Interciencia
versión impresa ISSN 0378-1844
INCI v.32 n.4 Caracas abr. 2007
ENTEROPARASITOSIS EN INDÍGENAS DE LA COMUNIDAD JAPRERÍA, ESTADO ZULIA, VENEZUELA
Zulbey Rivero, Adriana Maldonado, Ángela Bracho, Jennifer Gotera, Ricardo Atencio, Marilyn Leal, Rosana Sánchez y Carolina Silva
Zulbey Rivero. Licenciada en Bioanálisis y M.Sc. en Microbiología, La Universidad del Zulia (LUZ), Venezuela. Profesora, LUZ, Venezuela. Dirección: Escuela de Bioanálisis, Facultad de Medicina, LUZ. Final Av. 20, al lado de la Maternidad Castillo Plaza, Maracaibo, Venezuela. e-mail: zulbeyrivero@cantv.net
Adriana Maldonado. Licenciada en Bioanálisis y M.Sc. en Epidemiología, LUZ, Venezuela. Profesora, LUZ, Venezuela. e-mail: adrianam2410@hotmail.com
Ángela Bracho. Licenciada en Bioanálisis y Estudiante de Postgrado de Microbiología, LUZ, Venezuela. e-mail: angelitab60@hotmail.com
Jennifer Gotera. Licenciada en Bioanálisis y Estudiante de Postgrado de Biología, LUZ, Venezuela. e-mail: jennifergotera@hotmail.com
Ricardo Atencio. Licenciado en Bioanálisis, M.Sc. en Biología y Estudiante de Postgrado de Microbiología, LUZ, Venezuela. Bioanalista, Laboratorio Regional de Referencia Virológica, LUZ, Venezuela. e-mail: ratencio40@yahoo.com
Marilyn Leal. Licenciada en Bioanálisis, LUZ, Venezuela.
Rosana Sánchez. Licenciada en Bioanálisis, LUZ, Venezuela.
Carolina Silva. Licenciada en Bioanálisis, LUZ, Venezuela. e-mail: carolinachsm@cantv.net
RESUMEN
Las enfermedades parasitarias representan un problema médico, económico y social, afectando a todas las clases sociales, pero principalmente a los estratos socioeconómicos más bajos. Para determinar la prevalencia de enteroparásitos en la comunidad indígena Japrería, ubicada en la Sierra de Perijá, Estado Zulia, Venezuela, se procesaron 191 muestras fecales correspondientes a individuos de ambos sexos con edades comprendidas entre 1 mes y 86 años. Las muestras fueron analizadas a través de los métodos coproparasitológico directo y por la técnica de concentración formol-éter. Se encontró una elevada prevalencia de enteroparásitos (82,20%) y un predominio del poliparasitismo (78,98%), con asociaciones entre especies comensales y patógenas. No se observó diferencia significativa de susceptibilidad entre la prevalencia de parásitos y el sexo (p>0,05). En cuanto al grupo etario, el estrato más afectado resultó ser el de adultos jóvenes (20-39 años; 25,48%). Las especies de protozoarios más frecuentes fueron Blastocystis hominis (46,07%), Entamoeba coli (42,93%) y el complejo Entamoeba histolytica/Entamoeba dispar (34,03%). Entre los helmintos, Ancylostomideos (30,89%), Ascaris lumbricoides (9,95%) e Hymenolepis nana (4,19%) ocuparon los primeros lugares. La presencia incrementada de enteroparásitos se relaciona con el escaso saneamiento ambiental en esta comunidad indígena, por lo que los resultados avalan la importancia de diseñar programas de control específicos para disminuir los factores condicionantes presentes, lo cual tendría impacto en el descenso de las infecciones parasitarias.
ENTEROPARASITES IN INDIGENOUS INDIVIDUALS FROM THE JAPRERÍA COMMUNITY, ZULIA STATE, VENEZUELA
SUMMARY
Parasitic diseases represent a medical, economic and social problem affecting all social classes, but mainly the lower socioeconomic strata. In order to determine the prevalence of enteroparasites in the indians from the Japrería community, in the Perijá mountain, Zulia State, Venezuela, 191 fecal samples corresponding to individuals of both sexes, aged 1 month to 86 years were processed. The samples were analyzed by the direct wet mount/lugol method and by the formol-ether concentration technique. The results showed demonstrated a high prevalence of enteroparasites (82.20%) and predominance of poliparasitism (78.98%), with associations between pathogenic and non-pathogenic species. A significant difference in susceptibility between the prevalence of parasites and sex was not observed (p>0.05). The most affected age group were young adults (20-39 years; 25.48%). The most frequent species of protozoa were Blastocystis hominis (46.07%), Entamoeba coli (42.93%) and the Entamoeba histolytica/Entamoeba dispar complex (34.03%). Among helminths, Ancylostomideos (30.89%), Ascaris lumbricoides (9.95%) and Hymenolepis nana (4.19%) occupied the first places. The increased presence of enteroparasites is related to the poor environmental conditions in this indigenous community. These results stress the importance of designing specific control programs to diminish the existing conditioning factors, which would have an impact in the reduction of the parasitic infections.
ENTEROPARASITOS EM INDÍGENAS DO COMUNIDADE JAPRERÍA, ESTADO ZULIA, VENEZUELA
RESUMO
As enfermidades parasitárias representam um problema médico, econômico e social, afetando a todas as classes sociais, mais principalmente aos estratos socioeconômicos mais baixos. Para determinar a prevalência de enteroparasitos na comunidade indígena Japrería, situada na Sierra de Perijá, Estado Zulia, Venezuela, se processaram 191 amostras fecais correspondentes a indivíduos de ambos sexos com idades compreendidas entre 1 mês e 86 anos. As amostras foram analisadas através dos métodos coproparasitológico direto e pela técnica de concentração formol-éter. Encontrou-se uma elevada prevalência de enteroparasitos (82,20%) e um predomínio do poliparasitismo (78,98%), com associações entre espécies comensais e patogenias. Não se observou diferença significativa de susceptibilidade entre a prevalência de parasitos e o sexo (p>0,05). Quanto ao grupo etário, o estrato mais afetado resultou ser o de adultos jovens (20-39 anos; 25,48%). As espécies de protozoários mais freqüentes foram Blastocystis hominis (46,07%), Entamoeba coli (42,93%) e o complexo Entamoeba histolytica/Entamoeba dispar (34,03%). Entre os helmintos, Ancylostomideos (30,89%), Ascaris lumbricoides (9,95%) e Hymenolepis nana (4,19%) ocuparam os primeiros lugares. A presença incrementada de enteroparasitos se relaciona com o escasso saneamento ambiental nesta comunidade indígena, pelo que os resultados avaliam a importância em desenhar programas de controle específicos para diminuir os fatores condicionantes presentes, o qual teria impacto no decréscimo das infecções parasitárias.
PALABRAS CLAVE / Blastocystis hominis / Enteroparásitos / Indígenas / Japrería /
Recibido: 25/10/2006. Modificado: 29/01/2007. Aceptado: 06/02/2007.
Introducción
Desde hace muchos años las parasitosis intestinales constituyen uno de los principales problemas de salud en los países en vía de desarrollo, afectando a todas las clases sociales y con mayor predominio en los estratos socioeconómicos más bajos, donde provocan una importante morbimortalidad. La frecuencia y abundancia de las parasitosis intestinales, así como su diversidad, dependen del entorno en que se desempeñe el hombre, pues el organismo humano es por naturaleza el mejor hospedador para muchos parásitos; por lo tanto, es el hospedador más estudiado y el único capaz de cambiar de manera notoria el medio ambiente (Medina y González, 2002; Botero y Restrepo, 2003).
Se han señalado factores condicionantes que favorecen el contacto entre las especies parasitarias y los individuos; entre los que se encuentran la falta de saneamiento ambiental básico por la indebida disposición de excretas y basura, el suministro insuficiente de agua potable, la mala higiene personal, el desconocimiento de los mecanismos de infección, la desnutrición, la pobreza y la falta de educación en salud (Botero, 1981; Yarzábal, 1983; Holland et al., 1988). Aunado a esto se encuentran otras costumbres y hábitos, como son la falta de uso de calzado y el contacto frecuente con la tierra en el trabajo y el juego, que son importantes vías para la transmisión de otras enteroparasitosis cuya puerta de entrada al organismo humano es la piel. Todo ello se ve favorecido por el bajo nivel socioeconómico y educativo presente en algunas comunidades (Botero y Restrepo, 2003).
Las poblaciones indígenas del Estado Zulia, Venezuela, padecen de múltiples enfermedades infecciosas y parasitarias que repercuten desfavorablemente sobre su estado de salud. Diversos factores, tanto de orden biológico, cultural, económico, geográfico, social y político, influyen para mantener estas enfermedades y agravar progresivamente sus consecuencias sobre la salud de las comunidades afectadas. Estas comunidades son el resultado de la colonización en tiempos de la conquista y se encuentran entre los grupos más vulnerables del mundo, porque presentan una alta consanguinidad, ya que registran toda clase de uniones entre los individuos que la integran. Por otro lado, no obtienen ingreso monetario alguno o este es muy bajo, viven en condiciones precarias y carecen de acceso adecuado al empleo, la educación, el agua potable y servicios de atención de salud. Así mismo, su nutrición en general es deficiente y causa de muchas de las enfermedades carenciales que padecen (Delgado et al., 1992; Díaz et al., 2006).
Dentro de las enfermedades que comúnmente afectan a las comunidades indígenas se encuentran las enteroparasitosis. Trabajos previos realizados en indígenas de la región reflejan que las principales especies identificadas fueron Entamoeba histolytica, Giardia lamblia y Blastocystis hominis entre los protozoarios, y Ascaris lumbricoides, Trichuris trichiura e Hymenolepis nana entre los helmintos (Chourio de L. et al., 1993, 1998; Díaz et al., 1994, 2006; Guevara et al., 2003).
Por lo anteriormente expuesto, se ha planteado la necesidad de determinar la prevalencia de enteroparásitos intestinales en individuos de la Comunidad Indígena Japrería, que habita en el pie de monte de la Sierra de Perijá, del Estado Zulia, Venezuela.
Materiales y Métodos
Se estudiaron 191 indígenas de ambos sexos que habitan en la Comunidad Japrería, los que fueron estratificados según edad y sexo. Los grupos etarios se separaron (Masalán y González, 2003) en: lactantes menores (1-11 meses), lactantes mayores (12-23 meses), preescolares (2-6 años), escolares (7-12 años), adolescentes intermedios y tardíos (13-19 años), adulto joven (20-39 años), adulto medio (40-65 años) y adulto mayor (mayor de 65 años).
El pie de monte de la Sierra de Perijá está ubicado en el Municipio Rosario de Perijá del Estado Zulia, en un área rural que corresponde a la faja climática mas húmeda de dicho municipio, de vegetación tupida y extensa que corresponde a un bosque húmedo pre-montañoso (Fuenmayor, 2000).
Los Japrería son una subclase de la población Yukpa (Delgado et al., 1992). Los pobladores de esta comunidad tienen como características ser nómadas de asentamiento disperso con viviendas temporales y tendencia a agruparse en pequeños caseríos en condiciones de hacinamiento, por ser familias muy numerosas. Habitan en modestas viviendas construidas con palma y madera; por ser una zona rural carece de servicios básicos y de infraestructura, tales como red de cloacas, acueductos y disposición de basura. Los habitantes utilizan el agua proveniente de caños y de ríos cercanos para los quehaceres domésticos y el aseo personal; defecan a cielo abierto y tienen el hábito de andar descalzos.
Para la recolección de las muestras se realizó una visita a la comunidad en septiembre 2003, solicitando la autorización a sus dirigentes para efectuar el estudio. Se recolectó una muestra de heces de cada uno de los individuos, luego de indicar las recomendaciones a través de traductores misioneros de la Iglesia Bautista "La Fé". Posteriormente se analizaron las muestras mediante examen macroscópico y microscópico con solución salina fisiológica (SSF), coloración temporal con lugol y azul de metileno amortiguado (AMA; Melvin y Brooke, 1971). Este procedimiento se realizó en el mismo sitio de la recolección de las muestras.
Una porción de cada muestra fecal fue conservada en solución de formol-salino al 7% para su posterior análisis en el Laboratorio de Parasitología de la Escuela de Bioanálisis de la Universidad del Zulia, para lo cual se utilizó la técnica de concentración fecal de formol-éter (Melvin y Brooke, 1971).
El análisis estadístico de los datos obtenidos se efectuó a través del estadístico chi cuadrado (c2) usando el paquete Statistix 1.0.
Resultados
Se observó que los parásitos estuvieron presentes en todos los grupos etarios comprendidos en la población objeto de estudio. Del total de individuos estudiados (n=191) se encontró una prevalencia de parasitados del 82,20%, predominando el poliparasitismo (78,98%) sobre el monoparasitismo.
En la Tabla I se clasifican los individuos parasitados por grupo etario, observándose un mayor porcentaje (25,48%; p<0,05) en el grupo de adultos jóvenes con edades comprendidas de 20 a 39. El mayor porcentaje de individuos parasitados fue del sexo masculino 87/105 (55,41%) aun así no se determinó diferencias significativa (p>0,05) entre los sexos.
En la Tabla II se evidencia que los protozoarios prevalecieron sobre los helmintos, siendo los protozoos más frecuentes Blastocystis hominis (46,07%), Entamoeba coli (42,93%) y el complejo Entamoeba histolytica/Entamoeba dispar (34,03%). En cuanto a los helmintos las principales especies encontradas fueron Ancylostomideos (30,89%), Ascaris lumbricoides (9,95%) e Hymenolepis nana (4,19%).
Discusión
Se determinó un elevado porcentaje de individuos parasitados (82,20%), lo que coincide con los datos obtenidos por otros investigadores a nivel regional, nacional e internacional. A nivel regional se han efectuado investigaciones particularmente relacionadas con comunidades indígenas que habitan áreas rurales. Chourio de L. et al. (1993) reportaron un 94,3% de infectados por geohelmintos en la etnia Yukpa de la Misión de los Ángeles del Tocuco, Sierra de Perijá, y un 90,8% en indígenas de las etnias paraujana de la Laguna de Sinamaica. Por otro lado, Díaz et al. (1994) encontraron 90,2% y 93,1% de enteroparasitados en dos comunidades indígenas de la Sierra de Perijá. Valores similares a los encontrados en este trabajo han sido referidos por otros autores en comunidades con condiciones higiénico-sanitarias deplorables y un nivel de vida deficiente. A nivel nacional, Sánchez et al. (1995) reportaron una prevalencia del 80%, y a nivel internacional el estudio de Marcos et al. (2003) en Perú señaló valores del 88,58% y 67,57%. Así mismo, otros investigadores en Chile, Brasil y México han referido elevadas prevalencias de parasitismo (Otto et al., 1998; Guevara et al., 2003; Oliveira et al., 2003). Recientemente en Argentina, Navone et al. (2006) obtuvieron prevalencias de 87,7; 88,7% y 96,1% en tres comunidades indígenas con similares condiciones de vida.
En lo referente al tipo de parasitismo se encontró un elevado índice de poliparasitismo en la comunidad, observandose en un 78,98% de los casos. Dicha situación es similar al estudio publicado por Díaz et al. (1994) quienes señalaron 70,30% y 92,60% de poliparasitismo en dos comunidades indígenas. Es importante considerar que el impacto combinado de varias especies de parásitos intestinales es mayor que aquel producido por parásitos individuales (Wilson et al., 1999). El agua pareciera ser el factor principal de esta elevada tasa, pues la mayoría de los parásitos pueden ser transmitidos por vía hídrica (OMS, 1981).
Por otra parte, se observa una asociación entre la presencia de parásitos comensales y patógenos en 87,90% de los individuos poliparasitados, coincidiendo con resultados de otros autores (Devera et al., 2003; Guevara et al., 2003), lo que demuestra una elevada exposición a diversas fuentes de contaminación.
La mayor prevalencia (25,48%) presente en el grupo etario de los adultos jóvenes con edades entre 20 y 39 años, es similar a lo reportado por Díaz et al. (1994), donde el grupo etario más parasitado son los mayores de 15 años y por Marcos et al. (2003), quienes refieren el mismo grupo etario con un 88,91%. Este hallazgo nos hace suponer que este grupo de individuos tienen grandes posibilidades de infección en su trabajo diario, por representar el segmento económicamente activo de la población.
En relación a la prevalencia de enteroparásitos según el sexo, no se observó diferencia significativa, lo cual coincide con otros estudios realizados en esta región (Chourio de L. et al., 1993; Díaz et al., 1994; Marcos et al., 2003).
En cuanto a las especies parasitarias identificadas predominaron los protozoarios sobre los helmintos. Dentro de los protozoarios prevaleció B. hominis con 46,07%. Elevadas prevalencias de este parásito (66,7%) han sido referidas en otras regiones del país por Devera et al. (2003). De hecho, hoy en día es el protozoario de mayor prevalencia a nivel nacional (Díaz et al., 2000) e internacional (Otto et al., 1998; Mercado et al., 2003). Se trata de un protozoario intestinal muy controversial en lo que respecta a su patogenicidad, pues aunque hasta hace poco era descrito como no patógeno, algunas veces se encuentra asociado a múltiples desórdenes gastrointestinales (Stenzl y Borehan, 1996).
Dentro de los helmintos se encontró un elevado número de casos (30,89%) de infección por Ancylostomideos. La prevalencia de esta parasitosis se debe a que los habitantes de esta comunidad realizan sus actividades recreativas y laborales descalzos, exponiéndose permanentemente al medio ambiente selvático, donde las condiciones climáticas favorecen el desarrollo de éste geohelminto en particular. Además, en la vivienda tipo indígena existen condiciones que favorecen el mantenimiento del ciclo de vida de estos parásitos, tales como piso de tierra, ambiente propicio para el desarrollo y mantenimiento de las larvas de este helminto que penetra a través de la piel (Beaver et al., 1986; Rodríguez y Martínez, 1997). Gómez et al., 2004, realizaron un estudio en indígenas piaroa del Estado Amazonas, Venezuela, y refieren una mayor frecuencia de individuos parasitados por Ancylostomideos, situación que estuvo asociada al tipo de vivienda indígena. Así mismo, Navone et al. (2006), estudiaron tres comunidades aborígenes en Argentina, encontrando a Ancylostomideos como la especie de helminto más prevalente en ellas.
Tal resultado difiere de lo hallado en otras comunidades, donde las especies que más frecuentemente se observan son A. lumbricoides y T. trichiura, como es el caso de numerosos estudios previos efectuados en la región (Chourio de L et al., 1993, 1998; Díaz et al., 1994, 2006). La epidemiología de las helmintiasis identificadas en esta comunidad, donde la secuencia de prevalencia de infecciones está dada por Ancylostomideos, A. lumbricoides y en tercero por H. nana, ha sido reportada en una comunidad rural de Itagua, Paraguay, con similares condiciones higiénico-ambientales (Labiano et al., 1999).
Cabe destacar el alto porcentaje observado del complejo E. histolytica/E. dispar (34,03%), cuando se compara con otros trabajos. Díaz et al. (1994, 2006), Marcos et al. (2003) y Guevara et al. (2003) refirieron valores inferiores a los señalados aquí. Aunque no se pudieron efectuar técnicas de laboratorio específicas que permitiesen la diferenciación entre E. histolytica y E. dispar, ni se efectúo una revisión clínica de los individuos, existe la probabilidad de que muchos pacientes sean portadores de la especie patógena E. histolytica y puedan desarrollar cuadros de amibiasis intestinal o extraintestinal.
Balantidium coli también fue identificado, pero en un bajo porcentaje (0,52%), lo que indica que los habitantes de esta comunidad tienen contacto con cerdos infectados, al ser este el principal reservorio de esta zoonosis. La balantidiosis es muy frecuente en el cerdo, donde la prevalencia es considerable (hasta el 80% o incluso el 100% en algunos casos) y se presenta en forma no patogénica. En el hombre es un parásito muy poco frecuente, con prevalencia inferior al 0,1% en el conjunto de la población mundial, ya que el parásito es cosmopolita. En algunas zonas, como ocurre en las Filipinas, nueva Guinea y otras zonas oceánicas y asiáticas, hasta un 5-20% o más de la población puede ser portadora del parásito. Puesto que los quistes son sensibles y destruidos a pH <5, la posibilidad de adquirir la infección es más probable en personas malnutridas, lo cual es frecuente en poblaciones indígenas, y con acidez gástrica disminuida. Es propia de las zonas rurales y, en ellas, entre los sujetos cuyas ocupaciones laborales como criadores de cerdos y matarifes la propician (Gallego, 1998).
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