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versión impresa ISSN 0378-1844

INCI v.31 n.7 Caracas jul. 2006

 

USO MEDICINAL DE LA FAUNA SILVESTRE EN LOS ALTOS DE CHIAPAS, MÉXICO

Patricia Enríquez Vázquez, Ramón Mariaca Méndez, Óscar Gustavo Retana Guiascón y Eduardo Jorge Naranjo Piñera

Patricia Enríquez Vázquez. Bióloga, Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM). M.C. en Recursos Naturales y Desarrollo Rural, El Colegio de la Frontera Sur (ECOSUR), San Cristóbal de Las Casas, Chiapas, México. Estudiante de Posgrado, ECOSUR, México. e-mail: patriciaev@yahoo.com

Ramón Mariaca Méndez. Ingeniero Agrónomo, Colegio Superior de Agricultura Tropical de Cárdenas, Tabasco, México. M.C. en Etnobotánica, Colegio de Potgraduados, Montecillo, México. Doctor en Antropología Social, Universidad Iberoamericana de México. Investigador, ECOSUR, San Cristóbal de Las Casas, Chiapas, México.

Óscar Gustavo Retana Guiascón. Biólogo y M.C. en Biología Animal, UNAM, México. Ph.D. en Gestión de Vida Silvestre, Universidad Bircham International, EEUU. Profesor Investigador, Centro de Estudios de Desarrollo Sustentable y Aprovechamiento de la Vida Silvestre (CEDESU), Universidad Autónoma de Campeche, México.

Eduardo Jorge Naranjo Piñera. Biólogo, Universidad Autónoma Metropolitana, México. Maestro en Manejo de Vida Silvestre, Universidad Nacional de Costa Rica. Doctor en Ecología y Conservación de Fauna Silvestre, Universidad de Florida, EEUU. Investigador, ECOSUR, Chiapas, México.

Resumen

En países como México, donde se alberga una alta diversidad tanto biológica como cultural, existe un gran conocimiento y uso de los recursos biológicos por parte de diferentes grupos étnicos; sin embargo, pocos estudios abarcan el aspecto de la fauna medicinal a pesar de ser una práctica milenaria. Dada la escasa información al respecto, en el presente trabajo se estudió a los dos grupos indígenas más representativos del estado de Chiapas: tsotsiles y tseltales, ubicados en la región Altos. La finalidad del estudio consistió en conocer cuáles especies de animales son utilizadas para curar enfermedades y su forma de empleo. Se realizaron 368 entrevistas semiestructuradas con apoyo de imágenes de animales de la región a pobladores de >30 años. Se encontraron 74 especies de animales y 36 partes o productos de éstos que son empleados para tratar una o más de 128 enfermedades o padecimientos registrados, desde dolor de cabeza hasta cáncer o SIDA. Se calcularon los valores de diversidad para el uso medicinal (VDM) de cada especie, para el número de especies usadas para cada enfermedad o padecimiento (VDE), y para el uso de partes o productos aprovechados de cada animal (VDPA). Los animales más importantes para estos propósitos en el área de estudio son tlacuache (Didelphys sp.), armadillo (Dasypus novemcinctus) y zorrillo (Mephitis macroura), con VDM > 0,23 cada uno. Las partes más utilizadas son animal completo, carne y grasa.

Medicinal use of wild fauna in Los Altos de Chiapas, MEXICO

Summary

In countries with a large biological and cultural diversity, like Mexico, there is ample knowledge and utilization of biological resources by different human groups. However, few studies are devoted to medicinal fauna, even though animals have been used in medicine for several centuries. Given the limited information available, the main goal objective of the present work was to learn about the animal species being used in order to cure diseases and ailments, and the way they are being used, by two of the most representative indigenous groups in the State of Chiapas: tsotsiles and tseltales, both concentrated in the region of Altos. Aided by images of animals from the region, 368 semi-structured interviews were carried out with local inhabitants of >30 years of age. A total of 74 animal species and 36 different parts or products of these animals were found to be used for treating one or more of 128 different diseases or ailments, from a simple headache to a cancer or AIDS. Diversity values for the medical use of each animal species (VDM), for the number of species used for every illness (VDE) and for the parts or products used from each animal (VDPA) were estimated. The animals most widely used with medicinal purposes are tlacuache (Didelphys sp.), armadillo (Dasypus novemcinctus) and zorrillo (Mephitis macroura), with VDM >0.23 each. The most widely used parts are whole animal, meat and fat.

Uso medicinal da fauna silvestre nos Altos de Chiapas, México

Resumo

Em países como o México, onde se aloja uma alta diversidade tanto biológica como cultural, existe um grande conhecimento e uso dos recursos biológicos por parte de diferentes grupos étnicos; no entanto, poucos estudos abarcam o aspecto da fauna medicinal apesar de ser uma prática milenária. Dada a escasa informação a esse respeito, o presente trabalho estudou os dois grupos indígenas mais representativos do estado de Chiapas: tsotsiles e tseltales, localizados na região Altos. A finalidade do estudo consistiu em conhecer quais espécies de animais são utilizadas para curar enfermidades e a forma de sua utilização. Realizaram-se 368 entrevistas semi-estruturadas, com apoio de imágens de animais da região, em habitantes maiores de 30 anos. Encontraram-se 74 espécies de animais e 36 partes ou produtos de estes que são empregados para tratar uma ou mais de 128 enfermidades ou padecimentos registrados, desde dor de cabeça até cáncer ou AIDS. Calcularam-se os valores de diversidade para o uso medicinal (VDM) de cada espécie, para o número de espécies usadas para cada enfermidade ou padecimento (VDE), e para o uso de partes ou produtos aproveitados de cada animal (VDPA). Os animais mais importantes para estes propósitos na área de estudo são "tlacuache" (Didelphys sp.), "armadillo" (Dasypus novemcinctus) e "zorrillo" (Mephitis macroura), com VDM > 0,23 cada um. As partes mais utilizadas são animal completo, carne e gordura.

PALABRAS CLAVE / Etnomedicina / Etnozoología / Fauna Medicinal / Tseltales / Tsotsiles /

Recibido: 15/12/2005. Modificado: 26/04/2006. Aceptado: 15/05/2006.

Introducción

En todos los pueblos el proceso de salud-enfermedad es una realidad concreta presente en el ciclo de vida de los individuos, por lo que desde siempre, la observación de los padecimientos y enfermedades ha sido una preocupación básica del hombre, que lo ha llevado a elaborar complejas concepciones sobre la vida y la muerte, así como de las enfermedades y sus tratamientos. Parte importante del patrimonio cultural de cada pueblo es este desarrollo cognoscitivo y la conformación de sistemas médicos empíricos teniendo como base la apropiación y uso de los recursos naturales del entorno, conocimientos que se han transmitido de generación en generación para preservar la vida y permitir la reproducción y florecimiento de la propia cultura (Lozoya, 1982; Page, 1996).

Una característica básica de la medicina tradicional es su fuerte y necesaria vinculación con lo cultural, tanto individual como social. Además, por lo general, esta práctica va más allá del cuerpo, intentando reequilibrar tanto el aspecto físico como los de índole espiritual, vivencial y anímico (Holland, 1978; Gubler, 1996; Page, 1996; Torres, 1999), por lo que existen enfermedades que el médico alópata no es capaz de curar ni entender, ya que sus causas no son de índole natural. Aún así, son padecimientos que están muy arraigados en la población, considerándose como enfermedades de origen cultural (Barba, 1980; Hernández, 1988; Rodríguez y Shadow, 1996).

En el caso especifico del uso de la fauna con propiedades medicinales, es conocida su amplitud, a pesar de ser poco estudiado en comparación con el uso de plantas (Branch y Da Silva, 1983; Bisset, 1991; Adeola, 1992; Pemberton, 1999; Costa-Neto, 1999, 2002, 2004; Costelo y Paulino, 2002; Torres 2003; Barbarán 2004; Cortez et al., 2004), encontrándose más de 230 especies utilizadas en el mundo según IFAW (2002). En México, desde la época prehispánica se han empleado animales con fines medicinales. Entre los estudios más representativos se encuentran los de Barajas (1951), Hernández (1959), Campos (1979), De la Cruz (1991) y Sahagún (2003). En todos estos trabajos se hace referencia a animales que se sabe que aún se utilizan, como es el caso de los tlacuaches (Didelphidae), zorrillos (Mustelidae), abejas (Meliponidae), hormigas (Formicidae) y lagartijas (Lacertilia) de diversas especies, entre otras.

Para el caso de Chiapas existen algunos trabajos en los que se hace mención de animales con uso medicinal (Hunn, 1977; Moscoso, 1981; Naranjo et al., 1997; Sánchez, 2000; Ventura, 2000; Gordillo, 2001; Guerra, 2001; Cruz-Lara, 2002; Flores, 2004; Naranjo et al., 2004). De ellos, solamente tres fueron realizados en la región de Altos, donde se encuentra la mayor densidad de población tsotsil y tseltal, los grupos más representativos por el número de personas parlantes de lenguas mayenses en el Estado, quienes aún aprovechan de diversas formas a los animales con fines alimentarios, artesanales y religiosos, entre otros. Con fines medicinales se ha reportado el uso de 52 especies animales aplicadas de diversas formas, dependiendo de la enfermedad o dolencia de que se trate (Hunn, 1977; Moscoso, 1981; Sánchez, 2000). Sin embargo, al no ser trabajos específicos sobre el tema, en muchos casos falta información sobre aspectos como las partes del animal empleadas y la forma de preparación de los productos aplicados.

Para la región Altos y en general todo Chiapas, no se cuenta con trabajos que aborden de manera central el tema de la fauna medicinal, razón por la que el presente estudio propone acercarse al conocimiento que la población indígena tsotsil y tseltal posee sobre los animales con valor medicinal. El objetivo general consistió en registrar y analizar el conocimiento indígena de la región Altos de Chiapas sobre el uso de la fauna silvestre con fines medicinales, teniendo como objetivos particulares: determinar las especies faunísticas con utilidad médica entre comunidades tsotsiles y tseltales de los Altos de Chiapas, identificar las enfermedades o padecimientos que son atendidas con tales especies y cuáles partes del animal se emplean, y estimar el valor de diversidad de uso del recurso fauna en la medicina tradicional indígena de la región.

Área de Estudio

Los Altos de Chipas es una zona montañosa cárstica con múltiples fallas y lomeríos cuya altitud varía entre 800 y 2500msnm, donde el bosque de pino-encino es el más frecuente y es posible encontrar fragmentos de bosque mesófilo de montaña y bosque de encino. La temperatura media anual oscila entre 13 y 22ºC (Romo, 2000). En la región se encuentran los climas Cw2, Cm, C(A)w, según la clasificación de Köppen, modificada por García, con precipitaciones de 1300 a 2200mm al año y presencia de neblina frecuente (Romo, 2000). Con relación a la fauna, se encuentran especies de origen Neártico y Neotropical, debido a la altitud y posición geográfica de la zona (Álvarez del Toro, 1993).

La región está compuesta por 18 municipios, con una superficie de 3770km2 y una población de 480827 habitantes, un 57,2% indígenas (COESPO, 2002). La actividad económica principal de la zona es la agricultura y en menor medida se encuentran la ganadería, el comercio, la extracción de grava y piedras, etc. (Sánchez, 2000).

La zona de estudio comprendió los municipios en los que existe un porcentaje mayor del 30% de personas parlantes de las lenguas tsotsil o tseltal (COESPO, 2002). Con el grupo tsotsil se trabajó en los minicipios de Zinacantán, Chalchihuitán, Mitontic, Aldama, Chenalhó, Santiago El Pinar, Larráinzar y Pantelhó, y con el grupo tseltal se muestrearon los municipios de Oxchuc, Tenejapa, Chanal, Amatenango del Valle y Pantelhó (Figura 1).

Métodos

Tamaño de muestra

Con base en los criterios de Krejcie y Morgan (2003), el intervalo de confianza (95%) estimado para las 368 entrevistas aplicadas durante el estudio fue de 5,1%. Las entrevistas fueron semiestructuradas y se realizaron con hombres y mujeres incluyendo 186 tsotsiles y 182 tseltales. Fue necesario contar con el apoyo de traductores, ya que la mayor parte de las personas no hablan español; además, se requirió de fotografías de animales para asegurar la referencia correcta. Las entrevistas se realizaron en las 13 cabeceras municipales, y en el caso de Pantelhó, debido a que en la cabecera se encuentra la población tsotsil y en poblaciones menores la tseltal, fue necesario también abarcar tres comunidades: Nuevo Jerusalem, San Fernando y Las Láminas. El trabajo de campo se llevó a cabo de marzo a junio de 2005, con una estancia en cada lugar de tres días en promedio, siendo un muestreo con el método Rapid Ethnoecological Assessment

Procedimiento

Con la finalidad de conocer la importancia que tiene cada animal dentro de la medicina tradicional de la región, se implementó el índice

VDM = EA/nE

donde VDM: valor de diversidad medicinal que tiene cada animal, EA: número de enfermedades que cura un animal, y nE: total de enfermedades o padecimientos registrados. Para fines de esta prueba, se descartaron aquellos animales poco mencionados y en los que no se encontró un consenso en la enfermedad que curan, esto debido a que se consideró que la repetición es un indicador de eficacia y de uso frecuente.

Para obtener un valor de diversidad para cada enfermedad o padecimiento, se aplicó la fórmula

VDE = AE/nA

donde VDE: valor de diversidad de uso medicinal, AE: número de especies que curan una enfermedad determinada, y nA: total de especies registradas con propiedad medicinal. Este cálculo se aplicó para evaluar posibles relaciones entre animales y enfermedades. Considerando que la duplicidad de información proporciona cierta garantía de veracidad al uso, se excluyeron las enfermedades o padecimientos poco referidos y en los que no coincidió nunca el animal usado.

También se estimó el valor de diversidad del uso de partes o productos de cada animal (VDPA) por medio de la fórmula

VDPA= PA/nP

donde PA: número de partes usadas de cada animal, y nP: total de partes registradas. Para aplicar esta fórmula, fue necesario considerar las especies con más de dos menciones, con la idea de analizar su importancia a partir de la cantidad de las partes o productos utilizados.

Dado que son pocos los estudios relacionados con el tema, el presente trabajo tiene un carácter descriptivo con la idea de tener un acercamiento al conocimiento indígena y dar a conocer un panorama general sobre la importancia que tienen los animales silvestres dentro de la medicina tradicional de los Altos de Chiapas.

Resultados y Discusión

Entre las comunidades indígenas estudiadas en la región Altos de Chiapas se encontraron 74 especies de fauna silvestre utilizadas con fines medicinales: 1,3% (1) para cada grupo de moluscos, anélidos, arácnidos y peces; 4% (3) crustáceos, 12% (9) aves, 14,8% (11) anfibios, 16% (12) insectos, 20% (15) reptiles y 27% (20) mamíferos (Tabla I). Estos animales son utilizados para curar un total de 128 enfermedades, padecimientos o malestares de los pobladores del área de estudio (Tabla II). De acuerdo con Barba (1980), Hernández (1988), Rodríguez y Shadow (1996), Berlin (2000) y Page (2005), 8 de estas enfermedades se catalogan como enfermedades de origen cultural:

- Espanto, cuando un niño se cae o se asusta, perdiendo en ese lugar su alma;

- Aire, dolor intercostal, afecciones respiratorias, retortijones o "boca chueca", entre otras;

- Frialdad, cuando se enfría una parte del cuerpo, generando dolor y mal funcionamiento de órganos;

- Aire en el brazo, dolor del brazo tanto muscular como del hueso;

- Comezón, cuando dan muchas ganas de rascarse el cuerpo sin que exista una razón, no hay ronchas, resequedad ni ha picado ningún animal;

- Aire en el corazón, se determina cuando existe dolor de corazón;

- Coraje o niños que enferman por enojones;

- Doble pelo, presentándose en bebés lactantes, que se ponen muy llorones, con diarrea y en los que crece un "segundo pelo" haciendo que este se sienta más tieso y duro.

A pesar del tiempo y de la nula aceptación por parte de la medicina alópata, las enfermedades culturales siguen siendo frecuentes en la zona, lo que hace que su cura sea base importante de su acervo cultural ya que solo entre ellos podrán curarse. Es importante hacer mención que entre las enfermedades más frecuentes de la zona están el aire, doble pelo y espanto, por lo que la mayoría de la gente sabe cómo curarlas.

Cabe destacar la diferencia que entre "aceleración de partos" y "dificultad de partos". El segundo término está relacionado con aspectos como "caderas estrechas", "que no salga la placenta completa", y "que no exista la dilatación suficiente"; en cambio, la aceleración de parto está referida a la fuerza y constancia de las contracciones uterinas. También se encontraron remedios para "que no salgan canas" y "para las mujeres que sólo tienen hijos de un mismo sexo".

Se reportaron 36 diferentes partes o productos animales utilizados, existiendo algunos específicos como "glándula odorífera" o glándula anal, exclusiva de los zorrillos (C. mesoleucus, M. macroura, S. putorius), miel de abeja (Himenoptera: Apidae/ Meliponidae), "caparazón del armadillo" (D. novemcinctus), el crótalo de la víbora de cascabel (C. durissus) para acelerar partos y "espinas del puerco espín" (C. mexicanus) para el mareo. Existen otras no tan exclusivas pero que delimitan el tipo de órgano, como plumas, alas y cuernos; por lo que las partes más mencionadas fueron aquellas más generalizadas como es "todo el animal", la carne, la grasa o la cola (Tabla II).

Valor de Diversidad de Uso Medicinal (VDM)

En lo que respecta al valor de diversidad de uso medicinal (VDM; Figura 2), muchas especies son utilizadas para enfermedades determinadas. Es decir, existe una relación donde siempre que se presenta una enfermedad está presente el uso de un animal específico, por lo que en este sentido, los VDM más bajos son los más importantes. Esto se aprecia en el caso del alacrán (Centuroides sp.) con VDM= 0,007, lo que implica que todas las personas que lo utilizan lo hacen para curar las reumas, utilizando todo el animal, el cual debe guardarse en un frasco con alcohol y al usarse únicamente se unta en la zona adolorida (Tabla II); en las tijerillas (F. auricularia; VDM= 0,015) que son empleadas en un 80% para dolor de oído, envolviendo a todo el animal en algodón, el cual se pondrá en el oído; el 66,6% que mencionó el uso de la cucaracha (Blatta sp.; VDM= 0,023) lo hace con el fin de curar la tosferina, después de que se dora, se muele y se pone en agua caliente para beber; la cochinilla (Crustáceo: Isopoda), también presenta un VDM= 0,023 y es usada para problemas auditivos (63,6% para el dolor de oído y 27,3% en caso de sordera), aunque en este caso hay diferentes formas de uso, ya sean hervidas, poniendo únicamente unas gotitas en el oído, o bien se pueden freír en aceite comestible y poner un par de gotitas del aceite ya frió en el oído o bien se envuelven en un trapo y se pone en el oído; con un VDM= 0,031 se encuentran los escarabajos (Coleoptera: Meloidae), utilizados en un 50% para quemar las verrugas. Estos escarabajos desprenden un líquido amarillento al ser capturados; es necesario rasparse la verruga y después ponerse ese liquido directamente.

Los VDM más altos denotan una mayor cantidad de enfermedades a curar, lo que implica que no existe especificidad en su uso medicinal, lo que no le resta importancia al animal sino, al contrario, son especies con un elevado aprovechamiento e importancia para la sociedad. El hecho de que estos animales no sean tan específicos en su utilización hace que las personas encuentren mayores beneficios en ellos, por lo que algunos los guarden en sus casas. Este es el caso de la cola del tlacuache (Didelphis sp.), animal del cual se consideró conjuntamente a las dos especies conocidas, ya que los pobladores no hacen una diferenciación precisa entre las dos; del caparazón del armadillo (D. novemcinctus), la grasa de las víboras, la glándula odorífera de los zorrillos, la miel de abeja y los huesos de tuza (O. hispidus). Con excepción de los zorrillos, estos animales tienen usos alimenticios, lo que eleva aún más su VDM ya que al ser aprovechados en la alimentación, se guardan las partes útiles en la medicina.

Valor de Diversidad para Cada Enfermedad o Padecimiento (VDE)

Al calcular los valores de diversidad para cada enfermedad o padecimiento (VDE) se encontró que los más bajos son de mayor importancia, ya que indican un patrón; es decir, existe una relación directa entre una especie y una enfermedad. En cambio, los VDE más altos indican una gran variedad de animales asociados a su cura. Entre los padecimientos con VDE bajos está el doble pelo (VDE= 0,025) donde se utiliza principalmente el cráneo o el pelo de la tuza (94% de los entrevistados que curan dicha enfermedad), en el caso del cráneo éste se debe quemar bien y el carbón ponerlo en agua, que luego se unta en la cabeza del bebé y se tapa con un trapo durante toda la noche, debiéndose hacer por tres noches seguidas; en el caso del pelo, éste se pone a dorar y se le agrega un poco de agua, que se debe tomar tres o cuatro veces, aunque también se puede quemar y con eso se lava la cabeza del bebé. Con el mismo VDE= 0,025 se encuentran "mujeres que solo tienen hijos de un mismo sexo" y dolor de estómago de bebés, curados principalmente, en el primer caso comiendo la carne de la tortuga (K. scorpioides; 75%) y en el segundo con miel de abeja diluida en agua o con la cabeza de la tuza (O. hispidus), incluyendo carne, pelo y huesos, bien molido y con azúcar. Con VDE= 0,038 se encuentran enfermedades y padecimientos como los "nacidos", furúnculos de la piel, curados con el consumo de la carne del tlacuache (85%); para el desmayo se toma la sangre del colibrí por trece días (Trochilidae; 80%); la impotencia sexual masculina se atiende con el pene del tejón (N. narica; 75%) ya sea hervido y tomando el agua, o bien dorado se le raspa un poco y eso se pone en agua para tomarlo; la tartamudez se trata con el consumo de grillos bien dorados (Gryllus sp.; 57%); y el dolor al orinar se controla con chapulín (Orthoptera: Acrididae) hervido, tomándose el agua dos o tres veces (60%). Con VDE= 0,012 se encuentra la disentería, que se cura con el caparazón del armadillo (Tabla II).

Por el contrario, las enfermedades o padecimientos con mayor número de animales asociados a su cura, con VDE más altos (Figura 3), son la hinchazón y reumas (VDE= 0,24 y 19 animales), tos ferina (VDE= 0,20 y 16 especies), aire (VDE= 0,19 y 15 especies), rabia (VDE= 0,18 con 14 especies), anemia y dolor de estómago (VDE= 0,15 y 12 especies), y dolor de huesos (VDE= 0,14 y 11 especies). Es importante resaltar que en este grupo se encuentran las enfermedades más frecuentes de la región (hinchazón, aire y reumas), por lo que no es de extrañar que existan diversas opciones para su cura.

Valor de Diversidad del Uso de Partes o Productos de Cada Animal (VDPA)

Al estimarse el VDPA (Figura 4) se apreció que el valor más alto es para el zopilote (C. atratus) (0,27), seguido de la tuza (0,25), ya que se aprovecha el mayor número de partes o productos de estas especies, 10 para la primera y 9 para la segunda. En este caso no se busca encontrar un patrón de uso, ya que lo importante es conocer el tipo de aprovechamiento que se tiene de cada especie, de tal forma que entre más partes o productos se utilicen, el animal tiene mayor valor en medicina. En el caso de la abeja, de la que se utilizan dos productos (veneno y miel) para curar 21 enfermedades, el VDPA es de 0,25; para el chapulín y el grillo (VDPA= 0,05 para ambos) se utilizan las patas y todo el animal, el primero se emplea para 11 enfermedades y el segundo en 12. En el caso de la cochinilla (VDPA= 0,027) siempre se utiliza todo el animal. Por su reducido tamaño los invertebrados se utilizan enteros, por lo que su VDPA es bajo. En cambio, en los vertebrados usualmente se usan partes específicas, lo que aumenta el VDPA.

De los trabajos ya realizados en la zona únicamente el tejón, tuza, tlacuache y la abeja se han reportado para las mismas enfermedades que se registraron en este trabajo. La diferencia encontrada en el uso de los animales puede deberse a factores como el tipo de indagación realizada, considerando que el estudio de Moscoso (1981) estuvo enfocado a plantas medicinales y el de Sánchez (2000) y Hunn (1977) fue realizado con el fin de conocer, de manera general, la importancia de los animales, la percepción que se tiene de ellos, y sus usos y aprovechamientos. También puede haber influido el tipo de encuestas hechas, el tiempo de muestreo e incluso al momento de llevar a cabo el trabajo. En este sentido, se podría pensar que la apropiación y/o generación de curas para nuevas enfermedades es reciente y lenta, lo que habla de la dinámica de la medicina tradicional actual.

Cabe hacer énfasis en que la mayor evidencia de la efectividad que tiene el uso de animales, se encuentra en el hecho de que han sido utilizados en todas las épocas para curar, razón que indica la importancia del conocimiento generado y transmitido por los grupos indígenas, lo que a su vez subraya la necesidad de darle importancia a la difusión del conocimiento dentro de la misma población usuaria. Aunado a esto, es necesario remarcar la intención del presente trabajo, que busca tener un acercamiento al conocimiento tradicional indígena sobre la fauna medicinal, y no de juzgarla ni ponerla a prueba bajo el ojo de la ciencia moderna, teniendo una visión de respeto y valoración de las prácticas centenarias o milenarias presentes en diversos países del mundo.

En México, el Art. 79 de la Ley General de Equilibrio Ecológico y Protección al Ambiente indica la importancia del conocimiento biológico tradicional, y en el Art. 71 de la Ley para la Conservación de la Biodiversidad y la Protección Ambiental del Estado de Chiapas se considera el aprovechamiento racional de los recursos naturales y la protección de los ecosistemas, buscando el rescate y reconocimiento de los conocimientos tradicionales estando en ello incluida la medicina indígena (IHNE, 2004). Aunado a esto, si se considera que la base para los programas de conservación es el aprovechamiento de los recursos naturales por parte de los pobladores, éste trabajo puede servir como una plataforma para la propuesta de conservación de algunas especies. Para ello serán necesarios futuros trabajos sobre la diversidad faunística en la región a fin de determinar cuáles especies se encuentran y su respectiva abundancia.

Por otro lado, la Secretaría de Salud (2003) esta impulsando a nivel federal el desarrollo de estudios de medicina tradicional con la finalidad de llegar a más personas. El presente trabajo brinda información que podrá ser aprovechada en la zona, considerando que el actual gobierno del estado de Chiapas esta interesado en la unión de las dos medicinas, creando hospitales en siete municipios en los que se desarrollará la medicina intercultural, combinando medicamentos de patente con los que utilizan los pueblos indígenas (CDI, 2005; Gobierno de Chiapas, 2005).

Conclusiones

La gran cantidad de especies detectadas como medicinales en la zona de estudio, indica la importancia actual de la medicina tradicional, identificando un total de 74 especies animales que van desde invertebrados a vertebrados.

La fauna silvestre utilizada en la medicina tradicional de la zona sirve como remedio tanto para enfermedades reconocidas por la medicina occidental, como para las enfermedades culturales locales, reconociendo 128 enfermedades.

La medicina tradicional implica un conocimiento minucioso de las partes y productos de los animales utilizados, lo que demuestra su amplio estudio empírico por parte de la población usuaria, encontrándose la utilización de 36 partes o productos de diferentes animales.

Con la implementación del índice para determinar los valores de diversidad medicinal de cada especie, se identificaron los animales más usados: tlacuache, armadillo y zorrillo, así como también se encontró especificidad en algunos animales en relación a una enfermedad determinada, como es el caso del uso del alacrán exclusivamente para dolores de reumas.

Con el valor de diversidad de uso medicinal se encontró que las enfermedades más frecuentes son curadas con gran variedad de especies, aunque fue posible encontrar exclusividad, como es el caso de la disentería, curada únicamente con armadillo.

El valor de diversidad del uso de partes y productos de cada animal, proporcionó información sobre el tipo de aprovechamiento de cada especie, encontrando que el zopilote es el animal que más partes o productos aporta a la medicina tradicional de los Altos de Chiapas.

Agradecimientos

Los autores agradecen la beca de maestría otorgada por CONACYT (#185676) y los apoyos económicos del CONACYT a través del programa PIFOP.

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