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Revista de la Facultad de Medicina

versión impresa ISSN 0798-0469

RFM v.26 n.2 Caracas jul. 2003

 

EL ALMA, RAZÓN O NO DE UN EJERCICIO MÉDICO

R Sánchez De León1 y V Sánchez De León2.

1 Profesor Titular de la Cátedra de Fisiología, Escuela Luis Razetti, Facultad de Medicina, UCV-Licenciado en Filosofía, USB.

2 Estudiante del 9no semestre de Comunicación Social, Facultad de Humanidades. UCV.

    Resumen: La medicina tiene como propósito principal lograr una mejor calidad de vida en los pacientes. Para que esto sea posible no es suficiente conformarse con estudiar y tratar el aspecto físico de estos, también es igualmente importante tener la posibilidad de curar su alma. Luego de explicar y analizar diferentes conceptos y realidades de lo que son el alma y el espíritu, notamos que es perfectamente posible para el médico mejorar la calidad de vida espiritual de su paciente una vez que acepte que, aunque no es algo científicamente comprobable, el alma y el espíritu existen y son esenciales para la óptima sanidad y cura de todo ser humano.

Palabras Clave: Alma, Medicina.

    Abstract: The main finality of medicine is to achieve a better quality of life for the pacient. In order for that to be possible it is not enough for the doctor to settle with studying and treating the physical aspect of the pacients illness. It is equally important for any doctor to have the possibility to cure a pacients soul and spirit. After explaining and analizing different concepts and realities about what the soul and the spirit mean we can notice that it is perfectly possible for a doctor to improve the spiritual quality of life of his or her pacients once he or she accepts that, even though it is not cientificaly proven, the soul and the spirit exist and that they are esencial for the optimal sanity of every human being.

Key Words: Soul, Medicine.

INTRODUCCIÓN

    La razón de la existencia de la medicina es el logro de una mejor calidad de vida en los pacientes; este logro sólo puede obtenerse al satisfacer no sólo el cuerpo, sino que debemos satisfacer también el espíritu del paciente.

    Desde esta perspectiva deberíamos entonces aceptar la existencia del espíritu, si no como una entelequia que trasciende al cuerpo, al menos como aquella parte del ser humano que permite las emociones; esta definición llevaría implícito el simple hecho de que aceptar la existencia de las emociones implica aceptar la existencia del alma.

    Dentro de las definiciones del espíritu, la realizada por Aristóteles es la más adaptada al concepto que define a lo no tangible aunque no por eso sea trascendente. Aristóteles define el Espíritu como aquella energía que crea el movimiento del alma y que se traduce en el pensamiento; resulta pues útil entender la existencia no sólo del alma sino también del espíritu, y a la vez, aceptar que el alma y espíritu no son la misma cosa; espíritu es la energía del pensamiento y el alma es el asiento de esa energía. El mero hecho de poder pensar es de por sí una definición de la existencia del espíritu.

METODOLOGÍA

    La definición del alma puede adaptarse a conceptos puramente religiosos, así como a conceptos puramente filosóficos o a conceptos médicos. Intentaremos definirla por estos métodos.

Método religioso

    Hinduismo: El alma es sinónima de visión, es el principio que controla todas nuestras actividades y por ello nos confiere identidad, ya que nuestras actividades al ser nuestras nos identifican, pero además el alma nos aporta la conciencia de nosotros mismos; ella logra el bien y crea lo inmortal, pero mediante el concepto de la reencarnación, que a su vez es la fuerza del alma (transmigración del alma): Upaniskats= Atman= Divino-Eterno-Puro. El alma es individual y es desarrollable, purificable.

    En este tipo de religión gozamos del poder de decisión sobre nuestros actos y el juicio de los mismos, así como el logro es nuestro (reencarnación puede ser pureza).

    Budismo: Comparte muchos puntos con el Hinduismo. El alma es perfectible mediante métodos de desarrollo propios del hombre. En el Hinduismo el método para lograr el desarrollo del alma es la reencarnación y en el Budismo es la meditación, lo cual nos confiere una identidad con lo divino. Esta identidad produce estados elevados del alma, es el concepto divino, es una religión que en ningún momento define qué es Dios, pero sí lo transfigura. Los logros son nuestros y el juicio es nuestro; nuestro desarrollo nos pertenece.

    Judaísmo - Catolicismo: Considera la personalidad humana como un todo, no hay distinción entre el alma y el cuerpo, y sólo la muerte los separa, poseemos sólo una vida para alcanzar la perfección; el alma identifica el cuerpo en el «Más Allá» y es culpable de los excesos y virtudes de ese cuerpo. Por ello «el alma es prisionera del cuerpo» (Hume) y culpable de sus excesos. Santo Tomás nos dice que el alma y el cuerpo son dos partes diferentes de una misma sustancia. En estas religiones no disfrutamos sino de esta vida, por ello la decisión no es sólo nuestra y la decisión sobre nuestras bondades o nuestra pureza no son nuestras sino de un Dios; existe un Juicio Final que nos autoriza o no el derecho a la felicidad eterna y ello está totalmente fuera de nuestra voluntad. «Dios» es nuestro juez y ejecutor. No obstante, podemos ser eximidos de nuestros pecados mediante la redención, la cual amerita también la aprobación divina.

    Jainismo: (Una de las divisiones del Brahmanismo) Define el alma como «Jiva»: objeto no viviente pero animado y como contraparte de «Viva» que es animado y viviente; las «Karmis» son las partículas infra - corporales de la materia, causa y efecto de la bondad y que se pierden en la vida si no se cumplen los preceptos éticas y morales. Al perderlas se produce el «Karma» (violencia reprimida - maldad); el alma solo podría liberarnos del Karma y adquirir sus Karmis mediante la práctica de las 3 joyas: Fe correcta -Conocimiento correcto y Conducta correcta.

Método filosófico

    Los Griegos: Filosóficamente, el «Nous» griego, raíz de la palabra «Soul» Inglesa que define el alma y el anima griega, lo cual a su vez es la raíz del alma en idioma español, es por definición pura inteligencia, la definición del alma como el pensamiento; es decir que el «Movimiento del alma» es una definición Aristotélica.

    Es Pitágoras el creador del concepto del regreso del alma (reencarnación) en busca de la pureza que sólo se logra con el esfuerzo espiritual. Esta conducta relaciona el alma con el movimiento perpetuo, con la búsqueda continúa de lo meditado que lo identifica con el «Fuego» (constante movimiento). Su máximo exponente en la Filosofía Griega fue Heráclito y de allí llegamos a Aristóteles, quien la define como el constante movimiento del alma o pensamiento. Estos conceptos fueron adaptados por los Católicos en su concepto de alma tal como la representación divina en nuestro cuerpo del Dios que es Amor, la búsqueda de lo necesitado y sólo obtenible por la identificación espiritual con lo divino. Dicho concepto fue representado en los Cristianos iniciales con la imagen del fuego (Flarun), sobre sus cabezas (cabalísticos místicos y gnósticos).

    Un análisis mas detallado nos conduce a:

    Griegos Presocráticos: Es el pueblo griego quien desarrolla el concepto de alma como aquel principio individual que precede al nacimiento y perdura más allá de la muerte. Este principio nos dice que en cada hombre hay un concepto del orden divino que lleva a establecer un orden interior; el logro maestro de este orden sólo se obtiene en la tierra al liberar el alma del cuerpo mediante la purificación que engendra la muerte, (la muerte es liberación - purificación y logro).

    Platón: Establece la reencarnación al determinar la inmortalidad del alma y la imposibilidad del logro, por la eternidad, de la purificación infinita. El alma es eterna, es preexistente y es espiritual. Y por ello para él el Alma viene de «Psique» y «Anima». Este concepto platónico, «La imposibilidad de alcanzar la purificación infinita», deslastra al ser humano de la responsabilidad de la bondad absoluta. Recordemos que fue éste el concepto usado por la iglesia católica para dominar al espíritu humano durante miles de años. En su obra «Phaedos» establece que sólo de aquello que el alma toma posesión vive, es decir que es un requisito indispensable el poseer el alma para vivir. Para Platón el alma es indivisible del cuerpo, y sólo al reencarnar puede ésta vivir. Sólo funciona el conjunto, alma y cuerpo son formas de un todo. Alma y cuerpo son indispensables el uno para el otro.

    Sócrates: En el «Cratylos» nos dice, «Ánima» es el origen de la vida y otorga el poder de respirar y reencarnar mientras que «Psique» es el poder de pensar y expresarse del alma.

    Por primera vez se establece un concepto de la existencia del Alma y el Espíritu como entidades separadas.

    Aristóteles: Nos propone que el alma es inconocible por ser inmaterial; no puede ser conocida por observación directa, su existencia es inferida, no se puede experimentar y por ser inmaterial no posee fin, es inmortal y no se necesita de más nada. Es la causa de la vida.

Existen 3 tipos de alma:

• Vegetativa: Plantas - Sede del apetito.

• Sensitiva: Animales - Sede del valor moral

• Racional: Humana - Sede de la razón

    Lucrecio: por su lado niega la existencia del alma, ésta no es medible, no existe. Esta posición es también Aristotélica.

    Jenofonte: En el alma hay fuerzas retentivas y propulsoras, su desbalance crea las enfermedades, nuestra razón de vida es la búsqueda de la armonía del alma. Ésto crea el «llegar a ser», y se alcanza a través de la música y la gimnasia. « Servir el alma es servir a los dioses». Ésta posición es la misma adoptada por Hipócrates en sus conceptos.

    Método egipcio: Los egipcios poseían una religión más primitiva, eran politeístas, identificaban sus dioses con animales y sus Reinos con zonas en su entorno (Valle de los Reyes); creían en la transmigración - una forma primitiva de la reencarnación - y los cuerpos eran embalsamados, para así poder acompañar al «Ka» (fuerza animadora del más allá). No existía un concepto del alma sino una transmigración del mismo cuerpo.

    Método medioeval: Durante las etapas medioevales la filosofía estuvo muy ligada a la religión y sus avances sólo se encontraban dirigidos por los Católicos de dicha época. Un importante avance logrado antes, mas luego obstaculizado por la Iglesia, fue el concepto de diferenciar el Espíritu, que es Universal, del Alma que es Individual, conceptos básicos de los musulmanes, que aunque intentaron penetrar el conocimiento occidental no lo lograron, manteniendo así por siglos un concepto cristiano errado, al confundir y mezclar ambas cosas. Espíritu es a lo que debemos llegar, a lo que debemos unirnos y alcanzar. El alma es la vía para llegar a él, no pueden ser lo mismo, como lo afirma la Iglesia Católica. Y es este error lo que origina la inestabilidad característica de los Filósofos Cristianos. Como ejemplo podemos citar a Santo Tomás y a San Agustín, quienes confundieron el método con la causa.

    El cuerpo y el alma son correlativos, mientras que el estudio del alma se relaciona al estudio del cuerpo.

    Santo Tomás: La existencia de intelectualidad, capacidad de pensar, determina la existencia del alma,(Aristotélico), por ello es justo pensar, que el Alma es lo más fuerte que tenemos, mi pensamiento lo puede todo (posaristotélico). El alma es sustancialmente intangible e incorpórea y totalmente independiente del cuerpo.

    Sólo el alma puede pensar y esos conceptos son universales (arquetipo universal de Jung), el alma sustituye al cuerpo. El alma y el cuerpo son dos conceptos diferentes de una misma sustancia.

    San Agustín: El alma no es corpórea, es pensante, por ello constituye una entidad espiritual separada del cuerpo. Es lo que crea la intimidad personal.

Método de la ilustración

    George Ernst: Filósofo del siglo XVIII, introduce el termino «Animismo» para describir la teoría de que el alma es el principio vital, y es por ende responsable de todo el desarrollo tanto corporal, como espiritual; se retroalimenta del desarrollo, es decir que a mayor desarrollo, mejor alma; es el «ánima», principio generador de todo desarrollo.

    Mortimer J. Adler: El cuerpo y el alma son correlativos, al estudiar uno siempre se estudia el otro. Así mismo, el desarrollo de uno es el desarrollo del otro.

    Berkeley: Es el gran pensador del alma y niega toda la realidad, incluso la realidad anterior; concibe el alma como existente en sí misma. «Los hombres son alma, lo demás no es nada». Este concepto lo establece basado en el criterio de que aquello que cambia no es conocible por no ser permanente y el cuerpo cambia tanto que se auto destruye, por lo tanto lo único fijo, estable y permanente, es el alma y por ello es todo, lo único conocible, (Concepto-Parmenidiano) y lo demás es nada.

    Descartes: Establece que el alma es inmortal y por lo tanto inconocible, sólo pensable; es independiente y autónoma, puede existir por sí misma, «no necesita ni a Dios» e incluso establece que para poder creer en Dios, hay que considerar que él no es corpóreo y por lo tanto no posee alma. Por lo que el alma y el cuerpo son parte constructiva de un todo.

    Afirma además que la existencia de un cuerpo o un espacio es más incierto que la existencia del alma; el simple hecho de pensar ya define la existencia del alma «Pienso luego existo». El dudar, y el pensar es una actividad del alma.

    Loche: Solamente la duda sistemática y la idea que de ella se genera es lo que hace real las cosas. Si podemos dudar de algo, esto existe tal vez no como lo concebimos, pero existe. En consecuencia todo existe en nuestra duda y el alma existe en nuestra misma duda de su existencia. Loche (como idealista y no como racionalista) nos propone: «Nuestra idea de cuerpos es una extensión del Alma, sólida sustancia capaz de comunicarme, moverme por su propio impulso y alma es un espíritu inmaterial, es una sustancia que piensa y tiene por razón de ser el deseo o el pensamiento.

    El alma es inmortal porque es indivisible, inmodificable, inextensible e incorregible por las fuerzas de la naturaleza.

Método idealista

    Liebniz: De acuerdo a Liebniz el alma deja de ser transmitida, es decir, «un algo más» dentro del todo lo que es el cuerpo y alma; a partir de aquí el alma posee espontaneidad, es decir que existe en sí misma y es parte de Dios; es inmortal para seguir siendo ella y posee intimidad. Es fija e inmutable como alma; el cuerpo puede ser corrompible, el alma es incorrompible. Antes de Liebniz el alma está en el mundo (visión Agustiniana) y luego el mundo está en el alma. Ésta visión genera el idealismo moderno.

    Kant: Nunca una conclusión puede ser sacada de las premisas, «nada incambiable puede ser conocido, ya que el conocimiento es una forma de cambio. La teoría prueba por sí sola la demostración natural; la existencia del Alma es natural y por ello Es. La única manera de creer en el alma es por una materia de fe.

    William James: La única razón para la existencia del alma es funcional, sólo existe para crear la identidad personal y la responsabilidad moral; el cuerpo del alma es para el Alma un ser inútil, «ofrece lo que no cumple».

Concepto médico

    Definir el concepto del alma medicamente es prácticamente imposible, ya que científicamente no podemos definir lo que no existe y desde el punto de vista científico el alma no existe. Por otra parte tampoco podemos decir que no existe ya que tampoco es demostrable el que no existe. Lo cierto es que existen las emociones, existe el amor y el odio, no obstante, científicamente se define que sólo lo medible es real, pero ¿cómo medimos las emociones? En Fisiología ha sido común que las entidades aparezcan en la ciencia luego de haber descubierto su correspondiente método de medición; por ejemplo, la temperatura no existía antes de la termografía; la presión hidrostática no existía antes del manómetro de mercurio o de solución salina; tampoco existía la contractilidad antes de la aparición del medidor de tensión muscular, etc. Es lógico entonces pensar que hasta tanto no podamos medir el alma no podremos aceptar su existencia. Creemos pues que el gran reto de la ciencia en el siglo XXI no es llegar a Marte, o descubrir el genoma humano: es y será la demostración científica de la existencia del alma.

    Es por ello que el conocimiento del concepto del alma, desde el punto de vista médico, implica no sólo las realidades, sino además las suposiciones a las cuales estaba sometido.

    Tan sólo Friederich Hoffman y Georg Ernst Stahl, Holandeses del 1690, y trabajando en la Universidad de la Halla, crean la disputa inicial, que nunca se ve resuelta, incluso hasta nuestros días, cuando Hoffman establece el concepto «Yatrómecanico» el cual es un concepto de base mecanicista, en donde se establece que las leyes naturales son también validas para todo el cuerpo humano, y que el cuerpo trabaja como un reloj, mientras que Ernst, establece el concepto «Animista», que nos dice que el cuerpo se rige por las leyes naturales hasta cierto punto, ya que es el alma la causa de cualquier movimiento sano o enfermo del cuerpo humano, y es la sangre el lazo de unión entre el cuerpo y el alma.

    La relación alma-cuerpo siempre ha sido diferida en las discusiones que sean relacionadas a la Medicina, probablemente porque los conceptos mecanicistas son más «lógicos» y por lo tanto más «científicos», sin por eso ser más verdaderos, y es por ello que si uno analiza los diferentes momentos históricos en los cuales se ha discutido sobre el Alma desde el punto de vista médico, generalmente lo encontramos relacionados con el acto de la concepción y por lo tanto con el aborto podemos citar estos ejemplos:

    Para los Griegos y los Romanos el ingreso del alma al feto ocurría según el sexo; el varón era engendrado el día 30 y el femenino el día 42 después de la unión entre el hombre y la mujer, sin que se estableciera en ningún concepto la idea de la fecundación. Este concepto implicaba la existencia del alma, momento de la engendración.

    El creador de la diferencia fue Hipócrates. Los Griegos llegaron a ser eugenesistas, es decir que usaban el aborto para purificar la raza, y la decisión de si un niño era puro o no dependía de los Oráculos como del Delfos. Si el Oráculo ordenaba el aborto éste era realizado de inmediato.

    Para los Romanos el embrión no posee cualidad humana y por ello el aborto se consideraba una decisión exclusiva del patriarca.

    Para los Cristianos en el momento de la fecundación se incorpora el alma al cuerpo; el feto ya es un ser de Dios y en el caso de un aborto se considera como un asesinado sin bautizo y el ser es enviado al infierno. No obstante este concepto mas que médico era religioso.

    Para Santo Tomás el alma ingresa al feto en el hombre al 40vo. día mientras que la mujer recibe el alma en el día 80vo.; esta diferencia es normal en una Sociedad machista de dioses masculinos, pero difícilmente explicable en la Sociedad Griega en donde los dioses poderosos eran las mujeres.

    Durante el Renacimiento, en 1532, época de Carlos V, en un Reinado dominado por el Catolicismo, se creó la «Legislación Dolorosa» y «Constitución Criminalis Carolina», las cuales establecen la «Pena por homicidio para el aborto; los culpables enfrentaban el Sable o el Ahogo y el Jurado decidía en cada caso si el ser estaba provisto o no de alma y por lo tanto si estaba o no vivo». Lógicamente el Jurado era un jurado inquisidor y la madre era calificada de bruja en tanto que el feto se consideraba muerto hasta incluso luego del nacimiento.

    En 1572 el principio de vida establece que el alma ingresa al cuerpo después de los primeros movimientos del feto y esto es corroborado durante el absolutismo ilustrado (1787), pero si bien existía prohibición para el aborto, en caso de que éste ocurriera se suavizaban las penas a sólo 5 años de cárcel. De esta manera podemos observar cómo los conceptos médicos siempre acompañaron a los conceptos filosóficos y religiosos dominantes sin establecer en ningún momento un concepto propio de la realidad y no del Alma.

    Para concluir nuestro estudio podemos señalar que el Médico debe ser capaz de interpretar no sólo los síntomas de las enfermedades y conocer los métodos para poder llegar a lograr una mejor calidad de vida en los pacientes. Él debe necesariamente poder interpretar los síntomas del Alma del enfermo y ser capaz de brindar el apoyo necesario para lograr una mejor calidad de vida espiritual, no existe una causa para no hacerlo. Con relación a la existencia o no del alma, el simple hecho de aceptar la existencia de una porción del cerebro que es pensante nos hace ya creyentes del alma y el espíritu. Si ésta trasciende, si es juzgada, si existe antes o no del nacimiento o si en ella residen nuestros conceptos de maldad y de bondad son acepciones individuales de cada quien; pero si aceptamos su existencia debemos aceptar su manejo médico, y es nuestro deber hacerlo.

REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS

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