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Revista de Obstetricia y Ginecología de Venezuela
versión impresa ISSN 0048-7732
Rev Obstet Ginecol Venez v.63 n.2 Caracas jun. 2003
Servicio de Investigaciones y Docencia. Maternidad "Concepción Palacios". Caracas
Recibido: 22-04-03
Aceptado: para publicación: 08-06-03
RESUMEN
Presentamos la primera experiencia nacional con el uso de cabergolina en el tratamiento de los macroadenomas hipofisarios.
Palabras clave: Macroadenoma hipofisario. Hiperprolactinemia. Cabergolina. Bromocriptina.
SUMMARY
We present the first national experience in the treatment of macroprolactinoma with cabergoline and revision of the existent information in the literature.
INTRODUCCIÓN
El tratamiento de primera línea para los adenomas secretores de PRL, al igual que para la hiperprolactinemia idiopática, es el farmacológico, con el empleo de agonistas dopaminérgicos como el mesilato de 2a-bromoergocriptina (BREC), la lisurgida, la pergolida, la metergolina, la hidergina, el CV 205-502, el ropinirol, el promipexol, la quinagolida y la cabergolina (CBG) (7). La efectividad de estos medicamentos es tan óptima que es rara la necesidad de recurrir a procedimientos quirúrgicos, como la adenomectomía pituitaria transesfenoidal, aconsejándose restringirlos a pacientes con signos de ocupación de espacio, que no responden a los medicamentos, o que manifiesten intolerancia a los mismos (1).
Existe una gran experiencia acumulada con el uso de BREC, la cual se ha empleado en terapéutica humana durante casi tres décadas (1,8). Su efectividad está más que comprobada, pero es un medicamento con una vida media corta, que requiere dos a tres tomas diarias en algunos pacientes, a veces no tolerada debido a los efectos secundarios que produce, calculados en alrededor de 12 % de los usuarios, y ante la cual hay una minoría de tumores fármaco-resistentes que eventualmente requerirán de otro tipo de dopaminérgico (1,9). Estas limitaciones de la BREC han abierto paso a la investigación de otros agonistas de la dopamina, uno de los cuales es la CBG, comercialmente disponible en Venezuela en tabletas de 0,5 mg. Se trata de un derivado ergotínico con un perfil farmacológico diferente a la BREC, con una vida media mayor y una mejor tolerancia, y por su elevada afinidad con los receptores dopamínicos D2 le permite lograr una rápida disminución de los niveles de PRL, recuperación de la función gonadal, reducción del tamaño tumoral y mejoría de las manifestaciones clínicas causadas por la ocupación de espacio.
Caso clínico
Paciente de 60 años, natural y procedente de Caracas, quien consultó al Servicio de Endo-crinología y Biología de la Reproducción Humana de la Maternidad "Concepción Palacios" cuando tenía 41 años de edad, por presentar oligo y amenorrea secundaria de hasta 5 meses de evolución, galactorrea bilateral e infertilidad. Los niveles séricos de PRL al principio fueron de 120 ng/mL (valor normal: 15-25 ng/mL), con concentraciones de FSH y LH menores a 4 mUI/mL (valor normal 5-20 mUI/mL). Se le detectó un microadenoma prolactino-secretante que comenzó a tratarse con BREC según esquema inicial de 2,5 mg día, para pasar después a 7,5 mg/día. Los ciclos menstruales se regularizaron y se logró un embarazo que terminó en aborto espontáneo a las 12 semanas. La terapia con BREC se reanudó y, dos años después, resultó nuevamente embarazada, por lo que fue suspendido su uso durante el mismo. Este embarazo transcurrió sin complicaciones y los valores seriados de PRL sérica, la campimetría visual y la evaluación neurológica resultaron normales, por lo cual no fue necesario recurrir al uso de BREC durante el mismo. Se le practicó cesárea electiva y la evaluación neonatológica del recién nacido fue normal.
Año y medio después de la cesárea persistía en amenorrea-galactorrea y se confirmaron alteraciones en la campimetría visual, especialmente del lado derecho, y la cuantificación sérica de PRL fue de 120 ng/mL, por lo cual se reinició tratamiento con BREC; pero, la paciente no cumplió con las indicaciones y quedó sin tratamiento, consultando de nuevo catorce años después, a los 59 años de edad, con trastornos visuales, razón por la cual consultó a un médico oftalmólogo quien le indicó realizarse una angiografía fluoresceínica de ambas retinas, cuyos resultados fueron: ojo derecho con dilatación y tortuosidad vascular a predominio temporal superior, presencia de comunicaciones arteriovenosas, zonas de isquemia retinianas y edema de la mácula, lo que lleva al diagnóstico de obstrucción de la vena central de la retina con compromiso macular (Figura 1a). El ojo izquierdo tuvo un aspecto normal (Figura 1b). Por esta razón, el oftalmólogo le indicó tratamiento con láser de argón para las áreas isquémicas y para prevenir la neovascularización iridiana, pero fue reevaluada en el Servicio de Endocrinología y Biología de la Reproducción Humana de la MCP, donde se cuantificó la PRL sérica en 2 450 ng/mL, mientras la LH y FSH estaban en niveles no detectables.
Figura 1. Angiografía fluoresceínica de retina. El lado A representa el ojo derecho donde se observa dilatación y tortuosidad vascular a predominio temporal superior, presencia de comunicaciones arteriovenosas, zonas de isquemia retinianas y edema de la mácula, que implica obstrucción de la vena central de la retina con compromiso macular. En el lado B, se observa el ojo izquierdo, sin alteraciones.
Se realizó estudio con resonancia magnética nuclear (RMN), que evidenció lesión de ocupación de espacio en el área selar, de 13 mm a 30 mm, proveniente de la zona adenohipofisaria, con abombamiento del fajín interclinoideo y probable compresión del nervio óptico derecho, aunado a crecimiento lateral que envuelve a ambos sifones carotídeos (Figuras 2a y 3a).
Figura 2. Resonancia magnética nuclear en corte sagital con intensidad de señal baja (T1). Lado A, realizada antes de comenzar el tratamiento con cabergolina. Obsérvese la lesión de ocupación de espacio en la hipófisis que ocupa un área de 13 mm x 30 mm (marcada con la flecha larga). Nótese la compresión sobre el quiasma óptico (flecha corta) y la desaparición de la cisterna supraselar. Lado B, practicada luego de 12 meses de tratamiento, se destaca un microadenoma hipofisario de tamaño 8 mm x 7 mm (flecha larga). Nótese, superior a éste, la liberación de la cisterna supraselar (flecha corta), subyacente al quiasma óptico.
Figura 3. Resonancia magnética nuclear en corte coronal con intensidad de señal baja (T1). Lado A, realizada antes de comenzar el tratamiento con cabergolina. Obsérvese la lesión de ocupación de espacio en la hipófisis que ocupa un área de 13 mm x 30 mm (marcada con flecha). Lado B, practicada luego de 12 meses de tratamiento. Destaca un microadenoma hipofisario de tamaño 8 mm x 7 mm (marcado con flecha).
Cuadro 1
Farmacocinética y propiedades de la bromocriptina y la cabergolina
Bromocriptina | Cabergolina | |
Derivado | ácido lisérgico | aminoergolina |
Efecto receptores dopaminérgicos | agonista D1 y D2 | agonista D2 |
Tiempo de vida media | 3 a 12 horas | 65 a 110 horas |
Absorción con los alimentos | disminuye | no se afecta |
Eliminación | heces (90 %) orina (10 %) | heces (72 %) orina (18 %) |
Eficacia | excelente | similar |
Tolerancia | baja | buena |
Suspensión del tratamiento | 5 % a 10 % | < 5 % |
Administración | diaria | semanal |
Presentación (tabletas) | 2,5 mg | 0,5 mg |
En lo referente al seguimiento del paciente, Ferrari y col. (23), recomiendan, una vez iniciado el tratamiento con CBG, hacer controles de las concentraciones séricas de PRL el primer mes y posteriormente en forma trimestral, mientras que los estudios de imagen y campos visuales se deben realizar cada trimestre durante el primer año, luego repetirlos en forma anual. Naturalmente, esas sugerencias se adaptarán a la respuesta de cada paciente.
Como dato interesante desde el punto de vista bioquímico, resalta la presencia de hipergonadotropismo (FSH y LH mayores de 40 mUI/mL), característico del estado posmenopáusico, observado después de la disminución de los niveles de PRL, reafirmando una vez más, la supresión que esta hormona ejerce sobre la síntesis y liberación de GnRH (24-27).
AGRADECIMIENTO
Queremos agradecer al Dr. Rafael Molina Vílchez, su colaboración en la revisión bibliográfica.
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