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Interciencia

versión impresa ISSN 0378-1844

INCI v.32 n.11 Caracas nov. 2007

 

ENTRE LA VIDA ACADÉMICA Y LA VIDA FAMILIAR: RETOS Y ESTRATEGIAS DE INVESTIGADORES DEL SUR DE MÉXICO

Helda Morales

Helda Morales. Ph.D. en Ecología, Universidad de Michigan, Ann Arbor, EEUU. Profesora-Investigadora, El Colegio de la Frontera Sur (ECOSUR), México. Dirección: Departamento de Agroecología, ECOSUR, Carretera Panamericana y Periférico Sur S/N, San Cristóbal de Las Casas, C.P. 29290, México. e-mail: hmorales@ecosur.mx

RESUMEN

A la luz del debate internacional generado por el ex-presidente de la Universidad de Harvard sobre porqué las mujeres están subrepresentadas en la ciencia, se presenta el estudio de caso de un centro de investigación del sureste de México. Se analizaron las bases de datos de productividad académica y se realizó una encuesta entre investigadoras e investigadores del centro para explorar cómo usan su tiempo, su grado de satisfacción con su vida académica y familiar, las relaciones de género, y cómo atienden sus múltiples actividades. El estudio muestra que no hay diferencia entre la productividad científica entre hombres y mujeres, a pesar de que ellas dedican más tiempo a las tareas del hogar y cuidado de los niños que sus colegas varones. También se presentan y discuten las estrategias personales e institucionales que tanto los investigadores como las investigadoras encuestadas señalaron como importantes para poder balancear la vida académica con la vida familiar. Los pequeños cambios a nivel personal e institucional sugeridos podrían tener un gran impacto sobre los hombres y las mujeres de ciencia y las instituciones académicas en América Latina.

BETWEEN ACADEMIC LIFE AND FAMILY LIFE: CHALLENGES AND STRATEGIES OF RESEARCHERS IN SOUTHERN MEXICO

SUMMARY

In the context of the international debate surrounding the under-representation of women in the sciences, unleashed by the ex-president of Harvard University, this paper presents a case study from a research center in Southeastern Mexico. Institutional databases tracking academic productivity were analyzed and a survey was conducted among researchers with regard to how they use their time, their degree of satisfaction with work and home life, gender relations, and how they cope with multiple activities. There was no significant difference in productivity between men and women, even though the latter dedicate more time to housework and child care. Both personal and institutional strategies to promote balance between academic and family life, identified in male and female respondants, are discussed. Small changes at the personal and institutional levels can be of major significance for both men and women scientists in Latin American academic institutions.

ENTRE A VIDA ACADÊMICA E A VIDA FAMILIAR: RETOS E ESTRATÉGIAS DE INVESTIGADORES DO SUL DO MÉXICO

ResumO

A propósito do debate internacional gerado pelo ex-presidente da Universidade de Harvard sobre porque as mulheres estão sub-representadas na ciência, se apresenta o estudo de caso de um centro de investigação do sudeste de México. Analisaram-se as bases de dados sobre a produtividade acadêmica e foi realizada uma pesquisa entre investigadoras e investigadores do centro para explorar como utilizam seu tempo, seu grau de satisfação com sua vida acadêmica e familiar, as relações de gênero, e como atendem suas múltiplas atividades. O estudo mostra que não há diferença entre a produtividade científica entre homens e mulheres, a pesar de que elas dedicam mais tempo às tarefas do lar e cuidado das crianças que seus colegas homens. Também se apresentam e discutem as estratégias pessoais e institucionais que tanto os investigadores como as investigadoras entrevistadas apontaram como importantes para poder equilibrar a vida acadêmica com a vida familiar. As pequenas mudanças a nível pessoal e institucional sugeridos poderiam ter um grande impacto sobre os homens e as mulheres de ciência e as instituições acadêmicas na América Latina.

PALABRAS CLAVE / Desarrollo Institucional / Discriminación / Familia / Género en Ciencia / Productividad /

Recibido: 28/03/2007. Modificado: 02/10/2007. Aceptado: 03/10/2007.

Introducción

El papel que juegan las mujeres en el mundo académico ha generado debates candentes en los últimos dos años, a raíz de los comentarios al respecto por el ex-presidente de la Universidad de Harvard en 2005. Larry Summers (www.president.harvard.edu/speeches/2005/nber.html) afirmó que por "aptitudes intrínsecas" las mujeres no ocupan cargos altos en la ciencia. El debate en contra de los argumentos de Summers se ha centrado en demostrar que las mujeres sí tienen las mismas aptitudes para hacer ciencia, pero que no ocupan cargos académicos importantes principalmente por discriminación o porque las estructuras académicas no hacen posible que alcancen los peldaños superiores (Balaram, 2005; Byko, 2005; King, 2005; Marks, 2005; Wallon, 2005). Sin embargo, como expone Wallon (2005), hay algo que no se puede ignorar: "reducir el problema a solo aptitud es errado, pero las mujeres tampoco son hombres con faldas". La biología juega un papel muy importante e innegable: son las mujeres las que dan a luz y criar a los hijos requiere tiempo. Además, aunque se ha sugerido que los hombres también sufren de menopausia, la menopausia afecta la salud física y emocional de las mujeres (Sheehy, 1998). Este período de cambios hormonales también toma tiempo y el mismo no es tomado en cuenta en las evaluaciones académicas.

Como ecóloga, investigadora, casada y con un hijo pequeño, una preocupación constante ha sido cómo lograr ser exitosa en la academia sin descuidar otros aspectos de mi vida. El debate generado por el ex-presidente de la Universidad de Harvard me motivó a indagar la situación en mi centro de investigación y a realizar una búsqueda de literatura para entender mejor la problemática. ¿La situación es distinta a la de otros países? ¿Son tan productivas las investigadoras como los investigadores? ¿Cómo se organizan los investigadores e investigadoras que tienen familia? ¿Cómo hacen para balancear la vida académica y la vida familiar? ¿Qué apoyo ofrece la institución para que los investigadores tengan una vida balanceada? ¿Qué debería cambiar? La respuesta a estas preguntas podría ayudar tanto a hombres como a mujeres en la academia y a las instituciones académicas a entender mejor a los y las investigadoras para crear condiciones de trabajo mas apropiados para todos.

Metodología

Para responder a estas preguntas se realizó un estudio de caso entre investigadores e investigadoras de El Colegio de la Frontera Sur (ECOSUR), México. ECOSUR es un centro público de investigación científica que, desde las ciencias naturales y ciencias sociales, busca contribuir al desarrollo sustentable de la frontera sur de México, Centroamérica y el Caribe. Cuenta con tres áreas académicas de investigación: Conservación de la Biodiversidad; Sociedad, Cultura y Salud; y Sistemas de Producción Alternativos. Tiene cinco unidades en los cuatro estados mexicanos fronterizos con Guatemala y Belice. Ofrece un programa de Maestría en Ciencias en Recursos Naturales y Desarrollo Rural y un Doctorado en Ciencias en Ecología y Desarrollo Sustentable (http://www.ecosur.mx). Los 120 investigadores que trabajan en el centro de investigación tienen formaciones diversas, tales como biología, ecología, forestería, ciencias del mar, agronomía, veterinaria, economía, medicina, epidemiología, pedagogía, sociología, antropología y ciencias políticas. En ECOSUR son 36 las mujeres investigadoras, 30% del total de la planta académica. Este porcentaje es similar a lo encontrado (Knapp, 2005) en los EEUU (26%) y Europa (36%), y a lo reportado en Venezuela (40%; Vessuri y Canino, 2001) y el resto de México (25%; Russell, 2003). La planta académica es también culturalmente diversa al haber investigadores de por lo menos 13 diferentes nacionalidades (México, Canadá, EEUU, Guatemala, Cuba, Reino Unido, España, Francia, Holanda, Alemania, Hungría, Rusia y Japón). Aunque es una muestra pequeña, esta diversidad de áreas académicas y diversidad cultural presentan una buena oportunidad para iniciar el estudio y la discusión de las estrategias para balancear la vida académica con la vida familiar entre investigadores e investigadoras en México y el resto de América Latina.

Se realizó una encuesta vía correo electrónico entre los 120 investigadores e investigadoras de ECOSUR. El cuestionario indagó sobre las actividades que realizan fuera de la vida académica, la satisfacción general con la vida, las estrategias para ser más eficientes y la ayuda que necesitan para sentirse y ser mejores. Contestaron la encuesta 71 investigadores (59% del total) de las ciencias naturales y sociales, de las 5 unidades de ECOSUR. Con la prueba T se estimó las diferencias entre hombres y mujeres en las respuestas al cuestionario relacionadas a las preguntas acerca de actividades realizadas fuera de la vida académica, el tiempo dedicado a tareas del hogar, el apoyo recibido para realizar dichas tareas, las actividades realizadas en el tiempo libre y la satisfacción general con la vida. Finalmente se describió y analizó cualitativamente las respuestas sobre las estrategias para ser más eficientes y los cambios necesarios para mejorar.

Con la prueba T se comparó la productividad académica de los investigadores y las investigadoras de ECOSUR que contestaron la encuesta, utilizando para ello las bases de datos de la Dirección de Desarrollo Institucional para la asignación de presupuesto entre 2002 y 2004. El presupuesto anual que la institución da a cada investigador para contribuir a sus gastos de operación es asignado en base a la productividad académica. Los puntos asignados por productividad académica se basan en el número y tipo de publicaciones, en la formación de recursos humanos, en las actividades de vinculación con el sector social y en los fondos aportados a la institución por becas de investigación en cada caso.

Además, se realizó un análisis de correlación de Pearson para determinar si existe relación entre las respuestas a la encuesta y los indicadores de productividad académica de 2002 a 2004. Este análisis podría permitir generalizar, por ejemplo, si quienes dedican menos tiempo a las tareas del hogar tienen mayor productividad académica, o si el tener hijos pequeños disminuye la productividad académica.

Resultados y Discusión

¿Son las mujeres menos productivas académicamente?

En cuanto al total de la productividad académica en ECOSUR en los tres años previos a la encuesta, no hubo diferencias significativas entre hombres y mujeres (Figura 1). Además, de las 36 mujeres investigadoras de ECOSUR, once son jefas de línea de investigación, coordinadoras de postgrado, jefas de departamento y/o jefas de área, lo que corresponde al 50% del total de hombres en puestos similares.

Afortunadamente la situación de la mujer en el plano académico ha mejorado desde el tiempo de Matilde Montoya, la primera mujer médico de México, de quien los periódicos de 1870 decían: "Impúdica y peligrosa mujer pretende convertirse en Médico" y "debía ser perversa la mujer que quiere estudiar Medicina, para ver cadáveres desnudos de hombres" (www.facmed.unam.mx/publicaciones/gaceta/abr102k5/primera.html). Sin embargo, aun falta mucho por resolver.

¿En que se emplea el tiempo fuera de la vida académica?

Según la encuesta, la mayor parte del tiempo fuera de la vida académica (32 horas semanales en promedio) se invierten en tareas del hogar (25 horas semanales en promedio), pero también al deporte (4 horas en promedio), al arte (2 horas en promedio) y en algunos casos, a otro trabajo (1 hora en promedio). Las investigadoras de ECOSUR dedican en promedio 8 horas más a tareas del hogar que los colegas hombres, mientras que ellos dedican 1,5 h más al deporte (Figura 2).

¿Quién se encarga de las tareas del hogar?

La mayoría de los investigadores de ECOSUR tienen pareja (90%) e hijos (84,5%). Tanto los hombres como las mujeres reportan que dedican un buen tiempo a tareas del hogar (cuidado de los hijos, cocina, limpieza, jardín, administración, compras, mantenimiento). La diferencia principal radica en que los hombres mencionaron que sus parejas dedican más tiempo a las tareas del hogar que ellos, mientras que las mujeres dedican más tiempo a esas tareas que sus parejas (Figura 3). Muchos (43%) de los hombres tienen parejas que se dedican tiempo completo al trabajo en el hogar, pero en casos donde ambos tienen trabajos académicos (35%) e incluso cuando ambos trabajan en ECOSUR (22%), en general, las mujeres dedican más tiempo al hogar que sus parejas hombres. En Europa, en promedio, las mujeres dedican dos veces más tiempo a los cuidados domésticos que los hombres (Sánchez-Mazas y Casini, 2005).

En el sureste de México, un cargo en la academia permite contratar ayuda doméstica y en algunos casos se cuenta con el apoyo de familiares para este trabajo, situación que en Europa o en los EEUU es poco usual. El 85% de los investigadores de ECOSUR contrata personal para las tareas del hogar (ayuda en limpieza, cocina, cuidado de los niños y jardín). Quizás debido a que la gran mayoría no son del sureste de México, solo 6% cuenta con el apoyo de familiares para las tareas del hogar.

¿Afecta la dedicación al hogar la productividad académica?

El análisis de correlación de Pearson sugiere que solamente el hecho de tener doctorado (r= 0,49; p=0,01) y sorprendentemente el tener hijos (r= 0,25; p=0,01) parecen aumentar la productividad académica. Estudios previos han sugerido que las mujeres con hijos en preescolar pueden ser altamente productivas y aunque no se sabe bien porqué, este grupo de mujeres parece tener una gran fuerza de organización para poder realizar bien todas sus actividades (Fox, 2005). Se esperaba encontrar también que los investigadores con hijos adolescentes fueran menos productivos, ya que esta puede ser una etapa difícil en la vida. Sin embargo, este estudio no parece indicar que la edad de los hijos influya en la productividad de los investigadores.

El dedicar más horas a otras actividades (hogar, arte, deporte, otro trabajo), la edad de los encuestados, y tener menos o más apoyo de la pareja en la casa, no parecen tampoco afectar la productividad académica. Fox (2005) sugiere que el estar casada con otro científico del mismo campo sí ayuda a ser más productiva, porque se tiene más acceso a las redes de cooperación del mainstream y a información sobre financiamiento y recursos, de lo que en general los científicos hombres están más informados.

¿Están satisfechos con su vida?

Lamentablemente tanto los investigadores como investigadoras de ECOSUR sienten que han descuidado parte de su vida (>50% de los entrevistados) y el 70% se sienten muy presionados (Figura 4). Las mujeres mencionaron más frecuentemente que los hombres (70 vs 8%) que se han sentido en desventaja por su género y el 55% se sienten agotadas, comparado con el 32% de los hombres. Tal vez por modestia, menos del 30% se declaró exitoso. La mayoría de los investigadores (73%) reportaron sufrir de problemas de salud relacionados al estrés. Entre los problemas de salud se menciona cardiopatía, depresión, ansiedad, insomnio, herpes zoster, inmunodeficiencia, dolor de espalda, hipertensión, agotamiento crónico y gastritis. Esta angustia no es un fenómeno único de ECOSUR, ya que un estudio realizado entre mujeres científicas en los EEUU, sugiere que su mayor preocupación es balancear la carrera y la familia (Rosser, 2004).

La buena noticia es que a pesar de las presiones y el agotamiento, el 65% de los entrevistados se declararon felices (Figura 4). Tal vez ayuda reconocer que la academia permite la dedicación a aquello que nos apasiona, flexibilidad de horario y un buen salario. Las investigadoras de ECOSUR reconocen que tener flexibilidad de horario y poder trabajar desde la casa es de gran beneficio para poder atender las investigaciones sin descuidar a la familia. Atender a la familia sería mucho más difícil desde un trabajo con horarios estrictos. Además los salarios de investigadores permiten contratar ayuda para el hogar y el cuidado de los hijos pequeños. El contar con una pareja que ayude en las múltiples tareas ya es elección de cada quien.

¿Cómo se combina el trabajo académico con el del hogar?

Las estrategias más frecuentemente mencionadas por los investigadores de ECOSUR para ser eficientes fueron: hacer listas priorizadas de las actividades a realizar a largo y corto plazo, delegar tanto en ECOSUR como en el hogar y practicar deportes y meditación. Algunos mencionaron que las agendas electrónicas les han sido muy útiles para organizarse, otros dicen que las listas en papel les son útiles ya que les dan la satisfacción de marcar lo que ya hicieron, mientras que otros prefieren repasar sus listas mentales mientras manejan un vehículo o deshierban el jardín. Otras estrategias frecuentemente mencionadas fueron: dormir poco, involucrar a los hijos en el trabajo académico y de la casa, y hacer varias cosas a la vez. Varios investigadores mencionaron que es buena estrategia llevar un artículo científico para leer mientras se espera a los hijos en el dentista o en la clase de arte. Muchos niños acompañan a sus padres al trabajo de campo. Las mujeres frecuentemente mencionaron como estrategia para ser eficientes el contar con una red de amigas colaboradoras.

Algunos de los investigadores compartieron que la tarea más difícil de combinar con otros quehaceres es escribir un artículo. Por eso planifican tiempo especial de aislamiento para escribir y este tiempo es sagrado (libre de teléfono, Internet, estudiantes, nenes y platos). También es importante para poder concentrarse en las tareas importantes, revisar el correo electrónico solo una vez al día, después de las 3pm.

¿Qué se necesita para sentirse mas satisfechos y ser mas productivos?

La opinión acerca de qué se necesita cambiar para sentirnos más satisfechos con la vida y ser más productivos difirió grandemente entre mujeres y hombres. La diferencia fundamental es que muchos hombres (36%) manifestaron que se sienten muy satisfechos con lo que ofrece ECOSUR y con su vida y no esperan nada más. Señalaron que los cambios dependen de su propia actitud. Por otro lado, casi la totalidad de las mujeres (92%) espera cambios y apoyos de sus parejas y de la institución.

Las investigadoras opinan que rendirían mejor si la institución crease las condiciones que les permitiera ser mejores investigadoras y madres. La gran mayoría de mujeres opina que es prioritario que ECOSUR apoye a las mujeres con niños, que se haga una campaña de concientización en materia de género y que contrate personal administrativo más eficiente.

Algunas investigadoras mencionaron que se sentirían mejor si la institución dejara de presionarlas y si fuera más tolerante con las mujeres con niños. "El mundo no acaba porque uno deja de ser investigadora de ECOSUR, pero sí, el mundo acaba donde la familia acaba". En algunas universidades, como en la Universidad de Wisconsin, en los EEUU, detienen el reloj de la evaluación por un año al tener o adoptar un hijo. Además dan asistencia en períodos difíciles. Por ejemplo, al tener un hijo enfermo o en edad preescolar, se les contrata un asistente de investigación o un posdoctorante. Los administrativos han calculado que esa inversión sale menos costosa que perder a la investigadora e iniciar una nueva búsqueda para ocupar su plaza (Byko, 2005). En India se implementa un programa de oportunidades para mujeres que han interrumpido su carrera para que regresen a las ciencias; ellas han logrado centros de cuidado de niños en el trabajo, centros de cuidado para ancianos durante el día, trabajos de medio tiempo, casas en el campus y que se favorezca la contratación de las parejas en la misma institución (Bamji, 2005).

Muchas mujeres de ECOSUR también opinan que es prioritario que se realice una campaña de concientización en materia de género porque se han sentido discriminadas. Algunos de los comentarios vertidos en las encuestadas reflejan que hay falta de respeto a la mujer: "En esta unidad hay varios investigadores que nunca aceptarían a ninguna mujer como igual, un cambio en la actitud de estos sería un alivio", "A mi me gustaría que los hombres de ECOSUR me consideraran como una persona, no como un objeto de decoración, la mayoría actúa precisamente de esa forma", "Yo me cambié de línea de investigación porque donde estaba antes solo habían técnicos hombres y nunca me respetaban". Otros comentarios denotan que hay sub-valoración del trabajo de la mujer y rechazo a su contratación: "Uno de los colegas dijo que no trabajaba con mujeres porque les venía la regla, incluso hay colegas mujeres que no contratan asistentes mujeres". Algunas mujeres sienten que su trabajo no es valorado. El hecho de que haya tantas mujeres en puestos de mando en ECOSUR sugiere que la discriminación no es a nivel institucional. El problema es sobre todo cultural; según la Encuesta Nacional sobre Discriminación en México, realizada por la Secretaría de Desarrollo Social, 15% de los varones encuestados aún está convencido de que no hay que gastar tanto en la educación de las hijas, porque luego se casan, y el 21% manifestó que el sector femenino tiene menos capacidad que los varones para ejercer cargos importantes (Secretaría de Desarrollo Social, 2005). Al respecto, Sánchez-Mazas y Casini (2005) señalaron que para que las mujeres se queden en la ciencia y asciendan, es imprescindible que se tomen medidas dentro de las instituciones mismas. Se debe primero establecer reglas y valores comunes para mejorar la comunicación e integración social (King, 2005). También es necesario impulsar más estudios de genero en academia para entender mejor las diferencias, promover redes de colaboración entre mujeres científicas y promover que las mujeres estén presentes en los comités de selección (Dewandre, 2002) y de evaluación. Otras sugerencias dadas por mujeres de ECOSUR y que podrían ayudar a aumentar la productividad fueron mejorar y fomentar los espacios de convivencia para que exista mayor acercamiento humano y comprensión, fomentar el trabajo en equipo y tener más jefas mujeres.

Los hombres que señalaron que esperan cambios, al igual que las mujeres también esperan apoyo de la institución. Pero la diferencia es que los hombres piensan que lo que necesitan para sentirse mejor es un mejor salario base. En ese sentido es importante reflexionar sobre la forma actual de las evaluaciones en la academia. ¿Es la competencia actual por los puntos la que llevará a contribuir al desarrollo sustentable? En ECOSUR la asignación de estímulos es bastante integral, ya que se consideran varios aspectos de la productividad académica; sin embargo para ser promovido y para conservar la plaza lo que cuenta son las publicaciones con factor de impacto. Nadie ha perdido su trabajo por no contribuir al postgrado o por no vincularse con el sector social; pero si se hace todo eso y no se publica en revistas indexadas sí. No cabe duda que el deber de los investigadores es contribuir al avance de la ciencia poniendo a la disposición de colegas de todo el mundo sus resultados, pero ¿es esto suficiente cuando la misión es contribuir al desarrollo sustentable de la región?

Además, algunos hombres se preocupan por la falta de buenos servicios médicos y educativos en la zona y porque la jubilación que tendrán en ECOSUR no será apropiada. También mencionaron que quisieran que la institución les reconozca sus obligaciones como padres de familia (p.e., solo las madres gozan de descanso después del nacimiento de un hijo). En el Museo de Historia Natural de Londres identificaron que a los hombres también les ayuda tener horarios flexibles, poder tomar permisos de varios meses y tener acceso remoto a los recursos institucionales cuando necesitan atender a sus hijos (Knapp, 2005).

La coincidencia entre géneros es que muchos investigadores e investigadoras opinan que si tuvieran un técnico académico pudieran ser más efectivos y reconocieron que necesitan ayuda para aprender como organizarse y relajarse. Algunas sugerencias fueron que la institución facilitase talleres cortos para aprender a manejar el tiempo con una agenda apretada, yoga o Tai Chi en ECOSUR, actividades deportivas y espacios de convivencia entre las familias.

En síntesis, aunque el papel de las mujeres en la ciencia es cada vez más reconocido, aun se debe encontrar formas para ayudar a las mujeres en el trabajo y a los hombres a ser mejores padres y esposos. Tal vez mucho depende de las decisiones que se tomen como individuos y de la actitud personal, pero sin los pequeños ajustes a nivel institucional aquí sugeridos y sin cambios en la forma en que los científicos son evaluados, no se logrará incorporar más mujeres a la academia. En muchos países se están dando pasos agigantados para lograr este objetivo; hoy la Universidad de Harvard tiene una presidenta.

Tener más mujeres en las posiciones altas de la academia no solamente sirve como modelo para las estudiantes, sino que contribuye a cambiar las políticas y refuerza los lineamientos para aumentar la diversidad en sus instituciones. Estudios en la industria petrolera del Reino Unido han demostrado que los equipos diversos son más innovadores, resuelven mejor los problemas, son más flexibles y toman mejores decisiones (King, 2005). Es cada vez más evidente que si no incluimos el talento creativo de las mujeres en la ciencia, la sociedad entera perderá. Las mujeres traen a la ciencia una perspectiva indispensable para el desarrollo sustentable (Balaram, 2005).

Parafraseando a Sandra Knapp (2005), hay que recordar que la diversidad ayuda a los sistemas a ser resilientes, adaptables y robustos.

Agradecimientos

La autora agradece a los 71 colegas que contestaron la encuesta por su entusiasmo y confianza, a Ricardo Alvarado por su asesoría con el análisis estadístico, a Teresa Ramos y Lorena Soto por sus comentarios al cuestionario, a Paula Enríquez, Reyna Moguel, Blanca Díaz y Edith Kauffer por sus comentarios al manuscrito, y a Bruce Ferguson por su apoyo con los estudiantes, el artículo, el nene y los platos.

REFERENCIAS

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