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Interciencia

versión impresa ISSN 0378-1844

INCI v.32 n.2 Caracas feb. 2007

 

 Evaluación de lodos residuales como abono orgánico en suelos volcánicos de uso agrícola y forestal en jalisco, méxico

Eduardo Salcedo-Pérez, Antonio Vázquez-Alarcón, Laksmy Krishnamurthy, Francisco Zamora-Natera, Efrén Hernández-Álvarez y Ramón Rodríguez Macias

Eduardo Salcedo Pérez. Ingeniero Agrónomo, Universidad de Guadalajara (UG), México. Doctor en Ciencias Agrícolas (Edafología), Colegio de Postgraduados (COLPOS), México. Profesor Investigador, Universidad de Guadalajara, México. Dirección: Departamento de Madera, Celulosa y Papel, Universidad de Guadalajara, Carretera Guadalajara - Nogales Km 15.5, Jalisco, México. e-mail: esalcedo@dmcyp.cucei.udg.mx

Antonio Vázquez Alarcón. Ingeniero Agrónomo, Universidad Autónoma de Chapingo (UACh), México. Doctor en Ciencias Agrícolas, COLPOS, México. Profesor Investigador, UACh, México. e-mail: antoniovazqueza@gmail.com

Laksmy Krishnamurthy Rediar. Licenciado en Ciencias Biológicas, Universidad de Madrás (UNOM), India. M. Sc. en Ciencias Biológicas, UNOM. Doctor en Ecología, Universidad de Saraushtra, India. Profesor Investigador y Director, Centro de Agroforestería para Desarrollo Sostenible, UACh, México.

Francisco Zamora Natera. Ingeniero Agrónomo, UG, México. Doctor en Ciencias Agrícolas (Botánica), COLPOS, México. Profesor Investigador, UG, México.

Efrén Hernández Álvarez. Ingeniero Agrónomo Forestal, UG, México. Doctor en Ciencias Forestales (Silvicultura), Universidad de Freiburg, Alemania. Profesor Investigador, UG, México.

Ramón Rodríguez Macias. Datos. Ingeniero agrónomo, UG, México. Doctor en Ciencias Agrícolas (edafología) COLPOS. Profesor Investigador UG.

RESUMEN

La posibilidad de reutilizar materiales orgánicos ricos en nutrientes hace de la aplicación de lodos residuales en suelos agrícolas y forestales una alternativa importante. Se evaluaron diferentes dosis de lodos de aguas residuales sanitarias como abono orgánico en la producción de maíz y sobre el desarrollo inicial de Pinus douglasiana. Los experimentos se establecieron en un suelo volcánico ubicado en la zona centro de Jalisco, México. En el cultivo de maíz se evaluaron 10 y 20t·ha-1 de lodos deshidratados, así como 10 y 20t·ha-1 de compost de lodos mezclados con residuos de jardinería. Los materiales se distribuyeron homogéneamente sobre el suelo bajo un diseño experimental de bloques al azar con cinco repeticiones. Se evaluó el rendimiento de grano y de forraje. El rendimiento de grano en los tratamientos con lodos residuales y compost se incrementó significativamente, en 18 y 22% respectivamente, con respecto al control. En la plantación de Pinus douglasiana se evaluaron 00, 30, 60 y 100g de lodos por árbol. A los 14 meses de la plantación se registró una supervivencia de hasta 83% en las parcelas con mayor dosis de lodos, mientras que en el control la supervivencia fue de 67%. La altura y diámetro del tallo se incrementaron en ~18% con la mayor dosis de lodos, en comparación con el control. La aplicación de lodos de aguas residuales sanitarias como abono orgánico mejoró la producción de maíz y el crecimiento inicial de Pinus douglasiana en suelos volcánicos.

Evaluation of sewage sludge as an organic fertilizer in volcanic soils of agricultural and forestal use in jalisco, mexico

SUMMARY

Sewage sludge applications to agricultural and forest soils represent an important alternative for reuse of materials with a high nutrient content. The effects of different application rates of sewage sludge as organic fertilizer on corn production and Pinus douglasiana development were studied. The experiments were established in a volcanic soil of the central region of Jalisco, Mexico. The application 10 and 20t·ha-1 of dry sewage sludge and of sludge compost mixed with garden residues on corn yield was evaluated. The materials were homogeneously applied on the ground, using a randomized complete block design with five replications. Both the corn and fodder yield (dry matter base) increased as a result of the addition of sludge and compost in 18 and 22%, respectively. The effects of different application rates of dry sewage sludge (0, 30, 60 and 100g/tree) on the initial development of Pinus douglasiana were also evaluated. Application of sludge at the highest rate significantly improved the establishment of Pinus douglasiana (83%) after 14 months, whereas the control only reached 67%. At the highest rates of application, both height and diameter of tree steams were increased by ~18%. Application of sewage sludges as an organic fertilizer improved the corn production and the initial development of Pinus douglasiana on volcanic soils.

Avaliação de lodos residuais como abono orgânico em solos vulcânicos de uso agrícola e florestal em jalisco, méxico

RESUMO

A possibilidade de reutilizar materiais orgânicos ricos em nutrientes faz da aplicação de lodos residuais em solos agrícolas e florestais uma alternativa importante. Avaliaram-se diferentes doses de lodos de águas residuais sanitárias como abono orgânico na produção de milho e sobre o desenvolvimento inicial de Pinus douglasiana. Os experimentos se estabeleceram em um solo vulcânico situado na zona centro de Jalisco, México. No cultivo de milho se avaliaram 10 e 20t·ha-1 de lodos desidratados, assim como 10 e 20t·ha-1 de compostagem de lodos misturados com resíduos de jardinagem. Os materiais se distribuíram de maneira homogênea sobre o solo sob um desenho experimental de blocos aleatórios com cinco repetições. Avaliou-se o rendimento de grão e de forragem. O rendimento de grão nos tratamentos com lodos residuais e compostagem se incrementou significativamente, em 18% e 22% respectivamente, em relação ao controle. Na plantação de Pinus douglasiana se avaliaram 00g, 30g, 60g e 100g de lodo por árvore. Aos 14 meses da plantação se registrou uma sobrevivência de até 83% nos lotes com maior dose de lodos, enquanto que no controle, a sobrevivência foi de 67%. A altura e diâmetro do caule se incrementaram em ~18% com a maior dose de lodos, em comparação com o controle. A aplicação de lodos de águas residuais sanitárias como abono orgânico melhorou a produção de milho e o crescimento inicial de Pinus douglasiana em solos vulcânicos.

PALABRAS CLAVE / Composta / Fertilidad Edáfica / Maíz / Pinus douglasiana / Plantación Forestal /

Recibido: 17/07/2006. Modificado: 14/12/2006. Aceptado: 26/12/2006.

Introducción

El crecimiento urbano debido al aumento de la población y a la emigración de los habitantes rurales a zonas metropolitanas ocasiona un incremento en la producción de residuos sólidos, entre los que se encuentran los lodos generados en plantas de tratamiento de aguas residuales, los cuales es necesario eliminar o darles la salida más adecuada. Dichos materiales constituyen una fuente de materia orgánica alternativa a otros insumos orgánicos utilizados tradicionalmente como abonos (Metzger y Yaron, 1987). La materia orgánica de un suelo es el componente más global que contribuye significativamente a mantener su capacidad productiva; influye en características físicas tales como porosidad, estado de agregación de las partículas, densidad aparente, etc., y proporciona una reserva estable de nutrientes para las plantas y organismos en el medio edáfico, modificando ciertas propiedades químicas de éste durante su mineralización (Muñoz et al., 1999).

Los suelos agrícolas y forestales sufren un desequilibrio en el mantenimiento de niveles estables de materia orgánica (MO) debido a diversas razones (excesivo laboreo, producción intensiva, uso de fitosanitarios, deforestaciones irracionales, incendios forestales, pastoreo inadecuado, etc.), ocasionando una disminución de la fertilidad natural del horizonte superficial, más acentuada en regiones con poca producción de biomasa. Como consecuencia de ello se presentan problemas ambientales tales como mayor erosión, poca infiltración y menor capacidad de almacenamiento de agua, dificultad para el desarrollo radical y deficiente establecimiento de poblaciones microbianas benéficas (Dalal y Mayer, 1986, Liebig et al., 2004).

En los ecosistemas forestales, los incendios y desmontes para establecer cultivos anuales remueven la mayor fuente de mantillo y reducen la incorporación de materia orgánica al suelo (Mohammad et al., 1997; Dechert et al., 2004). Ambos factores traen como consecuencia una disminución drástica de la fertilidad edáfica (Kennard y Gholz, 2001).

En este sentido, Canet et al. (1996) y Reyes et al. (1996) han reportado que el uso de lodos como fuente de materia orgánica mejora las propiedades tanto físicas como químicas del suelo agrícola en cuanto a incrementos en los niveles de materia orgánica, disminución de la densidad aparente, mayor formación y estabilidad de agregados, mejor retención de humedad, incremento en el tamaño de poros, etc. Además aporta cantidades significativas de nitrógeno y fósforo que contribuye a disminuir el consumo de fertilizantes químicos (Walter et al., 1994, Muñoz et al., 1999).

Como señalan Braatz y Kandiah (1996), la silvicultura es otra importante alternativa de uso de aguas residuales tratadas para el riego de áreas verdes o árboles urbanos, y para el aprovechamiento de lodos en plantaciones forestales. Wang et al. (2004) encontraron un efecto positivo de los lodos sobre el crecimiento e incremento de volumen de árboles de Pinus radiata, por lo que la aplicación de lodos puede sustituir la fertilización forestal comercial de mayor costo. Los lodos han sido utilizados en silvicultura para incrementar la productividad forestal, para reforestar y para estabilizar áreas deforestadas o perturbadas por la minería, la construcción, los incendios, el sobrepastoreo, erosión u otros factores (Brown et al., 2003). La aplicación de lodos en zonas forestales puede acortar el tiempo de aprovechamiento de la madera y de obtención de productos forestales, debido a que aceleran los ciclos de crecimiento de los árboles, especialmente en suelos con productividad marginal (EPA, 1994).

Junto a los beneficios del uso de los lodos, también debe considerarse los riesgos que representan estos materiales, ya que cada material es diferente y puede contener altas concentraciones de elementos potencialmente tóxicos (EPT) para los cultivos o para los consumidores de los productos de los mismos. La posibilidad de contaminar suelos y aguas subterráneas constituye su principal limitante, de ahí que su uso no puede ser indiscriminado sin una adecuada planeación y supervisión (Otero et al., 1996). Una utilización incorrecta de lodos puede ocasionar efectos indeseables sobre el suelo (Felipó, 1995). A pesar de que los EPT contenidos en los lodos pueden no exhibir efectos negativos sobre el desarrollo y producción de los árboles, si pueden reducir la calidad de la vegetación del sotobosque, así como del forraje que sirve de alimento a la fauna silvestre.

Aunque se ha generado mucha información sobre los beneficios de la utilización de estos materiales en diferentes países, la valoración del uso de lodos como abono orgánico en suelos de México ha sido poco explorada y documentada. La finalidad del presente trabajo fue evaluar el uso de estos materiales como abono orgánico en suelos locales de origen volcánico sobre la producción de maíz y sobre el desarrollo inicial de pinos, así como su influencia sobre algunas propiedades químicas edáficas.

Materiales y Métodos

Descripción del sitio

experimental

Los experimentos se realizaron en el campo experimental denominado "Bosque-escuela", perteneciente al Departamento de Madera Celulosa y Papel de la Universidad de Guadalajara. Ubicado en la región central del estado de Jalisco, México (20º36’N y 103º37’O). El clima predominante en la región es semicálido subhúmedo con lluvias en verano e invierno y con una precipitación anual entre 600 y 900mm. De acuerdo a la clasificación FAO/UNESCO el suelo del sitio experimental pertenece a un regosol, el cual es derivado del intemperismo de rocas ígneas extrusivas ácidas como toba, pómez, riolita y obsidiana. De textura franco arenosa, con pH generalmente <5,5 y con materia orgánica <2%. En la Tabla I se presentan algunas características químicas y físicas del suelo donde se realizó el estudio.

Tabla 1. Caracterización física y química del suelo del sitio experimental.

Descripción y caracterización de los lodos residuales

El material empleado como abono orgánico estuvo compuesto por lodos generados en una planta de tratamiento de aguas residuales sanitarias de una empresa de manufactura electrónica, ubicada en la zona sur de Guadalajara, Jalisco, México. Dichos residuos, después de un proceso de digestión aerobia fueron sometidos a un proceso de filtrado en prensa. Para su deshidratación se extendieron en una plancha de concreto a temperatura ambiente. Otro material evaluado fue un compost elaborado a base de los mismos lodos y desechos de jardinería de áreas verdes, en una relación 1:2 (v/v), elaborada 45 días antes de su aplicación por un proceso al aire libre con volteos periódicos de las pilas y sin añadir agentes estructurantes. Las características de ambos materiales utilizados se presentan en la Tabla II, mientras que en la Tabla III se presenta la cantidad de elementos potencialmente tóxicos contenidos en los lodos y los cuales fueron determinados por espectroscopia de emisión de plasma.

Tabla 2. Caracterización de los materiales utilizados como abono orgánico.

Tabla 3. Contenido de algunos elementos potencialmente tóxicos en los lodos utilizados.

Experimento con maíz

La evaluación del efecto sobre el maíz se realizó durante el ciclo primavera-verano de 1999. La variedad de maíz utilizada en la siembra fue el híbrido 3288 de la empresa Pioneer. Los tratamientos fueron T1: fertilización mineral con 150kg·ha-1 de la formula 18-46-00 y 200kg·ha-1 de urea, T2: 10t·ha-1 de lodos deshidratados, T3: 20t·ha-1 de lodos deshidratados, T4: 10t·ha-1 de compost, y T5: 20t·ha-1 de compost. Los tratamientos se distribuyeron en un diseño de bloques al azar con cuatro repeticiones. Cada parcela experimental la formaron cuatro surcos de 8m de longitud, con 0,80m de separación entre surcos y 0,30m entre plantas. Como parcela útil se consideraron solo los dos surcos centrales.

La preparación del terreno antes de la siembra (barbecho y dos pasos de rastra) se realizó en forma mecanizada. Se aplicó insecticida para plaga de suelo (Lorsban®) a la dosis recomendada. La aplicación de lodos y compost se realizó de una sola vez antes de la siembra, se distribuyeron uniformemente y se incorporaron en los primeros 15cm con cultivadora manual. Un día después de la incorporación (mediados de junio), se realizó la siembra a una densidad de población de 70000 plantas/ha. La aplicación de fertilizante minera en el tratamiento control se realizó en dos partidas de forma manual, la formula 18-46-00 se adicionó al momento de la siembra, mientras que la urea se aplicó durante la primera escarda.

Terminando el ciclo del cultivo y cuando el grano de maíz tenía 14% de humedad (noviembre) se midieron las siguientes variables en los dos surcos centrales: altura de plantas, rendimiento de grano y rendimiento de forraje (materia seca). En grano y forraje se cuantificó el contenido de N2, así como el contenido de algunos elementos potencialmente tóxicos (EPT) mediante espectrofotometría de absorción atómica. Las variables evaluadas fueron analizadas estadísticamente mediante una prueba de varianza y de comparación de medias (Tukey £0,05%). Después de la cosecha se analizó una muestra de suelo para cada tratamiento, compuesta de las submuestras colectadas en cada repetición (00 a 20cm). Previamente secadas al aire y a la sombra y tamizadas a 2mm.

Evaluación forestal

Se utilizaron pinos de la especie Pinus douglasiana, Mart. de 18 meses de edad, cultivados en vivero bajo la técnica tradicional de bolsa. Se determinó la dosis necesaria de lodos por aplicar a partir del análisis de suelos y lodos (particularmente contenido de P y N), resultando 30g de lodos por árbol, a partir de lo que se evaluaron cuatro dosis de lodo, de T0 (0g, control), T1 (30g), T2 (60g), y T3 (100g). El diseño utilizado fue bloques completos al azar, con tres repeticiones por tratamiento, cada una formada por 36 árboles y para la parcela útil se consideraron los 16 árboles centrales.

La plantación se realizó en sitios perturbados desprovistos de masa arbolada y se utilizó la técnica conocida como "cepa común" recomendado por Daniel (1996) para este sitio (30×30×30cm), bajo un sistema tresbolillo de 2×2m entre árbol y línea. Después de abrir la cepa, se retiró la bolsa y se colocó el árbol sobre un poco de suelo, se cubrió con suelo hasta unos 20cm de los 30, y enseguida se incorporó la dosis correspondiente de lodos según el tratamiento y se cubrió con suelo, dejando solo el espacio suficiente para captar agua. Con la finalidad de proteger la plantación, se instaló un lienzo de alambre de púas, se evitó el ataque de plagas y se delimitó con una brecha cortafuego de 3m de ancho.

A 14 meses de la plantación se midió la altura de tallo, desde la superficie del suelo hasta el extremo de su yema apical; el diámetro del tallo, con un vernier digital, a 10cm de la superficie del suelo; y se cuantificó la sobrevivencia contabilizando árboles vivos y muertos. Los datos fueron estudiados estadísticamente mediante análisis de varianza y comparación de medias (Tukey P£0,05%).

Resultados y Discusión

Producción de maíz

En la Tabla IV se presentan los rendimientos de grano y forraje (materia seca) obtenidos en los diferentes tratamientos. La comparación de promedios mostró diferencias significativas entre los tratamientos; sin embargo, solo los rendimientos del tratamiento control fueron significativamente diferentes al resto, observándose un mayor rendimiento de grano y forraje en los tratamientos que recibieron lodos y compost.

Tabla 4. Altura de la plantas. rendimientos de maíz y forraje en los diferentes tratamientos.

Independientemente de las dosis evaluadas no se observaron diferencias significativas entre los rendimientos promedio obtenidos en las parcelas que recibieron lodos residuales y compost (7413,5 y 7167,5kg-1, respectivamente). Por otro lado, aunque con ambos materiales se observó una tendencia a obtener mayores rendimientos de grano y forraje al incrementarse la dosis de 10 a 20t·ha-1, nuevamente los rendimientos no fueron significativamente diferentes.

Los rendimientos del cultivo obtenido con los tratamientos empleados no coinciden con los reportados por Porcel et al. (1994) y Reyes et al. (1996), quienes en el primer año de evaluación no encontraron diferencias significativas entre el rendimiento de maíz obtenido en una parcela fertilizada con lodos a una dosis de 11t·ha-1 y el obtenido por la fertilización mineral de 800kg·ha-1 de la fórmula 15-15-15 más 350kg·ha-1 de urea. Por su parte Walter et al. (1994), durante ocho años de estudio no observaron diferencias respecto al tipo y dosis de lodos aplicados sobre la producción de grano de trigo. Estas discrepancias podrían ser atribuidas por un lado a las diferencias en el origen, composición y tipo de los lodos utilizados (crudo o digerido, comportado, etc.) y por otro lado a las condiciones climáticas, a las características edáficas del suelo receptor (textura, contenido de materia orgánica, pH), así como a la duración del periodo de aplicación.

Aunque se observó una tendencia a encontrar menor contenido de N2 en el grano y forraje en el tratamiento control (fertilización química) estos valores no fueron significativamente diferentes al resto de los tratamientos (Tabla V). Resultados similares fueron observados en granos y paja de trigo durante ocho años de estudio al evaluar diferentes tipos y dosis de lodos (Walter et al., 1994). De lo anterior se puede señalar que los mayores rendimientos en los tratamientos que recibieron lodos y compost se debieron probablemente a los aportes de otros nutrientes contenidos en los lodos utilizados, tales como P, K, Ca y Mg, entre otros.

Tabla 5. Contenido de N2* en los follaje y grano de maíz en los tratamientos.

Por otro lado, existen evidencias de que los incrementos de producción cuando se incorporan lodos no son exclusivamente el resultado de un mayor aporte de nutrientes al cultivo, sino que además son producto de las mejoras en las propiedades físicas y químicas del suelo receptor de estos materiales orgánicos (Cunningham et al., 1975; Aguilar et al., 1999, Mbila et al., 2003). En la Tabla VI se presentan algunas características químicas de la capa superficial del suelo después de que el maíz hubo completado su ciclo. Se notan principalmente incrementos en el contenido de materia orgánica (MO) y conductividad eléctrica (CE), así como en algunos macro y micronutrientes (P, Ca, Mn y Zn) en los tratamientos que recibieron mayor dosis de lodos y compost. Algunos investigadores, como Rhode (1962), han atribuido el pobre crecimiento de algunos cultivos a las altas concentraciones de Zn y Cd en lodos utilizados como abono orgánico. El contenido de Zn se incrementó significativamente en el suelo que recibió las dosis mayores de estos materiales (Tabla VI) como consecuencia de un alto contenido de este elemento en los lodos utilizados (Tabla III). Sin embargo, estas concentraciones no fueron lo suficientemente altas para causar efectos negativos por toxicidad.

Tabla 6. Características químicas de los suelos después de la cosecha

Respecto al contenido de N2, en este estudio no se observaron incrementos significativos en el suelo por la incorporación de los materiales estudiados y sus diferentes dosis, lo que se debió probablemente a una lenta mineralización del N2 contenido en el lodo (Reyes et al., 1996). Por otro lado, es posible suponer que el N2 fue lixiviado y arrastrado a mayor profundidad del suelo, ya que generalmente en la zona de estudio se presentan lluvias intensas y el suelo corresponde a un franco-arenoso con poca posibilidad de retención prolongada.

En la Tabla VII se muestran los contenidos de metales pesados en el grano de maíz, los cuales no experimentaron incrementos significativos por la aplicación de lodos y compost. Ello se debió probablemente a que los lodos utilizados corresponden a plantas de tratamiento sanitario y no de origen industrial (curtiduría, metalurgia, pinturas, etc.). Aunque se puede notar que el Zn se incrementó en los tratamientos que recibieron lodos y compost, estos valores no fueron significativamente diferentes a los valores encontrados en el tratamiento control. Respecto al Zn, en otros estudios se han reportado incrementos de 40 a 304mg·kg-1 tras la aplicación de lodos, indicando que estos valores no llegan a sobrepasar los límites permitidos para este tipo de grano y por lo tanto no representan un riesgo a la salud humana o animal (Cunningham et al., 1975; Purves, 1985).

Tabla 7. Contenido de elementos pontencialmente tóxico en grano de maíz por tratamiento.

La presión que se ha ejercido (incendios constantes, ganadería incontrolada e intensa presión turística) sobre el bosque "La Primavera", ha provocado la pérdida de la calidad edáfica y de la masa forestal, por lo que se presenta un grave problema de regeneración natural. Por lo tanto, la aplicación de lodos a la cepa de plantación, influyó favorablemente sobre las propiedades del suelo, lo cual se reflejó en las variables evaluadas de los sitios con aplicación de lodos (Tabla VIII). Sopper (1993), y Hearing et al. (2000), destacan los efectos positivos en las condiciones edáficas de los sitios forestales debidos a la aplicación de lodos, lo que es de importancia para lograr una mejora de los ecosistemas a través de un manejo más adecuado y acorde a cada uno de los sitios, como recomiendan Dechert et al. (2004).

A 14 meses de establecida la plantación de Pinus douglasiana, los análisis de varianza para cada variable en estudio mostraron diferencias significativas por efecto de los tratamientos en cuanto a sobrevivencia (p=0,014), altura (p=0,016) y diámetro de tallo (p=0,016). La comparación de promedios para cada variable en estudio y por tratamiento se muestra en la Tabla VIII. De manera general se observó una tendencia a aumentar el valor promedio de dichas variables a medida que se incrementaron las dosis de lodos. Sin embargo, solamente las mayores dosis (60 y 100g) mostraron diferencias significativas con respecto al control. El porcentaje de sobrevivencia fue mayor en un 20,9% en las parcelas con la dosis más alta de lodos que en el control, mientras que la altura de tallo y diámetro se incrementaron en un 17,8 y 17,5%.

Tabla 8. Porcentaje de sobrevivencia, altura y diámetro de tallo en pino por tratamiento.

El menor desarrollo de los pinos a la menor dosis (30g) puede ser atribuido a que la demanda nutritiva en esta etapa fue cubierta en su mayoría por las reservas del suelo, ya que el contenido de nutrientes en esa dosis no fue suficiente para reflejar un incremento significativo. Por otro lado, el mayor desarrollo de árboles que se presentó en los tratamientos con las dosis más altas de lodos puede ser atribuido al aporte de nutrientes contenidos en éstos (Tabla II), principalmente N2 y P, como observaron Wang et al. (2004). Cabe también señalar que esta mejora en el desarrollo de los árboles haya sido por la aplicación de fuente de materia orgánica, en virtud de que se le atribuyen mejoras en algunas propiedades físicas edáficas, como pueden ser la densidad aparente, el estado de agregación y la humedad aprovechable (Chantigny et al., 1999).

Después del segundo año de establecimiento de los árboles no se encontraron diferencias significativas entre los valores promedio de las tres variables estudiadas, haciendo necesario aplicar nuevamente lodos durante los primeros tres años de desarrollo, considerados años críticos para el éxito de una plantación (Kranabetter y Chapman, 1999).

Conclusiones

Los resultados han puesto de manifiesto que la aplicación de lodos y compost de lodos en mezcla con desechos de jardinería como abono orgánico incrementó el rendimiento de grano y forraje en 18 y 22%, respectivamente, con respecto a la fertilización química. Las concentraciones de metales pesados en el grano no se incrementaron significativamente por la aplicación de lodos. Aunque el Zn mostró una tendencia a incrementar a altas concentraciones de estos materiales, estos valores no sobrepasaron los límites permitidos para este tipo de grano.

La aplicación de lodos residuales a plantaciones forestales incrementa la sobrevivencia y el desarrollo inicial de árboles de Pinus douglasiana, por el aporte de nutrientes contenidos en ellos, principalmente N2 y P. Las mayores dosis de lodos (60 y 100g) mostraron diferencias significativas con respecto al tratamiento control. El porcentaje de sobrevivencia fue mayor en un 20,9% en las parcelas con la dosis más alta de lodos en comparación al control, mientras que la altura de tallo y diámetro se incrementó en un 17,8 y 17,5%.

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