SciELO - Scientific Electronic Library Online

 
vol.34 número6The neo-colonialism of green gold índice de autoresíndice de materiabúsqueda de artículos
Home Pagelista alfabética de revistas  

Servicios Personalizados

Revista

Articulo

Indicadores

Links relacionados

Compartir


Interciencia

versión impresa ISSN 0378-1844

INCI v.34 n.6 Caracas jun. 2009

 

El neocolonialismo del oro verde.

Hasta hace poco tiempo, los altos precios del petróleo fueron atribuidos en parte a la necesidad de las empresas transnacionales que explotan el petróleo de realizar grandes inversiones para la explotación del petróleo difícil, aquel localizado en lugares de difícil acceso (en alta mar o en el permafrost). Pero ahora ¿será que la abrupta caída ocurrida en los precios del petróleo indica que las transnacionales ya no quieren seguir invirtiendo en la explotación del petróleo difícil?

Una explicación que pudiera ser la más acertada es que la caída de los precios del petróleo fue motivada por la crisis económica a raíz de los problemas del financiamiento hipotecario en los países más desarrollados.

El consumo mundial de petróleo es de 30 Gbbl/año, y según la teoría de la curva de Hubbert, quedarían ~50 años de reservas convencionales de petróleo. Tales reservas son definidas como aquellos yacimientos económicamente explotables por métodos convencionales. Quedan fuera, además de los yacimientos en alta mar y en el permafrost, el petróleo remanente en pozos agotados, el petróleo pesado, las arenas bituminosas y los depósitos alejados de gas natural (stranded gas). Estos últimos podrían ser reservas muy importantes cuando se puedan implementar nuevos procesos para la obtención in situ de GTL (gas natural transformado en líquido).

El bajo precio del petróleo limita la oferta. A las transnacionales no le interesa que el petróleo se venda a un precio muy bajo, y aunque los países productores (OPEP) podrían verse tentados a controlar la producción, parecen carecer del "know-how" necesario para presionar las teclas apropiadas para aumentar sus ingresos, además del temor de que se consumirá lo poco que queda.

La inhibición de la oferta de petróleo favorece el aumento de la producción de otro tipo de combustible no fósil: los biocombustibles. Lamentablemente, el aumento de su producción podría afectar el abastecimiento alimentario si se lleva a cabo en países con agricultura poco desarrollada. Además, puede causar la destrucción de selvas tropicales al convertirlas en monocultivos de materias primas para biocombustibles (palma, caña de azúcar, etc.), ya que en las regiones tropicales es donde se dan las mejores condiciones para su cultivo. La transformación de selvas tropicales con fines de producción de materia prima para biocombustibles ya ha comenzado en gran escala en regiones tropicales asiáticas (en Malasia e Indonesia cultivos de palma cubren 2/3 de la tierra cultivada) colocando en peligro de extinción a muchas especies. La fiebre del oro verde se intensifica en Asia, mientras que grandes extensiones de selvas tropicales en África Central y el Amazonas permanecen propensas al contagio.

El síndrome de Bambi, que hace ver todo desarrollo del trópico como catastrófico, parece acentuarse con los pronósticos de expansión de tales monocultivos. La mayoría de las selvas tropicales están en países en vías de desarrollo, que para poder aumentar el consumo energético asociado a ese desarrollo (acceso a electricidad, transporte automotriz, etc.) podrían verse tentados a cultivar materia prima para biocombustibles, para su propio consumo y para satisfacer las reservas estratégicas de combustibles líquidos de países más desarrollados, las cuales en un futuro tal vez ya no serían de petróleo, sino de biocombustible. Considerando que una hectárea de palma africana o caña de azúcar puede producir un promedio de 30 bbl/año de biodiesel o bioetanol, el área selvática global entre los trópicos de Cáncer y de Capricornio (~1Gha) sería suficiente para sustituir por biocombustibles la producción global de petróleo arriba indicada.

El pasado y el presente del continente Americano se han caracterizado por la sucesión de colonialismos: primero el causado por el oro buscado en las cordilleras por los conquistadores provenientes de los imperios europeos, y después el causado por el oro negro, encontrado primero en las planicies norteamericanas, y luego en el Lago de Maracaibo, en el Golfo de México, etc. Pareciera que nos enrumbamos hacia un nuevo colonialismo, el del oro verde, localizado en las selvas tropicales.

Jorge Laine

Instituto Venezolano de Investigaciones Científicas. Venezuela