfocar las soluciones en comunidades críticas, como es el caso del barrio San José de la parroquia Tarqui - Manta, Manabí, donde los habitantes manifiestan afectaciones por contagio de enfermedades vectoriales constantes y la comunidad ha recibido poca atención para erradicar la raíz del problema (18), lo que motivó el análisis en la zona con la realización de este estudio.
Se conoce que el dengue es una enfermedad viral causada por virus del tipo ARN y transmitido por la picadura del mosquito Aedes Aegypti hembra, infectado (19); su viremia es desde 1 día antes hasta 6 días después de aparecida la fiebre, y su incubación extrínseca es de 4 a 10 días (20); el vector habita en zonas tropicales, se reproduce a nivel domiciliario en cualquier recipiente que contenga agua limpia estancada, y viven dentro de los hogares de las personas y en zonas cuya altura es no mayor 2.200 msnm, por cuanto el virus no sobrevive a alturas mayores a 1.700 msnm (4),(21).
Por otro lado, la Chikungunya es una enfermedad viral que transmite el mismo mosquito Aedes Aegypti que contagia el dengue. Se diferencia porque existe un 49% de posibilidades de transmisión al feto si la viremia ocurre durante el intraparto; en ningún caso es transmisible a través de la leche materna (4). En cuanto al Zika, es una enfermedad viral que transmite el mismo vector Aedes Aegypti que contagia el dengue (22), pero el Zika si es posible ser contagiado entre personas por contacto sexual; la viremia va desde 1 día antes hasta 6 días después de aparecida la fiebre y la incubación extrínseca es de 4 a 10 días (23).
Otra de las enfermedades vectoriales es la fiebre amarilla, transmitida por el mismo vector Aedes Aegypti, sin embargo, contra esta enfermedad sí existe una vacuna; la viremia es desde las 24 horas luego de aparecida la fiebre hasta de 3 a 5 días y su incubación extrínseca es de 9 a 12 días (4). En cuanto al paludismo, es una enfermedad parasitaria de la familia plasmodium, de los cuales cuatro de estos producen la enfermedad (P. falciparum, P. vivax, P. malariae y P. ovale) (6). La transmite la picada del mosquito Anopheles hembra infectado; la viremia es de 1 semana a 3 meses y su incubación extrínseca es de 7 días (4).
La leishmaniasis (29) (30) es una enfermedad causada por parasitosis, transmitida por tábanos, moscas y otros dípteros hembra con una incubación extrínseca de 8 a 20 días; los vectores habitan las zonas andinas y las partes del pacífico bajo y el virus produce escozor, dolor corporal, úlceras, inflamaciones, destrucción de cartílagos nasales y de los tejidos blandos, obstrucción nasal, fiebre, erosiones y mutilaciones dolorosas, epistaxis, anemia, pérdida de peso corporal, inanición, obstrucción de las vías respiratorias y la muerte; el diagnóstico oportuno puede ayudar a evitar las consecuencias mortales o incapacitantes de la enfermedad, pero por lo que respecta al tratamiento, este por sí solo no basta para eliminar los parásitos del cuerpo, por lo que es necesario contar con un proceso altamente inmunizante (4).
Finalmente, el Chagas es causada por el parásito tripanosoma cruzy, transmitida por el contacto de las heces de un chinche de la familia de los triatominae con la piel humana, mientras este se alimenta de la sangre de la persona; el vector es un animal selvático que en Suramérica se ha adaptado a ambientes urbanos, lo cual se denomina ciclo doméstico de la enfermedad (4) y habita en zonas con alturas inferiores a los 2.300 msnm y con temperaturas tropicales (24).
En Ecuador, Manabí tiene las condiciones climáticas y geográficas perfectas para la reproducción de vectores que transmiten enfermedades (25), por eso es una de las zonas más afectadas del país. Se hace imperativo estudiar el comportamiento de enfermedades vectoriales en una región manabita, para aportar soluciones que superen las medidas de prevención de los ciudadanos, y que lleven a acciones por parte del estado para mejorar las condiciones de infraestructura sanitarias y de salubridad pública tendentes a cumplir el compromiso de erradicarlas (26), por lo que el estudio representa un aporte social donde los principales beneficiados son los habitantes de la comunidad analizada.
CONCLUSIÓN
Los resultados aportan al campo científico con la actualización de datos sobre el comportamiento de enfermedades de transmisión vectorial en la zona, lo que permite vislumbrar la problemática con información reciente para su adecuado abordaje. Además, este estudio sirve como referente para futuras investigaciones en otras comunidades. Es importante considerar que la atención a la salud de los ciudadanos ecuatorianos por este tipo de enfermedades representa un gasto público considerable debido a la cantidad de casos que se han presentado en los últimos años. Incluso, el gasto para prevenir estas enfermedades es menor que el de atenderlas, por lo que el estudio aporta en el aspecto económico al identificar el comportamiento de las mismas a través de los factores que pueden llevar a una mayor presencia de las enfermedades. Esto permitirá tomar acciones para erradicarlas y dirigir los recursos de manera oportuna.