SciELO - Scientific Electronic Library Online

 
vol.25 número3Efecto de la aplicación de sulfato de calcio y materia orgánica sobre la incidencia de la pudrición apical de la guayaba (Psidium guajava L.)Optimización y validación de un método de extracción y limpieza en fase sólida para la determinación de insecticidas organofosforados en cebollín (Allium fistulosum L.) y cilantro (Coriandrum sativum L.) índice de autoresíndice de materiabúsqueda de artículos
Home Pagelista alfabética de revistas  

Servicios Personalizados

Revista

Articulo

Indicadores

Links relacionados

  • No hay articulos similaresSimilares en SciELO

Compartir


Revista de la Facultad de Agronomía

versión impresa ISSN 0378-7818

Rev. Fac. Agron. v.25 n.3 Caracas sep. 2008

 

Alteraciones histológicas ocasionadas por el ácaro Brevipalpus phoenicis (Geijskes) a pedúnculos y sépalos de frutos de Psidium guajava L.

Histological alterations caused by Brevipalpus phoenicis (Geijskes) to peduncles and sepals of Psidium guajava L.

G. Rivero-Maldonado1, A. Sánchez-Urdaneta1, M. Quirós de G2., M.E. Sanabria4, C. Colmenares3 y J. Ortega3

Autor de correspondencia e-mail: drivero@luz.edu.ve

1Departamento de Botánica. Facultad de Agronomía. Universidad del Zulia. Apartado 15205. Maracaibo, Zulia, 4005, Venezuela.

2Departamento Fitosanitario, Museo de Artrópodos. Facultad de Agronomía. Universidad del Zulia. Apartado 15205. Maracaibo, Zulia, 4005, Venezuela.

3Departamento de Estadística. Facultad de Agronomía. Universidad del Zulia. Apartado 15205. Maracaibo, Zulia, 4005, Venezuela.

4Decanato de Agronomía. Laboratorio de Microtecnia e Histología Vegetal. Universidad Centro-occidental "Lisandro Alvarado". Apartado 400. Barquisimeto, Lara, Venezuela.

Resumen

Se describen cualitativa y cuantitativamente las alteraciones histológicas ocasionadas por Brevipalpus phoenicis a sépalos y pedúnculos de frutos pequeños, medianos y grandes de Psidium guajava L. Estructuras físicamente sanas, con daño moderado y severo causado por el ácaro se recolectaron de plantas establecidas en el Centro Frutícola del Zulia- CORPOZULIA, municipio Mara (19º83'53'' LN y 19º65'09'' LE), Venezuela. Las secciones transversales sanas y dañadas se microfotografiaron y digitalizaron con el programa Image Pro Plus®, a fin de establecer comparaciones mediante la cuantificación realizada con el programa Image Tool®. Las variables evaluadas fueron: espesor de la epidermis o del estrato superficial necrosado, espesor del parénquima, número de células con fenoles (NCF); número de braquiesclereidas (NB) y el espesor de su pared celular. Los procedimientos estadísticos aplicados fueron análisis de varianza, prueba de comparación de medias (Tukey y DMS) y análisis de frecuencias. Los resultados determinaron que los tejidos epidérmicos y parenquimáticos de sépalos y pedúnculos con daño del ácaro se modificaron en un estrato superficial necrosado, cuyo espesor incrementó dependiendo de la combinación de los factores de estudio. El NCF en los frutos pequeños presentó un rango de 0,35 a 24 células células·12.399 µm-2 correspondientes a pedúnculos sin daño y sépalos con daño moderado, respectivamente. El NB se ubicó en el rango 0 a 3 braquiesclereidas células·12.399 µm-2, no siendo abundantes en sépalos ni en pedúnculos, como se ha observado en el mesocarpo. Considerando que tanto la epidermis como el parénquima poseen capacidad meristemática, las alteraciones ocasionadas por el ácaro podrían afectar el crecimiento y la cicatrización de heridas en las estructuras analizadas.

Palabras clave: Histopatología, guayabo, ácaro.

Abstract

Histological alterations caused to sepals and peduncles of small, medium and large size fruits of Psidium guajava L. by Brevipalpus phoenicis are described and quantified. From 30/10/2003 to 22/01/2004 samples of healthy, moderately and severely damaged fruits were collected from plants located at Centro Frutícola del Zulia, Mara County (19º83'53''N and 19º65'09''E), Venezuela. Transversal sections of tissues were micro photographed and digitalized by using Pro Plus® software Image program, with the purpose of establishing comparisons through quantification made by using Tool® software Image program. The variables evaluated were: epidermal thickness or necrosed superficial layer (NSL), parenchyma thickness, and number of phenolic cells (NPC), number of sclereids (NS) and thickness of cell wall. The statistical procedures analysis of variance, test of means comparison (Tukey and DMS) and frequency analysis. The results showed that the epidermal and parenchyma tissues of sepals and peduncles with flat mite damage were modified into a necrosed superficial layer, whose thickness increased according to the combination of the studied factors. The NPC in small fruits with healthy peduncles and moderately damaged sepals ranged from 0.35 to 24 cells.12399 µm-2. The NS ranged from 0 to 3 sclereids.12399 µm-2, not being as abundant in sepals or peduncles, as observed in mesocarp. Considering that the epidermal and parenchymatic layers have meristematic capacity, the alterations caused by the mite could affect the cellular regeneration which is important and necessary to the fruit growing, as well as to the wounds healing in the analyzed structures.

Key words: Histopathology, guava, flat mite.

Recibido el 10-3-2008 Aceptado el 5-6-2008

Introducción

El guayabo (Psidium guajava L.) es un frutal de grandes perspectivas en Venezuela, tanto por su aceptación como fruto fresco, como por los subproductos que de este se generan (Avilán y Millan 1984). En el año 2000 la región Zuliana fue la principal zona productora de este rubro en el país (Ministerio de Producción y Comercio 2000), ubicándose en la región noroeste del estado el mayor número de plantaciones comerciales, aun cuando durante los años 1990 a 1995 el área de cultivo sufrió un brusco descenso como consecuencia principalmente de problemas fitosanitarios, entre los más importantes se citan: las infestaciones de las raíces por nematodos (Meloidogyne incognita, raza 1) (Casassa et al., 1996), mota blanca del guayabo (Capulinia sp.) (Chirinos-Torres et al., 2000) y la pudrición apical de los frutos ocasionada por Dothiorella sp. (Bravo, 2003).

Entre los artrópodos asociados al guayabo se encuentra el ácaro plano Brevipalpus phoenicis (Geijskes) (Acari: Tenuipalpidae) (Quirós y Viloria 1991), cuyo daño comienza desde la formación del fruto hasta que llega a la madurez fisiológica desmejorando la apariencia del mismo; sin embargo, no se ha considerado importante debido a la poca exigencia por parte de los consumidores del mercado nacional (Quirós et al., 2002; Quirós et al., 2006); adicionalmente, se deben tomar en cuenta aspectos entre los que destacan la predisposición del fruto a infecciones fungosas una vez que el ácaro ha causado heridas en el mismo, como se ha reportado con Dothiorella sp. cuya infección ocurre más rápidamente en frutos con heridas que en frutos intactos (Cedeño et al., 1998), así como también la diseminación, por parte del B. phoenicis, de esporas de ese hongo (Quirós et al., 2006).

El efecto producido a las plantas por la acción de agentes bióticos, como el originado por B. phoenicis derivan en cambios externos e internos, también llamados alteraciones o respuestas celulares del hospedante; varían cualitativa y cuantitativamente, según la histología de los diferentes órganos afectados, el tipo y estado de desarrollo del organismo, las condiciones ambientales, entre otros factores (Cárdenas, 2001). Artrópodos fitófagos chupadores de savia como los ácaros, producen desórdenes histológicos que dependen principalmente de la longitud de sus estiletes, del tiempo de alimentación, de la densidad de población y de las características de la planta hospedera. En hojas de diferentes cultivos, se han reportado afecciones no sólo en la epidermis, incluyendo los estomas, sino también a nivel del tejido parenquimático (Tomczyk y Kropczynska 1985).

La mayoría de los ácaros fitófagos tienen preferencia por un tipo de tejido vegetal en particular, siendo esta la razón por la cual se convierten en plagas que se localizan en determinadas partes de las plantas durante su ciclo de vida. El estudio de los hábitos alimenticios del ácaro B. phoenicis en guayabo ha permitido observar una marcada preferencia del mismo por partes específicas del fruto, tales como el pedúnculo y el ápice incluyendo los sépalos (Quirós et al., 2005); bajo estas consideraciones el objetivo de esta investigación fue describir cualitativa y cuantitativamente las alteraciones histológicas ocasionadas por el ácaro Brevipalpus phoenicis en sépalos y pedúnculos de frutos de guayabo (Psidium guajava L.) de diferentes tamaños y con diferentes niveles de daño.

Materiales y métodos

La recolección de los frutos se realizó en una parcela experimental ubicada en el Centro Frutícola del Zulia (CENFRUZU, CORPOZULIA), municipio Mara, de plantas de guayaba "Criolla Roja" injertadas de 13 años. Los frutos se procesaron en los laboratorios de Botánica Morfológica de la Facultad de Agronomía, Universidad del Zulia y de Microtecnia e Histopatología Vegetal de la Universidad Centroccidental Lisandro Alvarado (UCLA).

Para el estudio histológico se separaron sépalos y pedúnculos de frutos pequeños, medianos y grandes sanos y con daños ocasionado por B. phoenicis, conservándolos en una solución de formaldehído (40%), ácido acético glacial y alcohol etílico (50%) (FAA), en una proporción 5:5:90 (Roth, 1964). Posteriormente, se deshidrataron en una serie de alcohol butírico terciario (ABT) en concentraciones ascendentes del 70% al 100%, cada cambio de concentración se realizó en intervalos de una hora. Se obtuvieron secciones transversales de las estructuras (12 mm de espesor) con un micrótomo de rotación Spencer® modelo 820, previa inclusión en paraplast (punto de fusión 55 a 60ºC). Finalmente, las secciones de sépalos y pedúnculos se paraffin out e hidrataron para culminar con la tinción llevada a cabo con safranina+"verde rápido" y hematoxilina+safranina (Johansen, 1940).

A estas secciones transversales amplificadas a 60X se les tomaron microfotografías con una cámara digital acoplada a un microscopio marca LEICA®, y luego se digitalizaron mediante el programa Image-Pro Plus® (Image-Pro Plus 1999), a fin de compararlas mediante la cuantificación de tejidos y células con el programa Image Tool® (Wilcox et al., 2002).

Los promedios de masa, diámetro polar y diámetro ecuatorial de los tamaños de frutos analizados fueron: pequeños: 0,76 g, 11,70 mm y 0,76 mm; medianos: 29,55 g, 43,48 mm y 33,84 mm; grandes: 89,41 g, 57 mm y 51,84 mm, respectivamente.

Los factores estudiados: tamaño del fruto (pequeños, medianos y grandes), estructura del fruto (sépalos y pedúnculos), y condición del fruto (sin daño, daño moderado y severo ocasionado por B. phoenicis), según la escala fijada por Güerere y Quirós (2000), se dispusieron en un arreglo factorial 3x2x3, en un diseño experimental completamente al azar con cinco repeticiones. La unidad experimental estuvo conformada por un fruto.

Las variables respuesta analizadas fueron:

a. Espesor del tejido superficial, el cual correspondió a la epidermis (EE), incluyendo la cutícula en sépalos y pedúnculos sin daño de B. phoenicis, ó del estrato superficial necrosado (ESN) en aquellos que presentaban daños (µm).

b. Espesor del parénquima (EP), medido por debajo del tejido superficial hasta el inicio de los tejidos vasculares en el pedúnculo, y el mesófilo en los sépalos (µm).

c. Espesor de la pared de las braquiesclereidas (EPB), efectuándose cinco mediciones en diferentes partes de la misma (µm).

d. Número de braquiesclereidas (NB).

e. Número de células con contenidos de fenoles (NCF).

Para determinar NB y NCF se contaron las células presentes en un área de 12.399 µm2 de una sección transversal del pedúnculo y/o sépalo en microfotografías digitalizadas.

Para cada variable se realizaron diez mediciones por repetición en la imagen de la sección transversal del sépalo o pedúnculo proyectada en el monitor del computador, según metodología propuesta por Peña-Valdivia et al., (2005).

El procesamiento de los datos se realizó con el programa estadístico SAS®, versión 9.1.3 (2005). Los procedimientos estadísticos aplicados fueron análisis de varianza (procedimiento GLM), prueba de comparación de medias para los efectos simples (Tukey) y la prueba DMS para las medias de la combinación de los factores a través de la opción LSMEANS. A la variable NB se le realizó un análisis de frecuencia, por ser de tipo discreta, con poca variabilidad.

Resultados y discusión

El análisis de la varianza mostró diferencias estadísticas (P<0,05) para las variables EE, ESN y NCF, generadas por la interacción de los factores estudiados. En EP la significancia (P<0,05) se produjo por el efecto del tamaño del fruto por el tipo de estructura y tamaño por condición del fruto (cuadro 1).

Cuadro 1. Sumas de cuadrados y significación para las variables espesor de la epidermis ó estrato necrosado, espesor del parénquima y número de células con fenoles determinado por el efecto del tamaño, estructura y condición del fruto del guayabo (Psidium guajava L.).

Efecto 

Espesor de la epidermis o estrato necrosado

Espesor del parénquima

Número de células con fenoles

Tamaño del fruto 

26334,98**

12477,95NS

7,2201**

Estructura del fruto 

30896,83**

62509,31**

0,14NS

Condición del fruto 

287584,72**

209722,06**

18,49**

Tamaño x estructura 

58314,71**

191993,80**

0,34NS

Tamaño x condición

58446,21**

243927,50**

27,95**

Estructura x condición 

48758,20**

3121,73NS

5,68**

Tamaño x estructura x condición 

45186,75**

41134,66NS

15,33**

Error

144501,43

396370,96

23,96

Es conveniente acotar, que en las muestras recolectadas no fue posible la obtención del tratamiento correspondiente a frutos grandes con sépalos sin daños, ya que todos se encontraban afectados moderada o severamente por el ácaro.

Espesor de la epidermis (EE) y del estrato superficial necrosado (ESN) en sépalos y pedúnculos de frutos de guayabo de diferentes tamaños y condición con respecto a B. phoenicis

El EE varió de acuerdo a la estructura y tamaño del fruto de guayabo; así en los pedúnculos sin daños el valor de esta variable osciló de 8,12 a 15,16 µm de frutos pequeños, medianos y grandes, y en los sépalos sin daño fue 8,94 µm a 21,87 µm de frutos pequeños a medianos. De manera general, los sépalos presentaron un mayor EE; sin embargo, al medir la cutícula por separado ésta fue de 5,48 µm de grosor en los pedúnculos de frutos pequeños y de 6,64 µm en los medianos, mientras que en los sépalos fue de 4,89 µm para los primeros y 5,66 para los segundos.

Aún cuando en los sépalos de frutos medianos (SM) y grandes (SG), y en los pedúnculos de frutos pequeños (PP) y grandes (PG) con daño moderado de B. phoenicis fue evidente la alteración del tejido superficial en un estrato necrosado (ESN), los valores de su espesor (SM: 68,74; SG: 36,65; PP: 8,55 y PG: 45,11 µm), no se diferenciaron del EE medido en las estructuras sanas (P>0,05). A juzgar por el espesor del estrato necrosado, hasta el nivel de daño moderado la afectación del ácaro parece no afectar la capacidad regenerativa en estas estructuras.

El mayor espesor del ESN se obtuvo en los pedúnculos de frutos grandes con daño severo (344,71 µm), el mismo se diferenció estadísticamente del obtenido por las demás combinaciones (figura 1). Este resultado se puede explicar considerando los hábitos de B. phoenicis, el cual al incrementar sus poblaciones se traslada de las hojas al fruto a través del pedúnculo, al cual invade y deteriora progresivamente en el tiempo, posteriormente algunos individuos (hembras o ninfas) recorren el fruto hasta llegar a los sépalos, donde permanecen y se reproducen exitosamente, alimentándose de ese tejido (Quirós et al., 2005). Sin embargo, la existencia de una cutícula de mayor espesor en esta estructura, tal como se observó, debería ofrecer protección adicional (Bally, 1999; Flores-Vindas, 1999) contra artrópodos fitófagos como B. phoenicis, pero los estiletes del ácaro lograron alterar considerablemente ese tejido.

La formación del estrato superficial necrosado (ESN) fue producto de la alteración tanto de la epidermis como del parénquima. Al respecto, se ha establecido que los tejidos adyacentes a la epidermis se afectan de forma directa por la inyección de saliva de los ácaros o indirectamente la planta es capaz de dar respuestas fisiológicas complejas al daño infligido por el ácaro (Tomczyk y Kropczynska 1985). No obstante, se ha relacionado la presencia de este tejido necrosado con el colapso y muerte sólo de las células epidérmicas (Cárdenas, 2001), así como se observó en Canna generalis con daño de Puccinia canna, atribuyéndoselo a la alteración de este tejido como consecuencia de un estado avanzado de la infección (Rodríguez et al., 1995).

Al comparar la disposición de las células de la epidermis y del parénquima en estas estructuras, se observó que en el primer tejido las células se dispusieron de forma compacta, mientras que en el segundo se observaron mayores espacios intercelulares, paredes celulares más delgadas, aunado a que el parénquima presentó contenidos intracelulares más variados (Flores-Vindas, 1999), las cuales pueden constituir características ideales para el proceso de alimentación de los ácaros, como lo demuestran las investigaciones realizadas en hojas de pera, manzana, fresa y soya con daños ocasionados por ácaros del género Tetranychus al parénquima en empalizada, esponjoso y a ambos simultáneamente (Tomczyk y Kropczynska 1985). Esto permitió explicar la afectación del tejido parenquimático en sépalos y pedúnculos de frutos de guayabo que en conjunto con la epidermis derivaron en la formación del estrato superficial necrosado observado.

Las observaciones microscópicas realizadas en sépalos de frutos de guayabo con daño moderado de B. phoenicis permitieron determinar la presencia de protuberancias de coloración marrón oscuro (figura 2A), constituidas por tejido epidérmico y parenquimático, las cuales posteriormente se expandieron por la presión de los mismos cuando el daño fue severo (figura 2B). Estas evidencias son similares a las descritas por Güerere y Quirós (2000), cuando caracterizaron los daños moderado y severo producidos por el ácaro.

Las observaciones realizadas coincidieron con las determinadas de forma macroscópica en otra investigación donde se caracterizó el daño causado por B. phoenicis como un cambio de coloración de verde a marrón rojizo de las estructuras que con forman el fruto del guayabo, en las cuales ocurría un resquebrajamiento de la superficie sólo visible cuando el daño era severo (Güerere y Quirós 2000).

Espesor del parénquima (EP) en sépalos y pedúnculos de frutos de guayabo

Interacción tamaño del fruto por estructura del fruto

La variable EP incrementó en los sépalos de 306,71 µm a 391,72 µm de los frutos pequeños a medianos. Por el contrario, en los pedúnculos el EP fue mayor en los pequeños (389,04 µm) en comparación con los grandes (304,83 µm) y medianos que obtuvieron el valor más bajo (282,22 µm), diferenciándose estadísticamente de los restantes (P<0,05) (figura 3).

Estas diferencias entre sépalos y pedúnculos se derivaron de la conformación anatómica propia de cada estructura. Los sépalos constituyen hojas modificadas que en el caso de especies de Myrtaceae persisten a lo largo del desarrollo del fruto; en estas estructuras, el tejido parénquimático se conforma en un estrato central ó mesófilo localizado entre dos epidermis (figuras 4C y 4D); mientras que en el pedúnculo por su analogía a un tallo, el parénquima se localiza en la periferia de los tejidos vasculares, de forma concéntrica, y en el centro, representando la médula. El xilema y el floema ocupan la mayor parte de la sección transversal a medida que avanza el desarrollo del fruto, como se puede observar en la figuras 4A y 4B, correspondientes a pedúnculos de frutos pequeños y medianos, respectivamente.

Interacción tamaño del fruto por condición del fruto

En sépalos y pedúnculos de frutos medianos y grandes EP disminuyó conforme avanzó el nivel de daño; en los frutos medianos el espesor se redujo de 463,61 µm a 253,53 µm de sin daño a daño severo y en los grandes de 376,36 µm a 254,70 µm de daño moderado a severo, respectivamente (figura 5).

La existencia de un estrato superficial necrosado producto de la afectación de la epidermis y el parénquima por el ataque del ácaro B. phoenicis, ocasionó una reducción del espesor de este último tejido tanto en sépalos como en pedúnculos. Resultados similares fueron obtenidos en girasol (Helianthus annus L.), donde el espesor de la lámina foliar se redujo por los cambios histológicos producidos por la presencia del hongo Alternaria helianthi, los cuales estuvieron representados principalmente por el colapso y necrosis de las células de los diferentes tejidos (Romero y Subero 1997).

El EP en ambas estructuras de frutos pequeños mostró un comportamiento diferente. En aquellos que presentaron daño moderado y severo fue de 404,28 µm y 333, 63 µm respectivamente, no diferenciándose estadísticamente entre ellos, pero sí con respecto a los frutos sin daño, donde el EP fue comparativamente menor (305,73 µm) (P<0,05).

Estos resultados se pueden atribuir a la alta tasa de multiplicación celular que ocurre en frutos en pleno crecimiento reflejándose como una mayor acumulación de tejido parenquimático en respuesta al daño ocasionado por B. phoenicis. En guayabo se determinó que el crecimiento de los frutos fue producto de la división y expansión celular, lo cual se refleja en el aumento del tamaño y masa de los mismos (Araujo et al., 1997).

La capacidad de regeneración celular en los sépalos y pedúnculos de frutos de guayabo de diferentes tamaños se perdió progresivamente a medida que avanzó el nivel del daño ocasionado por B. phoenicis de moderado a severo, probablemente debido a la pérdida de la actividad meristemática del parénquima (Flores-Vindas, 1999). Al igual que este tejido, se ha descrito que la epidermis retiene su habilidad para dividirse; incluso las células guardianas de los estomas pueden desdiferenciarse y reasumir funciones meristemáticas (Flores-Vindas, 1999). Ambos tejidos pueden contribuir al crecimiento y reparación de lesiones en sépalos y pedúnculos, lo cual es importante considerarlo, ya que según el nivel de daño ocasionado por B. phoenicis la capacidad regenerativa pudiera afectarse.

En los pedúnculos de frutos pequeños, medianos y grandes con daños moderados y severos ocasionados por B. phoenicis resaltó la presencia de un estrato superficial necrosado de espesor considerable ocupando gran parte de la sección transversal. Los estratos superficiales se expandieron, rompieron y desprendieron de los tejidos restantes. En el parénquima las células presentaron formas muy irregulares, sin ordenamiento definido, lo cual se calificó como una completa desorganización del tejido parenquimático, consecuencia del daño causado por este ácaro (figuras 6C y 6D).

En los sépalos con daños moderado y severo se observaron células de forma irregular, muy diferentes al comparar con el parénquima de sépalos sin daño donde el mesófilo estuvo constituido por células parenquimáticas con contornos poligonales o redondeados, y al igual que en los pedúnculos fue evidente un necrosamiento a nivel de la epidermis y del parénquima (figuras 6A y 6B); estas características pudieran ser producto de la ruptura de paredes celulares que conllevaron al colapso y posterior desprendimiento de las mismas (Cárdenas, 2001), además de que el contenido celular de los tejidos pinchados con los estiletes emerge para ser ingerido por el ácaro. Existen evidencias de que los daños a la epidermis y parénquima puede causar alteraciones al funcionamiento de los estomas, debido a que las células guardianas pierden su turgor, lo que ocasiona el cierre de los mismos (Tomczyk y Kropczynska 1985).

Número de células conteniendo fenoles en sépalos y pedúnculos de frutos de guayabo de diferentes tamaños y condición con respecto a B. phoenicis

NCF no presentó una tendencia definida relacionada con los factores de estudio evaluados: nivel de daño ocasionado por B. phoenicis, estructura y tamaño del fruto del guayabo. El número de células con fenoles (NCF) en los sépalos y pedúnculos de frutos de diferentes tamaños varió con relación al nivel de daño ocasionado por B. phoenicis; en severo se situó en un rango de 4,75 a 20,88 células·12.399 µm-2, éste último valor fue el más alto de estas combinaciones y no se diferenció del obtenido por los sépalos sin daño de frutos medianos con 14,36 células·12.399 µm-2.

En las estructuras de los frutos pequeños, medianos y grandes con daño moderado el NCF estuvo entre 9,24 a 24,20 células en 12399 µm-2, y en los sin daño de 14,36 a 0,35 células·12.399 µm-2; sin embargo, siendo éste valor el más bajo de todos, no presentó diferencias con respecto al obtenido por los sépalos de frutos pequeños con daño severo, el cual fue de 4,75 células·12.399 µm-2 (figura 7). Aún cuando se obtuvieron éstos resultados, se ha señalado que estos compuestos se incrementan o se inducen en sitios donde ocurren heridas naturales o las causadas por la penetración y avance de ciertos agentes como los patógenos (Cárdenas, 2001).

En estudios realizados en hojas de frijol (Vigna unguiculata L.) con el acaro T. urticae se reportan cambios fisiológicos relacionados con el contenido de fenoles como respuesta a la inyección de saliva del acaro cuando se alimentó de los tejidos de esta especie de planta, la cual es transportada a las regiones de crecimiento. Así mismo, una infestación local de este ácaro ocasiona un incremento en el transporte de fosfatos a los ápices y raíces, probablemente producto de una influencia fisiológica por la secreción de saliva, más que en respuesta al daño que ocasiona (Sthorms, 1971). Es importante recordar que en esta investigación las mediciones del NCF se realizaron en los sépalos y pedúnculos, estructuras que a lo mejor no responden fisiológicamente de igual manera que las hojas al ataque de los ácaros y por esa razón no hubo una tendencia con respecto a esta variable atendiendo los diferentes niveles de daño.

Número de braquiescle-reidas en sépalos y pedúnculos de frutos de guayabo de diferentes tamaños y condición con respecto a B. phoenicis

La variable NB se ubicó en un rango de 0 a 3 braquiesclereidas.12.399 µm-2 en los sépalos y pedúnculos de frutos de diferentes tamaños y condición con relación a B. phoenicis, siendo el número cero el valor con mayor frecuencia (cuadro 2).

Cuadro 2. Distribución del número y porcentaje de frutos con braquiesclereidas en pedúnculos y sépalos de guayabo (Psidium guajava L.) de frutos de diferentes tamaños y condición con relación a Brevipalpus phoenicis (Geijskes).

     

Braquiesclereidas (Número)

Braquiesclereidas (Porcentaje)

 

Tamaño Estructura Daño

0

2

3

0

1

2

3

Total

Pequeño Pedúnculo Sin daño

40

0

0

0

20,00

0,00

0,00

0,00

40

Mediano  Pedúnculo Sin daño

30

0

0

0

15,00

0,00

0,00

0,00

30

Grande  Pedúnculo Sin daño

28

2

0

0

14,00

1,00

0,00

0,00

30

Pequeño  Sépalo Sin daño

50

0

0

0

25,00

0,00

0,00

0,00

50

Mediano  Sépalo Sin daño

43

7

0

0

21,50

3,50

0,00

0,00

50

Grande  Sépalo Sin daño

0

0

0

0

0,00

0,00

0,00

0,00

 

     

 

 

 

 

 

 

 

 

200

Pequeño Pedúnculo Moderado 

47

3

0

0

16,9

1,08

0,00

0,00

47

Mediano  Pedúnculo Moderado

35

4

1

0

12,64

1,44

0,36

0,00

40

Grande  Pedúnculo Moderado

48

2

0

0

17,33

0,72

0,00

0,00

50

Pequeño  Sépalo Moderado

42

6

2

0

15,16

2,17

0,72

0,00

50

Mediano  Sépalo Moderado

49

1

0

0

17,69

0,36

0,00

0,00

50

Grande Sépalo Moderado

39

1

0

0

14,08

0,36

0,00

0,00

40 

     

 

 

 

 

 

 

 

 

277

Pequeño  Pedúnculo Severo

50

0

0

0

19,23

0,00

0,00

0,00

50

Mediano  Pedúnculo Severo

50

0

0

0

19,23

0,00

0,00

0,00

50

Grande Pedúnculo Severo 

40

0

0

0

15,38

0,00

0,00

0,00

40

Pequeño Sépalo Severo

29

0

1

11,15

0,00

0,00

0,38

30

Mediano  Sépalo Severo

38

2

0

0

14,62

0,77

0,00

0,00

40

Grande Sépalo Severo

47

3

0

0

18,08

1,15

0,00

0,00

50

     

 

 

 

 

 

 

 

 

260

Según lo observado en esta investigación las braquiesclereidas no fueron abundantes en sépalos y pedúnculos con daños, pero tampoco lo fueron en las estructuras sanas; aún cuando no pueden establecerse comparaciones, por ser estructuras anatómica y funcionalmente diferentes, a nivel del mesocarpo, se han evidenciado numerosas braquiesclereidas de manera dispersa en Psidium friedrichsthalianum, P. guineense y Syzygium malaccense (Flores-Vindas, 1999).

En los pedúnculos de frutos pequeños, medianos y grandes se observó un ligero incremento de aquellos sin daño (1% del total de frutos analizados) en comparación con lo que presentaron daño moderado (3,6%); pero en aquellos con daño severo, el resultado fue de 0% de frutos con braquiesclereidas.

En los sépalos, la tendencia fue similar obteniéndose porcentajes de 3,5, 3,61 y 2,3% para las estructuras sin daño, con daño moderado y severo, respectivamente. A diferencia de estos resultados, el número de esclereidas fue indicativa del daño ocasionado al fruto del guayabo por el hongo Dothiorella sp., donde se determinó un incremento del mismo a medida que éste se deterioraba (Bravo, 2003). De igual manera, la disminución en el espesor de la pared de estas células se consideró como una respuesta de los tejidos ante el daño ocasionado por Botryosphaeria dothidea en frutos de manzana (Malus spp.) (Kim et al., 2001).

Conclusiones

Las alteraciones histológicas a sépalos y pedúnculos de frutos de guayabo causadas por B. phoenicis se evidenciaron como un estrato superficial necrosado en sustitución de los tejidos epidérmicos y parenquimáticos, cuyo espesor incrementó según el nivel de daño ocasionado por el ácaro. El estrato superficial necrosado fue visible macroscópicamente como una región de textura irregular que finalmente se agrietó y desprendió. Estas alteraciones pueden afectar la capacidad meristemática de ambos tejidos importante para su crecimiento, para la cicatrización de las heridas y el funcionamiento de los estomas.

El número de braquiesclereidas y de células con fenoles no fueron variables indicativas del daño ocasionado por B. phoenicis a sépalos y pedúnculos de frutos de guayabo.

Agradecimientos

Al Consejo de Desarrollo Científico y Humanístico, CONDES, y al Fondo Nacional de Ciencia y Tecnología por haber financiado la investigación a través del Programa CC-0032-05 y G-2002000588. Al Centro Frutícola del Zulia, CORPOZULIA, Proyecto FONACIT N° F-2001001117 por permitir los muestreos y mantener la colección de guayabos de ese centro. A la profesora Dorys Chirinos, responsable del Proyecto FONACIT S1-200100119-LUZ, por permitir el uso del microscopio LEICA® y el programa Image-Pro Plus®.

Literatura citada

1. Araujo F., S. Quintero, J. Salas, J. Villalobos y A. Casanova. 1997. Crecimiento y acumulación de nutrientes del fruto de guayaba (Psidium guajava L.) del tipo criolla roja en la planicie de Maracaibo. Rev. Fac. Agron. (LUZ). 14:315-328.         [ Links ]

2. Avilán, L. y M. Millan. 1984. Consideraciones acerca de los sistemas de plantación del guayabo Psidium guajava L. en Venezuela. Agronomia Tropical. 34(4-6):69-80.         [ Links ]

3. Bally I. 1999. Changes in the cuticular surface during the development of mango (Mangifera indica L.) cv. Kensington Pride. Scientia Horticulturae 79:13-22.         [ Links ]

4. Bravo, V. 2003. Histología de frutos de Psidium guajava L. inoculados con Dothiorella sp. Seminario de Convalidacion. La Universidad del Zulia, Facultad de Agronomía, División de estudios para graduados, Programa de Fruticultura. 39 p.         [ Links ]

5. Cárdenas, E. 2001. Curso de Histopatología Vegetal. Programa Fitopatología. Colegio de Postgraduados, México. (Mimeografiado). 317 pp.         [ Links ]

6. Casassa A., J. Matheus, R. Crozzoli y A. Casanova. 1996. Control químico de Meloidogyne spp. en el cultivo del guayabo (Psidium guajava L.) en el municipio Mara del estado Zulia, Venezuela. Rev. Fac. Agr. (LUZ). 13:303-312.         [ Links ]

7. Cedeño, L., C. Carrero y R. Santos. 1998. Podredumbre marrón en frutos del guayabo, causada por Dothiorella sp. fase conidial de Botryophaeria dothidea, en los estados Mérida y Zulia. Fitopatología Venezolana. 11(1):16-23.         [ Links ]

8. Chirinos-Torres, L., F. Geraud-Pouey, D.T. Chirinos, C. Fernández, N. Guerrero, M.J. Polanco, G. Fernández y R. Fuenmayor. 2000. Efectos de insecticidas sobre Capulinia sp. cercana a jaboticabae Von Ihering (Homoptera: Eriococcidae) y sus enemigos naturales en el municipio Mara estado Zulia, Venezuela. Bol. Entomol. Venezuela. 15(1):1-16.         [ Links ]

9. Flores-Vindas E. 1999. La planta, estructura y función. Volumen I y II. Libro Universitario Regional. Cartago, Costa Rica. 883 p.         [ Links ]

10. Güerere P. y M. Quirós. 2000. Escalas cualitativas del daño hecho por el ácaro plano, Brevipalpus phoenicis (Geijskes) (Tenuipalpidae), a frutos del guayabo (Psidium guajava L.). Rev. Fac. Agron. (LUZ). 17:471-481.         [ Links ]

11. Image-Pro Plus. 1999. Versión 4.0 para Windows media Cybernetics, Inc.         [ Links ]

12. Johansen, D. 1940. Plant Microtechnique. Mc Graw-Hill. New Cork. Journal of the Biological Photographic Association. Williams and Wilkins. Baltimore, Md.         [ Links ]

13. Kim K., E. Park, Y. Kim, K. Ahn, P. Kimy y K. Kim. 2001. Latency and defense-related ultrastuctural characteristics of apple fruit tissue infected with Botryosphaeria dothidea. Phytopathology 91:165-172.         [ Links ]

14. Ministerio de Producción y Comercio. 2000. "Principales Cultivos Permanentes y Semi-permanentes" en "Estadísticas Agrícolas" de "VI Censo Agrícola de Venezuela".         [ Links ]

15. Peña-Valdivia C., A. Sánchez, C. Trejo, R. Aguirre y E. Cárdenas. 2005. Root anatomy of drought sensitive and tolerant maize (Zea mays L.) seedlings under different water potentials. Cereal Research Communications, 33:4.         [ Links ]

16. Quirós M. y Z. Viloria. 1991. Importancia del ácaro plano Brevipalpus phoenicis, (Geijskes), Acari: Tenuipalpidae en huertos de guayabo, Psidium guajava L., en el Estado Zulia. Revista Agronomía (LUZ) 8(4):155-192.         [ Links ]

17. Quirós M., N. Poleo y Y. Petit. 2002. Evolución del daño en el ápice del fruto de guayaba Psidium guajava L., causado por Brevipalpus phoenicis (Geijskes) (Acari: Tenuipalpidae). Entomotrópica 17(1):91-96.         [ Links ]

18. Quirós de G., M., Y. Petit de M, N. Poleo y A. Gómez. 2005. Distribución de Brevipalpus phoenicis (Geijskes) (Acari: Tenuipalpidae) en la planta del guayabo (Psidium guajava L.) en La Coruba, municipio Mara, estado Zulia, Venezuela. Entomotrópica 20 (1):39-47.         [ Links ]

19. Quirós M., D. Araujo, L. Urdaneta, N. Poleo y C. Colmenares. 2006. Brevipalpus phoenicis (Geijskes) (Prostigmata: Tenuipalpidae) as disseminator of phytopathogenic fungi on guava, Psidium guajava L. under lab conditions. XII th International Congress of Acarology 21-26 August. Amsterdan, The Netherlands. Jan Bruin (eds.). 164 p.         [ Links ]

20. Rodríguez, L., S. Pérez y C. Sánchez. 1995. Alteraciones anatómicas de la hoja de Canna generalis inducidas por Puccinia cannae. Anales de Botánica Agrícola. 2:30-34.         [ Links ]

21. Romero T. y L. Subero. 1997. Caracterización de los cambios histológicos producidos por Alternaria helianthi (hansf) Tub.Nish en hojas de plantas de girasol (Helianthus annus L). Anales de Botánica Agrícola. 4:43-48.         [ Links ]

22. Roth I. 1964. Microtecnia Vegetal. Escuela de Biología, Facultad de Ciencias, Universidad Central de Venezuela, Caracas. pp. 89.         [ Links ]

23. SAS, Institute. INC. 2005. SAS (Statistycal Analysis System) the Institute INC, Cary, NC. USA.Versión 9.1.3.         [ Links ]

24. Sthorms, J. 1971. Some physiological effects of spider mite infestation on bean plants. European Journal of Plant Pathology. 77(5):154-167.         [ Links ]

25. Tomczyk, A., y D. Kropczynska. 1985. Effects on the host plant. In W. Helle y M.W. Sabelis (Eds.) Spider mites, their, biology, natural enemies and control, Vol. IA. Elsevier, New York. Chapter 1.4.7. p. 327.         [ Links ]

26. Wilcox, D., B. Dove, D. Mc David y D. Greer. 2002. Image Tool for Windows. Version 3.0. The University of Texas Health Science Center. San Antonio, Texas.27.         [ Links ]