Revista del Instituto Nacional de Higiene Rafael Rangel
versión impresa ISSN 0798-0477
INHRR v.36 n.1 Caracas jun. 2005
¿Un fraude: el Santo Sudario de Turín?
Recientemente, Isabelle Bourdial (1) vuelve a poner sobre la mesa el tema del Santo Sudario de Turín versus la ciencia. Ya en el 2002, un grupo de investigadores rusos (www.infornnauka.ru/eng/2002) confirma que el Santo Sudario de Turín (un trozo de tela de lino de 1,10 metros de ancho por 4,36 de largo, puntuada por trazas de quemaduras fuertemente simétricas, donde aparece la silueta de un hombre, tanto de frente como de espalda, en negativo a fuerte contraste y que para los católicos representa a Cristo) fue fabricado entre los años 1262 y 1384. Estos resultados vienen a adicionarse a una inmensa serie de pruebas contradictorias que la historia ha acumulado al menos desde el siglo VII, cuando el obispo de Zaragoza (año 631) escribe una carta donde refiere la existencia del sudario. En la historia, aparentemente, el sudario ha viajado desde Jerusalén a Constantinopla para luego hacer un recorrido en Francia entre las maletas de templarios y cruzados. En 1353, Geoffroy de Charny depositará un sudario en la iglesia de Lirey. Para la época en que el sudario fue expuesto en la Collégiale de Lirey cerca de Troyes, Pierre dArcis, obispo de Troyes, aparentemente amparado en un texto por él exhumado del obispo Henry de Poitiers explica que la mortaja fue pintada por un artista que se mantiene anónimo y que se confesó ante él. Es la primera vez que la autenticidad del sudario es puesta en duda de manera así flagrante. En 1389, el mismo Clemente VII, papa de Avignon, obliga a mantener, mediante una bula, silencio sobre la verdadera naturaleza artística del sudario. Hacia 1452, el sudario es transferido a Chambéry, donde se le construye una capilla. En 1532 se desata un gran incendio en la capilla. El sudario está protegido por una cubierta de plata que evita que sea destruido por el incendio, pero alguna gotas de metal derretido caen sobre la tela produciéndole dos series claras de agujeros y las consecuentes aureolas simétricas que se observan en el sudario. El Santo Sudario fue fotografiado por primera vez en 1898 y a su vez se revelaba como una impresión en negativo de un cuerpo que había sido crucificado. En las fotografías obtenidas, se observaban de manera clara las distintas heridas y laceraciones sufridas por el hombre amortajado; su estricta coincidencia con lo descrito en las escrituras bíblicas hace pensar que ese hombre es Jesús de Nazareth. Hacia 1900, De Mely recolecta datos sobre unas 43 telas con el cuerpo de Cristo dibujado en las mismas y que habían cubierto el cuerpo de hombres crucificados, quienes habían representado la pasión y muerte de Jesucristo hacia el final de la Edad Media. La longitud de esas telas parece que coincidía con la observada para el Santo Sudario de Turin. Ya Grégoire de Tours (s. VII), declara la existencia de colporteurs (fabricantes de reliquias) que venden como reliquias religiosas objetos que no lo son. Pedazos de huesos de ratas y raíces secas son comercializados como verdaderas joyas religiosas. En 1973, M. Frei, un profesor de criminología, complica la situación apelando al microscopio electrónico. Frei utiliza cintas adhesivas transparentes de aproximadamente cinco centímetros y presiona éstas sobre la tela en cuestión, colectando las pequeñas partículas adheridas al sudario. Comparando los granos de polen así obtenidos, Frei concluye que los granos de polen son provenientes de plantas autóctonas de Israel, Turquía, Chipre, Francia e Italia, coincidiendo de esta manera con el recorrido histórico de la tela. Para el año 1978 se crea el STURP (Shrund of Turin Research Project), constituido por una treintena de investigadores y unas seis toneladas de material y equipos de investigación; todo abocado al estudio del Santo Sudario. El doctor Walter McCrone (STURP) detecta oxido de hierro en el sudario y sugiere que se trata de pintura más que de sangre, aseverando que el sudario es falso. Sin embargo, John Heller y Alan Adler (STURP) no encontraron ninguna traza de la pintura utilizada en la Edad Media pero sí encontraron porfirina y hierro, lo que les permitió sugerir que era sangre. El 21 de abril de 1988, pequeños fragmentos del tejido mortuorio sagrado son sometidos a la datación al Carbono 14. La misma Iglesia vaticana a través de un portavoz, monseñor Ballesteros, arzobispo de Turín, había admitido que la reliquia había sido tejida entre los años 1260 a 1370, como lo parecía sugerir el C-14. Más recientemente (2002), el equipo ruso demuestra que el contenido en C-14 no había sido alterado por el aceite utilizado durante la restauración realizada en 1532, argumento éste último esgrimido por los defensores de una datación C-14 no confiable.
Y entrando, no hallaron
el cuerpo del señor Jesús
y como tuvieron temor,
y bajaron el rostro a tierra,
les dijeron: ¿por qué buscáis
entre los muertos al que vive?
(LUCAS, 24:2 y 5)
BIBLIOGRAFÍA
1. Bourdial, I. Saint Suaire. Sci & Vie, 2005, 1051: 112-125. [ Links ]
DOCTOR CARLOS APONTE
INHRR