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Revista de la Facultad de Ciencias Veterinarias

versión impresa ISSN 0258-6576

Rev. Fac. Cienc. Vet. v.52 n.2 Maracay dic. 2011

 

Seroprevalencia de leiShmaniaSiS canina en laS localidadeS Topo i, Topo ii y laS cumbreS de Zamora de la parroquia capiTal de San maTeo municipio bolívar, eSTado aragua

Seroprevalence of Canine Leishmaniasis in the Localities Topo I, Topo II, and Las Cumbres de Zamora of The Parish Capital of San Mateo Bolivar Municipality, Aragua State

Karina A. Albarracin R.*, Nieves J. Molina M.* y José A. Romero P. **,***,1

*Escuela de Bioanálisis Universidad de Carabobo sede Aragua.

**Laboratorio de Biología de Vectores y Reservorios (LBVR) - Centro de Estudios de Enfermedades Endémicas y Salud Ambiental - Instituto de Altos Estudios “Dr. Arnoldo Gabaldon”. Apartado 4563. Maracay 2101. estado Aragua, Venezuela.

***Cátedra de Histología y Embriología - Departamento de Ciencias Morfológicas y Forenses - Escuela de Ciencias Biomédicas - Facultad de Ciencias de la Salud – Universidad de Carabobo. Sede Carabobo. Apartado Bárbula 1204, estado Carabobo, Venezuela Correo-E: jromero114@gmail.com

reSumen

La leishmaniasis visceral (LV) o Kalazar es una enfermedad parasitaria zoonótica conocida desde la antigüedad, ampliamente distribuida en el mundo. Dada la variabilidad, gravedad y complejidad de las manifestaciones clínicas se considera un problema de salud pública a nivel mundial, estimándose una incidencia anual de 500.000 casos, con una prevalencia de 14 millones de personas enfermas, siendo los más afectados los niños menores de cinco años. En vista del papel que juega el perro como reservorio, es prioritario identificar los casos de LV canina.

Para contribuir con el control de la leishmaniasis, se determinó la prevalencia en tres localidades de San Mateo Municipio Bolívar del estado Aragua, tomando en cuenta factores de riesgo asociados a la vivienda, al control sanitario del canino, así como la edad, raza y procedencia. Para el diagnóstico, se empleó la técnica de ELISA usando el antígeno recombinante rk39. Se ensayaron muestras séricas de 74 caninos, resultando 13 seropositivos con una prevalencia de 17,56%. Las variables tipo de vivienda, raza, edad, sexo y procedencia del animal, no mostraron asociación con la transmisión de la enfermedad. Además, si se obtuvo asociación con el tipo de tenencia de los caninos utilizados para la protección de animales con 38,46% de prevalencia. Esta investigación aporta elementos importantes para el conocimiento epidemiológico y para el control de esta zoonosis en el Municipio Bolívar del estado Aragua.

(Palabra clave: Leishmaniasis, prevalencia, Elisa, salud pública, perro, antígenos recombinantes Aragua)  

abSTracT

Visceral leishmaniasis (VL) or Kalazar is a zooonotic parasitic disease known since ancient times and is widely distributed throughout the world. Given the variability, severity, and complexity of clinical manifestations, VL is considered a public health problem worldwide, with an estimated annual incidence of 500,000 cases, with a prevalence of 14 million sick people, being children under five years old the most affected. In view of the role dogs play as reservoirs, it is of top priority to identify cases of VL. To contribute to the leishmaniasis control, the prevalence of VL in three localities of San Mateo, Bolivar Municipality, in the State of Aragua, Venezuela, was determined, taking into consideration risk factors associated with housing, sanitary control of the dog, age, breed, and origin. For diagnostic purposes, the ELISA technique was employed, using the recombinant antigen rK39. Serum samples of 74 canines were tested. Of all samples tested, only 13 resulted positives, with a prevalence of 17.56%. The variables type of housing, breed, age, sex, and origin, did not show any association with the disease transmission.

Nonetheless, there was an association with the type of canine tenure used for the protection of animals; with a prevalence of.38.46%. This investigation provides important elements for both the epidemiological knowledge and control of this zoonosis in the Bolívar Municipality of the State of Aragua.

(Key words: Leishmaniasis, prevalence, Elisa, dogs, public health, recombinant antigens, Aragua)

Recibido: 05/05/11 - Aprobado: 07/12/11

inTroducción

La Leishmaniasis Visceral (LV), Kalazar o Fiebre Negra, es una enfermedad parasitaria de amplia distribución mundial, propia de zonas tropicales y subtropicales; causada por protozoos de la familia Trypanosomatidae del género Leishmania, caracterizados por parasitar el sistema fagocítico mononuclear (Martínez et al., 1999). En América, Europa y África, las especies asociadas a LV son la L. infantum y la L. chagasi, mientras que en la India se encuentra L. donovani (Castro et al., 2003). En Venezuela, así como en otros países del mundo, la LV constituye una antropozoonosis y por esta razón los reservorios caninos tienen una gran importancia en la persistencia de la enfermedad (Rodríguez, 2008). La infección en las poblaciones de animales silvestres y domésticos que están en contacto con el hombre se ha convertido en un problema importante de investigación. Entre los animales domésticos involucrados, los caninos presentan la mayor importancia debido a su estrecha relación con el hombre (Fernández et al., 2006; Vargas et al., 2007).

Por otro lado, no existen métodos de protección para caninos infectados de zonas endémicas que garanticen el impedimento de la transmisión activa de la enfermedad a otros hospedadores. Es por ello que la retirada del animal enfermo de la zona endémica parece ser la única forma de protección contra la leishmaniasis visceral (OMS, 1996). En Venezuela a partir de enero del 2010, se sanciona la Ley para la protección de la Fauna Domestica Libre y en Cautiverio (Gaceta Oficial N° 38338 de la Asamblea Nacional de la República Bolivariana de Venezuela, 2010), que establece la protección a la integridad física de los caninos como constituyentes de la fauna. De allí que, la medida de sacrificio de los caninos positivos para leishmaniasis visceral contemplada en el Programa Nacional de Control de Leishmaniasis Visceral debe ser revisada y posiblemente sustituida por otra medida integral.

La leishmaniasis visceral canina (LVC) es una parasitosis con doble repercusión, por un lado en salud pública, dado el carácter zoonótico de la enfermedad y el papel del reservorio del canino, y por otra parte, en la medicina veterinaria, debido a su notable incidencia en la salud del animal, la dificultad en el diagnóstico precoz y la relativa falta de eficacia en el tratamiento, contribuyen a que la misma se pueda considerar un problema de salud pública (Martínez et al., 1999); por lo tanto, el objetivo es contribuir al control de esta enfermedad en los caninos.

En las últimas tres décadas, la LV se ha convertido en un problema de salud pública cada vez más acentuado debido principalmente al crecimiento demográfico persistentes, y a la migración y expansión de las grandes ciudades, lo cual ha conllevado a un incremento acelerado, dando como resultado la invasión de áreas enzoóticas para la LV con el consiguiente riesgo de adquirir la infección y de enfermarse siendo los niños menores de cinco años la población más afectada, así como ocurre en el barrio Los Magallanes del estado Carabobo (Aguilar y Cannova, 2006) y en los focos endémicos pertenecientes al estado Aragua, ubicados en el municipio Bolívar (Brito, 2005) y Nueva Esparta (Zerpa et al., 2000). El objetivo fundamental de este estudio, fue determinar la prevalencia de anticuerpos

IgG contra Leishmania chagasi en caninos mediante la realización del ensayo inmunoenzimático de ELISA. Además, se tomaron en cuenta factores como la edad, raza, procedencia y condición clínica de los caninos para posterior estimación de la población.

De igual forma, se comparó la prevalencia obtenida en cada localidad y se estudiaron los factores asociados a la prevalencia de LV.

maTerialeS y méTodoS

Área de estudio

Las localidades seleccionadas fueron Topo I, Topo II y Las Cumbres de Zamora pertenecientes a la parroquia capital de San Mateo, Municipio Bolívar del estado Aragua ubicado en el centro de la zona norte del estado Aragua; debido a la ocurrencia de casos de LV en humanos entre los años 2003 y 2008. De allí que, la Unidad Programática de Dermatología Sanitaria de CORPOSALUD Aragua, cumpliendo con las pautas del Programa Nacional de Control de Leishmaniasis Visceral del Ministerio del Poder Popular para la Salud, las clasifica como áreas de riesgo. La focalización consistió en delimitar el área geográfica de 250 metros de radio partiendo de la vivienda donde se presentó el caso índice en humano. Las condiciones ecológicas corresponden a un clima tropical seco con temperatura media anual que oscila entre 24,5 ºC y 30 ºC, altitud 490 msnm (González y Santiago, 2002).

Población estudiada

La población estuvo constituída por un grupo de 74 perros con dueños, de 110 censados en las áreas de riesgo, excluyéndose aquellos caninos cuyos propietarios no autorizaron su participación en el estudio. El muestreo fue completamente aleatorizado y estratificado por localidad.

Previo a la aplicación de la encuesta socioepidemiológica, evaluación física y toma de muestras, se solicitó el consentimiento informado a los propietarios de los caninos para participar en el estudio. Este consistió en hacer una declaración jurada de los objetivos, procedimientos y grado de participación en la investigación, tomando en consideración los aspectos bioéticos.

Encuesta socio-epidemiológica y evaluación física de los caninos

Se aplicaron encuestas socio-epidemiológicas estructuradas previamente y validadas en campo, a los propietarios de los caninos para obtener los datos demográficos, condiciones de alojamiento y hábitos, condiciones físicas y presencia de signos o síntomas clínicos en la población canina con dueño, con el objeto de identificar los factores asociados a la prevalencia de LVC. Por otra parte, se indagó sobre el nivel de conocimiento del propietario sobre la Leishmaniasis canina y control animal, para conocer los planes de control higiénico sanitario de los animales. Seguidamente, a todos los caninos se les practicó, antes de la toma de muestra, la evaluación física que fundamentalmente consistió en palpación abdominal y de ganglios linfáticos, observación de las mucosas, medición de la frecuencia cardiaca y frecuencia respiratoria.

Los criterios técnicos para la clasificación del patrón clínico consistieron en los propuestos por Travi (2000) que establece patrones asintomáticos y sintomáticos.

En el primero, el individuo (perro) puede desarrollar la enfermedad en situaciones de estrés como enfermedades debilitantes, desnutrición, entre otras; sin embargo, existe evidencia serológica o parasitológica del agente causal; y en el segundo, está representado por los patrones oligosintomático (uno o dos síntomas, al menos uno viscerotropo) y polisintomático (más de tres, generalmente con manifestaciones dermatológicas y viscerales). En los casos agudos, se presenta la triada sintomática: fiebre alta, hepatoesplenomegalia y leucopenia, seguida de pancitopenia; mientras que en los casos crónicos no se presenta la pirexia.

Toma de muestras sanguíneas

Luego de la venopunción de la vena safena lateral, se tomaron volúmenes de 3 a 5 mL de sangre. Las muestras fueron centrifugadas a 1500 g durante 15 min, para la obtención del suero y posteriormente se preservaron a -20ºC, hasta el momento de realizar la prueba de ELISA.

Ensayo inmuno-enzimático de ELISA para la determinación de anticuerpos antileishmania

Las muestras se analizaron mediante el empleo del ensayo inmuno-enzimático de ELISA, usando el antígeno recombinante rK39 altamente específico para Leishmania chagasi. Este antígeno es una

secuencia peptídica repetitiva de 30 aminoácidos de una proteína predominante de 230 Kda de Leishmania chagasi, clonada y expresada en Escherichia coli, (Burns et al., 1993). Este fue facilitado por Dra. Domenica Cannova, personal docente y de investigación de Universidad de Carabobo. Se utilizaron microplacas de microtitulación de poliestireno Inmunolon II (Dynex) con la debida numeración de los sueros de pacientes (caninos) y los sueros conocidos como positivos y negativos.

Las microplacas fueron sensibilizadas con 0,5 µg del antígeno rK39, en solución amortiguadora de carbonato-bicarbonato 0,05 M y pH 9,6 e inmediatamente se incubaron durante 24 h a 4ºC. Se realizaron tres lavados con solución amortiguadora buffer fosfato salino (PBS), suplementado con Tween 20 (PBS-T) al 0,05%. Los pozos de dichas placas fueron cubiertos con albúmina sérica bovina al 1% en (PBS) como agente bloqueante e incubados durante una hora a temperatura ambiente.

Seguidamente, los pozos se lavaron tres veces como se describió anteriormente. Se dispensaron 100 µL por pozo de los sueros diluidos 1/100 en PBS, por duplicado y luego se incubaron durante una hora a temperatura ambiente. Se lavaron tres veces y luego se agregaron 100 µL de anti-inmunoglobulina de perro de tipo IgG, conjugadoa con fosfatasa alcalina diluida hasta 1/50000 en PBS. Se incubó por una hora a temperatura ambiente y sucesivamente se lavó nuevamente tres veces. Finalmente, se agregaron 100 µL de sustrato p-nitrofenil fosfato (pNPP) a cada pozo y se incubaron durante 15 min a temperatura ambiente. La lectura se realizó en un lector de microplacas de ELISA a 405 nm. Se consideraron positivas aquellas muestras que arrojaron lecturas de densidad óptica superiores al punto de corte (0,100), el cual se obtuvo muestreando a 10 caninos sanos de una zona endémica y 10 caninos sanos de una zona no endémica. Las muestras se procesaron mediante la técnica de ELISA. Los resultados obtenidos se promediaron, ese promedio más 3 desviaciones estándar, fue considerado el punto de corte. Los datos se tabularon con la ayuda del programa computarizado Excel versión 2007 y se interpretaron con el programa Statxact para Windows versión 8,0, con el fin de medir la magnitud de la asociación, entre la presencia de leishmaniasis en los caninos y los factores de asociación, empleando el prueba de Chi-cuadrado X2.

reSulTadoS y diScuSión

La prevalencia general de la LVC fue de 17,56% (13/74). Ésto indica que los caninos infectados constituyen un elemento clave en la transmisión de esta zoonosis. Estos resultados son similares a los observados por Brito, (2005) en el Municipio Bolívar en cinco focos endémicos (19%), lo cual fue atribuido a la presencia de caninos sintomáticos en estrecho contacto con el hospedador susceptible, asociado al bajo nivel socioeconómico (ingreso familiar menor a dos salarios mínimos) de estas comunidades. Sin embargo, aun cuando los índices endémicos son similares y la relación hombre-canino es notoria, nuestros resultados difieren a los de Brito, (2005) al no evidenciarse asociación estadística significativa entre los niveles de anticuerpos usando el antígeno recombinante rK39 y el nivel socioeconómico del núcleo familiar al que pertenece el canino. Aunque sí se observa una relación significativa con el patrón clínico de presentación asintomático de la LVC.

Los caninos seropositivos se convierten en reservorio del parasito en los ambientes domésticos, generando un factor de riesgo para las personas que allí conviven, siempre y cuando exista la presencia del vector. Ahora bien, se infiere que existe una relación entre los índices de presentación de LVC y la humana.

La seroprevalencia estimada (17,56%) es similar a la señalada por Zerpa et al. (2000) de 21,6%, en caninos pertenecientes a ocho comunidades de la Isla de Margarita, estado Nueva Esparta.

En la Tabla 1, se observan las variables edad, sexo, raza y procedencia, relacionadas con la seroprevalencia de la LVC. El número de caninos positivos (n=13), de los cuales ocho son machos (17,39%) y cinco son hembras (17,86%), observándose una similitud entre ambos sexos. Teniendo en cuenta las variables asociadas con la LVC de zonas endémicas, el sexo no constituye un determinante negativo, lo cual coincide con investigaciones realizadas por Toro, (2005) y Fernández et al. (2006).

De igual manera, el grupo de edad con mayor número de seropositivos de LVC es de dos a cinco años con 21,15%; sin embargo, no se encontraron diferencias estadísticas significativas, coincidiendo con la investigación realizada por Toro (2005) en el estado Nueva Esparta, donde obtuvo una prevalencia de 44,1% en caninos de 0-3 años. Se obtuvo un 100% de seropositivos en caninos de las razas Dálmata y Collie, y se reportaron 10 caninos mestizos positivos (15,38%), debido al predominio de un mayor número de éstos en estas comunidades, lo que coincide con los hallazgos obtenidos por Brito (2005).

En las localidades Topo I, Topo II y Las Cumbres de Zamora de la Parroquia Capital San Mateo, consideradas por el Instituto Nacional de Estadística como zonas urbanas y periurbanas, se determinaron niveles de anticuerpos en el canino (Canis familiaris), lo que ratifica a este especie animal como reservorio involucrado en el ciclo epidemiológico de la LV americana (LVA). Igualmente lo reportaron Aguilar et al. (1998) y Zerpa et al. (2000). En las Cumbres de Zamora se encontró cinco caninos seropositivos para una prevalencia del 22,73%, seguido por el Topo I con 20,69% y por último para el Topo II se señala una prevalencia del 8,70%. Mediante un análisis estadístico, se comparó la prevalencia de LVC de las tres localidades investigadas, observándose que no existen diferencias estadísticas significativas.

En el presente estudio, se utilizaron 10 caninos asintomáticos para una prevalencia de 76,9% y tres caninos oligosintomáticos, lo cual representa una prevalencia del 23% con un valor de X2 con corrección de Yates de 9,338 y p=0,0022, lo que indica una tendencia positiva para el patrón asintomático, y ésto sería posible, por el equilibrio de la relación hospedador/parásito que establece una efectiva inmunidad mediada por células, es decir, el animal permanecerá como asintomático, pudiendo atribuirse a lo señalado por Solano et al. (2001), quienes describen que el isotipo IgG2 es comúnmente detectado en estos caninos.

De igual manera, se consideran oligosintomáticos cuando el canino presenta uno o dos signos a la LVC (Travi, 2000), como ocurrió en el presente estudio, que mediante la exploración clínica se obtuvo que solo 3 caninos seropositivos, presentaron signos clínicos: adenopatía pre escapular y poplítea, onicogrifosis y un signo inespecífico como el pelo hirsuto, aunado al antecedente epidemiológico de residir en una zona endémica. En contraposición, el 76,9% de caninos con anticuerpos anti-Leishmania chagasi no evidenciaron síntomas clínicos de la enfermedad, los cuales representan una fuente de infección y poseen un papel activo en la transmisión de la enfermedad, tal como lo señalaron Gontijo y Melo (2004) y coincidiendo con el estudio realizado por Fernández et al. (2006), en el cual reportaron un 75% de prevalencia en caninos asintomáticos muy similar a la prevalencia obtenida en este estudio.

Cabe resaltar que para el diagnóstico inmunológico se empleó el ensayo inmuno- enzimático de ELISA usando el antígeno recombinante rK39 para inmunoglobulinas de clase IgG, las cuales son propias de procesos crónicos, y representan el 75% de las inmunoglobulinas séricas, mientras que las inmunoglobulinas de clase IgM actúan en procesos agudos (Abbas y Lichtman, 2004). Travi (2000) señala que la infección en caninos tiene un periodo de incubación de 2 a 12 meses, y es en este periodo donde es posible determinar las inmunoglobulinas de clase IgM. Sin embargo, en el presente estudio no se determinó IgM.

La totalidad de las casas evaluadas se encuentran a menos de 250 m de distancia del bosque y ésto favorece la presencia del flebótomo, aumentando el riesgo de picadura por el mismo; esto se relaciona con estudios realizados por Feliciangeli et al. (2006). Las condiciones de la vivienda y presencia de otros animales dentro de la misma, no se consideran estadísticamente significativas para la infección de LVC (Tabla 2).

En la Tabla 3, se observa que el 100% (5/5) de los caninos cuyo objetivo de tenencia es la protección animal. El tipo de tenencia tiene significancia como factor de asociado a la LVC (Figura 1), donde todas las variables tienen una tendencia central a diferencia de protección animal. De allí que, la significanción estadística de la protección animal como tipo de tenencia puede deberse a los hábitos de estos caninos, ya que no poseen cuidado apropiado y tienden a alejarse de las casas y penetrar en los bosques o cerros de esas zonas, por tal motivo tienen más riesgo de ser picados por el flebótomo, que aquellos caninos que permanecen en sus casas. Un estudio realizado por Courtenay et al. (1994) apoya estos resultados, ya que ellos observaron que los perros tienen más accesibilidad a estar en contacto con el vector, por la actividad que estos realizan y el área donde lo desempeñan; ésto explicaría por qué la prevalencia de LVC es mayor en perros cazadores que en perros domésticos.

En hábitos de descanso, se observó que el 36,84% no contestaron, lo que refleja que los dueños desconocen si sus perros permanecen en sus casas o duermen a la intemperie. Esto se relaciona con una conducta callejera del canino y trae como consecuencia una mayor probabilidad de contraer la leishmaniasis, porque los flebótomos tienen hábitos vespertinos y se mantienen activos durante la noche, por lo tanto se incrementa la tasa de picadura, como lo indican Mendoza-León et al. (1996), encontrándose que la conducta callejera está estadísticamente relacionada con la prevalencia de la LVC en esta comunidad. Estos resultados coinciden con los resultados de Abranches et al. (1991) quienes señalan que los perros caseros están menos expuestos a la infección, probablemente debido a que estos pasan la mayor parte del tiempo dentro de la casa.

De la misma manera, para la variable actividad diaria los caninos que conviven fuera de la casa poseen una seroprevalencia de 23,53%. Este estudio concluyó que esta variable no posee asociación con la presencia de la enfermedad.

Esta investigación demostró que 58 caninos (78,3%) poseen una alimentación baja en nutrientes debido a que consumen comida preparada y posiblemente las residuos de la alimentación del núcleo familiar y solo cuatro caninos (5,4%) siguen alimentación con concentrados (Perrarina). Esto indica que los caninos del área estudiada no poseen una alimentación idónea. Además, no se observó asociación estadística entre la alimentación del canino y la transmisión de LVC, lo cual difiere con investigaciones realizadas por Zerpa et al. (2000) quienes señalan que la prevalencia de la LVC obtenida (21,6%) se debe a factores epidemiológicos no definidos tales como la edad, estado de nutrición y la presencia de infecciones recurrentes.

La Tabla 3 refleja que existen 61 caninos sin ningún control sanitario con una positividad del 18,03%. Estos caninos se encuentran dentro de los hogares por un sentimiento de cariño o por cualquier otro tipo de tenencia, pero hay una falta de compromiso del dueño con sus mascotas posiblemente por falta de conocimiento, ya que estos caninos sin control sanitario podrían ser considerados como propagadores de distintas enfermedades incluyendo la LVC, y este contacto, estrecho entre el canino y las personas que con él conviven podría estar relacionado con un incremento de la LV humana. Por otro lado, se refleja la poca intervención oficial del programa de zoonosis del Ministerio del Poder Popular para la Salud, en el programa de vacunación antirrábica debido a que solo dos caninos poseen al menos una vacuna, como la vacuna oficial antirrábica.

 

Desde el punto de vista sanitario, es tarea del médico veterinario, personal del departamento de salud ambiental y contraloría sanitaria, hacer comprender y transmitir al propietario, cúal es el verdadero papel del canino en este contexto, así como su responsabilidad

 

y los inconvenientes que lleva la decisión de tratar un animal enfermo, ya que el éxito en la disminución de la prevalencia de esta enfermedad se basa en el control animal de los caninos y control ambiental. Cabe destacar que la prevención de la enfermedad en los caninos sería de mayor aceptación en la comunidad, en lugar de un control basado en su eliminación, pero esto debería apoyarse en un programa de educación para la salud en las comunidades afectadas.

concluSioneS

La prevalencia general de LVC, en las localidades estudiadas Topo I, Topo II y Las Cumbres de Zamora de San Mateo, Municipio Bolívar del estado Aragua fue de 17,56%.

Las variables sexo, edad, raza, procedencia, control sanitario, condiciones de vivienda y alimentación del canino no constituyen factor asociado a la prevalencia de LVC.

El comportamiento de la seroprevalencia de LVC es similar por localidades, por compartir características similares, tales como la presencia del vector y el incremento de las poblaciones caninas lo que conlleva a la invasión en áreas enzoóticas para la LVC.

El 76,9% de caninos positivos son asintomáticos y el 23% son oligosintomáticos. El patrón asintomático posee tendencia positiva, lo que representa el mantenimiento del ciclo epidemiológico de la enfermedad.

La protección animal (animales de custodia y protección) como tipo de tenencia resultó asociada a la prevalencia de la LVC.  

Los propietarios desconocen los hábitos de descanso de sus caninos, y una posible conducta callejera, incrementa la probabilidad para considerar el perro como posible reservorio de LVC.

recomendacioneS

Se recomienda reevaluar en forma períodica este foco endémico de LV, incluyendo las poblaciones humanas y caninas, e incluir en la evaluación a otras localidades que presentan características topográficas y climatológicas similares al de las comunidades estudiadas, conjuntamente con la implementación de un sistema de vigilancia epidemiológica y de control eficiente por parte de los organismos oficiales competentes.

Realizar estudios entomológicos periódicos, entre otros, para lograr establecer cambios del comportamiento del vector, e implementar una barrera sanitaria que disminuya la transmisión de la enfermedad.

Las medidas de control de este foco endémico de LV debido a su característica epidemiológica deben ser integrales, atacando los diferentes eslabones de la cadena de transmisión, lo cual debe incluir tratamiento de casos humanos, sacrificio de caninos seropositivos con otra prueba confirmatoria (parasitológica y/o PCR), fumigaciones periódicas y uso de productos repelentes.

Intensificar la educación para la salud de la comunidad de manera constante, efectiva y eficaz, con el fin que aprendan las medidas preventivas de la transmisión de la enfermedad y las efectúe.

agradecimienToS

Los autores agradecen a los habitantes de las localidades Topo I, Topo II y Cumbres de Zamora por la atención prestada y la colaboración para la realización de este estudio. Al personal técnico de la Coordinación de Contraloría Sanitaria DMS Bolívar estado Aragua especialmente a la TSU Kendy, a la Unidad Programática de Dermatología Sanitaria de CORPOSALUD ARAGUA, al personal técnico del CEEESA-IAE, al BIOMED y especialmente, a la Dra. Domenica Cannova y Dra. Dora Feliciangeli de Piñero.

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