C Sánchez B³ , ME Rodríguez¹ , KB Rivas², CL Rodríguez², MA Rivas² y O Reyes².

¹ Interno de Post-grado, Clínicas P.D.V.S.A. Lagunillas. Estado Zulia.- ² Médico Rural, adscrito al Colegio de Médicos del Estado Miranda.- ³ Médico Gineco-obstetra. Profesor de Post-grado adjunto al Servicio de Ginecología del Hospital Universitario de Caracas.E-mail: maraelda@hotmail.com

    RESUMEN: Los cambios anatomofisiológicos propios de la gestación condicionan el aumento de la frecuencia de las infecciones urinarias bajas. Existen múltiples factores de riesgo para adquirir estas infecciones además de la condición de gravidez. Entre estos se encuentran edad de la paciente, número de gestas, vida sexual activa y edad gestacional. Es por ello que en este estudio se investiga la relación entre el embarazo y dichos factores.

    Se diseño un estudio descriptivo, de casos y controles. El universo lo constituyó 206 embarazadas que asistieron al control prenatal del Hospital Universitario de Caracas entre mayo de 1999 y marzo de 2.000. Para ello se utilizaron, modelos de encuesta de grupos seleccionados y revisión de las historias clínicas. Dicho estudio reveló un mayor porcentaje de infecciones urinarias durante el embarazo en el grupo etario de 20 a 25 años (31%), en el segundo trimestre del embarazo (41,8%), en las multigestas (51,7%) y aunque hay similitud con la literatura mundial no se puede hablar de una relación causa efecto ya que las P obtenidas fueron mayor de 0,05. A pesar de que porcentualmente la frecuencia de mantenimiento de relaciones sexuales se vio asociada al desarrollo de la infección la P (0,11) no demuestra significación estadística. Se concluyó que la clínica y el examen de orina simple patológico no son parámetros estadísticamente significativos para el diagnóstico de infecciones urinarias.

Palabras Clave: Infección, infección urinaria, embarazo.

    ABSTRACT: The increase of the number of urinary infections in pregnancy is conditioned by the anatomophysiological changes that take place during this period. There are many susceptibility factors that lead to women suffering this pathology while she is pregnant, such as age, how many times that woman have been pregnant, sexual activity during pregnancy, how many months into the pregnancy she is. This work examined the relation between these risk factors and pregnancy.

    Case and control study has been carried out, mainly descriptive. The universe to study were 206 pregnant, who attended the pregnant consultation at the Hospital Universitario de Caracas, from may 1999 to march 2000. To find out it, it has been made in guest for select groups and the revision of the medial history of those females.

    It was found that in pregnant between 20 and 25 years old there is mayor percentage of urinary infections (31%), as well as in women in the second trimester of the pregnancy (41,9%) and in those women that have been pregnant more than once. The P found has shown that these percentages have a statistical signification, because the P found was more than 0.05 in each case. This study also has demonstrated that the sexual activity has a relation with the percentage of development of urinary infections, but the P found has shown that there is not a statistical signification in this finding. This study also has shown that a pathological urinary sample is not enough to diagnostic ate urinary tract infections during pregnancy.

Key Words: infection, infection urinary, pregrant.

Fecha de Recepción: 11/06/2003 Fecha de Aprobación: 13/04/2004

    Las infecciones urinarias agudas ocurren frecuentemente en las mujeres; no se conocen estadísticas del número de consultas por esta infección en Venezuela, que causan más de seis millones de consultas en los Estados Unidos. Estas infecciones se presentan entre el 1 a 3% de las jóvenes en edad escolar y después su incidencia aumenta considerablemente al comenzar la actividad sexual.

    Los factores que predisponen a la colonización periuretral por bacilos Gram negativos no son bien conocidos, pero probablemente se deben a una alteración de la flora perineal normal, bien sea por antibióticos, otras infecciones genitales o dispositivos anticonceptivos. Probablemente, un pequeño número de bacterias periuretrales que con frecuencia consiguen entrar en la vejiga, hecho favorecido en algunas mujeres por el roce uretral durante el coito. Que después se produzca o no la infección de la vejiga, dependerá de la interacción entre la virulencia de la cepa, la cuantía del inóculo y los mecanismos defensivos locales y generales del huésped⁽¹⁾.

    Las infecciones altas sintomáticas son más frecuentes durante el embarazo; de un 20 a 40% de las embarazadas con bacteriuria asintomáticas pueden desarrollar posteriormente una pielonefritis⁽²⁾. Su importancia radica no solo durante el embarazo porque se relaciona con la amenaza de parto prematuro y la ruptura prematura de membranas⁽³⁾ sino también a futuro ya que se le ha responsabilizado de cuadros hipertensivos permanentes. La predisposición de las vías altas a la infección es debida a una causa endocrina que se halla vinculada de modo directo al incremento de hormonas placentarias que influyen sobre el tonismo uretérico-pielocalicial, disminuyéndolo, reduciendo la peristalsis y, por tanto, atenuando el flujo urinario y, como consecuencia directa, aumentando mucho la capacidad de almacenamiento o ectasia de los uréteres y de la pelvis renal. Esta pérdida del tonismo de las vías urinarias tiene su punto culminante entre el sexto y octavo mes. La causa mecánica se refiere a la compresión que ejerce el útero en crecimiento sobre el uréter a nivel del anillo del estrecho superior, donde se halla más expuesto a la presión⁽⁴⁾.

    En la mayoría de los casos, las bacterias comprometidas son aerobios Gram negativos de la flora fecal, de los cuales en 2 de cada 3 casos, el germen implicado es la Escherichia coli con varios serotipos, siendo los más frecuentes el 4, 6 y 75⁽²⁾.

    Tal es el caso que el 60 a 90% de las infecciones corresponden a este agente, entre los otros bacilos Gram negativos implicados tenemos Klebsiella spp y Enterobacter spp. (10 a 20%), Proteus mirabilis (5 a 10%), Pseudomona aeruginosa (2 a 10%) y Staphylococus epidermidis (2 a 10%)^(5,6).

    Según El-Khatib las infecciones urinarias están mayormente asociadas al grupo etario comprendido entre 20 y 29 años⁽⁷⁾. Pero, Barton encontró mayor incidencia entre 13 y 19 años⁽⁸⁾. En la década de los ’80 estudios indicaban una mayor incidencia de esta enfermedad en primigestas (65%)⁽⁹⁾. Sin embargo, ya para los ’90 esto cambió y la incidencia se vio aumentada en multíparas⁽¹⁰⁾.

    Las 2/3 partes de los casos se presentan en la segunda mitad del embarazo, fundamentalmente entre los meses 6 y 7, para disminuir hacia el mes 8⁽⁴⁾.

    El masaje uretral durante el coito favorece el ascenso de las bacterias periuretrales hacia el sistema urinario de la mujer, permitiendo de este modo la aparición de infección urinaria⁽¹⁾.

    Se trató de determinar si los factores a evaluar podían influir en el desarrollo de estas infecciones en gestantes, y de ser así, la ocurrencia de dicha patología variaría según la presencia o ausencia de estos factores.

    El estudio fue de casos y controles, analítico observacional y descriptivo en el cual los sujetos enfermos o sin enfermedad; son comparados de acuerdo a una característica específica a fin de determinar una posible asociación o el riesgo para la enfermedad en cuestión.

    El universo lo constituyo 342 mujeres embarazadas que asistieron a la consulta prenatal del Hospital Universitario de Caracas entre mayo de 1999 y marzo de 2000.

    La muestra estadística se obtuvo del porcentaje de infecciones urinarias en embarazadas del total de embarazadas que asistieron a esta institución, con lo cual se calculó el n de la muestra según la certeza (206 pacientes).

    Los casos seleccionados fueron aquellas embarazadas que presentaron signos y síntomas de infección urinaria con dos exámenes de orina simple de los cuales por lo menos uno demostró los siguientes parámetros en el sedimento urinario: aspecto turbio aunado a una densidad mayor de 1020, más de 8 leucocitos por campo, hematíes más de 3 por campo, bacterias, piocitos y nitritos presentes.

    Pacientes embarazadas que tenían por lo menos dos exámenes simples de orina normal en todo el período de estudio, fueron los controles.

    Los criterios de exclusión utilizados para ambos grupos: pacientes embarazadas con menos de dos exámenes de orina durante el embarazo, que los exámenes de orina evidenciaran errores en la técnica de recolección y/o transporte de la muestra o que padecieran de alguna enfermedad sistémica que repercutiese en la esfera renal.

    La recolección de la información se realizó con base a un modelo de encuesta de grupos seleccionados (Figura 1); en las encuestas se hicieron preguntas cerradas de orden dicotómico. Además se revisaron las historias clínicas de las pacientes que acudieron a la consulta prenatal antes mencionada en el período señalado.

    El análisis de los datos se abordó dentro de la investigación no experimental a través de una investigación documental y descriptiva univariante y de correlación.

    De las 206 gestantes que presentaron infecciones urinarias 36 (31%) tenían edades comprendidas entre 21 y 25 años, siendo el promedio 25 años, con una desviación estándar de 25,3. La tasa de infección urinaria en las embarazadas que acudieron al control prenatal en el Hospital Universitario de Caracas fue de 2.106,8 por 100.000 habitantes. 60 (51,7%) de las embarazadas que presentaron infección urinaria fueron aquellas con más de un embarazo (multigestas) con Chi cuadrado calculado de (X² = 0,298) y Chi cuadrado crítico de (X² = 3,84) por lo que la asociación entre estas variables no es estadísticamente significativa, (Tabla 1).

    Del total de mujeres 62 presentaron infecciones en el segundo trimestre lo que representa el 41,8% y un total de 88 mujeres presentaron infección urinaria una vez durante el embarazo, mientras que 22 presentaron 2 infecciones y 6 más de 2 infecciones, (Tabla 2).

    Un 82,7% (96 pacientes) de las 158 pacientes embarazadas que mantenían relaciones sexuales durante su embarazo sufrieron infecciones urinarias, mientras que un 68,8% (62 pacientes) no sufrieron infección urinaria. El mayor porcentaje de infecciones 40,9% se observó en el grupo de pacientes con una frecuencia sexual de dos intercursos por semana, seguido de un 31,8% una vez a la semana y un 27,3% de tres o más a la semana, (Tabla 3). Sin embargo, según método estadístico de asociación entre estas variables no se evidenció significación estadística: Chi cuadrado calculado (X² = 0,211) y Chi cuadrado crítico de (X² = 5,99).

    El mayor porcentaje de infecciones urinarias durante el embarazo se encontró entre los 20 a 25 años, en la multigestas en el segundo trimestre del embarazo; y a pesar de que los datos obtenidos tienen similitud con la literatura internacional, no se pudo establecer una relación causa-efecto entre las variables estudiadas. No se comprobaron las hipótesis, y las variables observadas no intervienen en la aparición de infecciones urinarias bacterianas en embarazadas. Es por ello, que los resultados obtenidos solo pueden ser utilizados como marco de referencia en el centro donde se realizó el estudio.

    El mantenimiento o no de relaciones sexuales durante la gestación no juega un papel preponderante en infecciones urinarias durante este período. Según los datos obtenidos, igualmente la frecuencia con que se mantienen las relaciones sexuales no se observó que influyese en la aparición de la patología estudiada, pero estos hechos no pudieron ser respaldados por otros estudios, ya que estos no han sido evaluados.

    En vista de que la clínica y un examen simple de orina no son suficientes para un diagnóstico más certero de infección urinaria seria aconsejable la práctica del urocultivo en los próximos estudios sobre este tema.

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