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versión impresa ISSN 0378-1844

INCI v.28 n.5 Caracas mayo 2003

 

EMIGRACIÓN INTELECTUAL EN VENEZUELA: EL CASO DE LA CIENCIA Y LA TECNOLOGÍA

Iván de la Vega

Iván de la Vega. Sociólogo, Universidad Central de Venezuela. Magister en Política y Gestión de la Innovación Tecnológica, Centro de Estudios del Desarrollo (CENDES-UCV). Candidato a Doctor, Instituto Venezolano de Investigaciones Científicas (IVIC). Dirección: Departamento Estudio de la Ciencia, IVIC, Apartado 21827, Caracas 1020A, Venezuela. e-mail: ivanvega@cantv.net

Resumen

En el presente trabajo se analiza la emigración de científicos y tecnólogos venezolanos a raíz del deterioro progresivo del país en los ámbitos socioeconómico y político y las implicaciones que ello conlleva para la competitividad del país en el futuro. Se explican las condiciones particulares de Venezuela como país receptor de inmigrantes durante parte del siglo XX y se examinan los factores más relevantes que inciden en el posterior proceso de emigración de parte de ese capital humano. Se exponen datos sobre el comportamiento de los EUA como país receptor de estudiantes, científicos y tecnólogos, así como del número de profesionales venezolanos vinculados a la ciencia y la tecnología que se encuentran trabajando en esa nación. Se cruzan la base de datos del Programa de Becas del FONACIT con la de científicos y tecnólogos venezolanos radicados en el exterior que elaboró la Fundación Polar con la finalidad de conocer cuantos exbecarios se han radicado fuera del país. Se concluye con una discusión sobre algunas de las alternativas para enfrentar este fenómeno en Venezuela.

Summary

The emigration of Venezuelan scientists and technologists stemming from the progressive decay of the country in the socioeconomic and political aspects, and the implications of this situation on the future competitiveness of the country are analyzed. The particular conditions of Venezuela as an immigrant receptor country during part of the 20th century are explained, and the most relevant factors affecting the subsequent emigration process as part of that human capital are examined. Data is shown about the behavior of the US as a receptor country for students, scientists and technologists, and about the number of Venezuelan professionals working in that nation. The data bases of the Scholarship Program of FONACIT is crossed with that of Venezuelan scientists and technologists residing abroad elaborated by the Polar Foundation, in order to find the number of former scholarship holders that settled out of the country. A concluding discussion presents some of the alternatives to face this phenomenon in Venezuela.

Resumo

No presente trabalho analisa-se a emigração de cientistas e tecnólogos venezuelanos a raiz do deterioro progressivo do país nos âmbitos sócio econômico e político e as implicações a que isto leva para a competitividade do país no futuro. Explicam-se as condições particulares da Venezuela como país receptor de imigrantes durante parte do século XX e examinam-se os fatores mais relevantes que incidem no posterior processo de emigração de parte desse capital humano. Expõem-se dados sobre o comportamento dos EUA como país receptor de estudantes, cientistas e tecnólogos, assim como do número de profissionais venezuelanos vinculados à ciência e a tecnologia que se encontram trabalhando nessa nação. Cruzam-se a base de dados do Programa de Bolsas do FONACIT com a dos cientistas e tecnólogos venezuelanos radicados no exterior que elaborou a Fundação Polar com a finalidade de conhecer quantos ex-bolsistas se tem radicado fora do país. Conclui-se com uma discussão sobre algumas das alternativas para enfrentar este fenômeno na Venezuela.

PALABRAS CLAVES / Emigración Intelectual / Científicos y Tecnólogos / Venezuela / Información /

Recibido: 27/05/2002. Modificado: 07/05/2003. Aceptado: 09/05/2003

Através de la historia siempre ha habido migraciones, fenómeno abordado desde múltiples perspectivas en la literatura. El presente trabajo explora la movilidad posterior a la segunda guerra mundial y a su relación con la migración de profesionales de alta calificación que se ha generado de la periferia al centro en las últimas 5 décadas, centrado en el proceso que se ha desarrollado en Venezuela desde la doble perspectiva de la inmigración y la emigración, teniendo como referencia a los científicos y tecnólogos.

La falta de datos cuantitativos para representar a los grupos que se movilizan tanto dentro de un mismo territorio como hacia otros países es una limitante al abordaje del tema de las migraciones. Esto es más evidente en las regiones periféricas como América Latina. Se trata de un problema complejo, donde es difícil llegar a consensos teóricos que expliquen el fenómeno, y en el caso particular de los científicos y tecnólogos la situación se agrava al intentar medir los flujos migratorios ya que estos profesionales se movilizan por el mundo para cumplir con sus asignaciones laborales o de aprendizaje. La mayor dificultad se presenta a la hora de establecer cuándo el investigador se ha radicado definitivamente fuera de su país o cuándo lo hace por un tiempo prolongado pero con intenciones de retornar. En este sentido, la movilidad se puede entender como un viaje corto, tipo pasantía, para asistir a una reunión o evento científico; incluso, según algunos autores, puede considerarse como movilidad una estadía que tenga una duración que llegue hasta los 3 años, en la que el investigador puede realizar su postdoctorado y trabajar por un tiempo en su línea de estudio (Lema, 2000; Vessuri, 2000). A partir de cierto lapso se puede hablar de migración definitiva, pero aún no queda suficientemente claro este asunto. Otro elemento que influye negativamente en la recolección de los datos es que en la mayoría de los países la poca información que se maneja sobre el tema proviene de fuentes no diseñadas para ello, sino de formatos administrativos que buscan establecer otro tipo de información.

Esta investigación se centra en los estudiantes y profesionales venezolanos con estudios de maestría, doctorado y postdoctorado dedicados a la investigación científica y tecnológica debido a que a) es la comunidad que nos interesa estudiar y de la cual se pueden obtener datos que permiten dar una aproximación al fenómeno de la emigración, y b) este grupo es particularmente sensible a emigrar dadas las precarias condiciones que actualmente presenta Venezuela en los ámbitos socioeconómico, político y cultural, y a cómo esta situación condiciona el avance del país en materia científico-tecnológica. El hecho de contar con un nivel de calificación alto puede facilitar la inserción con mayor éxito en otras sociedades, debido a que existen políticas para ello en los países centrales, principalmente en los Estados Unidos de América (EUA). Estos profesionales, en su mayoría, han realizado estudios fuera del país, han participado en congresos y eventos en sus áreas de conocimiento, y gran parte de ellos ha publicado. Esto de alguna manera los hace "visibles" y por ende "captables", bien sea por buscadores de talento o por una relación directa con sus homólogos.

Por emigración de científicos y tecnólogos entendemos aquella que implica el traslado y asentamiento de este tipo de personal en un lugar de residencia distinto al de origen, desde el cual la persona desarrolla relaciones en los ámbitos socioeconómicos, culturales y cognitivos, entrando en un proceso de ajuste que le permite integrarse paulatinamente a la sociedad que lo recibe (De la Vega, 1996).

Venezuela como País Receptor de Inmigrantes (1950-1980)

Venezuela tuvo un crecimiento económico lento y sostenido a partir de los años 30 debido a las múltiples potencialidades que ofrecía y al tamaño relativamente reducido de su población. Esto lo convirtió en un receptor neto de inmigrantes (Valecillos, 1993). A partir de los 50 en el país se dieron circunstancias particulares en su proceso socioeconómico y político que potenciaron su desarrollo y lo colocaron como uno de los polos de atracción para la región y otras zonas del mundo. Si a ello se le incorpora el ingreso sostenido e incremental que ha tenido el país en los últimos 50 años en términos de explotación de sus recursos naturales y las potencialidades existentes, se puede comprender entonces porqué Venezuela atrajo a inmigrantes de distintas nacionalidades en oleadas bien definidas. Si bien en la primera parte del siglo XX llegaron al país algunos connotados científicos, es en la década de los 50 cuando arribaron contingentes importantes de extranjeros con distintas calificaciones provenientes en su mayoría del sur de Europa. Otra gran oleada tuvo lugar en los 70, esta vez procedente en mayor proporción de Centro y Sur América. Ambas han dejado un legado importante a la sociedad venezolana contemporánea en múltiples ámbitos.

Entre 1960 y principios de los 80 Venezuela contaba con las señaladas características de un país receptor y se puede establecer incluso que presentaba polos de modernización interesantes para profesionales de alto nivel y técnicos de otros países. Por ejemplo, la nacionalización del petróleo, el auge notable de la industria extractiva (hierro, oro, bauxita, etc.), el desarrollo de las industrias básicas, la creación de universidades nacionales, institutos tecnológicos, politécnicos y pedagógicos, son algunos elementos que crearon en su momento grandes expectativas.

Estas condiciones "excepcionales" del país favorecieron una inmigración importante de profesionales y técnicos, y la nación se benefició y se fortaleció en muchos aspectos a la par que ellos desarrollaron en parte sus proyectos de vida profesional. Esta doble ganancia apuntaló a la comunidad científica nacional particularmente en la década de los 70 (Vessuri, 1983). En ese período Venezuela practicó políticas dirigidas a reclutar profesionales y trabajadores especializados de otros países dada la situación de bonanza económica que permitió equiparar, o incluso mejorar, las retribuciones salariales del personal requerido, que igualaban o superaban en muchos casos a las de las naciones centrales. En los censos de 1970 y 1980 la población de individuos de otros países se triplicó en Venezuela (Pellegrino, 2001). Este fenómeno inmigratorio se vio favorecido por los problemas de orden socioeconómico y político que ocurrieron en algunos países de la región, afectados por persecuciones políticas, desempleo, inflación, bajos salarios y pocas expectativas de crecimiento.

La Crisis: De Receptor a Expulsor de Talentos

El año 1983 marcó un momento importante en la historia de Venezuela, no sólo porque se comenzaron a vivir dificultades económicas tan concretas como devaluación de la moneda, acrecentamiento de la deuda externa, caída del precio del barril de petróleo y una inflación sin precedentes en el país, sino también porque comenzó la preocupación por nuevos problemas, entre ellos, la fuga de talentos (Piñango, 1991).

La década de los 80 se puede ver como el punto de inflexión que indicó un nuevo rumbo para Venezuela y señaló el principio de una regresión en todos los ámbitos de la sociedad que deterioró progresivamente el nivel y la calidad de vida de la población, pero que además marcó el tránsito de un país receptor de inmigrantes a uno donde se inició la emigración, incluso en el ámbito de la ciencia y la tecnología (Roche y Freites, 1992).

El problema presentaba una multiplicidad de factores que al combinarse demarcaron una situación delicada para el país. Las expectativas de crecimiento de la sociedad venezolana en los 70 y principios de los 80 fueron desmesuradas; la economía artificial que se generó con los incrementos sucesivos del precio del petróleo, que pasó de US$ 3,71 por barril en 1973 a casi US$ 30 en 1981 elevó la renta del Estado y generó una situación de bonanza que produjo falsas expectativas de desarrollo (Baptista, 1997). El nuevo contexto resultante favoreció el retorno de un grupo importante de inmigrantes a sus países de origen a mediados de los 80, proceso que ha continuado hasta la actualidad e incluye a venezolanos que buscan mejores condiciones de vida.

Algunos elementos que permiten explicar ese desplazamiento son la ausencia de políticas coherentes a mediano y largo plazo, la inflación (desconocida hasta ese momento) y la progresiva devaluación de la moneda. El proceso de descomposición de una economía caracterizada por la incapacidad de aplicar una política dirigida a romper con la dependencia del petróleo se ha agudizado sistemáticamente, generando altos índices de desempleo, deterioro progresivo de los servicios públicos y corrupción en todos los niveles. Esto se aprecia al revisar algunos indicadores. Según cifras de una encuesta realizada en agosto 2002 (DATANALISIS, 2002) los venezolanos que viven en situación de pobreza moderada o extrema son del orden del 82%; los estratos E y D que representan el 43 y 39% de la población, respectivamente, son los más afectados en sus hábitos de consumo, llegando incluso a suprimir una de las comidas diarias y restringir la dieta a cinco productos básicos: arroz, harina de maíz, margarina, pollo y eventualmente queso rallado. Según otra encuesta de julio 2002 (INE, 2002) el nivel de informalidad en el país alcanzó el 51,3% y la tasa de desempleo se ubicó en 16,4%, a pesar de que el gobierno decretó la inamovilidad laboral 3 meses antes. Según los indicadores del Banco Central de Venezuela el aumento de impuestos, la escalada del dólar y el ajuste de tarifas en los servicios se traducen en que la inflación acumulada del año se sitúe en 25%, a lo que se agrega la devaluación de la moneda nacional, casi del 100% en los primeros 8 meses del año (BCV, 2002a). Todo ello ha profundizado los niveles de delincuencia y de deserción estudiantil; es decir, la pobreza ha llegado a niveles nunca vistos en el país, generando un panorama sombrío que tiende a agudizarse por los enfrentamientos políticos. Según cifras de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe, las reservas internacionales de Venezuela disminuyeron durante el primer trimestre de 2002, período en el que descendieron a 15000 millones de dólares en comparación con 19000 millones a finales de 2001 (CEPAL, 2002).

En esta nueva dimensión, una de las consecuencias inmediatas del proceso socio-histórico de los últimos 20 años es la inusual emigración de venezolanos al exterior, específicamente de profesionales que no encontraron espacios de desempeño adecuado dentro de las fronteras del país al deteriorarse el mercado laboral nacional. Recientemente, los despidos masivos ocurridos en la empresa petrolera estatal y su filial dedicada a investigación y desarrollo son ejemplos de la magnitud del asunto. Es evidente que existe un problema de orden estructural que debe ser corregido y que además tiene múltiples aristas, por lo que la aplicación de políticas en este contexto no son suficientes para tener el impacto que de ellas se pudiera esperar en otras circunstancias, debido a la situación de incertidumbre que se vive en el país.

¿Cómo Afectó la Situación Socioeconómica y Política al Mercado Laboral Científico-Tecnológico?

Los enfoques que orientaron el desarrollo de la C y T en Venezuela durante las décadas de los 60 y 70 se basaban fundamentalmente en el fomento y el fortalecimiento de la investigación, sobre la base de una comunidad científica incipiente que tenía como política fundamental ampliar la gama de investigadores en cualquier área del conocimiento. La débil interlocución entre los sectores empresarial y científico en esa época obedeció a la inmadurez de ambas partes en esta materia, lo que menoscabó la capacidad de interacción. Con la aparición de los problemas socioeconómicos y políticos antes mencionados, se hizo evidente la necesidad de replantear las políticas hacia una perspectiva integradora de las diferentes áreas de acción con el propósito de incorporar el componente científico-tecnológico a la dinámica global de la sociedad. Pero la realidad fue que la crisis económica del país impactó negativamente en el ámbito de la C y T, lo que se manifestó en la reducción de los recursos financieros que hasta el año 1983 venían creciendo sostenidamente (SIBIC, 1998). Aunque la crisis económica del país afloró en el año 1983, la agudización de la misma se apreció con mayor fuerza a raíz del estallido social de febrero de 1989. En la Tabla I se resumen algunos de los factores que han convergido en los últimos 12 años para que algunos investigadores pensaran en emigrar del país o desplazarse a otros sectores laborales, y que forman parte del complejo fenómeno sociopolítico, psicosocial, de valores y cultural ocurrido en el país.

TABLA I

FACTORES QUE INCIDEN EN LA EMIGRACION DE CIENTIFICOS Y TECNOLOGOS

Fuentes: *RIC y T (2001). ** www.ac.uk-td-408; *** IVIC (2002)

Pese a que los científicos y tecnólogos eran adecuadamente remunerados antes de la crisis que estalló en 1983, es evidente que el problema tiene sus antecedentes en décadas anteriores, lo que remite necesariamente a no soslayar procesos de deterioro y malestar que se venían gestando progresivamente, abarcando problemas socio-económicos y fallas con relación al desarrollo sustentable del país.

El hecho de mantener, retener o captar científicos y tecnólogos debe ser contextualizado en sus diferentes dimensiones y no correlacionarlo excesivamente con la remuneración, y sí, de alguna manera, con la incertidumbre que se fue apoderando del país.

Algunos indicadores que se relacionan directa o indirectamente con la emigración de científicos y tecnólogos venezolanos son:

- Organismos multilaterales como la UNESCO y la OCDE han estimado desde hace varias décadas que los países en vías de desarrollo deben tener como mínimo 1 investigador por cada 1000 habitantes para avanzar en materia de C y T. Según este argumento, Venezuela debería tener cerca de 24000 investigadores en todas las áreas del conocimiento. La estimación del Ministerio de Ciencia y Tecnología (MCT) indicó que para el 2001 había 4680 científicos y tecnólogos en el país, 20% de lo requerido. Los Estados Unidos cuentan con más del 23% de los investigadores del mundo, la Unión Europea con más del 15%, Japón con más del 14% y América Latina con menos del 4% (UNESCO, 1999; RICyT, 2001).

- Hay un retroceso importante en la captación de estudiantes que se dediquen a la investigación por falta de incentivos mínimos para hacer atractiva esta carrera. Un ejemplo de ello es que un profesor titular universitario a dedicación exclusiva ganaba en 1982 cerca de US$ 3100 mensuales. (UCV, 1984). En 1995 el mismo profesor titular llegó a ganar escasamente US$ 800. En el 2002 mejoraron las condiciones en términos relativos, pero no en términos reales debido a la devaluación del bolívar, cercana a un 100%.

- En la década de los 90 se inició el proceso de jubilación de un contingente importante de investigadores formados en las décadas de 1960 y 1970 (Vessuri, 1995). La estadística del CONICIT en cuanto al número de becas aprobadas en los últimos años para contar con una generación de relevo adecuada y creciente no es alentadora (SIBIC, 1998). La perspectiva para los próximos años puede agudizarse si no se corrige esta tendencia, que está sujeta a las condiciones generales que presente el país.

- El traslado de profesionales de la investigación de C y T hacia el sector productivo para ejercer cargos distintos a la investigación, sin dejar en muchos casos el relevo en esta actividad, se considera como una pérdida, aunque se podría apreciar como una oportunidad si se realizara adecuadamente.

- La "alienación" del personal dedicado a la investigación debido a las condiciones laborales que se presentan en materia de C y T. Ejemplo es el salario de los investigadores del Instituto Venezolano de Investigaciones Científicas (IVIC), el más importante de Venezuela, que es inferior al de los profesores universitarios, siendo éste ya de por sí poco atractivo. Adicionalmente, el recorte presupuestario de este instituto y de las universidades nacionales para 2002 y 2003 afecta el funcionamiento de los laboratorios con consecuencias directas sobre la productividad de los científicos.

- El agotamiento del modelo de industrialización por sustitución de importaciones en Venezuela, que fue exitoso en su momento, pero ha generado resistencia y rigidez para que los actores nacionales se adapten a las nuevas formas organizativas abiertas y en red, necesarias para enfrentar los cambios profundos que se están dando en el mundo (Pérez, 2000).

Bajo el signo de un país que pasó de ser un receptor de inmigrantes a uno que presenta las condiciones antes mencionadas, era previsible que se diera un proceso emigratorio como el actual.

Las informaciones y cifras mencionadas son todavía incompletas para establecer el panorama de la realidad venezolana en lo referente a las causas colaterales que inciden en la emigración de los científicos y tecnólogos venezolanos, pero se puede señalar que existe una situación que debe ser atendida con políticas de Estado bien diseñadas para el mediano y largo plazo que contrarresten la coyuntura actual del país. Una de ellas puede ser apostar por invertir más en C y T de forma sostenida.

En contrapartida, los países centrales ven como una verdadera industria el hecho de captar el capital intelectual que necesitan y esto lo realizan con programas educativos y con el entrenamiento de estudiantes extranjeros. Esta "industria" de importación ha tenido un rápido crecimiento en los Estados Unidos de América (EUA).

Por otra parte, de los becarios financiados por instituciones venezolanas para formarse en el extranjero, 66% han ido a los EUA, 8% a Inglaterra y 7% a Francia (Valecillos, 1993; SIBIC 1998), lo que ratifica el funcionamiento de las políticas de captación de estudiantes por parte de los países centrales, principalmente los EUA. Esto se podría interpretar como la primera fase del proceso de captación del talento que necesitan incorporar en algunas áreas del conocimiento. Según Toffler (1994) "Uno de los grandes secretos del Silicon Valley consiste en la captación de capital humano del Tercer mundo... Las estrategias del futuro pueden muy bien concebir complejas políticas de largo plazo para absorber a los cerebros más capacitados de ciertos países y trasladarlos al propio. Alternativamente, dispondrán cada vez más de planes para disuadir o prohibir los desplazamientos de científicos e ingenieros importantes a países adversarios potenciales".

El proceso de emigración de científicos y tecnólogos venezolanos es la expresión de la ausencia de políticas claras para retenerlos y de la inexistencia de una cultura de C y T en Venezuela, en contraste con lo atractivo que significan las condiciones de estudio y trabajo que ofrecen los países centrales.

Políticas Aplicadas para Contener la Emigración de Científicos y Tecnólogos

En algunos países de América Latina se han puesto en marcha programas dirigidos a la repatriación de profesionales altamente calificados, pero su éxito ha sido limitado debido a varios factores entre los que destacan la deficiente base de información utilizada en los diagnósticos de esta problemática en cada país, que en la mayoría de los casos ha sido parcial por la dificultad para cuantificarla; el no sopesar adecuadamente las condiciones socioeconómicas y políticas que impiden, neutralizan o inhiben el retorno de este tipo de profesionales; y la limitada capacidad de absorción laboral mínima requerida en el ámbito científico-tecnológico. Algunos ejemplos de la aplicación de estas políticas son los programas de repatriación aplicados en las décadas de los 70, 80 y 90 en Colombia, Argentina, Chile, Uruguay, Ecuador, Perú, Bolivia y Venezuela, sin lograr un retorno significativo de profesionales (Pellegrino, 2001).

Al analizar las políticas de naciones como Venezuela se observa que en la mayoría de los países que iniciaron tardíamente su proceso de industrialización, las acciones han sido erráticas, descoordinadas y carentes de asertividad para alcanzar los objetivos propuestos. Como consecuencia de ello la C y T exhibe un atraso comparativo en su desarrollo, aunado en los últimos años a un creciente deterioro cuantitativo y cualitativo de su base fundamental, los recursos humanos y las instituciones directamente encargadas de realizar estas actividades, medidos por cualquier indicador convencional (Pirela, 1995). Esto indica una relación estrecha entre el nivel de desarrollo de los países y el fracaso de las políticas en términos generales, incluyendo las de C y T y, lógicamente, las de repatriación del personal calificado.

La emigración de científicos y tecnólogos en Venezuela es reciente en comparación con otros países de la región. La fuga de talentos en el país comenzó a finales de los 80 (IESA, 1991) pero fue en 1992 cuando se detectó un cambio en la política del Estado para atenuar la posible emigración de investigadores, al modificarse la política de otorgamiento de becas para el exterior en el Programa de Becas del CONICIT y solicitarse de cada postulante un aval institucional en el que cada ente se hacía responsable de incorporarlo una vez culminados sus estudios. Este mecanismo obedeció a una solicitud expresa del Banco Interamericano de Desarrollo (BID) para firmar el primer convenio CONICIT-BID, dirigido a implantar el Programa Nuevas Tecnologías. Cabe recordar que el BID tiene experiencia en financiar este tipo de programas en otros países y por ello incluye este tipo de normativa, la cual fue extendida al Programa Regular de Becas del Consejo.

El Estado no ha comprendido ni se ha preocupado en conocer qué está sucediendo con los profesionales altamente calificados en el país, y la ausencia de políticas al respecto lo certifica. La única expresión concreta ha sido la puesta en marcha, en 1997, del Programa Pérez Bonalde por parte de FUNDAYACUCHO y el CONICIT, con el objetivo de traer a venezolanos connotados radicados en el exterior mediante agendas de trabajo por un lapso específico. En los dos primeros años de aplicación del programa se recibieron 15 solicitudes, aprobándose 12 de ellas (CONICIT, 1998). Sin embargo el programa no tuvo continuidad, por lo que no tuvo el impacto esperado. Uno de los inconvenientes que hubo fue el no tomar en cuenta que uno de los elementos que acompañan al diseño de políticas es la utilización de estrategias de difusión y divulgación para que los mensajes lleguen con claridad a los públicos a los cuales va dirigida, problema que no es exclusivo de este programa. Otro elemento clave es no disponer de información organizada sobre los investigadores, becarios y proyectos, entre otros, para establecer los patrones migratorios del personal. Esto parece trivial pero finalmente se convierte en "piedra de tranca" para realizar adecuadamente los análisis correspondientes a casos, instituciones, regiones, o el país.

Las Estadísticas: El Caso de Estados Unidos como País Receptor

La discusión sobre las migraciones científicas en el mundo de hoy se realiza en muchos casos según la perspectiva de quién analiza el asunto. En los países centrales el acento se coloca en las políticas de captación de potenciales investigadores a través de la incorporación de un número cada vez mayor de estudiantes, y ofrecer facilidades para realizar investigación; en el caso de los países periféricos el énfasis se sitúa en no perder al talento altamente calificado, pero siempre queda un vacío de información que permita contar con proyecciones cercanas de los flujos migratorios reales. De acuerdo con Vessuri (1998) "Para la caracterización del fenómeno no basta con considerar las cantidades de emigrantes, ni tampoco con analizar cuánto tiempo permanecen en sus nuevos países y si eventualmente regresan. Debe considerarse el contenido y calidad de su formación, la edad y experiencia de los emigrantes, sus características familiares, los motivos por los cuales se trasladan, las características del sistema nacional de investigación científica, el patrón de industrialización, las políticas de fomento del Estado, las relaciones internacionales, etc. Deben tomarse en cuenta tendencias cambiantes en el tiempo a medida que varían las condiciones del país de origen y de los países de destino. Y junto con los datos de emigrantes, deben recogerse datos sobre inmigrantes que recibe un mismo país".

La Figura 1 muestra el comportamiento del número de estudiantes extranjeros matriculados en los EUA en las carreras de ciencias e ingeniería en los últimos 18 años. La Tabla II expone la distribución porcentual de estudiantes extranjeros con relación a los nacidos en ese país por área del conocimiento, donde ingeniería, matemáticas, computación y ciencias naturales representan un alto porcentaje en la selección carreras. Estas cifras indican que los postgrados que se dictan en EUA son atractivos para investigadores extranjeros.

En la Tabla III se aprecia la distribución total de científicos e ingenieros dedicados a la I+D en los EUA. Resalta que, en el nivel de doctorado, el 29% de estos investigadores son extranjeros. Ese país se nutre de un número significativo de inmigrantes altamente calificados.

La distribución de investigadores en los sectores académico, industrial y en laboratorios del gobierno de los EUA, y el porcentaje de ellos que han nacido en otros países, se muestran en la Tabla IV. Se aprecia que el número de foráneos es significativo, incluso los que trabajan para el gobierno.

Estas cifras permiten comprender la lógica de funcionamiento en ese país. Es una nación en permanente expansión y necesita de personal calificado. Coloca el énfasis en la I+D y se nutre del capital humano que precisa a través de varias estrategias. Quizá la más importante es a través de su sistema educativo, que les permite captar a personas nacidas en otras naciones cuando han agotado sus canteras o cuando el individuo es considerado talentoso.

Estadísticas sobre Científicos y Tecnólogos Venezolanos que Trabajan en los EUA

Las Figuras 2, 3 y 4 muestran el número de profesionales venezolanos vinculados a la C y T que se encontraban en los EUA en la década del 90. Debe aclararse que en ese país nadie discute el tema sobre quién realiza actividades de investigación, lo que los diferencia de Venezuela y otros países de la región donde todavía se debate quién tiene o no categoría de científico. La información indica la magnitud del fenómeno y las implicaciones que ello conlleva para el país. En la Figura 2 se aprecia que cerca de 9000 venezolanos trabajan en esa nación en diferentes condiciones, más de la mitad cuentan con la nacionalidad norteamericana y cerca de 3000 tienen visa permanente, lo que revela que casi en su totalidad se encuentran radicadas en EUA. Esta cifra duplica al número de científicos que trabajan en Venezuela, pero es necesario considerar los criterios utilizados en cada país para determinar claramente quién realiza actividad de investigación y quién hace otro tipo de trabajos igualmente importantes en este ámbito pero en otros cargos.

En la Figura 3 se aprecia que más de 800 de los venezolanos considerados tienen título de Doctorado y cerca de 2000 cuentan con títulos de Maestría, lo que supera al total de investigadores venezolanos que se encuentran acreditados en el Sistema Promoción del Investigador (SPI), que para el 2001 contaba con 2084 investigadores activos y con similares grados académicos (SPI, 2001).

Un elemento a destacar es que la mayor parte de ese grupo de profesionales trabaja para la industria y los negocios (Figura 4). Esto refleja las diferencias entre el tipo de investigación que se hace en ambos países; la venezolana con un corte mas academicista y con mayor financiamiento del Estado y la norteamericana más vinculada a la industria y la innovación, con fondos provenientes en su mayoría de los entes privados.

Emigración de Científicos y Tecnólogos Venezolanos

En esta sección se intenta mostrar el esfuerzo que ha realizado el Estado venezolano en la segunda mitad del siglo XX para que el país cuente con personal altamente calificado, y el problema que significa que desde hace algunos años se esté presentando una emigración de este tipo de personal hacia los países desarrollados, principalmente hacia los EUA. Se evaluó el Programa de Becas del FONACIT con el fin de conocer cuántos ex-becarios y becarios en proceso de estudio han emigrado. Aún cuando este análisis se centra en ese Programa de Becas, se pretende dar una panorámica del funcionamiento de otros programas dirigidos a formar capital humano de alto nivel. Los más importantes, por otorgar mayor número de becas, son los del FONACIT y FUNDAYACUCHO. La Tabla V muestra la evolución de ambos programas y las políticas implícitas que se reflejan en los datos. Es de destacar que más de un 60% de las becas han sido concedidas para estudios en el exterior.

FONACIT otorga becas desde 1970 y su "objetivo fundamental era el aumento de la cantidad y la calidad de los investigadores en los campos de la ciencia y la tecnología" (CONICIT, 1965). FUNDAYACUCHO otorga becas desde 1975 "...con destino a los egresados de los institutos de Educación Secundaria, Técnica Especial y Universitaria, provenientes de las clases medias y trabajadoras de escasos recursos, para su capacitación en las disciplinas técnicas y científicas en centros de educación nacional y del extranjero" (Ruiz Calderón, 1997). A partir de 1977 se introdujo en esa institución la modalidad de crédito educativo. FUNDAYACUCHO otorga financiamiento en todas las áreas del conocimiento incluyendo arte, cultura y deporte para pregrado y postgrado. La Tabla V sólo incluye las becas de postgrado por el interés de este trabajo, pero es importante señalar que esta fundación ha financiado a más de 60000 becarios.

Sumando los becarios de estas instituciones en 3 décadas se aprecia que el Estado venezolano ha realizado un esfuerzo significativo para contar con un contingente importante de personas altamente calificadas, más de 24000 beneficiarios, de los cuales el 61% se formó en el exterior. A esto se agrega las becas de postgrado otorgadas por otras instituciones nacionales como el IVIC (671 beneficiarios entre 1960 y 1975; Valecillos, 1993), el Consejo de Desarrollo Científico y Humanístico de la Universidad Central de Venezuela (1841 beneficiarios entre 1959 y 1989; Urbina, 1992), el Centro de Formación y Adiestramiento Petrolero y Petroquímico (600 beneficiarios entre 1974 y 1987; Malavé, 1991). Sin contar con la información de todas las universidades y otros Centros de I+D, se han otorgado más de 30000 becas y créditos educativos sólo en postgrado.

Para comprender mejor el destino final de los becarios de postgrado de esas instituciones venezolanas, se realizó un cruce de la base de datos de todos los becarios que financió el FONACIT en el período mencionado con la base de datos de investigadores de la Fundación Polar.

La Fundación Polar cuenta con 2 bases de datos. Una de ellas (Fundación Polar, 2002a) contiene información de 3236 investigadores que trabajan en el país, tiene como objetivo central ayudar en la selección de los candidatos al Premio Polar, y sólo considera a las ciencias básicas. La otra base de datos (Fundación Polar, 2002b) cuenta con 413 registros sobre científicos y tecnólogos venezolanos radicados en el exterior y es la única fuente que se ha mantenido activa en los últimos 5 años con ese tipo de información. Esta segunda base de datos presenta dificultades al no mantener un contacto periódico con los investigadores, por la ausencia de datos en algunos campos, y por incluir pocos registros.

Es necesario hacer algunas consideraciones metodológicas para entender las limitaciones de cruzar información de tales bases de datos. Los becarios de los últimos 8 años de la base de datos del FONACIT fueron excluidos, debido a que la Fundación Polar sólo contempla investigadores radicados fuera del país que no estén cursando estudios y que tengan 3 o más años en el exterior. Por ello el universo estudiado se restringió a 1114 becarios.

El listado de 413 investigadores radicados en el exterior sirve como punto de partida para analizar este fenómeno desde varias perspectivas. Esta situación puede ser calificada como una pérdida importante para la nación, o el asunto puede entenderse como una ampliación de fronteras, por el hecho de contar con investigadores en los mejores centros del mundo. En todo caso, el hecho de contar con estos datos empíricos permite contrastarlos con el Programa de Becas del FONACIT para conocer cuántos ex-becarios se han radicado fuera del país.

En la Tabla VI se indica el número de investigadores que laboran en Venezuela según el criterio de las instituciones que allí se indican. Al dividir los 413 investigadores registrados en la base de datos de la Fundación Polar entre los datos de la Tabla VI, para determinar el porcentaje de los que se encuentran radicados en el exterior, se encuentra que sobre el SPI representa un 20%, sobre la Fundación Polar un 13% y sobre el MCT un 9%. Este porcentaje puede restarse o sumarse según el propósito del análisis y la base de datos o criterio que se utilice, pero indica que existe un contingente importante de investigadores en otras latitudes que pueden ser contactados para múltiples fines. Al determinar cuántos de los 413 investigadores en la base datos de la Fundación Polar habían sido becarios del FONACIT, tomando en cuenta el país de destino, las disciplinas y el nivel académico, se obtiene que 72 ex-becarios del FONACIT (9%) optaron por quedarse en otros países.

En la Tabla VII se aprecia la distribución en otros países de los investigadores venezolanos ex-becarios del FONACIT, por nivel académico y área del conocimiento. El comportamiento de los becarios y del resto de los venezolanos que se encuentran fuera es bastante similar a esta muestra, en cuanto a los países de preferencia. El 93% de ellos se encuentra en los EUA y Europa occidental, lo que es un indicador claro de la atracción que un reducido número de naciones ejerce.

Para finalizar cabe destacar la importancia que se da al manejo de la información para la toma de decisiones en los EUA, a diferencia de lo que sucede en Venezuela en esta materia. Los datos presentados, dirigidos a conocer los flujos migratorios de los científicos y tecnólogos venezolanos, provienen en buena parte de la National Science Foundation (NSF) de los EUA. En Venezuela, después de buscar en todas las instituciones gubernamentales que en teoría se debieron ocupar de este tema, fue necesario acudir a una base de datos que una fundación privada elabora para otros fines. Este ejercicio tenía como objetivo central contar con elementos que permitieran evaluar el funcionamiento de los programas de becas del Estado, desde la perspectiva del esfuerzo realizado para formar investigadores en C y T y medir la emigración de científicos y tecnólogos hacia otros países. Esto indica una ausencia de conocimiento por parte del gobierno nacional acerca de la magnitud del fenómeno y por ende no existe capacidad para aplicar los correctivos necesarios.

Conclusiones y Recomendaciones

Los países centrales tienen claramente establecidas sus políticas de captación de científicos y tecnólogos de países periféricos, en particular los EUA, que las ha aplicado para abastecerse tanto económica como intelectualmente. Este proceso de absorción continua ha mermado la capacidad de desarrollo de los países más atrasados y ha incidido en la profundización de las diferencias entre unos y otros.

La emigración de científicos y tecnólogos venezolanos, principalmente hacia los países desarrollados, comenzó lenta pero progresivamente a partir de 1983, se hizo más evidente después del estallido social de 1989 y se agudizó en la década de los 90. La ausencia de políticas preventivas por parte de los organismos competentes permite vislumbrar un panorama sombrío de cara al futuro inmediato si no se corrige esta tendencia.

La explicación de esta emigración tiene varias dimensiones y su tratamiento es complejo, dadas las condiciones generales de deterioro progresivo del país en los ámbitos socioeconómico, político y de carácter cultural que repercuten directamente en el ámbito científico-tecnológico.

Para corregir la propensión a la emigración de personal calificado el Estado venezolano, a través de sus instituciones, debe entender primero este fenómeno y conocer la magnitud del mismo, para poder actuar en consecuencia con estrategias, programas e instrumentos que tiendan a revertir este proceso.

Un factor que juega en contra de la implantación de cualquier política científica en Venezuela es la limitación actual del Estado y de la sociedad venezolana debido a la coyuntura existente. Esto hace que cualquier medida quede corta y tenga poco impacto. En consecuencia, hacemos algunas recomendaciones que apuntan a suministrar elementos para conocer el fenómeno de la emigración reciente de científicos y tecnólogos venezolanos y a establecer estrategias para cuantificarlo.

La primera recomendación va dirigida a que se aprovechen las iniciativas realizadas en Venezuela en los últimos años, orientadas a cuantificar la emigración de científicos y tecnólogos. El MCT debería coordinar y explotar la mayor cantidad de información posible para posteriormente normalizarla en una base de datos que pueda ser actualizada permanentemente.

Tal base de datos aportaría elementos para medir la movilidad internacional de los científicos y tecnólogos venezolanos. Adicionalmente se pueden realizar diagnósticos por áreas, edades, sexo, país de residencia, institución donde el emigrante labora y otras variables que permitan tener un mapa cercano a la realidad en esta materia. Se pueden aplicar estrategias tales como la creación de nodos por países donde exista una concentración importante de venezolanos, creación de redes temáticas virtuales, potenciación y reorientación de los programas de visitas al país. Al contar con la información en línea de estos científicos, la misma se podría utilizar de múltiples formas, como lo son ofertas de trabajo, requerir su capacidad a distancia, asesorías y consultorías.

La segunda recomendación va dirigida a resolver un problema fundamental de las instituciones del sistema de C y T venezolano, como lo es darle valor a la información administrativa que se produce en ellas y convertirla en una herramienta estratégica para la toma de decisiones eficientes. Esto permitiría orientar las políticas con mayor certeza, crearía mejores oportunidades de trabajo al tener el conocimiento de las posibilidades de oferta y demanda en las instituciones y se podrían realizar análisis con base en información organizada y actualizada. También ayudaría a planificar los presupuestos adecuados para C y T en el mediano y largo plazo, e incidir más eficazmente en la disminución de la emigración de científicos y tecnólogos.

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