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Letras

versión impresa ISSN 0459-1283

Letras vol.57 no.92 Caracas jun. 2015

 

Publicar en español: ¿Provincialismo o estrategia?

Reingeniería lingüística de la academia

Horacio Biord Castillo

Licenciado en Letras (UCAB, 1984). Magíster en Historia de las Américas (UCAB, 1995). Doctor en Historia (UCAB, 2002). Investigador Asociado Titular, jefe del laboratorio de Etnohistoria y Oralidad y del centro de Antropología del Instituto Venezolano de Investigaciones Científicas. Profesor Asociado de pre y postgrado de la Universidad Católica Andrés Bello. Presidente de la Academia Venezolana de la Lengua y de la Academia de la Historia del Estado Miranda. Instituto Venezolano de Investigaciones Científicas Universidad Católica Andrés Bello Venezuela. hbiord@gmail.com

RESUMEN

Los índices o factores de impacto de las publicaciones consideran la calidad de las revistas científicas, su carácter "internacional", su periodicidad, el arbitraje y número de citas. Esos factores se ajustan a revistas fundamentalmente en inglés y de países industrializados. Evidencian la relación entre lengua y poder y aspectos como colonialidad del saber, vergüenza lingüística y autocolonialismo. Este trabajo resalta, para las ciencias humanas en Hispanoamérica, la conveniencia de publicar en español. Se explora si ello constituye un provincialismo o una estrategia geopolítica. Como tal contribuiría a la superación de inequidades y exclusiones sociales y a la valoración de la diversidad.

Palabras clave: América Latina, español, Hispanoamérica, Iberoamérica, multipolaridad, publicaciones académicas, sociolingüística, sociología de la ciencia

Publishing in spanish: Provincialism or strategy?

Linguistic reengineering of the academy

ABSTRACT

Publication indexes, or factors of impact, consider the quality of scientific journals, their international character, periodicity, refereeing and number of citation. These factors apply mainly to journals written in English and of industrialized countries. They evidence the relationship between language and power as well as aspects such as knowledge colonialism, linguistic shame and self colonialism. This paper foregrounds, for human sciences in Hispanic America, the convenience of publishing in Spanish. Whether that constitutes provincialism or a geopolitical strategy is explored. Therefore, it would contribute to the overcoming of inequalities and social exclusion, as well as to the appraisal of diversity.

Key words: Latin America, spanish, Hispanic America, Ibero-america, multi-polarity, academic journals, sociolinguistics, science sociology.

Publier en espagnol: Provincialisme ou strategie?

Reingenierie linguistique de l’academie

RÉSUMÉ

Les indicateurs ou les facteurs d’impact des publications tiennent compte la qualité des revues scientifiques, leur portée « internationale », leur périodicité, l’arbitrage et les numéros de cites. Ces facteurs s’adaptent notamment à des revues en anglais et à des pays industrialisés. Ils illustrent la relation entre langue et pouvoir et des aspects tels que colonialité du savoir, honte linguistique et auto colonialisme. Ce travail fait ressortir pour les sciences humaines en Hispano Amérique, l’avantage de publier en espagnol. On analyse s’il s’agit d’un provincialisme ou d’une stratégie géopolitique. De cette façon, on contribuerait à la résolution des inégalités et des exclusions sociales et à la reconnaissance de la diversité.

Mots cles : Latino Amérique, espagnol, Hispano Amérique, Latino-américain, multipolarité, publications académiques, sociolinguistique, sociologie de la science.

Pubblicare in lingua spagnola: Provincialismo o strategia?

Reengineering linguistica dell'accademia

RIASSUNTO

Gli indici o fattori di impatto delle pubblicazioni considerano la qualità delle riviste scientifiche, il loro carattere "internazionale", la loro periodicità, il loro arbitraggio e il loro numero di citazioni. Questi fattori sono conformi alle riviste edite, principalmente, in lingua inglese e in quelle dei paesi industrializzati. Mostrano anche la relazione tra linguaggio e potere, così come gli aspetti quali il colonialismo della conoscenza, la vergogna linguistica e l’auto colonialismo. Quest’articolo evidenza la convenienza di usare la lingua spagnola, per i testi di scienze umane, in America Latina. Si esplora anche se ciò costituisca un provincialismo o una strategia geopolitica. Speriamo che i suoi esiti possano contribuire a superare le disuguaglianze, l'esclusione sociale e la valorizzazione della diversità.

Parole chiavi: Spagnolo. America Latina. Politica multipolare. Pubblicazioni accademiche. Sociolinguistica. Sociologia della scienza.

Publicar em espanhol: Provincianismo ou estratégia? 

Reengenharia linguística da academia

RESUMO

Os índices ou fatores de impacto das publicações consideram a qualidade das revistas científicas, seu caráter internacional, sua periodicidade, sua arbitragem e números de encontros. Esses fatores ajustam-se a revistas fundamentalmente em inglês e de países industrializados. Evidenciam a relação entre língua e poder e aspetos como a colonialidade do saber, vergonha linguística e autocolonialismo. Este trabalho destaca, para as ciências humanas em Hispano américa, a conveniência de publicar em espanhol. Explora-se se isso constitui um provincianismo ou uma estratégia geopolítica. Como tal contribuiria à superação de iniquidades e exclusões sociais e à valoração da diversidade.

Palavras-chave: América Latina, espanhol, Hispano américa, Ibero américa, multipolaridade, publicações acadêmicas, sociolinguística, sociologia da ciência.

Recepción: 30/04/2015 Evaluación: 08/05/2015 Recepción de la versión definitiva: 11/04/2016

Introducción1

El tema de este trabajo constituye para mí una inquietud académica como investigador en ciencias humanas y como escritor; valga decir, como un investigador latinoamericano, de lengua española, residenciado en su país de origen y como un escritor que utiliza el idioma español para sus afanes creativos, además de la comunicación coloquial.2  Aunque me refiero fundamentalmente al mundo académico desde la óptica de las ciencias sociales y las humanidades, que prefiero englobar en la categoría de "ciencias humanas", tal vez estas reflexiones tengan aplicabilidad o pertinencia en otros ámbitos del saber humano.

Estas declaraciones contextualizan la enunciación del discurso. También pretenden señalar, pero no como un viejo ejercicio retórico encaminado a alabar mediante la disculpa, la cualidad y la finalidad de la reflexión. En cuanto a lo primero, tiene un carácter ensayístico. Busca expresar, a partir de la praxis investigativa y mediante la reflexión sobre sus implicaciones, algunas cuestiones de carácter político, ético e, incluso, epistemológico, relativas al quehacer académico en y desde América Latina. He ahí la finalidad.

Nuestra América se constituye, pues, en el objeto y destino de una actividad que pretende ser "universal", pero que requiere estar enraizada para evitar alienarse y, por esa vía, desembocar en una falsa universalidad. En otras palabras, lo universal no se logra desechando sin más lo "provincial" o "local", sino manejando adecuada y conscientemente estos aspectos para trascender de manera efectiva a un plano de mayor generalización y abstracción. Visto así, es posible advertir que diversos aspectos enlazan lo ético y lo epistemológico con una geopolítica del conocimiento.

En América Latina, una macrorregión3 con grandes problemas socioeconómicos, los resultados de las ciencias humanas podrían contribuir a la toma de decisiones y a la planificación de políticas públicas destinadas a superar situaciones de profundas y contrastantes inequidades. Esto compromete, pues, a los investigadores y forma parte de la dimensión ética referida. Igualmente es necesario considerar la combinación y comparación de los conocimientos académicos con otros saberes y haceres "populares"4, a menudo desdeñados por la academia. Para lograr una síntesis, esos saberes y haceres deberían integrarse al proceso mismo de generación de conocimientos "académicos" o "científicos".

De igual manera se requiere su valoración social, asumiendo para ello una perspectiva intercultural.5

De tal posibilidad y del hecho de que las realidades históricas influyen en la formulación de las preguntas e incluso en las respuestas que proporcionan las ciencias humanas, se derivan implicaciones epistemológicas sobre la percepción de lo "local" y su compleja relación con lo "universal".6 Finalmente, el contexto internacional y la situación concreta de los bloques regionales que lo conforman enmarcan la relación entre geopolítica, política y conocimiento como una forma de afrontar retos comunes. Al hablar de estas múltiples y nada simples relaciones, deben desecharse las visiones reduccionistas e ideologizadas en extremo. No se trata de producir un mero discurso, sino de alcanzar conocimientos que generen soluciones de manera paulatina.7

Abordadas algunas posibles relaciones entre ética, epistemología y geopolítica del conocimiento, falta por explorar un importante componente que es el lingüístico, en su más amplia acepción. Una visión político-sociolingüística del quehacer académico y, más particularmente de las publicaciones, permitirá completar las coordenadas de este abordaje que intento para contestar la pregunta formulada en el título: "publicar en español: ¿provincialismo o estrategia geopolítica?".

En la actualidad, el idioma español tiene en el mundo una importancia cada vez mayor, tanto cuantitativa como cualitativa y estratégica. De allí la pertinencia de correlacionar el uso académico del español y su importancia geopolítica y geoestratégica para contribuir a dos propósitos complementarios: (i) la construcción de un mundo multipolar; y, como parte de ello, (ii) la consolidación de un polo "transiberoamericano" y "pluriiberoamericano" como fin en sí mismo y como condición sine qua non para el logro del primer propósito.8 El "transiberoamericanismo" debe entenderse como un proyecto geopolítico y geoestratégico que implica no solo a Hispanoamérica y Lusoamérica, sino también a aquellas sociedades, culturas e idiomas que, si bien en algún momento, fueron colonizadas por España y Portugal como metrópolis imperialistas, hoy en día han establecido múltiples vínculos con las sociedades envolventes en los respectivos países. El respeto a esta diversidad intrínseca de esos países constituye el ideal "pluriiberoamericano".

Planteamiento

El mundo contemporáneo se ha ido haciendo cada vez más complejo. Un rasgo de la Globalización, como fenómeno de generalización de relaciones de diverso tipo, tiene que ver, precisamente, con la complejidad en las relaciones sociales. Aunque Globalización no es, ni con mucho, igual a Universalización,9 el llamado mundo global impulsa procesos migratorios que, entre otras consecuencias, han generado el traslado de identidades y culturas de sus locus de origen y de sus territorios tradicionales a nuevos escenarios. Mediante ello se ha posibilitado el surgimiento de nuevos contextos multiculturales, pluriétnicos y multilingüísticos que contradicen, en parte, la homogeneización que comúnmente se asocia a la Globalización.

En esos contextos multiculturales y pluriétnicos lo lingüístico cobra una importancia especial en tanto que expresión de diversidad, así como código de transmisión de contenidos y cohesionador de colectivos e identidades. Precisamente, multiculturalismo, plurietnicidad y multilingüismo son ideas asociadas a multipolaridad. En todo caso, es importante resaltar que una lengua en sí misma no puede considerarse imperialista, pero los usos lingüísticos están determinados por prácticas sociales y presupuestos políticos. De allí que el uso de una lengua no sea en sí mismo políticamente neutral, aunque sus estructuras per se no estén teñidas de intencionalidades políticas, no obstante la muy debatida relación entre lenguaje y cultura. La selección de un determinado código, interpretado socialmente como idioma, genera efectos que permiten advertir una intencionalidad. Mediante una aproximación político-sociolingüística en este trabajo trato de argumentar a favor del uso del español en las publicaciones académicas frente al uso preferencial del inglés.10

En muchos ambientes académicos se han privilegiado las contribuciones en inglés como evidencias casi suficientes en sí mismas de varios atributos de las publicaciones académicas que revisaremos por separado (calidad, amplia circulación, competencia intelectual, internacionalización, impacto e incluso rasgos de economía lingüística y precisión conceptual).

Calidad

Los aspectos cualitativos de una publicación no están relacionados con el idioma en el que se escriba la contribución. Dejando a un lado las características personales de los investigadores, dichos aspectos dependen, más bien, de la sumatoria de varios factores socioeconómicos, entre ellos: formación del personal involucrado en su producción, recursos

disponibles para efectuar las investigaciones cuyos resultados se divulgan en la publicación, salarios y facilidades competitivas, condiciones mínimas de infraestructura para facilitar la producción de conocimientos. En la parte estrictamente editorial sobresalen otros como recursos para garantizar la periodicidad de la publicación, la adecuada revisión o arbitraje de las publicaciones, la revisión o postproducción editorial. Todos estos factores, tanto los laborales y logísticos -ampliamente considerados- como los estrictamente editoriales, están supeditados a una oportuna disponibilidad de recursos. Aunque también es importante la ocurrencia de una fuerte tradición académica que sirva de marco a estas actividades, la disponibilidad de recursos requiere de condiciones económicas estables que solo pueden darse en países con suficientes ingresos, institucionalidad política y académica consolidadas, valoración y voluntad política para apoyar la investigación, lo cual también se traduce en políticas públicas coherentes para facilitar la realización de investigaciones, financiamiento, apoyo y aprecio social para la actividad misma y sus practicantes.11 En todo caso, parecería que se trata de un asunto que involucra profundamente variables políticas y económicas.

Amplia circulación

La circulación amplia de publicaciones depende de factores como existencia de redes de distribución, bibliotecas especializadas, suscripciones oportunas (y suficientes) a las publicaciones además de condiciones sociales para la recepción de las nuevas contribuciones. Entiéndase, entre otros aspectos, tiempo para leer y evaluar. Quisiera destacar la gran limitación que constituye para las bibliotecas e instituciones académicas de países con escasos recursos la suscripción a publicaciones periódicas o la adquisición de nuevos libros, además de las derivadas de su almacenamiento y adecuado resguardo (que, obviamente, escapan de los fines de este trabajo). Sin embargo, casi parecería que estamos refiriéndonos a tiempos predigitales. En la actualidad, debido a la red y a la amplia circulación de revistas digitales, muchas de ellas colgadas gratuitamente en páginas o sitios académicos, disminuye en gran parte las dificultades derivadas de la circulación restrictiva de las publicaciones académicas, que nuevamente apuntaba sus beneficios a universidades, bibliotecas e instituciones académicas de países ricos. Cabría preguntarse, en todo caso, si no existe una lógica, consciente o no, de reforzamiento de las actividades académicas en círculos excluyentes u orientados a conservar el control de las actividades relacionadas con la producción y circulación de conocimientos académicos.

Competencia intelectual

La sana competencia intelectual, que nada tiene que ver con la acumulación ni los intereses económicos,12 constituye un estímulo para el debate y el crecimiento intelectual, para el perfeccionamiento y la optimización del trabajo investigativo. La excelencia académica está basada en una sana y leal competencia intelectual. Enmarcando este tema dentro de una perspectiva político-sociolingüística, lo primero que destaca es la presunción de que cuanto más amplio sea el espectro de lectores y de colegas o pares (lo cual, presuntamente, solo se lograría en un ambiente anglófono, fuese este de primera o segunda lengua) mayor sería la competencia y, por consiguiente, la calidad académica. Sin embargo, esta posición en realidad encubre dos paradojas que podrían constituir, a su vez, dos falacias: una de orden lingüístico y otra de tipo funcional. La primera hace referencia al hecho de que el uso de una segunda lengua como vehículo o código de comunicación privilegiado, en especial en la escritura, genera desventajas para quienes tienen esa lengua como segunda. Es decir, un hablante nativo siempre tendrá una competencia comunicativa mayor que un hablante no nativo. Los efectos de esta desventaja pudieran verse aminorados por el hecho de que la variedad de un idioma con fines específicos (en este caso, académico) es más restringida que el manejo de diversas variedades, que es lo esperado de un hablante nativo para que sepa responder a las diversas exigencias de adecuación de los registros y el desempeño sociolingüístico en los actos de habla. Todo esto lo engloba la competencia pragmática, más amplia que la competencia lingüística.

Por otro lado, el aspecto funcional o logístico hace referencia al contexto social idóneo para que pueda ocurrir una adecuada competencia intelectual. Se trata de factores o condiciones sociales que facilitan la dedicación a la actividad intelectual y, por ende, inciden de manera directa sobre la producción de nuevos conocimientos. No es solo un problema de salarios o retribuciones y recompensas de tipo material, sino condiciones generales que podrían describirse genéricamente como calidad de vida más facilidades académicas per se (instrumental, bibliotecas, etc.).

La competencia intelectual no depende, entonces, solo de aspectos lingüísticos (como el idioma empleado para la transmisión o divulgación de los conocimientos derivados de la actividad académica). Involucra un entorno académico y social que lo facilita, sin excluir razones de tipo ideológico y axiológico.13

Internacionalización

Otra aspiración de casi todo investigador es lograr un reconocimiento internacional como experto en la respectiva área de especialización. Tal reconocimiento, más allá del prestigio, busca contribuir al desarrollo de la disciplina así como también atraer hacia el trabajo desarrollado el interés de posibles financiadores para continuar, ampliar u optimizar una línea de investigación y, sobre todo, de eventuales usuarios (sean estos, otros investigadores, centros o redes de investigación, compañías que pudieran estar interesadas en adquirir derechos, patentar o desarrollar tecnologías, o hacer publicaciones de circulación masivas). Esta aspiración generalmente se basa en dos aspectos: (i) la publicación en revistas especializadas y en el idioma asumido como "internacional", es decir, el inglés, y (ii) la activa participación en redes de investigación formales o informales.14

Ahora bien, al realizarse dichas comunicaciones de manera preferencial en inglés probablemente se logre una supuesta "internacionalización", más no una verdadera universalización. El uso del inglés podría suponer una mediatización del acceso del conocimiento a grandes sectores de la humanidad que están o han estado fuera del área de influencia de los dominios imperiales de países anglófonos. Estas consideraciones merecen mayor reflexión sobre lo que pudiéramos llamar el inglés anti-imperial y no imperial, y sobre ellas volveremos más adelante.

Otras dos premisas de gran fuerza subyacen la idea de la internacionalización. Una es la idea de la condición universal del conocimiento, es decir, susceptible de derivar características de general aplicación. Otra, muy relacionada con la anterior, es la objetividad. Se asume que la objetividad contribuye a la universalidad en la medida en que, al despojarse de toda subjetividad, el sujeto cognoscente puede aproximarse de una manera menos prejuiciada o sesgada al objeto que debe describir y comprender. De allí la importancia de centrar la mirada en el objeto y no en el sujeto cognoscente. Sin embargo, gracias en parte a la antropología y a la psicología, esta asunción se ha relativizado, pues la objetividad absoluta es imposible. Elementos tan básicos como las estructuras sociales de una determinada cultura e incluso los paradigmas de la primera lengua sesgan la percepción e, incluso, la comprensión de la realidad. Esto remite, nuevamente, a la compleja relación, dialéctica, si se quiere, entre lo local y lo universal, lo subjetivo y lo objetivo.

El impacto

Un elemento muy apreciado en la evaluación de las publicaciones académicas es su impacto. Existen diversas maneras de calcularlo. Entre estas, destacan la publicación en revistas arbitradas e indexadas y el número de citas, generalmente en otras publicaciones también indexadas. Parecería una manera hasta cierto punto lógica de ponderar e incluso medir la calidad de las publicaciones y, por ende, la carrera de un científico. Sus pares pueden usar los datos derivados de este tipo de ponderación para evaluar la trayectoria de un investigador, para financiar líneas y proyectos de investigación, establecer o ponderar el rango de instituciones, entre otras finalidades relevantes para la planificación académica y científica.

Ahora bien, nos topamos nuevamente con una realidad que remite a un diferencial no solo en la indexación de revistas, expresado en que muchas publicaciones periódicas de calidad en América Latina, por ejemplo, no logran ser indexadas por diversos motivos (entre ellos, pago de las cuotas para la indexación e irregularidad en la periodicidad de las revistas o falta de otras condiciones para su clasificación), sino también en las dificultades para publicar en ese tipo de revistas desde países pobres o "periféricos".15 Esto no solo deja de lado revistas publicadas en español (íntegra o principalmente), sino que pudiera también desestimular a investigadores de países de lengua española a publicar artículos en español o en revistas producidas en el ámbito iberoamericano, entre otras razones para no quedar fuera de las mediciones de los factores de impacto.

Economía lingüística y precisión conceptual

Algunas personas, en pleno siglo XXI, piensan que el inglés es un idioma ideal para divulgar los resultados de sus contribuciones en virtud de una supuesta economía lingüística. Según tal óptica, con ello supuestamente se podría expresar contenidos en menos caracteres y palabras y con conceptos más precisos. Declaraciones de esta especie encierran resabios y prejuicios culturales y lingüísticos. Recuerdan los referidos, en el pasado, al uso del latín y del francés, por ejemplo, como idiomas más apropiados para las comunicaciones en diversos académicos.16 En todo caso, las posibilidades expresivas de un idioma aumentan, precisamente, con su uso continuado y sistemático para transmitir determinados contenidos, a la vez que se reducen paulatinamente en la misma medida en que decrecen sus espacios sociales de uso y su empleo se circunscribe de manera

progresiva a contenidos muy limitados (lo doméstico, lo agrario, lo lúdico, por solo mencionar algunos). En la medida en que una lengua se emplee –o incluso sea forzada sin desnaturalizarla- para transmitir determinados contenidos, aumenta su capacidad expresiva.17 Ahora bien, en este caso estamos hablando no de una lengua con escaso número de hablantes y fuera de matrices culturales occidentales, o sin tradición escrita,18 sino del español que es una de las lenguas más habladas en el mundo en la actualidad y cuyo uso social se ha ido incrementando cada vez más en diversos contextos.

Usos anti-imperial y no imperial del inglés

Finalmente nos referimos a dos usos similares del inglés. Uno es el anti-imperial, sea como la lengua de amplios sectores o individuos críticos de las políticas de sus propios países de origen y opuestos a la dominación de grandes centros de poder en el mundo actual; o de intelectuales y grupos provenientes de países pobres (o del tercer mundo), conquistados, colonizados y sometidos en el pasado a la dominación política, cultural y lingüística de potencias anglófonas.

Un uso del inglés distinto, pero complementario del anterior, es el no imperial. Se aplica a comunidades lingüísticas que cuantitativamente no constituyen un alto número hablantes en el contexto internacional, pero que representan no solo un gran patrimonio lingüístico y literario en sí mismo, avalado por una gran tradición cultural e intelectual. Muchas veces, los académicos hablantes nativos de esos idiomas prefieren el uso del inglés para facilitar la comunicación más allá de las fronteras de sus países y de las comunidades lingüísticas a las que pertenecen.19

Discusión

La aparente posición desventajosa del español frente al inglés en la producción académica y en la subsecuente publicación de resultados obedece a lo que pudiéramos denominar condiciones internacionales de producción académica. Entre estas condiciones destacan no solo mayores facilidades de investigación en los países ricos20 frente a los países pobres,21 sino también el uso preferencial de revistas consideradas "internacionales" y que publican artículos solo y preferentemente en inglés.

Es probable que la constitución de equipos y redes de investigación entre colegas de diversos países también se derive de relaciones académicas, entre colegas de varios países, que reproducen la dialéctica del "centro" y la "periferia". Investigadores de países periféricos que estudiaron, hicieron pasantías o contactos con colegas de países "centrales" se insertan en líneas y proyectos de investigación financiados por organismos "internacionales" y no se cuestionan la razón político-lingüística implicada en escoger un idioma para divulgar (al menos preferencialmente) sus hallazgos y reflexiones.

El uso preferencial, cuando no casi exclusivo, del idioma inglés para las publicaciones académicas refuerza las corrientes homogeneizadoras de la Globalización y puede interpretarse como la contraparte lingüística de la dominación y la imposición de un paradigma político-económico, aunque con los matices que puedan derivarse de las consideraciones ya planteadas acerca de los usos anti-imperiales y no imperiales del inglés. Es decir, abogar por un mundo multipolar implica promover el multiculturalismo, la plurietnicidad y el multilingüismo. De allí que asumir el inglés como la lengua cuasi oficial de las publicaciones académicas y sobrevalorar aquellas realizadas en dicho idioma, dentro de los baremos y sistemas de rango de las instituciones académicas, puede constituir una práctica perversa que genera o fortalece, según el caso, sentimientos de alienación y vergüenza lingüística (asociada a otras expresiones, como la étnica y cultural).

Visto con trazos muy gruesos, esto podría parecer caricaturesco e incluso un discurso desfasado, anacrónico y típico de la Guerra Fría; pero, haciendo una reflexión más profunda, podemos advertir efectos colonialistas al propiciar sutiles formas de subordinación o bien a la academia norteamericana o a sectores académicos "centrales" excesivamente vinculados y dependientes de aquella. Por un lado pueden ocurrir casos de limitaciones o preferencias teóricas y temáticas, o intereses aplicados e industriales, estrechamente relacionados con determinadas situaciones y ambientes académicos. Pero el punto al que deseo llegar en esta reflexión es la posible orientación exógena que podría tener la persistente actitud de publicar solo o preferencialmente en inglés.

Descartar o minusvalorar el uso académico del español podría tener varias consecuencias de distintos órdenes:

a) retardar la consolidación de centros de excelencia y redes de investigación en países hispanohablantes;

b) estimular la subordinación a comunidades académicas países de ricos;

c) ralentizar la actualización terminológica del idioma español; y

d) propiciar actitudes de vergüenza y colonialismo y autocolonialismo lingüístico (que pudieran, incluso, ser expresiones ocultas de sentimientos de exclusión, racismo y endorracismo).

Todo ello, en pocas palabras, atenta contra la constitución de grandes bloques regionales o macrorregionales que pudieran convertirse, a mediano y largo plazo, en polos de influencia, reforzando tradiciones propias y expresando en sí mismos la diversidad humana en todas sus expresiones (incluida la lingüística y la epistemológica).

El uso del español en contextos académicos, y en especial relacionado esto con la posición de Hispanoamérica, como parte de América Latina, debe considerar tres niveles distintos pero complementarios:

1.- Lo macrorregional, que se refiere al sector hispanoamericano dentro del gran bloque latinoamericano.

2.- La creciente migración hispanoamericana hacia países ricos, principalmente de Norteamérica y Europa.

3.- El ámbito mayor iberoamericano o transiberoamericano

El primer nivel refiere a la constitución de un gran bloque latinoamericano con un importante peso geopolítico en el mundo globalizado. Lo segundo alude no solo a la mera migración individual o familiar hacia países con mayores niveles socioeconómicos y mejores posibilidades, con efectos indeseables como el desarraigo, sino también al gran problema que pudiera significar la fuga de cerebros o la inversión en educación, ciencia y tecnología luego desaprovechada por los países de la región. También plantea, a mi manera de ver, lo que hasta hace poco se podía considerar como una posibilidad muy remota cuando no utópica: la "latinoamericanización" de Norteamérica y Europa. Recordemos que los Estados Unidos de América es el segundo país con mayor número de hispanohablantes en la actualidad y, a mediano plazo, pudiera convertirse en el primero. Ello representaría una situación paradójica, pero potencialmente transformadora sobre el estatus de una lengua hablada por, al menos, un tercio de la población en un país con otra lengua como idioma oficial. Esto traería, además, otras consecuencias sociales como la situación jurídica de los hablantes de español en tanto "minoría" étnica, cultural y lingüística. Finalmente, tanto el hecho de que el español se hable fuera de América Latina como las estrechas relaciones culturales, sociohistóricas y lingüísticas entre hablantes de español y portugués sitúan el problema en un nivel de mayor abstracción que he denominado el transiberoamericanismo.22

Visto de esta manera, el uso académico del español (y del portugués, desde la perspectiva transiberoamericana) lejos de ser una actitud provincial, o de responder a localismos o parroquialismos exacerbados, podría constituir una estrategia geopolítica para asegurar no solo un mundo multipolar sino también para ampliar, consolidar, diversificar y optimizar el bloque latinoamericano en una perspectiva o, incluso una vocación, transiberoamericana.

Reflexiones finales

El tema del uso del español en publicaciones académicas pudiera ser malinterpretado y afectado por tres elementos externos al planteamiento que intenta este trabajo. Veámoslos antes de esbozar la propuesta final.

1.- Enmarcarse en un debate demasiado simplista e ingenuo cuyos polos serían la politización excesiva del asunto23 y una actitud absolutamente ingenua y hasta romántica. El uso académico del español no garantiza nada, o muy poco, si no hay por detrás una elevada intención de concretar proyectos a la vez académicos y geopolíticos.

2.- Enlazándonos con lo anterior, el debate apenas empieza con la propuesta del uso preferencial del español para las producciones académicas del ámbito hispanohablante. Este no es un fin en sí mismo, sino que va acompañado de una intencionalidad ya señalada y de la meta insustituible de mejorar de manera creciente la calidad de los trabajos, las publicaciones periódicas y las editoriales, sin caer en actitudes de exclusión ni de represión.

3.- El tercer asunto involucrado, consiste en evitar lo que se denuncia para el español, es decir otro imperialismo lingüístico frente a los distintos idiomas que coexisten, principalmente en España y en América, con el español: el catalá, el galego, el euskera y los otros idiomas ibéricos; y las lenguas indígenas en Hispanoamérica. El español ha de servir, más bien, como código lingüístico para impulsar la diversidad de sus idiomas coterritoriales y sus hablantes y culturas, en especial de aquellos que han sufrido secularmente su posición dominante, excluyente y colonial (hasta neocolonial), como, por ejemplo, los idiomas amerindios. Esta visión no imperialista del español coincide con el planteamiento del pluriiberoamericanismo.

La propuesta final retoma los elementos señalados en el título. Espero haber dejado en claro que el uso del español en las publicaciones académicas del mundo hispanohablante no es un provincialismo opuesto a la universalidad y la internacionalización. Se trata, más bien, de una estrategia sociolingüística de primer orden para apoyar un proyecto geopolítico mayor, con grandes implicaciones políticas, económicas, socioculturales y lingüísticas. Para ello se requiere, entonces, una reingeniería lingüística de la academia y de lo académico que propenda no solo al incremento de la práctica de publicar en español, sino, sobre todo, a optimizar los marcos de la actividad académica y su calidad y excelencia, de acuerdo a estándares internacionales libremente establecidos y asumidos por países, instituciones y académicos, sin desmedro de la inclusión social y los aspectos éticos involucrados en el quehacer académico.

Notas:

1 Una versión preliminar de este trabajo fue presentada como conferencia inaugural en las X Jornadas de Investigación y Postgrado y II Encuentro Internacional de Investigadores, organizadas por la Coordinación de Investigación y Postgrado del Núcleo Punto Fijo de la Universidad del Zulia (Punto Fijo, estado Falcón), el 05 de noviembre de 2014. Agradezco especialmente al prof. Santander Cabrera, coordinador del evento, sus comentarios y acotaciones. Igualmente a la dra. María Isabel Ramírez de la Universidad Pedagógica Experimental Libertador, Instituto Pedagógico de Maracay "Rafael Alberto Escobar Lara" (Maracay, estado Aragua) por sus observaciones.

2 Algunas de estas ideas ya las he desarrollado en otras Publicaciones (Biord Castillo 2013 b, 2014).

3 O bloque regional o subcontinente, términos con los cuales también ha sido catalogada.

4 También llamados "folclóricos", "étnicos" o "émicos", es decir, provenientes de la visión interna de una cultura.

5 Ver mis propias reflexiones al respecto en Biord Castillo (2010, 2013 a).

6 Por ejemplo, la idea de una "filosofía" latinoamericana ha sido propuesta por muchos autores desde el siglo XIX (Cerotti Gulberg 2006), aunque otros lo niegan postulando que solo ha habido la formulación de una "conciencia histórica" macrorregional (Rosales 2014).

7 Habida cuenta de las diferencias entre los diversos tipos de investigación: básica, encaminada a generar nuevos conocimientos; aplicada para solucionar problemas concretos; y orientada como una forma intermedia entre ambas.

8 Para explicar estos dos últimos conceptos es necesario señalar, de manera sucinta, que todo lo que se diga aquí del español vale en gran parte para el portugués. Se trata de idiomas coterritoriales, en Europa y América. Poseen matrices culturales y sustratos lingüísticos comunes y muy cercanos. Estos explican lo que pudiera llamarse su, si no mutua inteligibilidad acaso, sí su estrechísimo parentesco lingüístico, histórico y sociocultural.

9 La Universalización puede entenderse como un fenómeno parecido a la Globalización, pero distinto, en el que realmente debería ocurrir, como efecto de la Particularización o emergencia de local y regional, una valoración de las identidades y culturas en un contexto de menores inequidades –asumiendo como utópica su inexistencia total- y de una multipolaridad geopolítica que reduzca, al menos, la imposición de un solo modelo hegemónico subordinado a determinados intereses tecnoeconómicos o ideológicos.

10 Ver la consideración de Altbach (2007) al respecto.

11 Nótese que no he aludido a países ricos, para contraponerlos en este sentido a países pobres. Varias razones me asisten. Una de ellas es cómo mensurar la riqueza y la pobreza de un país, además de la coexistencia de aspectos cualitativos (como tradiciones académicas, voluntad de apoyar y visibilizar la investigación y a los investigadores), difícilmente susceptibles de ser reducidos a indicadores numéricos.

12 Al hablar de competencia, parecería que se aborda uno de los grandes temas del debate más ramplón entre visiones muy reduccionistas del capitalismo y el socialismo.

13 Como la valoración y respeto hacia la profesión del investigador y la posibilidad de asumirla de manera exclusiva para garantizar mayores rendimientos.

14 Las primeras surgen a partir de la participación en proyectos de investigación colectivos que involucran a académicos de diversos países e instituciones; y los segundos, por lo general, de estrechas relaciones con pares y colegas, que muchas veces se inician con los estudios efectuados en universidades de Norteamérica y Europa. Las relaciones de los estudiantes con sus tutores, asesores y profesores y los contactos de estos más las ulteriores relaciones con los colegas y compañeros y sus asociados multiplican estas posibilidades.

15 Sin embargo, el propósito de nuestra reflexión no es abordar este complejo problema en sí mismo sino más bien revisar las implicaciones político-sociolingüísticas de los factores de impacto basados fundamentalmente en revistas publicadas en inglés.

16 Ver las consideraciones de Sánchez (2011).

17 Muchos idiomas han vivido este proceso al pasar de lenguas ágrafas a lenguas con un creciente uso escrito o de lenguas locales a idiomas empelados para usos administrativos, académicos o literarios.

18 Estos rasgos, por supuesto, no desmerecen a un idioma ni impiden su amplio uso, aunque quizá puedan retardar su internacionalización.

19 Es el caso de muchos idiomas europeos, como el neerlandés, el sueco, el noruego, el danés, el finés, el polaco, e incluso el alemán y el italiano.

20 También denominados industrializados, desarrollados, "centrales" o del primer mundo.

21 También denominados no industrializados, subdesarrollados o "periféricos" o del tercer mundo.

22 Con ello se laude, como he explicado, a la posible consideración de una amplia comunidad de hablantes de las diversas variedades de español y portugués en Europa, América, África y Asia que pudiera considerarse, de muchas maneras, el bloque latinoamericano ampliado o transiberoamericano.

23 Es decir, subordinarlo a la discusión sobre el imperialismo norteamericano, el mundo unipolar que quizá solo fue una pesadilla en la década de 1990 tras la disolución de la URSS y el fracaso del socialismo real en Europa, y un antagonismo epidérmico a los Estados Unidos de América y sus aliados.

REFERENCIAS

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