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Investigación Clínica

versión impresa ISSN 0535-5133versión On-line ISSN 2477-9393

Invest. clín v.52 n.2 Maracaibo jun. 2011

 

Ciencia, razón de ser de la Universidad. 

El precepto de toda Universidad debe basarse fundamentalmente en dos cosas: la formación de profesionales y la investigación científica, “profesionalismo e Investigación”. La docencia es indudablemente una necesidad apremiante en la Universidad, pero se comete el error de asignarle este único papel. Entre la investigación y la docencia debe haber un constante intercambio, no debe haber docencia sin investigación ni investigación sin docencia. Si en una universidad no hay investigación, dudas, búsqueda y angustia ante la realidad, no va a ser una gran Universidad. “La investigación es el fertilizante de la docencia”, así lo decía Marcel Roche, uno de los pioneros de la investigación en Venezuela. 

Es una dura realidad que en el día de hoy nuestras instituciones no cuentan con las condiciones mínimas para asegurar una labor científica óptima. No es la más fácil de las épocas para hacer ciencia en Venezuela: recortes presupuestarios profundos y continuos, investigadores a medio tiempo, salarios mediocres que obligan a trabajar en otras partes, escaso número de investigadores como generación de relevo en los laboratorios, muchas veces pocos o ningún técnico de laboratorio; sin embargo, las nóminas de personal absorben casi todo el gasto presupuestario de la Universidad. No hay autonomía administrativa en unidades, centros e institutos de investigación, los investigadores nos hemos convertido en mendigos de equipos, reactivos y materiales para poder trabajar. Las graves fallas en personal e infraestructura, escaso apoyo financiero, gubernamental, y de todo tipo, merman el ánimo de incluso los más abnegados investigadores de nuestra Universidad. Hágase un censo: ¿Qué centro puede jactarse de no tener carencias financieras, de recursos humanos o de infraestructura? Sin embargo, la ciencia no descansa. Las ideas nadie las detiene; sin importar las condiciones del entorno, nuevas ideas siempre arrastran al investigador al laboratorio. Es la razón de ser del investigador. Pero esa actitud de curiosidad infinita, destinada a aumentar el caudal de conocimientos de la humanidad, tiene que ser canalizada mediante sistemas y métodos; no obstante, con las enormes limitaciones actuales, el investigador se siente maniatado por el entorno y en un contexto definitivamente poco propicio, absolutamente contrario a la producción de conocimiento novedoso y válido. Indudablemente, en estas condiciones, las ideas, por más audaces y originales que sean, no pueden ejecutarse o en todo caso, lo serán de forma incompleta y errática. 

Algunas de las figuras imperecederas de nuestra ilustre Universidad del Zulia, como Francisco Ochoa, Jesús Enrique Lossada y Antonio Borjas Romero, establecieron en sus días la preeminencia de la ciencia y la creación de conocimiento original como centro de la preocupación existencial de la Universidad. Américo Negrette decía: “Hagan ciencia, no se desesperen por el desamparo; redoblen esfuerzos y refuercen la esperanza, tengan fe, porque se bien lo que les digo, cuando les digo que la ciencia es, la razón de ser de la Universidad”. Ellos, nuestros guías intelectuales, nos prepararon el camino a las generaciones sucesivas, con sus ideas, sus enseñanzas y construyendo laboratorios e institutos de investigación. Continuemos su labor; enaltezcamos sus palabras y sus obras. Es difícil, muy difícil, pero si lo logramos, saldremos más fuertes; habremos madurado como ciudadanos, como miembros orgullosos de nuestra Universidad, como hombres y mujeres de ciencia. Épocas cruciales como ésta, de gran incertidumbre y de cambios impredecibles, deben tomarse como oportunidades para salir enriquecidos con una nueva visión de nuestro deber. Demostrarles a las autoridades rectorales, a nuestros gobernantes y al Estado venezolano que la labor científica que se lleva a cabo en la Universidad es de valor, de muchísimo valor, es la mejor arma con la que contamos en estos momentos. En tiempos en los que, además de muchas otras cosas, la valía de la actividad universitaria autónoma e independiente se halla en entredicho, demostremos cuán indispensable, cuán inmutable, es nuestro lugar en la vida intelectual nacional e internacional; demostremos la preponderancia de nuestro trabajo, el respeto y apoyo imperioso del que siempre debe gozar. Trabajemos. Investiguemos. Hagamos ciencia. Que éste sea nuestro bastión, nuestra insignia; porque la investigación científica en las universidades de nuestro país, lejos de ser un lujo, es una absoluta necesidad, una necesidad prioritaria. 

Yraima Larreal y Ricardo Cárdenas

Science, reason for the existence of the University. 

More than a century after the foundation of the illustrious University of Zulia, research is still the subject of unfair treatment; the importance of science in university life is discussed over and over again, with authorities feeling proud of the quantity and quality of researchers, but such pride is divorced from the support received by research centers, departments and institutes. However, science transcends all obstacles; research must be the ultimate goal of our University, so that it continues to be the University.

1. Negrette A. Otoño en Maracaibo, palabras sobre ciencia. Ediciones Astro Data. Maracaibo.1996.        [ Links ]

2. Roche M. La Ciencia entre nosotros y otros ensayos. Ediciones I.V.I.C. Caracas. 1968.        [ Links ]

3. Ortega y Gasset J. Misión de la Universidad. Editorial Revista de Occidente. Madrid. 1965.        [ Links ]

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