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Gen
versión impresa ISSN 0016-3503versión On-line ISSN 2477-975X
Gen v.62 n.1 Caracas mar. 2008
Transplante hepático pediátrico en Venezuela experiencia preliminar
Dres. Pestana Elena*, Marín Damelys*, Ron Zaira*, Castillo Rubén*, Naranjo Laura*, Oviedo Franklin*, Carreta Mauro*, Landaeta Jorge*, Pérez Iraima*, Carucci Pascual*, Baliachi Carlos*, Gil Vicente*, Saltiel Christiane*, Landolfi Clementina*, Ortega Ronald*, Rojas Beatriz*, Hermógenes Malavé*, Vasallo Miguel *, Rodríguez Carlos*, Rivas-Vetencourt Pedro*.
*Programa Metropolitano De Transplante Hepático. Caracas-Venezuela.
Para cualquier información o separata contactar a la: Dra. Pestana Elena. Programa Metropolitano de Transplante Hepático. Correo-e: peselena@cantv.net
RESUMEN
Introducción y objetivos: el transplante hepático es uno de los tratamientos adecuados en pacientes pediátricos con enfermedades hepáticas en fase terminal. El objetivo del presente trabajo es presentar la experiencia preliminar del programa de transplante hepático pediátrico llevada a cabo en nuestro país. Pacientes y métodos: se incluyeron niños que fueron evaluados en la consulta de pretransplante pediátrico del programa metropolitano de transplante por presentar enfermedades hepáticas en fase terminal Resultados: se incluyeron pacientes a los que se les realizó transplante hepático entre abril de 2005 y marzo de 2007; 9 pacientes en edades comprendidas entre 5 años y 15 años, 3 del sexo masculino y 6 del sexo femenino. Todos los pacientes presentaban serología para CMV positiva previo al transplante y 5 presentaban serología positiva para EBV previa al transplante. Todos los individuos tenían una calificación PELD entre 9 y 17. La enfermedad hepática crónica que los llevó a la necesidad de realizarles transplante hepático incluyó los siguientes diagnósticos: atresia de vías biliares extrahepáticas4, colestasis intrahepática familiar progresiva2 y hepatitis autoinmune1, hepatocarcinoma1 y fibrosis hepática congénita1. A 7 de los pacientes se les realizó transplante hepático de donante vivo, 1 de donante cadavérico y 1 autotransplante. El tiempo de estadía en terapia intensiva fue de 11 a 30 días, y el tiempo posterior en hospitalización fue de 3 a 15 días. El esquema de inmunosupresión inicial fue ciclosporina, prednisona, micofenolato a 4 pacientes y 5 tacrolimus y prednisona. Dos pacientes presentaron rechazo agudo el cual fue tratado con bolus de esteroides por 3 días con resolución completa de la disfunción del injerto. Todos los pacientes presentaron complicaciones infecciosas en los primeros 6 meses del postransplante, entre ellas: 4 pacientes infecciones urinarias documentadas por urocultivo por Proteus Mirabilis 2 y E. Coli 2, 5 pacientes presentaron infecciones por CMV a los cuales se les administró valganciclovir por vía oral obteniendo una respuesta adecuada. Dos de los pacientes presentaron complicaciones neurológicas, 1 presentó convulsiones tónico clónicas generalizadas sin déficit neurológico, se le realizó TAC y EEG los cuales resultaron normales con niveles elevados de ciclosporina y niveles bajos de magnesio que fueron corregidos. Un paciente presentó alucinaciones, se le realizó TAC cerebral y EEG normal, recibió haloperidol durante un período de 3 meses, con evolución satisfactoria. Uno de los pacientes presentó complicación biliar a los 9 meses postransplante, demostrada por ecografía abdominal y colangioresonancia (estenosis de la vía biliar), se colocó prótesis biliar con mejoría completa del funcionalismo hepático. Un paciente con síndrome hepatopulmonar previo al transplante, amerito para su corrección final, después del trasplante de tratamiento endovascular del shunt AV, arteria pulmonar lóbulo inferior izquierdo con colocación de espirales de titanium con resolución de la hipoxemia persistente. Posteriormente, ese mismo paciente presentó vasoespasmo de la arteria hepática documentado por perdida del registro arterial durante evaluación doppler y acompañado de elevación de las aminotranferasas recibiendo tratamiento con nitroglicerina intrarterial y colocación de stent con mejoría completa del funcionalismo hepático. La sobrevida del injerto y de los pacientes es en la actualidad de un 100%. Conclusión: el transplante hepático constituye hoy en día en Venezuela una posibilidad terapéutica para los pacientes pediátricos con enfermedad hepática terminal, progresiva e irreversible, que no está exento de complicaciones pero que al ser diagnosticadas y tratadas a tiempo, alcanza un 100% de sobrevida tanto del injerto como de los pacientes.
SUMMARY
Introduction and Objectives: Liver transplantation is the treatment of choice for pediatrics patients that suffer end stage liver disease (ESLD). The goal of this essay is to introduce the first national experience with the modality of liver pediatric transplantation programs in the treatment of ESLD in pediatrics patients. Patients and Methods: 9 children suffering ESLD and their respective donors were seen between April 2005 and May 2007, each patient and its donor underwent a complete transplant evaluation (cardiac, respiratory, renal evaluation, imaging studies, and blood work up) to determine their candidate for either liver transplant recipient, or liver donor. RESULTS: 9 patients in ages between 5 years and 15 years, 3 male and 6 were included. All the patients had positive serology for CMV before transplant and 5 had positive serology for EBV before transplant. All the patients had score PELD 9 and 17. Diagnoses of the recipients were as follow: 4 Atresias of extrahepatic biliary tract, 2 progressive familiar intrahepatic cholestasis, 1 autoimmune hepatitis, 1 congenital fibrosis and 1 hepatocarcinoma. 7 live donor liver transplants, 1 deceased donor and 1 autologous liver transplant were performed. Operative mortality was 0%. Patient and graft survival were 100% at 1 and 2 years follow up. Patients presented various complications that included: acute rejection, CMV infection, acute urinary tract infections, hepatic artery spasm, and seizures among others. All the previous mentioned complications were successfully treated. Conclusion: Liver transplant constitutes the best option for the patient with ESLD, early referral is critical in the outcome of pediatric patients that need liver transplant.
Fecha de Recepción Sep. 2007. Fecha de Revisión Nov 2007. Fecha de Aprobación Ene. 2008.
INTRODUCCIÓN
El transplante hepático es el tratamiento de elección en pacientes pediátricos con enfermedades hepáticas en fase terminal e irreversible que ha permitido modificar la expectativa de vida de dichos pacientes. En la actualidad, la tasa de sobrevida se encuentra entre el 85-95% posterior al primer año del transplante(1) y las probabilidades de muerte a los 10 años siguientes es menor al 10%.
Todos estos resultados positivos se deben a las mejoras en las técnicas quirúrgicas y a la existencia de novedosas drogas inmunosupresoras que permiten la utilización de esquemas de inmunosupresión logrando menores tasas de complicaciones derivadas de las mismas2,3.
El éxito del transplante también se debe a la adecuada evaluación pretransplante tanto del receptor como del donante, minimizando de esta manera las probables complicaciones que pueden surgir en el período inmediato posterior a realización de la intervención quirúrgica, e identificando las contraindicaciones que pudiesen llevar al fracaso del transplante.
El transplante hepático ha permitido que un gran número de pacientes con hepatopatías crónicas tengan a mediano y largo plazo un desarrollo adecuado y una calidad de vida normal.
El objetivo de este estudio es presentar la primera experiencia nacional de trasplante pediátrico de hígado realizada en nuestro país, por un equipo multidiciplinario y de alto nivel de compromiso académico y de trabajo.
PACIENTES Y MÉTODOS
Se incluyeron niños evaluados en la consulta de pretransplante pediátrico del Programa Metropolitano de Transplante de Hígado, que presentaban enfermedades hepáticas en fase terminal e irreversible dada por niveles de bilirrubina en ascenso progresivo, albúmina menor de 3, quienes presentaron hemorragia digestiva superior de difícil manejo, síndrome hepatopulmonar, prurito intratable, o PELD mayor de 15, con edades comprendidas entre 5 y 15 años.
Todos los pacientes y sus respectivos donantes fueron sometidos al protocolo que incluía hematología completa, perfil de coagulación, serologías virales tales como VHA, VHB, VHC, CMV, EBV, toxoplasma, serologías para hongos, gases arteriales, electroforesis de proteínas, inmunoglobulinas, pruebas de funcionalismo renal como urea, creatinina, electrolitos séricos, ácido úrico, depuración de creatinina y proteínas en orina de 24 horas, electrolitos en orina, pruebas de funcionalismo hepático, funcionalismo pulmonar, funcionalismo cardiaco y evaluación odontopediatrica, así como evaluaciones imagenológicas que incluyeron ecografía doppler hepática, TAC abdominal con reconstrucción vascular hepática, colangioresonancia, ecocardiograma, radiografía de tórax. Se valoró el estado nutricional y se tomaron las medidas necesarias para corregir los déficit proteico calórico que presentaban. Se valoró el esquema de inmunizaciones y se completó en aquellos que tenían esquemas incompletos.
RESULTADOS
Desde abril del año 2005 hasta mayo de 2007 se realizaron 9 trasplantes hepáticos en pacientes con edades comprendidas entre 5 años y 15 años, 3 del sexo masculino y 6 del sexo femenino. (Tabla I) El peso de los pacientes previo al transplante estuvo entre 18 Kg y 61 Kg.
TABLA I. Distribución por sexo de los pacientes transplantados
SEXO | N |
Masculino | 3 |
Femenino | 6 |
Todos los pacientes presentaban serología para CMV positiva previo al transplante y 5 presentaban serología positiva para EBV previa al transplante.
Todos los pacientes tenían una calificación PELD entre 9 y 17.
La enfermedad hepática crónica que los llevó a la necesidad de realizarles transplante hepático incluyó los siguientes diagnósticos: atresia de vías biliares extrahepáticas (4), colestasis intrahepática familiar progresiva (2) y hepatitis autoinmune (1), hepatocarcinoma (1) y fibrosis hepática congénita (1) (Tabla II)
TABLA II. Etiología enfermedad hepática terminal
ENFERMEDAD HEPÁTICA | N |
Atresia vías biliares extrahepáticas | 4 |
Colestasis intrahepática familiar progresiva | 2 |
Hepatitis autoinmune | 1 |
Fibrosis hepática congénita | 1 |
Hepatocarcinoma | 1 |
A 7 de los pacientes se les realizó transplante hepático a partir de la generación de donante vivo, 1 de donante cadavérico y 1 recibió un autotrasplante (Tabla III).
TABLA III. Tipo de donante del órgano
ENFERMEDAD HEPÁTICA | N |
Atresia vías biliares extrahepáticas | 4 |
Colestasis intrahepática familiar progresiva | 2 |
Hepatitis autoinmune | 1 |
Fibrosis hepática congénita | 1 |
Hepatocarcinoma | 1 |
TABLA IV. Inmunosupresión
TIPO DE DONANTE | N |
vivo a vivo | 7 |
cadavérico | 1 |
autotransplante | 1 |
El tiempo de estadía en terapia intensiva fue de 11 días a 30 días y el posterior en hospitalización fue de 3 a 15 días.
El esquema de inmunosupresión inicial fue ciclosporina, prednisona, micofenolato a 6 pacientes y tacrolimus y prednisona a los otros 3 pacientes. Posteriormente, por elevación de aminotranferasas y biopsia con hallazgos de rechazo, se rotó a tacrolimus y prednisona a 2 de ellos. Dos pacientes presentaron rechazo agudo el cual fue tratado con bolus de esteroides durante 3 días con resolución completa de la disfunción del injerto.
Todos los pacientes presentaron complicaciones infecciosas en los primeros 6 meses postransplante que se manifestaron por la presencia de fiebre, malestar general e hiporexia, entre ellas, 4 pacientes presentaron infecciones urinarias documentadas por urocultivo por Proteus Mirabilis 2 y E. Coli 2.
Cinco pacientes presentaron infecciones por CMV, a pesar de estar recibiendo profilaxis con valganciclovir, ameritaron administrar dosis terapeúticas de 20 mg/kg/día de valganciclovir por vía oral con respuesta adecuada y mejoría de los síntomas y de las alteraciones de laboratorio.
Dos de los pacientes presentaron complicaciones neurológicas, 1 presentó convulsiones tónico clónicas generalizadas sin déficit neurológico, se le realizó TAC y EEG los cuales resultaron normales, con niveles elevados de ciclosporina y niveles bajos de magnesio, los cuales fueron corregidos y ameritaron la administración de anticonvulsivantes (difenilhidantoina) durante un período de 3 meses. Un paciente presentó alucinaciones, se le realizó TAC cerebral y EEG normal, evaluada por neurología pediátrica, se le administró haloperidol durante un período de 3 meses, con evolución satisfactoria.
Un paciente presentó elevación de aminotranferasas y GGT de forma persistente a los 9 meses postransplante, evidenciándose en la ecografía abdominal y colangioresonancia estenosis de la vía biliar. Se procedió a colocación de prótesis biliar con mejoría completa del funcionalismo hepático.
Un paciente con síndrome hepatopulmonar previo al transplante, ameritó para su corrección final después del trasplante de tratamiento endovascular del shunt AV arteria pulmonar lóbulo inferior izquierdo con colocación de espirales de titanio con resolución de la hipoxemia persistente, posteriormente ese mismo paciente presentó vasoespasmo de la arteria hepática, documentado por pérdida del registro arterial durante evaluación doppler y acompañado de elevación de las aminotranferasas, recibiendo tratamiento con nitroglicerina intrarterial y colocación de stent con mejoría completa del funcionalismo hepático.
Dos de los pacientes fueron sometidos a esplenectomía durante el transplante.
La sobrevida del injerto y de los receptores es en la actualidad de un 100%, no ha habido necesidad de retransplante en ninguno de los pacientes. La sobrevida de los donantes es de 100%.
Actualmente todos los pacientes se encuentran en excelentes condiciones clínicas, con funcionalismo adecuado del injerto, y con una calidad de vida normal.
DISCUSIÓN
Hoy en día los avances en las técnicas quirúrgicas, los cuidados en el postoperatorio y los cambios en la inmunosupresión y el monitoreo de la misma, han permitido que el transplante sea aceptado como una técnica efectiva para el tratamiento de los pacientes pediátricos con enfermedades hepáticas terminales3.
La principal causa de enfermedad hepática terminal como indicación de transplante fue la atresia de vías biliares extrahepáticas tal como se describe en la literatura a escala mundial3,4.
El calificación de PELD de todos los pacientes trasplantados fue menor de 20. Aquellos pacientes que fueron referidos tardíamente y que presentaron calificación de PELD mayor de 20 tuvieron una mortalidad precoz durante su evaluación o tempranamente en lista de espera, coincidiendo con lo que se describe en la literatura de tener un mayor riesgo de desarrollar complicaciones fatales6. Además pudimos observar que los pacientes con PELD menor llegaron en mejores condiciones al transplante.
El tiempo de estadía en terapia intensiva observado en nuestra inicial experiencia es mayor que lo descrito en la literatura mundial, quizás en relación con un manejo más conservador y estrecho en el seguimiento en este grupo de pacientes7.
Las principales complicaciones fueron infecciosas, aunque no ocurrieron en el período inmediato postransplante (1er mes) sino durante los primeros 6 meses posteriores al transplante. Todos los pacientes presentaron fiebre, malestar general, hiporexia y elevación de aminotranferasas. Se observó infección viral por CMV en 5 pacientes a pesar de recibir tratamiento profiláctico con valganciclovir por vía oral y todos ser positivos IgG para CMV previo al transplante8,9. La administración de valganciclovir a dosis terapeútica por vía oral fue exitosa en el tratamiento de los pacientes con infecciones por CMV, presentando la ventaja de no requerir tratamiento por VEV con ganciclovir durante 21 días y de esta manera se reduce el tiempo de hospitalización. La otra infección frecuente en éstos pacientes fue la infección urinaria que se observo en 4 de ellos, siendo los gérmenes aislados más frecuentes los siguientes: Proteus Mirabilis en 2 y E. Coli en 2. No se observaron infecciones por EBV y ni por hongos.
La complicación neurológica más frecuente es la presencia de convulsiones tal como ocurrió en 1 de los pacientes, que no estuvo relacionado con ninguna lesión neurológica (TAC y EEG normal) tal como se describe en la literatura y fue tratado exitosamente en forma médica sin dejar secuela alguna10.
Otras de las complicaciones poco frecuentes son las vasculares, pero son responsables de la pérdida del injerto. Su detección de forma precoz y el tratamiento en el momento adecuado permitieron que el paciente que presentó vasoespasmo de la arteria hepática no requiriera de un retransplante por pérdida del injerto11.
Durante estos 2 años de seguimiento, la estrecha y efectiva evaluación y tratamiento de cada una de las complicaciones han permitido mostrar una sobrevida del injerto y de los pacientes de un 100%.
CONCLUSIÓN
El transplante hepático constituye hoy en día, en Venezuela, una posibilidad terapéutica para los pacientes pediátricos con enfermedad hepática terminal, progresiva e irreversible que no está exento de complicaciones pero que al ser diagnosticadas y tratadas a tiempo puede lograrse un 100% de sobrevida, tanto del injerto como de los pacientes. La referencia temprana es una decisión que debe ser hecha por el pediatra o gastroenterólogo que diagnostique una enfermedad hepática con complicaciones en el paciente, no olvidando jamás, que esto es sin duda alguna, una decisión de vida o muerte.
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