Dra. María E. Mendoza Rodríguez (1935-2007)

Dra. Sonia Román Perdomo

El 19 de febrero de 2007, falleció en la ciudad de Barquisimeto, Estado Lara, la eminente figura de la obstetricia y ginecología nacional María E. Mendoza Rodríguez.

Había nacido en Maguare de Quíbor, Estado Lara el 16 de diciembre de 1935. Hija de Delfina Rodríguez y Ricardo Mendoza, fue la mayor de seis hermanos: Marcelino, Silvestre, Senobia, Félix y Clara.

Sus estudios de primaria los realizó en Maracay, Estado Aragua y la secundaria en los liceos "Luis Razetti" y Luis Espelosín" de Caracas. Se graduó de médico-cirujano en la Universidad Central de Venezuela en agosto de 1962.

Inmediatamente después de su graduación inició su carrera profesional como médico rural en Chivacoa, Estado Yaracuy, de allí se trasladó a Barquisimeto, e ingresó como médico interno en el Hospital "Dr. Antonio María Pineda", donde obtuvo el premio como mejor interno, año 1963-64.

Entre junio de 1964 y junio de 1967, realizó su residencia de posgrado en obstetricia y ginecología, y en este mismo centro, desarrolló una fructífera carrera asistencial y docente ad honorem en pre y posgrado, actividades que terminaron en el año 2004 cuando fue jubilada como jefe de servicio. En el IPASME de Barquisimeto, trabajó durante 30 años ininterrumpidos, sitio donde fue altamente apreciada y donde sus pacientes hacían largas colas para ser atendidas por ella.

Paralela a la actividad hospitalaria desarrolló una prolija labor privada en la Clínica "Razetti" de la que fue fundadora. La Junta Directiva de esta clínica realizó el Consejo Directivo correspondiente, el 7 de febrero de 2007 en su residencia, y en su discurso destacaron su consecuente compañía, lealtad y empeñosa misión razzetiana y le participaron que las Jornadas Cientíticas de esa clínica llevarían su nombre.

A la Sociedad de Obstetricia y Ginecología de Venezuela (SOGV), ingresó como Miembro Afiliado en 1971, y en 1986 asciendió a Miembro Titular. También en esta institución científica, la Dra. Mendoza realizó una encomiable labor: Fundadora de la Seccional Centro-occidental y su presidenta durante los períodos 1986-1988 y 1988-1990; primer vocal (1993-1995), tesorera (1999-2001 y 2001-2003), segundo vocal (2004-2006). Desde todos estos cargos contribuyó al arraigo de la Sociedad en la región centro-occidental y estimuló a los ginecoobstetras de la zona a incorporarse activamente a nuestra corporación científica. Toda esta labor la hizo merecedora de su designación como Presidenta Honoraria de la XIII Jornada Nacional de Obstetricia y Ginecología celebrada en Barquisimeto en marzo de 1997, bajo la presidencia de la Dra. Judith Toro Merlo y en el año 2000, como Miembro Honorario de la SOGV, el cual recibió en el marco del XVII Congreso Nacional y el I Congreso Bolivariano de Obstetricia y Ginecología y que coincidió con la celebración del 60 Aniversario de la fundación de la SOGV, compartiendo honores con sus amigos los Dres. Rafael Isidro Briceño, Livia Escalona, Ofelia Uzcátegui y Jesús Crespo González.

Durante su vida profesional recibió numerosos reconocimientos entre los que destacan: Madrina de la VII y VIII Promociones de Gineco-obstetras del Hospital "Dr. Antonio María Pineda", Condecoración Trabajado de Hierro del Ministerio de Sanidad y Asistencia Social en 1975 y Trabajador de Bronce del mismo Ministerio en 1982, Orden Juan Jacinto Lara, en su Primera Clase en 1997.

En 2006 la Seccional Centro-occidental de la SOGV, en las I Jornadas Regionales que llevaron su nombre, se le rindió un homenaje donde se exaltaron su honestidad, su tezón y su lealtad, características éstas que la hacían ganarse el aprecio y la amistad de quienes tuvimos el orgullo de tratarla.

Otras de las características de la Dra. Mendoza que me gustaría resaltar son su puntualidad, disciplina y responsabilidad, baluartes de su ejercicio profesional.

Pero no sólo se dedicó a la medicina. La Dra. Mendoza era amante de la música y cultivaba sus extremos puesto que era fanática de la Billo’s Caracas Boys así como cultora de la música clásica. Practicaba el deporte marino y conducía su lancha con admirable pericia.

María Mendoza era de contextuta física fuerte, y siempre gozó de muy buena salud, pero ésta comenzó a afectarse después de la desparición física de su hija adoptiva Alida Cristina Mendoza, sucedida 5 años antes y aunque continuó con sus actividades ella se fue minimizando, aun sin darse cuenta, hasta que se le diagnosticó una enfermedad degenerativa: esclerosis lateral amiotrófica que la fue apagando poco a poco.

Murió en pie de lucha, rodeada de cariño y atenciones. Pedimos a Dios que tu alma descanse en paz.

¡Dejaste huella profunda en todas las personas que te conocimos y cumpliste a cabalidad con tu misón de vida!