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Gaceta Médica de Caracas

versión impresa ISSN 0367-4762

Gac Méd Caracas. v.118 n.1 Caracas ene. 2010

 

La Gaceta Médica de Caracas hace 100, 50, 25 años

Dr. J.M. Avilán Rovira

Enero-Marzo 1910

En la sección dedicada a Bacteriología, el doctor B. Navarrete Serrano presentó sus Apuntaciones sobre “El Grito” o Carbunclo bacteriano en Venezuela.

Informa que la zona pecuaria azotada por la peste denominada “el grito” está bastante extendida en el país, principalmente todo el Estado Falcón, con particularidad la península de Paraguaná y el Estado Lara, en Carora y sus alrededores. Refieren que fue el Br. Rafael Rangel, quien en viaje que realizara a Paraguaná demostró que “el grito”, que tantos estragos causa en el ganado cabrío, es efectivamente ocasionado por la bacteridia de Davaine.

Refiere que en compañía de los doctores Ignacio Zuloaga y Salomón Curiel, pudieron comprobar la presencia de la enfermedad en Carora, mediante autopsia de cabras recién muertas y el estudio de preparaciones microscópicas, inoculaciones y cultivos.

Las preparaciones fijadas al alcohol absoluto y al calor, las colorearon con azul de metileno, las inoculaciones se practicaron en cabras con las precauciones de asepsia requeridas y los cultivos fueron hechos en leche esterilizada por ebullición y en orina humana neutralizada con soda.

En las láminas fijadas y coloreadas se apreciaron las bacteridias características, los animales inoculados murieron con los síntomas típicos en el término de 36 horas o menos y a los cuatro días de la siembra en la leche, se observaron en forma abundante, pero fueron muy raras en la orina. No fue necesario utilizar estufa, pues la bacteridia se reproduce con facilidad a temperaturas comprendidas entre 16º y 43º y la de Carora es como de 28º por término medio.

Comentan que las bacteridias o microbios de “el grito”, son de las más grandes por lo que resulta muy fácil verlas, aun sin ser teñidas y con objetivos de poca potencia. Por cierto que al pie de la comunicación hay una nota de José G. Hernández, quien firma como profesor de bacteriología de la Universidad Central y director del Laboratorio del Hospital Vargas, que dice textualmente: “Las preparaciones de que habla el doctor Navarrete, las hemos examinado en el Laboratorio del Hospital Vargas y las hemos encontrado muy bien hechas, muy claras y características de la bacteridia de Davaine”.

Menciona el autor en su comunicación que en Carora los médicos de la localidad es raro el día que no tienen casos de pústula maligna que tratar, los cuales ocurren con frecuencia en los individuos criadores de chivos o que manejan las pieles de dichos animales.

Refiere sin embargo, que en Carora la pústula parece en extremo benigna y que cura fácilmente con enérgicas y repetidas fricciones con tintura de yodo.

Contrasta esta peculiaridad con la elevada mortalidad que causa en el ganado cabrío por lo cual es causa de ruina entre los criadores. Hacen referencia que la única forma de evitar el flagelo es a través de la vacunación anticarbuncosa, en cuya preparación trabajó el bacteriólogo Rangel, sin resultados definitivos.

En nota anónima se ofrecen los datos del Censo médico-farmacéutico de Venezuela, en cuya introducción se expresa que “Sólo tiene derecho para ejercer la profesión médica las personas que figuran en este censo y sólo pueden abrir o regentar boticas los farmacéuticos titulares”. En total se censaron 618 médicos y 407 farmacéuticos, que para una población estimada en 2 323 527 habitantes, resulta un médico por cada 3 754 habitantes y farmacéutico por 5 700 habitantes. Aclaran que no estaban bien distribuidos.

Enero-Marzo de 1960

El doctor Félix Pifano revisa algunos aspectos de la enfermedad de Chagas, en especial los factores que condicionan la endemiología, las forma clínicas y la evaluación de los procedimientos de laboratorio empleados en el diagnóstico.

Del total de la población calculada para 1958 en 6 807 963 habitantes el 40 % vivían en la zona rural, estimándose 600 000 ranchos en el territorio nacional. Afirma que para la época no se conocía la prevalencia de la infección chagásica, así como tampoco la frecuencia de la cardiopatía que producía.

Describe la biología del parásito, los animales que lo albergan y los triatomideos transmisores. El autor analiza 1876 casos comprobados parasitológicamente en el curso de 23 años de investigaciones, de los cuales 180 fueron observados en fase aguda y el resto en fase crónica. Del total de casos analizados, 216 se comprobaron por gota gruesa, 124 por hemocultivo y el resto por xenodiagnóstico. Se hace un análisis detallado de los pacientes con sintomatología cardíaca y alteraciones electrocardiográficas. De acuerdo al autor se requieren investigaciones en un material humano representativo que permita una evaluación de la ocurrencia y características de la miocardiopatía.

En la evaluación de los procedimientos diagnósticos, informa que la reacción de fijación del complemento resultó positiva en el 40 % de los casos agudos y en el 90 % de los casos crónicos. Se recomienda su lectura.

Enero-Marzo de 1985

Con el título de Crónica dermatológica, el Dr. Francisco Kerdel Vegas, hace una revisión del Síndrome de inmunodeficiencia adquirida, del que para la fecha de publicación se habían informado en el país por lo menos 7 casos, con la elevada mortalidad característica de la enfermedad.

El autor hace una detallada descripción de la sintomatología más frecuente observada y de las anormalidades inmunológicas. Desde el punto de vista dermatológico, la asociación con el sarcoma de Kaposi la reconoce como la faceta clínica más interesante de la enfermedad porque ha permitido a los dermatólogos diagnosticarla precozmente. Las otras enfermedades comúnmente asociadas son el linfoma maligno, de Burkitt o inmunoblástico, la enfermedad de Hodgkin y el carcinoma cloagénico del recto.

Para la fecha de la comunicación ningún paciente se había recuperado de su inmunocompetencia con los medicamentos disponibles, por lo que el tratamiento se reducía a controlar las infecciones oportunistas y las neoplasias.