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Gaceta Médica de Caracas
versión impresa ISSN 0367-4762
Gac Méd Caracas v.115 n.2 Caracas abr. 2007
Vida de la Academia y Notas Bibliográficas
Dr. J. M. Avilán Rovira Individuo de Número
1. Reconocimientos a distinguidos Académicos
A los múltiples homenajes recibidos por el Académico José Enrique López, con motivo de su nombramiento como Presidente de la Academia Nacional de Medicina, se suman el de la Sociedad Venezolana de Medicina Interna (Capítulo Carabobo), de distinguir con su nombre, la condecoración que otorgará en el futuro para premiar a personalidades por sus méritos docentes, y el de la Academia de la Historia del Estado Carabobo, por designarlo miembro honorario.
Con fecha 28 de septiembre del año pasado, la Comisión de Cultura y Humanismo, designó a los Académicos Juan José Puigbó y Myriam Marcano Torres, como presidente y secretaria, respectivamente, de dicha Comisión.
Con fecha 26 de octubre del año pasado, las Comisiones de Cirugía y especialidades quirúrgicas y de Ciencias Básicas, designaron a los Académicos José A. Ravelo Celis y Francisco Herrera y Saúl Krivoy y Doris Perdomo de Ponce, respectivamente, como presidentes los primeros y como secretarios, los segundos, de dichas Comisiones.
Con fecha 2 de noviembre del año pasado, la Comisión de Pediatría y Puericultura, eligió a la Académica Milena Sardi de Selle como presidenta y al Académico Francisco Miranda Ruiz, como secretario.
Por comunicación del Dr. Arístides Maza Tirado, de la Asociación de egresados y amigos de la Universidad Central de Venezuela, se recibió convocatoria para el Premio anual Alma mater al egresado de la UCV, año 2007. Se propusieron como candidatos a los Académicos Francisco Montbrún, Oscar Agüero y José T. Rojas Contreras, resultando electo por la Asamblea, para optar al premio, el primero de ellos.
¡Al congratular a los homenajeados y designados les deseamos éxito en sus futuras actividades!
2. Agradecimiento por homenaje al Académico Elías Rodríguez Azpúrua
En carta dirigida a la Junta de Directiva, la Dra. Elisa Blaschitz de Rodríguez, en su nombre y el de toda su familia, agradeció el homenaje que le rindiera la Academia a su esposo el 26 de octubre del año pasado. En su mensaje señala que las palabras del Dr. César Aure describieron bellamente la vida de Elías como médico y como ser humano, y aunque él nunca quería que lo elogiaran o alabaran, estoy segura que hubiera estado de acuerdo con las palabras de su alumno. Gracias también por cederle un lugar entre los retratos expuestos en la Academia.
3. Elección de nuevos Miembros Correspondientes nacionales
En las sesiones de los días 18 y 25 de enero de este año, fueron electos los doctores Otto Rodríguez Armas e Ítalo Marsiglia, como Miembros Correspondientes nacionales, en los puestos Nº 46 y Nº 47, respectivamente.
¡Les enviamos nuestros sinceros parabienes y les auguramos mucho éxito en sus nuevas funciones por venir!
4. Doctorado en medicina para Felipe Martín Piñate
El día 8 de diciembre de 2006 defendió exitosamente su tesis doctoral Reconstrucción epistémica del cáncer pulmonar tabáquico, ante el jurado designado por la Escuela de Medicina de la Universidad de Carabobo, nuestro amigo y compañero de largos años en las actividades académicas, Felipe Martín Piñate.
¡Al desearle mucho éxito en sus futuros quehaceres, le reiteramos nuestros sinceros sentimientos de admiración y estima por la tenacidad demostrada para mejorar cada vez más su preparación!
Figura 1. Dr. Felipe Martín Piñate.
5. Profesor Jean Pierre Delmont ilustre visitante
A la sesión del día 14 de diciembre del año pasado, asistió como invitado especial de la Academia, el Dr. Jean Pierre Delmont, profesor de la Universidad Nice Sophia Antipolis, de Francia. ¡Bienvenido!
En la sección Resumen de las actas de la Academia de este número de la revista, se transcribe una breve nota sobre la participación del ilustre visitante francés.
6. Presentación del libro Colección Razetti, Vol. II
En la sesión del día 16 de noviembre del año pasado, el Académico José Enrique López presentó el volumen II de la Colección Razetti, describió su contenido y agradeció la colaboración de los autores que contribuyeron a su preparación y al Dr. Rogelio Pérez DGregorio, director de la Editorial Ateproca, por el esmero de su trabajo como editor.
¡Felicitaciones!
Figura 2. Bautizo el volumen II de la Colección Razetti por las señoras Jacinta de López y Dulce de Gómez, acompañadas de los Académicos José Enrique López, Leopoldo Briceño-Iragorry, Guillermo Colmenares Arreaza y el Dr. Rogelio Pérez DGregorio.
7. Presentación del disco compacto con el Diccionario biográfico médico hispanoamericano
En la sesión del día 23 de noviembre del año pasado, tuvo lugar la presentación del Diccionario biográfico médico hispanoamericano, de los doctores Jaime Gómez-González, Leopoldo Briceño-Iragorry y Miguel Rabi.
En el acto tomaron la palabra el Académico Leopoldo Briceño-Iragorry, a nombre de los autores, para describir el diccionario y su prólogo, y el Dr. Rogelio Pérez DGregorio, a nombre de la Editorial Ateproca, donde se elaboró el diccionario en el disco compacto, para demostrar el uso del CD interactivo.
¡Felicitaciones!
Figura 3. Entrega del disco compacto con el Diccionario biográfico médico hispanoamericano.
Figura 4. El Dr. Rogelio Pérez DGregorio explica el uso del disco compacto que contiene el Diccionario biográfico médico hispanoamericano.
8. Entrega del premio Juan Alberto Olivares2006.
En la sesión del día 14 de diciembre del año pasado, el Académico José Enrique López, coordinador y presidente del jurado para otorgar el premio Juan Alberto Olivares-2006, leyó el veredicto, según el cual se decidió compartir el galardón entre los doctores Héctor Cantele y José Antonio Gubaira Bahjos.
En la sección Resumen de las actas de la Academia de este número de la revista, se hace una descripción más amplia del acto de la entrega del premio.
¡Nuestros sinceros parabienes a los galardonados!
Figura 5. La señora Telma Pérez, nieta del doctor Juan Alberto Olivares, durante su exposición con motivo de la entrega del premio correspondiente al año 2006.
Figura 6. El Presidente de la Academia, Dr. José Enrique López, entrega la constancia del premio Juan Alberto Olivares-2006, al Dr. José Antonio Gubaira Bahjos.
9. Obituario
En octubre del año pasado falleció el Dr. Irving Ariel, Miembro Correspondiente extranjero por Estados Unidos.
Entre enero y febrero de este año, fallecieron en Caracas los Académicos Rafael Medina Ramones, Joaquín Mármol Luzardo y Omar Medina Briceño.
Nuestras muy sentidas condolencias a sus familiares y amigos!
El Dr. Rafael Medina Ramones se incorporó como Individuo de Número, en el Sillón XXVI, el 26 de julio de 1984, con su trabajo Interrelaciones de las treponematosis humanas. Desempeñó sus labores en la División de Venereología del Ministerio de Sanidad y Asistencia Social, del cual llegó a ser médico jefe por varios años. Fundó el Instituto Nacional de Venereología, del cual fue su director. Fue docente en la cátedra de medicina tropical, de la UCV, ascendiendo en el escalafón universitario hasta la categoría de titular en 1949. Estuvo encargado además de la docencia de dermatología y sifilografía, desde 1947. Fue miembro de las sociedades de dermatología y venereología, a nivel nacional e internacional. Recibió los premios nacionales de medicina Luis Daniel Beauperthuy (1953) y de dermatología Martín Vegas (1957). Fue miembro del comité de expertos en enfermedades venéreas y treponematosis, de la Organización Mundial de la Salud (1951).
El Dr. Joaquín Mármol Luzardo, fue elegido como Miembro Correspondiente por el Estado Mérida, el 12 de febrero de 1953. Desempeñó sus labores docentes en la Universidad de Los Andes, desde 1938 en las cátedras de anatomía, patología quirúrgica, patología externa y terapéutica quirúrgica, técnica quirúrgica, llegando a ser decano de la facultad de medicina (1944-1947) y rector de la ULA (1953-1958). Sus labores asistenciales las realizó en Hospital Los Andes, como jefe del servicio de cirugía Nº 2, alcanzando a realizar más de 4 000 intervenciones. Fue miembro de las sociedades de cirugía y anatomía patológica, a nivel nacional e internacional. Recibió la medalla de honor Augusto Pinaud, menciones honoríficas y reconocimientos del colegio de médicos y la legislatura del Estado Mérida, institutos de clínicas y urología, ciencias morfológicas y escuela de medicina de la ULA.
Con motivo de su fallecimiento el 27 de enero de 2007, los doctores Mario Spinetti Berti y Amilcar Rivas, presidente y secretario de actas, respectivamente de la Academia de Mérida, considerando que el Dr. Joaquín Mármol Luzardo es figura cimera dentro de las ciencias médicas y un eminente profesional que destacó entre los muchos que reconstruyeron y enaltecieron la cirugía en nuestro país, y que desarrolló una brillante y fecunda labor en el campo de la docencia universitaria, maestro de maestros, que formó numerosas generaciones de profesionales de la medicina, culminando su actuación universitaria con un magnífico desempeño en el período en que fue rector de la Universidad de Los Andes, acordaron presentar a través de los Miembros Correspondientes de esta Academia en la ciudad de Caracas, las más sentidas condolencias a sus familiares y hacer pública manifestación del duelo que aflige a la Academia de Mérida con la divulgación de este acuerdo,
Por su parte el Académico Ladimiro Espinoza León escribió una carta de despedida, de la cual transcribimos algunos párrafos: fue profesor de varias asignaturas en los estudios médicos de la Universidad de Los Andes, y le demostró siempre a los alumnos a quienes enseñaba, modales, virtudes, compromisos ciudadanos y especialmente como tratar, querer y respetar un paciente, que se entrega en sus manos para que lo ayude a recuperar su salud en el camino de perderse y enseñarnos repetidas veces que quienes recurren a los servicios públicos, merecen lo mejor que se les pueda dar con conocimientos, cariño y buen trato, porque no tienen recursos ni ninguna otra posibilidad que les permita acudir a otro lugar a recuperar lo más valioso que se tiene, como es la vida.
El Dr. Omar Medina Briceño fue electo Miembro Correspondiente, en el puesto Nº 10, el 13 de octubre de 2005. Se juramentó e incorporó el 2 de marzo de 2006, con su trabajo Hipertensión arterial sistémica. Falleció el 1º de febrero de 2007.
En su trabajo presentó una visión general del problema de la hipertensión arterial sistémica. Hizo hincapié en la necesidad del entrenamiento del personal médico para la evaluación de la presión arterial, para alcanzar mayor confiabilidad en el diagnóstico y evolución de la respuesta al tratamiento.
Egresado de la Universidad de Los Andes, como doctor en medicina, en 1960, fue médico rural en Rubio, Estado Táchira y luego residente en medicina interna, en el Hospital de San Cristóbal, en el mismo estado. Realizó el posgrado de cardiología, en la UCV (1963-1965) y posteriormente al canzó el título de experto en ecocardiografía en la Universidad Complutense de Madrid, en 1976, donde tomó después varios cursos de actualización en el área de su especialidad, entre 1977 y 1982. En 1991 actualizó sus conocimientos en el Hospital Metodista de Houston, EE.UU.
Miembro titular de las Sociedades de cardiología y angiología, publicó unos 70 artículos en revistas nacionales e internacionales y es autor del libro Examen del corazón, aparecido en 1999.
Desempeñó sus labores docentes y asistenciales en el Laboratorio de Ecocardiografía del Hospital Universitario de Caracas, ascendiendo a profesor titular en 1999.
Su paso por la Academia fue muy breve, pero nos dejó el recuerdo de su bonhomía, su carácter afable y conciliador, sus sólidos conocimientos médicos y sus siempre acertadas observaciones. Descansa en paz amigo!
10. Notas bibliográficas
Por una puerta estrecha. Sara Bendaham. Por: Sonia Hecker. Segunda serie de la Colección Periodismo y Memoria, Fundación Polar. Depósito legal: lf25920059204614 ISBN 980-379135-4 Empresas Polar, Caracas, Venezuela, 2005.
Con el retrato de Sara a la edad de 21 años, en la portada, con un libro entre las manos, como si en ello le fuera la vida, diseño de Lilia Centeno y diagramación de Teresa Cacique, nos obsequia Sonia Hecker un hermoso libro, después de una búsqueda difícil, por lo tardía como ella misma dice, porque en la actualidad sólo sobrevive, uno de los compañeros de estudios de la heroína, el Académico José Trinidad Rojas Contreras, quien cumple este año su primer centenario, con lo mucho que pudo reunir sobre la vida de una valiente mujer poco conocida, incluso en la comunidad judía, a la cual pertenecía.
El reto no arredró a Sonia, desde que oyera en 1999 una conferencia sobre la mujer en medicina en Venezuela, sobre la primera en estudiar los seis años completos del pensum de medicina, en la Universidad Central, Sara Rosa María Bendaham.
El trabajo fue arduo. En la lista de agradecimientos se listan al menos treinta y cinco personas entrevistadas, quienes podrían tener algún recuerdo de la atrevida estudiante en una época todavía tan cerrada a la emancipación de la mujer. Tal como buscar una aguja en un pajar.
Como nos dice la autora: Encontrar el discurso de Sara ha sido toda una odisea. Después de enumerar las múltiples vicisitudes confrontadas, Por fin, después de varios meses de insistencia, la hija de Sara, María Carlota Delgado Bendaham, me hizo llegar una fotocopia.
Sin embargo, con la creación del Taller de Periodismo y Memoria por la Fundación Polar, bajo la coordinación de la reconocida periodista Milagros Socorro, como describe Leonor Giménez de Mendoza, Presidenta de la Fundación, en la presentación, y donde Sonia participó para llevar a la práctica su proyecto, fue de gran ayuda. Es así como reconoce, tanto a la coordinadora como a sus compañeros del taller, el estímulo, la enseñanza, el aliento y la camaradería, sin los cuales este trabajo no se hubiese hecho.
Pero como muy bien acota la señora Mendoza en su presentación, los trabajos son de responsabilidad individual.
Paulina Gamus, en su prólogo, plantea la gran interrogante: ¿Qué extraña razón hizo que otras mujeres con padres originarios del Marruecos español o nacidas ellas mismas allá, hubiesen emprendido en tierras venezolanas tareas vedadas no sólo para la cultura cerrada de sus ancestros, sino también para este país del nuevo mundo?
En efecto, los padres de Sara, vinieron de Marruecos a Venezuela, a fines del siglo XIX y se establecieron en Guatire en 1892. Pertenecían a los grupos de judíos sefardíes que llegaron al Norte de África, antes o después de su expulsión de España, quienes según Carciente, citado por la autora, eran piadosos y trabajadores, su mundo era el hogar, la Sinagoga y el trabajo, sus libros la Torah y el Talmud, sus actividades principales la artesanía y el comercio, vendedores ambulantes, cambista, pequeño empleado, intérprete o agente comercial. Además, eran tradicionalistas, no se permitían los matrimonios mixtos y la educación de las niñas no solía ir más allá de la escuela primaria.
Por el lado del país que los recibió, era la época gomecista con su represión y su atraso educativo y sanitario. Era además una sociedad de machismo a ultranza. Como expresa la autora: no sólo los hombres primarios como el general Gómez le niegan a la mujer un papel que vaya más allá de la reproducción y el adorno; también el pensamiento de hombres de avanzada política o social seguía siendo prejuiciado.
¡Con razón habla la autora de puerta estrecha! ¿Cómo la venció Sara?
En parte, algunos posibles obstáculos desaparecieron solos. Comenzó a estudiar medicina después de muerto el padre. Según testimonio de Rojas Contreras, la madre y la familia no obstaculizaban. Tampoco habían problemas económicos, era de familia con comodidades, dueños del conocido comercio El tesoro escondido, en el centro de Caracas.
El problema eran sus compañeros de estudio. Desde el bachillerato hice toda la carrera sola: única mujer. Exótica en aquellos predios de varones fui por la fuerza de las circunstancias poco compañera de la generalidad de mis compañeros: para ellos se anteponía por falta de costumbre, la mujer a la estudiante. Es por ello, según dice, que trató de pasar desapercibida, de lucir lo menos femenina posible, no se pintaba y andaba casi siempre vestida de negro.
La autora relata muchas de las maldades que le hacían sus condiscípulos. Observamos, sin embargo, que no se menciona la casi segura diferencia de edad entre ella y sus compañeros. Probablemente era la mayor, aunque no lo pareciera. De acuerdo a una descripción era bajita, lo cual la ayudaba a parecer más joven. De la lista que nos da la propia Sara de sus compañeros que de verdad lo fueron, Rafael Vegas Sánchez era nueve años menor y Darío Curiel y Rojas Contreras, siete años menores. No pudimos obtener las edades de los demás, pero creo que con la pequeña muestra basta.
Nuestro punto es, que siendo mayor que sus compañeros, debía ser más madura que ellos. Por supuesto, esto era a su vez una desventaja y motivo de más burlas. Sin embargo, de acuerdo al testimonio del único compañero sobreviviente: No era difícil ser aceptada por el grupo. Yo creo que ella exagera. No percibí hostilidad hacia ella en nuestros cien compañeros .
¿De dónde la vocación? Entre otras, la autora menciona la ascendencia de los médicos de la época, en general muy respetados, más en comunidades pequeñas, como Guatire. Además, afirma convencida: Sara tenía amor al estudio y confianza en su capacidad, por lo tanto decidió ir contra todo para lograr su objetivo.
Decididamente, la valiente Sara refiere nobles sentimientos: mis sueños de estudiante de redimir humanamente a la mujer caída y mis sueños de hoy (día de su graduación, el 31 de julio de 1939), de un estudio minucioso y consciente de todo lo relacionado con la lucha preventiva de la prostitución! Estas expresiones corresponden a la decisión que tomó, nueve años después de finalizar los estudios, para elaborar la tesis de grado y someterse al examen integral, que según testimonio del Académico Francisco Montbrún, era malintencionado.
Un libro de fácil y agradable lectura, en el que se aprende mucho. Gracias Sonia!
viene de la pág. 154.
Al establecer las bases de una personalidad totalitaria, el mito impulsa en cada individuo o grupo un interés por una totalidad sin cortapisas. Cada cultura de la totalidad, en efecto, repudia la totalidad de cada cultura. Entre algunos de los signos fácilmente identificables en el totalitarismo podría enumerar: la tentación colectivista, el clasismo, la formación de utopías milenaristas y el despotismo preciso, burocrático, servilista. Incluso sociedades democráticas pueden ser extremadamente totalitarias y procurar la destructividad fortaleciendo la negación de la propia identidad.
Curiosamente, los destructores cuentan con un elevado sentido creativo. Un bien cultural es destruido en nombre de un valor superior. Tal como prescribe el ritual destructivo antiguo, arrasar puede sacar al involucrado de la circunstancialidad y devolverlo a la eternidad. Cuando el fervor extremista asignó una condición categórica al contenido de un bien cultural, lo hizo para legitimar su procedencia divina o permanente (Dios como autor o, en su defecto, un iluminado, un mesías).
Hacia el año 213 a.C., el Emperador Shi Huandi hizo destruir todo libro que pudiera recordar el pasado. En su novela 1984, George Orwell presentó un estado totalitario donde un departamento oficial se dedicaba a descubrir y borrar todo pasado. Los libros se reescribían y los ejemplares originales eran destruidos en hornos ocultos.
Los que destruyen el patrimonio cultural son dogmáticos, porque se aferran a una concepción del mundo uniforme, irrefutable, un absoluto de naturaleza autárquica, autofundante, autosuficiente, infinita, atemporal, simple y expresada como pura actualidad no corruptible. Ese absoluto implica una realidad absoluta. No se explica: se aprehende directamente por revelación. Los talibanes que destruyeron los Budas de Afganistán estaban convencidos de que todo lo que fuera el Islam era un error.
Continúa en Vol 115(3):2007.