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Letras

versión impresa ISSN 0459-1283

Letras vol.54 no.86 Caracas jun. 2012

 

Brandon Toropov, Joe Lee (1998). Shakespeare para principiantes. Buenos Aires: Era Naciente S. R. L., 208 páginas

Alí. E. Rondón

La literatura  es una de esas palabras utilizadas para designar infinidad de mundos. Ese cúmulo de mundos sólo podríamos compararlo con un sistema solar. Si escogiéramos este último simil, veríamos en el centro al sol de la imaginación; muy cerca, girando en órbitas a su alrededor estarían los planetas o géneros—poesía, teatro, novela, cuento, ensayo…—y en cada uno de estos las obras más relevantes, a manera de ciudades. Los habitantes de dichas metrópolis no podrían ser otros que los autores y lectores, pero además habría que consignar la existencia de un tercer espécimen, esa clase de lector experto cuyo trabajo cartográfico produce mapas hechos de letras,  mapas o crónicas llenas de imágenes, ideas, emociones y sensaciones. Es este estudioso el encargado de redactar documentos para que los neófitos se asomen a la obra y puedan ver de cerca los organismos del humus planetario sin perderse el inmenso horizonte del sistema solar. Uno de esos mapas estelares es Shakespeare para principiantes, útil y entretenida antología donde la prosa de Brandon Toropov se combina con los dibujos de Joe Lee para abrirnos las puertas al universo de William Shakespeare.

El autor postula al comienzo del libro que el genio de un escritor como Shakespeare no reside en su historia ni en la de Inglaterra, sino en sus palabras y en especial en sus obras dramáticas: sus relatos, personajes y lenguaje. Por eso Shakespeare para principiantes no abunda en los hechos históricos sino que se ocupa directamente de las piezas. Ofrece descripciones claras y resúmenes de los argumentos. Señala, además, cuales son los temas importantes y las frases claves. Desarrolla las ideas principales y reproduce pasajes significativos (acompañados de notas explicativas) sobre los términos difíciles).

Un elemento adicional característico de Shakespeare para principiantes radica en las ilustraciones de Joe Lee. Nada desacertado,  sino muy ocurrente nos parece que el dibujante haya escogido a Richard Nixon como caricatura idónea de Ricardo III, a Arnold Schwartzenegger para Tito Andrónico, a José Stalin como Macbeth, a Donald Trump como El Mercader de Venecia, a Sofia Loren como Venus, a Tina Turner como la “Dama morena” de los sonetos y a Lucy y Desi Arnaz como protagonistas de La fierecilla domada, entre otras celebridades.

Independientemente de que pensemos que el libro no tiene edad, sino que hay lectores para cada libro, Shakespeare para principiantes puede considerarse destinado a grandes y chicos. Cumple con lo que señalaríamos como aproximación fresca y desenfadada a cuanto animaba al cisne de Avon cuando empuñó la pluma para retratar el esplendor de la época isabelina. Es el complemento ideal a cintas como Ricardo III de Ian McKellen donde las hordas del nazismo invaden al Reino Unido; el Hamlet con Ethan Hawke ambientado al medio corporativo de Wall Street; la deliciosa comedia Sueño de una noche de verano protagonizada por Michelle Pfeiffer, Calista Flockhart y Kevin Kline y dirigidos por Michael Hoffman; la coproducción entre Gran Bretaña y Estados Unidos de Trabajos de amor perdidos con dirección y actuación de Kenneth Branagh junto a Nathan Lane, Alicia Silverstone, Natasha McElhone y Adrian Lester , entre otros. El texto no resulta ladrillo académico de esos que inducen al sueño después de la primera página. Nada de eso. Shakespeare para principiantes apunta a los nuevos lectores, seres a punto de descubrir cuanto de su sangre corre bajo la piel de Otelo, Próspero, Romeo, Julieta y otros…eso sin mencionar que en apenas 200 páginas se está difundiendo la visión especial del mayor dramaturgo británico.

Quisiera agregar que tuve la misma sensación el miércoles 21 de noviembre de 2012 al salir del auditorio "Hermano Lanz" en la Universidad Católica Andrés Bello. Recién concluía mi intervención en el foro Escribiendo en la era digital cuando alumnos de Comunicación Social se me acercaron solicitando mayores referencias sobre Shakespeare enamorado (1998, dir. John Madden), los sonetos y la dramaturgia shakespereana. Aproveché para enfatizarles que mis palabras sólo les habían impresionado gracias al guión de Mark Norman y Tom Stoppard, a las escenas de Gwyneth Paltrow y Joseph Fiennes que me tomé la libertad de analizar tras la proyección y a esa manera tan particular que tiene Shakespeare de enriquecernos fantasía, apetitos y sensibilidad en esta era de internet, telefonía celular, tabletas, TV de alta definición y cinematografía digital. O como diría Elio Palencia: "Lo que cuenta al final es que al escribir encontremos nuestra voz para lograr decirle a los demás eso que tanto queremos, eso que nos describe en cuerpo y alma". A fin de cuentas, principiantes o no todos anhelamos contar la biografía nuestra de cada día, estimado lector.