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versión impresa ISSN 0459-1283
Letras vol.57 no.93 Caracas dic. 2015
Personificación y despersonificación en la metáfora del burro ignorante
Maikel Ramírez, Ana María Ramírez
Profesor de Inglés del Departamento de Formación General y Ciencias Básicas. Magister en Literatura Latinoamericana (Upel Maracay) Universidad Simón Bolívar Venezuela maiki13@hotmail.com
Profesora de Lenguaje del Departamento de Formación General y Ciencias Básicas. Magister en Lingüística (Upel Maracay). Universidad Simón Bolívar Venezuela anaramirez@usb.ve
RESUMEN
El objetivo del estudio se centró en analizar los procesos de personificación y despersonificación en la expresión metafórica del burro ignorante. Teóricamente, el estudio se apoya en los postulados de Lakoff (1987); Johnson (1987); Lakoff (2004); Lakoff y Johnson (2009); Steuter y Wills (2009); Kövecses (2010); y Rivano Fischer (2013). Metodológicamente, es un estudio documental, descriptivo e interpretativo. Los resultados fueron los siguientes: (a) culturalmente, los hablantes consideran que quien no estudia y se convierte en un profesional debe realizar trabajos que demandan fuerza física (albañiles, obreros, trabajadores del aseo público); (b) puesto que el burro es una bestia de carga, o, para sintetizarlo, la fuerza física de quien no estudia corresponde con la fuerza física del burro, los hablantes personifican al burro con cualidades de ignorancia propiamente humanas; (c) una vez se le atribuyen al burro las mencionadas cualidades humanas, los hablantes usan este animal como metáfora de personas ignorantes, metáfora que contiene una nueva carga semántica: la de ser un animal.
Palabras clave: personificación, despersonificación, metáfora conceptual, burro
ABSTRACT
This study aimed at analyzing the processes of personification and depersonification in the metaphorical expression of the ignorant donky. The theoretical support is on the statements of Lakoff (1987); Johnson (1987); Lakoff (2004); Lakoff and Johnson (2009); Steuter and Wills (2009); Kövecses (2010); and Rivano Fischer (2013). Methodologically, it is a documentary, descriptive and interpretative research work. The results were as follows: a) culturally, the speakers think that those who do not study and become professionals should carry out works that demand physical strength (masons, laborers, public sanitation workers); b) given the fact that a donkey is a beast of burden, or shortly, the physical strength of those who do not study corresponds to that of the donkey, the speakers personify this animal with traits of characteristically human ignorance; c) once these traits are attributed to the donkey, the speakers use this animal as a metaphor of ignorant people, which contains a new semantic load: that of being an animal.
Key words: personification, depersonification, conceptual metaphor, donkey.
Personnification et dépersonnification de la métaphore de lâne ignorant stupide.
RÉSUMÉ
Lobjet de cette étude est danalyser les processus de personnification et dépersonnification de lexpression métaphorique de lâne ignorant stupide. Théoriquement, létude sest appuyée sur des postulats de Lakoff (1987); Johnson (1987); Lakoff (2004); Lakoff y Johnson (2009); Steuter et Wills (2009); Kövecses (2010); et Rivano Fischer (2013). Méthodologiquement, il sagit dune étude documentaire, descriptive et interprétative. Les résultats ont été ceux-ci : (a) culturellement, les parlants pensent que celui ou celle qui nétudie pas et qui devient un(e) professionnel(le), doit faire des travaux demandant de la force physique (des maçons, des ouvriers, des travailleurs responsables de nettoyer les espaces publics) ; (b) étant donné que lâne est une bête de charge, de portage, ou pour le synthétiser, la force physique de celui ou celle qui nétudie pas correspond à la force de lâne, les parlants personnifient lâne avec des qualités humaines dignorance ; (c) une fois décernées à lâne ces qualités humaines, les parlants se servent de cet animal pour faire des métaphores sur des personnes ignorantes, métaphore contenant une nouvelle charge sémantique : celle dêtre un animal.
Mots clé : personnification, dépersonnification, métaphore conceptuelle.
Personificazione e depersonificazione sulla metafora dell'asino ignorante.
RIASSUNTO
L'obiettivo dello studio è focalizzato sull'analisi dei processi di personificazione e depersonificazione dell'espressione metaforica dell'asino ignorante. Teoricamente, lo studio si basa sui postulati di Lakoff (1987); Johnson (1987); Lakoff (2004); Lakoff e Johnson (2009); Steuter e testamenti (2009); Kovecses (2010); e Rivano-Fischer (2013). Sul piano metodologico, è uno studio documentario, descrittivo e interpretativo. Gli esiti furono i seguenti: (a) culturalmente, i parlanti considerano che chi non studia e diventa un professionista deve eseguire lavori che richiedono forza fisica (muratori, operai, operatori ecologici); (b) siccome l'asino è un animale da soma, o per sintetizzarlo, la forza fisica di coloro che non studiano si corrisponde con la forza fisica dell'asino, i parlanti personificano l'asino con le qualità umane dell'ignoranza; (c) una volta che le suddette qualità umane sono attribuite all'asino, i parlanti usano questo animale come metafora per le persone ignoranti, metafora che contiene un carico semantico nuovo: l'essere un animale.
Parole chiavi: Depersonificazione. Metafora concettuale. Personificazione. Asino.
Personificação e despersonalização na metáfora do burro ignorante
RESUMO
O objetivo do estudo centrou-se em analisar os processos de personificação e despersonalização na expressão metafórica do burro ignorante. Teoricamente, o estudo baseia-se nos princípios de Lakoff (1987); Johnson (1987); Lakoff (2004); Lakoff e Johnson (2009); Steuter e Wills (2009); documental, descritivo e interpretativo. Os resultados foram os seguintes: (a) Culturalmente, os falantes consideram que quem não estuda ou quem se converte em um profissional deve realizar trabalhos que exigem força física (pedreiros, operários, trabalhadores do asseio público); (b) devido a que o burro é uma besta de carga ou, para o sintetizar, a força física de quem não estuda corresponde com força física do burro, os falantes personificam o burro com qualidades de ignorância propriamente humanas, (c) uma vez que as qualidades humanas mencionadas são atribuídas ao burro, os falantes usam este animal como metáfora das pessoas ignorantes, metáfora que contém uma nova carga semântica: aquela de ser um animal.
Palavras-chave: personificação, despersonalização, metáfora conceptual, burro.
Recepción: 25/02/2016 Evaluación: 25/04/2016 Recepción de la versión definitiva: 20/07/2016
1. Introducción
Los hablantes del español acostumbran a decir que una persona ignorante de algo que se supone harto conocido es un burro, o una burra en caso de que la persona en cuestión resulte ser una mujer. De hecho, el propio Diccionario de la lengua Española, edición del tricentenario (2015), registra el lema burro, en su segunda entrada, como: " persona bruta e incivil", acepción que no por coincidencia, como demostraremos más adelante, encuentra resonancias en la voz anglófona donkey (burro), expresión metafórica que se corresponde con la obstinación y la estupidez de alguien, tal como lo recoge The Merriam-Webster dictionary (2004), en su segunda entrada.
Apartando por un momento el hecho obvio de que se emplea una metáfora para representar al ignorante, esto es, se habla de este en términos del dominio animal burro, se puede ser lo suficientemente perspicaz para impugnar la validez de esta expresión metafórica en la representación de un ignorante. Para tal efecto, bastaría interrogarse si un mosquito, un gallo, un cocodrilo o un elefante, en efecto, sí saben en qué fecha se inició la Revolución Bolchevique, quién escribió la novela Los detectives salvajes, cuál fue el último filme en el que apareció la actriz Audrey Hepburn, quiénes integraron la banda de rock venezolana Sentimiento Muerto y qué equipos disputaron el célebre partido de fútbol conocido como El Maracanazo. Podríamos continuar con una lista de animales y constatar que ninguno tendría la mínima noción de estos hechos porque, por naturaleza, están destinados a desconocerlo, pues carecen de procesos mentales para hacerlo y, asimismo, no son parte del mundo cultural humano.
La problematización de esta representación de la persona ignorante podría ser despachada argumentando que confrontamos un caso de arbitrariedad del signo lingüístico, una de las ideas claves sobre el funcionamiento del lenguaje que Ferdinand de Saussure (1945) expuso hace más de cien años, según la cual el significante (secuencia de sonidos) no está intrínsecamente relacionado con el significado (idea). De manera tal que la idea de burro podría haber sido comunicada, por igual, con las secuencias t-i-g-r-e o h-i-p-o-p-ó-t-a-m-o. Una prueba de esto sería, desde tal horizonte teórico, la secuencia de la lengua inglesa d-o-n-k-e-y, a la que aludimos arriba. Por lo que respecta a esta investigación, en cambio, enfocamos la expresión metafórica del burro, o burra, ignorante desde la perspectiva de la motivación del signo lingüístico desarrollado por la lingüística cognitiva, particularmente por las ideas de las metáforas conceptuales, pilares de dicho campo de estudio del lenguaje. En una palabra, acometemos el estudio partiendo de la consideración de que llamar burro (a), mas no jirafa, ballena, ornitorrinco, oveja, avestruz, camello o zamuro, a una persona que se cree ignorante es coherente con aspectos conceptuales y culturales, que pueden ser explicados en detalle. En conformidad con lo descrito anteriormente, la presente investigación está centrada en analizar los procesos de personificación y despersonificación que operan en la expresión metafórica del burro ignorante.
2. Fundamentos Teóricos
Los preceptos teóricos que sustentan esta investigación son: (a) Lakoff y Johnson (2009), sobre metáfora conceptual; (b) en cuanto a motivaciones de las metáforas conceptuales: Johnson (1987) y Kövecses (2010); (c) con relación a los prototipos: Lakoff (1987); (d) sobre metáforas y símbolos: Steuter y Wills (2009); y (d) en lo que toca a la despersonificación: Rivano Fischer (2013).
Para Lakoff y Johnson (2007), las metáforas no son un asunto constreñido a la creatividad literaria ni tampoco a un recurso a la disposición de retóricos para afectar efectivamente al receptor de un mensaje. Se trata, en cambio, de una herramienta de nuestro sistema conceptual para entender un conocimiento nuevo, el que, por lo general, resulta ser una abstracción. Diremos, para emplear una metáfora, que los hablantes reciclan conocimiento anterior y concreto para poder procesar cualquier campo incipiente en su mapa cognitivo. Pongamos por caso un profesor que les explica a sus alumnos de Maestría en literatura que el género crónica es, como lo definió Villoro (2012), el ornitorrinco de la prosa. Es dable reconocer en esta explicación que el profesor recurre a un campo concreto (ornitorrinco), que de acuerdo a los postulados teóricos llamamos dominio fuente, para dar a entender un campo más indefinido, como lo es la prosa, que acá sirve de dominio meta, respectivamente.
Como quiera que sea, lo que importa retener de la discusión propuesta hasta acá es que los hablantes de la lengua apelan al conocimiento de dominios con los cuales hayan tenido contacto previamente y que por medio de estos confrontan dominios del mundo empírico que, aunque funcionen en él, tienen una naturaleza abstracta, cognitiva o metafísica.
Las ideas de Johnson (1987) son representativas de la lingüística cognitiva al señalar que, a diferencia de lo que concluyó de Saussure, existe una base corporal y experiencial de la lengua, lo que, a no dudarlo, conlleva una motivación del signo lingüístico. Desde la óptica de este teórico, los individuos inconscientemente extraemos imágenes esquemáticas, cabe decir no imágenes concretas, de nuestro contacto con el mundo físico y, a continuación, proyectamos este esquema sobre los fenómenos nuevos que encontremos a nuestro paso. Otro aspecto importante que se deriva de este proceso es que las proyecciones continuarán durante toda la vida y que aparecerán en forma compleja. A manera de ejemplo, pensemos en el individuo que desde su infancia experimenta estar en un cuarto iluminado y en otro oscuro. Mientras que en el primero tendrá la posibilidad de dar cuenta del ambiente que lo rodea; en el segundo se sumirá en la incertidumbre por no poder describirlo ni moverse correctamente en él. De seguido, esta experiencia se proyecta sobre una abstracción, como es el proceso de entender y así se forma la metáfora VER ES ENTENDER (no veo qué quieres decir, ¿ves lo que este libro quiere decir?). Si alguien no ve (entiende), tiene incertidumbre. Esta metáfora, a su vez, toma formas más complejas, como en el caso de las expresiones: eres una lumbrera (entiendes muchísimo), dame luces (ayúdame a entender) y el Siglo de Luces (el siglo de la razón, de no tener supersticiones con objeto de entender bien el orden del mundo).
En la misma vena teórica, Kövecses (2010) afirma que hay motivaciones de metáforas que dependen de similitudes no objetivas. Los hablantes de la lengua proyectan correspondencias de un dominio fuente a un dominio meta que no se apoyan en rasgos iguales, sino que se sustentan en la imaginación. Un ejemplo ilustrativo de este aspecto es la metáfora EL AMOR ES UNA GUERRA, en la que dos enemigos corresponden a los dos amantes, conquistar corresponde a lograr el amor de la otra persona, y rendirse corresponde a enamorarse de la otra persona. Como se ve, ninguna de estas correspondencias entre ambos dominios es objetiva.
Por otra parte, continuamos con Kövecses, la existencia de algunas metáforas depende de metáforas básicas que se ubican en un sustrato más bajo o profundo. Ramírez y Ramírez (2013), por ejemplo, observaron que para evaluar negativamente a un delator los hablantes del español de Venezuela lo representaban como a un sapo, o sapa cuando se trataba de una mujer. En cualquier caso, esta expresión metafórica dependía de otras metáforas, como la de considerar que quien delata tiene una lengua que excede el tamaño normal (eres un lengualarga), o que deliberadamente la persona afloja la lengua recipiente del secreto (soltó la lengua), o que la lengua no logra ser controlada (se le fue la lengua). Como resultado, expresiones metafóricas más complejas surgían, tales como: se le fue el yoyo, se le fue la alfombra y la que nos ocupa: ser un sapo, en razón de que este animal saca la lengua y la estira de manera extraordinaria.
Otro de los procesos del pensamiento que se debe tener en cuenta para la investigación que se presenta es el de las categorizaciones propuestas por Lakoff (1987). Según sus presupuestos teóricos, las categorías no son universales y se apoyan en lo corporal, la imaginación, lo emocional, en metáforas y en metonimias. Por tanto, cabe hablar de miembros prototípicos de la categoría. Supongamos ahora que nos referimos a la categoría aves ante hablantes del llano venezolano. Lo que obtendremos como resultado es que estas personas no pensarán en un pingüino como primera opción. De resultas, el pingüino es un ave no-prototípica en ese caso.
A contrapelo de la personificación, Rivano Fischer (2013) elabora el concepto de despersonificación, que se emplea para degradar la condición humana al rebajarla al estatus ontológico de animal. Para este investigador, en cambio, el recurso disponible para que los hablantes les asignen un valor positivo a los animales que serán proyectados sobre los humanos es la personificación metonímica. Es decir, se toma directamente una parte del animal, como ocurre con: " ojos de águila, el valor de un león, el sigilo de un tigre" (p. 164). Steuter y Wills (2009), por otra parte, destacan que se debe tomar en cuenta la simbología cultural que representan algunos animales. A juicio de los investigadores, el águila, aunque sea un ave más letal que lo que un zamuro pueda llegar a ser, conforma un símbolo de elevado valor dentro de la cultura norteamericana. Como habrá podido notarse, este aspecto mantiene estrecha relación con los prototipos de las categorías, puesto que si, por aprovechar un ejemplo paradigmático, habláramos de la categoría animal comestible en la cultura india la vaca sería inconcebible, dada su condición de símbolo religioso venerable, algo que, desde luego, contrasta con la cultura venezolana y latinoamericana, como se puede observar en la crónica de Caparrós (2015) sobre el hambre en el mundo. En síntesis, en este estudio se emplea el término despersonificación para hablar del uso degradante de un animal en la referencia a personas, tal como lo propone Rivano Fischer.
3. Metodología
El corpus de una investigación es determinado por el conjunto de materiales lingüísticos que conforman el objeto de estudio en una investigación o en una parte de ella. (Bolívar, 2013, p.4). En el caso de las investigaciones lingüísticas, estará representando por un conglomerado de textos escritos en origen o transcritos a partir de manifestaciones orales. En otras palabras, veremos que desde una palabra hasta documentos enteros podrán ser considerados como corpus para iniciar un respectivo análisis. Para efectos del presente trabajo, se contó con un corpus combinado, que denominamos de esa manera, puesto que ciertos ejemplos que conforman el objeto de estudio lo hemos extraído de diversas fuentes bibliográficas y muestras orales que recoge Mark Davies (2002) en su corpus del español Adicionalmente, incorporamos algunos titulares de circulación internacional que sirvieron para ilustrar el caso a estudiar.
El corpus combinado está constituido por (10) variados ejemplos que nos permiten tener una representación general del comportamiento de la expresión metafórica burro para referirse a una persona que se juzga ignorante. Como unidad de análisis, tenemos segmentos discursivos cortos y extensos en los que se haga alusión a una persona ignorante a través de la expresión burro. Es de destacar que no vimos necesario ampliar el corpus, ya que los esquemas de personificación y despersonificación en dicha expresión no varían. Se mantendrían en una constante sea cual fueren el número de casos. A continuación, presentamos los ejemplos combinados:
Como se ve, el cuadro recoge los diez (10) variados segmentos discursivos que hacen alusión a una persona ignorante por medio de la expresión ´burro´. En lo sucesivo, se procede a presentar la discusión de los resultados.
4. Discusión de los Resultados
(a) Con base en su cultura, los hablantes del español aprenden, y esperan, que aquellas personas que no estudian y que, por consiguiente, no alcanzan un título de profesional deben realizar trabajos que demandan fuerza corporal, con objeto de sustentar sus vidas. Quien se atiene a estudiar, según esta concepción, cumple los requisitos para desempeñar oficios en los que se requiere el intelecto o, por descontado, destrezas físicas que ameritan precisión y sutileza, como, pongamos, la enseñanza de la literatura, la cirugía cardiovascular, la ejecución del saxofón alto, el juego de ajedrez profesional y la dirección cinematográfica, entre algunos de los que podemos mencionar. En relación con el sitio de desempeño de este tipo de trabajo, sirven de áreas propicias lugares con condiciones óptimas en términos de la temperatura, la seguridad y el confort, como cabe considerar oficinas, consultorios y estudios musicales, por ejemplo. La sociedad se refiere a esta clase de trabajadores con el mote de profesional, lo que en un registro específico se manifiesta por medio de títulos (profesor, ingeniero, arquitecto, periodista, entre otros)
Por contraste, una persona que no se dedica a estudiar o, por lo menos, a cultivar actividades que desarrollen su intelecto con el fin de sostener su modo de vida, le resta contentarse con oficios que requieren de fuerza física. Ejemplares de este caso son oficios como la albañilería, el saneamiento de las calles y el traslado de cajas o containers de mercancías. Como se puede observar, para su pleno funcionamiento, estas tareas pueden emplear hasta la fuerza bruta, pero nada de procesos cognitivos complejos. Este tipo de trabajos suelen llevarse a cabo en espacios abiertos y en condiciones naturales o de infraestructuras hostiles o de riesgo, tales como, entre otros, calles sucias, botaderos de basura, talleres de alta temperatura y sitios de construcción. Por lo que concierne a las denominaciones, quienes realizan estos trabajos no son designados con títulos, sino, en cambio, con términos genéricos como trabajador u obrero.
Conviene subrayar un conjunto de oficios que, no obstante dependen de la fuerza física, prototípicamente, para emplear la idea lakoffeana (1987), son más cercanos al primer tipo de trabajadores que hemos expuesto. Es decir, a pesar de que son oficios cuya condición sine qua non es la fuerza corporal no son considerados degradantes de la condición humana. Por ejemplo, un jugador de fútbol profesional o, a lo sumo, de una liga menor, se vale de su aparato psico-motor, pero, de acuerdo a la percepción social, merece un estatus privilegiado. Como quiera que sea, si atendemos este caso con cuidado, observamos que el jugador de fútbol no labora en un ambiente paupérrimo, antihigiénico, inseguro, así como tampoco recibe la designación de trabajador u obrero. Se puede señalar también que su fuerza física, si vale la metáfora, es educada por medio de exigentes entrenamientos para ser precisos en las jugadas.
(b) Siguiendo los prototipos desarrollados por Lakoff (1987), podemos decir que es un hecho que el conocimiento popular reconoce al burro como la bestia de carga por excelencia. Si, a manera de experimento mental para despejar dudas, pensamos en las funciones asignadas a un perro, una gallina, un mono y un caballo, a nuestras mentes pueden acudir imágenes de la protección de la casa, la alimentación diaria, un espectáculo de circo y un paseo, respectivamente. El ejemplo del caballo merece mención aparte, en vista de que pertenece al grupo de los equinos, como el burro, pero que, acaso desde tiempo inmemoriales, simboliza lo sutil y lo magnánimo, representado en juegos como el polo, la caza practicada por la nobleza y las gestas de independencia. De manera que la función del burro como animal de carga es una experiencia que puede llegar directamente por vía del cuerpo del individuo, como en el caso de viajes que se emprenden a través de regiones montañosas, en los que el burro transporta carga pesada. No obstante, aun cuando esta experiencia no sea directa, los hablantes del español reciben ese conocimiento por medio de diversos artefactos culturales que circulan en su entorno social, tales como la prensa, la televisión y el cine, entre algunos otros.
El siguiente paso en la motivación de la metáfora que estudiamos es el solapamiento de la fuerza bruta de una persona que no ha estudiado con la fuerza del burro. En una palabra, se personifica al burro como ignorante a causa de que su fuerza corresponde con la fuerza de una persona que, por no haber estudiado, debe realizar trabajos físicos, en lugar de tareas intelectuales. La ignorancia, como es bien sabido, es una condición cognitiva propia de los seres humanos. Saber quién dirigió el filme Heli, en qué fecha fue decapitado Robespierre y qué equipos de basquetbol disputaron las finales de la NBA en 1993, forma parte de nuestro bagaje cultural, del mundo de relaciones y símbolos creados por y para los seres humanos.
Así las cosas, no hay razón para acusar al burro de ignorante, puesto que, a fin de cuentas, todos los animales son ignorantes por definición. Nos encontramos, en consecuencia, ante una personificación, la proyección de un rasgo inherentemente humano sobre un animal, cuya motivación en este caso, ya hemos apuntado, se debe al cruce de la fuerza bruta del ser humano y la del burro. Este proceso de personificación es similar a tantas otras expresiones metafóricas en lengua española. Tomemos a manera de ejemplos ilustrativos ser una cuaima y ser un pato. Así, aunque superficialmente pareciera que a la mujer se le designa con el nombre de una serpiente, ocurre lo contrario: primero se le da al animal una cualidad humana, en razón de que el comportamiento hostil de la mujer hacia el hombre corresponde, imaginativa y no objetivamente, al veneno del animal. A continuación, una mala mujer se convierte en una cuaima. Quizá esta relación se corporiza más claramente en el caso del animal pato cuando se emplea para hablar de un hombre homosexual. En este caso, como se aprecia, el animal nada tiene que ver con la homosexualidad, pero sí lo hace con su forma de moverse y exhibir su ano, elemento prototípico para pensar la homosexualidad masculina, como lo demuestran Ramírez y Ramírez (2013), al examinar metáforas con imágenes de círculo que aluden al trasero del hombre homosexual, como son los casos de argolla, rosquete y hueco. De manera que el pato es personificado con una cualidad típicamente humana, puesto que, es evidente, desconoce de la normalidad sexual que Foucault (2012) revisó en su gruesa obra sobre la sexualidad.
Dicho proceso de personificación podemos verlo a través de los casos (1), (3), (4), (5), (6), (7), (8), (9) y (10) de nuestro corpus, veremos como el dominio humano prestará sus conceptos para mapearse hacia el dominio burro. A continuación, veamos una ilustración que explica el concepto de cada dominio y su mapeo en algunos casos:
(c) toda vez que se ha proyectado sobre el burro la ignorancia humana, lo que hemos llamado, adhiriendo la teoría, personificación, se usa este animal como un dominio fuente para metaforizar a personas que ignoran algo que se supone deben saber, lo cual, por supuesto, comporta una nueva carga semántica: la animalidad. Nos encontramos acá con el reverso de la personificación: la despersonificación, expresada por Rivano Fischer (2013). En otros términos, se emplea el burro como metáfora de una persona ignorante no solo para resaltar su ignorancia de algo, sino, en sustancia, para degradarlo a la condición de animal. Cuando se despersonifica a alguien, se le despoja de su condición humana. Se acomete, como es evidente, una evaluación negativa del ser humano a través de la imagen del animal. El ignorante no solo no sabe, sino que ha dejado de ser un humano al mismo tiempo.
Para entender este mecanismo de despersonificación, resulta pertinente traer a la discusión dos expresiones metafóricas de condiciones similares. En Venezuela, como uno de los productos derivados del debate político, se suele decir que una persona que aplaude irrestrictamente todas las decisiones de su líder político, por lo general alguien del partido oficial, es una foca. En razón de que es de sobra sabido que aplaudir es un acto cultural humano, que entraña saber cómo, cuándo y a quién aplaudir, se puede reconocer que los hablantes del español de Venezuela, en primera instancia, personifican a las focas, para, enseguida, emplear la foca como una metáfora que animaliza a la persona partidaria del político en cuestión. Se nota, además, que, como requisito para personificar al animal, se establece la correspondencia entre el aplauso humano y el movimiento con las aletas que son capaces de realizar las focas entrenadas, proyección semejante a la correspondencia entre la fuerza del burro y la de la persona inculta.
Otro caso iluminador, aunque no tan local, se puede extraer de un ensayo en el que Orenstein (2003) ofrece una visión panorámica del cuento de hadas La caperucita roja a lo largo de la historia. Orenstein se pregunta legítimamente por qué el canis lupus, conocido comúnmente como lobo, es representando constantemente como un viril mujeriego si, por el contrario, es una especie de vida monógama, si cabe el término. Confrontamos acá otra situación en la que a un animal se le personifica con cualidades de sexualidad y seducción que son propias de los seres humanos. La interrogante ostensible es qué elementos convergen para autorizar personificar al animal. Una hipótesis, derivada de Orenstein, estima que esto se origina en los textos bíblicos, en los que, en la lucha del bien contra el mal, hay lobos taimados vestidos de ovejas. Así, la proyección estriba en que un joven puede engañar a una muchacha que no ha tenido relaciones sexuales, es decir, que es virgen. Dicho de otro modo, el seductor es un lobo, en tanto que la virgen es la oveja inocente. De hecho, la locución francesa Aller voir le loup (haber visto al lobo), popular cuando Charles Perrault escribió su historia de caperucita en 1697, significaba haber perdido la virginidad, precisamente en un ambiente en el que los padres tenían el derecho de casar a sus hijas por razones de negocios y, como se espera, la perdida de la virginidad ponía en riesgo el patrimonio familiar.
Por lo que concierne a la expresión metafórica ser una rata, la cual está cargada de connotaciones negativas relacionadas con la inmoralidad, según nos lo explican Steuter y Willis (2009), se sostiene, en principio, sobre la previa metaforización de la inmoralidad como algo pútrido, que apesta, que corroe todo lo que está saludable, identificable en expresiones como la política es asquerosa, el dinero sucio o en la conocida frase del príncipe danés shakesperiano "algo apesta en Dinamarca". En este sentido, debido a su naturaleza de ser rastrera, de moverse por aguas sucias y de corroer los alimentos, la rata es una elaboración más compleja de lo inmoral como algo podrido. Lo que sigue ahora es la correspondencia entre la persona inmoral y lo asqueroso de la rata, para así poder personificar a la rata y, más tarde, devolverla a una persona con la intención de degradarla. En resumen, primero se personificó a la rata como si fuese una persona que incurre en un acto inmoral y, luego, se despersonificó a la persona, atribuyéndole animalidad.
Para visualizarlo mejor el proceso que referimos, detengámonos en el siguiente cuadro, en el que analizamos el caso (2) de nuestro corpus con la conocida frase "Mr. Bush you are a donkey" expresada por el expresidente Chávez a propósito de George W. Bush:
5. Consideraciones finales
Personificar y despersonificar resultan procesos que realizamos con frecuencia, y que cuando creemos que solo ocurre una despersonificación es porque de manera inconsciente hemos llevado a cabo una personificación previa. En nuestro caso de estudio, los factores culturales y la simbología que se le atribuye a los oficios conducen a que la fuerza bruta que realiza una persona que no haya estudiado se cruce con la fuerza bruta de nuestro animal de carga prototípico, el burro, y, en este proceso, este animal sea personificado con la ignorancia propia de los seres humanos. Lo que resta es la despersonificación de la persona que se considera ignorante por medio de la expresión metafórica del burro, que ahora no es el burro natural, desconocedor de la cultura, como cualquier otro animal, sino un burro de ignorancia metafórica que despoja a la persona de su condición humana. La metáfora del burro ignorante, ya se ha señalado, apunta a evaluar negativamente a la persona sobre la que se aplique.
Sobran metáforas de animales para representar personas y deteriorar su imagen social. Nos hemos servido de diversos ejemplos en la lengua española que atraviesan el mismo proceso de personificación del animal y despersonificación del individuo por medio del animal metaforizado y cuya condición animal se encuentra de relieve: ratas inmorales, cerdos lascivos, gallinas cobardes, culebras cizañeras, sapos delatores, patos y pargos rosados homosexuales, lobos mujeriegos, moscas cuidadosas y alertas, y focas que aplauden. Podríamos continuar con un amplio catálogo de expresiones metafóricas similares en la lengua española. Esta coincidencia en el uso de expresiones similares dentro de la vasta geografía de un mismo idioma se debe, como se ha podido advertir, a experiencias corporales y culturales compartidas por parte de los hablantes de la lengua española en sus distintas variaciones.
Esto nos lleva a resaltar que también pueden existir matices o diferencias dependiendo de la experiencia del mundo de los hablantes de una lengua. Lakoff (2004) registra la expresión metafórica: "drying up the swamp they live in" (secarles el pantano donde viven), la cual usó Donald Rumsfeld para justificar la guerra contra el terror emprendida durante la administración de George W.Bush. De cualquier forma, lo que importa hacer notar acá es que la expresión metafórica es propia de quien ha experimentado un pantano.
A propósito de estas diferencias, y para retomar una interrogante planteada al inicio de este estudio, nos encontramos en la capacidad para aseverar que la expresión metafórica anglófona donkey, aun cuando resalta la estupidez y la obstinación de una persona, se origina de los mismos proceso de personificación y despersonificación presentados hasta acá. Los matices se deben a diferentes correspondencias. Es decir, una persona que no estudie se vuelve estúpida y de mente obstinada e irreflexiva, al menos esas serían las expectativas sociales. Así, sobre el burro, bestia de carga (beast of burden) también en la cultura de angloparlantes, recae la imagen de alguien que se dedica a hacer trabajo físico duro y, en consecuencia, deviene ignorante, terco y estúpido, en claro contraste con quien, de acuerdo a los preciados estándares sociales, ha estudiado y deviene culto, flexible, listo y civil. En resumen, las diferencias entre ambas expresiones metafóricas son las correspondencias que se establecen entre los dominios en el proceso de personificación en español e inglés. Esto también nos lleva a refrendar la motivación del signo lingüístico en la medida en que es demostrable que burro y donkey, con todo y que son dos secuencias de sonidos diferentes, y además en diferentes idiomas, no pueden haber sido l-e-c-h-u-z-a, ni m-a-p-u-r-i-t-e, ni c-a-c-h-i-c-a-m-o, ni, por otro lado, c-a-t, ni f-l-e-a, ni r-a-c-c-o-o-n, por mencionar algunas posibilidades negadas, ya que dependen sustancialmente de motivaciones corporales y culturales que les son específicas, como hemos evidenciado.
Un último punto que hay que hacer notar, en vista de que emerge como una plataforma para contrargumentos, es que una vez la expresión metafórica ya ha surgido al amparo de las motivaciones de las que hemos dado cuenta empieza a circular en la cultura y se puede extender a individuos que los hablantes imaginativamente perciben como aptos para proyectar la expresión metafórica. De tal modo que un niño, a pesar de que recién inicia la escuela y tiene toda una vida por delante para alcanzar estudios universitarios y un buen trabajo, puede ser llamado burro si es juzgado como alguien que ignora lo que se supone que estaba al alcance de sus conocimientos. Ya Ramírez (2013) ha estudiado cómo una experiencia tan exclusiva de la mujer como es dar a luz circula en la cultura en su forma metafórica y puede ser usada con hombres, como en las expresiones: Sócrates ayudaba a sus discípulos a parir ideas, Carlos parió haciendo el trabajo y una más compleja como María es la cagada de su papá, en la que subyace el solapamiento de la imagen de defecar (dominio fuente y experiencia básica) y la imagen del parto (dominio meta y experiencia compleja).
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