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Revista de Obstetricia y Ginecología de Venezuela
versión impresa ISSN 0048-7732
Rev Obstet Ginecol Venez v.64 n.2 Caracas jun. 2004
Frecuencia en el consumo de tabaco, alcohol, café y colas en embarazadas
Drs. Pedro Faneite, Clara Rivera, Josmeiy Faneite, Marisela Guinand, Patricia Delgado
Departamento de Obstetricia y Ginecología. Hospital "Dr. Adolfo Prince Lara ", Puerto Cabello, Estado Carabobo
RESUMEN
Objetivo: Conocer la frecuencia del consumo de sustancias riesgosas para el embarazo como el tabaco, alcohol, café y colas.
Método: Estudio prospectivo, descriptivo epidemiológico, analítico de corte transversal, basado en una entrevista-encuesta en 1 004 embarazadas durante el mes de mayo a octubre del año 2003.
Ambiente: Departamento de Obstetricia y Ginecología. Hospital Dr. Adolfo Prince Lara ", Puerto Cabello, Estado Carabobo.
Resultados: La frecuencia del consumo de cigarrillo durante la primera mitad del embarazo fue 4,68 % (47/1 004) y en la segunda mitad 4,18%(42/1 004). En todos los grupos predominó el consumo de 6 a 10 cigarrillos diarios. La ingesta de alcohol en la primera mitad del embarazo fue de manera habitual 7,97 % (80/1 004) y durante la segunda mitad 7,47 % (75/ 1 004). En todo momento predominó el consumo de cerveza. La ingesta de café en la primera mitad del embarazo fue habitual 55,28 % (550/1 004)y en la segunda mitad 54,78 (550/1 004). La bebida de colas en la primera y segunda mitad del embarazo fue 61,65 % (619/1 004).
Conclusión: Hay altos índices de consumo de sustancias consideradas como drogas sociales en las embarazadas, por lo que se requiere de educación y orientación a fin de evitar esa conducta.
Palabras clave: Embarazo. Consumo de tabaco. Alcohol. Café. Colas.
SUMMARY
Objective: To know the frequency of consumption of risk substances for pregnancy like tobacco, alcohol, coffee and sodas.
Method: prospective, descriptive, epidemiological, transversal and analytical study, based in a interview-survey to 1 004 pregnant women from May to October 2003.
Setting: Department of Obstetrics and Gynecology. Dr. Adolfo Prince Lara" Hospital, Puerto Cabello, Carabobo State.
Results: The frequency of alcohol consumption during the first half of pregnancy was 4,68 % (47/1 004) and in the second half 4,18 % (42/1 004). In all groups predominated the consumption of 6 to 10 cigarettes a day. Alcohol customary consumption in the first half of pregnancy was 7,97 % (80/1 004) and during the second half 7,47 % (75/1 004). Beer ingestion predominated all time. Coffee customary consumption in the first half of gestation was 55,28 % (555/1 004) and in the second half 54,78% (550/1 004). The ingestion of sodas during the first and second half of pregnancy was 61,65 % (619/1 004).
Conclusion: There is a high indice of consumption of substances considered as a social drugs in pregnancy, that require education and orientation in order to avoid this behavior.
Key words: Pregnancy. Consumption de tobacco. Alcohol. Coffee. Colas.
INTRODUCCIÓN
La concepción es un proceso donde interviene el material genético de los padres, factores del microcosmo materno y aún más del entorno citadino.
Si bien se tiene estimado que usualmente las malformaciones fetales están en promedio alrededor de un 3 %, hay factores distintos a los referidos que pueden incidir en estas cifras (1). El proceso generador de la vida, y en particular en la primera mitad, la embriogénesis puede verse afectada por factores de malos hábitos sociales que pueden controlarse con una buena educación y mejor orientación a la embarazada (1).
La ecología es la relación del individuo con su entorno y una buena relación, puede ser fructífera para la vida del ser humano. La transgresión de estos principios puede pagarse con la vida antes de nacer, o con una tara que la afecte. Los que de alguna manera trabajamos al lado de ese proceso maravilloso generador de la vida, estamos siempre atentos a su producto, su calidad y atención. Esperamos que sea sano biopsicosocialmente.
El consumo de sustancias potencialmente dañinas para el binomio materno-fetal es de fundamental atención e investigación por las consecuencias que puede acarrear (2-4), algunas las han denominado drogas socialmente aceptadas (5-10).
En nuestro país hay autores que han estado atentos a esta problemática y publicado sus experiencias (2-10).
El Centro Latinoamericano de Perinatología (CLAP), en Uruguay realizó una amplia encuesta en la región llamando la atención a los responsables de la atención de la salud (11).
De una manera específica en el año 1989, publicamos una investigación realizada en 801 pacientes de nuestro servicio (12). Los resultados revelaron que la frecuencia en el consumo de cigarrillo, alcohol, café y colas con cafeína tenían cifras importantes de exposición durante el período de preconcepción y embarazo, es decir, han pasado 14 años de ese primer trabajo, y hemos decidido actualizar la situación a fin de ser más realistas con las pacientes que atendemos.
Nos propusimos estudiar la frecuencia en el consumo de sustancias consideradas como drogas sociales durante el embarazo que pudieran afectar al feto y neonato, en particular el tabaco, alcohol, café y colas; en esta primera fase del problema no se tuvo como objetivo analizar las posibles repercusiones.
MATERIAL Y MÉTODO
El universo de estudio lo integran pacientes asistidas en el Departamento de Obstetricia y Ginecología, Sala de Partos y Hospitalización. La muestra de estudio fue de 1 004, se realizó durante abril a octubre de 2003.
Es un trabajo descriptivo prospectivo epidemiológico, analítico de corte transversal, basado en una entrevista y encuesta; que consta de dos secciones.
En la primera se recabaron los detalles de las características maternas (edad, estado civil, gestaciones y control prenatal) patologías maternas dependientes e independientes del embarazo, y resultado perinatal (duración de la gestación, tipo de parto, peso neonatal, índice Apgar, morbilidad y mortalidad). En la segunda se interrogó sobre ciertos hábitos durante el período de preconcepción y durante el embarazo en su primera y segunda mitad. Los hábitos fueron cuatro: tabaco, expresado en cigarrillo por día, bebida alcohólica, cantidad estimada en mL por día, café, tazas por día y colas o bebidas refrescantes oscuras con cafeína, tazas por día. El consumo de alcohol, café y colas también se clasificó como consumo ocasional y habitual, el primero es la ingesta irregular del producto, no continuado, como límite dos veces por semana; el segundo es ingesta regular y continuada, con límite tres o más veces por semana.
Para la entrevista se motivó a la paciente informándole el objetivo de este trabajo y se le insistió para que su respuesta fuera lo más sincera posible. Luego se realizó la encuesta, respondiendo las preguntas si es que las hubiere.
Cada encuesta se analizó en detalle. Las variables se colectaron en fichas, luego en cuadros de distribución de frecuencia para el estudio requerido. La técnica de análisis fue la estadística descriptiva con expresión porcentual para cada agente de exposición.
Características de la población
Las principales características encontradas en la población estudiada fueron las siguientes: la edad materna fue menor de 25 años (67,42 %), gestaciones entre 1 VII (51,89 %), sin control prenatal (37,55 %), estado civil soltera o concubina (81,37 %), la principal patología dependiente del embarazo fue la hipertensión inducida por la gestación (8,07 %) y la independiente la infección urinaria (13 %), el embarazo fue a término (95,62 %), parto vaginal (75,22 %), peso neonatal mayor de 2 500 g (88,84 %), índice Apgar 7 o más (82,47 %), la morbilidad 15,83 % y mortalidad perinatal 17,92 por mil nacidos.
RESULTADOS
La frecuencia del consumo de cigarrillo durante la primera mitad del embarazo fue 4,68 % (47/1 004), en la segunda mitad del mismo 4,18 % (42/1 004), antes del embarazo 6,37 % (64/1 004). En todos los grupos predominé el consumo de 6 a 10 cigarrillos diarios (Cuadro 1).
La ingesta de alcohol en la primera mitad del embarazo fue de manera habitual 7,97 o,/o (80/1 004) y ocasional 8,37 % (84/1 004); durante la segunda mitad habitual 7,47% (75/1 004) y ocasional 8,86 % (89/1 004); antes del embarazo habitual 7,77 % (78/1 004) y ocasional 8,86 % (89/1 004). En todo momento predominé el consumo de cerveza (Cuadro 2).
El consumo de café en la primera mitad del embarazo fue habitual 55,28% (555/1 004) y ocasional 25,90 % (260/1 004); durante la segunda mitad habitual 54,78 % (550/1 004) y ocasional 25,10 % (252/1 004); antes del embarazo habitual 57,77 % (580/1 004) y ocasional 25,59 o,/o (267/1 004) (Cuadro 3).
La bebida de colas en la primera mitad del embarazo fue habitual 61,65 % (619/1 004) y ocasional 19,92 % (200/1 004); durante la segunda mitad habitual 61,65 % (619/1 004) y ocasional 19,92 % (200/1 004); antes del embarazo habitual 60,26% (605/1 004) y ocasional 23,00 % (231/1 004) (Cuadro 4).
DISCUSIÓN
El tabaco influye en todo el organismo y puede inducir al desarrollo de enfermedades degenerativas sin contar con el deterioro del aparato respiratorio y tejido arterio-venoso. Ataca los tejidos del organismo al disminuir el aporte de oxígeno; el monóxido de carbono, la nicotina y más de cuatro mil sustancias tóxicas que contiene lo hacen muy dañino para las personas (13).
Durante el embarazo adquiere mayor importancia por las posibles implicaciones o riesgos fetales, porque todas las sustancias del tabaco atraviesan la placeilta (14).
Diferentes estudios realizados en madres fumadoras confirman la mayor incidencia de niños de bajo peso al nacer que los hijos de madres no fumadoras (14,15). Hay otros efectos indeseables, con complicaciones que se relacionan con el tabaco, sin que se pueda afirmar que es la única y exclusiva causa. Estas están dentro de un rango de importancia muy alto y son: abortos sin cromosomopatías, desprendimiento prematuro de placenta, prematuridad y complicaciones respiratorias del niño en sus primeros meses y muerte súbita (14-16). Se estima que uno de cada cinco niños que muere se habría salvado si sus madres no hubieran sido fumadoras (17).
En Estados Unidos un 22 % de las mujeres fuman tabaco, las embarazadas lo hacen entre 13 % y 35 %, las cifras más altas están en las jóvenes (18-20). En nuestro país, Kízer reporta un consumo durante el embarazo de 38,6% (5), y Zuckerman y col, señalan 36 % (7).
En esta nueva investigación hemos encontrado que el promedio de mujeres fumadoras durante la primera mitad del embarazo fue 4,68%, en la segunda mitad del mismo 4,18%, antes del embarazo 6,37%. En todos los grupos predominó el consumo de 6 a 10 cigarrillos diarios. En el trabajo previo durante el embarazo consumían en primera mitad 26,22 % y en la segunda 26,34%, en preconcepción 35 % (12). Es decir, se observa un descenso notorio del consumo en más de cinco veces o 500 % entre los años 1989 a 2003, son 14 años, esto se puede explicar a una mayor conciencia de la población de embarazadas, en efecto, consideramos que en estos casi tres lustros a nivel mundial se ha dado un consenso de los efectos nocivos del tabaco que ha sido difundido por todos los medios de comunicación de masas. La educación ese! recurso básico de prevención (13,18-21).
Durante el embarazo la ingesta de alcohol puede provocar defectos de nacimientos físicos y mentales. En Estados Unidos cada año nacen más de 50 000 niños con cierto grado de daño cerebral por causa del alcohol. Muchas mujeres saben que el consumo de alcohol en grandes cantidades puede originar defectos de nacimiento, pero no saben que beber alcohol moderadamente o inclusive ligeramente también puede causar daños al feto (22). Es así, que no se ha comprobado que sea posible consumir alcohol durante el embarazo sin peligro (23).
Al ingerir una gestante alcohol, éste atraviesa la placenta rápidamente y llega al feto. Los órganos del feto aún están inmaduros y tardan mucho más tiempo en metabolizar el alcohol que el cuerpo de un adulto (24). De tal manera que el nivel de alcohol en sangre fetal puede ser aún más elevado que el de la madre y puede permanecer elevado durante más tiempo, es así como a veces esto provoca daños permanentes en el neonato como el síndrome de alcoholismo fetal (25-32).
En esta revisión el alcohol fue consumido de manera habitual durante la primera mitad del embarazo 7,97 %, en la segunda mitad 7,47 % y antes del embarazo 7,77 %. En el trabajo previo (12), consumieron de manera habitual durante el embarazo en su primera mitad 0,5 %, en la segunda 0,62 % y preconcepción 0,62 %. En consecuencia podemos decir, que se incrementó el consumo habitual de bebidas alcohólicas en esta nueva serie. Siempre ha predominado el consumo de cerveza.
Estos resultados nos deben poner en alerta y acción en programas preventivos dirigidos a toda gestante, pensamos que debe incluirse a la población general. Se recomienda que toda mujer embarazada se abstenga de beber alcohol inclusive cerveza, vino, mezclas a base de vino y licores con gran contenido alcohólico durante el embarazo y mientras amamanten a sus bebés. Además, las mujeres que estén intentando quedar embarazadas también deben abstenerse de consumir alcohol puesto que a menudo no saben que están embarazadas hasta que transcurren varios meses (23,26).
Limitar la ingesta de cafeína durante el embarazo ha sido una recomendación de la Administración y Medicamentos de Estados Unidos, si es posible, evitar el café por completo debido a los efectos teratogénicos y malformaciones congénitas en los animales. Si bien en los seres humanos pareciera que el café y la cafeína en general no son teratogénicos, los niveles elevados (más de 300 mg/ día de cafeína) pueden reducir indeseablemente el peso del recién nacido (33). Además, la cafeína puede atravesar la placenta y se considera una droga estimulante (34). Existen estudios epidemiológicos donde se observa una asociación hacia mayor frecuencia de abortos precoces, partos prematuros, recién nacidos de bajo peso (3 5-42).
Es por lo antes referido, que se sugiere que las mujeres embarazadas restrinjan el consumo de cafeína a menos de 300 mg/día. Las fuentes más abundantes en cafeína son el café de cafetera (125 mg en 8 onzas o 237 mL, aproximadamente una taza), el café instantáneo (90 mg), el té (70 mg), el cacao o el chocolate caliente (25 mg), las bebidas de cola (50 mg) como las gaseosas o refrescos con cola, medicamentos para no dormir como la vivarina (200 mg por porción) y analgésicos como la anacina (32 mg), excedrina (65 mg) (33).
Otras opciones incluyen sustituir el café por infusiones de hierbas prácticamente libres de cafeína (toronjil, manzanilla, tilo, menta), preferir el té con leche en lugar del café (el té contiene menos cafeína que el café) o diluir al máximo el café añadiéndole leche, en vista de que la leche aporta nutrientes importantes para el feto y obviamente está libre de cafeína.
Actualmente hemos encontrado que el consumo de café se mantiene en cifras elevadas en los distintos momentos del embarazo o previo a él, con un leve descenso si lo comparamos con el trabajo previo (12).
Con respecto a las colas con cafeína, producto que suele acompañar frecuentemente la dieta alimenticia y se usa como bebida refrescante contra el calor, revela cifras altas, incluso un incremento leve en su ingesta al relacionarlo con el trabajo anterior (12).
A manera de resumen final y conclusión podemos decir, que esta nueva serie de estudio revela que la frecuencia del consumo de cigarrillos ha disminuido antes y durante el embarazo, pero no podemos manifestar lo mismo del alcohol el cual ha aumentado sus cifras en el renglón habitual, y del café y colas, que se han mantenido elevado. No se puede inferir si el consumo de estas sustancias afectó la morbimortalidad perinatal, pues no fue objetivo de este trabajo, pensamos continuar esta investigación en este sentido. Sin embargo, todo revela la necesidad de establecer programas sistemáticos sobre la disminución y abandono de estos malos hábitos sociales y una mejor orientación (43-49). Esto debe abarcar a la población en general a través de los medios de comunicación social, programas educativos en las escuelas, en los centros de salud, en toda consulta médica y en particular en los centros de consulta prenatal.
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