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versión impresa ISSN 0459-1283
Letras v.51 n.79 Caracas ago. 2009
Harry Potter: una comprensión desde lo simbólico
José Rafael Simón Pérez1
(UPEL-IPC) jrasip@cantv.net
1 Este trabajo se está desarrollando dentro de las líneas de investigación del Instituto Venezolano de Investigaciones Lingüísticas y Literarias "Andrés Bello", el cual recibe fi
nanciamiento del FONACIT (REV-2009000798) y del Vicerrectorado de Investigación y Postgrado de la UPEL.Resumen
La saga de Harry Potter ha contado con la fortuna de convocar a una inmensa legión de lectores en todo el mundo. Por esta razón, dicha obra ha recibido el calificativo de fenómeno sociológico de los últimos tiempos. En virtud de tal impacto se plantea la siguiente investigación, cuyo propósito es analizar algunos símbolos de la religión católica que están presentes en la serie, acusada por sectores religiosos de dar a conocer y propagar elementos ocultistas. También se abordan parte de la historia de Harry Potter y las reliquias de la muerte, el último libro, así como aspectos del mismo que establecen distinciones con respecto a los anteriores. Como resultado se puede mencionar que la familia cristiana representada por José, María y Jesús, tiene sus referentes en la serie: allí están James Potter y Lily Evans, quienes son los padres del salvador del mundo mágico: Harry. Además, están la serpiente como símbolo de lo maligno y pecaminoso, presente tanto en la religión católica como en la saga y una dimensión mesiánica que emparenta a Jesucristo y a Harry como ungidos y salvadores. Pero tales elementos no son las únicas conexiones entre la simbología cristiana y ese universo paralelo creado por Rowling: la lucha del bien contra el mal y la resurrección se podrían abordar en futuras investigaciones sobre el tema.
Palabras clave: Harry Potter, elementos simbólicos, arquetipos
Harry Potter: an understanding from the symbolic
Abstract
The Harry Potter saga has been fortunate to gather a huge legion of readers around the world. For this reason, such work has been termed a sociological phenomenon of recent times. On the basis of such impact, the present research is proposed. Its aim is to analyze some symbols from the catholic religion conveyed in this series, which has been accused by some groups of showing and spreading occultist elements. Also, part of the story of Harry Potter and the Deathly Hallows, the last book, is approached as well as some aspects that establish distinctions between this book and the previous stories. As a result, it can be mentioned that the Christian family, represented by Joseph, Mary and Jesus, has its referents in the series. There one finds James Potter and Lily Evans, parents of the savior of the magical world: Harry. Besides that, there is the serpent, symbol of the evil and the sinful, present in catholic religion as well as in the saga. There is also a messianic dimension that connects Jesus Christ and Harry as anointed and saviors. But such elements are not the only connections between Christian symbology and the parallel universe created by Rowling: the fight of good against evil and resurrection could be approached in future research works.
Key words: Harry Potter, symbolic elements, archetypes
Harry Potter: une compréhension daprès la symbolique
Résumé
La saga de Harry Potter a eu la chance de convoquer une immense légion de lecteurs dans le monde entier. Pour cette raison, cet ouvrage a reçu le qualificatif de phénomène sociologique des dernières années. En vertu de cet impact, on présente cette recherche dont le but est danalyser quelques symboles de la religion catholique présents dans la série, accusée par des secteurs religieux de faire connaître et de diffuser des éléments occultistes. On a aussi abordé une partie de lhistoire de Harry Potter et les vestiges de la mort, le dernier livre, ainsi que des aspects quon y trouve, établissant des distinctions par rapport aux précédents. Comme résultat, on peut mentionner que la famille chrétienne représentée par Joseph, Marie et Jésus a ses référents dans la série : on y voit James Potter et Lily Evans qui sont les parents du sauveur du monde magique : Harry. De plus, il y a le serpent comme symbole de ce qui est malin et pécamineux, présent tant dans la religion catholique que dans la saga ainsi quune dimension messianique où Jésus-christ et Harry Potter sapparentent comme des consacrés et des sauveurs. Mais ces éléments ne sont pas les seules connexions entre la symbolique et cet univers parallèle créé par Rowling: la lutte du bien contre le mal et la résurrection pourraient être analysées dans de futurs recherches sur le sujet.
Mots clés : Harry Potter, éléments symboliques, archétypes.
Harry Potter: una comprensione dal simbolico
Riassunto
La saga di Harry Potter ha avuto la fortuna di convocare unimmensa legione di lettori dappertutto. Perciò, tale opera ha ricevuto la qualificazione di fenomeno sociologico degli ultimi tempi. Dovuto a questo successo abbiamo pensato di fare una ricerca del genere letterario. Lo scopo è di analizzare alcuni simboli della religione cattolica che sono presenti nella saga, che è stata incolpata dai settori religiosi di aver diffuso la conoscenza di elementi magici. Si trattano parti di Harry Potter e le reliquie della morte, lultimo romanzo, e aspetti dello stesso che stabiliscono delle distinzioni in confronto ai romanzi precedenti della saga. Tra i risultati si può dire che la famiglia cristiana rappresentata da Giuseppe, Maria e Gesù, ha i suoi riferimenti in questa serie: Loro sono James Potter e Lily Evans, i genitori del salvatore del mondo magico, che è Harry. Inoltre, cè il serpente come simbolo del male e del peccato, presente sia nella religione cattolica che nella saga. Ugualmente, cè una dimensione messianica che mette in relazione Gesù e Harry, come gli unti e i salvatori. Questi elementi tuttavia, non sono gli unici collegamenti tra la simbologia cristiana e questo universo parallelo creato dalla Rowling: la lotta del bene contro il male e la resurrezione potrebbero essere una tematica interessante in future ricerche.
Parole chiavi: Harry Potter, Elementi simbolici, Archetipi.
Harry Potter: uma leitura baseada na simbologia
Resumo
A saga de Harry Potter tem tido a sorte de convocar uma imensa legião de leitores em todo o mundo. Por esta razão, esta obra
tem recebido o qualificativo de fenómeno sociológico dos últimos tempos. Dado tal impacto, propomos a seguinte investigação, cujo propósito é o de analisar alguns símbolos da religião católica presentes na série, acusada por sectores religiosos de divulgar e propagar elementos ocultistas. Também se aborda parte da história de Harry Potter e as Relíquias da Morte, o livro mais recente, bem como aspectos do mesmo que estabelecem distinções relativamente aos anteriores. Como resultado, podemos mencionar que a família cristã representada por José, Maria e Jesus tem os seus referentes na série: James Potter e Lily Evans, os pais do salvador do mundo mágico: Harry. Além disso, estão presentes a serpente como símbolo do maligno e pecaminoso, existente tanto na religião católica como na saga, e uma dimensão messiânica que aproxima as figuras de Jesus Cristo e de Harry como ungidos e salvadores. Mas tais elementos não são as únicas ligações entre a simbologia cristã e esse universo paralelo criado por Rowling: a luta do bem contra o mal e a ressurreição poderiam ser abordadas em futuras investigações sobre o tema.
Palavras-chave: Harry Potter, elementos simbólicos, arquétipos
Recepción: 29-04-2008 Evaluación: 26-05-2008 Recepción de la versión definitiva: 30-05-2008
Introducción
El 21 de febrero de 2008 se publicó en lengua española la última entrega de la serie de Harry Potter, cuya autora, como se sabe, es una maestra de escuela de nombre Joanne Kathleen Rowling. De acuerdo con Hernández (2008), la tirada total en español alcanza la cifra de un millón y medio de ejemplares aproximadamente. Harry Potter y las reliquias de la muerte viene a completar así una saga de 7 libros iniciada a finales del siglo pasado, 26 de junio de 1997 para ser precisos, y de la cual también forman parte los siguientes títulos:
Harry Potter y la piedra filosofal, Harry Potter y la cámara secreta, Harry Potter y el prisionero de Azkabán (la famosa cárcel de los magos custiodada por los dementores, esos oscuros personajes de rostro encapuchado y negra vestimenta capaces de robar la alegría y de extender la desilusión y la desesperanza a su paso), Harry Potter y el cáliz de fuego, Harry Potter y la Orden del Fénix y Harry Potter y el misterio del príncipe, volumen en el cual muere en extrañas circunstancias un personaje crucial en la vida y en el destino de Harry: Albus Dumbledore, el director de Hogwarts, la escuela de magia y hechicería (Rowling, 2006).En la actualidad, prácticamente nadie duda de que la saga del niño mago que debe enfrentarse al mal encarnado por Lord Voldemort y su ejército de mortífagos, se ha convertido en un verdadero fenómeno de masas y hasta en un hito (y por qué no, también en un mito2) en la historia de la literatura contemporánea.
Aunque muchos señalan que no se trata efectivamente de "literatura", o de "buena literatura" en todo caso, si es que ella admite calificativos de tal naturaleza, nadie puede desconocer que se trata de una serie leída por niños y jóvenes, cuya fama se ha extendido a los más recónditos rincones del planeta en virtud de que, entre otras razones, los cinco primeros textos que componen la serie han sido llevados al cine, boom publicitario de por medio. También hay que reconocer que es una saga leída por adultos, de hecho en muchas partes del mundo se han realizado ediciones especiales sin caricaturas para este segmento de la población (Tapia, 2007).
Y pensar que los manuscritos iniciales de Harry Potter fueron rechazados en varias ocasiones por distintas editoriales inglesas, hasta que la secretaria de una de ellas leyó el material y éste le pareció tan interesante que se lo presentó al editor. Por cierto, que dicho editor le recomendó a la autora que firmara como J. K. Rowling, pues consideraba que no sería muy llamativo que el nombre completo de una mujer apareciera como la autora de un libro de aventuras dedicado a niños y jóvenes, situación que parece inexplicable en la actualidad.
Retomando el tema central del segundo párrafo, hay un periodista colombiano que plantea una serie de datos al respecto que son dignos de ser considerados. En este orden de ideas, Restrepo (2008) estima que una de las bondades de la saga es precisamente haber recuperado la lectura para los jóvenes, aunque ya se ha dicho que niños y adultos también se han visto atrapados por las aventuras de Harry Potter y sus amigos de Hogwarts. Prosigue este autor destacando que la creación de Rowling ha representado la oportunidad de hacer nuevos lectores que leen simplemente por el placer de leer, de poner otra vez de moda y en el tapete la lectura, al parecer un tanto desplazada en los últimos tiempos por las múltiples y constantes innovaciones tecnológicas.
Cabe destacar que para la investigadora cubana Elizagaray (2005) leer por placer debería constituirse en el propósito fundamental e inherente de la lectura misma. Una idea similar es manejada por Castro (2003), para quien "hay un saber escondido en la intuición, en la sensibilidad, en la emoción, en el juego, en la lucha. La lectura siempre debe estar unida a esto, de otra forma se transforma en peso muerto, en tecnicismo". Hay que convenir, entonces, en que ha sido esa emoción, ese juego, esa lucha, esa aventura y esa fabulación lo que ha hecho que tantas personas se hayan convertido en fanáticos de la serie.
Las razones aludidas en buena parte del párrafo anterior constituyen los argumentos por los cuales la Fundación Príncipe de Asturias decidió conceder de forma unánime el Premio de la Concordia 2003 a Rowling. En este sentido, el jurado señala en su veredicto que decide otorgar el Premio Príncipe de Asturias de la Concordia 2003 a la autora británica "por las características de su obra, que trasciende el ámbito literario, para convertirse en un vínculo de unión entre continentes y generaciones que promueve la imaginación como fuente de libertad al servicio del bien y la cooperación y la solidaridad entre las personas". En el veredicto también se puede leer que:
La obra de la escritora inglesa Rowling se ha convertido, con los libros de Harry Potter, en un fenómeno sociológico y humano sin precedentes en la cultura de nuestro tiempo. La trascendencia social de la creación de Rowling se fundamenta en haber logrado que niños de etnias y culturas de todo el mundo hayan descubierto la bondad de la lectura y encontrado en las fascinantes aventuras de Harry Potter un estímulo para la imaginación y la creatividad. La obra de Rowling promueve, al mismo tiempo, y sobre todo, la identificación de los jóvenes con valores humanos tan esenciales como el discernimiento entre el bien y el mal, la importancia de la cooperación y la solidaridad para superar los problemas y obstáculos del vivir; en definitiva, ideas y capacidades que alientan y hacen posible el entendimiento y la concordia entre los seres humanos (elmundo.es, 2003).
En este punto del trabajo, vale la pena traer a colación parte del discurso de Rowling al aceptar el galardón concedido por la Fundación Premio Príncipe de Asturias, en la que esboza sus propósitos al escribir la serie de Harry Potter, así como lo que quiso representar o ilustrar a través de ella. La escritora inglesa, quien por cierto antes de hacerse famosa y millonaria por su obra, subsistía con ayudas sociales del gobierno británico, confiesa que:
Mi intención no fue ni enseñar ni predicar a los niños. De hecho, creo que salvo raras excepciones, las obras de ficción infantil sufren si el autor o autora está más interesado en instruir a sus lectores que en cautivarlos con
un cuento3. Sin embargo, siempre he creído que los libros de Harry Potter son altamente morales. Quise representar las ambigüedades de una sociedad donde la intolerancia, la crueldad, la hipocresía y la corrupción abundan, para demostrar mejor lo heroico que es, cualquiera que sea tu edad, luchar en una batalla que nunca se ganará. Y también quise reflejar el hecho de que la vida entre los once y los diecisiete años puede ser difícil y confusa, aún estando armado con una varita mágica (elmundo.es, 2003).Agrega Rowling que a los niños les agrada leer cuentos (o que en todo caso se los lean) porque necesitan probar sus imaginaciones, explorar por sí mismos y por sus propios medios las ideas de otras personas, ocupar otras vidas, trasladar sus mentes y cuerpos a donde aún no tienen la madurez suficiente para ir. Igualmente, es de la opinión que no hay película, programa o serie de televisión, ni videojuego que pueda repetir nunca la magia que existe cuando la imaginación del que lee se encuentra con la capacidad de fabulación del que escribe para crear un reino único y privado en el que todo se hace posible por la palabra. Y es que todo niño como ser humano, a juzgar por los señalamientos de Elizagaray (2005), debería tener el derecho de viajar por los territorios de la fantasía. Autora que, por cierto, estima al igual que Rowling que el libro y, por consiguiente, la lectura como actividad básica humana, seguirán perdurando muy a pesar del uso de Internet y del advenimiento de otras tecnologías, pues una cultura de la imagen sólo es sostenible en el tiempo si se le vincula a un determinado texto de referencia.
En otro orden de ideas, según muchos críticos y estudiosos de la materia, la saga de Harry Potter cuenta con una muy rica simbología, situación que no pasa desapercibida al leer los textos. Para muestra bastaría lanzar ya al ruedo una pregunta que quizás algunos lectores puedan hacerse o ya se hayan hecho con antelación. ¿Por qué son precisamente siete los libros que conforman la saga, a sabiendas de lo que dicho número representa?
Para darle vida a ese mundo superpuesto lleno de magia que la autora crea, ésta recurre a una gran cantidad de símbolos presentes en las sociedades contemporáneas. También apela a otras culturas, religiones y hasta mitologías. De la griega, por ejemplo, recrea ciertos mitos fundacionales; además, por las miles y miles de páginas de la serie desfilan centauros (bestias fabulosas mitad hombres, mitad caballos), unicornios (animales fabulosos con forma de caballo y un cuerno situado justo en el medio de la frente) y otros seres mitológicos. En cuanto a la mitología nórdica, hay una materia denominada Runas, la cual debe ser cursada por los magos en formación, y en la que Hermione, para variar, resulta muy aplicada. Siguiendo a Flores (2005), las runas representan los caracteres más antiguos empleados en la escritura por los pueblos germánicos y fueron utilizadas por los vikingos con propósitos mágicos, grabándolas en escudos, espadas y lanzas. Especial atención para esta investigación merecen aquellos aspectos y hechos de la serie de Harry Potter que remiten directamente a elementos propios de la religión católica, apostólica y romana, los cuales son recogidos en las Sagradas Escrituras, tanto en el Antiguo como en el Nuevo Testamento, asunto que llama poderosamente la atención, debido a que los textos de la saga han sido acusados de dar a conocer los símbolos del ocultismo, doctrina dedicada a la explicación de lo sobrenatural y misterioso, es decir, de aquello que no puede ser resuelto racionalmente.
Precisamente éste es el centro de interés del trabajo, la vinculación entre Harry Potter y la simbología cristiana, que se aspira desarrollar en las páginas siguientes. Pero como el asunto a tratar puede resultar particularmente extenso, se desarrollarán únicamente tres aspectos: la familia cristiana representada por el carpintero José, la virgen María y Jesús tiene sus referentes en la saga: James Potter, Lily Evans y Harry; la serpiente también discurre sigilosa por las páginas de las Sagradas Escrituras y de la serie y, en última instancia, el otro elemento que se abordará será la dimensión mesiánica tanto de Jesús y Harry Potter, en la medida en que ambos han sido elegidos y hasta ungidos para la salvación
de la humanidad, muy a pesar de que ambos en el transcurso del camino que les ha tocado emprender también dudan de tales condiciones.
De hecho, puede afirmarse que Harry Potter ha sido doblemente elegido y ungido: primero a la edad de un año, cuando sobrevive a la muerte de sus padres en su casa de Godrics Hollow y queda marcado para siempre con la cicatriz en forma de rayo en la frente y posteriormente, en plena adolescencia, cuando Albus Dumbledore le encomienda, antes de ser asesinado por Severus Snape en una de las torres más altas de Hogwarts, la peligrosa tarea de destruir los horrocruxes, objetos hechizados y estratégicamente escondidos por Lord Voldemort para garantizar su poder por toda la eternidad. La búsqueda de tales objetos se materializa en Harry Potter y las reliquias de la muerte (Rowling, 2008).
Como se aprecia, en el fondo, la saga navega por un río que se remonta hasta los orígenes del hombre mismo, hasta la génesis de la humanidad: la sempiterna lucha del bien contra el mal.
Además de la conexión entre Harry Potter y la simbología cristiana, también se resaltarán algunos aspectos de la historia que se cuenta en Harry Potter y las reliquias de la muerte, como se sabe el último volumen recientemente publicado en lengua española. De igual modo, se destacarán detalles que establecen interesantes diferencias con los textos anteriores de la saga.
Relación entre la serie de Harry Potter y algunos elementos presentes en la simbología cristiana
Antes de desarrollar esta parte, parece significativo retomar un tópico señalado en el apartado anterior, el cual tiene que ver con la forma en que Rowling superpone en su creación dos mundos de forma simultánea o paralela: el mundo de los muggles,
seres mortales que carecen por completo de poderes mágicos como tía Petunia, tío Vernon y Dudley, familiares de Harry Potter, quienes por cierto casi lo confinan al número 4 de Privet Drive al percatarse de sus facultades, y el mundo de los magos, capaces de trasladarse de un sitio a otro a través de la Red Flu o de aparecerse y desaparecerse, trasladores de por medio, en el cual se refiere al mundo mágico que se ha citado antes (Tapia, 2007).
El segundo es el mundo de Harry y sus amigos, de la familia Weasley y de muchos profesores de Hogwarts, pero también lo es de Lord Voldemort, de los Malfoy, de Narcisa y Bellatrix Lestrange. Los primeros representan el bien, los segundos el mal, con sus respectivos matices, claro está, de forma tal que las fuerzas antagónicas se enfrentan, luchan y en el último volumen acometen la llamada batalla final: la de Hogwarts.
Como ya fue resaltado, una de las virtudes que logra Rowling con su obra, tiene que ver con la superposición de dos mundos paralelos. Es decir, sobre la base de un mundo real, el de los llamados muggles en la serie, la autora instala otro mundo, el de los magos, en el que todo es posible mediante la magia. Ese segundo mundo cuenta con todos los elementos del mundo real, como ya se vio, hasta con cuentos propios de la literatura infantil para niños magos: allí está el libro, no tan inocente por cierto, que Albus Dumbledore dejó como herencia a Hermione llamado Los cuentos de Beedle el Bardo.
Ahora bien, resulta interesante preguntarse cómo logra la autora una superposición tan perfecta, tan armoniosa. En este sentido, se puede decir que si en el Libro del Génesis del Antiguo Testamento, Dios plantea la creación del mundo, de un modo u otro, Rowling y cualquier otro escritor o artista, emulando a Dios, vaya comparación, crea también un mundo, el de los magos, con campeonatos de quidditch y escobas que vuelan, un mundo que se adosa al real, pero sin que dicha unión luzca artificiosa. Esa creación de Rowling, al parecer, se sustenta en sus propias experiencias, en el cúmulo de vivencias acumuladas en el transcurso de su existencia misma. Experiencias y vivencias que se hacen presentes en la creación de la autora a través de la memoria, esa especie de archivo que almacena y guarda lo vivido. La memoria funciona, entonces, en dos planos: como depósito y como mecanismo de recuperación. En palabras de Giannini (1995), habría que decir que todo escritor ejerce el trabajo de arqueólogo: excava en el subsuelo de su memoria donde descansa lo soterrado, para finalmente rescatar y restaurar parte de lo vivido, tanto en los dominios más íntimos, el domicilio, como en los públicos, el trabajo, entre otros.
En cuanto al tema de los dos mundos que subyacen en la obra, Rivero (2005) plantea que el mundo no mágico, el de los muggles, es triste y se encuentra poblado por personas limitadas e inferiores, mientras que en el mundo mágico habitan seres más iluminados y capaces de vivir plenamente. Desde su perspectiva, la magia se vende entonces como el camino a la felicidad, pues Harry era infeliz viviendo entre los miembros de una familia abusiva e incomprensiva hasta que inicia su preparación en Hogwarts. A simple vista, tales consideraciones parecen un tanto simplistas y hasta sesgadas y olvidan un hecho elemental: las siete entregas de la serie constituyen un riguroso ejercicio de ficción, ejercicio que tal vez ha logrado lo que otros libros o autores se han propuesto sin conseguirlo: cautivar lectores. Además, hacer apología de la magia no figura entre los objetivos de Rowling al acometer la escritura de la saga.
Una vez abordado este asunto, a continuación se hablará acerca de la relación entre la serie de Harry Potter y algunos elementos de la simbología cristiana, aspecto muy significativo para el presente trabajo.
Las familias de Jesucristo y de Harry Potter
La familia encarnada por José, de profesión carpintero, la virgen María y el niño Jesús, tiene sus referencias, salvando las distancias claro está, en la historia del niño mago Harry Potter, cuyos padres James Potter y Lily Evans fueron asesinados por Lord Voldemort cuando aquel contaba con tan sólo un año de edad.
En el caso de Jesucristo, éste fue engendrado sin que la virgen María tuviese algún tipo de relación física con José, su esposo, situación que hace dudar a éste hasta que recibe una revelación por parte de un ángel. Harry, por su parte, representa el fruto de la unión de James Potter y Lily Evans, quienes fueron capaces de inmolarse para que él viviera.
A pesar de no haber conocido a sus padres debido a que sufrió su pérdida a una edad muy temprana, Harry permanentemente los recuerda, bien sea mediante lo que otras personas le refieren de ellos, por ejemplo, su padrino Sirius, o a través de fotografías y cartas que la trama del último libro va mostrando. Utilizando los pensamientos de Severus Snape, logra contemplar distintos episodios de la vida de sus padres.
Una vez que los padres de Harry son asesinados, éste es "adoptado" por una familia de muggles cuyos miembros no poseen ningún tipo de poderes mágicos. La nueva familia de Harry está conformada por sus tíos Petunia y Vernon y su primo Dudley y todos habitan en el número 4 de Privet Drive. En su nuevo hogar, Harry padece una especie de confinamiento en su propia habitación, sus nuevos familiares desconfían de él y hasta lo maltratan física y psicológicamente.
No obstante, en la séptima entrega de la serie, esta situación sufre ciertos cambios. Si bien es cierto que la conducta de tío Vernon para con su sobrino putativo continúa siendo hostil, en tía Petunia, la hermana de Lily Evans, y sobre todo en el primo Dudley, empiezan a evidenciarse ciertos cambios, explicados en el último de los casos por el hecho de que Harry haya salvado el alma de su primo cuando en una edición anterior de la serie sufrieron el ataque de los despiadados dementores, capaces de robarle la alegría y la esperanza a las personas. En el caso de tía Petunia, aunque hay cierta negativa en aceptar que se siente algún tipo de afecto por el sobrino, que debe existir, esto se debe a la posibilidad de que la familia no pueda reunirse nunca más, como de hecho sucede en la última entrega. No olvidemos que todos los libros de la serie comienzan con la estadía veraniega del niño mago en la casa de sus tíos, antes de partir a Hogwarts. Sin embargo, la situación comienza a cambiar en Harry Potter y las reliquias de la muerte. El protagonista está a punto de cumplir 17 años, el hechizo protector que le dieron sus padres puede romperse, el hechizo detector que le impide hacer magia por ser menor de edad también y ha decidido no regresar a Hogwarts, pues su prioridad es cumplir con el encargo que le hiciera Álbus Dumbledore, el director, antes de morir. Incluso, Harry siente que se avecina una feroz lucha con Lord Voldemort y sus secuaces los mortífagos- y siente que su familia está en peligro, por lo que los convence para que acepten la ayuda de la Órden del Fénix. Es decir, hay que forzar una separación. Además, Harry está conciente de que puede morir en el enfrentamiento con Lord Voldemort, por lo que piensa que nunca más verá ni a sus tíos ni a su primo.
Pero si de familia se trata, la de Harry está constituida por cada uno de los miembros del clan Weasley. Son ellos quienes
acogen en su seno al niño mago, quienes le proporcionan la seguridad de una casa como ambiente físico y los beneficios de un hogar. Son ellos quienes están pendientes de sus cumpleaños, de sus tristezas y alegrías, de los regalos de navidad. Por eso, es capaz de sentir una inmensa culpa cuando uno de los Weasley fallece en la batalla de Hogwarts. Y es ese remordimiento y ese deseo de que nadie más muera por su causa, son los impelen a entregarse a Lord Voldemort y sus secuaces, paso previo para poder cumplir con lo que ya estaba escrito.
La serpiente como encarnación del mal
La serpiente constituye un animal de una significación capital en los siete volúmenes de Harry Potter, pero también aparece en las Sagradas Escrituras. Ahora bien, cabe en este punto plantearse la siguiente cuestión: ¿Con qué se asocia este réptil?.
Para Vázquez Hoys (1981), la serpiente se asume fundamentalmente como símbolo de la muerte, como la encarnación del espíritu de los muertos. Su aspecto es repulsivo, se le asocia generalmente como genio del mal, con las tinieblas. No obstante, prosigue la autora citada, se trata de una figura simbólica ambivalente, doble, como el mismo Severus Snape, pues también representa la medicina y por ende la salud y la vida, incluso la resurrección. Es un animal que aparece y desaparece, que cambia de piel en primavera, y que renace después de un largo invierno. Se encuentra muy presente en las mitologías egipcias y celtíbera.
El Diccionario de la Lengua Española (2001) también fue consultado en cuanto a las acepciones del término "serpiente". En este sentido, la segunda entrada que aparece en dicho diccionario dice que esta palabra se asocia con el diablo, con el demonio, con el príncipe de los ángeles rebelados. Se escribiría, por tanto, así: La serpiente.
Lo cierto del caso es que la serpiente es una figura que se encuentra presente en las Sagradas Escrituras. En este punto, vale la pena recordar que el Diablo asume la forma de una serpiente para tentar a Jesucristo en el desierto, antes de que fuera crucificado y resucitara al tercer día, hecho que acontece entre esas cuarenta noches que median entre el miércoles de ceniza y el inicio de la Semana Santa, de acuerdo con los calendarios actuales. También el Diablo se mete en el cuero de una serpiente para provocar a Eva y lograr que ésta coma la manzana del árbol prohibido, desobedeciendo así la voluntad de Yavé Dios. De esta manera, surge en la humanidad el llamado pecado original.
Pero la serpiente, la más astuta de cuantas bestias del campo hiciera Yavé Dios, dijo a la mujer: "¿Con que os ha mandado Dios que no comáis de los árboles todos del paraíso?". Y respondió la mujer a la serpiente: "Del fruto de los árboles del paraíso comemos, pero del fruto del que está en medio del paraíso nos ha dicho Dios: "No comáis de él, ni lo toquéis siquiera, no vayáis a morir". Y dijo la serpiente a la mujer: "No, no moriréis, es que sabe Dios que el día que de él comáis se os abrirán los ojos y seréis como Dios, conocedores del bien y del mal (Nacar y Colunga, 1965).
Continuando con las ejemplificaciones del Libro del Génesis, una vez que Eva y Adán comen del fruto prohibido a partir de lo expresado por la serpiente y a través de los ojos se hacen conscientes de su desnudez, Yavé Dios quien se siente desobedecido- se dirige al reptil y profiere lo que sigue a continuación:
Por haber hecho esto, maldita serás entre todos los ganados y entre todas las bestias del campo. Te arrastrarás sobre tu pecho y comerás el polvo todo el tiempo de tu vida. Pongo perpetua enemistad entre ti y la mujer y entre tu linaje y el suyo; éste te aplastará la cabeza y tú le acecharás el calcañal. (Nacar y Colunga, 1965).
En la serie de Harry Potter, por su parte, puede decirse que la serpiente es también uno de los símbolos más utilizados. Lord Voldemort, el llamado Señor Tenebroso, ése que no debe ser nombrado porque se constituye en casi una invocación, tiene forma de serpiente. "Y entonces lo vio: Voldemort volaba como el humo en el viento, sin escoba ni thestral que lo sostuviera; su rostro de serpiente destacaba en la oscuridad y sus blancos dedos volvían a levantar la varita " Por si esto fuera poco, una serpiente acompaña siempre a Lord Voldemort, su nombre es Nagini. Por cierto, Harry se enfrenta de una forma terrible con ella en el capítulo décimo séptimo de la última entrega, capítulo en que la serpiente surge del cuello de Batidla Bagshot, ex profesora de Hogwarts y autora del libro Historia de la magia. Pero la maldad de Lord Voldemort no conoce límites y ha transformado a Nagini en un horrocrux, de forma que para acabar con él, primero hay que matarla a ella.
La serpiente es también la insignia de la casa de Salazar Slytherin, una de las cuatro casas en las cuales se pueden agrupar los niños magos cuando ingresan a Hogwarts, la escuela de magia y hechicería, y son clasificados o agrupados por el sombrero seleccionador. Slytherin es la casa de los magos dedicados a la magia negra, al mal, a lo oscuro, a la hechicería. Es también la residencia de los mortífagos, fieles a Lord Voldemort.
En la serie, además, las aldabas de las puertas tienen forma de serpiente, el apellido de Severus es Snape, mientras que en inglés la palabra acuñada para denominar a este animal es snake. Y Harry es capaz de hablar y comprender el parsel, la lengua de las serpientes y del mal, y lo hace porque algo de Lord Voldemort habita en él, algo que tendrá que destruir para poder cumplir con su misión.
En definitiva, puede afirmarse que a pesar de que la serpiente se considera una figura ambivalente, tanto en las Sagradas Escrituras como en Harry Potter representa la encarnación del mal y está asociada con las fuerzas oscuras.
La dimensión mesiánica en Jesucristo y en Harry Potter
En la galería arquetipal que propone Myss (2002), al final de su libro El contrato sagrado, el mesías, que en hebreo significa "el ungido", ocupa un lugar preponderante. Refiere la autora que se trata de un arquetipo conectado con la encarnación del poder divino y con el hecho de ser enviado en una misión celestial para la salvación de la humanidad. Por tanto, el mesías es una figura relacionada con la redención, con la sabiduría y hasta con el sentido de la justicia. También, por qué no, con lo heroico. Leyendo estas líneas, parece saltar a la vista que tanto en Jesucristo como en Harry Potter hay mucho de la dimensión mesiánica aludida con antelación.
En lo atinente al aspecto planteado por Myss (2002), relacionado con la presencia de una misión celestial para la salvación de la humanidad, se puede decir que el mismo calza perfectamente tanto en Jesucristo como en Harry. Jesucristo vino al mundo con una finalidad: liberar al pueblo de Dios del pecado, sacrificarse si cabe el término- para que la carne del hombre muriera y se convirtiera en polvo, mas no su espíritu. En este sentido, la resurrección es el gran regalo divino para con su pueblo.
Algo similar ocurre con Harry. Sólo él, que sobrevivió al ataque de Lord Voldemort cuando tenía un año de edad, puede vencerlo. Sólo él, que lleva un rayo en la frente como testimonio de dicho ataque, puede enfrentarlo y destruirlo. En consecuencia, la muerte de Lord Voldemort, que sólo puede ser conseguida por ese niño mago que con el paso del tiempo y de los libros se ha convertido en un adolescente, significa la salvación de su gente, de su mundo, el reestablecimiento del orden, el aniquilamiento del caos y de la anarquía. Ambos, por tanto, Jesucristo y Harry, han sido predestinados, ungidos. Y en el caso de este último doblemente ungido, como se acotó en páginas anteriores.
Pero ni Jesucristo ni Harry son mesías o héroes perfectos, absolutos. Muy por el contrario, aunque son conscientes de sus propósitos y terminan aceptándolos, dudan de sus condiciones para lograrlos y hasta en algunos momentos de vacilación intentan rebelarse. En el caso de Jesucristo, que es Dios, tales dudas muestran su humanidad, porque es Dios que se ha hecho Hombre. De esto trata la polémica película de Martin Scorsese La última tentación de Cristo, cinta que mostraba a un Jesús, interpretado por Willem Defoe, dubitativo en la cruz y, por si esto fuera poco, casado con María Magdalena.
Para ilustrar lo que se viene tratando, se citarán las palabras proferidas por Jesucristo en un lugar llamado Getsemaní, después de la última cena y de la institución de la eucaristía: "Decía: Abba, Padre, todo te es posible; aleja de mí este cáliz; mas no sea lo que yo quiero, sino lo que quieres tú" (Nacar y Colunga, 1965). En la cita se observan, por un lado, ese intento de rebelación, esa imposibilidad aparente de no poder cumplir con la misión
encomendada, y por el otro, la aceptación de la voluntad divina, de lo escrito en el destino. Igualmente, al momento de ser crucificado en medio de dos ladrones, Jesucristo exclama: "Eloí, Eloí, lama sabachtani? Que quiere decir: Dios mío, Dios mío. ¿por qué me has abandonado?" (Nacar y Colunga, 1965). Nuevamente, el intento por rebelarse, aun a sabiendas de que se está cumpliendo con la misión celestial asignada.
Algo parecido le sucede a Harry, pues se trata de un mago, de un héroe que no está seguro de que sus poderes son reales, que atribuye todas sus fuerzas a la varita de acebo y fénix que posee, a pesar de que Hermione constantemente le está repitiendo que lo importante no es la varita, sino el mago que la detenta y la usa. Y es que en su corazón Harry no siente que realmente puede vencer a Lord Voldemort. Esto se evidencia en algunos pasajes del último tomo de la entrega:
Harry no podía engañarse; Ron tenía razón: Dumbledore no le había dejado ninguna pista. Era cierto que habían descubierto un horrocrux, pero no disponían de medios para destruirlo, y tenía la sensación de que los otros horrocruxes eran más inalcanzables que nunca. El pesimismo amenazaba con vencerlo, y se asombraba de lo presuntuoso que había sido al aceptar el ofrecimiento de sus amigos de acompañarlo en su inútil y enrevesado viaje. No sabía nada, ni tenía ideas, y además ahora estaba constante y dolorosamente atento a cualquier indicio de que Hermione fuera a anunciar que se había cansado y se marchaba.
La cita revela, entonces, el pesimismo de Harry, sus propios conflictos internos, su creencia de que no podrá destruir los horrocruxes, objetos que garantizan la inmortalidad de Lord
Voldemort. Hay que señalar que el texto se toma del capítulo decimosexto, cuando ya Ron ha decidido abandonar a sus amigos, decepcionado de que Harry no tenga un plan para acabar con las fuerzas del mal.
Otras consideraciones
En virtud de que Harry Potter y las reliquias de la muerte constituye el séptimo y último volumen de la saga del niño mago, por lo cual marca el cierre de la misma, se estima necesario hacer algunos señalamientos acerca de la historia del mencionado texto, sin cometer el delito de revelar en su totalidad el final, así como de ciertos elementos que establecen marcadas distinciones en relación con las entregas restantes de la serie.
Con un total de 36 capítulos, un apartado final que ubica al lector "diecinueve años después" y 638 páginas, el último volumen se inicia casi como los anteriores: Harry Potter está en el número 4 de Privet Drive, en casa de su familia muggle compuesta por sus tíos Vernon y Petunia y su primo Dudley. Pero esta vez es especial, pues Harry está a punto de cumplir diecisiete años, lo cual indica que pronto desaparecerá el hechizo protector que le dejaron sus padres. Además, Harry está conciente de que nunca más regresará a lo que fue su "hogar" por tantos años, si es que la perfecta y ordenada casa de sus tíos puede recibir tal denominación. Hay otro elemento distinto en este volumen y es que se produce un acercamiento entre Dudley y Harry, tal vez porque éste salvó el alma de aquel de los dementores, hecho que se evidencia en el siguiente apartado: "Dudley se soltó con cuidado del abrazo de su madre, se aproximó a Harry, que tuvo que dominar el impulso de amenazarlo con magia, y le tendió una manaza rosada. ( ) Hasta otra, Harry".
Una vez que Harry se hace mayor de edad al cumplir diecisiete años y que la boda de Fleur Delacour y Bill Weasley se realiza en los jardines de La Madriguera, los tres amigos, es decir, Harry, Ron y Hermione, quienes han decidido por cierto no retornar a Hogwarts para las clases del séptimo año, se disponen a cumplir con lo prometido a Álbus Dumbledore: la búsqueda y destrucción de los llamados horrocruxes. Pero el Ministerio de Magia ha caído en poder de los mortífagos, el ministro Scrimgeour ha sido asesinado, sobre el pasado de Dumbledore se tejen sospechas que lo vinculan con las artes obscuras y con el asesinato involuntario de su propia hermana Ariana, todo lo cual hace que se empiecen a suceder nuevas aventuras que, una vez más, enfrentarán a las huestes del bien contra las del mal (la incursión al Ministerio de Magia para buscar uno de los horrocruxes en poder de Dolores Umbridge; la visita a Godrics Hollow, el pueblo en el que nació Harry y murieron sus padres; el episodio de la cierva plateada en el que Harry y Ron encuentran la espada de Gryffindor; la fábula de los tres hermanos; la visita al padre de Luna Xenophilius Lovegood; el robo en Gringotts, la banca mágica; etc.).
Así como el personaje de Harry ha sufrido algunos cambios importantes, la escuela de Hogwarts no se queda atrás. Ya no está dirigida por Álbus Dumbledore. Con el advenimiento de Lord Voldemort y de los mortífagos, quienes dominan hasta el propio Ministerio de Magia, Severus Snape se ha convertido en el nuevo director del colegio de magos y hechiceros. Las transformaciones han llegado hasta el nombre de las materias que deben cursar los miembros de las cuatro casas. Así, por ejemplo, Defensa contra las artes oscuras pasó a ser sencillamente Artes oscuras.
Pero también los estudiantes deben cursar nuevas asignaturas. Estudios Muggles es una de ellas. En palabras de Neville Longbottom, otro compañero de Harry perteneciente a la casa de Gryffindor, se trata de una asignatura obligatoria en la que se tilda a los no magos de animales, estúpidos y sucios, quienes obligaron a los magos a esconderse porque eran crueles con ellos, por lo que en palabras de algunos profesores habría llegado la hora de reestablecer el orden natural, "limpieza étnica" de por medio. Y los pasillos de Hogwarts están llenos de mortífagos, pero destacan dos en particular: Alecto y Amycus Carrow quienes castigan a los alumnos rebeldes que se atreven a manifestar que el ejército de Dumbledore todavía vive y batalla, con maldiciones que antes se encontraban prohibidas como la cruciatus y la avada kedavra. De manera tal, que se puede afirmar que en Hogwarts impera una especie de nuevo orden.
Hay otro dato relacionado con la escuela de magos y hechiceros que marca cierta distancia con respecto a los seis volúmenes anteriores de la serie. Mientras en estos últimos, Hogwarts representaba el gran escenario teatral en el que se sucedían las aventuras de Harry y sus amigos, en el séptimo dicho escenario sólo aparece o irrumpe al final de la historia, en el capítulo 29 para ser más exactos. Y es allí, en los pasillos, comedores, estancias y torres de Hogwarts donde se desarrolla la batalla final entre el bien y el mal: Harry y Lord Voldemort están condenados a enfrentarse, porque ninguno podrá vivir con tranquilidad hasta que alguno de los dos muera.
Igualmente, en Harry Potter y las reliquias se percibe cierta circularidad, la sensación de que los acontecimientos y hechos que se narran ya sucedieron o que, en todo caso, volverán a ocurrir en tiempos muy próximos con nuevos protagonistas. Tal vez porque la lucha entre el bien y el mal nunca culmina del todo. En este sentido, se ilustra con lo siguiente. Como se sabe Harry Potter sobrevive al ataque despiadado lanzado por Lord Voldemort a la casa que él habitaba junto a sus padres en Godrics Hollow. James Potter y Lily Evans4 se enfrentan a Lord Voldemort, se plantan como escudos para salvar a su hijo y lo logran. Entonces, Harry queda al cuidado de su padrino, Sirius Black, quien lo deja bajo la tutela de su tía materna, Petunia Evans. Pues en el último volumen, en el marco de la batalla que se libra entre las paredes de Hogwarts, y cuyos combatientes son las fuerzas del bien y los adeptos de aquel que no debe ser nombrado, mueren Remus Lupin, el hombre lobo, y la bruja Dora Tonks, quienes se habían casado y procreado un hijo: Teddy Tonks. Previamente, en capítulos anteriores, Remus Lupin ha comunicado a Harry que sería un honor para él y su mujer que fuera el padrino de Teddy, con todo lo que una relación de padrinazgo implica.
La circularidad aludida anteriormente se reafirma en la última parte del libro denominada Diecinueve años después. En el marco del mismo, se reúnen nuevamente en el emblemático andén nueve y tres cuartos de la estación Kings Cross Harry, su esposa Ginny, Ron y Hermione, quienes también se han casado y Draco Malfoy. El motivo no puede ser otro sino despedir a sus hijos quienes emprenden camino a la escuela de Hogwarts. De igual modo, llaman la atención los nombres que Harry y Ginny han decidido ponerle a sus hijos: James, como el abuelo, y Albus Severus, en honor a los dos últimos directores de Hogwarts. Y su hija, a quien todavía restan dos años para iniciar las clases, se llama como su abuela paterna: Lily.
Hay otro elemento interesante de analizar, entre otros, y es el caso del personaje de Severus Snape. Interesa su ambigüedad, sus dobleces, sus dos caras. En este sentido, Rowling (2008) entabla una especie de juego lúdico con el lector, quien debe adivinar a quién es leal el nuevo director de Hogwarts: si a Harry o a Lord Voldemort. Pero nada es lo que parece. Las apariencias engañan. Las frases se ajustan, al pelo, a la realidad de Snape. En este contexto, el último libro revela verdades ocultas: Severus estaba enamorado de Lily Evans, la madre de Harry, incluso conocía a la familia de ésta de la que forma parte su hermana Petunia Evans y mata a Dumbledore porque así éste lo quiso y planeó. Asesinado por Nagini, la serpiente de Lord Voldemort, en un acto final de justicia regala a Harry sus pensamientos Y el cielo se aclara y se hace la luz. Y Harry comprende lo que debe y tiene que hacer, aquello escrito en las páginas de su destino.
Otro personaje que se crece en Harry Potter y las reliquias es Neville Longbotttom, el cual ha pasado prácticamente desapercibido en los volúmenes precedentes. Aquí es el encargado de mantener con vida al ejército de Dumbledore y de matar a Nagini, la serpiente de Lord Voldemort, convertida por éste en un maldito horrocrux. Llega, incluso, a opacar en los capítulos finales y cruciales a personajes claves como Ron y Hermione.
Con un rápido y fluido movimiento se libró de la maldición de inmovilidad total que lo aprisionaba, y el llameante sombrero se le cayó de la cabeza. Acto seguido sacó de su interior un objeto de plata con rubíes incrustados en la empuñadura5 y de un solo tajo de espada degolló a la serpiente. La cabeza de Nagini salió despedida hacia arriba, girando sobre sí misma, reluciente a la luz que llegaba del vestíbulo. Voldemort abrió la boca para dar un grito de cólera que nadie pudo oír, y el cuerpo de la serpiente cayó a sus pies con un ruido sordo.
Con este volumen, del cual por cierto serán filmadas dos películas en función de la complejidad y extensión de la trama, culmina, pues, una serie que tuvo la fortuna de convocar nuevos lectores de edades y características diversas, lectores que en las aventuras de un niño mago y sus amigos encontraron el placer de leer por leer en tiempos de globalización y decadencia, de materialismo e individualismo. Un niño mago marcado por la muerte de seres muy queridos: sus padres, su padrino Sirius, Albus Dumbledore, sus amigos Fred Weasley, Remus Lupin, Dora Tonks, Colin Creevey, su lechuza Hedwig. Muerte que no es tal. Muerte que no acaba ni con la amistad ni con la compañía de los amigos verdaderos, tal como lo refiere Rowling (2008) al inicio del último volumen. Una serie que replantea, como ya ha sido afirmado, un tema tan antiguo como el hombre mismo: la lucha del bien contra el mal. Tan remoto que está presente en las Sagradas Escrituras. Tan propio de la esencia de la humanidad que ya se ve en la tentación de Eva por la serpiente y en la muerte que Caín le da a su hermano Abel.
Conclusiones
En resumidas cuentas, resulta innegable que la serie de Harry Potter, acusada por ciertos círculos religiosos de propagar los símbolos del ocultismo (conjunto de doctrinas que incluye la alquimia, la astrología, la magia, la cábala y la adivinación), recoge en muchas de sus páginas aspectos del catolicismo, fe que al parecer profesa su autora. Entre estos elementos se encuentran los abordados en la presente investigación: la familia cristiana tiene sus referentes en la saga en los padres de Harry Potter y en él mismo, la serpiente se reafirma en la misma como símbolo del mal y de lo pecaminoso y el carácter de arquetipo heroico-mesiánico tanto de Jesucristo como de Harry Potter, tratados como verdaderos salvadores de la humanidad. Por supuesto que existen otros que podrían ser tomados en cuenta para próximos trabajos: la lucha entre el bien y el mal, la relación entre dementores, mortífagos y el mismo Lord Voldemort con esa especie de "imagen del mal y de las sombras" que ofrece la Iglesia Católica y la idea de la resurrección.6 No en vano la llamada piedra de la resurrección representa junto a la capa invisible y la varita de saúco las tres reliquias de la muerte. A simple vista, parece haber una contradicción en este punto, pero es que para resucitar primero hay que morir.
Para finalizar el presente trabajo, se podría agregar un dato adicional. Además de reunir características de mesías y héroe, Harry Potter también podría ser considerado como una especie de alquimista. Según Myss (2002), este arquetipo se destaca por transformar alguna clase de materia en una expresión alterada de la misma. En consecuencia, magos, brujos, científicos e inventores entrarían dentro de esta categoría.
Notas
2 Restrepo (2008) refiere en su artículo la opinión del crítico colombiano Jorge Iván Parra, para quien Harry Potter se ha convertido en un mito de la sociedad contemporánea, en la medida en que ha agrupado a toda una generación de lectores. Por lo antes expuesto, este niño mago es reconocido e identificado en el mundo entero, casi como las más conocidas marcas de refresco.
3 La autora Elizagaray (2005) plantea que se debe hacer a un lado la creencia, insensata de acuerdo con su criterio, según la cual la literatura sólo funciona para enseñar e inculcar moralejas. Como se ve, hay consenso con lo señalado por Rowling.
4 Los personajes de Lily Evans y Molly, ésta última matrona del clan Weasley, encajan dentro del arquetipo de la madre, de acuerdo con la clasificación propuesta por Myss (2002). Según esta autora, la madre es la que concede la vida, la fuente de la evolución intelectual y de la alimentación. Además de proporcionar el amor incondicionalmente, se caracteriza por la paciencia, la devoción, el cariño y la generosidad.
5 Se refiere a la espada de Godric Gryffindor, arma encontrada por Harry y Ron en el bosque, la cual debe ser utilizada para la destrucción de los horrocruxes.
Referencias
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2. Elizagaray, A.M. (2005). Se hace camino al leer. Itinerarios de rescate de la lectura, el libro y la literatura infantil y juvenil. Caracas, Vicerrectorado de Investigación y Postgrado-UPEL. [ Links ]
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