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Archivos Latinoamericanos de Nutrición
versión impresa ISSN 0004-0622
ALAN vol.62 no.1 Caracas mar. 2012
Sobrepeso medido por IMC o percibido y comportamientos de control del peso en adolescentes universitarios de Ciudad Guzmán, Jalisco, México.
Hidalgo-Rasmussen Carlos Alejandro, Ramírez-López Guadalupe, Montaño Espinoza Rosa, Hidalgo-San Martín Alfredon
Centro Universitario del Sur. Universidad de Guadalajara. Unidad de Investigación Epidemiológica y en Servicios de Salud del Adolescente (UIESSA). Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS). Universidad de Santiago de Chile.
RESUMEN. El objetivo fue evaluar las asociaciones entre comportamientos de control de peso y sobrepeso medido por IMC, sobrepeso percibido o percepción errónea del peso en adolescentes por género. Participaron 492 adolescentes universitarios de 17 a 19 años de edad. Se utilizó un cuestionario auto aplicado en línea y se midió peso y estatura. Los análisis estadísticos incluyeron kappa ponderada y regresión logística multivariada. La concordancia entre el peso percibido y el medido por IMC fue 78.7% y la kappa ponderada=0.62. Los adolescentes que percibieron sobrepeso intentaron con más frecuencia bajar de peso, hacer ejercicio y comer menos alimentos que los que tenían sobrepeso medido por IMC. Una cuarta parte intentó bajarlo aún sin percibir o tener sobrepeso real. La posibilidad de tratar de bajar de peso fue mayor en hombres y mujeres con sobrepeso percibido (RM=18.7, IC 95% 6.3-55.3 y RM=10.4, IC 95% 4.5-24.2 respectivamente) y en mujeres que sobrestimaron el peso corporal (RM =6.0, IC 95% 2.8- 12.7). Hubo menos posibilidad de tratar de bajar peso cuando se subestimó el peso en hombres (RM = 0.03, IC 95% 0.01-0.12) y mujeres (RM=0.19, IC 95% 0.05-0.70). En conclusión, el comportamiento de bajar de peso se explica mejor en adolescentes en ambos géneros que percibían sobre peso y en mujeres que lo sobre estimaban, mientras que los hombres intentaron menos bajarlo si subestimaban su peso.
Palabras clave: Percepción del peso, sobrepeso, pérdida de peso, índice de masa corporal, conducta del adolescente, nutrición del adolescente.
SUMMARY. Perceived or BMI-measured overweight and weight controlbehaviors in undergraduate adolescents from Ciudad Guzmán, Jalisco, México. The aim was to evaluate associations between weight control behaviorsand overweight measured by BMI, overweight perception or inaccurate weight perception. 492 undergraduate adolescents from 17 to 19 years old participated in the study. A self-administered questionnaire on line was applied and weight and height were measured. Statistical analysis included weighted kappa and multivariate logistic regression. The concordance between weight perception and that evaluated by BMI was 78.7%, weight kappa = 0.62. Adolescents who perceived overweight tried to lose weight, exercised and ate less food more frequently than those who were overweight evaluated by BMI. A quarter tried to lose weight eventhough they did not perceive or were actually overweight.The odds of trying to lose weight were higher in men and women who perceived overweight (OR = 18.7,CI 95% 6.3-55.3and OR = 10.4, IC 95% 4.5-24.2, respectively) andwomen who overestimated overweight (OR = 6.0, CI 95% 2.8-12.7).The odds of tying to lose weight when weight was underestimated were less in men (OR = 0.03, CI 95% 0.01-0.12) and women (OR = 0.19, IC 95% 0.05-0.70). In conclusion the behavior of trying to lose weight was better explained among adolescents of both genders who perceived overweight and among girls who overestimated it.
Key words: Weight perception, overweight, weight loss, body mass index, adolescent behavior, adolescent nutrition.
Recibido: 08-12-2012 Aceptado: 21-04-2012
INTRODUCCIÓN
La prevalencia de sobrepeso y obesidad en la adolescencia se ha incrementado en los últimos años, junto con los comportamientos de riesgo para su control (1,2),que se asocian a múltiples patologías, conllevan consecuencias psicosociales negativas, aumentan la probabilidad de ser adulto obeso y morir prematuramente con altos costos para el individuo y la sociedad (2).De acuerdo con la Encuesta Nacional de Salud y Nutrición 2006, la prevalencia de sobrepeso y obesidad en adolescentes mexicanos fue de 31.2% en hombres y 32.5% en mujeres (3).
Se espera que las mujeres sean delgadas y los hombres atléticos y altos para ser aceptados socialmente (4), por lo que la adolescencia es un periodo crítico para desarrollar problemas de nutrición (5). El miedo a ganar peso esuna preocupación muy importante en adolescentes mexicanos (6), se encontró que el43.4% trató de controlarlo, y cuando percibieron sobrepeso u obesidad esto se incrementó hasta un 77.1% (7), y aún sin tener sobrepeso lo intentóun 28%(8).
La percepción incorrecta del peso corporal es frecuente en la adolescencia; algunos estudios la han encontrado en un tercio de mujeres y un cuarto de hombres (9,10). En estudiantes universitarias europeas una importante proporción con peso normal se consideraba con sobrepeso (11). En un estudio mexicano 22.4% de las adolescentes y 11.0% de los varones sobrestimaron el peso (12). En otro estudio se encontró que estudiantes mexicanas de 15-19 años de escuelas públicas de nivel medio superior subestimaron el peso 1.3 kg en promedio, en todas las edades, en zonas de marginación o migración baja (13). Además que del7- 33% de los adolescentes en México les preocupaengordar (6). Las mujeres tuvieron más comportamientos alimentarios de riesgo como dieta, ayuno o ejercicio excesivo y en menor proporción la inducción de vómito y consumo de medicamentos para perder peso (3), particularmente entre 18 y 19 años (12).
Debido al incremento de sobrepeso en jóvenes y a que un porcentaje importante realiza comportamientos de riesgo para bajarlo se diseñó este estudio en adolescentes universitarios para analizar por género las relaciones entre sobrepeso, percepción del sobrepeso o percepción errónea del peso con los comportamientos del control del peso y los comportamientos para perderlo. Estos resultados podrán servir para diseñar programas de control del peso en adolescentes.
MATERIALES Y MÉTODOS
Estudio observacional, transversal y analítico realizado en estudiantes de Cd. Guzmán, Jalisco, Méxicoprovenientes de zona urbana y rural. El marco muestral comprendió 610estudiantes menores de 20 años, inscritos al 1er semestre del Centro Universitario del Sur de la Universidad de Guadalajara. Se excluyó a quienes no aceptaron contestarlo [54], o no tenían medidas de peso y estatura [64], por lo que la muestra total fueron 492 adolescentes. No se observaron diferencias en el índice masa corporal (IMC) entre los que aceptaron contestar y los que no aceptaron (p=0.768). Tampoco hubo diferencias entre quienes tenían datos de peso y estatura [492] y no los tenían [64] en cuanto a género (p=.965), edad (p=.390) o descripción del peso (p=.680).
Procedimientos.
Una vez que las autoridades escolares autorizaron que se realizaráel estudio, se invitó a los estudiantes a participar durante el curso introductorio a la Universidad. El estudio se llevó a cabo en agosto de 2010. El investigador responsable explicó a los estudiantes la forma de llenado de los cuestionarios y pidió consentimiento informado para participar en la investigación. Se utilizó un cuestionario autoaplicado que se llenó en línea en el aula de cómputo de la Universidad. Posteriormente se realizaron las medidas antropométricas en el auditorio de la misma. El cuestionario incluyó datos sociodemográficos (edad, sexo, ocupación del estudiante y escolaridad y ocupación de padres de familia), preguntas sobre el peso corporal y actividad física tomadas del cuestionario 2007 Youth Risk Behavior Survey (YRBS) (14). La confiabilidad y validez del cuestionario YRBS han sido evaluados (15-16).
Variables
Estado nutricio según IMC medido. Enfermeras capacitadas midieron estatura y peso con procedimientos estandarizados (17). Se emplearon básculas (Torino modelos Persona y Persona plus), con precisión de 0.1 kg y estadímetro con precisión de 0.5 cm.Para evaluar el estado de nutrición se utilizaron los puntos de corte internacionales del IMC (peso/talla2). El bajo peso se define con el IMC según sexo y edad que pasa a través del IMC < 18.5 kg/m2 a los 18 años (18) y el sobrepeso y obesidad con el IMC según sexo y edad que pasa por el IMC igual a 25 kg/m2 y 30 kg/m2 a los 18 años, respectivamente (19).
Percepción del peso. Se preguntó ¿Cómo describes tu peso? Las opciones de respuesta fueron: muy bajo, ligeramente bajo, cerca del correcto, ligeramente con sobrepeso y con mucho sobrepeso. Comportamientos de control del peso.
Se preguntó ¿Cuál de las siguientes has tratado de hacer acerca de tu peso? Las opciones de respuesta fueron: bajar de peso, mantener el peso, subir de peso, o no hacer nada sobre mi peso.
Comportamientos para perder peso o evitar subirlo.Se incluyeron cinco preguntas ¿Durante los últimos 30 días, hiciste ejercicio para perder o evitar subir depeso? ¿Durante los últimos 30 días comiste menos alimentos, menos calorías o alimentos bajos en grasa para perder peso o evitar subir de peso? ¿Durante los últimos 30 días dejaste de comer por24 horas o más para perder peso o dejar de ganar peso? ¿Durante los últimos 30 días tomaste píldoras, polvos o líquidos sin supervisión de un médico para perder o evitar subir peso? ¿Durante los últimos 30 días vomitaste o tomaste laxantes para perder peso o evitar subir de peso? Las opciones de respuesta fueron sí/no.
Actividad física. Se preguntó: Durante los últimos 7 días, ¿Cuántos días estuviste activo físicamente por un total de 60 minutos por día? (suma todo el tiempo que pasaste en cualquier clase de actividad que aumentara tu ritmo cardíaco e hiciera respirar más fuerte en algún momento). Las opciones de respuesta fueron de 0 a 7 días.
Nivel socioeconómico. Se evaluó con ocupación y escolaridad del jefe de familia y se clasifica como: alto y medio alto, medio bajo, alta trabajadora y baja trabajadora según Rivas Torres (20).
Consideraciones éticas.
El proyecto fue aprobado por el Comité de Bioética del Centro de Investigaciones en Comportamiento Alimentario y Nutrición del Centro Universitario del Sur, (Oficio 001/009) de acuerdo con la Declaración de Helsinki de las Pautas Éticas Internacionales para la Investigación Biomédica en Seres Humanos de la Asociación Médica Mundial y la Ley General de Salud de México sobre la investigación en seres humanos. La participación fue voluntaria y se obtuvo consentimiento informado de los estudiantes, no se solicitó consentimiento informado de padres por corresponder a una investigación de riesgo mínimo.
Análisis estadístico.
Para evaluar diferencias de porcentajes se utilizó la prueba de X2 o exacta de Fisher. Para obtener la sensibilidad, especificidad, valor predictivo positivo (VPP) y valor predictivo negativo (VPN) de la percepción del peso respecto al estado nutricio medido por IMC, se recodificó la percepción del peso en: sobrepeso (ligeramente con sobrepeso + mucho sobrepeso) y sin sobrepeso (muy bajo + ligeramente bajo + cerca del correcto) y el estado nutricio en sobrepeso (sobrepeso + obesidad) y sin sobrepeso (normal + bajo peso). Para evaluar la concordancia entre percepción de peso y estado nutricio: a) se recodificó la percepción de peso en: bajo peso (muy bajo + ligeramente bajo), cerca del correcto y sobrepeso (ligeramente con sobrepeso + con mucho sobrepeso); b) se recodificó el estado nutricio en: bajo peso, normal y sobrepeso (sobrepeso + obesidad) y c) se utilizó la prueba de kappa ponderada (21) (acuerdo total: 1.0, desacuerdo de categorías adjuntas: 0.5 y desacuerdo a dos categorías de distancia: 0.0). Los valores se interpretaron según la escala de Landis y Koch (21). Las asociaciones se estimaron con análisis de regresión logística simple y múltiple. Se hicieron las siguientes categorías de percepción errónea: no errónea (percepción del peso en categoría equivalente al estado nutricio), subestimación (cuando percibe una categoría inferior del estado nutricio) y sobrestimación (cuando percibe una categoría superior al estado nutricio). Para evaluar el ajuste del modelo se utilizó prueba de Hosmer-Lemeshow y para evaluar la multicolinealidad el factor de inflación de la varianza. Un valor p<0.05 se consideró estadísticamente significativo. Los análisis estadísticos se realizaron con Stata9.0 (StataCorp LP, Texas, USA).
RESULTADOS
Participaron 492 adolescentes de 17 a 19 años de edad, de los cuales, 60.6% fueron mujeres, 26.0% trabajaban, 99.2% solteros o solteras, 36.0% de nivel socioeconómico alto y medio alto, 20.1% medio bajo y 43.9 % clase trabajadora.
Casi la mitad tenía estado nutricio normaly más de un tercio sobrepeso y obesidad de acuerdo con el IMC medido. Los hombres tuvieron mayor prevalencia de sobrepeso y obesidad que las mujeres. En cuanto a la percepción del peso en todas las categorías fue semejante a las mediciones del estado nutricio y no hubo diferencias por género. En los comportamientos de control de peso se observó que casi la mitad intentó bajarlo y las mujeres lo hicieron con más frecuencia que los hombres. Por otro lado, los hombrestrataron de subirlo más frecuentemente que las mujeres (Tabla 1). Para bajar de peso o evitar subir, un poco más de la mitad realizó ejercicio y más de la tercera parte consumió menos alimentos (Tabla 4). Las mujeres comieron menos alimentos, calorías o alimentos bajos en grasa (mujeres 128 (43%) vs hombres 62 (43%) p=0.014) y se provocaron el vómito o consumieron laxantes con más frecuencia que los hombres (mujeres 8 (2.7%) vs hombres 0 (0%) p=0.025).
La concordancia entre la percepción del peso y el estado nutricio fue 78.7% y la kappa ponderada mostró un buen acuerdo (mayor en mujeres que en hombres). El 8.1% subestimó el sobrepeso con mayor proporción en hombres que en mujeres. Por otra parte, ellas sobrestimaron más el bajo peso y el peso normal que los hombres. (Tabla 2)
La sensibilidad y especificidad de la percepción de peso de acuerdo con el estado nutricio medido por el IMC en la población total fue 77.4% y 88.9% respectivamente. El VPP fue 79.7% y el VPN fue 87.5%. Enlas mujeres, en comparación con los hombres, la sensibilidad fue mayor(88.3% vs. 65.1%), la especificidad menor (84.8% vs. 96.4%), el VPP menor (72.8% vs. 93.1%) y elVPNmayor(94.0% vs. 78.7%).
Casi el 90% de los adolescentes que percibieron sobrepeso y lo tenían en realidad intentaron bajar de peso y cuando tenían sobrepeso medido por IMC lo intentaron casi en un 80%. Además, casi un cuarta parte intentó bajarlo aún sin percibir sobrepeso y casi una tercera parte sin tenerlo realmente. Se observaron algunas diferencias por género; las mujeres intentaron bajar de peso más que los hombres cuando percibieron sobrepeso pero no lo tenían o cuando no tenían sobrepeso realmente. Por el otro lado, cuando los hombres tenían sobrepeso medido por IMC intentaron mantener el peso más que las mujeres. Asimismo, cuando ellos no percibieron o no tenían sobrepeso intentaron subirlo más que las mujeres (Tabla 3)
El porcentaje de comportamientos para bajar de peso o evitar subirlo como hacer ejercicio, comer menos alimentos, dejar de comer 24 horas y consumir píldoras, polvos o líquidos para perder peso fue mayor en los adolescentes que percibieron sobrepeso en comparación de los que no lo percibieron. Se observaron resultados similares entre los que tenían sobrepeso -medido por IMC-en comparación de los que no tenían. Esto mismo se comparó por género pero no se observaron diferencias estadísticamente significativas (no se muestran datos). (Tabla 4)
Los adolescentes que percibieron sobrepeso tuvieron más posibilidad de tratar de bajar de peso independientemente de que tuvieran o no sobrepeso (RM = 12.61 IC95% 6.53, 24.37, datos no incluidos) y la relación fue mayor en hombres que en mujeres (RM= 18.68 y RM= 10.44, respectivamente). Al analizar la relación entre bajar de peso y la exactitud en la evaluación del peso se encontró que los que sobrestimaron el peso intentaron bajar de peso más que los que lo evaluaron correctamente (RM =5.9, IC95% 2.77- 12.67, datos no incluidos) y cuando se analizó por género se encontró que únicamente las mujeres lo intentaron (RM=5.95). Además cuando tenían sobrepeso (medido por IMC), la posibilidad de bajar de peso se incrementó en hombres (RM=60.37) ymujeres (RM=16.27). Asimismo los hombres y mujeres que subestimaron el peso intentaron bajarlo menos, independientemente de que tuvieran o no sobrepeso medido por IMC(RM= 0.03 y RM=0.19, respectivamente). (Tabla 5)
DISCUSIÓN
En nuestro estudio más de la tercera parte de adolescentes tuvo sobrepeso medido o percibido, similar a la prevalencia nacional y del estado de Jalisco (22). Al comparar la percepción del peso con el estado nutricio, la concordancia fue mayor en nuestro estudio (0.62) que en adolescentes de menor edad (0.31-0.50) (7,10). Esto podría deberse a que en la adolescencia tardía existe una mayor preocupación por engordar que en la etapa temprana (12).En este sentido, la percepción errónea del peso fue menor en nuestro estudio (21.3%), que en adolescentes de menor edad (22.5-32.8%) (7,9). Con relación al género, las mujeres evaluaron mejor el peso que los hombres, probablemente por la presión social que las lleva a pesarse con más frecuencia (6,12).Similar a otros estudios, los hombres subestimaron y las mujeres sobrestimaron más el sobrepeso(12,13). La sobrestimación del sobrepeso en mujeres puede explicarse por la insatisfacción de la imagen corporal (23). A pesar de que los hombres tuvieron más sobrepeso que las mujeres, ellos lo percibieron menos, como en otros estudios (7), probablemente debido a que los varones se sienten más libres de prejuicios sobre su cuerpo (24).
Un alto porcentaje de los que percibieron sobrepeso trataron de bajarlo (alrededor del 90%) y un poco menos cuando en realidad lo tenían (78.5%). Estas cifras son más altas que en adolescentes norteamericanos (7,10),lo cual podría deberse a las políticas de prevención del sobrepeso en nuestro país. Llama la atención que los hombres que percibieron sobrepeso tuvieron más probabilidad de bajar de peso que las mujeres, similar en varones méxicoamericanos (10) pero contrario a adolescentes de otros países en donde las mujeres tuvieron más probabilidad que ellos (7,8,25). Esto se puede asociar al incremento en la preocupación por engordar en los últimos años en adolescentes varones en México (6,12),a que en nuestro estudio ellos tuvieron más sobrepeso que las mujeres o por otras cuestiones culturales. Queda por contestar si esto se asocia a que los hombres estén aumentando su insatisfacción corporal, como en las mujeres (23) o para mejorar su salud como en los hombres adultos (25).Por otra parte, debido al incremento del sobrepeso en México, es importante señalar que casi 15% de adolescentes que sí tenían sobrepeso no hicieron nada al respecto. Es claro que este grupo requiere atención ya que no sólo existe el riesgo de que sufran efectos negativos sobre la salud desde estas edades sino que se aumenta también el riesgo de convertirse o seguir siendo obeso de adulto.
En nuestro estudio y otros (8), una cuarta parte de quienes percibieron sobrepeso y no lo tenían intentaron bajarlo. Además, las mujeres que sobreestimaron el peso tuvieron más posibilidad de tratar de bajar peso. Los adolescentes consumieron con más frecuencia píldoras, polvos o líquidos para bajar de peso cuando percibieron sobrepeso, como otros han señalado (26),el que lo hagan sin supervisión médica pone en riesgo su salud. Estos resultados muestran la necesidad de realizar campañas de control del peso de forma diferenciada según la percepción del peso, que promuevan un crecimiento saludable, eviten trastornos alimentarios y detengan la ganancia de peso cuando éste no es saludable a través de medidas a largo plazo que logren modificar los estilos de vida saludables.
El ejercicio fue la práctica más utilizada para perder peso, como en otros estudios (25,27), pero sólo el 8.7% de estudiantes de nuestro estudio cumplió con la recomendación de hacerlo una hora diaria (28).Esto probablemente se deba, entre otros factores, a que lo consideran aburrido o cansado (25).
Las limitaciones del trabajo se derivan de ser un estudio transversal por lo que no se puede establecer causalidad en las asociaciones encontradas. Además, debido a que no se estudiaron otros comportamientos alimentarios saludables para bajar de peso (consumo de frutas y verduras, desayuno, entre otros), no pudimos evaluar la calidad de la dieta. Asimismo los resultados de este estudio no pueden extrapolarse a adolescentes de preparatorias privadas.
Los resultados de nuestro estudio muestran que el intento de perder peso es mayor en los hombres que en mujeres cuando perciben sobrepeso que cuando en realidad lo tienen pero en las mujeres lo intentaron también cuando lo sobrestimaron. Los adolescentes están expuestos a realizar comportamientos de riesgo para perder peso cuando perciben sobrepeso. Además, un porcentaje importante está intentando bajar de peso aún sin tener sobrepeso, especialmente mujeres.Aunque el ejercicio es la práctica más utilizada para perder peso, la frecuencia con la que lo realizan es insuficiente. Por todo esto, es urgente realizar campañas dirigidas a adolescentes que enfaticen sobre el estado nutricio recomendable, la aceptación de la imagen corporal, el incremento en la actividad física y el control del peso con comportamientos saludables.
AGRADECIMIENTOS
Se agradece al Mtro. Gerardo Jiménez Haro por programar el cuestionario en línea.
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