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Gaceta Médica de Caracas

versión impresa ISSN 0367-4762

Gac Méd Caracas v.113 n.4 Caracas dic. 2005

 

Discurso de bienvenida del Dr. Carlos A. Hernández H con motivo de la incorporación del Dr. Luis Ceballos García como Individuo de Número Sillón Nº XXVIII

Dr. Carlos A Hernández H

Individuo de Número

Dr. Otto Lima Gómez Presidente de la Academia Nacional de Medicina y demás Académicos integrantes de la Junta Directiva de nuestra Institución.

Señores Académicos, Individuos de Número, Miembros Correspondientes Nacionales, Invitados de Cortesía.

Dr. Luis Ceballos García y Sra. Luisa Elena Guevara de Ceballos, sus hijos: Luis Guillermo, ingeniero y Jorge Luis, médico y demás familiares y amigos.

Señoras y Señores:

En el día de hoy 10 de marzo de 2005, la familia médica nacional conmemora el natalicio del Dr. José María Vargas, y el Paraninfo del Palacio de las Academias se viste de gala para recibir a un nuevo Académico que ocupará el sillón XXVIII.

El Discurso de Recepción del Dr. Luis Ceballos García que acabamos de escuchar es pulcro, sobrio, metódico, justo y sincero, con estilo elegante y fino, comienza por exhibir su gratitud a todos sus profesores de medicina por su silenciosa labor de escultores de galenos y a los señores académicos como los mejores exponentes de su generosidad en la distribución de su sapiencia acumulada y de sus demostraciones de amistad.

Agradece a sus padres que le dieron educación y el culto a los valores, a su esposa, refugio de sus angustias y a sus dos hijos varones, estímulos en su vida.

Luego en justo homenaje de respetuosa simpatía, destaca los rasgos biográficos de quienes le precedieron en el Sillón XXVIII: el primero fue el doctor José Gregorio Hernández, trujillano, conocido en Venezuela por su catolicismo, además le reconoce su labor científica y académica.

El segundo, Dr. Salvador Córdova: cirujano, rector de la Universidad Central de Venezuela y Presidente de la Academia Nacional de Medicina, enalteció el gentilicio cumanés.

El tercero, Dr. José Domingo Leonardi, nativo de Boconó, rector de la Universidad del Zulia por dos períodos, sus habilidades quirúrgicas fueron reconocidas por las sociedades zuliana, merideña, trujillana y caraqueña.

El cuarto, Dr. José Tomás Jiménez Arráiz, cumanés, cultor del bienestar de la comunidad y defensor de todas las libertades.

El quinto, Dr. Abel Mejía Cifuentes: trujillano, uno de los fundadores de la seguridad social en el país.

Al hacer esta corta apología de los académicos que le antecedieron en el Sillón vacante que ocupará, sus elogios a ellos son actos de justicia, de proyección social y científica logradas en el pasado que merecen el recuerdo de los médicos de Venezuela.

El Dr. Luis Ceballos García es natural de Villa de Cura, donde nació el 1º de Agosto de 1934, estudió en la Universidad Central de Venezuela y pertenece el nuevo borlado a la Promoción Médica de 1958, que lleva el nombre del Dr. Leopoldo Briceño-Irragory, maestro nuestro a quien recordamos por sus brillantes clases de bacteriología y parasitología. Secretario de nuestra Corporación, quien desempeñó este cargo por 32 años, distinguiéndose por su bonhomía, cumplimiento de sus obligaciones y por su trato cordial y afable.

Un ansia de superación y de perfeccionamiento de sus conocimientos, lo llevan a varios hospitales nacionales y a los de varias universidades muy renombradas de Estados Unidos de Norteamérica, para buscar su propio camino aprendiendo, leyendo y escuchando la difícil lección de encontrarse a sí mismo.

En el ejercicio de su profesión se ha distinguido en dos campos especializados de su interés: la cirugía plástica y la atención de las quemaduras y sus secuelas en los niños.

Largo y tedioso resultaría sin duda la enumeración inventariada del abundante contenido de su curriculum vitae. Haré una síntesis apretada del mismo: pertenece el nuevo recipiendiario a numerosas Sociedades científicas nacionales y extranjeras. Es autor de 33 artículos en publicaciones médicas venezolanas y ha escrito 10 artículos en libros.

El gobierno nacional lo ha distinguido al hacerse merecedor de varias Condecoraciones: "Orden Francisco de Miranda", "Gran Cordón de la Gobernación de Caracas", "Orden al Mérito en el Trabajo" y otras.

Nuestras sociedades científicas lo han destacado con varios galardones: premio a su tesis doctoral en medicina en la Universidad Central de Venezuela en 1967, que se hizo acreedora al "Premio Nacional de Pediatría" y del "Premio Bienal de Quemados" de la Asociación Venezolana de Quemaduras.

El día 3 de marzo, en el salón de sesiones de la Academia Nacional de Medicina, oímos su trabajo de incorporación como nuevo Académico, intitulado: "Aproximación al Diagnóstico Diferencial de las Quemaduras Intencionales en los Niños" que fue medulosamente respondido por la Académica Dra. Milena Sardi de Selle.

El encontrarse un trabajo con este título en la literatura médica vernácula en esta época, nos mueve a pensar en las etapas primitivas de la evolución de la humanidad, en donde era práctica justificada por diferentes razones el maltrato a los niños, y hoy después de tantos siglos de evolución a pesar de que todavía ocurre y su frecuencia ha aumentado, nos produce una respuesta de rechazo, y le reconocemos a todo aquel que participe en medidas tomadas para evitarlas y atenderlas, nuestro respeto y solidaridad: una de estas personas es nuestro nuevo recipiendiario el Dr. Luis Ceballos García. Son precisamente los cirujanos y especialmente los pediatras los indicados para socorrer a esta infancia desafortunada. Logró transmitirnos el mensaje, siempre presente desde que existe la humanidad, de que hay niños que pueden ser víctimas de los torvos sentimientos de los mayores que los cuidan, aun sus padres.

En su Discurso de Incorporación el Dr. Ceballos García ha recurrido a las nuevas técnicas de comunicación y al uso de los implementos tecnológicos para comunicarse y expresarse mejor, y probablemente también para mostrarnos el viejo problema de una humanidad que progresa en muchos aspectos y todavía tiene algunos especímenes tan dañinos para maltratar a un niño y peor aún, utilizando recursos nuevos creados para el bienestar de la humanidad; el médico debe estar preparado para recordar que estas conductas malignas existen, pero la preocupación del Dr. Ceballos García va mucho más allá, quiere prepararnos y puntualizar algunos caminos que nos ofrece la comunicación entre seres humanos, precisamente para educar a los médicos en el uso de un recurso tan poderoso como la comunicación y hacernos más útiles, más eficaces en nuestra misión de preservar la vida, aunque ya la humanidad ha reconocido el sentido humanitario de ser médico; a esto se le agrega su importante participación en mejorar la calidad de la vida y su duración.

Ahora en este mundo moderno se le han asignado nuevas responsabilidades, de allí la importancia entre los médicos para transmitirnos hallazgos, técnicas, resultados y en fin el progreso de las ciencias médicas y sociales.

No basta que existan los productos de las nuevas tecnologías, sino que ahora es exigencia profesional el saberlas utilizar. El médico que tenga algo que comunicar debe actualizarse y preparar su escrito, comentario, conferencia, etc., para que llegue a quien va dirigido y cumpla su objetivo; esta es una nueva misión del médico moderno, por eso es prácticamente obligatorio que el médico ensamble su disertación para evitar lo superfluo, para saber donde debe hacer énfasis, establecer un orden que permita la secuencia de los hechos o captar las relaciones de causa a efecto, hasta el tono de la voz debe cuidarse, el léxico debe ser claro y el hablar fluido; en fin el objetivo es saber llegar a los interlocutores, pero para ello debemos aclararlo antes, para nosotros mismos el mensaje que queremos llevar a nuestro auditorio. Creo que es el momento de recordar a aquellos insignes profesores nuestros que sin los recursos audiovisuales de hoy, mantuvieron en vigilia nuestra atención y despertaban nuestras emociones como fueron y son: el Dr. José Izquierdo y Francisco Montbrun con sus habilidades como dibujantes, ello aunado a sus claras y fuertes voces. El Dr. Félix Pifano con su gracia y dominio del castellano, su inteligencia, su sapiencia, sus referencias al medio venezolano, sus historias y sus chistes propios de nuestra tierra; el Dr. Rafael Hernández Rodríguez, caminando entre las filas de alumnos, con una varita metálica en la mano y la profundidad del conocimiento del hombre, nos paseó por la patología médica.

Sus sugerencias en los cuidados que debemos tener cuando queremos comunicar algún tema de interés o dictar una conferencia serán de gran utilidad, los cambios que sus consejos nos da sobre la disertación marcarán su llegada a la Academia, que se siente complacida por la excelencia de su currículo y por el tema que nos ha propuesto para que sigan los éxitos de esta corporación, que está empezando la segunda centuria de su existencia.

A todo el núcleo familiar y de amistades del nuevo recipiendiario la Academia les expresa las más calurosas y efusivas felicitaciones.

En nombre de todos los colegas académicos y en el mío propio le doy la más efusiva bienvenida y le presentó nuestros cordiales parabienes. Acepte usted el honor que se le otorga como un estímulo para que siga trabajando incansablemente en las actividades en que usted se ha destacado, para el mayor brillo de esta Institución que se complace y honra en acogerlo en su seno.

Bienvenido Dr. Luis Ceballos García.