Acta Botánica Venezuelica
versión impresa ISSN 0084-5906
Acta Bot. Venez. v.28 n.1 Caracas ene. 2005
Los Corros de Hadas
Efraín J. MORENO1 y Jesús E. HERNÁNDEZ M.2
1 Universidad Pedagógica Experimental Libertador Instituto Pedagógico de Caracas, Departamento de Biología y Química. emoreno@ipc.upel.edu.ve
2
Fundación Instituto Botánico de Venezuela, Jardín Botánico de Caracas, Universidad Central de Venezuela, Av. Salvador Allende, Aptdo. 2156. Caracas 1010-A, Venezuela hernanje@rect.ucv.ve"Cuando un niño dice que no cree en las hadas, cae muerta una de ellas; por eso van quedando tan pocas". James Barrie (autor de Peter Pan)
Una vieja leyenda cuenta que en las noches de luna llena, las hadas gustan reunirse en lugares alejados de toda presencia humana y danzar jubilosas en círculos en los prados circundados de bosques. Los sapos de los charcos cercanos se sientan extasiados alrededor de las hadas danzantes a contemplar su fantástico baile; en la mañana siguiente doquiera que se haya sentado un sapo aparece un hongo, formándose un hermoso círculo. Si los sapos que asistieron a la danza de las hadas eran venenosos los hongos serán tóxicos; si no eran peligrosos los hongos serán comestibles. Pero ¿como saber que sapo estuvo allí?
Hubo un tiempo en que toda clase de explicaciones fantasiosas se daban al origen de los "corros de hadas". La gente creía, como afirma nuestra leyenda, que esos corros los producían las hadas al danzar y que cualquiera que se detuviera dentro del círculo estaría bajo su encanto. En Sussex, Gran Bretaña, se denominan "hag tracks" y en Devonshire se atribuyen a que los duendes capturan los caballos jóvenes y los montan en círculo diciendo que los caballos han sido "Hag ridden" (Rutten 2002). Los irlandeses comenzaron a llamar a estas formaciones circulares de hongos, "fairy rings" que traducido al español significa "anillo de hadas". Otros pueblos relacionaban estas formaciones con las brujas, los duendes, los gnomos y demás seres mitológicos. En Francia, nadie debía entrar a un corro de hadas (cerclé de fées) porque se decía que podía ser atacado por enormes sapos venenosos. En Italia, desde hace mucho tiempo asocian estas formaciones fúngicas con el aquelarre de las brujas y las conocen como "cerchi delle streghe" (Cereijo et al. 2001).
Un ilustre testimonio de las supersticiones que rodeaban el origen de los corros lo proporcionó Shakespeare, quien en su obra "La Tempestad" se refiere a ellos como un fenómeno ocasionado por el paso de los duendes (Acto V, Escena i) "you demi-puppets that by moonshine do the green sour ringlets make".
Los corros de hadas se pueden apreciar incluso cuando el hongo todavía no ha producido las setas, y por ello mucha gente supuso que los anillos o círculos que observaban en la hierba eran el trabajo de topos, hormigas o zorros; de relámpagos o de remolinos de viento, o bien que eran causados por la orina de los animales. Se dice que la magia encerrada en la hierba de los corros era advertida por los carneros que procuraban no comerla. En épocas recientes se ha asociado la existencia de círculos en el pasto hasta con el aterrizaje de platillos voladores. Otras personas lo relacionan con zonas de energía negativa por lo cual los hongos deben ser eliminados de inmediato.
No fue hasta finales del siglo XVIII que se conoció finalmente la verdad sobre los corros de hadas. De hecho, los corros son causados por el crecimiento circular de ciertos hongos, ya que no todas las especies de hongos crecen así; algunos hongos crecen en línea, otros sin un patrón definido. Los corros sólo se aprecian en terrenos donde el micelio no encuentra obstáculos a su crecimiento regular, tal es el caso de un terreno con nutrientes uniformes, sobre todo en los prados, donde se pueden llegar a observar corros de varios metros de diámetro (Miller 1979; Pacioni 1982).
La formación de los corros de hadas puede explicarse de la manera siguiente: las esporas de los hongos salen disparadas a gran velocidad desde las lamelas que se disponen de forma radial en el himenio del pileo. Las esporas al caer al suelo y germinar, forman el micelio que se extiende por el terreno en busca de nutrientes. Habitualmente las hifas del micelio crecen por igual en todas direcciones, y van muriendo en las partes donde se agotan los nutrientes que el suelo le proporciona, lo que provoca que la parte viva del hongo sea un anillo que se va extendiendo de forma radial. Cuando las condiciones sean propicias (temperatura y humedad adecuadas) crecerán las nuevas setas en las partes nuevas y alejadas del centro formando un círculo, originándose así los llamados corros de hadas (Fig. 1). Esto puede ocurrir de la noche a la mañana por absorción de agua después de una lluvia.
Es posible observar diferencias en la textura y el color de la grama donde se encuentra el corro y esto se debe a las actividades metabólicas de los hongos, que al formar sales de amonio, particularmente nitratos, contribuyen a la fertilización del suelo, lo que a su vez estimula el crecimiento del micelio fúngico.
Entre los hongos que forman "corros de hadas" se encuentran Marasmius oreades, Agaricus campestris, Clytocibe rivulosa y Chlorophyllum molybdites. Las dos primeras especies son comestibles pero las dos últimas son venenosas. También se pueden nombrar otros géneros como Tricholoma, Lepiodata y Lycoperdon (Miller 1979; Haas 1969).
En los prados del Jardín Botánico de Caracas se tuvo la oportunidad de ver, en mayo y en septiembre de 2004, un corro de hadas de unos 7 metros de diámetro, el más grande que se haya visto; no obstante, se dice que hongos cuya seta o esporóforo ya no existe desde hace más de 100 años, todavía producen corros de 50 o más metros de diámetro. Ello se debe a que el micelio subterráneo puede permanecer vivo durante muchos años, incluso siglos. Únicamente un cambio drástico en las condiciones del entorno puede eliminar el micelio, tal es el caso de valles inundados o laderas repobladas con especies exóticas. El corro del Jardín Botánico al que se hace alusión fue formado por el hongo Chlorophytum molybdites (Fig. 2).
Fig. 1. Etapas en la formación de un Corro de hadas. a. Hongo madre. b. Hifas creciendo radialmente. c. Corro de hadas. d. Corro de hadas en el Jardín Botánico de Caracas (27-05-2004). Foto Jesús Hernández.
Chlorophyllum molybdites Mass. es un hongo de sombrerito perteneciente a la clase de los Basidiomicetos, al orden Agaricales y a la familia Lepiotaceae. Su pileo es grueso y carnoso, tiene entre 7 a 30 cm de ancho, de color blancoocre, con numerosas escamas de color marrón canela; las lamelas están cercanas entre sí, son libres y anchas; el estipe tiene entre 10 a 25 cm de alto y entre 10 a 25 cm de grueso, presenta un anillo ancho con el borde irregular; la impresión de esporas es de color verde. Este hongo vive sobre el suelo y frecuentemente forma un corro de hadas.
Chlorophyllum molybdites es tóxico, puede causar desórdenes gastrointestinales con diarrea, vómitos, espasmos abdominales, cuya severidad está correlacionada con la cantidad de hongo consumido en un período determinado. Este hongo tiene gran parecido con Macrolepiota procera, un hongo comestible muy común, pero se diferencia de éste por cuanto la esporada de Chlorophyllum es de color verde.
Chlorophyllum molybdytes. Jardín Botánico de Caracas (27-05-2004). Foto Jesús Hernández.Fig. 2.
En conclusión, los corros de hadas son formaciones de hongos que crecen en círculos sobre el pasto, no son muy comunes en Venezuela y duran muy poco tiempo (sólo algunos días); así que obsérvelos, no los dañe para que otros disfruten de este fenómeno natural tan interesante. No extraiga los hongos de su círculo y no se le ocurra ingerirlos ni crudos ni cocidos.
Por último, si usted quiere ver hadas, un método que es un tanto peligroso y en consecuencia poco recomendable, es entrar a un corro en una noche de luna llena; una vez dentro las verá danzando y cantando alegremente, pero siempre mantenga un pie fuera del círculo. Si no lo hace así, usted bailará dentro del corro durante 7 días, 7 meses o quizás 7 años; aunque le parecerá que han pasado sólo algunos minutos. Suerte y felicitaciones por creer en las hadas, ello las mantendrá vivas.
GLOSARIO (Ulloa 1991, Pacioni 1982)
Anillo: fragmentos del velo parcial, que se extiende desde el borde del píleo hacia el estipe, y que permanecen en parte adheridos a la parte superior de este último.
Corro de brujas: fructificación en círculo de setas de una misma especie.
Esporada: conjunto o masa de esporas de un hongo que se desprende del esporóforo. Se conoce en inglés como "spore print".
Esporóforo: cualquier estructura portadora de esporas, ya sea sexuales o asexuales.
Estipe: pedicelo o tallo que sostiene el pileo de un basidiocarpo o de un ascocarpo.
Hifas: filamentos tubulares que representan la unidad estructural de la mayoría de los hongos.
Himenio: capa o estrato conformado principalmente por estructuras reproductivas de origen sexual como basidios y ascos.
Lamelas: pequeñas láminas o placas delgadas en el himenio del pileo de muchos agaricales.
Micelio: conjunto o masa de hifas que constituye el cuerpo o talo de un hongo.
Pileo: parte superior dilatada de muchos basidiocarpos o ascocarpos, en la cual se forma el himenio.
Seta: alude en el contexto de este trabajo, a los hongos de sombrerito.
BIBLIOGRAFÍA
1. Miller Jr., O.K. 1979. Mushrooms of North America. Edit. E. P. Dutton. [ Links ]
2. Ulloa, M. 1991. Diccionario de micología. Universidad Nacional Autónoma de México, México D.F. [ Links ]
3. Haas, H. 1969. The young specialist looks at fungi. Burke Pub. Co. London. [ Links ]
4. Cereijo, D., A. Fariña & J. Parcero. 2001. Introducción a la micología, vida vegetativa del hongo http://www.andoa.net/paginas/teoria/intro/intro2. html (sf.). [ Links ]
5. Pacioni, G. 1982. Guía de hongos. Ediciones Grijalbo S.A. Barcelona. [ Links ]
6. Rutten, G. 2002. Faery rings. Field mycology 3(2): 56-60. [ Links ]