Interciencia
versión impresa ISSN 0378-1844
INCI v.32 n.1 Caracas ene. 2007
¿Qué hacer con la literatura gris?
La cantidad de literatura gris, entendida como el cúmulo de material científico que no ha sido arbitrado en la forma habitual y no se halla al alcance de los científicos en cualquier parte, es incalculable.
Bajo la denominación de literatura gris se incluyen tesis y trabajos de ascenso de todos los niveles de la educación superior, informes técnicos o institucionales y publicaciones periódicas locales o de pobre o nula distribución, escritas generalmente, pero no siempre, en idiomas distintos al inglés, el cual se ha constituido en el idioma científico universal. Existe una abundante literatura gris en todos los países del orbe, sean desarrollados o no.
Tradicionalmente el concepto de literatura gris se contrapone al de las publicaciones, sean de la llamada corriente principal o no, que aparecen periódicamente y que llenan las expectativas de la comunidad académica en cuanto a su seriedad, objetividad, calidad y disponibilidad. Hoy en día, con la difusión general y disponibilidad de los medios electrónicos, el panorama es objeto de importantes cambios. Hay iniciativas muy serias de difusión de información científica fuera de los medios tradicionales, para las etapas de pre-publicación, de arbitraje abierto, de publicación y de discusión post-publicación. Hay repositorios de información, locales y nacionales, que son accesibles universalmente por la internet.
Por otra parte, la aceptación generalizada del factor impacto y su cuasi-monopolio en manos del Institute of Scientific Information son objeto de cuestionamiento. Se han constituido sistemas paralelos de validación de publicaciones al nivel local, nacional, y regional. En buena parte, esto ha sido el resultado de la implementación de sistemas institucionales o nacionales de reconocimiento a la labor de investigadores y profesores.
Si al comienzo se consideró incalculable la cantidad de literatura gris existente, igualmente incalculable es aquella de lo que no vale la pena rescatar, por no representar aporte alguno de carácter novedoso, utilizable o digno de lectura, ni siquiera al nivel local. No obstante, es sin duda mucha también aquella información que debería ser recuperada, validada y hecha accesible a la comunidad científica.
La mayor dificultad para llevar a cabo una validación de la literatura gris existente es establecer criterios, por demás necesarios, para admitir o rechazar un determinado material e incorporar entonces lo seleccionado en bases de datos apropiadas, con una catalogación indexada que permita la utilización de aunque sea una buena parte de, que nunca lo será de todo, el material. Tal validación requerirá de un inmenso esfuerzo multidisciplinario y una gran objetividad. Pero es factible.
Es tanta la información que podría parecer no tener sentido alguno acometer la necesaria evaluación de la totalidad del material existente. Sin embargo, es necesario tomar en cuenta la realización de iniciativas interesantes y fructíferas llevadas a cabo con el fin de sistematizar y clasificar el acopio existente de literatura gris por áreas específicas de conocimiento, como es el caso de, por ejemplo, las ciencias de los alimentos.
Se impone realizar un gran esfuerzo de parte de instituciones, gobiernos y organizaciones internacionales, así como de fundaciones privadas, para lograr un verdadero progreso en la evaluación, descarte (¿porqué no?), clasificación, almacenaje y difusión de la literatura gris.
Miguel Laufer, Director, Interciencia