Investigación Clínica
versión impresa ISSN 0535-5133
Invest. clín v.44 n.4 Maracaibo dic. 2003
Américo Negrette
In memorian
Hablar acerca de un ser humano querido que ha fallecido, no es una cosa fácil si lo vemos bajo el cristal de la objetividad. Factores como la emotividad y la mitificación, pueden empañar ese cristal. Hablar del Dr. Américo Negrette como un hombre con virtudes y defectos, lo acerca más a la esencia de lo que somos todos, gente con virtudes y defectos, pero él fue mucho más allá. Fue un hombre que nació en la pobreza y en el transcurrir de su vida se llenó de principios y nortes excepcionales; se llenó de esa esencia que caracteriza a los grandes hombres. Su norte esencial, realizar sueños, que carentes de egoísmo y figuración le abrieron vías y futuros a los demás. Su principio esencial, su honestidad. El medio en que se desenvolvió, agreste, difícil.
Comenzó como médico rural, con sus pacientes, y digo sus pacientes, porque los vio con una vocación personal pocas veces encontrada. Sus pacientes no solamente fueron estudiados profesionalmente, fueron sentidos. Entre el oscurantismo del momento y la desgracia del paciente coreico, el Dr. Negrette luchó por ellos y sacó a la luz una de las concentraciones más abundantes de pacientes con Corea de Huntington, que hasta los momentos, vivían en la soledad de su enfermedad y el ostracismo social. Estos pacientes especialmente queridos por él, fueron de especial importancia para la ciencia mundial. El Dr. Negrette fue un hombre que rompió con los esquemas y convencionalismos de los momentos que le tocó vivir. Defendió sus ideas y muchas las puso en práctica en contra de la corriente, muchas de ellas en beneficio de sus pacientes. El paciente siempre tiene la razón, ya que es quien sufre era uno de sus consejos que develaban su intensa vocación. Dar consejos como éste que orientaron a muchas de las personas que se acercaron a él, su carencia de egoísmo, y su constante dar, fueron unas de sus principales características.
El Dr. Negrette amalgamó en su personalidad tanto el pensar profundo como la sensibilidad de ver la belleza aun en los lugares menos esperados y sencillos; un charco de agua, un limón en una ventana, una minúscula flor. Sensibilidad que compartió con todos nosotros a través de sus pinturas, poemas y ensayos. A pesar de todos estos atributos, fue un hombre de sentir humilde, lejos de la pompa que caracteriza al que está en la cima. Nunca buscó el enriquecimiento y mucho menos a través de sus pacientes, a los cuales asistió por muchos años gratuitamente.
Fue un universitario a carta cabal, formador y guía de muchas personas, labor que realizó hasta sus últimos tiempos, cuando se reunía con grupos de estudiantes para compartir sus ideas. El legado del Dr. Negrette a la Universidad está plasmado en la creación del Instituto de Investigaciones Clínicas y de la revista Investigación Clínica. Este Instituto que comenzó de una manera muy incipiente bajo la esperanza del Dr. Negrette y de un grupo de sus estudiantes, representando desde su inicio, una obra cuya dificultad sólo fue superada por la voluntad de un visionario. Pero hecha realidad, representó su vida. Han pasado muchos años y ha habido tempestades, pero su obra perdura. Su cuerpo se fue, pero no su vigencia, que estará en todos los que a bien lo conocimos, que estará en su obra que lo trasciende, que estará en el hombre que fue.
Jesús Mosquera