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Letras

versión impresa ISSN 0459-1283

Letras v.48 n.73 Caracas  2006

 

Cristóbal Colón y Lope de Aguirre: la otra historia1

Rita Jáimez

(UPEL – IPC- IVILLAB)

ritamje@hotmail.com

Resumen

Este estudio se planteó dos objetivos básicos: (i) analizar a la luz del Análisis Crítico del Discurso (ACD), y con la ayuda de la historia, dos cartas: una escrita por Cristóbal Colón y otra por Lope de Aguirre. Y (ii) develar las auténticas intenciones con las que fueron escritas. La primera carta que se analizó fue la que Cristóbal Colón dirigió a los Reyes desde la isla La Española en año de 1498. El segundo documento se trata de la epístola que Lope Aguirre envió desde Valencia del Rey en el año 1561, al rey Felipe II. Se estudiarán estos dos documentos porque constituyen un capítulo importante en la historia de Venezuela. Además porque los dos marinos fueron personajes significativamente controversiales. La metodología empleada es el modelo que desarrolló Wodak (2003b), que propone como categorías de análisis: (1) modos de nombrar, (2) características y particularidades de lo nombrado, (3) argumentos, (4) órdenes del discurso y afirmaciones, y (5) fuerza ilocucionaria. Los resultados indican (i) que estas estrategias aparecen en los discursos; y (2) que el propósito fundamental, con que los autores redactaron los documentos, fue legitimar su autoridad: Colón debía convencer a los Reyes Católicos de que él, y nadie más, debía seguir encargado de la empresa; y Aguirre, de que hacía justicia.

Palabras clave: ACD, cartas, Cristóbal Colón, Lope de Aguirre, legitimar

Christopher Columbus and Lope de Aguirre: the other store

Abstract

This study had two main objectives: (i) to analyze two letters, one by Christopher Columbus and the other by Lope de Aguirre, in the light of Critical Discourse Analysis (CDA), and with the help of history; and (ii) to uncover the real intentions with which these letters were written. The first letter was addressed by Columbus to the King and Queen from La Española Island in 1498. The second letter was sent by Lope de Aguirre from Valencia del Rey to King Phillip II in 1561. Both documents will be studied since they represent an important fact in Venezuelan history. Besides, both sailors were significantly controversial characters. The research methodology is based on the model developed by Wodak (2003b), which proposes five analysis categories: (1) naming forms; (2) features and particularities of named things; (3) arguments; (4) discourse orders and affirmations; (5) illocutionary force. Results indicate that (i) these strategies are present in both documents; (ii) the main purpose with which the authors wrote the letters was to legitimize their authority: Columbus had to convince the King and Queen that it was him, and nobody else, who had to continue in charge of the enterprise, Lope de Aguirre that he did justice.

Key words: CDA, letters, Christopher Columbus, Lope de Aguirre; legitimize.

Christophe Colomb et Lope de Aguirre : l’autre histoire

Résumé

Dans cette recherche, on a établi deux objectifs fondamentaux: (i) étudier à la lumière de l’Analyse Critique du Discours (ACD), et avec l’aide de l’histoire, deux lettres : l’une écrite par Christophe Colomb et l’autre par Lope de Aguirre. Et (ii) découvrir les vraies intentions de ces deux lettres. La première lettre analysée a été celle que Christophe Colomb a adressée aux Rois de l’île L’Espagnole en 1498. Concernant le deuxième document, il s’agit de l’épître que Lope de Aguirre a envoyée depuis Valence du Roi en 1561 au Roi Philippe II. On étudiera ces deux documents parce qu’ils comprennent une partie très importante de l’histoire du Venezuela et que leurs auteurs (marins tous les deux) ont été des personnages énormément polémiques. La méthodologie utilisée a été le modèle de Wodak (2003b) proposant comme catégories d’analyse : (1) formes de nommer, (2) caractéristiques et particularités de ce qui est nommé, (3) arguments, (4) typologies du discours et affirmations, et (5) force illocutionnaire. Les résultats indiquent que (i) ces stratégies sont présentes dans les discours ; et (ii) que le but fondamental des auteurs lors de la rédaction de ces documents a été de légitimer leur autorité : Colomb devait convaincre les Rois qu’il devait continuer d’être le seul à s’occuper de l’entreprise ; et Aguirre qu’il n’exerçait que la justice.

Mots clés : ACD, lettres, Christophe Colomb, Lope de Aguirre, légitimer.

Cristoforo Colombo e Lope de Aguirre: l’altra storia

Riassunto

In questo studio sono stati esposti due obbiettivi fondamentali: (1) Fare l’analisi attraverso la metodologia chiamata Analisi Critica del Discorso (ACD) e con l’aiuto della storia rappresentata da due lettere: una scritta da Cristoforo Colombo e l’altra da Lope de Aguirre; e (2) svelare le vere intenzioni con cui furono scritte tali lettere. La prima lettera analizzata è stata quella che Cristoforo Colombo mandò ai Re cattolici dall’isola La Spagnola nel anno 1498. Il secondo documento è l’epistola che Lope de Aguirre inviò, da Valencia del Re nel anno 1561, al Re Filippo II. Questi due documenti sono stati studiati perché costituiscono un capitolo importante nella storia del Venezuela. Inoltre i due marinai furono personaggi significativamente controversi. La metodologia usata è il modello sviluppato da Wodak (2003b), il quale propone come categorie per l’analisi: (1) modi di nominare, (2) caratteristiche e particolarità di ciò che è stato nominato , (3) argomenti , (4) ordini del discorso e affermazioni, y (5) forza illocutoria. I risultati indicano (1) Queste strategie appaiono nei due documenti, e (2) lo scopo fondamentale di entrambi gli autori fu l’atto di legittimare la loro autorità: Colombo doveva convincere i Re Cattolici che lui, e soltanto lui, doveva continuare come capo dell’attività. Lope de Aguirre voleva convincere il Re Filippo che egli stesso faceva giustizia.

Parole chiavi: ACD, lettera, Cristoforo Colombo, Lope de Aguirre, legittimare.

Cristóvão Colombo e Lope de Aguirre: a outra história

Resumo

Este estudo propôs-se dois objectivos básicos: (i) analisar, à luz da Análise Crítica do Discurso (ACD), e com a ajuda da História, duas cartas: uma escrita por Cristóvão Colombo e outra por Lope de Aguirre; e (ii) revelar as autênticas intenções com que foram escritas essas cartas. A primeira carta que se analisou foi a que Cristóvão Colombo dirigiu aos reis desde a Ilha Hispaniola no ano de 1498. O segundo documento trata-se da epístola que Lope Aguirre enviou de Valencia del Rey, no ano de 1561, ao rei Felipe II. Estudar-se-ão estes dois documentos porque constituem um capítulo importante da história da Venezuela, para além de que os dois marinheiros foram personagens significativamente controversos. A metodologia empregada é o modelo desenvolvido por Wodak (2003b), que propõe como categorias de análise: (1) modos de nomear, (2) características e particularidades do nomeado, (3) argumentos, (4) ordens do discurso e afirmações e (5) força ilocucionária. Os resultados indicam: (i) que estas estratégias aparecem nos discursos; e (2) que o propósito fundamental com que os autores redigiram os documentos foi o de legitimar a sua autoridade – Cristóvão Colombo devia convencer os Reis Católicos de que ele, e ninguém mais, deveria continuar como encarregado da empresa; e Lope de Aguirre, de que fazia justiça.

Palavras-chave: ACD, cartas, Cristóvão Colombo, Lope de Aguirre, legitimar.

Fecha de recepción: 14-05-2004 Fecha de evaluación: 07-07-2005 Fecha de recepción de la versión definitiva: 13-01-2006

1. Introducción

En este artículo se recurre al Análisis Crítico del Discurso (ACD) y a la historia con el objeto de lograr una aproximación ideológica a dos documentos que han servido para construir la historia de Venezuela, de España y de América. Se trata de dos cartas: una escrita por Cristóbal Colón, en la que informa sobre su tercer viaje y que está fechada en La Española en el año de 1498; y otra escrita por Lope de Aguirre, datada en Valencia del Rey en el año 1561. ¿Por qué? En principio, se esgrimirán dos razones, las cuales, incluso, sirven para hacer más diáfanos los objetivos de este estudio. En primer lugar, porque la historia ha dicho que ambos personajes fueron protagonistas, es decir, son responsables de acciones trascendentales, de acciones que trazaron la historia de más de una nación. Y en segundo lugar, porque los especialistas distinguen entre una leyenda blanca y una leyenda negra. Véase en qué consiste ambas razones.

El protagonismo. Colón y Aguirre para muchos especialistas han sido héroes, pero para otros, verdaderos canallas. Ambos han sido controversiales, fueron personalidades problemáticas. En efecto, la historia dice que tanto Colón como Aguirre, en algún momento, se alejaron de la obediencia al Rey y, por ello, también de la Iglesia. Sin embargo, a la vez, se encuentran testimonios que hablan de circunstancias impuestas, fortuitas o ajenas a estos dos hombres que pudieron intervenir en las acciones que hoy se evalúan como de infidelidad a la Corona o a cualquier otro tipo de autoridad. Véase una serie de testimonios:

[Colón] estaba mediatizado por sus creencias religiosas, firmemente católicas (…) Era, además, soberbio, megalómano y extremadamente suspicaz y desconfiado (Eslava Galán, 1992.p.117 y s.)

Un rasgo de carácter propio de Colón fue su insaciable codicia, su amor al oro y a la ganancia. (Eslava Galán, 1992.p.118)

Eslava Galán asegura que el Almirante tenía fuertes creencias religiosas, si esto es así, debería encontrarse entre los rasgos de la personalidad de Colón, la humildad; sin embargo, este no es un rasgo que resalte el historiador; más bien, asegura que era soberbio, megalómano y ambicioso. Con este investigador coincide Milhou cuando se refiere al orgullo colombino, pero también Milhou encuentra en el navegante rasgos de humildad, con esta aserción, este último autor, se distancia de Eslava Galán. Pero, a pesar de las disimilitudes, uno y otro, con mayor énfasis Milhou, reconocen que en Colón se aglutinan sentimientos antagónicos:

En realidad se mezclan en él de una manera muy suya el orgullo y la humildad (Milhou, 1990.p.143)

Con sinceridad, pero con un aparato poco propio de un santo y fruto de un temperamento exaltado y neurótico, oscilaba Colón entre la asimilación con los patriarcas y las figuras mesiánicas del Antiguo Testamento y la adecuación con el modelo del justo perseguido (Milhou, 1990.p.143)

Pero también inscriben algunos investigadores, entre ellos, el propio Eslava Galán, que Colón solo fue un hombre de su tiempo, un hombre al que le correspondió absorber la ideología y costumbre del medioevo, así como las del renacimiento. En este sentido, señala el historiador que es lógico encontrar en Colón sentimiento que hablan de un rendimiento absoluto a Dios y a la Monarquía, pero también una necesidad de abrirse a nuevas experiencias, conocimiento y posibilidades.

Colón fue bastante contradictorio, típico producto, como tantos contemporáneos suyos, de una época a caballo entre la Edad Media y el renacimiento (Eslava Galán, 1992.p.118)

Probablemente, la necesidad de nuevos conocimientos y posibilidades vino acompañada de las nuevas organizaciones políticas y económicas, después de todo el renacimiento significó en Europa el fin de la preponderancia del feudalismo, y el surgimiento de nuevos acuerdos económicos, que sirvieron de base al posterior nacimiento del sistema burgués.

Por otro lado, también se encuentran estudiosos que argumentan claramente a favor del Virrey. Taviani, por ejemplo, señala que los españoles, conscientemente, le pusieron las cosas difíciles a Colón, puesto que se hallaban bastante insatisfechos con la autoridad y el poder que poseía Colón, un no-español, en las tierras recién conquistadas por el gobierno hispánico:

La mala suerte, la maldad de sus enemigos o la envidia de quienes no podían soportar que un extranjero de humilde extracción social hubiera alcanzado increíbles privilegios y los máximos honores (Taviani, 1990.p.163)

En las citas anteriores, se constata que para los historiadores la personalidad del navegante fue bastante controversial, y en este caso, no se trata de que los especialistas simplemente se agrupen en bandos diferentes, que unos hagan filas para alabarlo; mientras otros, las hagan para cuestionarlo. Esa situación se da, pero la que predomina se caracteriza por un crisol de sentimientos y emociones contradictorias. Los historiadores ven conductas y sentimientos contradictorios en una única persona: Cristóbal Colón.

El otro personaje que se tratará, Lope de Aguirre, también ha levantado polémicas. Fray Pedro Simón en sus Las Noticias Historiales de las Conquistas de Tierra Firme en las Indias Occidentales, que se imprimió por primera vez, en Cuenca, en el año de 1627 de Lope de Aguirre dijo:

Fue siempre inquieto amigo de revueltas y motines, y así en pocos de los que hubo en su tiempo en el Perú dejó de hallarse. No se supo hubiese servido en cosa noble ni a su Majestad jamás a derechas. (p.436)

en sólo cinco meses y cinco días, que fue el tiempo de su tiranía, quitó la vida a sesenta personas españolas, y entre ellas un clérigo sacerdote, otros dos religiosos de la orden de nuestro Padre Santo Domingo, cuatro mujeres con una hija, asoló cuatro pueblos de españoles, robando todas las haciendas que pudo (p.437)

Como puede deducirse de estas dos citas, la opinión que se oficializó -mediante la escritura- de Lope de Aguirre no es nada positiva. Ciertamente, el monje Pedro Simón sostiene no solo que era amigo de reyertas, sino que también fue capaz de realizar acciones canallescas, incluso de matiz dantesco: asesino de personas indefensas como clérigos, mujeres y niños, inclusive, de su propia hija. Este religioso además ofrece un dato interesante para este estudio cuando se refiere a la misma epístola que aquí se analizará, manifiesta que:

todo bien diferente de lo que él dice al Rey en su cartas (subrayado nuestro), que la causa porque se alzó y le negó la obediencia fue por no haberle gratificado sus servicios, y fueron los que hemos repetido y otros muchas de su pelaje que dejamos por no hacer más prolija su historia de lo que es (p.437 y s.).

Así que de acuerdo con el sacerdote Pedro Simón, Lope de Aguirre se levantó contra el Rey no como símbolo de protesta ante los abusos cometidos por quienes representaban la autoridad, no porque estaba convencido de que las autoridades expropiaban y eran codiciosas, que fue la justificación que el marañón dio al Monarca en su famosa epístola, sino simplemente porque su naturaleza era, irremediablemente, violenta.

Un siglo más tarde, José de Oviedo y Baños en su Libro Cuarto de la Conquista, y Población de la Provincia de Venezuela (1723), específicamente, en el Capítulo Primero, intitulado: Llega a Coro el Señor Obispo Don Fray Pedro de Ágreda: ya Sancho Briceño à España por Procurador de la Provincia: y el tirano Lope de Aguirre llega à la Margarita, se expresa del capitán de los marañones de la siguiente manera:

Lope de Aguirre, quien perdiendo el temor à Dios, la obediencia al Rey, y la vergüenza al mundo, en una información que hiciera para justificar su alevosía, puso en su firma, Lope de Aguirre Traydor.

Como se aprecia, Oviedo y Baños repite la opinión del fraile Pedro Simón. Pero ¿todos los hombres interesados en la historia opinan igual? ¿O hay algún fundamento para qué Miramón (s/f) se haga la siguiente pregunta?: "¿Fue en verdad sólo un tirano cruel y sanguinario -tirano llamaban entonces los españoles a los rebeldes contra la autoridad real- o, más bien, un precursor remoto de la independencia del Continente? Espacio para una pregunta como esta hay, después de todo "siglos más tarde, Simón Bolívar consideraría esta legajo como ‘la primera declaración de independencia del Nuevo Mundo’" (citado por Zvanev, s/f.). Además no puede olvidarse el capítulo de la literatura venezolana contemporánea gestado por Miguel Otero Silva con su novela histórica intitulada Lope de Aguirre, príncipe de la libertad.

Esta situación genera otras interrogantes: ¿puede considerarse al capitán de los marañones simplemente como un abominable asesino? ¿o puede también valorársele como el responsable del primer grito de independencia americana? Y en este mismo orden de ideas, retomar a Colón y discutir sobre si fue víctima de la ambición española o de su propia ambición. Cabe reseñar que estas preguntas otorgan cabida a otras: ¿por qué es importante hacerse estas preguntas? ¿por qué prestarle atención a todo esto? Una respuesta podría ser: porque, así como estos personajes, la España colonial ha estado también sometida a vaivenes apreciativos, es decir, de ella hay quien cuenta una leyenda blanca, pero también quien refiere una leyenda negra.

Las leyendas. Como testimonio de la leyenda blanca se tiene a Hernández Sánchez-Barba (1989), quien sostiene que las cosas no fueron fáciles para los españoles, puesto que "ni los indígenas eran los dóciles vasallos (…), ni el oro y las riquezas aparecían por ninguna parte" (p.140); sino que por el contrario, el hombre europeo padeció hambre, enfermedades desconocidas hasta entonces y todo tipo de calamidades. En palabras del autor, los españoles "en lugar de las pretendidas riquezas se encontraron con penalidades y una vida extraordinariamente dura" (p.128). Mientras este autor resalta –y quizás justifica las acciones de los españoles- puesto que, subraya las penalidades que tuvieron que soportar en el Nuevo Mundo; Pietschmann (1992) relata la leyenda negra. Pietschmann señala los abusos que los blancos cometieron sobre los indígenas, cuando manifiesta que "la realidad de las vejaciones que sufrieron los indígenas americanos queda patentemente documentada por el desastre demográfico que padeció la población autóctona sobre todo en el siglo XVI" (p.22). Pero no solo se hallan autores, como los anteriores, que defienden las distintas leyendas, sino que también se consiguen investigadores que explican el porqué de su concreción, véase, por ejemplo, como Vélez de Mendizábal (s/f), razona la leyenda negra:

La historia americana precisaba aventureros como Lope de Aguirre para ocultar un sinfín de inconfesables pasajes negros. Las crónicas redactadas por los vencedores han de tener alguien a quien imputar todos los abusos cometidos, para poder conservar bien limpio el símbolo de la integridad. Así ha ocurrido siempre en todas las batallas y disputas; mirad si no las guerras y contiendas actuales, que por hallar algún ejemplo entre los sacrificados encierra los enfados y maldiciones de los de un bando y del otro, para subsanar el error de la mayor parte de los dos bandos.

Vélez de Mendizábal (s/f) recorre la historia de los enfrentamientos bélicos del hombre del pasado y del presente para sugerir el poder de las crónicas y de los cronistas, con ello, deja ver que existe la posibilidad de que la redacción de los vencedores beneficie a los vencedores. En este sentido, a cronistas como Pedro Simón, les interesaba maximizar los hechos de Lope de Aguirre porque de esa manera no solo desviaba la atención sobre otros hechos, que quizás perjudicaba a su grupo, sino que además, se les pueden imputar unos cuantos abusos. Cabe destacar que en la época colonial, salvo los alegatos de Las Casas, la leyenda relatada fue la blanca. Posteriormente, con el transcurrir del tiempo, y abierta la posibilidad americana de contar su historia, se ha fortalecido la leyenda negra. En la actualidad las posiciones contrarias son preponderantes. Esta situación se hace más compleja cuando se reconoce que todavía, a pesar de las muchas lecturas y de las muchas novedades antropológicas e históricas no se vislumbran acuerdos. Probablemente, pretender superar esta disyuntiva con las herramientas conocidas de la historia se haga cuesta arriba, al menos hasta ahora ese parece el caso. Es por ello, que aquí se ha pensado que si se examinan los textos mediante el Análisis Crítico del Discurso, se podría contribuir en la elaboración más veraz de los hechos.

Se piensa que este método puede aportar luces a esta discusión, se especuló que con su aplicación se podría saber qué prendían realmente o qué acción esperaban que realizaran los destinatarios cuando leyesen los manuscritos. Por otro lado, es oportuno subrayar en que acabar con las discrepancias, escapa a los límites de este trabajo, no únicamente porque no es su objetivo, sino porque el análisis de dos textos no son de gran significado en el devenir histórico. No obstante, a pesar de las limitaciones, se interpreta que el estudio de ambos documentos puede contribuir a descubrir algunas posiciones e ideologías, sobre todo, las subrepticias o cuidadosamente atenuadas. Y es que hasta ahora, los historiadores relatan y analizan los hechos, pero no identifican las estructuras lingüísticas que aparecen en los documentos con los cuales ellos construyen la historia, labor que, hasta ahora, realizan los recién formados analistas del discurso. En este sentido, es importante destacar que no se desecha para nada el aporte histórico, por el contrario, este estudio se realiza sobre la base de una perspectiva interdisciplinaria, en la que la lingüística y la historia se complementan. Dicho de otro modo, se cree que a través de este tipo de análisis se puede identificar y explicar algunos mecanismos lingüísticos que fueron empleados por estos dos conquistadores, y de esta manera, extraer las auténticas intenciones y propósitos con los que fueron escritos los legajos tratados aquí. Considerando atentamente, las circunstancias históricas en la que fueron redactados.

Una vez contextualizada la situación problemática y justificada esta investigación, a continuación se procederá a exponer sus objetivos, los cuales se han asomado a lo largo de esta introducción: (i) analizar a la luz del Análisis Crítico del Discurso (ACD), y con la ayuda de la historia, dos cartas: una escrita por Cristóbal Colón y otra por Lope de Aguirre. El análisis consistió en la identificación y explicación de las herramientas discursivas que más usaron estos autores. Se hizo de esta manera con la intención de concretar otro objetivo que es suplementario del primero: (ii) develar las auténticas intenciones con las que fueron escritas.

Para lograr sus objetivos, esta investigación se organizó en cinco apartados. El primero consiste en una introducción, la cual permite presentar los objetivos, además de justificarlos históricamente; en el segundo, se conceptualiza el ACD desde la perspectiva histórica; el en siguiente se presenta toda la información metodológica que se ha creído pertinente; después, se pasa al análisis para, finalmente, presentar las conclusiones. A continuación la conceptualización del ACD.

2. El análisis crítico del discurso

El ACD defiende que el objeto de las intervenciones lingüísticas nunca es neutro, sino que por el contrario, con ellas se persigue institucionalizar, naturalizar, cotidianizar, legitimizar la desigualdad social, la injusticia social, el poder, el control u otro interés cualquiera, siempre de la clase poderosa. Asimismo cree que en un discurso son contadas las estructuras lingüísticas de carácter azaroso. Esta corriente da por sentado que el hablante es un actor social, su acto de habla un acto social, y que su intención también tiene carácter social, y que además pretende consecuencias sociales. Desde luego, aquí subyace la convicción de que el lenguaje también es un medio de dominación y una fuerza social: lo que se dice una y otra vez, lo que se repite lingüísticamente, al igual que las costumbres, termina imponiéndose. Así adquiere historicidad y tradición, se internaliza, se hace verdad. Luego, pocas personas se hacen preguntas en torno a esa realidad; en general, simplemente la aceptan, y la aceptan sin cuestionamiento alguno. Y es que desde el punto de vista cognitivo, se esquematiza, se arraiga; y desde la perspectiva social, se normaliza, se hace convención (Habermas, 1992), y lo que es tradición, finalmente, se legitima.

No obstante, a pesar del peso del lenguaje en los hechos sociales, debe aseverarse que el lenguaje no es poderoso en sí mismo; el poder del lenguaje reside en su empleo y quién lo emplea. En este orden de ideas, es necesario resaltar que si un actor social poderoso logra que su acto de habla sea feliz, esto es, consigue su propósito, el lenguaje es poderoso. Se entiende, en consecuencia, que el lenguaje tiene poder, pero este poder le viene del uso que los poderosos hacen de él. Por ejemplo, el lenguaje en abstracción carece de todo poder, pero cuando líderes como Jesucristo, Lenin, Hitler, Luther King, Gandhi, Bush, Aznar, Chávez logran movilizar las masas y consiguen que estas hagan lo que ellos esperan usando únicamente el lenguaje, el lenguaje se ha transformado en un arma poderosa. Y es que en el discurso de los poderosos -se insiste- nada es gratuito. Por el contrario, "el individuo piensa, planea, construye, interactúa y fábrica" (Jäger, 2003.p.68) como actor social, y de la misma manera, deduce, calcula y espera beneficios sociales. Es por ello que el ACD valora los textos como un campo de batalla, que se estudia para luego planificar las acciones, un campo de batalla donde pocas acciones (o expresiones) son gratuitas. Por consiguiente, se entiende que las diferentes estructuras gramaticales de un texto son un ejército que se despliega, absolutamente organizado con la intención de lograr un objetivo: convencer a la audiencia de hacer lo que su hacedor quiere, esto es: de obedecer a su hacedor. En términos de Wodak (2003a. p.31):

en los textos, las diferencias discursivas se negocian, están regidas por diferencias de poder que se encuentran, a su vez, parcialmente codificadas en el discurso y determinadas por él y por la variedad discursiva. Por consiguiente, los textos son con frecuencia arenas de combate que muestran las huellas de los discursos y de las ideologías encontradas que contendieron y pugnaron por el predominio.

Y es que el ACD, trata de develar la ideología que se encuentra en los discursos. Según la autora, con ello se logra, entre otras cosas, desmitificar los discursos. Y esto es importante porque se podría obtener una idea más clara de las luchas por el poder y el control. Ahora bien, ¿qué dicen o han dicho estas personas? ¿cómo logran que las masas hagan los que ellos esperan? ¿qué contienen sus discursos que las personas se enardecen y los siguen con escasas dudas? Al decir de Wodak (2003b), estas respuestas todavía no se tienen, esta tarea no está concluida y, además, es bastante compleja:

hasta la fecha no hemos sido capaces de proporcionar respuestas claras a las preguntas que tratan de averiguar quién influye sobre quién, y cómo se ejercen esas influencias. Únicamente la investigación indisciplinar podrá lograr que tan complejas relaciones parezcan más transparentes (p.102)

Sugiere interdisciplinaridad cuando asegura que el ACD no se basta para interpretar con acierto los hechos. Por esta razón, no asombra que considere aspectos que vayan más allá de la práctica discursiva, aspectos que abarquen múltiples criterios teóricos y metodológicos:

no es más que uno de los elementos de los múltiples enfoques que necesitamos. No solo hemos de centrarnos en las prácticas discursivas, sino que también debemos ocuparnos de una amplia gama de prácticas materiales y semióticas. De este modo, la investigación en el ACD debe ser multiteorética y multimetódica, crítica y autocrítica" (Wodak, 2003b.p.103)

Cabe señalar que, esta visión interdisciplinar se ha ido instaurando a medida que han avanzado las investigaciones. Efectivamente, los analistas críticos del discurso entienden que el texto no se agota en el texto mismo, sino que está en franca relación con la realidad en que fue construido; realidad que reitera y refuerza, a la vez, que le otorga sentido al texto. En este orden de ideas, recomiendan los estudiosos, para lograr una mejor interpretación de las herramientas discursivas, que nunca se abandone el contexto socio-histórico en que fue elaborado el discurso analizado. De hecho, Wodak (2003b) asegura que "los discursos tienen lugar en el seno de la sociedad, y solo pueden comprenderse en la interrelación entre la situación social, la acción, el actor y las estructuras societales" (p.105). Según esta autora, es factible y hasta saludable, revisar el contexto histórico, debido a que mediante este se obtendrá una mejor lectura del documento que se analizará. Y esta tarea se pretende hacer aquí, como quedará asentado en la metodología, la cual se desarrollará seguidamente.

3.- Metodología

En el apartado anterior se desarrolló una concepción de ACD cercana a la historia. En este quedó claro que el ACD es un recurso que sirve para desentrañar intenciones ocultas, las cuales son más poderosas que las transparentes, y por tanto, más peligrosas, según Wodak. Asimismo, asentó la necesidad de revisar la historia para que se realice el análisis, considerando algunos actos sociales que pudieron condicionar el propósito social del texto en cuestión. A continuación se presentarán los criterios históricos sobre la base de algunos lineamientos metodológicos.

3.1.- Identificación del corpus

  • La carta que Cristóbal Colón dirige a los Reyes desde la isla La Española en el año de 1498. Este documento es la relación de tercer viaje. En este el Almirante informa a España de su posible contacto con tierra firme, al parecer, en los viajes anteriores solo había conocido islas.

  • La epístola que Lope Aguirre envía, desde Valencia del Rey en el año 1561, al rey Felipe II, con el objeto de informarle que desde ese momento ni él ni sus compañeros se consideran sus vasallos, por el contrario, son sus enemigos hasta la muerte.

Por otro lado, no debe olvidarse un detalle importante, ambos documentos, a pesar de la distancia cronológica, tenían un mismo destinatario: La Corona española, la máxima autoridad legítimamente instaurada.

3.2.- Justificación del corpus

Siguiendo los lineamientos del ACD, Cristóbal Colón y Lope de Aguirre son actores sociales, que tuvieron algún privilegio político y militar en América. Así que tanto Colón como Aguirre son considerados, en este estudio, no como individualidades, sino como miembros de un grupo que ostenta poder. Ambos gozan de poder, aunque por diversas razones: el Almirante porque el Rey se lo otorgó, y Aguirre porque lo usurpó. Con respecto a Cristóbal Colón, recuérdese que en la Capitulación de Santa Fe, firmada en Granada el 17 de mayo de 1492, Colón recibió varios títulos: Almirante de la Mar Océana, Virrey y Gobernador de Tierra Firme, Almirante, Virrey y Gobernador del Mar Océano. En lo referente a Lope de Aguirre, anótese que el virrey Cañete designó a Pedro de Ursúa como capitán de la expedición que debía localizar El Dorado, sin embargo, en el transcurso del viaje Aguirre da muerte a Ursúa y se erige como máxima autoridad.

3.3.- Contextualización histórica

3.3.1. La carta colombina

Si a la primera expedición transatlántica aún hoy se la suele evaluar como de dimensiones extraordinarias, indudablemente que a finales de 1400 fue incalificable; y el máximo responsable de esa hazaña no fue otro que Cristóbal Colón. Si bien es cierto que no encontró grandes minas de oro, había llegado donde nunca nadie antes -al menos oficialmente- lo había hecho. Además, con esta gesta se constató la forma esférica del Planeta. Asimismo, Europa, Asia, África y América tuvieron conocimiento de la existencia de nuevos mundos.

Pero esta no fueron las únicas consecuencias de este viaje: el hombre español creyó obtener riqueza fácil. De hecho, "se había divulgado que en nuevas tierras aguardaban riquezas inmensas y que las indias eran hermosas y complacientes. Todo el mundo quería embarcar" (Eslava Galán, 1992.p. 178). Y Colón también fue el único responsable de este hecho. Al respecto es oportuno señalar que el Almirante (1493-1958) inició la carta relación de su primera expedición con las siguientes palabras: "Señor, porque sé que habréis placer de la gran victoria" (p.7). Y más adelante aseguró que "hay oro sin cuento (…) traigo conmigo Indios para testimonio. (p.11). Después de esta publicidad, no debe extrañar que una cantidad nada despreciable de personas quisieran integrar la segunda expedición. Inclusive, para emprender el segundo viaje, aparecieran entre los voluntarios personas de prestigio intachable. Pero a la Corona en ese instante, le interesaba fundamentalmente conquistar, por ello, la expedición tuvo carácter militar, y estuvo conformada, básicamente, por soldados y religiosos (Eslava Galán, 1992).

No obstante, las opiniones cambiaron. Cuando los hispanos llegaron a América se dieron cuenta de que instalarse ahí no era una tarea fácil: en primer lugar, se enfrentaban a un clima diferente, y por tanto, debían adquirir hábitos alimenticios diferentes; en segundo lugar, había que realizar grandes esfuerzos para obtener el material aurífero; y en tercer, los indígenas no estaban dispuestos a seguir aceptando pasivamente ciertas imposiciones, y transformaciones a su cotidianidad. "La cruda realidad era que la tierra era pobre e improductiva (…) El Almirante reprimiría a los descontentos con mano dura. Según los usos de la época" (Eslava Galán, 1992.p.186). Hernández Sánchez-Barba (1989) presenta la situación de manera semejante a Eslava Galán:

El segundo viaje de Colón, desde los puntos de vista político y comercial, originó grandes desengaños: ni los indígenas eran los dóciles vasallos que había dicho, ni el oro y las riquezas aparecían por ninguna parte; hambre, calamidades y enfermedades originaron un descontento general que se tradujo en una hostilidad abierta al almirante y un desprestigio considerable de la empresa (p.140)

Como es lógico, así como del primer viaje habían llegado al Viejo Mundo, noticias altamente positivas, y así como se esparcieron, de igual manera, se divulgaron las del segundo, solo que en esta ocasión, las informaciones no eran nada positivas ni halagüeñas. Evidentemente, a los Reyes Católicos llegaron muchos rumores y por distintas vías del nepotismo de Colón, de su codicia desmedida, de estafas a los Monarcas mediante la apropiación indebida de oro y perla, de información incompleta referida a los hallazgos. De acuerdo con Hernández Sánchez-Barba (1989) hechos como estos sembraron en sus Majestades la desconfianza y la sospecha de que "el genovés no era un hombre para confiarle asuntos de administración y gobierno" (p.149). En este contexto, Colón regresa a España, se entrevista con los Reyes e inicia su tercer viaje, que es el que se refiere en el legajo que se trabajará aquí. La evaluación de estos hechos indica que Colón no se encontraba en sus mejores momentos, Colón estaba desprestigiado, debía acallar los rumores, debía recuperar su reputación, así que debía hacer cualquier cosa por convencer a los Monarcas de su fidelidad y de su honestidad, porque de lo contrario, corría el riesgo de perder todos sus privilegios políticos y económicos, que no eran pocos.

Pero ¿cuáles fueron las condiciones en que Lope de Aguirre escribió su carta? ¿Eran parecidas a la de Colón? ¿También se encontraba en una situación desfavorable? ¿Estaba en peligro de perder privilegios políticos, militares o económicos? Estas preguntas serán respondidas de inmediato.

3.3.2. La carta de Aguirre

Lope de Aguirre llegó a América en 1539. Sobre sus actividades en estas tierras resalta su participación en batallas como la de Las Salinas; la expedición de Diego de Rojas; la batalla de Chupas en la que apoyó a de Vaca de Castro en contra Diego de Almagro; también estuvo en las tropas realistas en las Guerras Civiles de Perú; asimismo participó al lado de Núñez de Vela contra Gonzalo Pizarro. En 1560, tras casi veinticinco años de lucha, normalmente, defendiendo los intereses de la Corona, no posee ni fama, ni gloria ni fortuna. En estas circunstancias se embarca en la expedición, cuyo objetivo esencial era encontrar el mítico y ansiado El Dorado. El virrey del Perú, Don Andrés Hurtado de Mendoza, marqués de Cañete, seleccionó a Don Pedro de Ursúa para liderar esta empresa. La expedición exigía recorrer los ríos Huallaga, Marañón y Amazonas, esto implicaba, prácticamente, atravesar, con todos sus inconvenientes e inhumanidad, la selva amazónica.

La búsqueda resultó infructuosa, después de mucho navegar y de sortear con suficiente dificultad las condiciones adversas propias del mundo amazónico, los expedicionarios únicamente consiguieron exacerbar los temores naturales que levantan lo desconocido y la sospecha de una muerte segura. En efecto, con el transcurrir de los días, estos hombres vislumbran que El Dorado es otra quimera más, en estas circunstancias no tardan en aparecer en estos sujetos extenuados tanto física como mentalmente, pasiones incontroladas; de esta manera inevitablemente, se impone la envidia, el temor, la discordia, la anarquía y el odio. Al final, como manifiesta Zvanev (s/f.), Lope de Aguirre ajusticia a las autoridades de la expedición, asigna nuevas y, con algunos atrevidos hombres, acuerda "escribir una carta a Felipe II exponiendo sus motivos y, a la hora de firmarla, Aguirre lo hace ‘Lope de Aguirre, traidor’. Además explica que "son todos traidores al rey y como tales, están en su contra; los demás se escandalizan y le toman por loco". Aquí se inicia el alzamiento de Lope de Aguirre. Días más tarde, y tras sofocar nuevos motines mediante nuevos asesinatos, el vasco redacta su famoso documento, y se erige como "Príncipe de la Libertad de los Reinos de Tierra Firme".

Esa última carta será la que se estudiará aquí. El examen que se hace a estas circunstancias indica que Lope de Aguirre era un hombre libre para hacer y deshacer, en el sentido de que no tenía nada que perder y mucho que ganar. Hasta ahora no había gozado de prebenda alguna, a pesar de haber pasado gran parte de su vida en América. Hasta ese momento era un anónimo más de los muchos que intentaron hacer las Américas. No tenía que preocuparse ni ocuparse de algo que nunca había tenido: prestigio. Al parecer, solo se le conocía por su carácter rebelde, por luchar como fiera por las causas por las que se había enrolado. Y eso era lo único que tenía, lo único que debía resguardar.

Ahora bien, conocidos los actores sociales (Colón y Aguirre); presentada la acción social (las cartas), precisado grosso modo el contexto social (las circunstancias en las que fueron escritas); en seguida, se expondrá el sustento metodológico considerado en este estudio.

3.4. Criterios para realizar el ACD

Para efectuar el ACD se seguirá como modelo, las preguntas registradas por Wodak (2003b.p.113 y s.) en una investigación que intituló: El análisis del discurso discriminatorio: estudió del caso de la propuesta "Austria primero", realizada por el Partido de la Libertad de Austria en los años 1992-1992. Esta investigadora sistematizó, este modelo a partir de una serie de preguntas, las cuales, a su manera de ver, son susceptibles de ser aplicadas a cualquier documento histórico. Véanse las preguntas y sus condiciones.

1. Desde el punto de vista lingüístico ¿de qué modo se nombra a las personas y de qué modo se hace referencia de ellas? Esto se aprecia mediante el uso de los pronombres. Es uno de los recursos más contundentes que usan las personas para marcar el exo y el endogrupo. Al respecto, expresa Wodak (2003b.p.115) que "la construcción discursiva del ‘nosotros’ y el ‘ellos’ es el principal fundamento de los discurso de identidad y de diferencia." En el análisis de los datos esta categoría se desarrollará mediante el pronombre y alguna que otra nominación.

2. ¿Qué rasgos, características, cualidades y particularidades se les atribuyen? Aquí hay que retomar las nociones de presentación positiva y presentación negativa. Normalmente, se hace presentación positiva del yo, del nosotros o de nuestro grupo. Se resaltan nuestros méritos, virtudes y potenciales; mientras que se mitigan nuestras faltas. Esta fórmula se aplica al contrario a los sujetos que constituyen el exogrupo (van Dijk, 1999).

3. ¿Por medio de qué argumentos y de qué esquemas argumentativos tratan algunas personas concretas o algunos específicos grupos sociales de justificar y legitimar la exclusión, la discriminación, la supresión y la explosión del otro? Los argumentos normalmente están relacionados por una larga lista de temas, al decir de Wodak (2003b) son quince: utilidad, ventaja; inutilidad, desventajas; definiciones, interpretación de los nombres; peligro y amenaza; humanitarismo; justicia; responsabilidad; carga, lastrado; economía; realidad; números; legalidad y derechos; historia; cultura y abuso.

4. ¿Desde qué perspectiva o punto de vista se exponen estas etiquetas, atribuciones y argumentos? Esta categoría se atiende desde los distintos órdenes del discurso: narración, descripción, etc. También desde la cita de acontecimientos y ciertas afirmaciones.

5. ¿Se articulan abiertamente las respectivas afirmaciones? ¿Resultan intensificadas o atenuadas? De acuerdo con Wodak (2003b) esta condición se estudia mediante la fuerza ilocucionaria, es decir, a través del significado funcional, no mediante un proceso semántico tradicional. Con la respuesta a esta pregunta se sabrá si la proposición pretendía ser una instrucción, una orden, una petición, etc.

3.5.- Presentación y análisis de la información

En el texto, se usarán dos tipos de citas, las que están insertas en los párrafos en los que se desarrolla la disertación y que serán de poca extensión, apenas frases y se señalarán gracias al empleo de las "comillas" cuando su extensión vaya más allá de un sintagma, cuando su extensión se aproxime a esta estructura gramatical, se recurrirá a la letra itálica. El otro tipo de cita se refiere a las que constituirán en sí mismas un párrafo, las cuales serán de mayor extensión, probablemente conformarán una oración o más. Con el objeto de facilitar el desarrollo del análisis están numeradas. Cuando se quiera resaltar alguna entidad lingüística en el interior de una cita, se hará mediante el uso de la itálica. La información no relevante dentro de una cita extensa será omitida mediante el uso del paréntesis acompañado de puntos suspensivos (…). Cuando la textura demande algún añadido en las citas, este estará señalado con el uso de corchetes [más la información pertinente].

El análisis se ajustará a los criterios cronológicos, es decir, primero se estudiará la epístola colombina, fechada en 1498; y después, se examinará el documento del vascuence, que data de 1561.

Luego de haber expuesto el quid de la cuestión (u objetivo del trabajo), los postulados teóricos que lo explican (o marco teórico) y cómo se llevó a cabo la investigación (o metodología), de inmediato, se presentará el análisis de los manuscritos.

4. ¿Qué dijeron Colón y Aguirre?

4.1. Cristóbal Colón

1. Modos de nombrar (o pronombres)

El pronombre estudiado como categoría es de gran importancia, mediante su análisis, como ya se dijo, se pueden reconocer algunos aspectos referidos al protagonismo, así como la concepción de grupo. El empleo de esta categoría se presentará a continuación mediante el cuadro Nº 1:

Esta es una de las categorías más usadas en los estudios de análisis del discurso. Para muchos, recuérdese la referencia que arriba se hizo de Wodak, es una de las categorías más contundentes. Al parecer su uso no puede desligarse de la ideología del interlocutor. Desde la perspectiva del discurso, el yo representa la autoafirmación: el ser. A la vez que marca responsabilidad absoluta en algunos hechos, es decir, el protagonismo. En este documento se obtuvo el yo setenta y siete veces (77). Desde el punto de vista cuantitativo, el pronombre que le continúa es ellos, que se encuentra bastante alejado, apenas apareció en dieciocho (18) oportunidades. El cuadro también permite leer que esta diferencia está consolidada, obsérvese que yo, está acompañado de otros pronombres, que fortalecen la primera persona: y su correspondiente pronombre posesivo en sus distintas realizaciones (mi, nuestro, nuestras, etc.). Así pues, el autor del documento no escatimó en el empleo de pronombres que le permitían multiplicar su presencia en las acciones relatadas.

Pero este protagonismo colombino también se puede constatar mediante un estudio del vocablo príncipe, término que aparece en doce (12) ocasiones. Príncipe es una lexía con carga positiva, en aquella época y en esta. El Diccionario de la Real Academia Española (1998, versión digital), con la excepción, de príncipes de las tinieblas, explica un significado positivo. No solamente es príncipe un heredero de una corona "el que está destinado a suceder al rey", también lo es: "El primero y más excelente, superior o aventajado en una cosa." Además, la Real Academia Española también registra otra acepción "Tratarse con fausto y magnificencia o tener rasgos y acciones de tal," que alude una persona que posee el comportamiento de los príncipes. Véanse los usos de Colón. Llama príncipes a reyes legítimos, esto es, ciertas autoridades monárquicas en diversas regiones conocidas del planeta. En cinco (5) ocasiones se refiere directa y explícitamente a ellas. Tres veces alude a los reyes de la Hispania: príncipes Rey e Reina Nuestros Señores; príncipes de Castilla; príncipes de España. Una a los príncipes de Portugal; y en cinco (5) oportunidades, resalta las grandes acciones realizadas por grandes príncipes conocidos por la historia (v.g. Salomón, Alejandre, Nero César). Esto supone una comparación implícita, que logra consolidar a través de dos (2) comparaciones explícitas, es decir, Colón es como un príncipe porque hace cosas de príncipes. Por ejemplo, Colón en una ocasión asegura que la Santa Trinidad lo movió a él, "como a los más altos príncipes de cristianos, a acrecentar la fe católica". Mediante esta herramienta lingüística se coloca a la par de cualquiera de los monarcas mencionados. Y esto lo hace de manera abierta a través del adverbio de comparación como. Después de todo, este adverbio denota idea de igualdad, de equivalencia. Estos resultados conducen a aseverar que el Almirante tenía pocas dudas de quién era el protagonista de la excursión: Yo, Colón.

2. Características y particularidades de lo nombrado

El Almirante también logra defender su igualdad monárquica mediante mensajes no tan diáfanos. Esto lo hace cuando argumenta que sus acciones no las hace un hombre anodino y común, sino, por el contrario, un hombre con características y poderes especiales. Puesto que sus acciones "todo era cosa de tanta excelencia y buena fama y gran memoria para grandes príncipes" (p.170), y refuerza esta afirmación asegurando que, únicamente, se les permite realizar dichos actos a los de esta excelsa condición: "a príncipes son estas cosas dadas de hacer". Pero no conforme con todo esto, también fue capaz de ponerse por encima de los Reyes Católicos cuando asegura que "yo nunca había leído que príncipes de Castilla jamás hobiesen ganado tierra fuera de ella". En otras palabras, los Reyes de España tuvieron que esperar que él apareciera para obtener nuevas tierras. En consecuencia, los Reyes Católicos, son reyes porque les corresponde la corona, pero hasta ese momento fueron reyes dentro del común de su clase, sin ninguna acción extraordinaria, pero él, Colón, fue capaz de conseguir metas que nunca antes habían logrado estos Soberanos ni sus antecesores. En este mismo orden de ideas, Colón es un líder natural, reúne todas las aptitudes necesarias para concretar la empresa:

(1) Partí en nombre de la santísima Trinidad (…) bien fatigado de mi viaje, (…) cuando yo partí de estas Indias, se me dobló la pena, y navegué a la isla de la Madera por camino no acostumbrado (…) [de] las islas de Canaria (…) partí con una nao y dos carabelas y envié los otros navíos a (…) la isla Española. Y yo navegué al Austro (…) y, llegado a las islas de Cabo Verde, falso nombre, porque son atán secas que no vi cosa verde en ellas y toda la gente enferma, que no osé detenerme en ellas, y navegué al Sudueste (p.172)

El conglomerado de virtudes que se congrega en el navegante, se aprecia mediante los verbos conjugados en primera persona del singular (Yo, Colón) en indicativo (realicé o no la acción): partí, navegué, envié, vi y osé como se leyó en (1). Es oportuno señalar, que los circunstanciales, los complementos y las subordinadas (bien fatigado, los otros navíos, porque son atán secas que no vi cosa verde, etc.) resaltan las competencias colombinas. De estos ejemplos, se deduce que el viaje no fue fácil, pero él organizó la expedición, esto es: decidió cuándo detenerse y cuándo continuar.

Hasta ahora se tiene la presentación positiva de Colón, positiva porque la empresa es todo un éxito y él la dirige. Pero ¿cómo presenta el Almirante al otro? ¿quién integra el exogrupo? ¿cómo evalúa a los integrantes del exogrupo? ¿cuáles características asignó el navegante al ellos? Este recurso, se trabajará por intermedio de varios rasgos característicos que hayan sido resaltados por Colón. El primer exogrupo presentado alude a los pobladores encontrados. Colón los describe en los siguientes términos:

(2) ellos, como dije, todos mancebos, de buena disposición y no negros, salvo más blancos que otros que haya visto en las Indias, y de muy lindo gesto y fermosos cuerpos y los cabellos largos y llanos, cortados a la guisa de Castilla, y traían la cabeza atada con un pañuelo de algodón tejido a labores y colores, el cual creía yo que era almaizar (p.174).

Sin lugar a dudas la descripción es altamente positiva. Los adjetivos lindo y hermoso, así lo denuncian. Apoyado, además en otros sintagmas como: no negros, más blancos, a la guisa de Castilla. Recuérdese que en aquella época los negros son seres esclavizados, cuya condición humana estaba negada. Por otro lado, la comparación acaba en a la guisa de Castilla, es decir, igual o al estilo de Castilla, la tierra en la que se configuró España. Esta frase es categórica, busca un efecto contundente: nada que sea como Castilla es malo ni perjudicial ni feo. Así que estos hombres son un tesoro. El resto de los ellos, con la excepción de cinco (5), se usa, en general, para narrar hechos que realizaron los nativos y uno que otro español, como por ejemplo:

(3) ellos dejáronme y fueron a más andar a otra carabela, y de golpe se fueron debajo la popa de ella, y el piloto entró con ellos y dio un sayo e un bonete a un hombre principal que le pareció de ellos, y quedó concertado que le iría hablar allí en la playa, adonde ellos luego fueron con la canoa esperándole (p.174)

En el fragmento hay cuatro ellos, dos que remiten a acciones relacionadas con los conquistadores (v.g. ellos dejáronme, entró con ellos) y dos que hablan de acciones asociadas con los indígenas (le pareció de ellos, adonde ellos). De los cinco (5) ellos que no coinciden con el valor recién explicado, cuatro (4) aluden a sabios que habían discutido sobre la forma geométrica de la tierra o sobre la ubicación del paraíso terrenal. Baste una cita:

(4) Y Tolomeo y los otros sabios que escribieron de este mundo creyeron que era esférico, creyendo que este hemisferio que fuese redondo como aquel de allá donde ellos estaban (p.181).

Pero Colón también hace otro uso distinto del ellos. Mediante este otro ellos, alude a una serie de castellanos que se habían beneficiado económicamente de los tesoros americanos. Manifiesta que, incluso siendo los beneficios clasificados como insignificantes, eran mucho más que lo que se había gastado en la empresa. Es oportuno señalar que Colón incluye esta cita después de sostener que muchas personas difamaban sobre él y sus expediciones.

(5) No saben qué entreponer a maldecir de esto, salvo que se hace gasto en ello y porque luego no enviaron los navíos cargados de oro, sin considerar la brevedad del tiempo y tantos inconvenientes como acá se han habido, y no considerar que en Castilla, en casa de Vuestras Altezas, salen cada año personas que por su merecimiento ganaron en ella más de renta, cada uno de ellos más de lo que es necesario que se gaste en esto (p.187)

Entre las muchas interpretaciones que podría hacerse del apartado anterior, aquí simplemente se dirá que, prácticamente, las únicas particularidades que resalta de manera explícita Colón, están asociadas al ellos de los hombres recién conocidos (2). Sin embargo, Colón logra presentarse, a sí mismo, de manera positiva, pero no lo hace de forma diáfana, lo hace escudándose en comparaciones. Colón se compara con príncipes de diferentes regiones, que se destacaron por sus conquistas y hazañas, como Alejandro Magno. Es oportuno apuntar también, que el navegante tampoco se dedica abiertamente a enumerar defectos y limitaciones de aquellas personas que no están conformes con su actuación, para desprestigiarlas se apoya en hechos (v.g. la brevedad del tiempo y tantos inconvenientes como acá se han habido).

3. Los argumentos

Distintos argumentos normalmente son utilizados para justificar las acciones que benefician la imagen positiva del endogrupo; asimismo, deslegitimar las que lo perjudican. En lo referente, al exogrupo, se recurre a argumentos que consigan el efecto contrario. En la epístola colombina, se encontraron varias de las subcategorías presentadas por Wodak, por ejemplo, la utilidad. Esta subcategoría viene dada por la divulgación de la fe católica, uno de los objetivos primordiales de la Corona española. Colón lo expresa claramente: "yo sabía cuánto servicio se podía hacer a Nuestro Señor en esto en divulgar su santo nombre y fe a tantos pueblos" (p. 170). Este argumento lo presenta Colón aislado, pero el Almirante también es capaz de presentar argumentos agrupados, mediante la enumeración. Para ilustrar esto que se está diciendo, apréciese la siguiente cita:

(6) de qué se podrían salvar muchas ánimas, y les truje las obligaciones de la gente de la isla Española, de cómo se obligaban a pagar tributo e les tenían por sus reyes y señores, y les truje abastante muestra de oro, y que hay mineros y granos muy grandes, y asimismo de cobre; y les truje de muchas maneras de especierías, de que sería largo de escrebir, y les dije de la gran cantidad de brasil y otras infinitas cosas. (p.170).

Se puede deducir de (6) que Colón sabía cuáles son los interese de la Corona: hay almas para salvar, aquí se da el tipo de argumento que Wodak llama humanitarismo. Se presenta la Corona como la única salida, como la salvación de muchas almas. Pero también subraya, el Almirante, los beneficios económicos: tributo, minas, distintas especies y "otras infinitas cosas", que logrará la Monarquía. Igualmente, resalta los derechos territoriales de los Reyes en América: estos habitantes "les tenían por sus reyes y señores". Y por si queda alguna duda, al respecto, Colón prácticamente confirma esta situación en la parte final del manuscrito:

(7) en todas las tierras adonde los navíos de Vuestras Altezas van y en todo cabo mando plantar una alta cruz y a toda la gente que hallo notifico el estado de Vuestras Altezas y cómo su asiento es en España, y les digo de nuestra santa fe todo lo que yo puedo, y de la creencia de la Santa Madre Iglesia, la cual tiene sus miembros en todo el mundo, y les digo la policía y nobleza de todos los cristianos y la fe que en la Santa Trinidad tienen (pp.86 y s.)

Los argumentos a los que recurre son: el derecho territorial, con este argumento pretende despejar las dudas sobre quién es la autoridad en América, al parecer solo hay una: los Reyes Católicos, así que este argumento se apoya en la legitimidad. El segundo, la religión. Argumento que no contempla Wodak, pero que aquí está presente. Al respecto, debe reconocerse que desde el punto de vista histórico es bastante coherente. En el manuscrito colombino, se hallan otros tipos de argumento que no están registrados en Wodak, como el del sacrificio: "Puse en esto seis o siete años de grave pena" (p.170), como el tiempo que le ha dedicado a la empresa, las carencias que ha tenido que tolerar. Este argumento se apoya en otro: el riesgo. Navegar en ultramar causaba aprehensión, el riesgo de naufragar siempre estaba presente, puesto que era un viaje en el que frecuentemente se tropieza con tormentas y circunstancias climatológicas verdaderamente adversas:

(8) Allí me desamparó el viento y entré en tanto ardor y tan grande que creí que se me quemasen los navíos y gente, que todo de un golpe y no a tan desordenado que no había persona que osase descender debajo de cubierta a remediar la vasija y mantenimiento (p.172)

Como se apreció arriba, Colón presenta argumentos que justifican su expedición. ¿Pero qué dice de sí mismo? ¿es la persona idónea para llevar adelante la empresa? Al menos deja claro que le correspondían ciertas prerrogativas, debido al sacrificio que había realizado. Pero no satisfecho con esto, recurre a otra estructura, cuyo efecto es más contundente si no se olvida el contexto histórico protagonizado por la transición entre el medioevo y el renacimiento: recursos religiosos. La forma preferida del navegante para hacerlo consiste en señalar su carácter de escogido, de ungido. Adviértase que este rasgo es repetido por Colón. En efecto, Dios, la máxima autoridad en el cielo y en la tierra, lo seleccionó, entre todos los hombres, para hacer cosas de príncipes: llegar al Paraíso Terrenal, y además ser quien informase a la humanidad la ubicación exacta del Paraíso Terrenal:

(9) le descubrí, por virtud divinal (p.170)

(10) siempre yo estaba en esta fatiga, fasta que Nuestro Señor proveyó de buen viento y a mí puso en voluntad que yo navegase al Occidente con este esfuerzo (p.180)

(11) el Paraíso Terrenal, adonde no puede llegar nadie, salvo por voluntad divina (p.184)

(12) Grandes indicios son éstos del Paraíso Terrenal (p.184)

(13) allí adonde dije es el Paraíso Terrenal y descanso sobre razones y autoridades sobrescriptas (p.186)

Dios pudo lanzar sobre Colón fuertes vientos, tormentas de escalas inimaginables que acabarán con la empresa, que lo desviara hacia otros derroteros. Pero, Dios prefirió proveerlo de buenos vientos (10), y así lo condujo hacia el Paraíso Terrenal (11). Definitivamente, Colón, ante los ojos de Dios, no es igual al resto de los mortales europeos (9), así que será interesante saber cómo eran estos. ¿Qué dice el marino de ellos? ¿Cómo los presenta? Para responder a esta pregunta se traerá a colación cuatro citas. En esos fragmentos, Colón expresa que a estas personas, las mueve la necesidad de riqueza rápida (14 y 15), y deja entrever que no son honestas ni sinceras; por el contrario, son seres que aborrecen y menosprecian la empresa, además de pretender vituperarlo (16). De esta manera, Colón logra activar otro argumento: el peligro (17). Con las citas siguientes el Almirante está expresando que los otros, los que denigran de él y de sus expediciones, por lo tanto, son una amenaza, un estorbo para la loable obra que está ejecutando:

(14) Nació allí mal decir y menosprecio de la empresa comenzada en ello, porque no había yo enviado luego los navíos cargados de oro (p. 170)

(15) comienzo a mal decir del negocio (p.170)

(16) Cuanto yo más decía, tanto más se doblaba a poner esto a vituperio, amostrando en ello el aborrecimiento (p. 171)

(17) las personas que han impugnado y impugnan tan excelente empresa y impiden y impidieron porque no vaya adelante (p.187)

Regularmente, estos enunciados los acompañó Colón de hechos que refutaban estas aserciones. En resumidas cuentas, el marino manifestaba que estas opiniones se generaron porque las riquezas no llegaron de inmediato. Al respecto, insistía en que no le habían dado el tiempo requerido para reunir grandes prebendas. Pero también argüía Colón, que estas personas ocupadas en evaluar sus escasos beneficios obtenidos en oro, olvidaban otro tipo de dividendos: "cuánta honra y grandeza es del real estado de Vuestras Altezas en todo el mundo" (p.187). Obsérvese que aquí están encontradas dos ideologías, una la del medioevo: la grandeza, la fama, la honra, la religión; la otra, la del renacimiento: el capital. Pero estas dos últimas categorías a través de cuál orden o materia fueron concretadas. ¿Acudió Colón a citas? ¿o prefirió hechos? ¿o sencillamente combinó varios recursos? En el apartado siguiente, se contestará estas preguntas.

4. Los órdenes del discurso, hechos y afirmaciones

Colón recurrió a diferentes perspectivas para colocar sus etiquetas, enumerar atributos y exponer argumentos. Como es de esperarse en un documento-relación, una de las principales estrategias consiste en exponer y en narrar. Narra los acontecimientos que se desarrollan en el viaje, y mediante el orden expositivo sistematiza sus hallazgos. Por ejemplo, en la cita (3) narra ciertos hechos. La exposición, que es el orden preponderante, es realizada gracias a macrosegmentos como los siguientes:

(18) tanta cantidad de agua dulce fuese así dentro e vecina con la salada; y en ello ayuda asimismo la suavísima temperancia. Y si de allí del Paraíso no sale, parece aún mayor maravilla, porque no creo que se sepa en el mundo de río tan grande y tan fondo (p.184).

(19) la mar e la tierra hace todo una esfera, y pone que esta mar océana sea la mayor cantidad del agua, y está hacia el cielo, y que la tierra sea debajo y que le sostenga, y mezclado es uno con otro como el amago de la nuez con una tela gorda que va abrazado en ello (p.187)

Mediante estas exposiciones (18 y 19), Colón presenta la tierra a la que llegó: el Paraíso Terrenal. De igual modo, se registran muchos argumentos de autoridad. Colón enumera una gran variedad de autores, quienes, incluso en el mundo actual representan al conocimiento como: Aristóteles, Tolomeo, Séneca y Plinio; de igual modo, enumera autoridades religiosas, autoridad que para entonces no se discutía, tales como: San Isidro, San Ambrosio, Zacarías y el Cardenal Pedro de Aliaco. Desde luego, no deja de mencionar La Sacra Escriptura y el Génesis. El último aspecto que considera Wodak en su modelo está relacionado con el significado funcional.

5. Fuerza ilocutoria

El significado funcional viene siendo estudiado por la pragmática a través de los actos de habla. De acuerdo con la autora estos son los instrumentos mediante los cuales los actores sociales minimizan o maximizan los hechos. Véase cuáles son los actos de habla preferidos por Colón. El significado funcional que predomina en el documento es la afirmación. Colón afirma una y otra vez para informar, para relatar los hechos. En general, las citas anteriores entran en este rango. Se consigue, de igual modo que Colón expresa que en muchas oportunidades dio una gran variedad de órdenes: "mandé surgir y adobar la vasija y tomar agua y leña y descendir la gente a descansar de tanto tiempo que andaban penando" (p.174); "envié las barcas a sondear" (p.176); "mando plantar una alta cruz (p.188)". Acto que le corresponde, después de todo es la máxima autoridad dentro de la expedición. En menor proporción, se reconocen otros tipos de significados funcionales, como el ruego, que están referidos a la interacción directa con los Monarcas, sus interlocutores:

(20) Plega a Nuestro Señor de dar mucha vida y salud y descanso a Vuestras Altezas para que puedan proseguir esta tan noble empresa (p. 187)

(21) plega a Nuestro Señor de tirar de memoria a las personas que han impugnado y impugnan tan excelente empresa (p.188)

Cabe resaltar que Colón solo ruega a Nuestro Señor, es decir, a Dios, en ningún momento ruega a sus Majestades ni a ninguna otra autoridad. Cabe destacar que Colón explícitamente no ruega para él: en (20) suplica, como buen vasallo, por Sus Altezas y por la empresa; en (21) por la empresa. El otro significado funcional se concreta con el compromiso:

(22) "Vuestras Altezas (…) me enviarán a mandar, y se cumplirá con ayuda de la Santa Trinidad con toda diligencia en manera que Vuestras Altezas sean servidos y hayan placer" (p.188)

Interpreta Wodak que mediante la fuerza ilocucionaria se maximizan y minimizan afirmaciones. Revisando las afirmaciones que están registradas en este manuscrito se tiene que Colón una y otra vez dijo que había encontrado el paraíso terrenal (10, 12, 13), además afirmó que no fue un hecho casual, sino que fue designado, escogido por Dios para hacerlo (9 y 11). Además, muchas aserciones exponen cómo era el paraíso (17 y 18) y sus habitantes (2); asimismo demostró, mediante argumentos por ethos, que ese laberinto verde, saturado de agua, era el paraíso terrenal, la tierra de gracia y no otro (3 y 13). Tampoco faltan aserciones que tratan sobre los beneficios que Castilla y los castellanos obtuvieron de sus viajes anteriores, y los que aún podrían derivarse (6 y 7). Por otro lado, Colón deja claro que es él y no otro, quien toma las decisiones en su desplazamiento, quien resuelve, quien dirige, quien siempre sabe que hacer, incluso en los momentos más embarazosos como en (1). Solo al final, del documento, a manera de despedida, se identifican actos singulares de habla: el ruego y el compromiso: ruega a Dios que otorgue mucha salud a los Soberanos, así como que los monarcas no oigan a los difamadores; y se compromete a seguir las instrucciones que ordenen sus majestades. Considerando la preponderancia como criterio, habría que sostener que los hechos que el marino desea maximizar son: su protagonismo, su designio divino, su capacidad como líder. A la vez, minimiza los rumores que se oyen en su contra y en detrimento de sus excursiones. Son muy pocas las aseveraciones que aluden al otro, de forma negativa. En estos casos, se refiere el Almirante a los españoles que denigraban de él y de sus viajes (13, 14, 15 y 16). Pero en (5) puede verse cómo intenta derribar esta apreciación con hechos: hay prisa en recibir mercedes; y gente, que no ha salido de Castilla, gasta de forma desmedida las gracias económicas recibidas. Finalmente, cabe destacar que Colón, en ese legajo se dedicó, prácticamente, a fortalecer su imagen apoyado en la Divinidad, quien lo elevó a la categoría de príncipe.

Ahora bien, ¿qué ocurrió con Lope de Aguirre? ¿Qué rol tuvo el poder divino en sus acciones? ¿Qué le dijo Lope de Aguirre al Emperador? Preguntas como estas se abordarán en el apartado siguiente; en el que se analizará desde la perspectiva del ACD, el legajo suscrito por Lope de Aguirre.

4.2. Lope de Aguirre

1. Modos de nombrar (o pronombres)

El modo de nombrar, como ya se dijo, será estudiado por medio de los pronombres. La utilización que Lope de Aguirre hizo de esta categoría discursiva se refleja en el cuadro siguiente:

Si se atiende a los cuatro primeros pronombres ya se interpreta que Lope de Aguirre no recurrió como primera opción a la primera persona del singular, su primera opción fue la primera del plural. De hecho, el nos dobla en números de aparición al yo, además este yo pueden diluirse muchos más, puesto que de sus diez (10) apariciones, en cuatro (4) ocasiones integra la estructura yo y mis. Obsérvese, igualmente, cómo los dos primeros pronombres hablan de pluralidad. ¿Qué interpretación se tiene de todo esto? Por ahora, se trabajará con dos premisas: i) El vasco quería informarle al Rey, que no estaba solo en su empresa? Y ii) a Aguirre no le interesaba el protagonismo. Desde la perspectiva que proporcionan los números de arriba se deduce que el capitán de los marañones estaba más preocupado por la identidad de grupo, que de individualidades, incluso la suya. Pero no solo a través de la utilización de los pronombres se puede evaluar el modo de nombrar; de hecho, Aguirre usa otros modos, los preponderantes se refieren a su interlocutor, el Rey:

Esas son las maneras como Lope Aguirre alude al Soberano directamente. Obsérvese que ninguna de estas fórmulas puede señalarse como negativa, mientras que neutras podrían interpretarse la unidad Rey, que aparece (2) dos veces; y Rey Felipe, una (1) vez, a la que acude para iniciar el documento. Serán consideradas como positivas y no como neutras Rey de Castilla y Rey español porque está en discusión la subordinación a la Corona por parte de Lope de Aguirre, y recuérdese también que este mismo documento ha dado pie a esta discusión, puesto que aquí asevera que ya no lo considera como su Emperador

(23) he salido de hecho con mis compañeros (…) de tu obediencia, y desnaturándonos de nuestras (subrayado nuestro) tierras, que es España, y hacerte en estas partes la más cruda guerra que nuestras fuerzas pudieren sustentar y sufrir

Pero véase, asimismo, que en (23) Aguirre se sirve del pronombre posesivo nuestro. Y que añade una estructura que aclara la catáfora: "nuestras tierras, que es España". Esto significa que no es absoluto el rechazo que hace. Es más, puede sostenerse que con estas estructuras, como Rey español y Rey de Castilla, el vascongado reconoce que la autoridad descansa en Felipe II. Esta interpretación se sustenta en otros sintagmas integrados por los adjetivos: excelente y excelentísimo, los cuales reunidos alcanzan una totalidad seis (6) apariciones. En esta misma tendencia se valora el adjetivo singular, dado que en cualquier contexto se opone a común u ordinario. Finalmente, se tiene la fórmula más usada Rey y Señor, un sintagma notablemente positivo, dos veces bueno; dos lexías que significaban lo mismo, dos veces autoridad y dos veces dueño. Y esa concepción de Señor, es decir, dueño, queda patente en los siguientes sintagmas: tus reales libros, tu Real caja, tu Real persona, tu Real conciencia, tu Real servicio, tu Real patrimonio. Sopésese que todos los entes nombrados refieren a la autoridad real, y que con el adjetivo real se le está confiriendo todo el derecho al Rey, así que, al parecer, para Lope de Aguirre, hay un único dueño: el César. El rey Felipe II, a quien se supone Lope de Aguirre le hace la guerra, es considerado por el mismo Lope de Aguirre como excelente y extraordinario. El marañón nombra al Monarca, generalmente, de forma positiva. No obstante, debe resaltarse que en una referencia indirecta Aguirre expresa "no puedes llevar con título de Rey justo". Este hecho significa que no siempre fue respetuoso. Sin embargo, se cree que todavía es prematuro opinar con certeza, después de lo que ha dicho la historia se piensa que es sensato revisar otras clases antes de aceptar esta premisa. En consecuencia, se pasará a la siguiente categoría: características y particularidades de lo nombrado.

2. Características y particularidades de lo nombrado

En este parágrafo se recurrirá a diversas estructuras con el objeto de escudriñar la asignación de rasgos positivos y negativos. Para ello, inicialmente se verá cómo Lope de Aguirre se presenta a sí mismo y a su grupo; y luego, cómo presenta a los otros.

(24) tu mínimo vasallo, cristiano viejo, de medianos padres hijodalgo, natural vascongado, en el reino de España, en la villa de Oñate vecino,

(25) Y yo, como hombre que estoy lastimado y manco de mis miembros en tu servicio, y mis compañeros viejos y cansados en lo mismo

En las dos citas anteriores no se aprecia a un Lope arrogante. No es un extraordinario vasallo ni un excelente vasallo ni siquiera es un gran vasallo, es simplemente un humilde vasallo (24). El resto de la información es neutra: cristiano, hijos de alguien y vecino de algún lugar. Pero de (25) puede decirse que ya no es tan neutro: no solo es un hombre que ha cumplido con su trabajo, es también un hombre que se ha sacrificado por su Soberano, su sacrificio ha sido tal que ha perdido alguna extremidad. Con ambos enunciados se construye positivamente ante el Rey. No puede ser un simple delincuente quien es humilde, aporta datos personales que pueden verificarse, y además ha perdido miembros corporales en el servicio de la Corona. La cita (25) también ilustra el modo como Lope de Aguirre presenta a sus compañeros: extenuados como él, despojados como él y exprimidos como él. Sin embargo, la descripción no es el modo más profuso utilizada por Lope de Aguirre para demostrar los rasgos positivos de él y su grupo, pero sí es un recurso reiteradamente usado para descalificar al exogrupo: los representantes de la monarquía española en Nuevo Mundo: virreyes, gobernadores, etc. violentan los preceptos de la Iglesia:

(26) tu, Virey, marqués de Cañete, malo, lujurioso, ambicioso tirano

(27) Fue este Gobernador tan perverso, ambicioso y miserable

(28) [Los frailes son] enemigos de pobres, incaritativos, ambiciosos, glotones y soberbios

Por lo visto, Lope de Aguirre no escatimó en recurrir a adjetivos con carga negativa en el momento de describir a las diferentes autoridades españolas en América, no olvidó ni a los políticos (26 y 27) ni a la Iglesia (28). Las tres citas evidencian que Aguirre no tenía buena opinión de las autoridades designadas por la Corona española. Todos los adjetivos que reúnen las citas anteriores hablan de personas que rompen con la moral y los preceptos de la iglesia. Un adjetivo común: ambiciosos. Después de leer las tres citas, indudablemente, que es una obviedad sostener que la presentación es significativamente negativa. Pero, ¿cómo describe Lope de Aguirre al Rey? Arriba, a partir del examen que se les hizo a las fórmulas de tratamiento, se dijo que la descripción tendía a ser positiva. En las siguientes citas, se presentarán los rasgos que asignó al Emperador, con ello se espera obtener una idea más precisa de la concepción que del Rey tenía Aguirre:

(29) excelentísimo Rey y Señor, aunque para mí y mis compañeros no has sido tal, sino cruel e ingrato a tan buenos servicios (…) aunque también bien creo que te deben de engañar, los que te escriben desta tierra, como están lejos

(30) porque ya de hecho hemos alcanzado en este reino cuán cruel eres, y quebrantador de fe y palabra

(31) no seas cruel a tus vasallos, ni ingrato

(32) No podemos creer, excelente Rey y Señor, que tú seas cruel para tan buenos vasallos como en estas partes tienes; sino que estos tus malos oidores y ministros lo deben de hacer sin tu consentimiento

Se han anotados las veces en que Lope de Aguirre pudo categorizar negativamente al Rey. Un adjetivo es reiterado una y otra vez: cruel. Es decir, una persona que disfruta con el padecimiento de otros. Igualmente, lo acusa de ingrato (29 y 31) porque no valora el sacrificio que muchos súbditos hicieron por él. No obstante, también asoma la posibilidad de que este comportamiento no sea total responsabilidad del mismo Soberano. En (29) y (32) deja abierta la posibilidad de que su Majestad desconozca los abusos que ocurren en América. Es así como le informa al Monarca que sus delegados lo engañan porque está lejos (29), y de paso le solicita que no les crea a estos informantes. Igualmente, presupone que el Rey no aprueba el comportamiento de sus apoderados, así que lo deben de hacer sin tu consentimiento (32). Esta visión de los hechos conduce a interpretar que, probablemente, para el rebelde, el Monarca no sea tan cruel ni tan ingrato. Es simplemente ineficiente, un mal gobernador porque no supervisa el trabajo de sus representantes y, además, se deja engañar. Entiéndase que, tal vez, Lope de Aguirre justifica al Rey. Así que, por ahora, las categorías revisadas continúan sugiriendo que Lope de Aguirre, contrario a lo que sostiene el fraile Pedro Simón, sí pudo haber servido a cosa noble y sí pudo haber servido a su Majestad a derechas. De hecho, hasta aquí se aprecia que justifica las faltas de Felipe II, imputándoselas a sus delegados en el Nuevo Mundo. Este argumento aguirreano, considerando los propuestos por Wodak, podría tipificarse como desventaja: Su Alteza está en desventaja para saber la verdad, para conocer los abusos, y es que el Rey se encuentra lejos. Pero este tipo de argumentos serán tratados con mayor detenimiento en el apartado que sigue.

3. Los argumentos

Wodak (2003b) reconoce que mediante diferentes argumentos, los actores sociales justifican, legitiman y deslegitimas algunas acciones. Siguiendo la lista que propone esta autora, se tiene que el tipo de argumento que predomina es el abuso. Los representantes de la Corona en el Nuevo Mundo se han dedicado a expoliar, explotar a los distintos vasallos, como queda testimoniado en los segmentos siguientes:

(33) la crueldades que usan estos tus oidores, Visorey y gobernadores

(34) [Entre tus frailes] no hay ninguno que presuma de menos que de Gobernador (…) [Solo entienden de] mercaderías, procurar y adquirir bienes temporales, vender los Sacramentos de la Iglesia por prescio

(35) tu Virey (…) ahorcó a Martín de Robles, hombre señalado en tu servicio, y al bravoso Thomás Vázquez, conquistador del Pirú, y al triste Alonso Díaz, que trabajó más en el descubrimiento deste reino que los exploradores de Moysen en el desierto; y a Piedrahita, que rompió muchas batallas en tu servicio, y aun en Lucara, ellos te dieron la victoria

En los dos primeros (33 y 34), acusa de crueles a las autoridades americanas, pero lo hace de manera general, son crueles, son codiciosos, les interesa fundamentalmente la hacienda. Pero fíjese que en (35), Aguirre resalta las tales crueldades con mayor precisión. No solo dice que algunos hombres que trabajaron en pro de la empresa real fueron ahorcados, sino que no dice por qué fueron ahorcados. Omite ese detalle. Esa omisión debe de ser premeditada. Como también lo debe de ser la estructura comparativa en la que se apoya para hablar del sacrificio y de la lealtad de sus compañeros a la Monarquía. Por ejemplo, no compara al triste Alonso Díaz con cualquiera, lo hace con Moisés, cuyo espinoso itinerario en el desierto tuvo una duración de cuarenta (40) años. En realidad presentado de esta manera pocas dudas quedan de la barbarie cometida en el Nuevo Mundo por parte de Cañete y sus secuaces. Frente a estas acciones draconianas, Lope de Aguirre recurre a actos también draconianos que, a su manera de ver, son actos de defensa, los cuales se acercan a los argumentos de justicia. Para ilustrar esta afirmación, se recurre a la referencia (36):

(36) hacerte en estas partes la más cruda guerra que nuestras fuerzas pudieren sustentar y sufrir; y esto, cree, Rey y Señor, nos ha hecho hacer el no poder sufrir los grandes pechos, premios y castigos injustos que nos dan estos tus ministros que, por remediar a sus hijos y criados, nos han usurpado y robado nuestra fama, vida y honra, que es lástima

Lope de Aguirre le pide al Rey que le crea, añade que se levanta contra él con "la más cruda guerra que pudiera sostener" porque sus ministros "han usurpado y robado nuestra fama, vida y honra". Como puede verse, la rebeldía es la respuesta a una situación injusta que se da en América, probablemente, sin el beneplácito del Monarca (32), así que es un acto de justicia, y si alguna duda queda, el acto de justicia lo confirma más adelante cuando Lope de Aguirre, en primera persona del singular, manifiesta:

(37) y porque no consentí en sus insultos y maldades, me quisieron matar, y yo maté al nuevo Rey y al Capitán de su guardia, y Teniente general, y a cuatro capitanes, y a su mayordomo, y a un su capellán, clérigo de misa, y a una mujer, de la liga contra mí, y un Comendador de Rodas, y a un Almirante y dos alférez, y otros cinco o seis aliados suyos, y con intención de llevar la guerra adelante y morir en ella, por las muchas crueldades que tus ministros usan con nosotros; y nombré de nuevo capitanes y Sargento mayor, y me quisieron matar, y yo los ahorqué a todos

De donde se desprende, que Lope de Aguirre no mata o ahorca porque está en su naturaleza, porque disfruta del acto, porque es cruel como sostiene el fraile Pedro Simón; contrariamente, mata y ahorca porque lo obligan las circunstancias, circunstancias que explica: porque no consentí en sus insultos y maldades, lo que no hizo en (35). Las autoridades del Nuevo Mundo son incapaces de hacer justicia, y el Rey está muy lejos y desconoce la realidad, así que la única salida que ve Aguirre consiste en tomarse la justicia por su propia mano, erigirse él como justiciero. Convencido como debió estar de ello, asume la responsabilidad absoluta de los asesinatos, lo hace a través del verbo conjugado en primera persona del singular y en modo indicativo: yo maté. Finalmente, cabe destacar que este argumento de justicia está vinculado con otro: el argumento de derecho. Lope de Aguirre está convencido de que están luchando por obtener unos bienes que por derecho les corresponden, una gracia que les fue arrancada, como se ve en (38)

(38) nos dé Dios gracia que podamos alcanzar con nuestras armas el precio que se nos debe, pues nos han negado lo que de derecho se nos debía

Fíjese, además, que no pidió directa o explícitamente privilegios ni perdón para sí ni para los suyos. Pidió la oportunidad de hacer lo que siempre hizo: conseguir sus objetivos recurriendo a la fuerza, a sus armas. Hasta aquí, se han identificado los nombramientos y formas de nombrar, así como los rasgos que se querían resaltar de los nombrados. Enseguida, se enumerarán las perspectivas a las que se recurrió para lograrlo.

4. Los órdenes del discurso, hechos y afirmaciones

En este texto se van a combinar los diferentes órdenes del discurso. Pero si hay un orden que tenga preponderancia, se trata del expositivo como lo atestiguan las citas: (23), (29), (32), (34) y (35). Y otras que podrían traerse a colación como la que se presentará a continuación:

(39) no hay para qué presentar testigos, más de avisarte cómo estos, tus oidores, tienen cada un año cuatro mil pesos de salario y ocho mil de costa, y al cabo de tres años tienen cada uno sesenta mil pesos ahorrados, y heredamientos y posesiones

Cuando a Lope de Aguirre le interesa resaltar rasgos negativos de sus opositores, los describe como se vio en (27), (28) y (29). Mientras que su presentación positiva, la subraya preponderantemente, por intermedio de la exposición:

(40) Lope de Aguirre, tu mínimo vasallo, cristiano viejo, de medianos padres hijodalgo, natural vascongado, en el reino de España, en la villa de Oñate vecino, en mi mocedad pasé el mar Océano a las partes del Pirú, por valer más con la lanza en la mano, y por cumplir con la deuda que debe todo hombre de bien; y así, en veinte y cuatro años, te he hecho muchos servicios en el Pirú, en conquistas de indios, y en poblar pueblos en tu servicio, especialmente en batallas y reencuentros que ha habido en tu nombre, siempre conforme a mis fuerzas y posibilidad, sin importunar a tus oficiales por paga, como parescerá por tus reales libros

Pero, como es lógico, igualmente, aparecen matices de narración. El mejor marcador para detectarla reside en la forma verbal predominante en la narración: el pretérito perfecto (v.g. pasé). Pero es el orden expositivo, la materia en la que esencialmente se apoya el vascongado para contar los hechos. Hechos sancionables como los que ejecutan los agentes de la Monarquía; hecho que enmiendan como los realizados por él, y hechos medias tintas como los consumados por el Rey: por un lado, son cuestionados, pero por otro, están justificados. Así pues, la información que abunda en el manuscrito refiere a hechos expuestos no narrados. En este sentido, el orden discursivo que predomina en este legajo es el expositivo. Pero ¿cuál acto de habla predomina? ¿con qué intención? ¿qué resalta? En el parágrafo siguiente, se presentarán las respuestas a estas preguntas.

5. El significado funcional

El acto de habla que predomina son los representativos como se deduce de las citas anteriores. Sin embargo, también se registran otros que son interesantes en función del objetivo de este estudio, como los actos compromisorios:

(41) a Dios hago solemnemente voto, yo y mis docientos arcabuceros marañones, conquistadores, hijosdalgo, de no te dejar ministro tuyo ý vida

(42) te juro, Rey y Señor, que si no pones remedio en las maldades desta tierra que te ha de venir azote del cielo

(43) Los capitanes y oficiales que al presente llevo, y prometen de morir en esta demanda, como hombres lastimados

(44) mas en ningún tiempo, ni por adversidad que nos venga, no dejaremos de ser sujetos y obedientes a los preceptos de la Santa Madre Iglesia romana.

En (41) jura ante Dios que él y sus marañones acabarán con la vida de todos los representantes de la Monarquía en tierras americanas; en (42) le jura al Rey que si no establece justicia en América será castigado por el cielo. En el segmento siguiente (43), promete que él y los suyos morirán en la tarea que se han propuesto; de igual modo, en (44) promete que su grupo seguirá apegado a los preceptos de la Iglesia. Como se aprecia, los actos de compromiso, Lope de Aguirre, los realiza en primera persona del plural. De esta manera dice que la labor no solo la llevará a cabo él, sino que se hará en conjunto, desde este punto de vista, Lope de Aguirre continúa dando la sensación de grupo, no de individualidad. Por otro lado, estos actos compromisorios concuerdan con las nociones que se habían manejado: en la América recién colonizada, los Conquistadores cometían actos vandálicos, y debido a que ellos mismos regentaban la autoridad, era imposible concebir que la justicia algún día se impusiese, así que Lope de Aguirre decide transformarse en superhéroe e impone la justicia, aun a costa de su propia vida. Pero ¿quién hará justicia ante el César? Véase que en (42) está jurándole al Rey que Dios hará justicia. Lope de Aguirre está reconociendo una jerarquía: Dios en la cumbre, en segundo lugar, el Rey. Al parecer, en la tierra, el Rey no deberá de entregar cuentas a nadie, es la máxima autoridad, pero tendrá que explicarle a Dios algunas cosas, Dios está por encima del Emperador, y lo fustigará. También cabe reseñar la posibilidad de una visión social interesante en Lope de Aguirre, por ejemplo: nadie, por más Emperador que sea, escapa a la justicia divina. Desde esta visión, Aguirre cree en un Dios justo, que no discrimina estatus cuando debe castigar.

El acto directivo fue otro tipo de habla anotado. La fuerza ilocutoria de un acto directivo significa que alguien espera que otro haga algo. Este acto habla de demanda, de petición. Entre las condiciones de adecuación de este acto se encuentra que a quien se le demanda la acción, puede ejecutarla, es decir, tiene la competencia para hacerlo, la potestad para llevarlo a cabo. Se consiguieron dos tipos: petición y ruego. La distinción fundamental entre ambos reside en que la petición se hace con menos intensidad que el ruego, además el modo de este último exige un matiz de humillación. Los actos de petición conseguidos en el manuscrito se ajustan a los siguientes modelos:

(45) déjanos, Señor, pescar algún pescado siquiera, pues que trabajamos en descubrirlo (…) no pedimos mercedes en Córdoba, ni en Valladolid, ni en toda España, que es tu patrimonio, duélete, Señor, de alimentar los pobres cansados en los frutos y réditos desta tierra, y mira, Rey y Señor, que hay Dios para todos, igual justicia, premio, paraíso e infierno.

(46) Castígalos como a malos, que de cierto lo son

(47) no les creas lo que te dijeren

Anótese que Lope de Aguirre no está pidiendo comisiones, legados ni gracias especiales. De (45) se destacarán tres aspectos. Primero, pide en plural, así que pide para el endogrupo. Segundo, está pidiendo lo que cree que es su derecho (trabajamos para descubrirlo), después de todo muchos servicios han hecho al Rey, como se aprecia en (35) y (40). Y tercero no está pidiendo nada en tierras españolas, su petición está circunscrita a América. El siguiente ejemplo, (46), es otra petición. Una petición que indica que Lope de Aguirre reconocía al Rey como autoridad: el Rey puede castigar. Es oportuno recordar que el Marañón nunca dijo que él castigaba, pero sí que mataba y ahorcaba. Además no pide un castigo motivado en una arbitrariedad: el Monarca debía castigarlos porque eran personas perniciosas. En (47) se tiene otra solicitud, bastante similar a un ruego: no les creas. Es importante destacar que esta petición no tiene nada que ver con el prestigio de Lope de Aguirre, la frase no les creas no se refiere a las noticias que circulan sobre la personalidad y los actos concretados por el rebelde; no les creas tiene que ver con las motivaciones humanitarias y religiosas que los frailes exponen en la Corte cuando argumentan los motivaciones que impelan su viaje a América. De acuerdo con Lope de Aguirre, a estos sacerdotes solo los mueve el ansia de poder y de oro.

El ruego como acto de habla también es realizado en primera persona del plural como lo denota el verbo ruegan. Pero ¿ante quién se hace el ruego? El fragmento siguiente dice que su ruego está dirigido a Dios, Nuestro Señor. Y ¿qué ruegan? ¿Qué mercedes suplican? ¿Qué se les concediese algún título? ¿Qué los hagan gobernadores? ¿Qué el Rey los perdone?

(48) ruegan a Dios, Nuestro Señor, te aumente siempre en bien y ensalee en prosperidad contra el turco y franceses, y todos los demás que en estas partes te quisieran hacer guerra; y en estas nos dé Dios gracia que podamos alcanzar con nuestras armas (subrayado nuestro) el precio que se nos debe, pues nos han negado lo que de derecho se nos debía. Hijo de fieles vasallos en tierra vascongada, y rebelde hasta la muerte por tu ingratitud.

El ruego no busca acabar con las faltas y las penurias de Aguirre y sus compañeros de aventura. Aguirre y sus marañones ruegan a Dios por el Emperador, con el objeto de que siga creciendo su imperio, y que subyugue a sus enemigos ya en Europa, ya en América. Pero Aguirre no llega hasta aquí, de hecho más adelante añade, en el mismo (48): "nos dé Dios gracia que podamos alcanzar con nuestras armas (subrayado nuestro) el precio que se nos debe". Es decir, ellos mismos, trabajarían por obtener gracias, unas gracias que no tomaban porque así se les antojaba, es una gracia que se les debe, que es su derecho.

Ahora bien, ¿qué información se minimiza? ¿cuál se resalta? La información que se dibuja en la mayoría de los ejemplos, ya sean afirmaciones, exposiciones, peticiones, etc. consiste en indicar que las autoridades de la América hispánica eran crueles, deshonestas y codiciosas. Explotaban y expoliaban a los vasallos sin considerar los años de servicio ni la lealtad demostrada ni los actos de sacrificio realizados (25, 26, 27, 28, 33, y otros más). De igual modo, se intenta demostrar que los actos sangrientos cometidos por Lope de Aguirre y sus seguidores tienen el talante del deber cumplido: fue un acto de justicia (36, 37), están impuestos por los preceptos de la iglesia como lo expresa en (44). En este sentido, es bueno señalar que Lope de Aguirre se encargó de maximizar los actos sangrientos de las autoridades españolas, sin embargo, no atenuó los que él realizó, de hecho los enumeró, se atrevió incluso a manifestar que había matado a una mujer (37), a menos que la mitigación de sus actos sanguinolentos la haya buscado a través de las justificaciones: eliminó escoria, seres inescrupulosos y violadores de la práctica cristiana.

Una vez aplicado el modelo de Wodak (2003b.p.113 y s.) a las dos epístolas como se había acordado, cabría preguntarse ¿a dónde conduje esta aplicación? ¿qué resultados se obtuvo? ¿cuáles instrumentos discursivos se usaron en mayor proporción? ¿qué acción social pretendieron estos documentos? ¿los resultados podrían ser de ayuda a la historia? En las conclusiones, apartado final de este estudio, se responderá estas preguntas.

5. Conclusiones

Este trabajo se propuso como objetivos básicos dos: en primer lugar, analizar con la ayuda del ACD, dos cartas, una escrita por Colón en 1498, en la que expone los resultados de su tercer viaje; la otra firmada por Lope de Aguirre, en 1651. Y en segundo lugar, develar las auténticas pretensiones de ambos autores. Esto se iba a realizar porque ambas personalidades han sido importantes para la historia de Venezuela, España y América, y también porque ambos personajes han tenido sus defensores y detractores, quienes normalmente también se asocian a las leyendas blanca y negra. De donde se deduce que este trabajo tiene una motivación especial: se verá si sus resultados pueden ser útiles a la discusión que en torno a la actuación de los conquistadores y aventureros como Colón y Aguirre generaron hace más de trescientos (300) años.

Para realizar el ACD, en esta oportunidad, se siguió de cerca el modelo presentado por Wodak (2003b.p.113 y s.) que se fundamenta en el desarrollo de cinco aspectos: (1) modos de nombrar, (2) características y particularidades de lo nombrado, (3) argumentos, (4) órdenes del discurso y afirmaciones, y (5) fuerza ilocucionaria.

Los resultados confirman que estas categorías se encuentran en estos documentos, lo que implica no solo que, efectivamente, es un método susceptible de ser aplicado a documentos escritos en el pasado, sino también que permitió concretar los objetivos planteados. Desde esta perspectiva, también se corrobora que el ACD puede contribuir en los estudios históricos. Conózcase seguidamente qué develó el análisis realizado:

Recuérdese que la situación de Colón era bastante delicada, Colón podía perder las prerrogativas ganadas. ¿Y qué se consiguió en su manuscrito? En su documento Colón se ocupó de decirles a Sus Altezas que Dios lo había escogido a él para hacer cosas de grandes príncipes, como por ejemplo, descubrir el paraíso terrenal. Por consiguiente, no debe extrañar que prácticamente todo el documento esté dirigido a explicar cómo es el paraíso, qué se encuentra en él, dónde está ubicado, qué requisitos debe cumplirse para llegar hasta allá, qué significa que él haya llegado allá, y cuáles beneficios se obtendría. Se cree que con esto Colón esperaba que los Soberanos dejaran de dudar de él y de sus intenciones. Después de todo, quién le discutiría la autoridad a quien está predestinado por la Divinidad, quién discutiría la voluntad de Dios.

Con respecto a Lope de Aguirre anótese que nunca había obtenido nada que no fuese fama de levantisco y camorrero. Ante estos hechos, su única propiedad era su vida. Por otro lado, no es falso que los representantes de la monarquía en América, perpetraron muchos atropellos y tropelías. Lo visto hasta aquí señala que Lope de Aguirre no se afana en presentarse de forma positiva per se, a menos que hacerse responsable de muchas muertes fuese su mejor recurso. En este contexto, Lope de Aguirre se preocupa por la representación negativa de los delegados de la Corona en el Nuevo Mundo. Con esto intenta deslegitimarlos y, simultáneamente, legitimarse, y es que con lo que sostiene hasta ahora, Lope de Aguirre sugiere que ellos (v.g. ministros, oidores, veedores, virreyes, gobernadores y frailes) son crueles; han arrebatados a los vasallos del Rey fama, honra, dinero y tierra, y por tanto, deben morir para acabar con la injusticia. Sin embargo, también se ha percibido que ese enfrentamiento tan drástico no incluye al Emperador, que está lejos y desconoce los abusos y calamidades que injustamente sufren sus soldados. Y si el César recibe alguna reprimenda será divina, puesto que en la tierra no hay autoridad que esté por encima de él. Para no dudar de la autoridad del Rey entendida por el marañón, es significativo recordar que si bien es cierto que Lope de Aguirre se ha declarado como la máxima autoridad de un grupo de hombres, y ha ajusticiado a unos cuantos; también es cierto que solicita al Rey que castigue, que reprenda, que ponga remedio a las injusticias que ocurren en estas tierras. Es significativo porque puede desprenderse de estos hechos que Lope de Aguirre, a pesar de su nombramiento, a pesar de retar a Su Alteza no se reconoce como autoridad.

Estos resultados son interesantes porque hasta ahora, tradicionalmente, se ha afirmado que Lope de Aguirre fue irreverente ante la Corona, sin embargo, por lo visto con anterioridad puede admitirse que esta rebeldía es discutible. Este estudio obliga también a conclusiones que contribuyen a enriquecer las disertaciones que se han presentado en torno a la personalidad compleja del Almirante. Todo ello, porque en algunos pasajes de esta carta Colón dice estar supeditado a las decisiones de la metrópolis, pero no se reconoce como un fiel y humilde vasallo. Por el contrario, deja entrever la posibilidad de haber obtenido un estatus social superior por designación divina. Con esto, en realidad lo que se confirma es que en el Almirante se fundían sentimientos tan contradictorios como la humildad y la soberbia. Colón, en su manuscrito, expresa sumisión y lealtad a la Institución monárquica; mientras, que por el contrario, Aguirre, en el suyo, le declara la guerra, expresando insumisión. Sin embargo, cuando se examinan los dos textos a través de algunas categorías discursivas, como se ha visto aquí, surgen posiciones inesperadas: Colón se siente con tanto poder como los Emperadores, se califica como un príncipe cristiano; en el otro extremo se encuentra Aguirre, para quien el Rey es la autoridad. Aguirre de manera reiterativa informa que él sólo es un humilde vasallo, mientras el Rey y Dios son superiores. En cierto modo, no se levanta contra él, se enfrenta a los agentes de este en América, pero no para beneficiarse a sí mismo, sino para hacer justicia. En otras palabras, Colón estaba convencido de que representaba un poder o de que formaba parte del poder; mientras Aguirre reconoce que al constituirse en poder debe renunciar a parte de sí, a su identidad como español, que en aquella época implicaba: Dios y la Corona. En este sentido, probablemente, Lope de Aguirre fue más medievalista que Colón. En el sentido, que siempre dijo que se mantenía apegado a los preceptos de la Iglesia y siempre aludió a Felipe como el Rey; es decir, Dios y la Corona, y además denunciaba en (35), por ejemplo, que se les había "usurpado y robado (…) fama, vida y honra", cánones del medioevo. Por su parte, Colón, quien asimismo decía defender la doctrina católica, también dijo que Dios lo había destinado a hacer cosas de grandes príncipes.

En resumidas cuentas, Cristóbal Colón hace hincapié en presentarse de forma positiva resaltando su divinidad; Lope de Aguirre se empeña en presentarse de manera positiva subrayando la crueldad del otro. A través de estas estrategias, ambos trabajaron para presentar sus acciones como obvias, naturales con el objeto de legitimarse Colón como Príncipe del Nuevo Mundo y Lope de Aguirre, al lado de sus marañones, como el justiciero del Nuevo Mundo. Todo esto conduce a sostener que la intención fundamental de Colón fue convencer a los Soberanos de que él debía seguir encargado de la empresa y no otro; igualmente, señalan que la intención esencial de Lope de Aguirre fue persuadir al Rey de que él y sus seguidores estaban haciendo justicia porque no había otro que la hiciera.

Finalmente, es oportuno reconocer que el discurso, elaborado o no elaborado por el grupo poderoso, recoge e identifica la desigualdad y la red de intereses e ideologías que subyace en una sociedad. De igual modo, se comprueba que, en discursos de siglos anteriores, están presentes ciertas categorías localizadas en los discursos actuales. Resultados como son los que obligan a los estudiosos del discurso a presuponer que no existen discursos transparentes, al parecer, estos transportan más de lo que oficialmente reconocen sus autores. En este sentido, no sólo informan, enumeran actos y cualidades que siempre contribuyen a presentar de manera positiva a su autor y su entorno; actos que a la vez logran la presentación negativa de su opositor. Así justifican sus hechos y legitiman acciones.

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Notas al pie

[1] Este trabajo se desarrolló dentro de las líneas de investigación del Instituto Venezolano de Investigaciones Lingüísticas y Literarias “Andrés Bello”, el cual recibe financiamiento del FONACIT (PEM 2001002027) y del FONDEIN-UPEL

[2] Cabe destacar que aquí se pretende constatar y confrontar dos tipos de ideología. Por un lado, la ideología en el sentido familiar de legitimación y apoyo a un sistema o institución; y por otro,  la ideología en el sentido amplio, “neutral”, más bien como viene definida en el Diccionario de la Real Academia Española (DRAE, 1998. Versión digital): “Conjunto de ideas fundamentales que caracteriza el pensamiento de una persona, colectividad o época, de un movimiento cultural, religioso o político, etc.”