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versión impresa ISSN 0378-1844

INCI v.29 n.8 Caracas ago. 2004

 

LOS REPTILES DE LA PENÍNSULA DE ARAYA, ESTADO SUCRE, VENEZUELA

Luis Alejandro González S., Antulio Prieto Arcas, CÉsar Molina y Jenniffer Velásquez

Luis Alejandro González S. Licenciado en Biología, Universidad de Oriente (UDO), Venezuela. Docente-Investigador, Laboratorio de Ecología Animal. Escuela de Ciencias, UDO. Dirección: Departamento de Biología, Escuela de Ciencias, Universidad de Oriente, Apartado Postal 245, Cumaná, Venezuela. e-mail: lagonz@sucre.udo.edu.ve

Antulio Prieto Arcas. Licenciado en Biología y Educación y Magister Scientariun, UDO. Docente-Investigador, Laboratorio de Ecología Animal, Escuela de Ciencias, UDO. e-mail: plica4@yahoo.com

César Molina. Licenciado en Biología y Doctor en Ciencias en Ecología, Universidad Central de Venezuela (UCV). Director de Biocomercio y Bioseguridad, Oficina Nacional de Biodiversidad, Ministerio del Ambiente y los Recursos Naturales Renovables, Caracas, Venezuela. e-mail: washaema@hotmail.com

Jenniffer Velásquez. Tesista de pregrado, Laboratorio de Ecología Animal, Escuela de Ciencias, UDO. e-mail: cmsp5@hotmail.com

Resumen

Se estudió la fauna de reptiles en la península de Araya, estado Sucre, Venezuela, a través de salidas de campo dos veces por mes en horas diurnas. Durante un año se realizaron colectas manuales y utilizando trampas de caída en las diferentes formaciones vegetales de la península. La información se complementó con revisión bibliográfica y registros existentes en museos. Se identificaron 34 especies pertenecientes a 14 familias de los 3 ordenes citados para Venezuela. La familia Colubridae presentó el mayor número de especies de serpientes, mientras que las familias de lagartos con mayor número de especies fueron Gekkonidae, Teiidae y Polychrotidae. Las unidades ecológicas del bosque tropófilo con 28 especies, el matorral xerófilo con 22, y el espinar xerófilo con 19 contuvieron el mayor número de especies registradas. La alta diversidad de especies e individuos observados en el bosque tropófilo del sector oriental se debe a la mayor estructura de este tipo de vegetación, al contrario de la del sector occidental caracterizada por vegetación xeromorfa de baja productividad. El análisis comunitario por la presencia de especies en las unidades ecológicas indica la existencia de dos grupos, uno conformado por las faunas de las formaciones de espinar, matorral, bosque tropófilo, sabana y manglar, y el otro por las faunas de las playas arenosas y herbazal.

Summary

The reptiles inhabiting the Araya Peninsula, Sucre state, Venezuela were studied through field trips made twice monthly in the daytime. Captures were done throughout a year both manually and with pitfall traps in the various types of habitat formations. The data was complemented by reviewing the bibliography and existing museum collections. A total of 34 species from 3 orders and 14 families were identified. The most frequent family among snakes was Colubridae, and Gekkonidae, Teiidae and Polychrotidae among lizards. The largest numbers of species were found in the ecological units of tropophic forest with 28, xerophitic thistles with 22 and thorn bushes with 19 species. The high taxonomic diversity at the tropophic forest is due to the larger structure of this type of vegetation; the opposite occurs in the occidental zone, caracterized by xerophitic areas of low productivity. Community analysis based on the presence of species in the different types of habitat formations, indicates the existence of two faunal groups, one includes the fauna dwelling in shrub, underbrush, tropophic forest, savanna and mangrove habitats, and the other includes the fauna of sandy shore and herbaceous habitats.

Resumo

Estudou-se a fauna de répteis na península de Araya, estado Sucre, Venezuela, através de saídas de campo duas vezes por mês em horas diurnas. Durante um ano se realizaram coletas manuais e utilizando armadilhas de queda nas diferentes formações vegetais da península. A informação se complementou com revisão bibliográfica e registros existentes em museus. Identificaram-se 34 espécies pertencentes a 14 famílias das 3 ordens citadas para Venezuela. A família Colubridae apresentou o maior número de espécies de serpentes, enquanto que as famílias de lagartos com maior número de espécies foram Gekkonidae, Teiidae e Polychrotidae. As unidades ecológicas do bosque tropófilo com 28 espécies, o matagal xerófilo com 22, e o espinhal xerófilo com 19 contiveram o maior número de espécies registradas. A alta diversidade de espécies e indivíduos observados no bosque tropófilo do setor oriental se deve à maior estrutura deste tipo de vegetação, ao contrário da do sector ocidental caracterizada por vegetação xeromorfa de baixa produtividade. A análise comunitária pela presença de espécies nas unidades ecológicas indica a existência de dois grupos, um conformado pelas faunas das formações de espinhal, matagal, bosque tropófilo, savana e manguezal, e o outro pelas faunas das praias arenosas e ervagem.

PALABRAS CLAVE / Península de Araya / Reptiles / Venezuela /

Recibido: 14/01/2004. Modificado: 23/06/2004. Aceptado: 12/07/2004.

La fauna de reptiles representa una parte muy significativa de la biodiversidad de ambientes xerófilos. En el oriente de Venezuela, la escasez de estudios sobre los reptiles ha conllevado a un desconocimiento de las especies que habitan esta región y a la falta de programas y proyectos dirigidos a conocer la estructura e importancia de los hábitats y de su fauna silvestre, en particular la herpetofauna, lo que dificulta cualquier intento de planificación y ordenamiento territorial en lo que respecta al mantenimiento y conservación de la diversidad de este grupo de vertebrados.

En el estado Sucre se han establecido comunidades animales y vegetales con características propias de cada zona. Particularmente en la península de Araya, la cual presenta atributos climáticos y edáficos diferentes a la de otras áreas del estado, se han desarrollado ecosistemas modelados no sólo por el clima, sino también por la actividad humana y el sobrepastoreo caprino (Cumana, 1999).

Los trabajos existentes sobre la fauna de vertebrados presente en el estado Sucre se han realizado dentro de los límites de los Parques Nacionales Península de Paria (Bisbal, 1994), Mochima y Turuépano (MARNR, 1992). En lo que respecta a la fauna reptiliana de las diferentes bioregiones del estado Sucre la información es fraccionada (Rivas y Oliveros, 1997; Oliveros et al., 2000; Cornejo y Prieto, 2001). Hasta el presente han sido reportadas 300 especies de reptiles para Venezuela (Donoso-Barros, 1965, 1968; Roze, 1966; Peters y Donoso-Barros, 1970; Peters y Orejas-Miranda, 1970; Pritchard y Trebbau, 1984; Lancini, 1986; Péfaur, 1992; Gorzula y Señaris, 1998, Péfaur y Rivero, 2000), de las cuales 80 han sido registradas en el estado Sucre (Rivas y Oliveros, 1997; Oliveros et al, 2000; Cornejo y Prieto, 2001).

El presente trabajo tiene como objetivo contribuir al conocimiento de los reptiles de la península de Araya, generando un listado de las especies presentes, con sus abundancias relativas y disimilitud entre cada uno de los hábitats que conforman a la península, así como su relación con algunos factores ambientales del área.

Materiales y Métodos

Área de estudio

La península de Araya (Figura 1) está situada en la parte noroccidental del estado Sucre, Venezuela, (63º32'-64º21'O, y 10º30'-10º40'N). Ella constituye la parte occidental de la cordillera de Araya-Paria, la cual es considerada como una prolongación oriental de la Cordillera de la Costa. Posee aproximadamente 84km de longitud y un ancho variable entre 4 y 20km.

El relieve del sur de la península, adyacente al golfo de Cariaco, lo compone una serranía central con elevaciones de hasta 600msnm. En el sector occidental de la península, la mayoría de las elevaciones no alcanzan los 100msnm. Hacia el norte las costas son bajas, conformando una llanura costera con algunas depresiones inundables. Este tipo de topografía, ubicada entre los sitios de Manicuare y La Angoleta, ha permitido el asentamiento de núcleos humanos de importancia (Schubert, 1972; Caraballo, 1982).

En el este de la península los relieves montañosos se hacen mucho más pronunciados, con paredes rocosas desnudas que prácticamente se hunden en el golfo, expuestas constantemente al accionar del mar. Por otra parte las elevaciones montañosas más importantes se alejan considerablemente hacia el interior, mientras que en el sector costero del golfo se presentan descensos pronunciados de las pendientes hasta llegar a áreas casi planas (Balda, 1960; MacSotay y Caraballo, 1966).

El clima árido y subárido de la península es una consecuencia de la influencia de factores marítimos, continentales y altitudinales. Las precipitaciones son mayores hacia el este de la península y varían entre 500 y 800mm en promedio anual, con una distribución temporal que resulta en seis meses secos. La temperatura promedio anual varía entre 23 y 29ºC. Los vientos son un factor importante en la península y predominan los alisios que soplan del noreste, aunque también ejercen influencia los vientos de mar y tierra (Ewel y Madriz, 1976).

Unidades ecológicas

La península de Araya presenta diversas formaciones vegetales, las cuales se agruparon en el presente trabajo en unidades ecológicas, utilizando los criterios de Huber y Alarcón (1988) y Cumana (1999), modificados según el mapa de vegetación de Venezuela (MARNR y PDVSA, 1999; Figura 1). La catalogación se estableció como:

1- Herbazal (HE; 3% del área de la península). Formación ribereña a lo largo de la costa norte, ubicadas en las dunas arenosas de las playas no inundadas por el mar, en el estrato inferior de las comunidades de manglares, sobre suelos impregnados de humedad y sales marinas, en depresiones inundadas por el agua de lluvia y en pequeñas lagunas construidas por el hombre como bebederos para animales. Entre las especies dominantes de esta formación figuran Batis maritima, Heliotropium curassavicum, Sporobolus virginicus y Sesuvium portulacastrum. También se encuentran hidrófilas vasculares entre las que destacan Cyperus articulatus, Eleocharis caribaea, Ludwigia octovalis, Najas guadalupensis, Nymphaea amazonum, N. ampla, Ruppia maritima y Typha dominguensis.

2- Manglar costero (MG; 4%). Formación arbórea sobre suelos húmedos y salinos, pobremente representada en forma de pequeños grupos aislados y dispersos o individuos solitarios en el lado occidental, pero con mayor representatividad en el lado oriental de la península. La especie dominante es Rhizophora mangle, seguida de Avicennia germinans, Conocarpus erectus y Laguncularia racemosa. En Laguna Grande del Obispo constituye una estrecha franja litoral, pero está más desarrollado hacia el saco del golfo de Cariaco.

3- Sabana (SA; 1%). Formación herbácea presente en la región oriental de la península, con un estrato superior arbóreo pobre pero bien definido y un estrato inferior herbáceo dominado por gramíneas. Los árboles son de aspecto achaparrado con troncos retorcidos y de copas anchas orientadas en la dirección del viento. El estrato inferior está constituido por hierbas anuales, perennes, erectas, postradas, acaules, cespitosas o en macollas, dominadas por los géneros de gramíneas Aristida, Bouteloua, Digitaria, Eragrostis, Paspalum y Trachypogon y algunas cactáceas del género Opuntia. En el estrato superior destacan especies como Byrsonima crassifolia, Mabea occidentalis y Roupala montana.

4- Espinar xerófilo (EX; 35%). Localizado desde la parte occidental de la península, penetrando con profundidad hacia el lado oriental, llegando al morro de Chacopata. La vegetación es xeromorfa y principalmente representada por cactáceas y leguminosas armadas, de fenología caducifolia. Esta formación está conformada por especies leñosas, arbóreas y arbustivas, no mayores de 5m, cactáceas columnares mayores de 2m, trepadoras-rastreras anuales o perennes y epifitas-hemiparásitas bienales o perennes arraigadas sobre especies leñosas.

5- Matorral xerófilo (MX; 42%). Localizado desde la parte central de la península hacia el lado este. Presenta semejanza florística con el espinar xerófilo pero, a diferencia de éste, existe mayor proporción de especies leñosas y cactáceas suculentas que alcanzan alturas de hasta 8m. Destacan Caesalpiniaceas (Prosopis juliflora y Caesalpinia granadillo), Euforbiáceas (Euphorbia sp. y Croton sp.), Cactáceas (Stenocereus griseus y Pereskia guamacho) y Poaceas (Panicum verrucoso, Paspalum sp. y Digitaria sp.).

6- Bosque tropófilo (BT; 12%). Localizado sólo en el borde este de la península. Formado por una vegetación mixta de 8-10m de altura, donde predominan las familias Caesalpiniacea, Euphorbiacea y Cactaceae, y algunas especies de árboles frutales introducidas para cultivo.

7- Dunas y playas arenosas (PA; 3%). Localizadas en algunas áreas de la costa norte de la península con contacto permanente con el oleaje. El sustrato es totalmente arenoso y la vegetación característica es escasa, con predominio de gramíneas. Ambas formaciones son importantes ya que constituyen sitios potenciales de anidación de tortugas marinas.

Revisión bibliográfica y museos

La información utilizada en esta investigación proviene de la revisión bibliográfica de estudios herpetológicos locales, regionales y nacionales de Peters y Donoso-Barros (1970), Peters y Orejas-Miranda (1970), Gorzula (1981), Rivas y Oliveros (1997), Gorzula y Señaris (1998), Oliveros et al. (2000), Péfaur y Rivero (2000) y Cornejo y Prieto (2001), así como del análisis de la información disponible en las colecciones de la Estación Biológica de Rancho Grande, Maracay (EBRG), el Museo de Historia Natural La Salle, Caracas (MHNLS) y el Museo de Biología de la Universidad Central de Venezuela, Caracas (MBUCV).

Trabajo de campo

Se efectuaron muestreos de campo en diferentes áreas de la península de Araya en las unidades ecológicas antes mencionadas. Los muestreos se realizaron en dos salidas de campo mensuales, entre enero y diciembre del 2001. Cada salida de campo abarcó de dos a tres días, cuando se hicieron observaciones directas de todos los reptiles avistados durante caminatas realizadas dentro de cada uno de los hábitats seleccionados. Por otra parte, se realizaron capturas manuales en las áreas cercanas a las trampas en diferentes microhábitats (bajo las piedras, hojarasca, sobre los árboles, charcos, cuevas, troncos secos, construcciones, lagunas, caños y lechos de ríos secos). No se realizaron colectas nocturnas por precaución hacia accidentes de mordeduras de ofidios, muy abundantes en el área, dada la carencia de equipos de primeros auxilios pertinentes a este tipo de accidentes.

Paralelamente se utilizaron trampas de fosa o caída (Howard y Brock, 1961; Jones, 1981), de 13cm de diámetro en su abertura y 16cm de profundidad, colocadas en triadas con cercas direccionales. Cada sistema de trampas se activó durante los días de muestreo y eran revisadas y cerradas al final de cada tarde. Se ubicó una trampa en cada uno de los siete sitios de captura, tratando de abarcar las diferentes unidades ecológicas (excepto dunas y playas arenosas). El período de trampeo abarcó 100 días, por 10 horas diarias, para un total de 7000 horas-trampas diurnas (HTD).

Trabajo de laboratorio

En aquellos casos en que la observación de los ejemplares en el campo no permitió su clasificación taxonómica inmediata, se capturó una muestra representativa de la especie para ser identificada en el laboratorio con ayuda de claves taxonómicas (Roze, 1966; Gorzula, 1978a, b; Peters y Donoso-Barros, 1970; Peters y Orejas-Miranda, 1970; Ávila-Pires, 1995). Los nombres científicos siguen a La Marca (1997). La información sobre tortugas marinas provino de Guada y Solé (2000).

Con los datos obtenidos durante la observación y trampeos se calculó la abundancia relativa de las especies registradas, estableciendo la siguiente escala (Goulding, 1988) basada en el número de veces observada y/o capturada en el total de salidas de campo: escasas (<5% en frecuencia de aparición), poco comunes (5-20%), comunes (21–40%), abundantes (41-60%) y muy abundantes (61-100%). Para calcular la similitud taxonómica entre unidades ecológicas se utilizó el coeficiente de disimilitud inverso de Pearson (Krebs, 1985).

Resultados y Discusión

Se registró un total de 34 especies de reptiles pertenecientes a 14 familias en 3 órdenes. Dentro del orden Squamata se identificaron 10 familias, 3 en el orden Testudines y 1 en el orden Crocodylia (Tabla I). El número de especies de reptiles encontrado en la península de Araya representa el 38,2% del total de los registrados para el estado Sucre (Rivas y Oliveros, 1997) y aproximadamente el 11,33% del total de los reportados para Venezuela. Este porcentaje parece deberse a la baja productividad de este tipo de área, dada su escasa precipitación.

El número de especies de reptiles reportados en este trabajo es superior al señalado para la cuenca media del río Chama, estado Mérida, de 6 especies (Péfaur y Pérez, 1995), aunque hay que considerar que este último sitio es sólo un bolsón árido y muestra menor variedad de formaciones vegetales. Igualmente es superior al número de especies reportadas para la zona de la laguna de Boca de Caño, en la península de Paraguaná, de 12 especies (Bisbal, 2001). Sin embargo, el número de especies es inferior a lo reportado por Mijares y Arends (1992) en un inventario herpetológico de la totalidad del estado Falcón, reportando 84 especies de reptiles. Esta diferencia se debe a que la superficie de la península de Araya es inferior a la del estado Falcón y a la diversidad de hábitats, siendo ésta mayor en el estado Falcón, con presencia de hábitats no áridos, como los presentes en el cerro Santa Ana.

Dentro del orden Squamata, la familia Colubridae presentó el mayor número de especies (8), con una amplia distribución en toda la zona peninsular, seguida de la familia Viperidae (3) y Boidae (2). Dentro de los lagartos, las familias mejor representadas fueron Gekkonidae (4), Teiidae (3) y Polychrotidae (3). En el Orden Testudines la familia Cheloniidae presentó el mayor número de especies (3) y el orden Crocodylia una sola especie (Tabla I).

Las formaciones vegetales que presentaron el mayor número de especies capturadas y/u observados fueron el bosque tropófilo, con 28 especies, y el matorral xerófilo, con 22 (Tabla I). Le siguen en orden decreciente, el espinar xerófilo (19) especies, sabana (8) manglar (7), Herbazal (5) y playas arenosas (4). Las mayores abundancias relativas de reptiles se observaron en los alrededores de las localidades de Campoma, Guayacán, Caimancito, El Guamache y Manicuare, mientras que la menor abundancia se registró en el extremo occidental de la península, específicamente en Araya y Punta Araya (Figura 1).

El análisis de afinidad taxonómica entre las diferentes unidades ecológicas (Figura 2) indica la conformación de dos grupos, uno conformado por las unidades ecológicas espinar, matorral, bosque tropófilo, sabana y manglar; y otro por las playas arenosas y herbazal, las cuales se encuentran muy separadas del resto. Sin embargo, dentro del primer grupo el manglar y la sabana difieren sustancialmente, ya que el bosque tropófilo, el matorral xerofítico y el espinar conforman un grupo homogéneo, relacionado por su cobertura arbórea.

En términos de la estructura comunitaria de la herpetofauna de la península de Araya, las especies epigeas (53%) que utilizan el estrato terrestre dominan sobre las especies arbóreas (32%) y las acuáticas (15%). Sin embargo, a medida que el elemento arbóreo incrementa en las unidades ecológicas, incrementa la presencia de especies de reptiles que utilizan el estrato arbóreo de estas formaciones. Se aprecia (Tabla I) un incremento en el número de especies desde los herbazales, donde ninguna de las especies presentes utiliza la vegetación como estrato de búsqueda del alimento, a la sabana (1), manglar (2), espinar xerófilo (6), matorral xerófilo (9) y bosque tropófilo (11). Es interesante señalar que I. iguana y T. hispidus, especies arborícola la primera y saxícola la segunda, utilizan el suelo con alta frecuencia en esta región y en algunos hábitats.

Con relación al período de actividad de los reptiles, el 62% de las especies es diurno y el 38% nocturno, resaltando las culebras en este último (Tabla I). En términos tróficos, aunque las categorías no son excluyentes, dominan las especies carnívoras que se alimentan de vertebrados (49%), sobre las consumidoras de invertebrados (33%) y las herbívoras (18%). Es interesante señalar que Ch. mydas se comporta como herbívora y carnívora, y T. teguixin además de consumir vertebrados también consume invertebrados. Por su parte A. bifrontata, C. lemniscatus y T. hispidus consumen, además de invertebrados y reptiles pequeños, frutos de cactáceas tanto de bajo porte, como Melocactus curvispinus, Opuntia caracasana y O. elatior, de cactus arbóreos Rhodocactus guamacho y cactus columnares Stenocereus griseus y Pilocereus moritzianus, funcionando como dispersores de las semillas de estas especies.

El total de reptiles colectados con trampas de caída fue de 144 animales (Tabla II), repartidos en 14 especies, lo que representa 41,18% de todas las especies registradas en este estudio (Tabla I). Aunque las trampas de caída arrojan un buen porcentaje del total de especies capturadas, tan sólo una especie es registrada únicamente por este método, el resto de las 13 especies fueron también avistadas y/o colectadas (Tabla I). En los ambientes con mayor cobertura de especies arbustivas y arbóreas (espinar xerófilo, matorral xerófilo y bosque tropófilo) se capturaron 120 ejemplares en trampas de caída, lo cual corresponde a 84% del total de ejemplares registrados por esta técnica. La tasa general de captura fue de 2,06 ejemplares/100 HTD, estimación ligeramente superior a la obtenida por Péfaur y Pérez (1995) para vertebrados epígeos en el bolsón xerofítico de Mérida, Venezuela. Esta tasa de captura es relevante si consideramos que las trampas no se utilizaron en horas nocturnas.

El número de especies de reptiles capturados osciló mensualmente, presentando valores bajos de enero a julio, y aumentando a un poco más del doble de agosto a diciembre, época de lluvias (Figura 3). Por otra parte, la proporción de individuos capturados aumentó casi tres veces durante este mismo período de tiempo, lo que indica que las especies son más abundantes debido al proceso de reclutamiento de crías y juveniles a la población de mucha de las especies, además de mostrarse más activas.

Los hábitats con mayor número de especies también presentaron el mayor número de ejemplares capturados (Tabla II). La mayor cantidad de individuos capturados se obtuvo en la unidad de bosque tropófilo (40,97%), seguida por las unidades ecológicas de matorral xerófilo y espinar xerófilo. El manglar, la sabana y el herbazal mostraron las menores abundancias. Estas diferencias pudieran estar reflejando directamente el uso que hacen del hábitat los individuos de las diferentes especies, ya que en todos ellos se utilizó el mismo esfuerzo de captura. Sin embargo, en otro orden de ideas, las mayores abundancias observadas en el bosque tropófilo, matorral xerófilo y el espinar xerófilo parece obedecer a la mayor complejidad estructural de los mismos y por consecuencia una mayor disponibilidad de nichos (MacArthur y MacArthur, 1961; August, 1983), aunado al hecho de que estas formaciones vegetales tienen mayor extensión y están menos fragmentadas que el herbazal, el manglar y la sabana (Figura 1).

Espacialmente, se observó una mayor cantidad de especies en el sector oriental de la península de Araya, producto de la presencia de un extenso matorral xerófilo y una porción de bosque tropófilo (Figura 1). Este último posee una fisionomía más estructurada, además de una mayor riqueza hídrica y la presencia de zonas cultivadas que pueden proporcionar recursos adicionales a la fauna nativa. Por el contrario, la menor variedad de especies la presenta el sector occidental de la península, la cual está cubierta por vegetación xeromorfa, principalmente por el espinar xerófilo y un ramal muy pequeño del matorral xerófilo. Ambas unidades de vegetación se ubican sobre superficies planas y, sólo en algunos valles y cauces de escorrentía, se desarrollan pequeñas áreas con vegetación de mayor complejidad como consecuencia de la protección contra la acción eólica y con una mayor disponibilidad de nutrientes y humedad, lo que permite la presencia de elementos arbóreos de las familias Cactaceae, Caesalpinaceae y Euphorbiaceae, dispuestos irregularmente (Cumana, 1999).

Con relación a la abundancia de especies, C. lemniscatus, T. hispidus, G. vittatus, I. iguana y A. bifrontata fueron los lagartos más abundantes, y entre las serpientes destacan M. pleei y O. fulgidus.

En las laderas de los cerros y áreas abiertas de las unidades ecológicas del espinar y del matorral fueron observados muchos individuos de varias especies de reptiles refugiándose en el estrato inferior de plantas, como Agave cocuy y Castela erecta, probablemente buscando sombra para termorregular o forrajeando por posibles presas. Otras plantas importantes en el área, son el olivo Capparis pachacca, que presenta huecos y corteza rugosa, donde algunos individuos de G. vittatus y T. hispidus se refugian y/o sé mimetizan contra el color del tronco. Por su parte, algunos ejemplares de C. durissus cumanensis, B. constrictor, S. pullatus y P. guianensis pasan el día en los troncos huecos de esta especie y otros árboles, y sólo al oscurecer salen a forrajear.

En las playas arenosas del norte y sur de la península se ha citado la presencia de cuatro especies de tortugas marinas anidando (Guada y Solé, 2000), mientras que en el bosque tropófilo se observó a la tortuga terrestre G. carbonaria de la familia Testudinidae. De las cuatro especies de tortugas marinas que han sido reportadas para la península de Araya, dos (E. imbricata y D. coriacea) están clasificadas como "en peligro crítico" por la Unión Mundial para la Conservación de la Naturaleza (UICN; Crowder, 2000). Las otras dos (C. mydas, y C. caretta) son consideradas "en peligro" (Rodríguez y Rojas-Suárez, 1999) y están protegidas por el Gobierno Nacional (República de Venezuela, 1996b), razón por la cual organismos internacionales (PNUMA, WIDECAST), en colaboración con instituciones públicas y privadas del país, se encuentran desarrollando un Plan de Acción para la Recuperación de las Tortugas Marinas en el Territorio Nacional (Guada y Solé, 2000).

El caimán de la costa (C. acutus) y todas las tortugas marinas reportadas en este estudio están afectadas en la actualidad por actividades relacionadas con el comercio de ejemplares vivos y/o de sus partes, motivo por el cual han sido categorizadas en el Apéndice I de la Convención Internacional sobre el Comercio de Especies de Plantas y Animales Amenazados (CITES; República de Venezuela, 1996a, b). Por su parte, la tortuga terrestre G. carbonaria, los lagartos I. iguana, T. teguixin y la serpiente B. constrictor, todas de interés cinegético, se encuentran vedadas para la caza (República de Venezuela, 1996a) y están incluidas en el apéndice II del CITES debido a que la cacería ha mermado algunas de sus poblaciones en el ámbito nacional (Bisbal, 1990; Bisbal, 1992).

Dado el diseño de muestreo de campo usado, cabe suponer que muchas especies de reptiles terrestres y arborícolas de hábitos nocturnos no fueron capturadas ni observadas en los diferentes recorridos realizados por las formaciones vegetales de la península. Otro factor importante a considerar fue la inaccesibilidad de muchas de las áreas altas xeromorfas del centro y oriente de la península. Entre las especies de posible presencia pero no registradas en este estudio están los lagartos Ameiva ameiva (Familia Teiidae), Anolis auratus (Familia Polychrotidae) y Gonatodes humeralis (Familia Gekkonidae) que han sido reportadas en zonas de bosques húmedos premontanos del estado Sucre cercanas a la península y con características ambientales parecidas a los bosques tropófilos del sector oriental (Rivas y Oliveros, 1997). Entre las serpientes, no se observó a Chironius multiventris, Clelia clelia y Leptodeira annulata (Familia Colubridae) que son características de bosques secos tropicales. La baba (Caiman crocodilus) ha sido reportada por Gorzula (1981) en una ocasión en la laguna de Campoma, pero dado que no se ha registrado desde esa fecha, no se incluyó en el presente estudio.

Conclusiones

Los resultados de esta investigación indican la presencia de 34 especies de reptiles en toda la extensión de la península de Araya, registrándose la mayor cantidad de ejemplares y especies en el sector oriental, caracterizado por la existencia de un bosque tropófilo y un matorral xerófilo, que representan mejores condiciones climáticas y florísticas que las áreas del sector medio y occidental. Estas últimas presentan una vegetación predominante de espinares y matorrales, algunas de las cuales se encuentran intervenidas y desertificadas por el sobrepastoreo del ganado caprino y vacuno, así como por el cultivo de la sábila (Aloe vera), frutas y verduras que ha incrementado la deforestación, con una concomitante aceleración de los procesos de erosión, con impactos negativos en un futuro cercano sobre las poblaciones de vertebrados epígeos.

Agradecimientos

Los autores agradecen a José Ramón Rodríguez y José Andrade, de CIEGUDO, por permitir el uso de las instalaciones, a José Véliz por su asesoramiento con los datos de vegetación, a Gilson Rivas por la revisión taxonómica de algunos ejemplares, al pueblo de Guayacan por su hospitalidad, y al Consejo de Investigación de la Universidad de Oriente por el financiamiento del presente estudio (CI-5-1001-1021/01).

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