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Boletín de Malariología y Salud Ambiental

versión impresa ISSN 1690-4648

Bol Mal Salud Amb vol.56 no.2 Maracay dic. 2016

 

Un Adiós a Jose Vicente Scorza (1924-2016)

por Néstor Añez*

* Investigaciones Parasitológicas "J.F.Torrealba", Universidad de Los Andes, Facultad de Ciencias, Departamento de Biología, Mérida, 5101, Venezuela. *Autor de correspondencia: nanes@ula.ve

En una soleada y apacible mañana del día jueves 18 de agosto de 2016 en Mérida, Venezuela, se produce la transmutación de José Vicente Scorza. Su inquieto espíritu emergió de su cuerpo para volar a otra dimensión en búsqueda de otros derroteros distintos a los ya trajinados y harto conocidos. Su enorme cuerpo convertido en camuflada pupa sirvió para que eclosionara su díptero más preciado y satisfecho emprendió el ansiado vuelo, hastiado de su lucha contra el inexorable tiempo y su incapacidad física de querer ser lo que había sido, reconociendo que su ciclo entre nosotros habíase cumplido. Deja en su tránsito recuerdos de su sapiencia, testimonios de luchas, enseñanzas, obras realizadas, profunda sensibilidad, su recia personalidad y su constante arenga para seguir haciendo ciencia con pertinencia social, no importando cuando ni donde…

J.V. Scorza nació un 08 de julio de 1924 en Caracas. Desde muy niño su innata curiosidad era saciada por su costumbre de observar animales de diversas especies que podía colectar, proteger y mantener en el patio casero en pequeños corrales donde disfrutaba como se comportaban escorpiones, insectos, sapos, lagartos y hasta Didelphis. Esta curiosidad llegó al extremo cuando su padre José Vicente Scorza Cobelli, convertido en inspector de sanidad, mostrole la maravilla de un campo microscópico utilizando como muestra sus propios glóbulos rojos, o descubrir la gran ventana del mundo microscópico al observar larvas de mosquitos (Díptera: Culicidae) las cuales colectaba en las aguas de quebradas de la vecindad de la Caracas del primer tercio del siglo pasado.

Concluida la educación primaria, para Scorza, salido de la pobreza extrema como bien lo confiesa en su auto semblanza, no hay opción sino de continuar en la Escuela Normal para Maestros en la que se recibe a los 17 años, desempeñándose como maestro de 1ro, 2do y 6to grados en la Escuela República de Panamá entre 1941-1944. No obstante su ocupación, en ese mismo período se registra en el Instituto Pedagógico Nacional, egresando con el título de Pedagogo orientado en Biología y Química en 1945. Inmediatamente es colocado como profesor de Biología en el hoy centenario Liceo "Rafael María Baralt" de Maracaibo, donde trabaja bajo la dirección del insigne maestro zuliano Jesús Enrique Lossada, artífice de la creación de la Universidad del Zulia. Aunque fructífera es la estadía gozando del aprecio de colegas y alumnos, además de tener la oportunidad de organizar buenos y bien dotados laboratorios para su interés académico, su regreso a Caracas se hace inminente dado el fallecimiento de su primera esposa.

De nuevo en Caracas, Scorza es contratado como profesor de Biología en el afamado Liceo "Fermín Toro" en el que permanece durante el período 1946-1952.

Posterior a esa etapa comienza el impresionante ascenso del Prof. Scorza en el ámbito científico venezolano. Al dejar el Fermín Toro, o mejor apegados a la realidad al ser echado de ese instituto por su comprobada actividad política contraria a la del pensamiento de quienes gobernaban el país para la época, en lugar de dejarse llevar por el desaliento que da la incomprensión, decide estudiar Biología y se hace Biólogo en la UCV. Durante ese tiempo entabla profunda amistad y colaboración con el sabio J.F.Torrealba con quien desarrolla su ingenio de investigador, estudiando junto al inquieto maestro parasitosis que afectan a los desfavorecidos del llano venezolano. Más tarde, ingresa como profesor de la recientemente fundada Facultad de Ciencias de la UCV, siendo después nombrado su primer Director y luego electo como su primer Decano. Concluido este periplo académico, Scorza se ubica como el parasitólogo más productivo y uno de los más respetados del país.

Durante esta etapa comienzan a aparecer en la literatura nacional e internacional trabajos firmados por Scorza et al., lo cual se mantuvo de manera casi ininterrumpida durante 25 años, divulgando conocimientos sobre Trypanosoma, Leishmania, Plasmodium, Trematodes, Biomphalarias, Psychodidae, Anofelinos y las dolencias asociadas. Sin embargo, la creciente actividad científica, la escritura de artículos, los trabajos de campo, las disfrutadas clases de Biología Animal o Zoología en la Facultad de Ciencias, y la paralela actividad política, fue interrumpida el 28 de octubre de 1965, cuando el Prof. J.V. Scorza es apresado y recluido en la Cárcel modelo de Caracas, acusado de desestabilizador del gobierno venezolano. Para sobrevivir en el ambiente carcelario, echa mano de su innata vocación de maestro y a su curiosidad de investigador, enseñando a leer a algunos presos, discutiendo sobre Filosofía con compañeros intelectuales reducidos, aprendiendo idiomas o pintando algún cuadro a lápiz. Sorprende a muchos saber que durante su reclusión, Scorza realizó observaciones sobre el comportamiento de un mosquito que visitaba su celda, resultando una monografía titulada "Observaciones Bionómicas sobre Culex pipiens fatigans Weid, 1829 de Venezuela" publicado años después por la ULA en 1972.

Muchas fueron las personas e instituciones que junto a Doña Cecilia Dagert, su esposa, abogaron por la libertad de este inquieto profesor universitario. Es notable el interés por su libertad mostrado por el Profesor Percy Garnham, quien para entonces dirigía la Escuela de Higiene y Medicina Tropical de Londres, Inglaterra, quien aboga ante las autoridades venezolanas apoyado por la influencia del Dr. Arnoldo Gabaldon, Ministro de Salud para la época, quien conocía de cerca su producción científica, logrando que el gobierno accediera a liberarlo con la condición de que saliera del país. La propuesta del Prof. Garnham de ofrecerle una plaza para realizar sus estudios doctorales bajo su supervisión, provoca la orden de libertad el 28 de noviembre de 1967, emprendiendo tres meses más tarde su viaje a Inglaterra al encuentro de quien fuera su admirado maestro. Tras la exitosa estadía como aspirante al Ph.D. en el "Imperial College of Science and Technology" de la Universidad de Londres, obtiene su credencial doctoral con una magistral pieza de investigación sobre Malaria en reptiles, la cual se ha convertido en una buena referencia dada la originalidad de los experimentos conducidos.

A su regreso a Venezuela, por invitación del Rector de la Universidad de Los Andes, Dr. Pedro Rincón Gutiérrez, decide dejar Caracas y radicarse en las alturas andinas donde comienza una nueva etapa de su vida científica, la cual lo mantuvo por 45 años haciendo ciencia y formando nuevos investigadores. Durante ese tiempo Scorza Fundó el Grupo de Investigaciones Parasitológicas "J.F.Torrealba", Facultad de Ciencias, Universidad de Los Andes, Organizó el Grupo de Investigaciones en Parasitología del Núcleo Universitario "Rafael Rangel", Universidad de Los Andes, fue Promotor del Grupo de Investigaciones en Helmintología Médica, Facultad de Farmacia y Bioanálisis, Universidad de Los Andes, Promotor y Director del Postgrado en Parasitología, Facultad de Ciencias, Universidad de Los Andes, Promotor y Director de la Maestría en Protozoología, Núcleo Universitario "Rafael Rangel" Universidad de Los Andes, Asesor del Ministerio de Salud y Asistencia Social en Venezuela. Asimismo, el Prof. Scorza por sus méritos científicos fue reconocido como Premio Nacional de Ciencia y Tecnología (Mención Biología) por Ministerio de Ciencia y Tecnología de Venezuela, Doctorado Honoris causa de la Universidad Nacional Experimental "Francisco de Miranda", Premio "Francisco De Venanzi" en Ciencias Biológicas y Médicas, Universidad de Los Andes, Orden "Fray Ramos de Lora", Universidad de Los Andes, Orden "José María Vargas", UCV, Medalla Académica del Instituto Venezolano de Investigaciones Científicas (IVIC), Medalla de la Salud "Dr. Arnoldo Gabaldon", Ministerio de Salud y Asistencia Social, Venezuela, Orden "27 de Junio" en su Primera Clase, Ministerio de Educación, Venezuela, Hijo Ilustre de la Ciudad de Mérida y profesor honorario de la Universidad de Los Andes, entre otros reconocimientos.

J.V. Scorza confesó no haber cesado nunca de haber sido Profesor y conservó el orgullo de haber contribuido a estructurar las dos primeras Facultades Universitarias para formar cuadros científicos en Venezuela, una en la UCV y otra en la ULA. Haber guiado más de un centenar de estudiantes, con cuya colaboración alcanzó sus más de 200 publicaciones científicas, y haber tenido escasos trabajos con su sola autoría, le dieron la tranquilidad espiritual del deber cumplido.

Asimismo, afirmó que sus estudiantes le impusieron sus apetitos intelectuales y por eso le correspondió ser Botánico, Zoólogo, Parasitólogo y hasta Microbiólogo, para lo cual quizás le haya ayudado haber tenido el privilegio de alternar con sabios maestros como Torrealba "El Viejo", Pifano, el pionero, Texeira, el acucioso, Tejera, el reformador, Briceño-Rossi, El Generoso, Ignacio Ortiz, El Perseverante, Pablo Anduze, El siempre amable y Arnoldo Gabaldon, El Eminente, todos ellos dejaron su impronta y forjaron su carácter de estudioso. Luego de andar por largo tiempo el sendero de la vida, el Prof. Scorza concluye que La Ciencia no tiene sentido sin contenido Social.

Haber sido seguidores de su férrea disciplina científica para aprender a investigar, de experimentar su particular manera de enseñar, de haber aprendido sobre la necesidad de hacer llegar el conocimiento científico hasta donde hiciera falta sin importar las dificultades, de observar la manera de expresar su afecto, de sentir su solidaridad, nos hace privilegiados por haber compartido su amistad hasta el fin de su vida…

Para quienes seguimos de cerca por más de cuatro décadas este ser de inquieto espíritu y mente brillante, nos corresponde expresar en esta despedida nuestra gratitud imperecedera por haber coincidido en espacio y tiempo en esta dimensión, y prometer que siempre expresaremos con plena convicción que vivió entre nosotros, porque nunca desaparece quien ha cumplido bien la obra de su vida…

Rogamos por un feliz desprendimiento espiritual y solicitamos al Supremo Autor conceda la gracia de encontrarse en esencia, con quienes tanto disfrutó su Ciencia, su Humanismo, su espíritu contestatario, su bonhomía y su sonrisa, y que junto al Sabio Torrealba, Witremundo, Ignacio Ortiz, Félix Pifano, Leónidas Deane, Percy Garnham, Arnoldo Gabaldon y Pedro Rincón Gutiérrez, recuerden cuanto hicieron durante su vida terrenal para beneficio y/o satisfacción de muchos… que así sea.