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Interciencia

versión impresa ISSN 0378-1844

INCI v.29 n.9 Caracas sep. 2004

 

Cartas al Director / Letters to the Editor / Cartas ao Diretor

El Fuego en la Gran Sabana

Iokiñe Rodríguez

iokirod@telcel.net.ve

Estimado Sr. Director,

Quisiera responder brevemente a la carta de Nelda Dezzeo, Lionel Hernández y Horst Fölster (Interciencia 29(7): 409-410, 2004) referente a mi artículo publicado en marzo del año en curso (Interciencia 29(3): 121-129, 2004) sobre el conflicto entre el conocimiento pemón y científico del fuego en el Parque Nacional Canaima.

Leí la carta con gran interés ya que considero que el intercambio de ideas y la crítica son parte esencial del debate científico. Más aún en un tema como el que está en cuestión, el cual por décadas ha requerido de una sana confrontación de ideas y perspectivas. En este sentido agradezco aquellos comentarios que contribuyen a enriquecer el debate sobre los resultados de mi investigación. Me limitaré aquí a comentar sólo dos aspectos de la carta que considero de mayor relevancia.

El artículo que publicado busca abrir caminos al diálogo y al entendimiento entre maneras diferentes de ver el fuego en la Gran Sabana y sus impactos. No pretendo en ningún momento descalificar el conocimiento científico ni darle preponderancia al conocimiento pemón. Más bien planteo la necesidad de revisar cómo se aplica la ciencia en la formulación de políticas, dando espacio, o no, a otras formas de conocimiento y respondiendo, o no, de manera objetiva preguntas que nos permitan avanzar hacia la construcción de políticas de manejo ambiental bien fundamentadas.

Sin embargo, al leer la carta en cuestión, siento que una vez más hay una resistencia a valorar, respectar y tomar en cuenta las explicaciones que nos dan los pemón sobre sus maneras de usar el fuego y ver el cambio ambiental local. Ejemplos de ello son la manera como se descalifican, por no ser consideradas "científicas": a) explicaciones pemón para el uso del fuego como el rejuvenecimiento de la sabana, la prevención de incendios y la estética del paisaje, b) la leyenda de Makunaima como construcción cultural local de la formación del paisaje, y c) la explicación dada por los abuelos de Kumarakapay al incendio de 1926 (la cual es corroborada en mi artículo por fuentes históricas). En ninguno de estos casos pretendo que se considere exclusiva la visión pemón, sino más bien sugiero que es importante tomarla en cuenta como otra visión que nos puede ayudar a enriquecer las explicaciones parciales que se han hecho del uso del fuego en la Gran Sabana. Si hay incongruencias entre el discurso pemón sobre el uso del fuego y lo observado en la práctica, ¿no sería beneficioso para todos tratar de comprender por qué las hay, en lugar de rechazar estas perspectivas? Las respuestas pueden ser diversas (desde políticas hasta culturales), además de necesarias para lograr un manejo sostenible del fuego en la Gran Sabana.

La tendencia a subvalorar el conocimiento pemón resalta además en la manera como se siguen interpretando de forma incorrecta datos sobre la vinculación de los pemón con su ambiente. Tal es el caso de la cita que se hace de Butt-Colson (1985) para sugerir que la llegada de los pemón a la Gran Sabana es posiblemente reciente, habiendo ocurrido, de acuerdo a la lectura hecha por los autores del citado artículo, "hace unos 300 años". El peligro de esta cita es que ha sido usada para sustentar argumentos que pretenden demostrar que los pemón tienen un conocimiento ecológico empobrecido debido al supuesto corto tiempo de residencia en sus territorios actuales. Pero el artículo no afirma lo que alegan los autores. La Dra. Butt-Colson aclaró este punto en una conversación que tuvimos hace unos años, ya que no es la primera vez que se interpreta su artículo de esta manera:

"Muchas gracias por señalarme el origen de la aseveración en la cual yo dije que los pemón son ocupantes recientes de la Gran Sabana. Hay un malentendido aquí. Yo me estaba refiriendo al primer contacto entre personas del Viejo y Nuevo Mundo (comercio entre ellos, etc.), luego al asentamiento de pueblos del Viejo Mundo en las partes bajas de los ríos principales (Ej. los Ríos Orinoco, Esequibo, Berbice) …No existe absolutamente ninguna evidencia histórica para sugerir que los pueblos indígenas de Guayana no estaban, en los tiempos del "Descubrimiento" y sus primeros contactos, en las áreas que ocupan hoy en día, aunque se dieron movimientos subsecuentes debido a las persecuciones europeas y de los Caribes …Realmente necesitamos un record arqueológico para saber que pasó antes de 1492" (Audrey Butt-Colson, comunicación personal).

Quisiera culminar señalando que mientras mayor sea la diversidad de visiones que contribuyan a profundizar el debate sobre el uso e impacto del fuego en la Gran Sabana, mayor será la posibilidad de crear un diálogo constructivo sobre el tema y por ende de ir reduciendo las tensiones existentes en el Parque debido a las políticas actuales de control de incendios. Ojalá futuras investigaciones permitan avanzar en este sentido.