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Letras

versión impresa ISSN 0459-1283

Letras vol.55 no.89 Caracas dic. 2013

 

La literatura (venezolana): ¿en vías de extinción o de recuperación?

Leonora Simonovis

(University of San Diego)

leosimonovis@gmail.com

I. La crisis

En el año 2012, la universidad estatal de Utah publicó un volumen titulado Presumed Incompetent. The Intersections of Race and Class for Women in Academia (Se presume incompetente. Intersecciones de raza y clase en las mujeres académicas). Este volumen contiene análisis cualitativos e historias personales de más de 40 mujeres que exponen las dificultades de trabajar en la academia en los Estados Unidos, los obstáculos que encuentran y las decisiones que han debido tomar para, bien sea conservar sus trabajos o buscar otras alternativas laborales. De los aspectos más importantes que se destacan, resaltan: 1. La crisis económica que enfrentan la mayoría de las universidades a raíz de la recesión y muy especialmente los departamentos de Humanidades; 2. La desigualdad salarial entre hombres y mujeres; 3. La falta de mecanismos que faciliten la transición para las mujeres luego de bajas de maternidad y por ende, el bajo porcentaje de mujeres que obtienen la permanencia (tenure) en sus universidades; 4. El porcentaje bastante alto de mujeres (y más recientemente de hombres también) que deciden dejar sus carreras académicas y buscar opciones más lucrativas o con parámetros claros en cuanto a las expectativas de su desempeño laboral.

El volumen antes mencionado tuvo tanto éxito, que recibió un sinnúmero de reseñas positivas e incluso se abrió una página en Facebook donde se cuelgan artículos relacionados con los temas tratados por las autoras. De los puntos anteriores, el que quiero tocar en esta primera parte de mi presentación es el primero, por ser el que atañe directamente al tema que exploro: la crisis económica en las universidades y departamentos de Humanidades y por ende, la situación de la literatura (venezolana) dentro de este fenómeno.

En un artículo de junio de 2013 titulado "Humanities Fall from Favor" y publicado en el Wall Street Journal1, Jennifer Levitz y Douglas Belkin aluden al bajo número de estudiantes inscritos en los departamentos de Humanidades de la Universidad de Harvard, así como en otras universidades, debido a que el mercado laboral no ofrece suficientes oportunidades para los graduados y privilegia mayormente las disciplinas científicas y tecnológicas. Esto ha tenido como consecuencia cambios en el curriculum universitario, en el sentido en que los profesores deben entonces preparar a los estudiantes para trabajar, mientras que a estos últimos les toca elegir entre su vocación y su supervivencia. Asimismo, a nivel de posgrado, el número de egresados es inversamente proporcional al número de vacantes existentes cada año. El país se está recuperando de una de las peores caídas económicas en su historia, cuyas consecuencias se han sentido en la academia principalmente en dos instancias: una abundancia de profesores mayores de 60 años que no ha podido jubilarse porque no puede vivir de sus pensiones y el desarrollo abrumador de avances científicos y tecnológicos, así como la importancia capital dada al mundo de los negocios, lo cual convierte a departamentos de literaturas, historia, arte y música, por ejemplo, en espacios obsoletos.

Sin embargo, existen otras posturas que defienden la vigencia e importancia de las Humanidades en el mundo de hoy. David Silvey critica la visión corporativa que ha invadido al mundo universitario, alegando que no se trata solamente de números, puesto que muchas de las estadísticas solamente muestran el número de estudiantes inscritos en una institución específica, pero no estudian el mercado laboral ni tampoco demuestran la influencia de las disciplinas humanísticas en el mercado laboral en general. Al respecto, comenta, "More people are majoring in humanities fields. More books are being published in them. Whatever problems we have, they’re not really about quantity. A fixation on corporatist measures of market share as representing the success of these fields is completely contrary to their aspirations"2, alegando que debe tomarse en cuenta los cambios que se han sucedido en las universidades a partir de la Segunda Guerra Mundial, así como el acceso a la educación de una gran parte de la población para quienes antes no existía esa posibilidad.

Entre estas dos posturas, puede percibirse que, efectivamente, existe una tendencia a nivel nacional en la que las humanidades han quedado relegadas a un segundo plano debido a la prominencia de avances tecnológicos y científicos, por lo que las universidades han debido adaptarse a los cambios para asegurar que sus graduandos sean exitosos en el mercado de trabajo. Esto, sin embargo, es una "narrativa", como afirma Silvey que no tiene nada de nuevo, puesto que las humanidades siempre han albergado disciplinas vocacionales que no generan el mismo tipo de remuneración que las carreras científicas o tecnológicas.

II. Percepciones y estructuras

En una encuesta realizada a estudiantes egresados del Departamento de Lenguas y Literaturas de la Universidad de San Diego para el proceso de acreditación en el 2013, se les pidió que resaltaran los aspectos positivos y negativos durante el tiempo en el que realizaron sus estudios, así como la influencia y practicidad de los conocimientos adquiridos. Un gran porcentaje de los estudiantes (90%) alabó la dinámica de las clases, el profesorado y el ambiente departamental. Sin embargo, un 70% destacó la poca utilidad de las clases tradicionales de literatura, aunque expresaron el valor de desarrollar capacidades críticas y analíticas. La mayoría de ellos optaron por carreras lucrativas: negocios, derecho, odontología, ciencia y tecnología, etc. Por tanto, no conciben qué papel puede tener la literatura en sus vidas, si es que tiene alguno. De más está decir que las lecturas realizadas en las clases contribuyeron, en algunos casos, a fomentar estereotipos negativos de la cultura hispana, lo cual se evidenció en comentarios que se refieren a los viajes de placer, las ayudas proporcionadas a comunidades rurales aisladas y la experiencia de estudiar en el extranjero a través de la universidad, lo cual implica actividades guiadas y contenidas, así como poco contacto verdadero con la cultura y los sujetos que habitan en los diferentes países.

La Universidad de San Diego tiene pocos programas en América Latina y los que existen son de corta duración. El programa de estudios en Guadalajara, México, se canceló debido a la ola de violencia que sacudió al país en los últimos 3-4 años. Así que la mayoría viaja a España para "practicar su español" y así lo prefieren. Es lo que más se asemeja a su mundo, es seguro –relativamente-y les permite viajar al resto de Europa y conocer lugares que forman parte del imaginario cultural e histórico de la humanidad.

En líneas generales, las clases en "español" están divididas en aquellas que estudian la literatura y cultura Peninsular –en general son la minoría-y otras que se dedican a lo latinoamericano. Brasil queda excluido de esta ecuación en muchos casos puesto que, de acuerdo a las demandas del mercado, se necesita una persona que solo se dedique a Brasil, lo cual por un lado es comprensible, pero por otro crea divisiones regionales que diseccionan artificialmente el mundo literario y cultural y que no permiten establecer afinidades y conexiones entre las culturas. Además, no todos los administradores universitarios consideran que es necesario crear una línea de trabajo con el presupuesto que esto conlleva para contratar a un brasileñista, puesto que es difícil predecir si habrá suficientes estudiantes interesados que justifiquen la inversión.

Por otra parte y a nivel de posgrado y doctorado, los temas de tesis definen el futuro laboral de una persona y las expectativas que se tienen sobre su desempeño recaen en la puesta en práctica de diversas perspectivas pedagógicas sobre dichos temas. Hasta el día de hoy, recibo enlaces a Internet con canciones, artículos sobre música y publicaciones relacionadas con este tema, puesto que mi tesis doctoral versó sobre la literatura y la música del Caribe hispánico. No es un tema que trabajo actualmente pero es lo que me ha definido como docente. Y cambiar estas percepciones resulta una tarea titánica. Por otra parte, a los estudiantes que egresan de programas de doctorado se les recomienda "venderse" y para ello hay que seguir las tendencias populares del mercado: trabajar temas "sexy", centrarse en regiones y no países específicos, así como en grupos de autores y no en sujetos individuales, etc. La visión corporativa y lucrativa entonces, es la que predomina a la hora de contratar a un especialista en literatura Peninsular o latinoamericana, así como también la permanencia de esta persona en la institución para la que trabaja.

III. ¿Y la literatura venezolana entonces, dónde queda?

Hace un par de meses, el escritor venezolano Israel Centeno publicó en su blog "Macchiato" una conferencia titulada "Venezuela: Al este de ninguna parte,"3 unos días después de haber moderado un foro con otros tres escritores venezolanos residentes en el exterior: Juan Carlos Chirinos, Liliana Lara y Juan Carlos Méndez Guedes, en el cual se habló sobre la percepción que tienen los autores de sí mismos como escritores venezolanos en la diáspora, así como la poca relevancia que ha tenido la literatura venezolana internacionalmente a lo largo de su historia (con la excepción, claro está, de escritores como De La Parra, Gallegos, Otero Silva o González León, entre otros, quienes aparecen en antologías de literatura latinoamericana y, en algunas universidades, se leen sus novelas).

El título de la conferencia de Centeno resulta iluminador, puesto que señala, en primer lugar, esa necesidad que existe en la academia de establecer categorías totalizadoras: "la literatura latinoamericana" y que resultan, a todas luces, inútiles a la hora de exponer las especificidades y la diversidad de, en este caso, la literatura venezolana. Es decir, "Si alguien me pregunta, estando lejos de mi país, dónde queda Venezuela, lo primero que se me ocurre responder es "Al Este, sólo al Este".

Entonces comienzo a preocuparme. ¿Al Este de qué?" (Centeno). Centeno cuestiona la situación de invisibilidad que la literatura venezolana tiene en el exterior, así como la falta de análisis significativos que no se centren en encasillar las obras dentro de movimientos y tendencias "latinoamericanas". Centeno señala que a pesar de que en Venezuela existen entidades que son reconocidos promotores en el mundo literario, como el Premio Rómulo Gallegos, la Fundación Biblioteca Ayacucho, Monte Ávila Editores –al menos anteriormente-, la falta de conocimiento sobre la literatura venezolana, sigue existiendo y solo algunos autores representativos han trascendido nuestras fronteras y con suerte, han sido traducidos a otros idiomas. Pero siguen siendo pocos y en su mayoría anteriores a la década de los 80. Como apunta de manera aguda el autor, "A veces, cuando me hablan de estos cuatro autores, me he quedado esperando por otros."

Interesantemente, Centeno resume el problema en una frase "fuimos buenos huéspedes y malos viajeros" refiriéndose a la importancia capital que ha tenido la renta petrolera en la definición de la identidad venezolana, así como al patrocinio del Estado y la presencia de Monte Ávila o de otras editoriales nacionales dispuestas a publicar las obras de autores venezolanos. Entonces, ¿Para qué salir si todo está allí? ¿Porqué no dejar que la editorial haga el trabajo de promoción y ver qué pasa? Y lo que ha pasado fue "la sensación de una promoción universal que nunca fue tal". Es decir, se crearon espacios de difusión, discusión y promoción dentro del país, pero no se fomentó el interés por la lectura en la población aunque entiendo que esto ha cambiado y existe en el presente un interés en el venezolano por redescubrirse y reconocerse en su literatura. El hecho de que el Estado siga siendo el mayor patrocinante de libros también influye, especialmente si tomamos en cuenta la polarización que ha existido y cómo ella afecta todos los niveles de la sociedad.

Pero el problema sigue siendo el desconocimiento de la literatura venezolana en el exterior, así como la percepción de la misma como literatura menor frente a la de países como Argentina, México e incluso Cuba.

La perspectiva de Centeno es compartida por otros autores como Carmen Christina Wolf, Ana Teresa Torres y Rafael Cadenas, así como por una diversidad de críticos literarios y académicos. Sin embargo y de acuerdo con observaciones y reflexiones recientes (de los últimos cuatro años), las cosas parecerían estar cambiando. Héctor Torres, Gisela Kozak y Arnoldo Rosas, entre otros, han señalado el creciente interés del venezolano por conocer su literatura y su historia en un intento por comprender los acontecimientos de los últimos quince años. En una entrevista realizada la semana pasada en El Nacional a tres escritores venezolanos residentes en Madrid,4 Juan Carlos Chirinos destacó que "Lo que ha pasado con la literatura venezolana �y está dejando de pasar� es que no había escritores venezolanos exiliados aquí en España. La literatura venezolana se autoabastecía porque teníamos muchas editoriales: Fundarte, Biblioteca Ayacucho, Monte Ávila, Pequeña Venecia. Escritores de gran calidad como Ednodio Quintero y Eduardo Liendo escribían para el país donde estaban. Mientras que escritores como Rodrigo Rey Rosa, Juan Villoro o Carmen Boullosa andaban por el mundo buscando dónde publicar" mientras que Karina Sáinz Borgo opina que el chavismo ha logrado que Venezuela se abra un espacio en el exterior "Siento que la literatura venezolana aún no ha salido a medirse afuera. Nuestra realidad era, antes del chavismo, prácticamente desconocida fuera de nuestras fronteras", pero aún falta camino por recorrer.

Otros autores como Juan Carlos Méndez Guédez, tienen una visión más positiva de la literatura venezolana. En una entrevista con el escritor realizada por Patricia Valladares-Ruiz para la revista Espéculo, Méndez Guédez afirma que "La proyección cada vez es mayor. Ahora lo que hace falta es saber que la literatura no es como los juegos olímpicos. No competimos por ganar medallas de oro por equipos." Con esto se entiende que el proceso de trascender fronteras para la literatura venezolana será lento y dependerá, cada vez más, de una desconexión sistemática entre la producción literaria y el Estado, así como de la búsqueda de otras formas de publicación. El autor subraya que "El verdadero escritor no debe esperar que las políticas culturales lo motiven"5 y esto se traduce en una búsqueda por parte de los autores de medios alternativos de publicación: cuadernos de bitácora (blogs), publicaciones de tipo gratuito en Internet (createspace/Amazon/itunes), el surgimiento de editoriales independientes y alternativas, concursos literarios en plataformas literarias virtuales.

Sin embargo, la academia en los Estados Unidos tiene una visión bastante estereotipada de la literatura venezolana que se encasilla dentro de tendencias como el realismo mágico o la vanguardia y que engloba a un número reducido de autores (mencionados anteriormente). Pocos profesores y universidades enseñan literatura venezolana porque simplemente no es rentable, así que, si acaso incluyen alguna novela o cuentos que resuenen con la temática del curso (la poesía usualmente no

tiene popularidad). En las listas de lecturas para exámenes doctorales solo suelen aparecer Teresa de La Parra y Gallegos y si hay algún profesor/a venezolana en ese departamento en particular quizás se incluyan un par de autores más. Pero en general ningún autor contemporáneo porque como ya afirmé, las obras deben poder categorizarse de acuerdo a movimientos globales.

Con respecto a lo anterior, suscribo una anécdota: hace un par de años me encargaron que hiciera una bibliografía anotada sobre narrativa venezolana para un proyecto de bibliografías en línea que ha ido creciendo y que está destinado a servir de recurso sobretodo a estudiantes de pregrado y posgrado. Incluí una diversidad considerable de autores e intenté alejarme de categorizaciones tajantes. Incluí breves resúmenes y puntos de referencia. Como lectora, me es más fácil interesarme por una obra si sé de qué se trata, las perspectivas críticas vienen luego de las lecturas, pero los editores no pensaban así. Una vez entregado el primer borrador me fue devuelto a los pocos meses con comentarios de lectores. Los comentarios, bastante ofensivos por cierto, insinuaron que debía haberme centrado en Gallegos Otero Silva y Uslar Pietri y que las mujeres que había incluido eran "irrelevantes"para la literatura venezolana (entre estas se encontraban Silda Cordoliani, Ana Rosa Angarita y Mariela Arvelo).

Asismismo, son contadas las conferencias donde se presentan temas no políticos relacionados con Venezuela. Somos pocos los venezolanistas en Estados Unidos que nos concentramos en temas literarios y culturales porque no es rentable. Colocar una línea en el currículo que te señale como experto en literatura venezolana es un grito al vacío mercantil que supone la búsqueda de trabajo porque a fin de cuentas ¿Qué es Venezuela? Petróleo y gente linda, como han dicho muchos.

Ante este panorama concuerdo con Centeno y Méndez Guédez en que hay que establecer una separación con el Estado y buscar otros medios de promoción. También las perspectivas de Chirinos y Sáinz Borgo son iluminadoras, puesto que implican una transición, lenta pero visible, hacia una conceptualización de la literatura venezolana, no como literatura menor y supeditada a lo latinoamericano, sino independiente de ello como lo son Brasil, Argentina, México y Cuba. La literatura venezolana está creciendo y existen iniciativas recientes como la editorial Sudaquia, que han comenzado a publicar autores venezolanos y a distribuir su obra fuera de Venezuela. Por otra parte, el auge de redes sociales y publicaciones en línea, también contribuye a la expansión de la literatura contemporánea.

Termino con una reflexión del recientemente fallecido escritor colombiano Alvaro Mutis acerca de la poesía: "La poesía, ella misma, tiene una carga de verdad, una carga visionaria que le da una vida, una trascendencia, una trayectoria en el destino del hombre" (42)6. Y creo que el término poesía puede sustituirse por "literatura." Una de las asignaturas que recuerdo más de mi carrera de Letras se llamaba Literatura y vida. El título lo dice todo y es esta conexión la que debemos transmitir a nuestros estudiantes para que comiencen a ver (se) a sí mismos de forma distinta. Cuando se critica nuestra profesión se dice que no salvamos vidas, como los médicos y quizás, desde un punto de vista literal, esto sea cierto. Pero metafóricamente hablando, la literatura y la vida no pueden desligarse una de otra.

Notas

1 http://online.wsj.com/news/ articles/SB10001424127887324069104578527642373232184?mod=WSJ_hps_LEFTTopStories&mg=reno64wsj&url=http%3A%2F%2Fonline.wsj.com%2Farticle%      2FSB10001424127887324069104578527642373 232184.html%3Fmod%3DWSJ_hps_LEFTTopStories

2 http://chronicle.com/blognetwork/edgeofthewest/2013/06/10/the-humanities-crisis/

3 Le agradezco al escritor el haberme enviado su texto por correo electrónico.

4 http://www.el-nacional.com/papel_literario/Escritores-venezolanos-Madrid_0_383961677.html

5 http://pendientedemigracion.ucm.es/info/especulo/numero42/jcmendez.html

6 Ruiz Portella, Javier, ed. Caminos y encuentros de Maqroll el Gaviero. Escritos de y sobre Álvaro Mutis. Barcelona, España: Ediciones Áltera, 2001 (Entrevista con Rómulo Ramírez Rodríguez).

Referencias

1. Centeno, Israel. "Venezuela: Al este de ninguna parte." Macchiato. Blog de Israel Centeno. (17 de enero de 2014). http://israelcenteno.blogspot.com/2014/01/venezuela-al-este-de-ninguna-parte.html Consultado el 17/01/14.        [ Links ]

2. Levitz, Jennifer y Douglas Belkin. "Humanities Fall from Favor." Wall Street Journal (6 de junio de 2013). http://online.wsj.com/news/articles/ SB10001424127887324069104578527642373232184?mod=WSJ_hps_LEFTTopStories & mg=reno64wsj & url=http%3A%2F%2Fonline.wsj.com%2Farticle%2FSB10001424127887324069104578527642373232184. Consultado el 30/04/14.        [ Links ]

3. Ruiz Portella, Javier, ed. Caminos y encuentros de Maqroll el Gaviero. Escritos de y Sobre Álvaro Mutis. Barcelona, España: Ediciones Áltera, 2001 (Entrevista con Rómulo Ramírez Rodríguez).        [ Links ]

4. Silvey, David. "A Crisis in the Humanities?" The Chronicle of Higher Education (10 de junio de 2013). http://chronicle.com/blognetwork/edgeofthewest/2013/06/10/the-humanities-crisis/. Consultado el 30/04/14.        [ Links ]

5. Valladares-Ruiz, Patricia. "Es una historia que necesitaba contar. Entrevista a Juan Carlos Méndez Guédez." Espéculo No. 42. https://pendientedemigracion.ucm.es/info/especulo/numero42/jcmendez.html. Consultado el 22/02/14.        [ Links ]

6. Van Der Dys, Annie. Escritores Venezolanos en Madrid. Papel Literario de El Nacional(3 de abril de 2014). http://www.el-nacional.com/papel_literario/Escritores-venezolanos-Madrid_0_383961677.html. Consultado el 30/04/2014.        [ Links ]

7. V.V.A.A. Presumed Incompetent. The Intersections of Race and Class for Women in Academia. Utah: Utah State University Press, 2012.        [ Links ]