EDITORIAL

MARCEL ROCHE 

(1920-2003)

Marcel Roche, inspirador, promotor y Director Fundador de Interciencia falleció a los 82 años de edad. Fue una de las más relevantes personalidades del mundo de la ciencia en su país, Venezuela, y en toda Latinoamérica.

Roche es reconocido y será recordado como uno entre los más importantes hombres de ciencia venezolanos del siglo XX por sus contribuciones fundamentales al estudio del bocio endémico y su erradicación, al conocimiento de la etiopatogenia de la necatoriasis, y a la consolidación del campo de la historia y sociología de la ciencia.

Es reconocido y será recordado como pilar fundamental de la organización y gestión de la ciencia y la tecnología en su país, por su papel en lo que fue el refugio de la ciencia venezolana perseguida durante la dictadura perezjimenista de los años 50, y por su participación en la estructuración y conducción inicial del Instituto Venezolano de Investigaciones Científicas (IVIC) y del Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Tecnológicas (CONICIT), de los cuales fue Director y Presidente Fundador. Allí estableció hitos tales como la dedicación exclusiva a la investigación, la democracia interna y la clasificación por pares, enfatizó la calidad por encima de todo y esgrimió el estandarte de la ciencia básica como forma de cultura y base para la formación de científicos y tecnólogos.

Es reconocido y será recordado como uno de los impulsores de la cooperación científica en las américas, por su participación activa en los programas de cooperación de la Organización de Estados Americanos (OEA) y la Universidad de las Naciones Unidas, así como por el establecimiento y conducción de la Asociación Interciencia, concebida para propiciar la unión de las comunidades científicas de toda la América.

Interciencia, su revista, debe su existencia a su entusiasta y tenaz dedicación a la difusión de la ciencia y el pensamiento, y a la comunicación y cooperación entre los hombres de ciencia, convencido de que la región y sus lenguas requieren de una plataforma del más alto nivel posible, manejada según los parámetros de excelencia utilizados por las publicaciones científicas en los países más avanzados.

Quienes tuvimos el enorme privilegio de conocerlo, de compartir y trabajar con él, y aprender de Marcel, como se hiciera llamar los últimos 20 años de su vida el hombre que antes fue siempre el ‘Dr. Roche’, lo tendremos presente en la memoria como el amigo extraordinariamente culto, sencillo, bondadoso y alegre que fue en vida. Como aquel que siempre ayudó a los jóvenes científicos, y los dejó crecer.

Además de una sólida educación en Francia y estudios de Medicina en los Estados Unidos, Marcel tuvo una temprana e impresionante formación enciclopédica. Versado en arte, disfrutó toda su vida de lo bello y practicó sin mezquindad el mecenazgo. Escritor de pluma ágil y amena, fue un lector de inmensa avidez, desarrolló un profundo conocimiento de la literatura, y su prodigiosa memoria le permitía recitar poemas completos y cantar canciones medievales, así como las traviesas canciones estudiantiles de su juventud. Apasionado de la música académica de todos los estilos, gozó y practicó con entusiasmo la música de cámara y la dirección coral.

Marcel irradiaba a sus interlocutores, junto a su vasta cultura, una profunda visión y convicción humanista, y una firme creencia en el hombre, las mismas que lo llevaron a activar en movimientos antibelicistas como el Pugwash. Enarboló la excelencia como piedra fundamental para el progreso de la ciencia y la formación de las nuevas generaciones, en beneficio de los pueblos.

A su esposa Flor, colaboradora de toda la vida de Interciencia, a Beatriz Fair, Gerente Editorial fundadora de la revista, colaboradora y amiga, y a todos sus familiares y tantos amigos, lleguen nuestras palabras de amistad y cariño. Juntos lo recordaremos siempre y continuaremos su obra, tratando de hacer nuestra la frase con que tituló uno de sus volúmenes de ensayos: "Mi Compromiso con la Ciencia".

Miguel Laufer, Director, Interciencia

MARCEL ROCHE (1920-2003)

Marcel Roche, the man who inspired, promoted and was the Founder Editor of Interciencia, died at the age of 82. He was one of the most outstanding personalities of science in his country, Venezuela, and in all of Latin America.

Roche is recognized and will be remembered among the most important men of Venezuelan science in the 20th century, for his fundamental contributions to the study of endemic goiter and its eradication, to the knowledge of the etiopathogenesis of ancylostomiasis, and to the consolidation of the field of history and sociology of science.

He is recognized and will be remembered as a pillar of the organization and management of his country’s science and technology, for his role in what became the refuge of the persecuted Venezuelan science in the 50’s, during Pérez Jiménez dictatorship, and for his participation in structuring and conducting the beginnings of the Venezuelan Institute for Scientific Research (IVIC) and the National Council for Scientific and Technological Research (CONICIT), of which he was Founding Director and President. There he established landmarks such as full dedication to research, internal democracy and peer classification. He emphasized quality above all and held the banner of basic science as a form of culture and ground for training of scientists and technologists.

He is recognized and will be remembered as someone who gave impulse to scientific cooperation in the Americas, for his active participation in cooperative programs of the Organization of American States (OAS) and the United Nations University, as well as for the establishment and conduction of the Interciencia Association, conceived to foster the union of the scientific communities of all American countries.

Interciencia, his journal, owes its existence to this enthusiastic and tenacious dedication to the diffusion of science and thought, and to the communication and cooperation among men of science, convinced that the region, and its languages, require of a platform of the highest possible level, handled according to the parameters of excellence employed by scientific journals in the most advanced countries.

Those of us who had the enormous privilege of knowing him, of sharing and working with him, and of learning from Marcel, as the former ‘Dr. Roche’ liked to be called the last 20 years of his life, will keep him present in our memories as the extraordinarily cultured, candid, kind and joyful friend he was in life. As the man who always helped young scientists, and let them grow.

In addition to a solid education in France and medical studies in the United States, Marcel had an early and impressive encyclopedic breeding. Versed in art, he enjoyed beauty all his life and patronized art with generosity. As a writer he was clever and pleasant. He was an eager reader, developed a profound knowledge of literature and his prodigious memory permitted him to recite complete poems and sing medieval songs, as well as the sprightly student songs from his youth. He had a passion for academic music of all styles, enjoyed and practiced chamber music and choral conduction with enthusiasm.

Marcel irradiated his interlocutors, besides his vast culture, a profound humanistic vision and conviction, and a firm belief in man, the same that led him to be active in antiwar movements such as the Pugwash. He held the flag of excellence as the fundamental stone for the progress of science and for the training of future generations, in the benefit of peoples.

To his wife Flor, lifelong collaborator of Interciencia, to Beatriz Fair, founding Editorial Manager of the journal, collaborator and friend, and to all his relatives and many friends, we send our word of friendship and love. Together we shall always remember him and continue his work, to make our own the phrase that he used as the title of one of his volumes of essays: "My Commitment to Science".

Miguel Laufer, Editor, Interciencia

MARCEL ROCHE (1920-2003)

Marcel Roche, inspirador; promotor e Diretor Fundador de Interciência, faleceu aos 82 anos de idade. Foi uma das mais relevantes personalidades do mundo da ciência no seu país, Venezuela, e em toda Latino América.

Roche é reconhecido e será recordado como um entre os mais importantes homens de ciência venezuelanos do século XX por suas contribuições fundamentais ao estudo do bócio endêmico e sua erradicação, ao conhecimento da etiopatogenia da necatoriásis, e à consolidação do campo da história e sociologia da ciência.

É reconhecido e será recordado como pilar fundamental da organização e gestão da ciência e a tecnologia no seu país, por seu papel no que foi o refúgio da ciência venezuelana perseguida durante a ditadura Perez-Jimenista dos anos 50, e por sua participação na estruturação e condução inicial do Instituto Venezuelano de Investigações Científicas (IVIC) e do Conselho Nacional de Investigações Científicas e Tecnológicas (CONICIT), dos quais foi Diretor e Presidente Fundador. Ali estabeleceu padrões tais como a dedicação exclusiva à investigação, a democracia interna e a classificação por pares, enfatizou a qualidade acima de todo e esgrimiu o estandarte da ciência básica como forma de cultura e base para a formação de científicos e tecnólogos.

É reconhecido e será recordado como um dos impulsores da cooperação científica nas Américas, por sua participação ativa nos programas de cooperação da Organização de Estados Americanos (OEA) e a Universidade das Nações Unidas, assim como pelo estabelecimento e condução da Associação Interciência, concebida para propiciar a união das comunidades científicas de toda a América.

Interciência, sua revista, deve sua existência a sua entusiasta e tenaz dedicação à difusão da ciência e o pensamento, e à comunicação e cooperação entre os homens de ciência, convencido de que a região e suas línguas requerem de uma plataforma do mais alto nível possível, dirigida segundo os parâmetros de excelência utilizados pelas publicações científicas nos países mais avançados.

Quem teve o enorme privilégio de conhecer-lhe, de compartilhar e trabalhar com ele e aprender de Marcel; como se fizera chamar nos últimos 20 anos da sua vida o homem que antes foi sempre o "Dr Roche", o terá presente na memória como o amigo extraordinariamente culto, simples, bondoso e alegre que foi em vida. Como aquele que sempre ajudou aos jovens cientistas, e os deixou crescer.

Além de uma sólida educação na França e estudos de Medicina nos Estados Unidos, Marcel teve uma antecipada e impressionante formação enciclopédica. Versado em arte, desfrutou toda sua vida do belo e praticou, sem egoísmo, o mecenato. Escritor de pluma ágil e amena, foi um leitor de imensa avidez, desenvolveu um profundo conhecimento da literatura, e sua prodigiosa memória lhe permitia recitar poemas completos e cantar canções medievais, assim como as travessas canções estudantis da sua juventude. Apaixonado da música acadêmica de todos os estilos; gozou e praticou com entusiasmo a música de câmara e a direção coral.

Marcel irradiava aos seus interlocutores, junto a sua vasta cultura, uma profunda visão e convicção humanista, e uma firme crença no homem, as mesmas que o levaram a se ativar em movimentos anti belicistas como o Pugwash. Exaltou a excelência como pedra fundamental para o progresso da ciência e a formação das novas gerações, em benefício dos povos.

A sua esposa Flor, colaboradora de toda a vida de Interciência, a Beatriz Fair, Gerente Editorial fundadora da revista, colaboradora e amiga, e a todos seus familiares e tantos amigos, recebam nossas palavras de amizade e carinho. Juntos o recordaremos sempre e continuaremos sua obra, tentando fazer nossa a frase com a qual titulou um de seus volumes de ensaios: "Meu Compromisso com a Ciência".

Miguel Laufer, Diretor, Interciência