Interciencia
versión impresa ISSN 0378-1844
INCI v.28 n.2 Caracas feb. 2003
EVALUACIÓN ANTROPOMÉTRICA NUTRICIONAL DE ADULTOS
DE UNA COMUNIDAD DE DAMNIFICADOS
Carolina Sotillo y Renata Spizzo
Carolina Sotillo Pereira. Licenciada en Nutrición y Dietética, Universidad Central de Venezuela (UCV). Magíster en Nutrición, Universidad Simón Bolívar (USB), Caracas, Venezuela. Doctor en Fisiología Digestiva y Nutrición, Universidad de Granada, España. Profesor Agregado, Departamento de Tecnología de Procesos Biológicos y Bioquímicos, USB. Dirección: Edificio Química y Procesos, piso 1. Universidad Simón Bolívar, Apartado 89000, Caracas 1080A, Venezuela. e-mail: csotillo@usb.ve
Renata Spizzo M. Licenciada en Nutrición y Dietética, UCV. Especialista en Nutrición Clínica, USB. Magíster en Nutrición, USB.
Resumen
En los países del tercer mundo las principales causas de mortalidad se relacionan con la desnutrición y con la obesidad. Este fenómeno tiene que ver con cambios en los patrones alimentarios y en el estilo de vida. La finalidad de este estudio fue evaluar, a través de indicadores antropométricos, la prevalencia de malnutrición por exceso (obesidad) y por déficit (desnutrición) en un grupo de adultos de una comunidad de damnificados de Caracas, Venezuela. El estudio incluyó 84 adultos, 31 hombres y 53 mujeres, entre 18 y 70 años. Los sujetos fueron clasificados como normales, obesos, con déficit moderado y con déficit severo, según los indicadores Indice de Masa Corporal (IMC), área muscular del brazo y porcentaje de grasa corporal total (PGC). Se observó mayor prevalencia de malnutrición general (obesidad y déficit) al clasificar a los sujetos según combinación de indicadores que utilizando únicamente el IMC. Los hombres presentaron mayor déficit y las mujeres presentaron el porcentaje de obesidad más elevado. La mayor prevalencia de malnutrición general se observó en el grupo de 40 a 49 años. Este estudio pone en evidencia la alta prevalencia de malnutrición, por exceso y por déficit, en una población de adultos de estrato socioeconomico bajo. Ello señala la necesidad de políticas y programas de educación nutricional destinados a orientar a las familias de escasos recursos en la adecuada distribución de los recursos destinados a la alimentación y en lo que se refiere a cambios positivos en su estilo de vida.
Summary
In developing countries undernutrition and obesity are related with the main causes of death. This phenomenon is related to dietary changes and lifestyle. The main objective of this study was to assess the nutritional status and the prevalence of undernutrition and obesity in a group of adults from a community of survivors of a natural disaster in Caracas, Venezuela. The study included 84 adults, 31 men and 53 women between 18 and 70 years old. All subjects were classified by Body Mass Index (BMI), Upper Arm Muscular Area, and Body Fat Percent as normal, low deficit, very low deficit and obesity. The prevalence of obesity and undernutrition was higher using a combination of indexes than with the BMI alone. Men showed a higher prevalence of undernutrition than women, and women showed the highest percent of obesity. Obesity and undernutrtition were more prevalent among the group 40-49 years old, with the highest percent of obesity in women and undernutrition in men. This study shows a high degree of undernutrition and obesity in a group of adults of a low socioeconomic level. This points to the need of nutrition intervention programs to teach poor families how to improve their nutritional status through the appropriate combination of foods/nutrients and changes in their lifestyle.
Resumo
Nos países do terceiro mundo as principais causas de mortalidade se relacionam com a desnutrição e com a obesidade. Este fenômeno tem que ver com mudanças nos padrões alimentares e com o estilo de vida. A finalidade deste estudo foi avaliar, através de indicadores antropométricos, a prevalência de mal nutrição por excesso (obesidade) e por déficit (desnutrição) num grupo de adultos de uma comunidade de danificados de Caracas, Venezuela. O estudo incluiu 84 adultos, 31 homens e 53 mulheres, entre 18 y 70 anos. Os sujeitos foram classificados como normais, obesos, com déficit moderado e com déficit severo, segundo os indicadores índice de Massa Corporal (IMC), área muscular do braço e percentagem de gordura corporal total (PGC). Observou-se maior prevalência de mal nutrição geral (obesidade e déficit) ao classificar aos sujeitos segundo combinação de indicadores que utilizando unicamente o IMC. Os homens apresentaram maior déficit e as mulheres apresentaram a percentagem de obesidade mais elevada. A maior prevalência de mal nutrição geral observou-se no grupo de 40 a 49 anos. Este estudo põe em evidencia a alta prevalência de mal nutrição, por excesso e por déficit, em uma população de adultos de estrato sócio-econômico baixo. Isto assinala a necessidade de políticas e programas de educação nutricional destinados a orientar as famílias de poucos recursos na adequada distribuição dos recursos destinados a alimentação e no que se refere a mudanças positivas no seu estilo de vida.
PALABRAS CLAVE / Antropometría / Comunidad Pobre / Damnificados / Malnutrición / Obesidad /
Recibido: 30/07/2002. Modificado: 02/12/2002. Aceptado: 30/01/2003
Introducción
La malnutrición representa uno de los principales problemas en los países en vías de desarrollo. Tanto la desnutrición como la obesidad se han relacionado con las principales causas de muerte en los países del tercer mundo. En Latinoamérica los profundos cambios en los patrones alimentarios y el estilo de vida han resultado en un aumento de las enfermedades crónicas degenerativas (diabetes, hipertensión, dislipidemias, etc) y éstas han comenzado a afectar gravemente a la salud pública (Popkin, 1994; Monteiro et al., 1995 y Martorell et al., 1998). Estos cambios ocurren al mismo tiempo en que los niveles de desnutrición, aunque reducidos con el tiempo, aún afectan a un amplio sector de la población. Diversos estudios han encontrado una mayor prevalencia de malnutrición, tanto por exceso (obesidad) como por déficit (desnutrición), en los estratos socioeconómicos más bajos y con menor nivel educativo, en las zonas urbanas de países en vía de desarrollo (Sobal y Stunkard, 1989; Sinha, 1995). Por otra parte, ante diversas situaciones de emergencia (guerras, hambrunas, desastres naturales, etc.) pueden sucederse cambios en los patrones de alimentación debidos a la poca disponibilidad de alimentos. Cuando estas circunstancias de emergencia ocurren en poblaciones de escasos recursos puede afectarse la seguridad alimentaria de los grupos afectados y, en consecuencia, generarse cambios negativos en el estado nutricional de los individuos.
Generalmente, la relación que se establece entre la antropometría y la evaluación del estado nutricional está vinculada a la vigilancia y seguimiento del crecimiento y desarrollo, aspectos fundamentales en los primeros años de vida; sin embargo desde sus inicios ha sido una técnica desarrollada tanto para valorar las diferencias del cuerpo humano como para conocer la composición del mismo. La antropometría nutricional permite estimar de una manera económica y práctica el estado de las reservas calóricas y proteicas del organismo, por lo que representa una herramienta de suma utilidad en la valoración del estado nutricional de individuos y poblaciones.
La finalidad del presente estudio es estimar a través de indicadores antropométricos la prevalencia de malnutrición tanto por exceso (obesidad) como por déficit (desnutrición) en un grupo de adultos pertenecientes a una comunidad de damnificados de la ciudad de Caracas.
Materiales y Métodos
Se estudió un grupo formado por 84 adultos, 31 hombres y 53 mujeres, con edades entre 18 y 70 años, pertenecientes a 43 familias escogidas al azar, de la comunidad de Catuche, La Pastora, Caracas, Venezuela. Estas familias están incluidas en el Proyecto "Vivienda" de la Asociación Civil "Fe y Alegría" y pertenecen a estratos socioeconómicos IV y V según la clasificación de Graffar modificado por Méndez Castellano y Méndez (1986). A cada uno de los miembros de estas familias se les realizó una evaluación bioquímica, antropométrica y de hábitos alimentarios con el objeto de conocer su estado nutricional tras un año de haber perdido sus hogares en una inundación. Para la evaluación antropométrica nutricional, así como del resto de los parámetros estudiados, se contó con el consentimiento de todos los participantes.
Antropometría
Todas las medidas fueron realizadas según los procedimientos y técnicas descritas por Lohman et al. (1988), por personal debidamente entrenado y estandarizado para tal fin. El medidor obtuvo un alto nivel de consistencia y exactitud satisfactorias en las relaciones intramedidor e intermedidor en todas las variables antropométricas, con medias y desviaciones estándar por debajo del nivel de significancia permitido. En la evaluación antropométrica fueron excluidos los sujetos que presentaran patologías en el momento de realizarse las mediciones y que pudieran afectar la validez de las mismas, como por ejemplo edemas, fracturas, etc. Las medidas antropométricas se tomaron con los sujetos en ropa interior, sin zapatos y vistiendo bata desechable.
El peso corporal fue medido en una balanza (Health-o-Meter, Continental Scale Corp., Bridgeview, III, EEUU) con una precisión de 0,1kg. La talla se midió con la técnica de la plomada fijando una cinta métrica flexible de 2m a la pared, con una precisión de 0,5cm (Hernández de Valera, 1995). Los pliegues de tríceps, bíceps, subscapular y suprailíaco, fueron medidos con un calibrador de pliegue cutáneo de presión constante (Holtain Ltd., Crymych Dyfed, RU) con una precisión de 0,1mm. Las medidas de circunferencia de brazo y de cintura, fueron tomadas con una cinta métrica plástica con una precisión de 0,5cm (Holtain Ltd., Crymych Dyfed, RU). La circunferencia de brazo fue tomada en el punto medio entre el acrómion y el olécranon. La circunferencia de cintura se midió en el punto medio entre las crestas ilíacas y el borde costal inferior (Norton et al., 1996)
Todos los sujetos fueron medidos en posición erecta, con los brazos relajados y paralelos al cuerpo. El pliegue tricipital se midió en la cara posterior del brazo, en el punto medio entre el acrómion y el olécranon; el pliegue de bíceps, en la cara anterior del brazo sobre la fosa cubital; el suprailíaco, inmediatamente por encima de la cresta ilíaca y el subscapular justo en el ángulo de la escápula de la espalda.
A partir de la suma de dos pliegues (tríceps y subescapular) y utilizando las ecuaciones de Durnin y Womersley (1974) se obtuvo la densidad corporal. El porcentaje de grasa corporal (PGC) se calculó a partir de la densidad corporal, empleando la ecuación de Siri (1961). Además fueron estimados el Indice de Masa Corporal (IMC= Peso (kg)/talla2(m)) o índice de Quetelex, y el área muscular del brazo corregida por el hueso (Heymsfield et al., 1982).
Criterios de clasificación
Los sujetos fueron clasificados (Tabla I) en normales, obesos, con déficit moderado y con déficit severo, utilizando el IMC, según el críterio propuesto por la Organización Mundial de la Salud en su reporte para la prevención y el manejo de la obesidad (OMS, 1998) y a través de la combinación de varios indicadores: IMC, área muscular del brazo y PGC (Sotillo y Hernández, 1994).

Se utilizaron los valores de referencia publicados por Frisancho (1990) y los puntos de corte propuestos por el mismo: Valores Promedio (normalidad)= mayor o igual al percentil 15 y menor al percentil 85 (para los indicadores IMC y área muscular, y por debajo del 75 para el PGC); Valores Altos= mayor ó igual al percentil 85 (para los indicadores IMC, y área muscular y mayor o igual al percentil 75 para el PGC); Valores Bajos= Mayor al percentil 5 y menor al percentil 15 (todos los indicadores); y Valores Muy Bajos= por debajo del percentil 5 (todos los indicadores). De esta forma se identificaron los problemas de malnutrición, por déficit o por exceso presentes en dicha población.
Análisis estadístico
Mediante el test de Kolmogorov-Smirnov se aceptó la hipótesis de distribución normal para las variables estudiadas. Esto permitió utilizar el test paramétrico basado en la distribución t-student para datos apareados. Las diferencias obtenidas entre los grupos estudiados se determinaron mediante el test de la "t" de student, considerando como significativo en todos los casos un valor de p<0,001 (Sentís et al., 1995). Todos los análisis estadísticos se llevaron a cabo con el paquete estadístico SPSS para Windows, versión 10.0.
Resultados
El 37% de la muestra estudiada fueron hombres y el 63% mujeres. Al comparar los valores de masa corporal total (peso e IMC) así como las circunferencias (tanto media de brazo como de cintura) y el pliegue suprailíaco de los hombres frente a las mujeres (Tabla II) observamos que no existen diferencias estadísticamente significativas. Los hombres presentan estaturas significativamente mayores que las mujeres (p<0,001). Por otra parte, los valores de los pliegues subcutáneos de tríceps, bíceps, subescapular y del PGC son significativamente (p<0,001) más altos en las mujeres al compararse con los hombres, y por el contrario el área muscular del brazo es significativamente mayor en los hombres frente a las mujeres (p<0,001).
Prevalencia de malnutrición
Al clasificar todos los sujetos estudiados según el IMC, siguiendo los criterios de puntos de corte ya especificados en materiales y métodos, se observa (Tabla III) una proporción más o menos similar de sujetos con obesidad (19%) y de sujetos con déficit moderado y severo (20,3%), mientras que al ser clasificados con la combinación de indicadores (IMC, área muscular del brazo y PGC) hay una mayor proporción de sujetos obesos que con déficit (26,2% y 16,7% respectivamente). Con la utilización de la combinación de indicadores se obtuvo un porcentaje total de individuos identificados con malnutrición (déficit más exceso) más alta que al emplear únicamente el IMC (42,9% y 39,3% respectivamente). Por otra parte, el porcentaje de déficit es mayor al utilizar únicamente el IMC (20,3%) que con la combinación de indicadores (16,7%).

Al discriminar al grupo estudiado por sexo (Figura 1) se observó en los hombres mayor prevalencia de malnutrición general (déficit más exceso) que en las mujeres (45,2% y 41,6% respectivamente). Esta proporción más elevada de hombres malnutridos es a expensas del déficit. Por el contrario, en las mujeres se observó mayor porcentaje de malnutrición por exceso (obesidad) que por déficit. En el grupo de los hombres no fue clasificado ningún sujeto con déficit severo, mientras que en el de las mujeres se observó la misma proporción de mujeres con déficit moderado que con déficit severo (5,7%).

Al separar la prevalencia de malnutrición general según la edad y sexo (Tabla IV), en los hombres se evidenció el mayor porcentaje de malnutrición (déficit más exceso) en el rango de 40-49 años (54,6%) y menor la proporción en el subgrupo de 30-39 años (33,4%). Los rangos de edad con el porcentaje de déficit más alto fueron las de 50 años y más y 40-49 años (con 50% y 36,4% respectivamente), mientras que el mayor porcentaje de sujetos obesos se observó en el subgrupo de 18-29 años.

En el grupo de las mujeres (Tabla V) el mayor porcentaje de malnutrición (tanto por obesidad como por déficit) también se observó en el subgrupo de 40-49 años, con 52%, y el menor en el grupo de 30-39 años, con 20%.

Discusión
En la actualidad las medidas antropométricas representan una herramienta de gran valor en la evaluación del estado nutricional de individuos y comunidades. La estimación de ciertos parámetros de composición corporal permite no sólo conocer las reservas calóricas y proteicas, sino también identificar la presencia de algunos factores de riesgo relacionados con la enfermedad tanto por déficit como por exceso.
Las medias de peso y talla en la población estudiada, tanto de hombres como mujeres, se encuentran por debajo de las medias publicadas por Frisancho (1990) para los mismos grupos de edad, procedentes del National Center for Health Statistics (NCHS) basados en los estudios del National Health and Nutrition Examination Surveys (NHANES I y II) de una población mixta norteamericana. Los valores medios de talla en los hombres fueron significativamente mayores que los de las mujeres (p<0,001), lo cual se relaciona con el dimorfismo sexual, tal y como ha sido publicado en otros estudios (López-Blanco et al., 1993).
Los valores medios de IMC, tanto de hombres como de mujeres, son similares a los publicados por Frisancho (1990). La media de IMC en los hombres (24,4kg/m2) se encuentra dentro de los rangos recomendados (entre 18,5 y 25kg/m2) por la Organización Mundial de la Salud (OMS, 1998), mientras que la de las mujeres (26,0kg/m2) se clasifica como sobrepeso. El IMC ha sido propuesto por la OMS como un indicador fácil y rápido para el tamizaje e identificación de sujetos en riesgo de malnutrición por exceso (obesidad) y por déficit.
Como era de esperar, los valores promedio de todos los pliegues subcutáneos (tríceps, bíceps y subescapular) con excepción del pliegue suprailíaco, así como el porcentaje de grasa corporal, fueron significativamente más altos en las mujeres. Esto está igualmente relacionado con el dimorfismo sexual y reflejado en la mayoría de los estudios de composición corporal en los que se comparan los valores de grasa corporal total de hombres y mujeres (López-Blanco et al., 1993). Las medidas de circunferencia de cintura, de hombres y mujeres, son más bajas que las publicadas por Janssen et al. (2002) de un grupo de hombres y mujeres canadienses y estadounidenses de edades parecidas al grupo estudiado; y son similares en las mujeres e inferiores en los hombres a los del grupo estudiado por Lean et al. (1995) en el Reino Unido. La medida de la circunferencia de la cintura ha sido señalada en estudios transversales y longitudinales como un indicador de la grasa intraabdominal (Kannel et al., 1991; Han et al., 1995; Rexrode et al., 1998), y junto al IMC es un buen predictor de riesgo de enfermedad cardiovascular y diabetes tipo 2 (Rexrode et al., 1998). Según los puntos de corte para riesgo de enfermedad cardiovascular propuestos por Lean et al. (1995) y la OMS (1998), el valor promedio de circunferencia de cintura en las mujeres estudiadas, las caracteriza como de "riesgo aumentado" (circunferencia de cintura de 80-85 cm), mientras que en los hombres, utilizando este indicador, se catalogan como de "bajo riesgo" (£93cm).
En las mujeres, los valores promedio, tanto del IMC como de la circunferencia de cintura, se encuentran dentro de los rangos de exceso. Estudios recientes realizados en América latina han puesto de manifiesto una mayor tendencia a valores altos de IMC en las mujeres pertenecientes a estratos socioeconómicos bajos (Popkin, 1994; Uauy et al., 2001). Dichos estudios relacionan principalmente ésta tendencia con el estilo de vida de las zonas urbanas, sedentarismo, así como también al nivel educativo, factores fuertemente vinculados a los hábitos alimentarios.
Prevalencia de malnutrición
Al comparar los porcentajes de sujetos identificados como malnutridos (tanto por exceso como por déficit) por el IMC y por combinación de indicadores, se aprecia una proporción ligeramente mayor de sujetos malnutridos por la combinación de indicadores (39,3% y 42,9% respectivamente). También fue mayor el porcentaje de obesos identificados con la combinación de indicadores. Cabe destacar que la utilización del IMC como un indicador simple para el diagnóstico antropométrico, de exceso o déficit, radica en la presunción de que la masa corporal, ajustada o corregida por la estatura al cuadrado, está estrechamente relacionada con la grasa corporal y consecuentemente con la morbilidad y mortalidad (Bray, 1996; Gallagher et al., 2001). Sin embargo, algunos individuos presentan sobrepeso y no tienen un exceso de grasa (ciertos deportistas) y otros por el contrario tienen un IMC dentro de los rangos normales pero tienen un alto porcentaje de grasa corporal. En los últimos años se ha puesto de manifiesto la necesidad de emplear parámetros de composición corporal en la evaluación antropométrica nutricional ya que ello permite una mejor aproximación a la composición corporal y por ello a un mejor conocimiento de las reservas calóricas y proteicas. En el grupo estudiado, utilizando la combinación de indicadores, se observó una alta prevalencia de malnutrición general, especialmente en lo referido a obesidad, y particularmente en el sexo femenino. Estos resultados coinciden con lo publicado en diferentes estudios tanto en Latinoamérica como en otros países, donde se señala una alta prevalencia de obesidad en los sectores socioeconómicos más desfavorecidos y con menor poder adquisitivo (James et al., 2001; Uauy et al., 2001; van Lenthe y Mackenbach, 2002). El presente estudio pone de manifiesto la alta prevalencia de malnutrición en una población de adultos de estrato socioeconómico bajo, con una historia reciente de tragedia natural. Tomando en consideración la alta prevalencia de exceso, se impone la necesidad de establecer programas de educación nutricional que orienten a las familias de escasos recursos en una mejor distribución de ellos, especialmente los destinados a la alimentación de forma que les garantice una mejor calidad de los mismos. Igualmente, se deben implementar programas que se traduzcan en cambios positivos en su estilo de vida.
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