Servicios Personalizados
Revista
Articulo
Indicadores
- Citado por SciELO
- Accesos
Links relacionados
- Similares en SciELO
Compartir
Letras
versión impresa ISSN 0459-1283
Letras v.47 n.71 Caracas dic. 2005
Reseña: Soldados de Salamina.Cercas, Javier. (2001). Barcelona: Tusquets Editores. Colección Andanzas. 209 páginas.
José Rafael Simón Pérez (UPEL IPC)
...-Para escribir novelas no hace falta imaginación-dijo Bolaño-.
Sólo memoria. Las novelas se escriben combinando recuerdos...
...La realidad siempre nos traiciona; lo mejor es no darle tiempo
y traicionarla antes a ella...
Roberto Bolaño, en Cita en Stockton,
la tercera parte de Soldados de Salamina.
Soldados de Salamina, un éxito editorial que ha alcanzado más de medio millón de ejemplares vendidos, se divide en tres partes: Los amigos del bosque, Soldados de Salamina y Cita en Stockton. Está dedicada, sin mayores detalles, a Raül Cercas y a Mercè Mas. Cuenta con un epígrafe de Hesíodo, tomado de Los trabajos y los días: Los dioses han ocultado lo que hace vivir a los hombres. Después de este preámbulo, veamos ahora de qué va la historia para que usted, amigo lector, pueda interesarse en el libro.
Un periodista, cuyo nombre nunca sabemos, está pasando por un momento poco halagador: ha dejado de escribir por diversas razones; se ha divorciado recientemente; su padre, un recuerdo constante y nostálgico a lo largo de más de 200 páginas, acaba de fallecer; y por si fuera poco mantiene una relación sentimental, que parece no tener mucho futuro, con una mujer llamada Conchi, quien tiene un programa de corte esotérico en una televisora local. A raíz de un artículo publicado en el periódico y de cartas recibidas en respuesta al artículo publicado, el periodista decide retomar su carrera de escritor a través de un libro, que no es otro que Soldados de Salamina, relato real (según el escritor chileno Roberto Bolaño ...todos los buenos relatos son relatos reales, por lo menos para quien los lee, que es el único que cuenta...) que hablaría del famoso fusilamiento de presos franquistas del Collell, en las postrimerías de la cruenta guerra civil española.
Lo cierto del caso es que Rafael Sánchez Mazas, escritor, fundador e ideólogo del movimiento conocido como Falange, logra escapar milagrosamente del mencionado fusilamiento, orquestado como ya se dijo por las tropas republicanas que se retiraban hacia Francia, camino del exilio, luego de las derrotas sufridas. Inmediatamente, se emprende un rastreo por las zonas aledañas al santuario del Collell y un soldado republicano ubica a Sánchez Mazas, pero sin decir absolutamente nada, al menos con las palabras, no lo delata y le perdona la vida. El escritor y también ideólogo de Falange vaga unos días por el bosque, hasta que es encontrado y catapultado a las filas del nuevo gobierno.
El acontecimiento relatado de la guerra civil español, permite al periodista sin nombre reconstruir los detalles del fusilamiento, el encuentro de Sánchez Mazas con los amigos del bosque (los hermanos Figueras y Angelats) a través de entrevistas sostenidas con los mismísimos sobrevivientes del suceso y, por supuesto, de muchas lecturas muy bien documentadas sobre el tema.
Luego de escribir Soldados de Salamina, el periodista regresa a su trabajo en el diario. Se encuentra poco satisfecho con el libro escrito, piensa que falta algo y que ese algo podría ser investigar quién era aquel soldado y qué lo llevó a perdonarle la vida a Rafael Sánchez Mazas. El director del periódico le asigna un nuevo trabajo: realizar entrevistas a personajes públicos de la región. Es así como el fablistán conoce y entrevista al escritor chileno Roberto Bolaño, ganador del Premio de Novela Rómulo Gallegos con el libro Los detectives salvajes, quien entre muchas otras cosas le habla de Miralles, un hombre lleno de cicatrices debido a las guerras en las que ha participado y al que conoció años atrás en un campamento de verano.
Creyendo, luego de atar cabos aquí y allá, que Miralles podría haber estado en el fusilamiento del santuario del Collell, el periodista emprende su búsqueda. Lo localiza en una casa de ancianos, la Résidence de Nimphéas, en la ciudad francesa de Dijon, solo y bajo el cuidado de una monja llamada Francoise. Más que a un soldado que pudo haber estado en el Collel, el fablistán encuentra a un hombre triste y enfermo, pero lúcido. Un hombre incluso resentido porque no hay ni va a haber nunca ninguna calle miserable de ningún pueblo miserable de ninguna mierda de país que vaya a llevar el nombre de ninguno de ellos. Para Miralles, ellos son todos los soldados de España y del mundo que dan la vida por una causa que muchas veces ni conocen ni les atañe. Más que al soldado del Collell que perdonó a Sánchez Mazas, el periodista-hombre encuentra a otro hombre que ha enterrado a una hija y que fuma a escondidas de todos en la residencia de ancianos de Dijon. Encuentra a un viejo con olor a verduras y a viejo que tiene tiempo sin abrazar a nadie, que le pide un gesto de cariño, que vuelva, que quisiera si ella supiera y se lo permite- bailar un pasodoble, podría ser Suspiros de España, con la hermana Francoise. Que le pide, le implora casi, que lo recuerde, que es una forma de no morir nunca. Se topa también con el padre muerto, pensado siempre. A fin de cuentas, ...uno no encuentra lo que busca, sino lo que la realidad le entrega.
Para concluir esta reseña, quisiera agregar algunos datos biográficos de Javier Cercas, un autor poco conocido por estos lados del charco. Cercas, quien desde 1989 se desempeña como profesor de literatura española en la Universidad de Gerona y quien también trabajó durante dos años en la Universidad de Illinois, nació en Ibahernando (Cáceres, provincia de Extremadura), en el año 1962. Es asiduo colaborador del diario El País, uno de los más influyentes de España, y ha publicado diferentes textos: La obra literaria de Gonzalo Suárez (1994, ensayo), Una buena temporada (1998, artículos), Relatos reales (2000, crónicas), El inquilino (1989 y 2000), El vientre de la ballena y El móvil. (Los tres últimos títulos son novelas).
La consagración definitiva la obtuvo con la obra aquí brevemente reseñada, publicada en 2001 y que ya en 2004 va por la edición trigésimo tercera, lo que habla muy bien de la acogida que ha tenido. El libro también fue adaptado con gran éxito al cine y ha merecido diferentes premios concedidos por sociedades de lectores, de libreros, de escritores y de críticos (Premio de la Crítica de Chile, por ejemplo).
Que hay unanimidad, pues, entre unos y otros y que Soldados de Salamina es un libro que hay que leer.