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Gaceta Médica de Caracas

versión impresa ISSN 0367-4762

Gac Méd Caracas. v.116 n.2 Caracas jun. 2008

 

EDITORIAL

La problemática de la salud en Venezuela

Dr. Saúl Krivoy

Miembro Correspondiente

Existe una creciente preocupación de la sociedad venezolana sobre la situación de la salud en nuestro país. Y no puede sino serlo: la salud es la angustia existencial primordial del ser humano.

Numerosos reportajes, entrevistas y comunicados dan cuenta del aumento en la incidencia deenfermedades infecciosas tales como el dengue, paludismo, enfermedad de Chagas, y tuberculosis, entre otras, que en el pasado habían sido reducidas a niveles internacionalmente aceptables. Las seriasdeficiencias del sistema de salud se manifiestan en falta de una atención apropiada y oportuna, largos tiempos de espera, y altos costos, al tanto que se sufren las consecuencias de la insuficiente dotaciónde equipos y medicinas en los hospitales, y la pérdida de capital humano en el sector salud por la emigración de profesionales de la medicina a otros países.

Todas nuestras constituciones han consagrado el derecho a la salud y han sido innumerables los intentos que se han hecho en Venezuela por resolver los déficit crónicos de atención y elevar su calidad de manera consistente. Sin embargo, hasta ahora no se ha logrado revertir la situación.

La salud pública ha sufrido las consecuencias de políticas carentes de una visión integral, la discontinuidad en los criterios y esfuerzos, la improvisación de soluciones parciales, sistemas deficientes de selección de los beneficiarios, un diseño institucional excesivamente centralista, la ausencia de mecanismos que aseguren la transparencia, evaluación, control y seguimiento del desempeño de los entes responsables, una gerencia deficiente, y un gasto apreciable, probablemente insostenible, que es canalizado a través de una multiplicidad de instituciones y termina en un gran despilfarro.

El mejor sistema de salud es aquel que ofrezca la mejor asistencia individual a la población, y la política de salud debe orientarse a modernizar nuestro sistema de salud a fin de garantizar el acceso aservicios de salud de calidad, independientemente de la condición económica, social o laboral de los ciudadanos.

Es preciso cubrir apropiadamente las tres fases de la atención médica: prevención, curación yrehabilitación. La prevención incluye campañaseducativas permanentes dirigidas a toda la población,vacunaciones, control materno-infantil, controlesde higiene ambiental, prevención de accidentes. Laprevención debe promoverse en los ámbitoslaborales, educativos y medios de comunicación. Eldinero invertido en prevención permite ahorros significativos en la fase de curación y rehabilitación,liberando recursos que pueden destinarse a la atención de pacientes con patologías no prevenibles.

En la segunda etapa, la de la curación, se debe asegurar la atención oportuna y eficiente de los pacientes, a los diversos niveles de atención. Laarticulación y coordinación de los niveles de atenciónpermite un uso más eficiente de los recursos,descongestionando hospitales, y permitiendo unamejor atención. En esta etapa es crucial la adecuada dotación de infraestructura y equipos con tecnologías modernas que permitan a nuestros pacientes beneficiarse de los avances de la ciencia a nivel mundial, apoyada por una política efectiva de mantenimiento que evite la interrupción de losservicios, y la formación del recurso humano (médicos, enfermería, técnicos radiólogos,odontólogos, fisioterapistas, servicios sociales, entre otros). El personal debe ser seleccionado estrictamente en base a su preparación y capacidad, y estimulado con adecuadas condiciones económicas, programas de seguridad social, entrenamiento yplanes de desarrollo de carrera, que aseguren su permanencia en el sistema y su continua superación.

La rehabilitación busca permitir la reincorporación de los pacientes a la vida social, familiar y productiva. A estos efectos, deben promoversecentros apropiadamente dotados, cónsonos con losúltimos adelantos científicos, y un apoyo de trabajo social.

Esas tres fases están estrechamente vinculadas. De hecho, la política de salud debe atacar lasenfermedades asociadas a la pobreza, mediante programas de atención materno-infantil que incluyanservicios de prevención y tratamiento; las enfermedades endémicas tales como el paludismo, dengue, enfermedad de Chagas, y afecciones dermatológicas, requieren de programas efectivos de control y erradicación; y las enfermedades crónicas mediante programas focalizados al áreacardiovascular, VIH-Sida, cáncer; y la prevención de accidentes. Todo ello debe acompañarse de un programa de suministro de medicamentos y deben participar el gobierno nacional, los gobiernos estadales, y las redes locales de servicios de salud a nivel de municipios y comunidades organizadas.

Una buena política de salud debe consolidar las fuentes de financiamiento del sector público, fortalecer el sistema inter-gubernamental de salud, combinar a prestadores de servicios públicos y privados, enfatizar en el cuidado integral y la prevención, y convertir al Ministerio de Salud y Desarrollo Social en un organismo regulador, coordinador, y financiero.

En estas materias, se dispone de una amplia experiencia, recogida por organismos internacionales tales como la Organización Mundial dela Salud y la Oficina Panamericana de la Salud,entes de países desarrollados y en desarrollo, y reconocidas organizaciones en nuestro medio. Espreciso promover una buena combinación de proveedores públicos y privados –el Estado no puede, ni debe, tratar de hacerlo todo por sí solo. También implica adecuar el sistema privado de seguros y la medicina prepagada, como complemento del sistema público de seguridad social.

Mientras haya improvisación, y la política de salud se subordine a los intereses políticos del momento, no obtendremos los resultados que deseamos. Los planes de salud deben incluir medidas a ser aplicadas en el corto, mediano y largo plazo. Esto implica necesariamente ir más allá de los horizontes electorales, buscando construir un granacuerdo nacional, con el apoyo de todos los sectores del país, de modo que los objetivos se mantengan yperfeccionen en el tiempo. Solamente así podemos aspirar a obtener los resultados deseados.

Podemos afirmar con orgullo que en nuestro país disponemos del recurso humano capacitado, ymotivado para colaborar en el diseño y la ejecución de estos planes. Hay que incorporar activamente a todos, sin exclusión, a trabajar por el bien del país. El recurso humano es el más valioso y hay que protegerlo.

La Academia Nacional de Medicina es la depositaria de los valores médicos nacionales y de los aportes de ilustres médicos venezolanos talescomo J.M. Vargas, Luis Razetti, José Ignacio Baldó,entre otros, que a través de la historia han dado lomejor de sí para mejorar la salud y calidad de vidadel venezolano. La Ley Orgánica que la rige establece que la misma “se ocupará de todo lo relativo al estudio y promoción de las Ciencias Médicas y en especial de la Patología y de la Higiene Nacional, y deberá proponer al Ejecutivo Nacional las medidas necesarias para el adelanto de las Ciencias Médicas en Venezuela y las relacionadas con la salud en general”.

La Academia Nacional de Medicina, fiel a sus principios, está dispuesta en todo momento a colaborar en la búsqueda de soluciones a la grave problemática de la salud en Venezuela.