Efecto de la poda y el empleo de un regulador de crecimiento sobre el inicio de la floración en mango¹

The Effect of pruning and the use of a growth regulator on innitial flowering in mangos.

L. Avilán², M. Azkue², E. Soto², M. Rodriguez³, J. Ruiz³ y H. Escalante⁴

1 Investigación financiada en parte por FONACIT. (S1 2000000761)
2 Investigador.
3 Técnicos Asociados a la Investigación.
4 Ing Agr Contratado. Instituto Nacional de Investigaciones Agrícolas (INIA).Centro Nacional de Investigaciones Agropecuarias (CENIAP). Instituto de Investigaciones Agronómicas (IIA). Maracay 2101. Estado Aragua, Apdo. Postal 4653. Venezuela

Resumen

Evaluaciones del inicio floral de cuatro cultivares de mango sometidos a diferentes intensidades de poda y a la aplicación de paclobutrazol (PBZ) fueron realizadas durante cuatro ciclos de producción, y a través de los registros climáticos se establecieron relaciones con las condiciones durante la ocurrencia del proceso. Los cultivares fueron: Haden, Tommy Atkins, Springfels y Edward, sembrados a una distancia de seis metros entre sí (278 pl ha^-1). Los tratamientos fueron: testigo (T) en libre crecimiento, T+ PBZ (aplicado al suelo 2,5 g i.a por planta), poda (P) a 2 m de altura del suelo, P + PBZ, P + corte lateral de las ramas a un radio de 2 m. del tronco (P+L) y P + entresaque de 1-2 ramas primarias desde su inserción en el tronco (P+E). Los resultados indicaron que el inicio de la floración está asociado al incremento del número de días con temperaturas nocturnas iguales e inferiores a 20ºC; así como sugieren, la existencia de requerimientos del número de días acumulados por debajo de 20ºC, distinto entre los cultivares. Independientemente del ciclo anual, la floración se inicio en el tratamiento T y T+PBZ del Edward , que ha excepción del ciclo 1998-1999, se anticipo en 2 a 3 semanas del resto de los cultivares y tratamientos. La aplicación de la poda (P) independientemente de su intensidad y del cultivar, retardó el inicio de la floración. La ocurrencia de una acentuada disminución de las lluvias precediendo el inicio de la floración, creó condiciones que favorecen al proceso propiciando una reducción y/o paralización del desarrollo vegetativo que permite la maduración de las hojas.
Palabras clave: Mangífera indica, cultivares, condiciones climáticas, manejo agronómico

Abstract

 Evaluations of the floral behaviour of four mango cultivars submited to different pruning intensities and paclobutrazol aplications were made over four production cycles and through climatic registers relationships between previous and present climatic conditions during flowering were established. The cultivars Haden, Tommy Atkins, Springfels and Edward grafted on "Criollo" stalks were planted at 6x6 m (278 trees ha^-1) to evaluate the pruning effect at a height of 2m, the Paclobutrazol (PBZ) effect when applied to the soil (2,5 g. ai per tree) and flowering promoter Potassium Nitrate (KNO₃), at 6% on the vegetative growth, flowering and yield of mango cultivars. The treatments were: Checker (T), T + PBZ, Pruning (P) and P + PBZ. P + lateral branches pruning of radius at 2 m (P+L) and P + pruning of internal primary branches (P+E). The results indicated that innitiation of flowering is associated with the increment of the number of days with night temperatures under or equal to 20^oC; also they suggest the existence of different requirement of number of days under 20^oC among cultivars, independent of the annual-production cycle. With the exception of the 1998-1999 cycle, the flowering started first in the treatment T and T + PBZ in Edward with an anticipation of 2-3 weeks in relation to the other cultivars and treatments considered. The pruning aplication delayed (P) the beginning of flowering, regardles of its intensity and the cultivar. The ocurrence in all cycles of a marked disminishing of rain, which preceded the beginning of flowering, propiciated a lower vegetative development and leaf maduration, which created a conditions that favoured the leaf maturing process.
Key Words: Mangifera indica, cultivars, climatic conditions, agronomic management.

Recibido el 14-3-2002 l Aceptado el 27-5-2003

Introducción

El mango es un frutal de amplia difusión nacional con 8650 ha; cuya participación en los mercados internacionales se ha venido acrecentando en los últimos años, alcanzando para el año 2000 el orden de las 5000 TM exportadas, especialmente, hacia países de la Unión Europea*. Sin embargo, la baja producción por unidad de área constituye uno de los factores que puede limitar la capacidad competitiva y la expansión del cultivo, motivo por el cual, se ha implementado el uso de las altas densidades de población, que exigen en su manejo la utilización de prácticas orientadas, como la poda y la aplicación de reguladores, para controlar el tamaño de los árboles. La aplicación de éstas técnicas, de manera aislada o combinada, utilizando diversos marcos de plantación en diferentes cultivares han incrementado significativamente la producción, sin afectar la calidad de los frutos (5, 7, 14, 22).

*Venezuela, 2000. Estadísticas Agropecuarias. Caracas. Ministerio de producción y comercio. 5p. (Mimeografiado).

La mayoría de las copas comerciales empleadas en el país son monoembriónicos de origen subtropical que expresan un gran desarrollo vegetativo bajo condiciones de alta temperatura (7, 25). El mango pertenece al tipo de plantas, en las que el empleo de prácticas que estimulen el crecimiento, lo realicen a expensas de la floración (23) a medida que se incrementa el desarrollo vegetativo, disminuye la concentración de las reservas de almidón en la planta, las cuales están asociadas con la floración y la producción (25).

La producción del mango es considerada como baja al comparársele con otros frutales perennes, lo que es debido a diversos factores. Así en el trópico, la baja producción es atribuida a la falta de inducción floral; mientras en el subtrópico a la escasa fijación de los frutos (24). Las yemas en función al régimen de temperatura pueden dar origen a flujos de crecimiento vegetativo en temperaturas altas por encima de los 25ºC o más; o a una inflorescencia en temperaturas bajas alrededor de los 15ºC o inferiores. (17,18). La iniciación floral de las yemas es precedida por la acumulación de una sustancia inductora de la floración no identificada, que se sintetiza en las hojas maduras, traslocada por el floema en condiciones de estrés producido por las temperaturas bajas, cuyo periodo mínimo para que se suceda el proceso debe ser de 21 a 30 días (17, 18). Según Batten y McConchie citados por Osuna-Ensciso et al. (19) indican que temperaturas entre 13ºC y 18ºC son promotoras de las sustancias que inducen y aceleran el proceso de la floración del mango.

Sukhvibul et al. (21) señalan que el desarrollo de la inflorescencia solo ocurre en árboles mantenidos en régimen de temperaturas diurnas/nocturnas de 20/10, 25/15 y 30/20ºC; así como, que la temperatura tiene efecto en el tiempo de emergencia de la inflorescencia, la apertura de la primera flor, número de flores, viabilidad del polen, y dimensiones de los órganos de la flor. La emergencia de la inflorescencia en temperaturas diurnas/nocturnas de 30/20ºC es de 16,1 días, mientras que a 20/10ºC fue de 42,4 días. Destacan además, que un significativo periodo corto de antesis y reducido número de flores en las altas temperaturas pueden ser los factores que contribuyen, a los bajos rendimientos reportados para el mango en el trópico.

En relación a la humedad, las experiencias realizadas por Chaikiattiyos et al. (7) indican que la ocurrencia de un estrés hídrico favorece la floración al detener el crecimiento vegetativo, pero por si solo no reemplaza, la necesidad esencial de la presencia de temperaturas bajas para que ocurra el proceso. Para evaluar la interacción entre temperatura y humedad, plantas fueron sometidas a un régimen de temperatura diurnas/nocturnas de 23º/18º, 18º/15º y 29/25ºC y a estrés hídrico; mientras en todos los tratamientos hubo una reducción del crecimiento vegetativo, solamente florecieron las plantas sometidas a los dos primeros regímenes.

Entre las técnicas para el manejo del cultivo, dirigidas al control del tamaño de los árboles y promover la floración, destacan el uso de la poda y el empleo de reguladores de crecimiento e inductores de floración (13). Los resultados obtenidos indican que la floración fue inhibida en función a la intensidad de la poda, así mismo, que la aplicación del regulador de crecimiento Paclobutrazol y del nitrato de potasio compensan el efecto adverso de la poda sobre la floración (10, 20). En relación al lapso requerido para que los brotes puedan ser inducidos a la floración, los estudios realizados en el país en brotes podados y no podados fue de 5,43 meses (3), lo cual concuerda con los obtenidos por otros investigadores en el trópico (1, 4, 16, 22). En cuanto a la respuesta esperada por la aplicación de los productos promotores de la floración, Nuñez-Elisea et al. (17) destacan que su respuesta está asociada a la ocurrencia previa de temperaturas bajas.

En éste trabajo se presentan los resultados de la evaluación del inicio de la floración bajo las condiciones climáticas anteriores y presentes durante su proceso, en cuatro cultivares plantados en alta densidad, sometido a diferentes tipos de poda y de la aplicación del regulador de crecimiento (Paclobutrazol) durante cuatro periodos consecutivos de producción.

Materiales y métodos

En un ensayo con los cultivares Haden, Tommy Atkins, Springfels y Edward, injertados sobre patrón «Criollo», sembrados a una distancia de 6 metros entre sí (278 pl ha^-1) empleando un diseño completamente aleatorizado con cuatro repeticiones por cada cultivar, donde cada parcela experimental estaba constituida por un árbol, establecido para evaluar el efecto de la poda en diferentes intensidades, y la aplicación de un regulador de crecimiento (cuadro 1) sobre el proceso productivo; se realizó la evaluación de la floración y se relacionó con las condiciones climatológicas anteriores y presentes durante su ocurrencia por cuatro periodos consecutivos de producción comprendidos entre los años 1997 y 2001.

Para determinar la época y cuantificar la magnitud de la floración, se realizaron en cada uno de los árboles observaciones semanales, desde el momento en que aparecieron las primeras estructuras florales, correspondiente al Estadio ´B´ descrito por Aubert y Lossois (2), En éste estadio, la yema terminal está generalmente más voluminosa, de color verde suave, y las extremidades se abren para dejar aparecer las primeras estructuras florales. Para la estimación de este estadio, se dividió la copa de los árboles en cuatro cuadrantes imaginarios a los cuales se les asignó un porcentaje máximo de 25% en caso de que estuviera completamente florecido (11). Para el análisis de la información se considero como inicio del proceso, cuando su presencia era superior al 10% de la superficie de la copa de los árboles.

La poda consistió en la eliminación de la parte superior de la copa a dos metros de altura del suelo, y el corte de los extremos de las ramas laterales en un radio de 2 m. del tronco de la planta. Esta se efectuó al inicio de cada ciclo anual de producción; mientras el entresaque de 1 ó 2 ramas primarias, eliminadas desde su base o punto de inserción, solamente al inicio del ensayo. El regulador de crecimiento empleado fue el Paclobutrazol (Cultar), cuya aplicación al inicio de cada ciclo se realizó incorporándolo al suelo, un mes después de efectuada la cosecha, a razón de 2,5 g i.a por planta. El producto se disolvió en tres litros de agua y se esparció alrededor del tallo en una franja distanciada de 1 m a 1,5 m del mismo. Como inductor de la floración para toda la población del ensayo, se empleó el Nitrato de potasio (KNO₃) al 6%, a los cinco meses de realizada la poda.

Cuadro 1. Tratamientos (tipos de poda) aplicados a cuatro cultivares de mango.

* PBZ: Regulador de crecimiento Paclobutrazol.

En la estación climatológica del Centro Nacional de Investigaciones Agropecuarias (CENIAP-INIA) ubicado en la región centro norte del país (10º17' N, 67º37' W), caracterizado como Bosque Seco Tropical (9), se obtuvieron los registros de temperaturas máximas y mínimas diarias, así como la precipitación, en el periodo comprendido entre los meses de septiembre a febrero desde 1997 hasta el año 2001. Con esta información se determinó para cada mes, los días con temperaturas mínimas iguales o menores a 15, 18, 19 y 20ºC respectivamente. La plantación correspondiente al presente ensayo esta al mismo nivel y distanciada a 100 m de la estación.

Resultados y discusión

En el cuadro 2, se presentan las semanas donde se determinó el inicio de la floración para los diferentes cultivares y tratamientos durante los cuatro ciclos anuales de producción comprendidos entre 1997 y el año 2001. Cada ciclo anual se inició a partir del mes de julio y culmina en el mes de junio del siguiente año; y con mayor frecuencia para la región, la floración ocurre durante los meses finales del año (septiembre-diciembre) y los primeros meses (enero-febrero) del siguiente año (8).

En el ciclo 1997-1998, cuando las plantas tenían cinco años de edad y se inicio el ensayo, la floración se inició entre el 26 de octubre y el primero de noviembre (primera semana) en el Testigo (T) de Edward y el tratamiento Testigo más Paclobutrazol (T+ PBZ) del Edward y el Tommy Atkins. Las siguientes floraciones tuvieron su inició en la tercera semana (9 al 15 de nov) en P+PBZ de Tommy Atkins , en la cuarta semana (16 al 22 noviembre) en el T de Tommy Atkims y P +PBZ de Edward. Entre la quinta (23 al 29 noviembre) y la sexta (30 nov al 6 dic) semana, se inició la floración del T+PBZ y del P+PBZ de Springfels, P de Edward; T y T+PBZ de Haden. El resto de los tratamientos y cultivares florecieron a partir de la octava semana (14 al 20 de diciembre).

El inicio de la floración en el segundo ciclo considerado (1998-1999), ocurrió entre la séptima (6 al 12 diciembre) y octava (13 al 19 de diciembre) semana en el T, y en el T+PBZ de los cuatro cultivares; así como en P de Tommy Atkins, P+PBZ de Edward y Tommy Atkins, P+L y P+E de Tommy Atkins. Los tratamientos P+L de Haden, Edward y Springfels fueron los últimos en florecer.

Durante el tercer ciclo (1999-2000), el inicio de la floración ocurrió en la octava semana (12 al 18 de diciembre) en el T y T+PBZ del Edward. En la décima semana floreció el P+PBZ del Edward, y entre la onceava (2 al 8 de enero) y doceava (9 al 15 de enero) semana el T, y el T+PBZ de Haden, T+PBZ de Tommy Atkins y P de Edward. En el resto de los tratamientos, el inicio de la floración se presento a partir de la 14 semana y hasta la 17 semana.

La floración del ciclo 2000-2001 se determinó en Edward a partir de la tercera semana (12 al 18 de noviembre) en los tratamientos T y T+PBZ; mientras que en la quinta semana (26 al noviembre al 2 de diciembre) y sexta semana (3 al 9 de diciembre) lo iniciaron P de Edward y T+PBZ de Tommy Atkins, respectivamente. En la octava semana (17 al 23 de diciembre) lo inició P+L de Edward, y el resto de los cultivares y tratamientos iniciaron el proceso entre la décima (31 de diciembre al 6 de enero) y onceava semana (7 al 13 de enero).

Cuadro 2. Inicio de la floración de los diferentes cultivares y tratamientos durante cuatro ciclos de producción.

*o=Octubre
n=Noviembre
d=Diciembre
e=Enero
f=Febrero

Cuadro 2. Inicio de la floración de los diferentes cultivares y tratamientos durante cuatro ciclos de producción (Continuación).

*o=Octubre
n=Noviembre
d=Diciembre
e=Enero
f=Febrero

Independientemente del ciclo anual, la floración se inició en el tratamiento T y T+PBZ de Edward, que a excepción del ciclo 1998-1999, se anticipó en 2 a 3 semanas del resto de los cultivares y tratamientos considerados. Los tratamientos con poda (P), fueron los más tardíos en iniciar el proceso, especialmente en aquellos en los cuales fue más severa, donde además de la eliminación anual de la parte superior de la copa a 2 m de altura del suelo (Topping), se realizó el entresaque de las ramas internas (P+E) y el corte de las ramas laterales a un radio de 2 m del tronco (P+L).

En el cuadro 3, se muestran los promedios de temperaturas máximas y mínimas registradas desde el mes de septiembre hasta febrero durante los cuatro ciclos anuales consecutivos de producción considerados a partir del año 1997; así como, el número de días por mes con temperaturas menores o iguales a 20ºC (15, 18, 19 y 20ºC.). En general, los registros indican, que a partir del mes de octubre la temperatura mínima promedio paulatinamente disminuye, ocurriendo los más bajos durante los meses de diciembre, enero y febrero; en consecuencia, y en el mismo sentido se incrementa la frecuencia del número de días con temperaturas £ a 20ºC. Nuñez-Elisea et al. (18) señalan que el periodo mínimo de temperaturas bajas para que se suceda la floración, debe ser de 21 a 30 días.

En el ciclo 1997-1998 la floración del Edward ocurrió durante los últimos días de octubre e inicio de noviembre (26 de octubre al 1 de noviembre), y en los restantes cultivares y tratamientos, a finales de diciembre (21 al 27 de diciembre) y principios de enero (4 al 10 de enero). Los registros indican que en el mes y/o lapso de días que precedieron la ocurrencia del evento, octubre y noviembre, la frecuencia de días con temperaturas nocturnas menores o iguales a 20, 19 y 18ºC respectivamente, se incrementó; hecho que se repite en los diferentes ciclos considerados, como se evidencia en los registros correspondientes a los meses de noviembre y diciembre que precedieron el evento en los ciclos 1998-1999 ( 6 al 12 y 20 al 26 de diciembre) y 1999-2000 (12 al 18 de diciembre), y octubre en el 2000-2001 (12 al 18 de noviembre).

El traslado en el tiempo de la época de ocurrencia de inicio de la floración durante los diferentes ciclos de producción, tiende a indicar que está asociada al incremento del número de días acumulados con temperaturas nocturnas iguales o menores a los 15, 18, 19 y 20ºC, respectivamente. Los resultados concuerdan con lo señalado Chaikiattiyos et al. (6) y Osuna-Enciso et al. (19), quienes indican que el estrés provocado por temperaturas menores o iguales a los 19ºC son determinantes para la inducción floral en el mango, período que de acuerdo a Núñez-Elisea (17) debe estar comprendido entre los 21 a 30 días que anteceden el proceso. Sin embargo, en el cultivar Manila, los primeros indicios de iniciación floral se registraron cuando ocurrieron al menos 10 días con temperaturas inferiores a 20ºC (19).

Cuadro 3. Registros climáticos 1997-2001 estación CENIAP, Latitud 10º17´, Longitud 63º17´. Altitud 455 msnm

Los resultados evidencian la existencia de requerimientos del número de días con temperaturas nocturnas iguales e inferiores a 20ºC; distintos entre los cultivares y los tratamientos. En relación a los cultivares, Gazit et al. (12) señalan que se ha demostrado la existencia de una relación estrecha entre el genotipo y la respuesta al ambiente de los grupos embriónicos del mango, lo cual puede ser el responsable de su comportamiento.

Los registros pluviométricos (cuadro 3) correspondiente a los diferentes ciclos de producción indican, a excepción del 2000-2001 con una precipitación de 263,3 mm en el mes de septiembre, una paulatina reducción del régimen hacia los meses que antecedieron el inicio de la floración.

Estas condiciones, junto a las temperaturas bajas, propician una reducción y/o paralización del desarrollo vegetativo, que permite la maduración de las hojas e incrementa la concentración de la sustancia promotora del estimulo floral (18). Aunque, el estrés hídrico no reemplaza el efecto de las temperaturas bajas para inducir la floración, su ocurrencia favorece la brotación temprana de las yemas florales (6, 24).

En los tratamientos donde se aplicó la poda, la respuesta de la planta para restituir el balance previamente existente entre el sistema radical y la parte aérea (15), genera un acentuado crecimiento, y el inicio de la floración es más tardío (cuadro 2) Avilán et al. (3) al describir el comportamiento de los brotes podados en relación a los no podados durante un ciclo de producción, indica en los primeros la existencia de diferencias significativas en cuanto a un mayor número de periodos activos de crecimiento o flujos, longitud total, número de hojas y número de brotes por flujo. Estos hechos inciden en la cantidad de hojas maduras presentes cuando las condiciones ambientales son propicias para florecer, resulten insuficientes para inducir el estimulo floral (18).

La escasa respuesta poco consistente, en lo referente a propiciar un inicio de la floración más precoz, en los tratamiento donde se aplicó el regulador PBZ, puede estar asociado con la baja dosis de aplicación utilizada (2,5g i.a por planta) en función al acentuado vigor vegetativo que caracteriza al mango.

Conclusiones

Independientemente del ciclo anual que se trate, la floración se inició en el tratamiento T y el T+PBZ del cultivar Edward, hecho con excepción del ciclo 1998-1999, se anticipo en 2 a 3 semanas del resto de los cultivares y tratamientos considerados.

El inicio de la floración está asociado al incremento en el número de días con temperaturas nocturnas iguales e inferiores a 20ºC; hecho que se evidenció durante los diferentes ciclos de producción, cuando el inicio de la floración se mueve en función a la ocurrencia de temperaturas bajas.

Los resultados sugieren, que los cultivares presentaron requerimientos diferentes con respecto al número de días acumulados con temperaturas nocturnas por debajo de 20ºC.

La poda independientemente de su intensidad y del cultivar, retarda el inicio de la floración, aunque el estrés hídrico no reemplaza las temperaturas bajas la acentuada disminución de las lluvias, que precede el inicio de la floración, al propiciar una reducción y/o paralización del desarrollo vegetativo y permitir la maduración de las hojas, crea condiciones que favorecen al proceso.

Literatura citada

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