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Letras
versión impresa ISSN 0459-1283
Letras v.48 n.73 Caracas 2006
LA MANZANA PEDAGÓGICA
Antonio Donado Tolosa, 2001
Caracas, Cerpe, Venezuela Competitiva y SYPAL.
Lucía Fraca de Barrera
Para Edgar Morin (1999, p. 21) la reforma de la enseñanza debe conducir a la reforma del pensamiento y la reforma del pensamiento debe conducir a la reforma de la enseñanza. Por lo tanto, para poder cambiar nuestras formas educar es necesario que cambiemos el modo de pensar.
Ahora bien, hacia que derroteros debemos cambiar?
La UNESCO en 1996 precisó que la escuela debe enseñar a pensar, a aprender a aprender y a enseñar a convivir. De allí que Donado Tolosa plantee que la tarea de la reflexión pedagógica es urgentísima, así como la manera de pensar y de concebir al hombre. En esta dirección expresa que se debe considerar al ser humano de manera integral, en una comprensión integrativa del hecho educativo, y por demás compleja, pues toda acción educativa vincula a la persona en su entramado social.
Bajo estas consideraciones preliminares La Manzana Pedagógica fue inspirado en la fe en la educación como utopía necesaria para los países pobres y en la convicción de que el conocimiento por naturaleza es un bien universal (pág.14) y se propone a través de la obra de Edgar Morin encontrar las herramientas para concebir la educación desde el centro de la complejidad de la vida en general, y de la humanidad en particular (p. 155).
En relación con la reforma del pensamiento y de la enseñanza que propone el pensador francés, Edgar Morin, Donado Tolosa señala que se debe seguir el camino de comprensión de la realidad sin reduccionismos, donde la escuela podrá extraer elementos valiosos para la formación de hombres y mujeres que aprendan a comprender y a defender sus vidas respetando las otras formas de vida (p. 21) . Ahora debemos indagar en el cómo.
En tal sentido la acción educativa que se plantea en La Manzana Pedagógica apunta hacia una redefinición pedagógica que haga posible la formación de seres humanos aptos para sumir la realidad en toda su complejidad, sin la tentación simplificada mediante reduccionismos o generalizaciones sin fundamentos. Se debe aprender a vivir para vivir abrir la escuela al universo que sume la vida en la integralidad de sus componentes (p. 29).
Para el logro de tales objetivos Donado Tolosa sigue los planteamientos de Piaget y describe en los capítulos 3, 4, 5 y 6 de la segunda parte, las características de los niños en cuanto a la inteligencia sensomotora, los años preescolares, los años escolares y la adolescencia como el despertar del ser, respectivamente.
En la tercera parte de La Manzana Pedagógica se ofrece un análisis de los aspectos esenciales de todo proyecto educativo en el cual se deben articular las técnicas de enseñanza y aprendizaje que sepan conectarse a la corriente de la evolución natural y cultural del ser humano y capaz de resolver en su ámbito de acción comunitaria, la escuela, las tensiones que hasta allí proyectan las contradicciones de la dinámica política y social con motivo del control del poder en la sociedad (p. 98).
Para configurar tal proyecto educativo, propone, siguiendo a Edgar Morin, creador de la teoría del pensamiento complejo, una antropología pedagógica que rompa el cerco reduccionista y simplista de nuestra enseñanza tradicional.
En la antropología pedagógica, de acuerdo con Bruno Hamman (1992) se consideran los siguientes aspectos:
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el educando como ser dotado de un yo y de reflexión;
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el educando como un ser que requiere un sentido;
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el educando como un ser dotado de libertad;
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el educando como un ser con los otros;
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el educando como materialidad biológica y
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el educando como ser que necesita educación.
Esta antropología pedagógica se fundamenta en principios rectores tales como:
El desarrollo estrategias de formación ética a partir de una comprensión de los valores humanos como sistemas de interacción de fuerzas neurobiológicas y culturales ( p. 114).
Valorar las formas locales, nacionales y regionales de cultura sin sacrificar la inserción de las naciones en el horizonte de la humanidad como entidad universal. (p. 114).
Por último, se plantea como cierre, la reforma del pensamiento del que se habló supra, como un pensar la pedagogía en función del conocimiento, trasladando su centro de gravitación de la política y la economía a ejes que ponen en movimiento los recursos creativos del ser humano, que no son otros que las capacidades cognitivas del cerebro-espíritu (p. 161). Sin embargo, los fundamentos de la antropología pedagógica se encuentran a la espera de su operacionalización en el aula y de unos docentes que la hagan realidad.
Recibido: 12-01-2006