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Argos
versión impresa ISSN 0254-1637
Argos v.27 n.53 Caracas dic. 2010
Chicanos e identidad: Análisis del problema a través de la novela "Peregrinos de Aztlan"
María Sol Tiverovsky Scheines 1
1 Universidad Nacional Autónoma de México; soltiverovsky@yahoo.com.ar
Resumen
En este trabajo intentaré adentrarme en los problemas de identidad dentro del grupo chicano. Para lograr dicho objetivo, dividiré el trabajo en tres puntos. Primeramente, intentaré esbozar el concepto de "identidad", conocer su significado a través de las definiciones de Eduardo Sandoval, José Valenzuela, y García Canclini, a fin de obtener de esta manera un punto de partida para seguir adelante. En el segundo punto hablaré sobre los chicanos, su origen, formación, etc. Finalmente, y a través del análisis de una novela chicana, podré tener una visión general del problema, y así analizar el peso de las raíces en estas agrupaciones.
Palabras clave: Chicanos; identidad; origen; raíces; lenguaje.
The Chicanos and Their Identity. Analysis of the problem through the novel "Peregrinos de Aztlan"Abstract
In this work I shall try to understand the problems of identity inside the "chicano" group. In order to achieve this objective, I shall divide the article in three parts. First we will look forward to embrace the concept of identity through the definitions of Eduardo Sandoval, José Valenzuela and García Canclini, in order to get a point of support to go on. In de second part I shall write about the "·chicanos", their origins and formation. Finally, throughout the analysis of a "chicana" novel I will be able to have a general vision of the problem, and therefore analyse the importance of the roots in these groups.Key words: Chicanos; identity; origin; roots; language.
Chicanos und identität. Analyse des Problems über den Roman "Peregrinos de Aztlan"
Zusammenfassung
In diesem Aufsatz werde ich auf die Fragen der Identität innerhalb der Chicanos eingehen. Um dies zu erreichen, werde ich den Artikel in drei Themen aufteilen. Zunächst, werde ich den Begriff der "Identität" deren Bedeutung durch die Definitionen von Eduardo Sandoval, José Valenzuela y García Canclini erläutern, damit ich auf diese Weise einen Ausgangspunkt für weitere Fortschritte erhalten werde. Beim zweiten Thema werde ich über die Chicanos, ihre Herkunft, ihre Bildung, usw. reden. Schließlich, und durch die Analyse einen "Chicano" Roman werde ich einen Blick auf ein allgemeinen Problem haben. und so der Ursprung in diesen Gruppen analysieren zu können.
Schlüsselwort: Chicanos; Identität; Ursprung; Wurzel; Sprache.
En este trabajo se analizó el tema de identidad del grupo chicano a través de diferentes opiniones y aspectos.
En principio podemos decir que según Eduardo Sandoval, se entiende la identidad como:
" la respuesta a costumbres, valores, símbolos culturales, rituales, y todos aquellos símbolos que dan coherencia en el sentido de pertenencia e identificación con un colectivo, generada a través de una integración e identificación del individuo con un hábitat y unas condiciones socioculturales" (Sandoval Forero, 1993, p. 10).
Esto quiere decir que la identidad es resultado de una integración entre el individuo y un espacio determinado. Es decir, que el individuo se identifica con un lugar al que se inserta.
Por otra parte, resulta necesario aclarar que las identidades no son inmutables en tiempo y espacio. No permanecen fijas, sino que se encuentran en constante cambio, debido al carácter dinámico del individuo y la sociedad. Para esto, creo interesante aclarar que históricamente, los cambios dentro de las sociedades han sido muy amplios. Las sociedades antiguas, más pequeñas, mantenían más fácilmente lazos de unión con todos los individuos. Actualmente, y dada su mecanización y la extensión, los vínculos no se dan a nivel sociedad, en
términos generales, sino que se buscan áreas de interacción más pequeñas, como por ejemplo los barrios, y esto es muy visible en el caso de las minorías en Estados Unidos.Sin embargo, una ventaja de las sociedades actuales es la mejora en los medios de transporte. En breve tiempo se pueden recorrer distancias muy amplias, permitiendo la interacción de gente de diversas regiones. Por otra parte, el avance de la tecnología permitió que, por ejemplo, a través del cine, y más aun, de la televisión, se puedan unir e identificar distintas personas de diversos lugares.
Además, la construcción de identidades requiere, necesariamente, de olvidos seleccionados. El ser individual, como dijimos, no es pasivo, sino que tiene la capacidad de cambiar y redefinir las estructuras sociales. La interrelación entre el individuo y un grupo determinado, obliga consciente o inconscientemente, a armar un esquema de ese espacio identitario, y por lo tanto agrega y quita elementos.
Así, podemos decir, tomando las palabras de José Valenzuela, que "Las identidades sociales se expresan en las prácticas cotidianas de naturaleza íntima, también en aquellas de carácter amplio, genérico, sistémico, donde se conforman las comunidades imaginadas" (Valenzuela Arce, 1998, p. 34), y con esto, hace referencia al texto de Benedict Anderson, quien alude a las identidades nacionales, culturales. Y para hacer una diferencia, el autor comenta que las identidades culturales se forman a partir de la integración a un grupo en donde se establecen códigos colectivos. Las identidades nacionales, en cambio, se refieren a la pertenencia o vinculación con una nación y lo que ésta significa.
En el caso de los chicanos, podríamos decir que si bien existe esta última, debido a la distancia los códigos se transforman y modifican. Creo que podríamos hablar de identidades culturales y nacionales cambiadas, porque de hecho, sí existe una pertenencia con México, una idealización de ese país, debido a su calidad de minoría
1 en un país como Estados Unidos.Como diría García Canclini, al migrar, pasamos a ser una minoría. La identidad, necesariamente se debe dar en grupos pequeños, y no a nivel sociedad. Pero esta, también se transforma, no se mantiene igual; muta, se adapta al nuevo lugar, y crea algo diferente. "El carácter dinámico de la migración encierra la potencialidad de redefinir las identidades colectivas e individuales" (Ariza, 2000, p. 52). Así, el inmigrante pasa por un análisis de
lo que es y lo que no es en el nuevo territorio, y esto necesariamente alude a una cuestión de pertenencia. La marca de "extranjero" que lleva puesta, lo mueve a relacionarse con gente como él, de su mismo origen. Son una minoría, en un país que no es el suyo, pero al menos esa minoría tiene la posibilidad de estar unida.Podemos decir, en términos generales, que fue a partir de 1846, año en que Estados Unidos declaró la guerra territorial por la zona norte de México, cuando algunos mexicanos que vivían en esos lugares, al perder la guerra, quedaron, casi sin darse cuenta, en territorio estadounidense. Esta gente se convirtió así en minoría, y sufrió, por lo tanto, la discriminación y el menosprecio de la cultura anglosajona.
Veremos más adelante que, frente a la discriminación de la mayoría sobrevendrá la unión de la minoría, un fenómeno sumamente interesante por lo históricamente usual del hecho en sí.
Durante la Primera Guerra Mundial, y debido a la falta de mano de obra, Estados Unidos solicitó mexicanos para que fueran a trabajar en las industrias. Posteriormente, con la Segunda Guerra Mundial, nuevamente se establece un pacto entre ambos gobiernos, denominado
Programa Braceros, por el cual se intenta abastecer de mano de obra a aquel país del norte.Es en este contexto donde surge la población chicana, término que, se debe aclarar, tiene una connotación un tanto despectiva al hacer referencia a la gente trabajadora de origen mexicano que ocupaba los peores empleos.
Es interesante hacer notar que antes de la Segunda Guerra Mundial, por lo regular esta gente trabajaba en el campo. Luego de la guerra, se da un proceso de urbanización, y muchos de ellos comienzan a trabajar en áreas como servicios o industrias.
De hecho, en Los Ángeles se concentra la mayor cantidad de población de origen mexicano. Y los hispanos, en conjunto, constituyen el segundo grupo más grande en California.
Las ciudades les ofrecían mejor educación (aunque por lo regular, segregada), más empleos y más oportunidades. Y lo más significativo fue que " se percibió con claridad que los mexicanos iban a quedarse permanentemente en el país" (Moore, 1972, p. 60), y esto resultaba sumamente importante.
Durante la Segunda Guerra Mundial, surgieron nuevas posibilidades para el mexicano, debido al crecimiento de la industria bélica, que les proporcionó más y mejores empleos.
Un paso importante para la formación de la conciencia social chicana, al igual que en otros grupos como los afroamericanos, fue la guerra de Vietnam, guerra impulsada por una potencia, y en la cual se enviaba a luchar a estas minorías que, por lo general, no se identificaban con las ideas de aquellos por los que luchaban.
La guerra de Vietnam, sin duda, marcó el punto de partida de la conciencia social de estos grupos, conciencia de grupos discriminados que mataban a gente por un país que en nada los había ayudado.
¿Y qué pasa actualmente con la cuestión de la identidad en estos grupos? Las minorías sólo sobreviven estableciendo límites definidos y bien diferenciados con respecto a la cultura dominante. Para esto se hicieron "delimitaciones imaginarias". Se esta manera, " la identidad nacionalista surgió como soporte de la identidad cultural de la población de origen mexicano" (Valenzuela Arze, 1998 p.54). Así, por ejemplo, se explica la creación de barrios, elemento netamente mexicano, o latinoamericano. El barrio fue el soporte donde se reproducía la cotidianidad mexicana. Este es el caso de Sonoratown, o Zona Mexicana, en Los Ángeles. De hecho, estos barrios funcionaban como ghettos, con características muy similares. Allí se intentaba recrear la forma de vida de su país de origen. Como consecuencia de ello, no puede faltar la tradicional plaza, lugar de encuentro y de reunión, y el centro.
Finalmente, el Movimiento Chicano surge en 1966, en California. Sus partidarios intentaban una nueva forma de inserción política, porque no se sentían incorporados al sistema. Por el contrario, la discriminación y segregación eran cuestión cotidiana. Entre los íconos con los cuales se identificaban, podemos mencionar la revolución cubana, los ideales del Che Guevara, e incluso los revolucionarios mexicanos. Además, debemos destacar el papel del "poder negro" (black power), en la formación del Movimiento. Aquel se fundó algunos años antes que éste, y funcionó, en la práctica, como un modelo a seguir por los chicanos.
Entre otras cuestiones, dicho grupo intenta desafiar el sistema de creencias generalizadas, así como reconstruir la imagen de ellos mismos. Para esto debemos recordar que el grado de racismo llevaba a que los latinos se avergonzaran de su origen, y se sintieran inferiores a los blancos. Frente a los ataques, los chicanos resaltan el orgullo de su mexicanidad y de su cultura, e intentan crear una nueva definición de identidad, "no en vista de clases, generaciones ni lugares de residencia, sino con fundamento en una experiencia única, compartida durante la vida en los Estados Unidos" (Moore, 1972 p. 284).
Pero lo interesante del Movimiento es que no quedó en California, sino que sus ideas se difundieron por otros Estados. Sus principales representantes fueron Oscar Chávez, que actuó en Los Ángeles; Reies López Tijerina, en el Norte de Nuevo México; Rodolfo (Corky) González, en Denver, y José Ángel Gutiérrez, en el estado de Texas. Sin embargo, pese a esto, no pasaron de ser movimientos locales, o regionales, y nunca se pudo lograr una movilización nacional.
El Movimiento Chicano resultó muy polémico, porque su ideario político no se quedaba en la palabra, sino que iba a la acción. Con esto se ganaron grandes enemigos, no solo entre los anglosajones (gobernantes y población en general), sino también entre los propios mexicano-estadounidenses, que en ocasiones veían con disgusto dicho accionar rebelde. Muchos simpatizan con las ideas, pero no con sus métodos. Ese es el gran dilema entre los México-estadounidenses.
El Movimiento Chicano repercutió en varios ámbitos, como el cine, el teatro, y también las letras, surgiendo así la
literatura chicana.Con respecto a la novela chicana, podemos decir que se crea a partir de relatos migratorios, culturales, familiares. (Ochoa Serrano, 2001, p. 38) Es frecuente observar en ella la alusión al carácter heterogéneo de la identidad de los chicanos. La cuestión de la frontera y la creación de mitos simbólicos constituyen el eje en muchas de estas historias.
Por otra parte debemos tomar en cuenta que la novela recibe grandes aportes de la tradición oral, y por lo tanto suele oscilar entre lo oral y lo escrito. Esta cuestión ha sido origen de numerosas críticas. Sin embargo, y aunque muchos literatos traten de negarlo, la oralidad existe hasta en las obras clásicas, como Don Quijote de la Mancha.
Otro aspecto interesante a resaltar en la novela chicana es la utilización de un lenguaje particular. Aquí se observa claramente un "fenómeno binario" en el cual los símbolos de dos idiomas se mezclan para obtener algo nuevo, diferente. Ya no es inglés, ni es castellano; son uno y otro conjuntamente. Por otra parte, esto es perfectamente común en los países que han recibido inmigrantes de países con otras lenguas. Por ejemplo los judíos de Europa Oriental que llegaron a Argentina, para comunicarse entre ellos, utilizaban el idioma del país en el que estaban, pero mezclándolo con idish
2, o los italianos que hablaban el cocoliche, una jerga del español mezclada con palabras en italiano. Así, ocurriría lo mismo con los que, provenientes de México, viven actualmente en Estados Unidos. Por lo tanto los hijos también aprendían el idioma, y lo hablaban con sus padres y familiares, e incluso lo utilizaban para escribir.De esta manera, no podemos juzgar críticamente el uso correcto del inglés o del español en los textos chicanos, y debemos tener cuidado de etiquetarlo así como " guardarnos de cometer estupideces como la de afirmar que los méxico-americanos carecen de idioma porque no hablan ni inglés ni español" (Ortego, 1976, p. 207).
Me parece interesante resaltar la opinión de uno de los estudiosos de la literatura chicana, quien nos dice que ésta: " debe continuar insistiendo en capar ese valor del populacho. Deben seguir atreviéndose a pronunciar mal" (Dávila, 1980, p. 56), porque, nos dice, solo así sobrevivirá. Eso es justamente lo que le da vida, lo que la mantiene activa.
En la novela "Peregrinos de Aztlan", clásica novela chicana, se observan con nitidez estas características.
En el prólogo, el autor advierte que no encontraremos aquí un lenguaje cuidado, educado. Así, dice " las palabras, rebeldes me aseguraron que se impondrían en mi escrito para contar del dolor, el sentimiento y la cólera de los oprimidos; ante todo arguyeron ser fiel expresión de las mayorías y que con un lenguaje vivo más vida enseña un relato que con el fosilizado, sublimador de lo muerto en bellas esculturas de mármol" (Méndez, 1989 p. 9). Así, el lenguaje suele ser duro, a veces ríspido, y los temas que se tratan, difíciles de digerir. Es por todo esto por lo que la novela se torna muy interesante.
De esta manera, Méndez relata aquí las aventuras y desventuras de los migrantes mexicanos que intentan llegar a Estados Unidos. Loreto Maldonado, un hombre viejo que ya lleva años viviendo en aquel país del norte, que cuando era joven solía dedicarse a la pizca (recolección de algodón) pero que ya de viejo se gana la vida limpiando autos, cuenta su historia y la de aquellos que conoció, ya sea en el viaje, en el trabajo, en las calles
Podemos observar entonces una desmitificación de lo que Estados Unidos significa. Aquellos migrantes llegan, o intentan llegar con la ilusión de hacer fortuna, de ganar muchos dólares y así, poder enviarle algo a su familia para que puedan comer y vestirse. Sin embargo, al llegar se dan cuenta de la triste realidad. "Allá donde crees que vas a juntar dólares con escoba también hay mucha gente hambrienta" (Méndez, 1989 p. 70). Muchos viajan creyendo que encontrarán una especie de paraíso, pero al llegar, la realidad es otra.
Por una parte, algunas jóvenes viajan engañadas. Con la ilusión de conseguir trabajo y vivir bien, deciden emprender el viaje, pero antes de llegar, se dan cuenta de que todo era una mentira.
El trabajo de la pizca, por ejemplo, acaba con la gente, que debe pasar largas horas agachada, y los sueldos son de hambre, apenas si alcanzan para comer. Un niño que empieza con esto a las 12 años, cuando cumple 32 ya se encuentra acabado, con la espalda destrozada, terriblemente avejentado por el trabajo tan duro, y debiendo buscar otra actividad para ganarse la vida. Estas personas son explotadas como esclavos, son tratadas como esclavos. Sin derechos, en un país que en ocasiones no es el suyo, se encuentran a merced de la "migra". De hecho, en algún diálogo uno de los personajes se pregunta por qué la "migra" agarra a los ilegales y los deporta, para felicidad de los dueños del negocio donde trabajaban, que se evitan pagarles un sueldo, y no les hacen nada a aquellos que los contratan y que los tienen en tan pésimas condiciones, pagándoles una miseria.
Es tanta la degradación a que se ven sometidos, que en cierto momento Loreto se plantea "Me ganó la imaginación y vi en peregrinaje a muchos pueblos de indios hollados por la tortura del hambre y la humillación del despojo, recorrían a la inversa antiguos caminos en busca del origen remoto" (Méndez, 1989 p. 91).
El hambre es otra constante en este libro. El autor lo plantea de esta manera:
"Van a los Estados Unidos a buscar alimento desesperadamente. Tienen hambre ellos, tienen hambre sus hijos, sus mujeres tienen hambre, un hambre de siglos, hambre rabiosa, un hambre que duele más allá de las propias tripas ¡Hasta la entraña materna!, hambre de tener una mesa con tortillas, con frijoles, hambre de comer carne, queso. Hambre de no ver a los niños con ojos caídos, ni a las madres esqueléticas ¡Hambre de comer algo!" (Méndez, 1989 p. 47).
Esta cuestión resaltará durante toda la novela, pero también el hecho de aquella gente que se gasta lo poco que tiene en alcohol. El autor habla de una familia de muchos hijos, que trabajan para comer limpiando zapatos, autos. Y que al llegar a la casa, el papá los espera y, con mentiras, les saca el dinero para poder gastarlo en borracheras. Mientras la familia se muere de hambre, el hombre, que no trabaja, vive de sus hijos y se emborracha.
El contraste social es otra constante en la narración. Los ricos frente a los pobres, los ricos que quieren hacer beneficencia para ganarse el cielo, por egoísmo, no por ayudar al necesitado, los ricos que ofrecen limosna, unas monedas que los hacen sentir poderosos frente a los otros, los ricos que se hicieron de dinero por medio de la explotación de los pobres. Este contraste es remarcado por el autor en varias ocasiones durante toda la novela.
Otro punto muy interesante que se trata en la novela, y que justamente hace referencia al tema del trabajo, es el que se refiere sobre lo que significa ser chicano, y los comentarios al respecto. Un trabajador, charlando con otro, plantea sus conflictos de identidad de esta manera: "Allá, ese, pos es uno greaser, un Mexican; viene uno acá, ése, y quesque uno es pocho; me empieza a cuadrar que me llamen chicano, bato, me cai a toda madre, carnal, siquiera ya es uno algo, no cualesquier greaser o pocho". Y ante el comentario de su compañero, acerca del termino de México americanos, aquel plantea "Esa es pura pinchi madera, lo de mexicano domás pameterlo al surco, a las minas . Lo de americanos, pos ya te darás cola, camarada, padarnos en la madre en sus pinchis guerras puercas" (Méndez, 1989 p. 27). Creo que esto es muy ilustrativo, porque nos muestra el grado de
desconcierto que existe en muchas personas acerca de lo que ellos son. En Estados Unidos son mexicanos, en México son pochos, y en realidad, no son ni una cosa ni la otra, nada de esto los identifica, necesitan crear una identidad, y lo chicano viene a salvar aquel problema. No podemos vivir sin identidad, sin saber de donde venimos, que es lo que queremos, hacia donde vamos. El movimiento chicano ayudó sin duda a mucha de esta gente a encontrarla.
También se hace alguna referencia a los pochos cuando, en un diálogo uno le dice al otro: "Es de esos batos de la raza que ganan un escante de feria y se agabachan, ¿ves? Les dicen cocos porque son cayeses, you know, por fuera; por dentro blancos como los gabas; también les dicen brown anglos a los batos; se agüergüenzan de a buti los batos de lo que son" (Méndez 1989 p. 77).
Sin embargo también se plantea en el texto otra cuestión, qué significa ser chicano en Estados Unidos: " sé ahora que ser chicano o espalda mojada es ser esclavo y vivir menospreciado" (Méndez, 1989 p. 63), y en otra parte dice "En la school, carnal, te echan la pompa a andar si teoriqueas en chicano" (Méndez, 1989 p. 49).
Así, el autor plantea más adelante
"Su raza chicana reducida a la más vil de las humillaciones, esclavizados en los campos, las minas, las ciudades. Negados de derechos y dignidad por ser prietos y débiles, miles de niños apartados en las escuelas con etiqueta de retardados mentales por no hablar ingles, su pueblo chicano masacrado en la guerra en mayor número de bajas en relación a su población; su gente bronceada pidiendo justicia a gritos en manifestaciones de a miles de dolidos, para oír la respuesta trágica de la que actúa con brutalidad en contra de los huérfanos de justicia social" (Méndez,, 1989 p.183).
Con todo esto, podemos darnos una idea de la situación que viven estos grupos en los distintos ámbitos en los que se desenvuelven.
Como podemos observar en estos ejemplos, y más aún al leer todo el libro, hay, definitivamente, una mezcla de lenguajes. Cuando los personajes hablan, lo hacen en parte en castellano, en parte en ingles, pero además utilizan términos desconocidos para algunos de nosotros, tal vez más visibles en el norte del país, con los cuales se
quiere decir algo, pero se cambia la palabras. Por ejemplo términos como "Ya sábanas", en vez de "Ya sabes" o "Iguanas ranas", En vez de "igual". En ocasiones las frases suelen ser de hecho incomprensibles, al menos para una persona que no sea mexicana o que no conozca el idiolecto del norte del país. Por poner sólo un ejemplo de los tantos que aparecen en el texto, he aquí un párrafo:
"¡Chale, ése! Ya estufas y calentones con este bato ¿ve? No le pongo al jale, carnal, las baisas no me hacen help, estoy jodido del lomo, guy, la bola de abros, buti millas corridas, usté sabe, espuleando el bato"
Por último, hay que decir que la elección de este trabajo no fue en absoluto azarosa, como no lo es nada que uno realiza. La cuestión de la migración y la identidad es una idea que me ha rondado en la cabeza desde hace años, no por el tema específicamente, sino por mi propia historia.
En alguna ocasión, al leer la novela de Ernesto Sábato,
Sobre héroes y tumbas, me llegó profundamente una frase muy elocuente de la historia de muchos argentinos. El dice que:"Acá no teníamos ni siquiera ese simulacro de eternidad que en Europa son las piedras milenarias o en México, o en Cuzco. Porque acá no somos ni Europa ni América, sino una región fracturada, un inestable, trágico, turbio lugar de fractura y desgarramiento".
Desde que tengo memoria, en mi familia siembre estuvo presente la idea del exilio, la necesidad de moverse. El sentirse un pueblo no querido en cualquier lugar a donde vaya es una condición que marca profundamente. Así, creo que es posible comprender mi identificación con la situación de los chicanos que si bien es sumamente distinta a la del pueblo judío, los une, como a cualquier grupo indeseado, entre otras cuestiones los conflictos de identidad.
Notas
1 Al hablar de los mexicanos como una minoría, no me refiero a la cantidad de habitantes, que como sabemos, se encuentra en constante aumento, sino a que la política del gobierno para con este grupo no cambia, a pesar de este crecimiento.
Siguen siendo los "extranjeros", los "latinos", los "México-estadounidenses", etc., o sea, son tratados, por lo tanto, como "minorías".
2 Dialecto del alemán hablado por los inmigrantes judíos provenientes de Alemania, Rusia, Lituania, y Polonia
Bibliografía
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[ Links ]2. Méndez, Miguel (1989). Peregrinos de Aztlán. México: Ed. Era. [ Links ]
3. Moore, J (1972). Los mexicanos de los Estados Unidos y el Movimiento Chicano. México: FCE. [ Links ]
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