PYY3-36: UNA HORMONA PARA ADELGAZAR

De acuerdo con una publicación reciente en el New England Journal of Medicine, investigadores del Imperial College London and Hammersmith Hospital han descubierto que las personas obesas tienen un menor nivel promedio de una hormona reguladora del apetito, naturalmente fabricada en el intestino: PYY3-36. Esta hormona parece estar involucrada en la mediación central de las señales de saciedad postpandrial. 

En los últimos años, PYY3-36 (Ile-Lys-Pro-Glu-Ala-Pro-Gly-Glu-Asp-Ala-Ser-Pro-Glu-Glu-Leu-Asn-Arg-Tyr-Tyr-Ala-Ser-Leu-Arg-His-Tyr-Leu-Asn-Leu-Val-Thr-Arg-Gln-Arg-Tyr) emerge como una señal importante en el eje sistema digestivo-cerebro. La acción de PYY3-36 se realizaría por inhibición de la actividad de la ghrelina, péptido que estimula el consumo de alimentos. El apetito es regulado por el hipotálamo. Los sistemas melanocortina y neuropéptido Y (NPY), en el núcleo arqueado, están implicados en esta regulación. En neuronas de dicho núcleo se expresan receptores Y2R (receptor presináptico inhibitorio putativo), los cuales son accesibles a hormonas periféricas. Naveilhan P. y colaboradores demuestran en ratones que el receptor Y2 inactivado desarrolla aumento de peso corporal, consumo de alimento y deposición de grasa. Desde hace tiempo, se sabe que el péptido antisecretorio YY, como el PYY3-36, se detecta en el plasma –tanto en humanos como en conejos– en el lapso de 30 minutos después de la toma de alimentos y que coincide con la secreción de agua y electrolitos en el duodeno-yeyuno. En 1997, Eto B, Boisset M, Anini Y, Voisin T, Desjeux JF en L’Unite de Recherche sur les Fonctions Intestinales, le Metabolisme et la Nutrition, Institut National de la Sante et de la Recherche Medicale (INSERM), Hopital Saint-Lazare, Paris, Francia, detectaron actividades antisecretorias asociadas a PYY3-36 en yeyuno de ratas en ayuno. En el 2002, Rachel L. Batterham y sus colaboradores demuestran que la inyección periférica de PYY3-36 en ratas inhibe la toma de alimento y reduce la ganancia de peso. Incluso en humanos, la infusión de concentraciones postpandriales normales de PYY3-36 inhibe el consumo de alimentos. Recientemente, el grupo de Rachel L. Batterham encontró que la captura calórica durante un “buffet-lunch” ofrecido dos horas después de la infusión de PYY3-36 disminuyó en un 30% en los sujetos obesos. Siendo, además, más bajos los niveles de PYY3-36 endógeno en los sujetos obesos (la media [±ES] para los niveles de PYY3-36 fueron de 10.2±0.7 pmol por litro en el grupo obeso y 16.9±0.8 pmol por litro en el grupo delgado, P<0.001). PYY3-36 muestra una alta permeabilidad por difusión transmembrana en las dos direcciones de la barrera hemato-encefálica (Nonaka N, Shioda S, Niehoff ML, Banks WA. J Pharmacol Exp. Ther. 2003 306(3): 948-53), lo que la hace susceptible a ser utilizada como la insulina. Otra posibilidad de utilización de la PYY3-36 es aquella de origen endógeno, estimulando su producción por un régimen rico en fibras.

Carlos Aponte

1. Naveilhan P. Y colaboradores (1999) Nat Med 5(10): 1188-93

2. Eto B, Boisset M. Anini Y, Voisin T, Desjeux JF (1997)

3. Peptides: 18(8): 1249-55

4. Batterham, RL y colaboradores (2002) Nature 418, 650-654

5. Batterham (2003) NEJM.; 349 (10) 941-948

6. Nonaka N, Shioda S, Niehoff ML, Banks WA. 2003 J. Pharmacol Exp Ther: 306(3): 948-53.