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versión impresa ISSN 0378-1844

INCI v.29 n.3 Caracas mar. 2004

 

ESTIMACIÓN DE LA OFERTA DE AGUA SUPERFICIAL Y CONFLICTOS DE USO EN LA CUENCA ALTA DEL RÍO CHAMA, MÉRIDA, VENEZUELA

María Elena Naranjo y Roberto Duque

María Elena Naranjo. Bióloga, Universidad de los Andes (ULA), Venezuela. M.Sc. en Gestión de Recursos Naturales Renovables y Medio Ambiente, Centro Interamericano de Desarrollo e Investigación Ambiental y Territorial (CIDIAT-ULA). e-mail: mnaranjo@ula.ve

Roberto Duque. Ingeniero Agrónomo, Universidad Centrooccidental Lisandro Alvarado (UCLA), Venezuela. M.Sc. en Hidrología, CIDIAT-ULA. Profesor, CIDIAT-ULA. Dirección: CIDIAT, Parque "La Isla", Edificio CIDIAT, Mérida, Venezuela. e-mail: rduque@cidiat.ing.ula.ve

Resumen

En este trabajo se realiza una estimación de la cantidad de agua superficial y se analiza los conflictos de uso del recurso en la cuenca alta del río Chama, estado Mérida, Venezuela. En esta región se han identificado tres condiciones en la confrontación oferta-demanda de las unidades hidroeconómicas: superávit hídrico, déficit hídrico estacional y déficit hídrico permanente. Los conflictos de uso del agua ocurren con mayor severidad hacia las partes bajas de las microcuencas, bien sea porque la cantidad de agua producida no es suficiente para satisfacer las demandas actuales o porque la calidad de las aguas es deficiente. El uso de mayor impacto es el riego, ya que consume las mayores cantidades de agua y genera una afección grave a la calidad de las mismas.

Summary

In this work the superficial fresh water quantity is estimated and the conflictive uses of water resource at the upper Chama River Basin, Mérida State, Venezuela, are analyzed. In this region, three conditions in supply-demand confrontation of the hydroeconomic units are identified: hydric superavit, seasonal water deficit and permanent water deficit. The most severe usage conflicts occur towards the lowest parts of microwatersheds due to the fact that the water produced is not sufficient to satisfy the demand or to its deficient quality. The highest impact use is irrigation, since it consumes the greatest quantities of water and seriously affects its quality.

Resumo

Neste trabalho se realiza uma estimação da quantidade de água superficial e se analisa os conflitos de uso do recurso na bacia alta do rio Chama, estado Mérida, Venezuela. Nesta região se tem identificado três condições na confrontação oferta-procura das unidades hidro-econômicas: superávit hídrico, déficit hídrico estacional e déficit hídrico permanente. Os conflitos de uso da água ocorrem com maior severidade para as partes baixas das micro-bacias, seja porque a quantidade de água produzida não é suficiente para satisfazer as demandas atuais ou porque a qualidade das águas é deficiente. O uso de maior impacto é o risco, já que consome as maiores quantidades de água e gera uma afecção grave à qualidade das mesmas.

PALABRAS CLAVE / Agua Superficial / Oferta de Agua / Demanda de Agua / Uso de la Tierra / Andes / Venezuela /

Recibido: 16/03/2003. Modificado: 26/02/2004. Aceptado: 09/03/2004.

Más de mil millones de personas en el mundo habitan en cuencas donde los niveles de estrés hídrico amenazan al ambiente (UICN, 2003). El rápido crecimiento poblacional y el resultante aumento de las demandas de agua, así como su contaminación hasta el punto de generar escasez, es un problema compartido por numerosas cuencas del mundo y que particularmente en Suramérica ocurre dentro de una realidad social similar.

Esta región comparte la falta de políticas públicas estables y consistentes sobre los recursos hídricos, problemas de suministro de agua potable y servicios de saneamiento, legislación inadecuada en el uso del recurso, inversiones insuficientes en el sector agua y una expansión de la frontera agrícola que desconsidera la conservación del recurso (GWP, 2000). Aunque ya pueden ser percibidos graves daños ambientales debido al uso excesivo y a la contaminación de las aguas, no son bien conocidas sus consecuencias a largo plazo (Hinrichsen et al., 1998), lo que agudiza los requerimientos de un cuidadoso análisis de los conflictos producidos por el uso del recurso hídrico.

El Estado Mérida, Venezuela, cuenta con importantes reservorios de agua al albergar ecosistemas productores del recurso hídrico de considerable extensión, tales como selvas nubladas y páramos. Parte importante de esos ecosistemas se encuentran protegidos bajo la figura de Parque Nacional, como son la Sierra Nevada y la Sierra de La Culata, que contribuyen de manera determinante a su preservación y por ende a la del recurso hídrico.

Sin embargo, la intervención humana, con el uso de tierras y aguas, continúa siendo una amenaza para la salud de los ecosistemas y para la preservación de la calidad y la cantidad de aguas que se producen.

El río Chama y sus tributarios han sido objeto de estudios de diversa naturaleza. Pefaur y Durant (1983) refieren investigaciones relativas a contaminación, calidad de aguas, invertebrados bentónicos, peces, temperatura, O2, pH, escorrentía y estudios bacteriológicos. Además, se han realizado estimaciones de la disponibilidad de agua (Duque et al., 1982; Odar, 1984), análisis de contaminantes químicos de las aguas (Ávila, 1984), y finalmente, evaluaciones de la calidad ecológica del agua (Rincón, 1995; Segnini, 1997, 1998; Correa, 2000; Segnini y Chacón, 2001). En esta misma área ha sido evaluada la problemática de las inundaciones (Florez y Manzanilla, 1999), la disponibilidad y demanda de agua (Molina y Vergara, 1997), las bases del ordenamiento urbano (Peña, 1991) y la gestión del riego (Yépez, 1999).

En este trabajo se estima la cantidad de agua superficial de la cuenca alta del río Chama mediante el uso de valores anuales de precipitación y datos mensuales de caudal, como una aproximación a la cuantificación de la disponibilidad del recurso hídrico. Además, se presenta un análisis de los conflictos de uso del agua superficial en el área, basado en información sobre cantidad y condición ecológica del agua, usos de la tierra y otros aspectos relacionados con el recurso.

Área de Estudio

La cuenca alta del río Chama (Figura 1), en los Andes venezolanos, ocupa una superficie aproximada de 50000ha, enmarcada en una franja altitudinal de 1600 a 4400msnm, con una diferencia de 2800m de altitud entre las tierras más altas y las más bajas. Hacia ambas márgenes del río así como del fondo del valle existe ocupación de conos y abanicos de deyección, que ofrecen condiciones de pendiente y fertilidad adecuadas para la agricultura. Es en las tierras de mayores pendientes en las que se conserva mejor la vegetación original, particularmente la representada por páramo, que se distribuye en una franja ancha y continua bordeando la parte superior de la cuenca.

Con el objeto de establecer áreas de confrontación oferta-demanda se ha dividido la cuenca alta en 12 unidades hidroeconómicas, identificadas con números en la Figura 1 y cuyas denominaciones aparecen en la leyenda. Las primeras seis unidades se ubican en la vertiente derecha del río Chama, y sus principales cuerpos de agua superficial tienen nacientes en los páramos del Parque Nacional La Culata, mientras que las últimas seis unidades se localizan en la vertiente izquierda del río Chama, con nacientes de agua resguardadas por los páramos del Parque Nacional Sierra Nevada.

Materiales y Métodos

Estimación de la cantidad de agua

La cantidad de agua producida en cada unidad se representó mediante una curva de variación de caudales mensuales para una probabilidad de ocurrencia del 95%. Para la obtención de la curva de variación patrón se estimó la precipitación media anual a través del método isoyético con datos correspondientes a 24 estaciones meteorológicas para un período de 32 años (1965-1996) y se emplearon datos de gasto medio mensual de la Estación Hidrométrica Río Chama en Ejido, para el período de 28 años 1964-1976 y 1978-1992.

Datos de entrada

Los datos seleccionados de 24 estaciones meteorológicas presentes en el área de influencia para un período de 32 años constituye la mayor serie histórica de datos con la menor cantidad de valores faltantes posible (Tabla I). Usando los valores de precipitación de las estaciones se calculó un promedio de precipitación anual para una estación patrón, la cual sirvió posteriormente para la estimación de los datos mensuales faltantes del período seleccionado.

Estimación de datos faltantes

La estimación de los datos faltantes se hizo según Duque (1985). En primer lugar, se construyó una estacion patrón con los promedios de precipitación de todas las estaciones disponibles. Los datos de precipitación de la estación patrón fueron confrontados con los datos de cada una de las estaciones meteorológicas con datos faltantes, eliminando aquellos años carentes de información en la estación en estudio. Posteriormente, se construyó una gráfica con los datos de precipitación acumulada para la estación en estudio vs. la precipitación acumulada para la estación patrón. A esta curva se ajustó una recta con corte en el punto (0,0), cuya ecuación permitió calcular el valor de precipitación anual de la estación en estudio para cualquier año, usando como dato de entrada la precipitación promedio de la estación patrón: Ppestudio = Pendiente de la curva x Pppatrón. Mediante esta ecuación fueron completados todos los datos faltantes de precipitación anual para cada estación en estudio. El mismo proceso fue seguido para hallar la ecuación de la recta de cada una de las estaciones con datos faltantes, completando los datos del período 1965-1996.

Cálculo de la precipitación media anual

Una vez completada la serie de datos para el período 1965-1996, se calculó la precipitación media anual del área de influencia hasta la estación Chama, Ejido, y se elaboró un mapa de isoyetas con el programa Surfer (Golden Software, 1999). El mapa de isoyetas fue importado al programa ArcView (ESRI, 1996) para posteriormente calcular las precipitaciones medias anuales de cada unidad hidroeconómica del área de estudio.

Obtención de la curva de variación de caudales

La curva de variación de caudales se prepararó según Amisial (1975), empleando datos de caudales medios mensuales de la estación del río Chama en Ejido (Serial 0125), correspondientes a los períodos 1964-1976 y 1978-1992 para un total de 28 años. Se calcularon los caudales medios mensuales para una probabilidad de excedencia del 95%, mediante el uso del programa Ajusted (Duque, 1998), eligiendo la distribución extrema tipo I, por ser consistentemente la distribución de menor error estándar, y la ecuación de Gringorten para el cálculo de la probabilidad empírica. Ello resultó en una curva de duración patrón que muestra el caudal mensual en m3·s-1 para una probabilidad del 95%.

Con el fin de obtener una curva de variación de caudales para cada una de las unidades presentes en el área de estudio, la curva patrón antes obtenida (Q en m3·s-1 vs. meses) fue dividida entre la precipitación media (estimada por el método isoyético), resultando una nueva curva de caudal Q en m3·s-1·mm-1 vs. meses. Esta última curva fue nuevamente dividida entre el área de la cuenca, resultando una curva de caudal de unidades m3·s-1·mm-1·km-2. Esta curva adimensional fue traspuesta a cada una de las unidades de interés, multiplicándola por los datos de precipitación media y área de las mismas, obteniendo finalmente una curva de variación para una probabilidad de excedencia del 95% en función de las características propias de precipitación y área de cada unidad hidroeconómica en estudio. Esta curva representa la cantidad de agua producida en cada unidad hidroeconómica, esto es, la oferta de agua.

El proceso para obtener las curvas de duración de caudales en las unidades consideradas puede expresarse como

donde Tc: factor de corrección, Aest: área de la unidad bajo estudio, Apat: área de la cuenca patrón, Pest: precipitación promedio de la unidad bajo estudio, y Ppat: precipitación promedio de la cuenca patrón, y

Qest, i = Qpat, i Tc (2)

donde Qest, i: caudal de la unidad bajo estudio para el mes i y Qpat, i: valor de la curva patrón para el mes i.

Demanda de agua

La demanda total de agua corresponde a la sumatoria de las cantidades de agua que se destinan a los diferentes usos y aquella cantidad requerida por el ambiente (demanda ambiental o caudal ecológico). Para efectos de este diagnóstico, sólo se consideraron las demandas por abastecimiento doméstico con una dotación de 250l·p-1·d-1 y las demandas por riego a razón de 1l·s-1·ha-1, sin incluir la demanda ambiental. Aunque se trata de una zona rural, los pobladores extraen el agua a discreción y normalmente se genera despilfarro del recurso, por lo que una dotación de 150l·p-1·d-1 puede subestimar el gasto de agua.

Conflictos de uso del recurso hídrico

Los usos del agua en la cuenca alta del río Chama se han dividido en tres categorías: i) los usos directos que incluyen el abastecimiento doméstico, riego, uso pecuario, hidroelectricidad, y turismo y recreación, ii) los usos indirectos que están conformados por las funciones para dilución de aguas servidas y el mantenimiento del hábitat acuático y iii) los usos opcionales referidos a todas aquellas posibilidades de uso futuro del agua.

Se consideraron tres aspectos esenciales para evaluar los conflictos de uso del agua en la cuenca: i) cantidad producida analizada en términos de la confrontación mensual oferta-demanda estimada, como se indicó en el apartado anterior, ii) condición ecológica del agua como una aproximación a su calidad, empleando datos de Correa (2000), Segnini (1997, 1998), y Segnini y Chacón (2001), consistentes en el resultado cualitativo de un índice de calidad basado en el estudio de la comunidad de macroinvertebrados bentónicos, el cual permite calificar la condición ecológica del agua como muy buena, buena, regular, pobre o muy pobre, y iii) usos de la tierra con información sobre áreas cultivadas (Flórez y Manzanilla, 1999), áreas regadas y sistemas de riego (según fuera comunicado por personal de CORPOANDES y de la Cooperativa La Parameña), áreas bajo Parque Nacional y distribución de rutas de excursionismo y destinos de pesca (INPARQUES, s/f1; INPARQUES, s/f2; Raúl Vidal, comunicación personal) para cada una de las unidades de interés a escala 1:100000. Adicionalmente, se recopilaron datos socioeconómicos como número de pobladores y flujo turístico (OCEI, 2000) y disponibilidad de infraestructura turística (CORMETUR, 2001).

Resultados y Discusión

Distribución espacial de la precipitación anual en la cuenca

Las condiciones de lluvia en la cuenca varían por influencia de los vientos provenientes del Lago de Maracaibo, los cuales van absorbiendo y descargando humedad en su recorrido a lo largo del cañón del río Chama. En la cuenca alta se presenta un centro de baja precipitación sobre las unidades Misintá-La Musuy, Saisay-Michurao-El Royal-Misteque y La Toma, las cuales presentan los menores valores promedios de precipitación. Las mayores cantidades de lluvia ocurren hacia las unidades Estití-Sinigüiz-La Mesa-La Sucia y El Granate-La Negra, donde se concentran las isoyetas de mayores valores de precipitación en la cuenca, generando un promedio de lluvias anuales de más de 1200mm (Tabla II).

TABLA II
CARACTERÍSTICAS GENERALES DE LAS UNIDADES HIDROECONÓMICAS QUE CONFORMAN LA CUENCA ALTA DEL RÍO CHAMA

(1) DHE: Déficit Hídrico Estacional, DHP: Déficit Hídrico Permanente, SH: Superávit Hídrico.
(2) Numeros entre paréntesis indican la densidad poblacional. Datos del censo de 1990 con proyecciones de crecimiento (OCEI, 2000).
(3) Números entre paréntesis indican la cantidad de sistemas de riego instalados, según comunicación personal de funcionarios de CORPOANDES y de la Cooperativa La Parameña.
(4) Según INPARQUES (s/f1, s/f2) y Raúl Vidal (comunicación personal).
(5) h: hotel, p: posada. Según CORMETUR (2001).

Confrontación de la oferta y la demanda de agua

El patrón de lluvias en la región genera una producción de agua estacional, siendo la época de mayor producción entre mayo y noviembre, con máximo en octubre, y la de menor producción entre diciembre y abril con mínimo en marzo, la cual, como consecuencia, constituye la época de mayores problemas de déficit hídrico en las unidades hidroeconómicas (Figura 2).

El caudal anual estimado en la cuenca alta del río Chama es de 45819l·s-1 y las demandas sólo por concepto de riego y dotación doméstica consumen 32.280l·s-1, quedando en principio disponibles 13539l·s-1 anuales para el resto de las demandas, incluyendo las ambientales y el uso aguas abajo, lo que representa menos de la tercera parte del agua producida (Tabla III, Figura 2).


O: Oferta,  D: Demanda.

En la confrontación oferta-demanda del agua superficial de las unidades hidroeconómicas de la cuenca alta del río Chama, existen al menos tres condiciones hídricas: superávit hídrico, déficit hídrico estacional y déficit hídrico permanente (Figura 3).

Una condición de superávit hídrico puede identificarse en las unidades La Carbonera, Gavidia y El Cardenillo, en las que la demanda es inferior a la oferta durante todo el año (ver gráficos 4, 9 y 11 en Figura 3), y por tanto se produce agua en cantidad suficiente como para satisfacer los usos de la población local. La condición de superávit hídrico es alcanzada en el 24% de las tierras de la cuenca alta del río Chama, en las cuales se produce un total de 10505l·s-1 anuales, de los que 900l·s-1 (9%) son empleados por los pobladores.

Una condición de déficit hídrico estacional se observa en siete de las unidades hidroeconómicas: Mifafí-Águila, La Toma, Las Cuevas-Mucurubá, Estití-Sinigüiz-La Sucia-La Mesa, La Mucuchache, Los Lirios-Micapaz-El Hatico y El Granate-La Negra (gráficos 1, 2, 5, 6, 7, 10 y 12 en Figura 3), las cuales conforman el 61% de las tierras de la cuenca alta del río Chama. La magnitud del déficit hídrico varía entre estas unidades, estando La Toma y La Mucuchache entre los casos de mayor gravedad, al enfrentar 7 y 5 meses, respectivamente, de escasez al año, con un total de 1936 y 686l·s-1 faltantes. En una situación de criticidad relativamente moderada se encuentran las unidades Las Cuevas-Mucurubá, El Granate-La Negra y Mifafí-Águila, que atraviesan entre 3 y 4 meses de déficit anual con 214, 303 y 241l·s-1 faltantes. Por último, situaciones menos desfavorables corresponden a Estití-Sinigüiz-La Sucia-La Mesa y Los Lirios-Micapaz-Hatico, unidades que enfrentan 1 a 2 meses al año de déficit de agua con 92 y 15l·s-1 faltantes.

Una condición de déficit hídrico permanente es enfrentada por dos unidades: Misintá-La Musuy y Saisay-Michurao-El Royal-Misteque (gráficos 3 y 8 en Figura 3), las cuales generan una cantidad de agua superficial inferior a las demandas de los pobladores todos los meses del año, llegando a requerir 4397 y 2222l·s-1 adicionales para alcanzar las necesidades locales. En este caso de déficit hídrico permanente se encuentra el 15% de las tierras de la cuenca alta del río Chama.

Es necesario aclarar que las aguas corrientes superficiales no constituyen la única fuente empleada por los pobladores; el almacenamiento natural en lagunas y el almacenamiento artificial en tanques australianos también pueden constituir fuentes de agua importantes en la cuenca, ya que a pesar de que muchas áreas presentan problemas de escasez de agua, son realmente usadas con intensidad para la agricultura bajo riego. Para los cálculos de oferta de este trabajo no fue posible disponer de un inventario de los almacenamientos antes mencionados ni del volumen total de agua que se estaría manejando por este medio.

Panorama general de los usos del agua en la cuenca

Las actividades antrópicas en la cuenca alta del río Chama están regidas por el Plan de Ordenación del Territorio del Estado Mérida (Gaceta Oficial, 1992) y por los planes de ordenamiento y reglamentos de uso de los parques nacionales Sierra Nevada y Sierra de La Culata (Gaceta Oficial, 1993, 1995).

El plan de ordenación del Estado Mérida ofrece un marco de objetivos y recomienda algunas acciones respecto al agua, dentro de los usos agrícola, turístico recreacional y para obras hidráulicas dentro del área de interés de este trabajo. El plan reconoce a nivel estadal problemas de déficit de agua, competencia entre usos de abastecimiento y riego y deterioro de los sistemas de redes y acueductos y recomienda la realización de investigaciones en el tema del agua. En particular para la cuenca alta del río Chama enfatiza la posibilidad de establecer desarrollos piscícolas y recomienda algunas pautas para el uso del agua en la nueva infraestructura turística.

Los planes de ordenamiento de los parques nacionales son de carácter general en cuanto al manejo del recurso hídrico, incluyendo entre sus objetivos la conservación de sus cuencas hidrográficas y la cantidad, calidad y flujo de sus aguas, a la vez que especifican la prohibición de descargar las aguas servidas en cuerpos de agua naturales. Sin embargo, no contienen acciones específicas para el manejo del agua.

De este modo, la cuenca alta del río Chama necesita de una normativa más precisa que considere los problemas hídricos ambientales y regule los usos del agua que ya están instalados en la cuenca, ya que una población de alrededor de 28312 habitantes hace uso directo del recurso fundamentalmente por medio de dos actividades económicas: la agricultura y el turismo.

Debido a las actividades agrícolas se han instalado 51 sistemas de riego por aspersión en la cuenca (Tabla II), los cuales se extienden sobre 2764ha de tierras cultivadas, irrigando el 5,5% del área total de la cuenca alta y el 28% de las áreas dedicadas a cultivo (sin contar los pastizales). Todos los sistemas de riego están instalados hacia las áreas más bajas de las unidades hidroeconómicas, en las tierras de menores pendientes y mejores condiciones de acceso vial, así como en las cercanías de los centros poblados.

Los rubros más frecuentes sembrados en la cuenca alta del Chama corresponden a hortalizas como zanahoria, ajo, lechuga, coliflor y repollo, y tubérculos como papa, con altos rendimientos (Florez y Manzanilla, 1999). Las tierras dedicadas a cultivos anuales y horticultura ocupan el 14% de la extensión de la cuenca, los potreros con pastos naturales y cultivados el 13%, y el resto ocupado con páramo, bosques y asentamientos el 73%. Tal distribución es producto de las restricciones impuestas por la figura de Parque Nacional que ocupa gran parte de la cuenca, las altas pendientes y las severas condiciones climáticas, que desfavorecen la expansión de la frontera agrícola.

Los problemas hídricos en la cuenca alta del río Chama se deben al inadecuado uso del agua y a la falta de planificación y control del recurso. Casi todas las fuentes de agua del páramo presentan conflictos de uso por riego y consumo humano, existiendo una marcada competencia por el espacio para actividades urbanas, agrícolas y turísticas (CORPOANDES/Santos Marquina, 1999; Yépez, 1999).

Los sistemas de riego son ineficientes y no planificados y los productores toman el agua que necesitan sin control alguno. Adicionalmente, las zonas agrícolas producen contaminación de suelos y aguas por residuos químicos, como consecuencia del uso desmedido de agroquímicos (CORPOANDES/Santos Marquina, 1999). En cuanto a los servicios, la mayoría de los centros poblados toman el agua para abastecimiento doméstico directamente de las fuentes (Pérez y Yépez, 1990), sin infraestructura de acueductos ni tratamiento. Por su parte, la escasa infraestructura de acueductos y redes de cloacas carece de planificación, mantenimiento, vigilancia y control. Igualmente, no existen sistemas apropiados para la disposición de desechos sólidos en la cuenca (CORPOANDES/Santos Marquina, 1999).

Algunos sectores se ven sometidos a crecidas periódicas y desbordamiento del río Chama, lo cual ha afectado tierras agrícolas, infraestructura y vialidad, acarreando pérdidas considerables (Flórez y Manzanilla, 1998).

En el área bajo análisis, el páramo es uno de los ecosistemas naturales más importantes, ya que ocupa más del 53% de la superficie total y se ubica hacia las cabeceras de los tributarios que alimentan el río Chama, convirtiéndose en el ecosistema protector por excelencia del recurso hídrico en la fuente de agua superficial más importante del estado Mérida. Por ello, la unidad ecológica de páramo requiere de especial atención por parte de los usuarios y gestores del recurso hídrico.

Conflictos de uso del agua en la cuenca

1. Unidades en condición de superávit hídrico. De acuerdo al análisis de confrontación oferta-demanda, las unidades de La Carbonera, Gavidia y El Cardenillo presentan una producción de agua mayor a la demanda durante todo el año. Estas son zonas poco pobladas con áreas de cultivo reducidas y sin riego o poco riego y una extensa superficie protegida bajo la figura de Parque Nacional, lo cual contribuye a preservar el ritmo de producción de agua.

Los mayores caudales producidos por un solo cuerpo de agua en la cuenca alta del río Chama, ocurren en la unidad de Gavidia, la cual es relativamente extensa, con una población baja y una ocupación mínima de tierras para agricultura, con 71ha bajo riego. Aunque la situación de La Carbonera y El Cardenillo es favorable en términos de su balance hídrico, la producción de agua es relativamente baja (2145 y 1668l·s-1), lo que les hace vulnerables a cualquier uso futuro si no es manejado con planificación y control.

El hecho de que todas las demandas se ven satisfechas por la oferta, de que exista un aporte de caudal aguas abajo y de la posibilidad de satisfacer demandas aún mayores a la actual, no necesariamente indica que no hay conflictos en el uso del agua. Las aguas producidas en estas unidades tienen una condición ecológica regular a pobre (Segnini, 1997, 1998; Correa, 2000; Segnini y Chacón, 2001), indicativo de un mal manejo de las aguas empleadas fundamentalmente en riego, lo cual pone en peligro la utilidad plena del recurso, incluyendo el propio abastecimiento doméstico y reclama la necesidad de planes de uso y regulación. Debido a su calidad actual, el agua necesitaría de tratamiento en caso de ser usada aguas abajo para propósitos de abastecimiento doméstico y turismo y recreación.

El uso por turismo y recreación es importante en estas cuencas con disponibilidad de agua, y aún no tiene conflictos con otros usos del agua. Como destinos de pesca se cuentan las lagunas El Montón, El Parche, Garabato y Cotiza, la Qda. Gavidia y la laguna La Carbonera (Raúl Vidal, comunicación personal), además de varias rutas de excursionismo que aprovechan ríos y lagunas como las Qdas. Micarache y Las Piñuelas, Lagunas Las Bravas y Las Lágrimas (INPARQUES, s/f1).

El mantenimiento del hábitat acuático para especies que habitan en altitudes intermedias de la cuenca alta del río Chama sería sólo posible en Gavidia, dada la situación de escasez de agua en el resto de la cuenca en términos de cantidad y de calidad. De no implantarse controles adecuados de aguas residuales y desechos químicos y una regulación apropiada de los usos del agua, se generaría un conflicto de uso para funciones ambientales debido a la deficiente calidad actual.

Entre otros usos opcionales del agua en la cuenca de la Quebrada Gavidia se cuenta su potencial hidroeléctrico, pues la cantidad de agua disponible en ésta podría generar hidroelectricidad suficiente como para cubrir las necesidades energéticas de la población local (De León, s/f).

2. Unidades en condición de déficit hídrico estacional. La condición de déficit hídrico estacional ocurre en las unidades La Toma, La Mucuchache, Las Cuevas-Mucurubá, El Granate-La Negra, Mifafí-Águila, Estití-Sinigüiz-La Sucia-La Mesa y los Lirios-Micapaz-El Hatico, y es indicativa de conflictos de uso al menos en la época de sequía.

Estas zonas, a excepción de La Mucuchache y Los Lirios-Micapaz-El Hatico, están intensamente cultivadas con un número importante de sistemas de riego que irrigan buena parte de los cultivos. La actividad agrícola demanda grandes cantidades de agua en la época de sequía, lo cual agudiza la escasez del recurso.

El 73% de los sistemas de riego instalados en la cuenca se ubica sobre áreas con déficit hídrico estacional. La unidad de La Toma está particularmente dotada de tierras regadas, con 12 sistemas de riego que cubren el 10% de su superficie.

Por otra parte, existen problemas de calidad de agua, fundamentalmente en las tierras más bajas de las microcuencas, de modo que los efluentes son de calidad pobre a muy pobre (Segnini, 1997, 1998; Correa, 2000; Segnini y Chacón, 2001) y ponen en peligro el uso para abastecimiento doméstico aguas abajo, ya que los pobladores, en su mayoría, extraen el agua directamente de las fuentes sin tratamiento previo. Luego, las funciones ambientales del agua se ven mermadas en las zonas más intervenidas de las unidades, de modo que sólo las tierras más altas cumplen con la función de producción de agua y de mantenimiento del hábitat acuático.

En estas unidades, también existe uso de las aguas en turismo y recreación, debido a la presencia de rutas de excursionismo y destinos de pesca como la Laguna El Royal, las lagunas y quebradas de la unidad de La Toma (Laguna Los Hermanos, Grande de Los Patos, La Escopeta y Qdas. El Banco y La Toma), y las Quebradas Mucurubá y La Mucuchache (Raúl Vidal, comunicación personal). Los destinos de pesca y las rutas de excursionismo son usos no conflictivos al menos hacia las tierras altas, estando bajo la protección del Parque Nacional y de las restricciones de intervención impuestas por el clima.

El uso opcional para hidroelectricidad en estas zonas se ha perdido, ya que actualmente el recurso está siendo utilizado con otros fines que consumen la mayor parte de la cantidad producida, llegando incluso a enfrentar problemas de escasez.

3. Unidades en condición de déficit hídrico permanente. En las unidades correspondientes a Misintá-La Musuy y Saisay-Michurao-El Royal-Misteque se ha identificado una condición de déficit hídrico permanente. Estas unidades albergan casi 10000 habitantes que demandan agua para abastecimiento doméstico y riego en cantidad considerable. Son áreas intensamente cultivadas, pues la actividad económica principal es la agrícola, que requiere de una cantidad de agua mayor a la que se produce en las unidades.

En el caso particular de la Quebrada Misintá, en la época de sequía sus caudales son nulos a la salida de la unidad. Se sabe que los pobladores manejan el agua con ayuda de almacenamiento en tanques australianos y extraen casi toda el agua del curso natural en los sectores cultivados y poblados, impidiendo funciones de dilución y mantenimiento de hábitat acuático.

Los usos para turismo y recreación y para funciones ambientales, ambos de carácter no consuntivo, han quedado restringidos a las zonas superiores de las unidades, dentro de los dominios del ecosistema páramo y protegidos por el Parque Nacional. La zona cuenta con rutas de pesca y excursionismo que incluyen la Laguna y Quebrada La Musuy y la Quebrada Misintá (INPARQUES s/f2), Lag. Saisay, Qda. Michurao, Lag. El Montón y Lag. Michurao (Raúl Vidal, comunicación personal).

El potencial hidroeléctrico identificado en estas unidades también se ha perdido a causa del resto de los destinos consuntivos del agua, usos directos que restringen severamente el caudal aportado aguas abajo. Por otro lado, la calidad de las aguas medida a través de su condición ecológica, ha resultado entre pobre a regular en las zonas intervenidas, lo cual afecta también su uso en abastecimiento doméstico y función ambiental. Por tanto, en estas zonas no pueden considerarse valores opcionales ya que el agua queda totalmente comprometida con los usos actuales.

Conclusiones y Recomendaciones

El diagnóstico del recurso hídrico indica que la cuenca alta del río Chama se enfrenta a serios problemas de escasez de agua en la actualidad, que están afectando más de las tres cuartas partes de sus tierras en diferentes grados. Esta situación de déficit hídrico tiene alta probabilidad de profundizarse en el futuro, debido a la tendencia de crecimiento poblacional en la cuenca, al aumento de la presión de uso de la tierra y el agua para actividades económicas y a la falta de un plan de manejo sostenible del recurso.

Las áreas bajo déficit hídrico permanente son las más afectadas por el inadecuado manejo del agua y presentan los conflictos de uso más severos. En las zonas de déficit hídrico estacional en las que la disponibilidad de agua tampoco es suficiente para satisfacer sus propias demandas, existe una fuerte presión sobre el recurso hídrico que va en detrimento no sólo de su cantidad sino también de su calidad y de las posibilidades de uso por parte de los usuarios aguas abajo. Suponiendo que las presiones de uso del recurso hídrico aumenten por incentivación de la actividad turística y demanda de uso agrícola, la situación de escasez podría agravarse notoriamente en poco tiempo.

Igualmente, las zonas que cuentan en la actualidad con cantidad de agua suficiente durante todo el año, presentan problemas de calidad de agua. Las funciones ambientales del agua en la cuenca están siendo restringidas a las tierras altas, ya que los problemas de producción y calidad de agua se acentúan en las zonas más intervenidas, asentadas en las tierras de mayor fertilidad, menores pendientes y mejor acceso vial.

Los cálculos de demanda en este trabajo consideran una dotación para riego de 1l·s-1·ha-1 durante todo el año. Sin embargo, es recomendable calcular un módulo de riego más ajustado al uso real del agua en la zona y determinar el calendario de cultivos.

Es recomendable profundizar el estudio de las fuentes de agua en la región, ya que existen posibilidades de trasvase entre cuencas vecinas y del uso de agua de lagunas para satisfacer las necesidades de las poblaciones locales. Un estudio más detallado indicaría un cálculo de la oferta más confiable.

AGRADECIMIENTOS

El Fondo Nacional de Ciencia, Tecnología e Innovación, FONACIT, financió parcialmente la realización de este trabajo.

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